La Mujer de la Casa

calvason

Miembro muy activo
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13 Ago 2023
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Ubicación
MADRID
Hola me llamo Belen y soy de un pueblo de Toledo, vengo de una familia de ganaderos, mi padre y mi abuelo tienen una granja de cerdos, unos 400 y la verdad es que nos iba muy bien hasta que cuando tenía 17 años mi padre y mi madre decidieron separarse. A mi madre le salió un trabajo en Madrid y no lo desaprovechó. Mi hermana mayor que también estudiaba en Madrid se fue a vivir con ella, así que nuestra familia se dividió.
Yo me quedé con mi padre y mi abuelo, me gustaba el negocio y como mi hermana no quería saber nada de el mi padre decidió que sería para mi cuando mi abuelo y el faltaran.
Ahora os describiré como soy, morena de 1,70 de altura 60 kg bastante buen cuerpo, pero aquí acaba lo bueno, por que soy bastante fea, nariz fea, boca fea y ojos pequeños, la naturaleza es así, mi hermana y mi madre son bastante guapas pero yo soy lo que viene a ser un callo. Eso se reflejaba en mi relación con los chicos, mi primera relación sexual la tuve a los 16 años y a pesar de que me deje hacer todo lo que el quería, enseguida me di cuenta que el se avergonzaba de que nos vieran juntos en público, así que lo dejé. Después estuve con otros 3 chicos que actuaron de. la misma forma, así que me juré que jamas estaría con otro hombre que no me quisiera por como era yo y no sólo para follarme.
Mi vida social era bastante pobre, sólo tenía dos amigas tan poco agraciadas como yo, cuando estábamos juntas Nos dábamos cuenta como la gente hablaba de nosotras compadeciéndose "Pobre y la Belén con lo guapas que son la madre y la hermana, que pena".
En casa tome el rol que había tenido mi madre, aunque mi padre me obligaba a ir todos los días a la granja para enseñarme el funcionamiento, yo disfrutaba limpiando la casa, la ropa, haciendo la comida. Mi padre y mi abuelo me lo recompensaban con su cariño y siempre tenían palabras de elogio hacia mi.
En mi 18 cumpleaños solo hubo 4 invitados; mis amigas mi padre y mi abuelo, hicimos la celebración en el jardín de mi casa y como era verano y hacía muchísimo calor mis amigas y yo decidimos darnos un baño. Yo me había comprado un biquini muy sexy, que mostrara lo mejor que tenía, mi cuerpo que mejor ocasión que estrenarlo con mis mejores amigas.
Fue tan bien como había pensado al verme mis amigas gritaron wooow estas guapísima. El biquini era todo lo pequeño que podía ser sin llegar a ir desnuda, me encontraba feliz eran las únicas personas de las que recibía piropos, así que cuando mi padre me dijo que era una preciosidad me lancé sobre el a abrazarle y darle un beso.
Fue uno de los mejores cumpleaños que recuerdo y cuando se fueron mis amigas me puse a recoger. Entonces me di cuenta de una cosa, por primera vez vi a mi abuelo mirándome, mientras recogía la mesa pude ver el reflejo por la ventana y vi a mi abuelo mirándome el culo, y a pesar de lo que os podréis pensar, me hizo ilusión, por fin un hombre que me quiere por lo que soy y ademas le gusta mi culo jejej pensé. Al recoger la mesa me acerqué a el y le di un beso en la calva, sin querer mis tetas le dieron en la cara y mi abuelo dio un respingo, le pedí perdón y me contestó no hija no tienes que pedir perdón, mientras cambiaba su mirada de mi culo a mis tetas.
Os pensareis que vaya tontería, miles de veces las mujeres damos con nuestros pechos sin querer a miembros de nuestra familia, pero a mi la reacción de mi abuelo me gustó, comencé a ponerme ese biquini a diario y en el mercadillo de los jueves me compré un par más del mismo estilo. Cuando mi padre y mi abuelo venían de la granja les recibía con ellos puestos, aunque sólo mi abuelo parecía reaccionar a mis encantos, lo cual tengo q reconocer que me molestaba.
Fue una tarde a los pocos días de mi cumpleaños, yo me estaba bañando en la piscina y mi padre estaba tomando una cerveza en bañador, a pesar de todos mis esfuerzos mi padre ni me miraba, la felicidad del día de mi cumpleaños se estaba esfumando y me volvía a sentir tan fea como siempre.
 
