Vista la aceptación contaré otra pequeña anécdota, esta vez en un conocido sitio de los que se aparca el coche y hay pocas luces.
Esa tarde fuimos de compras a un conocido centro comercial con la idea de hacer algo interesante después. Ella para mí gozo fue sin sujetador y con un buen escote y con una falda que debajo no llevaba nada más. Cierto es que fuimos a una hora poco concurrida, pero las miradas de varios maduros con los que nos cruzamos no podían. Ser más lascivas y eso, para que engañarnos a mí me pone y mucho. Después de tomar algo allí y ver cómo miraban las tetas a mi mujer decidimos acercarnos a un aparcamiento playero cercano, aprovechando la nocturnidad que estos casos requieren y tan bien nos vienen, mientras yo la comentaba lo mucho que la habían mirado y lo que me ponía.
Aparcamos el coche y empezamos con los besos y caricias mientras mi pantalón iba en aumento. De vez en cuando pasaba algún grupo de adolescentes que iban de botellon por la zona y lógicamente tratábamos de disimular, pero más de una vez con las tetas de ella fuera, en todo su esplendor, lo cual sin duda hacía evidente que cualquiera que pasara por allí se diera cuenta de lo que estábamos haciendo.
Ni corta ni perezosa bajo su cabeza sobre mi polla ya en estado de dureza absoluta y se puso a hacerse una mamada brutal mientras yo agarraba su cabeza. Sabía que me iba a correr rápido y yo, como buen marido soy de avisar: me corrroooo si sigues me corro, se saco la polla de la boca y me dijo: correte cerdo! Y volvió a metérsela y a mamar más fuerte. Dicho y hecho me corrí mucho y en su boca. Acto seguido se incorporó y la dije bésame, me metió un morreo muy cerdo con toda la boca llena de leche, mientras yo la hacía un dedo saboreando mi propio néctar. El mejor beso que me han dado en mi vida, sin duda y ella se corrió como una adolescente en el asiento delantero de mi coche.
Grata experiencia y que he vuelto a repetir después, saboreando mi néctar de sus grandes tetas, pero esa es otra historia que os contaré si queréis.
Saludos (otra empalmada gratuita)
Os voy a contar otra de mis experiencias. Siempre bastante light pero bueno.
Esta vez en Madrid. Fuimos a pasar unos días y nos quedamos en un hotel muy cerca del Bernabéu. Un buen hotel.
Como ya os he leído a muchos hay mujeres que se deshiniben más si están lejos. El caso es que decidimos ir a la plaza de Santa Ana porque habíamos visto un sitio bastante guapo para tomar algo. Mi mujer decidió que para qué iba a ir con sujetador, total una talla 100 pasa desapercibida. Se puso un vestido y allá que fuimos.
Ya desde el hotel, pasando por el uber y por el paseo que dimos por allí, pocos fueron los que no la miraron las tetas. Que no son para menos y yo, como buen aspirante a cornudo con una empalmada brutal.
El caso es que llegamos al garito y nos sentamos en una mesa, pedimos consumiciones y la digo:
-tus tetas hoy están triunfando.
*no será para tanto -respondió-
En esto que llegan 3 chicos y se sientan en la mesa de al lado, eran mesas pequeñas y los asientos de uno de los lados eran un banco corrido, mientras al otro lado de la mesa había un taburete, butaca o cosas similares. Yo estaba en la butaca y mi mujer en el banco corrido.
Pues la suerte (o no) hizo que a su lado se sentara un bigardo de unos 25 años (ella tenía 34 y yo la saco 10 más o menos). El chico educadamente la saluda a ella primero y a mí después y deja entre el y mi mujer su abrigo, no sin antes pedirla permiso. Ella le mira, sonríe y contesta;
*tranquilo, no me estorba.
Allí seguimos con la copa, se estaba a gusto y ella me dice:
*¿pedimos otra?
-por mi bien, ¿pero tú quieres otra? (No suele beber)
*si otro mojito, están muy buenos.
-vale, me acerco a la barra porque si no van a tardar dos horas. (Primer error…)