Este mensaje lo tenía guardado del anterior foro.
Mi agradecimiento al forero que en su día lo publicó y si lo reconoce, vaya por delante que no es mi intención plagiarle.
Mi primera mamada fue con Alfredo.
¿Con ese idiota del pueblo? Pero si era un garrulo tontaina…
Ya, pero fue mi primer novio. Y eso de garrulo lo tengo que decir yo, que tú no lo conocías.
Bueno, pues eso, que era mi primer novio. No es que me gustara mucho ni fuera una eminencia el chaval, pero a esa edad, yo era la única de mis amigas que todavía no había salido con nadie. Y en el pueblo no tenía muchas opciones.
El caso es que el chico se fue a la capital interno a un colegio a estudiar FP. Rosa solo lo veía los fines de semana. Y no todos, porque alguno también se iba con sus padres ella, o él se quedaba estudiando o haciendo actividades en el internado.
Cuando venía llegaba embistiendo como un toro de lidia...
Hija, mas grafica no has podido ser…
Es que era así… brutote y sin muchas luces.
El caso es que un mes, no nos vimos entre unas cosas y otras. Cuando llegó estaba que no había quien lo contuviera.
Pero ¿Ya follabais? Pregunto Petra.
No, que va. En mi pueblo las cosas no iban tan rápido. A no ser que hubiese boda a la vista, lo normal es que nos aliviásemos con “trabajos manuales”.
No sé si me va a gustar oír esto… comento Rafa con sorna…
Cariño si fue mucho antes de conocerte comento Rosa con más guasa aun (donde las dan las toman).
El caso es que yo vivía en una casa de dos plantas. Abajo estaba mi abuela, muy mayor ya. Y arriba vivíamos nosotros. Ese viernes, mis padres salían a cenar con mi hermano pequeño. A mí me tocaba quedarme con la abuela. Así que mi novio se vino directo para casa.
No os podéis imaginar la escenita con mi abuela viendo la tele y él y yo sentados en la mesa camilla con las enaguas por encima, a lo calentito del brasero. Él me metía mano hasta donde podía.
Risas de petra y mías…
Que apuro!!! No había forma de que se estuviera quieto. Y yo temiendo que mi abuela, que estaba impedida pero de tonta no tenía un pelo, se diera cuenta. No podía manejarlo, así que decidí echarlo.
Abuela! Que mi novio se va ya. Voy a despedirlo.
Vale, vale….
Pero es que no veas como estaba el chico. Le iba a dar algo…No quería irse, así que pensé que o lo aliviaba un poco o se iba a liar. Subimos las escaleras al piso de arriba y allí, cerré la puerta y con él de pie, contra ella, le bajé la cremallera.
No veas como estaba la “cosa”…
Mas risas por nuestra parte…
Cuenta, cuenta...
Según Rosa, Alfredo quería que se fueran al dormitorio para estar más cómodos, pero ella temía que pudieran aparecer sus padres y prefería darle un alivio rápido.
Además, yo tenía muy claro que si íbamos a la cama o a mí se me ocurría quitarme las bragas en ese momento, adiós a la virginidad. No hubiese habido forma de contenerlo. Estaba como loco. Me la metía seguro.
Así que le dije: de eso nada. Aquí mismo y rápido que mis padres pueden aparecer en cualquier momento. El pareció resignarse.
Le baje los pantalones y arrodillándome le empecé a masturbar. Aquello estaba duro como el hierro y la punta de la verga casi morada de la acumulación de sangre.
La verdad es que fui muy torpe, porque con mi falta de experiencia y las prisas por que se corriera, no supe coger el ritmo adecuado. Vosotros ya me entendéis. Más que masturbarle le estaba dando sacudidas y además le arañé con las uñas los huevos y creo que la base del falo. Los dos nos pusimos nerviosos y yo solo podía pensar que mis padres llegaban y nos pillaban. La abuela sola abajo y yo con mi novio arriba. A ver como lo explicaba.
Así, que me ayude dándole besitos.
¿Besitos? Pregunto Petra. ¿Besitos dónde?