Última edición:
Con esos pensamientos me metí dentro de casa, mi abuelo estaba sentado delante del televisor viendo una peli del oeste, pero al verme me volvió a clavar los ojos, me sentí incomoda un momento, se le iban los ojos al culo, el biquini era muy pequeño y se metía por la raja y hacía efecto tanga a pesar de no serlo. Enseguida se me pasó la incomodidad y me empecé a encontrar guapa otra vez ¡Que pocas veces podía decir eso! Entonces ocurrió, en una de las veces que pasé cerca de el Plash, sin darme cuenta me había dado un azote en el culo, el, ¡Abuelooo! me salió del alma, me quede sorprendida, el con una sonrisa picarona me seguía mirando el culo y dijo "Hay niña quien te pillara".
Creo que fue el piropo más bonito que me habían dicho en mi vida, de hecho había sido el primero y lejos de molestarme, me dio un vuelco al corazón, intenté que no se notara y me hice la ofendida, "Abuelo no se ud viejo verde". El me seguía mirando con esos ojos y entonces me di cuenta era una mirada lasciva, ¿A su nieta? ¿Mi abuelo me esta mirando lascivamente? La situación lejos de molestarme me comenzó a resultar ¿divertida?, ¿excitante? No hubiera sabido explicarlo, pero no se me ocurrió otra cosa que plantarle un beso en la calva como el día de mi cumpleaños, pero esta vez asegurándome de que tuviera un primer plano de mis tetas.
Tendríais que haber visto su cara, cuando me aparté estaba como hipnotizado, notaba sus ojos clavados en mi cuerpo y entonces empecé a notar un calor por todo mi cuerpo, no entendía que me estaba pasando, comencé a ponerme nerviosa y me fui, podía sentir los ojos de mi abuelo y el calor que sentía no hacía más que aumentar.
Empecé a andar por la casa sin rumbo, pensando, "Joder Belen que puta eres, mira que calentar a tu abuelo". Intentaba convencerme que lo que había hecho estaba mal, pero en realidad me estaba gustando, así que volví a la carga otra vez, le pregunté si le traía algo de beber, me dijo que un tinto de verano, se lo preparé y se lo llevé, al dejárselo en la mesita que había en frente del sofá me agaché, sabiendo la visión que tendría de mi trasero, efectivamente al incorporarme mi abuelo no sabía ni lo que le había traído. Estaba tan excitada y pletórica que sin pensarlo me senté pegada a el, le rodee el cuello con mi brazo y puse la cabeza en su pecho.
El me rodeó la espalda abrazándome, pero según pasaban los segundos su mano iba bajando, primero a mi pierna y poco apoco se deslizó a mi culo, yo me quedé quieta sintiendo su mano donde no podía estar, sabía que eso no estaba bien, que el era mi abuelo, pero me encantaba, así que ni me moví cuando su mano se iba aproximando a la raja del culo, de pronto lo sentí la comenzó a meter dentro del bañador, no me atrevía a moverme, sentía su piel, áspera en la mía y cuando llegó a mi ano solté un suspiro, un gemido, no se que fue pero estaba extasiada, estaba sintiendo placer y me lo estaba dando mi abuelo, no podía pensar con claridad y de pronto su dedo alcanzó mis labios, empezó a acariciármelos.
Yo ya estaba gimiendo pero por algún motivo me encontraba paralizada, no quería moverme no fuera que todo se desvaneciera como en un sueño y de pronto me llegó, casi sin darme cuenta, mi cuerpo empezó a convulsionarse y comencé a gemir y a jadear sin poder contenerme. Acababa de tener un orgasmo con mi abuelo.
 
Me incorporé sorprendida, mi abuelo me miraba también sorprendido, estaba empapada, el sofá y la mano de mi abuelo estaban mojados de mi flujo, me levanté apurada y salí corriendo al baño, me notaba el corazón a mil, seguía estando excitadísima notaba mi sexo húmedo ¿Que me estaba pasando? ¿Con mi abuelo? Intenté que sonara a reproche pero no pude, me había gustado demasiado.
Me quité el biquini que estaba empapado en flujo y me di una ducha rápida, a pesar de eso seguía excitada, necesitaba más, mis experiencias con los hombres habían sido horribles, hasta el punto de humillarme y amenazarme con que si contaba que había estado con ellos dirían que era mentira o que era una puta.
Entonces se me vino una idea a la cabeza, eso no pasaría ni con mi abuelo ni con mi padre, ellos eran los hombres que siempre había estado buscando, que me querían por lo que era y que nunca se avergonzarían de mi. Me miré al espejo y vi la cara que siempre me había disgustado ¿Me verían mi padre y mi abuelo tan fea como me veía yo y el resto de la gente? Sin embargo me fijé en mi cuerpo, siempre había pensado que era lo mejor que tenía, aunque era demasiado delgada, mi culo no estaba mal y mis tetas tampoco, usaba una 95 y al ser tan delgada parecían más grandes de lo que eran.
En ese mismo momento tomé una decisión "Mis hombres disfrutarían de lo mejor que tenía" Me encontraba ilusionada y excitada al mismo nivel, fui al armario, cogí una camiseta que me quedaba ajustada y uno de mis tangas, me los puse y me estuve un buen rato mirando en el espejo, por primera vez en mi vida me gustaba lo que veía, salí de mi habitación para hacer la cena.
No vi a nadie en el camino hasta la cocina, entré y me puse a hacer la cena, no se el tiempo que había pasado cuando me sobresaltó una presencia, me giré y mi padre estaba en el quicio de la puerta, al girarme el también se asustó ¿Que vas a hacer de cenar? Me preguntó y noté como estaba nervioso ¿Cuanto tiempo llevaría allí mirando? ¿Le gustará lo que ve? Me sorprendí con estas preguntas, Jodé que guarra eres Belen, pero el sólo hecho de pensar que mi padre me había estado mirando a escondidas me había vuelto a poner cachonda, si esa era la mejor palabra para describir mi estado.
Le dije que se sentará mientras acababa la cena, estaba decidida y no iba a parar, tenía a mi abuelo en el bote y mi padre tendría que caer también. En ese momento me sentí con poder, mi padre intentaba no mirar, estaba haciendo esfuerzos, pero se le iba la vista, yo se lo ponía fácil, me agachaba con la excusa de recoger algo y así el podía ver lo mejor de mi.
Era de lo poco de lo que me sentía orgullosa, mi culo. A la granja que estaba a 1 km de mi casa aproximadamente iba siempre en bici unas 4 veces al día, con mis amigas también hacía rutas así que el ejercicio valió para algo, mis tetas también me gustaban, eran en forma de pera y mis pezones eran oscuros y grandes, nunca imaginé que una camiseta ajustada y sin sujetador me quedara tan bien.
Estaba tan absorta en mis pensamientos que no me había dado cuenta que mi abuelo había entrado a la cocina, estaba sentado a la mesa y al igual que mi padre intentaba no mirar, pero tampoco podía. La situación llegó a a ser cómica los dos intentando no mirar mientras observaban que hacía el otro.
Fue la mejor cena de mi vida, como disfruté me contoneé, me exhibí, me sentí guapa y poderosa por primera vez en mi vida y esto no había hecho mas que empezar.
 
