Hola
Pues para ir dando vida al hilo y antes de que se desvirtúe contaré cómo y cuándo me di cuenta de que me ponía como una moto que vieran a mi mujer (novia entonces) de manera íntima.
De siempre me gustó el porno, desde los 12 años y debido al canal+. Por ella época, el porno era una maravilla, películas con argumento (nada digno de Óscar pero contaban una historia) con mujeres preciosas y poca artificialidad, por así decirlo. Desde mi punto de vista las películas europeas y sobre todo las italianas eran una pasada. Estamos hablando de mediados de los 90.
Según fui creciendo, el porno pasó de videos VHS a internet 56 kb, es decir, menos vídeos y más fotos porque la conexión era lentillas.
Y en esto aparecieron los chats con mil y una temáticas, entre ellas las "guarronas". Y con éstos, el programa de chat para tus contactos llamada 'mesenyer' (no se si al escribirlo se censuraría).
Pues brujuleando por los chats buscando cualquier cosa que hiciera que se me pusiera dura, conocí el concepto de liberal-swinger. Vi muchas parejas que se hacían fotos y las intercambiaban para conocer otras parejas. Esto me dejó alucinado y super cachondo.
Con los años, empecé con la que ahora es mi mujer y conseguí hacerle algunas fotos ñ, estamos hablando de incios de los 2000.
Las fotos eran para mí aunque fantaseaba con que me dejara ponerlas en alguna web amateur.
Pues conocí en un chat a un casado, de Mallorca, casi con 50 años, que le molaba enseñar fotos de su mujer desnuda. Eso era una pasada para mí, ¡un tío me enseñaba fotos de su mujer y se ponía cachondo! En cierto modo lo entendía pero lo veía raro y casi enfermo. Hasta que pasado un tiempo de ser contacto, le sugerí que quería conocer a mi novia. Aceptó. Le enseñé una foto de ella de espaldas con un tanga blanco... El tío flipó, estaba muy buena mi mujer por entonces y el leer los comentarios que hacía de ella hizo que me empalmara de una manera especial, casi me corrí al instante.
De eso, hace 20 años, ha llovido mucho, han pasado muchos amigos y no tan amigos y aquí seguimos, con ganas de que mi mujer acceda a muchos de mis gustos que con los años se han ido incrementando.
La verdad es que me ha quedado largo de la leche y seguro que con errores de redacción pero espero que os guste.
Espero vuestras historias para saber cómo se nos metió el demonio en el cuerpo!