Pues ahí. Ya sabes…
¿Con lengua? Pregunte yo con toda mi mala intención…
Todos nos reímos, menos Rafa, claro, que poniendo los ojos en blanco comentó:
¡Cuánta tontería¡ Vamos, dilo claro. Que le hiciste una mamada…
Pues eso…
Mas risas…
En plan de coña y ya visto el cariz que tomaba la cosa, Rafa se rindió y entró al trapo…
¿Y no te daba asco chupársela a ése?
Pues mira, no. Es que él también me lo chupaba a mi alguna vez…
Descojone general…
Además, temía que me rompiera la blusa, así que me la abrí y me quite el sostén. A él le volvían loco mis tetas y yo sabía que solo vérmelas y pasarme su aparato por ellas, ya lo pondría a cien por hora.
La verdad es que si algo se puede destacar de Rosa en un primer vistazo, son sus tetas. Un par de pechos grandes, para nada caídos a pesar de la edad, con lo que supongo que en aquella época estarían aún más enhiestos y con dos pezones como galletas Maria, muy oscuros, casi negros. Yo había tenido la posibilidad de ver a esta mujer en topless y puedo dar fe de todo ello. Además, aunque no es una belleza, es muy jaquetona, una chica alta aunque estrecha de cintura y no demasiado trasero, lo que acentúa todavía más el tamaño de sus pechos.
Bueno, el caso es que en el momento en que Rosa comenzó a chuparle “la punta solo”, combinado con una paja sobre el falo, el chico ya no pudo aguantarse. Nos contó que por los movimientos de las piernas y la respiración ya supo que estaba a punto de llegar. Su preocupación, según nos dijo, era que no le “echara todo eso en la boca”.
Casi en el último segundo se la pudo sacar de la boca, justo a tiempo para que el primer chorro de semen le alcanzara en el cuello.
No os podéis imaginar cómo era aquello, nunca había visto algo parecido. Ninguna de las otras veces se había corrido así. Parecencia una manguera echando chorros de agua. Cómo venia de excitado…
Me entró miedo que salpicara todo y me pusiera perdida la ropa, así que la apreté contra mi canalillo y tetas. Su polla no dejaba de palpitar y soltar semen. Cerré los ojos y lo aguanté contra mí. No sé el tiempo que paso hasta que dejó de echar leche. Yo le apretaba con la mano como ordeñándolo cada poco, y todavía salían gotas. Cuando acabó, me separé y tenía restos de esperma por todo mi pecho. Salí corriendo a por servilletas de papel para limpiarme. Y al volver, todavía esta Alfredo con “eso” empalmado y goteando algo de leche. Lo limpié y pase la fregona por el suelo por si acaso.
Madre mía…rio de nuevo Petra. Lo dejaste seco.
Bueno, menudo tío. Al final cortamos antes de llegar a follar, pero si ese día me la mete, me sale la leche por las orejas.
Menudo atracón…jajaja…
Pues como Rafa sabe, no van por ahí mis gustos. Él sabe muy bien como complacerme y yo también a él. Pero no hablamos de calidad, sino de cantidad…
Ahí se terminó el juego. Ya estábamos suficientemente borrachos para pensar en irnos a casa.
Rafa aparentando enfado le dijo a Rosa:
Anda, tira para casa que te vas a enterar cuando lleguemos…
¿Me vas a castigar por haber sido mala?
Sí, me vas a tener que hacer una cosa detrás de la puerta del cuarto…
Mas risas…
En fin, que esa noche estaba igual que Petra, mas sorprendido y divertido que otra cosa.
Fue al día siguiente, remoloneando en la cama al despertar, cuando la imagen se me vino a la cabeza.
No pude evitar pensar en Rosa de rodillas, mamando aquella verga y con sus tetas oscilando. Estoy convencido que le quitó hierro al asunto por estar Rafa presente, pero casi seguro que se la chupó bien chupada y no solo la punta. La debía tener entera en su boca y es muy probable que el primer chorro de leche, le empapara los labios y la boca antes de que sorprendida, pudiera sacársela.
Imagine a aquel chaval joven, fuerte como un mulo y caliente tras casi un mes sin tocar pelo, corriéndose, la polla apretada contra las tetas de Rosa, escupiendo semen, mientras ella le iba ordeñando. Hubiese dado cualquier cosa por ver como la dejó, llena de esperma por todos lados. Corriéndole los goterones por el canalillo, por sus tetas y por sus negros pezones.