Me agaché, para para comerle el coño a cuatro patas, pero me di cuenta de que estaba totalmente lubricada, Así que directamente, entre en ella, duró como el titanio con aquel hombre mirándonos
Empecé a follármela a lo bruto, con todas mis fuerzas, tenía ganas y mi esposa también, la cama hacía ruido, y aquel hombre no se lo podía creer, me estaba follando a mi mujer como un verdadero animal a su lado, con el vigor que seguramente a él le habría gustado tener, aplaudía!!
Ella se agarraba como podía la cama, para aguantar mis embestidas, empezó a gemir muy dulce, “dame cariño”, giraba la cabeza para ver al señor, y le decía “lo ves? Lo ves?” Mientras lo acariciaba. Él se puso a besarla y a acariciarla a ella, a tocarle los pechos que colgaban y se bamboleaban. Intentó ponerse debajo para disfrutarla bien y creo que algo lamió
Cuando se hizo evidente que mi esposa se iba a correr, hundió la cabeza el almohada y se puso a chillar en hueco contra la almohada, como mordiéndola, yo le hundía todavía más la cabeza máximo después de los gritos del jubilado, y le di todo lo fuerte que pude, y también me corrí.
Estuvimos un rato los tres en la cama, charlando… antes de vestirnos él le pidió lamerla por última vez, y le pasó la lengua por todo el cuerpo, literalmente por todo el cuerpo
La recorrió entera de la cabeza de los pies, besos su frente, las mejillas, hombros, recorrió sus brazos tatuados con la lengua, los sobacos… Le dió la vuelta para recorrer su espalda, no dejó un solo centímetro sin pasar. Cuando llegó al culo se lo estuvo lamiendo un buen rato otra vez, el ojal, pero también las nalgas, que aprovecho para morder, fue bajando por las piernas para atrás, hasta que llegó a los pies, ahí le dió otra vez la vuelta y la puso boca arriba. Le lamió los pies, como lo vivía! Metiendo sus dedos pequeños uno a uno en su boca chupándolos, disfrutándolos. Siguió paseando la lengua, por delante, hasta la rodillas, de las rodillas hasta los muslos, y de los muslos al monte de Venus, y bajando otra vez al coño. En el coño estuvo un buen rato, mi mujer se puso a gemir, imposible no hacerlo tal como le estaba pasando la lengua, así que siguió. Yo le arengué “cómeselo, vamos, cómeselo bien”. Chupaba, encantado, y yo que volvía a estar duro, empecé a meneármela. Me acerqué hasta la cabeza de mi mujer que empezó a chupar polla sin decirle yo nada. Teníais que verla gimiendo con mi polla en la boca “ummm ummm glock”, con el viejo comiéndole el coño.
Se la veía ya para correrse cuando se la sacó de la boca, para abrirla totalmente y coger aire para el orgasmo que venía. Yo empecé a pajearme. Iba llegar a tocar el cielo… “si si siiiiiiii siiiiiiii” y llegó, vaya si llegó! Se pegó una corrida monumental mi esposa
Finalmente, aquel hombre había logrado complacerla.
Y yo, caliente como una mona con esta escena, me corrí en su cara.
Lo primero que hizo mi chica, creo que sin darse cuenta, fue abrazar y besar al jubilado. “Gracias amor” le dijo
Al hombre no pareció importante que tuviese corrida en toda la jeta, y aceptó encantado el agradecimiento
Otra vez estuvimos los tres abrazados, un rato
Nos vestimos, y cuando bajamos… la cara de las chicas de recepción


Al salir, pasaba uno de esos chavales que vende rosas… Se las compró todas y se las dió a mi mujer. Le pareció muy bonito y lo besó con lengua delante del chaval que se quedó como si hubiese visto un fantasma
Mientras llegaba el VTC, no perdió el tiempo, y la estuvo morreando todo el tiempo
Fue una experiencia diferente, y divertida, y me gustó ver a mi mujer así, probando cosas nuevas
Cuando montamos en el Uber, nada más arrancar de camino a casa, me fijé en los labios y parte de la barbilla todavía húmedos de mi esposa tras el besuqueo con el anciano, y le pregunté “ Qué te ha parecido?” A lo que me dijo riendo “Ya he hecho la buena obra del año” y se tapó la cara con las flores
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