Mí esposa y yo, el cornudo

Rob_Cuck

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2 May 2025
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Hola! Está es mí primer historia. Soy nuevo.
Bueno, es solo una anécdota. Una de varias!
Mí esposa es paraguaya. Hace 20 años estamos juntos.
Ella es muy recatada, o, bueno, era! De a poco la fui pervirtiendo jaja! Y ahora es liberal.
Una vez la convencí de ir a un club swinger. Le gustó la idea, pero tenía mucha vergüenza.
Llegamos, una chica nos recibió y nos explicó cómo funcionaba todo. El respeto en general y cuando alguien dice no, es no.
Ahí ella como que se relajo. Nos sentamos en una mesa y tomamos algo. Varios muchachos se acercaban a saludar pero siempre con mucho respeto.
Para el segundo trago, ella ya estaba desinhibida y un poco atrevida. Entonces aproveche y le dije, que si se animaba a salir a bailar con el próximo que la invite. Me dijo que si yo estaba seguro, ella también lo estaba. Y así fue. Se acercó un muchacho alto y delgado. La invitó, con mí permiso, y ella dijo si. Bailaron un buen rato, y de a poco veía como el tipo la empezaba a apoyar. Por atrás por delante y de pronto sus manos se empezaron a mover por todo el cuerpo de mí esposa. Ella se dejaba hacer y en todo momento me miraba con una cara de puta que me hacía explotar la verga.
En un momento el le dice algo. Ella le responde, el se va y ella vuelve a la mesa.
Le pregunté que paso. Me comentó que el muchacho tenía un reservado, un cuarto privado en el club y quería llevarla ahí. Ella le dijo que tenía que preguntarme, y que solo lo haría si yo estaba presente. Le pregunté si quería ir y me dijo que si. Pero solo a tomar algo y ver qué pasa.
Yo estaba que no podía de la calentura. Entonces arrancamos para el reservado.
El muchacho nos recibió pidió unos tragos y entramos a charlar. Nos dijo que hace mucho está en el habiente y sabe del temor de las parejas primerizas. Entre charla y charla de una le dije, si mí esposa quiere, lo único que quiero es verla tocándote la pija. Mí esposa abrió los ojos como plato, pero no dijo nada. El dijo que no había problema, si ella quería. La miramos los dos y ella tímidamente asintió con la cabeza. El se puso de pie y de una se bajó los pantalones. Quedó si pene todavía flácido. No sé veía muy grande. Mí esposa, sin que nadie le diga nada de acercó y lo empezó a acariciar. Al contacto con la mano de mí esposa, se le empezó a parar. Crecia y crecía. No era tan larga, pero me impresionó, lo cabezona y gorda que era.
Mí esposa, miraba ese bicho gordo y cabezón y también me miraba a mí.
-Te gusta verme así! Me dijo.
-Si, me encanta, le dije.
-Esto es lo que querés?
-Si mí amor, si!
-Te gustaría que se la chupe?
-Si amor, chupasela!!
Yo ya tenía mí pija en la mano pajeandome.
-Eso te gustaría, cornudo? Ver a la puta de tu esposa chupando otra pija.
Y sin más, saco la lengua y empezó a lamerla. De abajo hasta arriba. Le pasaba la lengua por toda la cabeza. Abrió la boca y se la metió. La chupaba como nunca me la chupo a mí. Lento y constante sus labios subían y bajaban sobre esa gorda verga. Eso me volvía loco, pero lo que me prendía fuego, era que me miraba fijamente.
Estuvo así un buen rato. Cuando iba a acabar, el le aviso. Ella se la saco de la boca y le puso las tetas para que le acabe.
Empezó a escupir leche a mares. Y fue inevitable que no le salpicara también en la cara.
Nunca me dejó hacerle eso. Y ahora las veía con la cara salpicada de semen. Que puta se veía.
Me miró y se sonrió. Yo aproveche me acerque y también le acabe toda la cara. Ella no se quejo, no protesto. Es más, abrí un poco la boca y algo cayó adentro ja!
Desde ese día no paramos. A ella le encanta meterme los cuernos y a mí, me encanta que me haga cornudo. Pero eso si, me tiene que dejar mirar jajaja!
 
