Marcoxxlx
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Esa es tu pareja.? Mejora con los añossu tanguita
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Esa es tu pareja.? Mejora con los añossu tanguita
Si es ella pero de ace unos añitosA vale entces no es la del micro tanga.. Como ponías su tanguita
A mí me encanta, si es por mí, puedes seguir posteando hasta el infinito y más allá.10.ª entrega
Bueno ya veremos cómo se desarrolla la velada, terminamos la cerveza y nos dimos un paseo asta un parque cercano nos sentamos en un banco y estuvimos ablando de nuestras cosas, empezamos a besarnos, yo la besaba en el cuello le comía el ovulo de la oreja, es un parque que pasean los padres con sus hijos pero ya eran las diez de la noche, mirando a los lados no se veía a nadie por los alrededores y con disimulo le abrí un poco más la blusa para poder cogerle los pechos, les pellizcaba los pezones y la besaba le metía la lengua en la boca, a esto que pasa una pareja buscando un banco supongo para lo mismo, se sentaron a unos cincuenta o sesenta metros en un banco, nosotros seguimos besándonos y tocándole sus pechos los pezones los tenia buro ella por encima del pantalón me magreaba mi pene que crecía cada vez mas apretujado por el vaquero ella se sentó en el banco metiendo las piernas por el hueco entre el espaldar y el asiento quedándonos enfrentados uno al otro, hay me permitió a mi poder levantarle la falda y meterle la mano hasta tocarle el coño por encima del tanga; se lo aparté un poco para poder acariciarle los labios externos. Ella me bajó la cremallera del pantalón, bajó mi slip y sacó mi polla, que estaba deseosa de salir. La cogió con su mano y fue acariciándola muy suave. Yo con los dedos en su coño notaba cómo se iba lubricando él solito. Ella me pajeaba lentamente; yo con la otra mano le saqué una teta de la blusa, me agaché y comencé a comerle el pezón tieso y duro como un garbanzo. Ella aceleró el movimiento de la mano y pasaba un dedo por encima del glande, acariciándolo.
Cinta abrió un poco más sus piernas para facilitarme el poder introducirle un dedo en su vagina ya encharcada por sus fluidos; se apartó un poco para poder agacharse y meter mi polla en su boca. Comenzando una mamada alucinante, en aquel parche que no había nadie, solo la pareja que pasó y se sentó más arriba, pero podría pasar cualquiera en cualquier momento.
Cinta se estaba entusiasmando; ya se comía toda la polla, se perdía en su garganta. A esto que se incorpora y me dice: “No puedo más, estoy demasiado caliente ya”. Se levanta, se sube la falda y se quita el tanga sin darse cuenta de que a unos treinta metros había un chico paseando un perro, y ella con la falda arriba y sin tanga. Al verlo, se sentó en el banco hasta que pasó de largo.
Al perderlo de vista, ella me bajó un poco más los pantalones, sacó bien mi polla, se arrodilló y empezó a comerme de nuevo la polla, y le digo: Cinta, a ver si viene alguien y nos pilla así.
Ella levantó la cabeza y me dice: “Tú ten atento”, volviendo a bajar otra vez al pilón, comiéndose la polla y los huevos. “Cinta, parece que viene alguien. Ella se levantó; era la pareja de arriba que ya se marchaba. Al pasar, Cinta se levantó la falda y se sentó encima de mí, sacándose las tetas de la blusa para que yo pudiera comérselas.
Abrió las piernas, cogió la polla, la puso en la entrada de su vagina y se dejó caer, introduciéndosela de golpe y saliéndole un grito de placer al sentirla dentro de su coño, que lo tenía empapado por sus fluidos.
La separé un poco para poder comerle los pezones y mamarles las tetas, que las tenía duritas y de punta. Ella cabalgando encima de mí, acelerando el ritmo cada vez más; yo notaba cómo ella estaba a punto de correrse. “Jesús, cómeme las tetas que me corroooooo, uuuuuu, me corro”.
Teniendo en ese momento un orgasmo, se abrazó a mí; respiraba agitada. Cinta, a mí no me ha venido; se levanta y me dice: “Quiero tu leche en mi boca”. Se agacha y termina por culminar una mamada espectacular, tragándose toda la leche que me pudo sacar.
Era jueves, ya a dos días de la quedada; este jueves lo pasamos en la playa con la familia de Cinta y la mía; hicimos una reunión familiar.
Las dos familias en la playa, nos colocamos un poco hacia el lado izquierdo, que era donde había menos gente; allí plantamos las sombrillas y nos dispusimos a pasar un buen día de playa.
Nos quitamos las ropa y non quedamos todos desnudos, nos echamos unos a otro el bronceador y nos tumbamos a tomar el sol, estuvimos como tres cuarto de hora después bajamos unos cuantos a la orilla a jugar al voleibol, venia mi hermana también ella es altita ya media un metro sesenta, un cuerpo delgadito, unas tetas redonditas pequeñitas se podía coger con una mano una aureola pequeñita con un pezón un poco oscurito, un coño morenito y el pubis recortadito, todas las chicas tenían el pecho tan duro que no se les movían al saltar para darle a la pelota, Domingo no perdía ojo de mi hermana cada vez que podía le tiraba el balón a ella, yo miraba a Sara y Rosa sobre todo a Rosa, como me gusta su cuerpo sus telas como las de Cinta y su pubis tenía un triangulo muy bien arreglado, la verdad es que me gustaría fallármela si me dejara.