Hola! Está es mí primer historia. Soy nuevo.
Bueno, es solo una anécdota. Una de varias!
Mí esposa es paraguaya. Hace 20 años estamos juntos.
Ella es muy recatada, o, bueno, era! De a poco la fui pervirtiendo jaja! Y ahora es liberal.
Una vez la convencí de ir a un club swinger. Le gustó la idea, pero tenía mucha vergüenza.
Llegamos, una chica nos recibió y nos explicó cómo funcionaba todo. El respeto en general y cuando alguien dice no, es no.
Ahí ella como que se relajo. Nos sentamos en una mesa y tomamos algo. Varios muchachos se acercaban a saludar pero siempre con mucho respeto.
Para el segundo trago, ella ya estaba desinhibida y un poco atrevida. Entonces aproveche y le dije, que si se animaba a salir a bailar con el próximo que la invite. Me dijo que si yo estaba seguro, ella también lo estaba. Y así fue. Se acercó un muchacho alto y delgado. La invitó, con mí permiso, y ella dijo si. Bailaron un buen rato, y de a poco veía como el tipo la empezaba a apoyar. Por atrás por delante y de pronto sus manos se empezaron a mover por todo el cuerpo de mí esposa. Ella se dejaba hacer y en todo momento me miraba con una cara de puta que me hacía explotar la verga.
En un momento el le dice algo. Ella le responde, el se va y ella vuelve a la mesa.
Le pregunté que paso. Me comentó que el muchacho tenía un reservado, un cuarto privado en el club y quería llevarla ahí. Ella le dijo que tenía que preguntarme, y que solo lo haría si yo estaba presente. Le pregunté si quería ir y me dijo que si. Pero solo a tomar algo y ver qué pasa.
Yo estaba que no podía de la calentura. Entonces arrancamos para el reservado.
El muchacho nos recibió pidió unos tragos y entramos a charlar. Nos dijo que hace mucho está en el habiente y sabe del temor de las parejas primerizas. Entre charla y charla de una le dije, si mí esposa quiere, lo único que quiero es verla tocándote la pija. Mí esposa abrió los ojos como plato, pero no dijo nada. El dijo que no había problema, si ella quería. La miramos los dos y ella tímidamente asintió con la cabeza. El se puso de pie y de una se bajó los pantalones. Quedó si pene todavía flácido. No sé veía muy grande. Mí esposa, sin que nadie le diga nada de acercó y lo empezó a acariciar. Al contacto con la mano de mí esposa, se le empezó a parar. Crecia y crecía. No era tan larga, pero me impresionó, lo cabezona y gorda que era.
Mí esposa, miraba ese bicho gordo y cabezón y también me miraba a mí.
-Te gusta verme así! Me dijo.
-Si, me encanta, le dije.
-Esto es lo que querés?
-Si mí amor, si!
-Te gustaría que se la chupe?
-Si amor, chupasela!!
Yo ya tenía mí pija en la mano pajeandome.
-Eso te gustaría, cornudo? Ver a la puta de tu esposa chupando otra pija.
Y sin más, saco la lengua y empezó a lamerla. De abajo hasta arriba. Le pasaba la lengua por toda la cabeza. Abrió la boca y se la metió. La chupaba como nunca me la chupo a mí. Lento y constante sus labios subían y bajaban sobre esa gorda verga. Eso me volvía loco, pero lo que me prendía fuego, era que me miraba fijamente.
Estuvo así un buen rato. Cuando iba a acabar, el le aviso. Ella se la saco de la boca y le puso las tetas para que le acabe.
Empezó a escupir leche a mares. Y fue inevitable que no le salpicara también en la cara.
Nunca me dejó hacerle eso. Y ahora las veía con la cara salpicada de semen. Que puta se veía.
Me miró y se sonrió. Yo aproveche me acerque y también le acabe toda la cara. Ella no se quejo, no protesto. Es más, abrí un poco la boca y algo cayó adentro ja!
Desde ese día no paramos. A ella le encanta meterme los cuernos y a mí, me encanta que me haga cornudo. Pero eso si, me tiene que dejar mirar jajaja!
tenias tu la polla mas grande que el otro chico?
 

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