Estábamos acalorados y terminamos todos en el agua refrescándonos, allí en el agua jugamos con la pelota al centro, Domingo cada vez que podía se rosaba con mi hermana, yo procuraba hacer lo mismo con Rosa al rato nos quedamos a reposar en el agua, yo me quede con Cinta nos pusimos a tontear, ella se sumergía y me rosaba el pene con su boca nos alejamos un poco y la estuve tocando me puse detrás de ella y la abrase le cogí las tetas y ella me puso la polla tiesa y se la restregaba por su culo yo le comencé a tocarle el coño, le metía un dedo ella me masturbaba, el agua nos llegaba por los hombros y estaba en calma no había oleaje, miramos a nuestro alrededor y estábamos solos, el agua estaba clarita se nos veía hasta los pie
Cinta se dedicó a masturbarme y yo a follarla con los dedos; allí en el agua no había resistencia y a ella se le notaba que estaba echando sus jugos vaginales. Le introducía tres dedos; ella de vez en cuando se sumergía y se metía mi polla en la boca. Nos abrazamos, me cogió por los hombros, me echó las piernas por la cintura y se metió la polla en el coño.
Allí en el agua no había resistencia; pesaba menos. Al follarla, ella se movía enganchada a mis hombros; ya gemía de placer y yo le pellizcaba los pezones. Eso le encanta ella no dejaba de cabarga se aceraba con sus pierna a mi cintura, nos concentramos en lo que estábamos haciendo sin preocuparnos de lo que pasaba a nuestro alrededor, yo notaba que ella estaba muy mojada por como entraba mi polla en su coño, Cinta jadeando yo notaba que pronto se correría, a mí me pasaba lo mismo cuando sin darnos cuenta apareció mi hermana, Cinta estaba ya para correrse y no paro, y medio minuto después tubo un orgasmo acompañado con un grito de placer y diciendo delante de mi hermana que no parase yo en ese momento me cori con ella y ella al sentir el choro de mi esperma caliente en sus entrañas le salió no pares no pares que ricooooooo se agarró a mi cuello y bajo las pierna.
Cuñada, perdona, pero nos ha pillado sin darnos cuenta y ya me estaba corriendo; tú entenderás que no podía parar en ese momento.
Teresa (Tere) (que así se llama mi hermana), ya te entiendo, cuñada, que era ya imposible parar a esas harturas.
- Cinta: Y a todo esto, ¿a qué has venido?, y menos mal que has sido tú, Tere.
- Tere: Pues me han mandado para que os dijera que íbamos a almorzar. Cinta, qué buena corrida te ha dado, y tu hermano, ¿la has follado bien y a gusto?
- Cinta: Tere, a ti no te han follado en el agua y terminaste corriéndote.
- Tere: En el agua no me han follado.
- Jesús: Bueno, dejemos ya esta conversación.
- Tere: Jesús, Cinta tiene suerte por tener una polla como la tuya que la folle así.
- Cinta: ¿Y tú cómo sabes cómo tiene Jesús la polla?
- Tere: Porque antes de que tuviese novia, tú eres la primera; lo he visto empalmado en la ducha masturbándose.
- Jesús: Bueno, dejemos ya esta conversación y salgamos a comer.
Ya en las sombrillas nos sentamos todos y nos dispusimos a comer. Nuestros padres llevaron pollo frito, bistec empanado, tortilla de patata, picadillo de pimientos asados, empanada y algún fiambre.
Almorzamos y nos tendimos un poco a la sombra; algunos dieron una cabezadita. Cinta fue una de ellas. Yo me acerqué a Tere y le comenté al oído: “¿A qué vino ese comentario en el agua?”.
Tere me respondió: “Tú sabes bien que yo sé cómo tienes la polla y lo juguetona que es, ¿no crees?, aunque ya lo hagas con otra”.
Terminamos la tarde de playa; echamos un buen día las dos familias. Sobre las nueve de la tarde, pasé a recoger a Cinta; me abrió Sara, quedándose detrás de la puerta. Al entrar, lo vi claro: estaba desnuda. Pasé al comedor y allí estaban todos en pelotas, con el calor que hacía y esperando turno para entrar a ducharse. Tomás, mi suegro: “Pasa, Jesús, y ponte cómodo tú también; con este calor no se puede”. A lo que Cinta, desde su cuarto, grita: “¡No, que yo ya estoy lista y nos vamos!”.
Cinta salió con una falda vaquera y una blusa anchita sin sujetador; casi nunca lo llevaba, no le hacía falta con sus pechos duros y bien puestos. Nos dirigimos a tomar algo al paseo, pedimos unas cervezas y unas patatas bravas, estuvimos comentando el día que habíamos echado todos y que mi hermana le había comentado que si se podría unir a la quedada del sábado.
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Gracias.
Continuará.
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