Me incorporé sorprendida, mi abuelo me miraba también sorprendido, estaba empapada, el sofá y la mano de mi abuelo estaban mojados de mi flujo, me levanté apurada y salí corriendo al baño, me notaba el corazón a mil, seguía estando excitadísima notaba mi sexo húmedo ¿Que me estaba pasando? ¿Con mi abuelo? Intenté que sonara a reproche pero no pude, me había gustado demasiado.
Me quité el biquini que estaba empapado en flujo y me di una ducha rápida, a pesar de eso seguía excitada, necesitaba más, mis experiencias con los hombres habían sido horribles, hasta el punto de humillarme y amenazarme con que si contaba que había estado con ellos dirían que era mentira o que era una puta.
Entonces se me vino una idea a la cabeza, eso no pasaría ni con mi abuelo ni con mi padre, ellos eran los hombres que siempre había estado buscando, que me querían por lo que era y que nunca se avergonzarían de mi. Me miré al espejo y vi la cara que siempre me había disgustado ¿Me verían mi padre y mi abuelo tan fea como me veía yo y el resto de la gente? Sin embargo me fijé en mi cuerpo, siempre había pensado que era lo mejor que tenía, aunque era demasiado delgada, mi culo no estaba mal y mis tetas tampoco, usaba una 95 y al ser tan delgada parecían más grandes de lo que eran.
En ese mismo momento tomé una decisión "Mis hombres disfrutarían de lo mejor que tenía" Me encontraba ilusionada y excitada al mismo nivel, fui al armario, cogí una camiseta que me quedaba ajustada y uno de mis tangas, me los puse y me estuve un buen rato mirando en el espejo, por primera vez en mi vida me gustaba lo que veía, salí de mi habitación para hacer la cena.
No vi a nadie en el camino hasta la cocina, entré y me puse a hacer la cena, no se el tiempo que había pasado cuando me sobresaltó una presencia, me giré y mi padre estaba en el quicio de la puerta, al girarme el también se asustó ¿Que vas a hacer de cenar? Me preguntó y noté como estaba nervioso ¿Cuanto tiempo llevaría allí mirando? ¿Le gustará lo que ve? Me sorprendí con estas preguntas, Jodé que guarra eres Belen, pero el sólo hecho de pensar que mi padre me había estado mirando a escondidas me había vuelto a poner cachonda, si esa era la mejor palabra para describir mi estado.
Le dije que se sentará mientras acababa la cena, estaba decidida y no iba a parar, tenía a mi abuelo en el bote y mi padre tendría que caer también. En ese momento me sentí con poder, mi padre intentaba no mirar, estaba haciendo esfuerzos, pero se le iba la vista, yo se lo ponía fácil, me agachaba con la excusa de recoger algo y así el podía ver lo mejor de mi.
Era de lo poco de lo que me sentía orgullosa, mi culo. A la granja que estaba a 1 km de mi casa aproximadamente iba siempre en bici unas 4 veces al día, con mis amigas también hacía rutas así que el ejercicio valió para algo, mis tetas también me gustaban, eran en forma de pera y mis pezones eran oscuros y grandes, nunca imaginé que una camiseta ajustada y sin sujetador me quedara tan bien.
Estaba tan absorta en mis pensamientos que no me había dado cuenta que mi abuelo había entrado a la cocina, estaba sentado a la mesa y al igual que mi padre intentaba no mirar, pero tampoco podía. La situación llegó a a ser cómica los dos intentando no mirar mientras observaban que hacía el otro.
Fue la mejor cena de mi vida, como disfruté me contoneé, me exhibí, me sentí guapa y poderosa por primera vez en mi vida y esto no había hecho mas que empezar.
deseando que continúes el relato parece tener muy buena pinta
 
Después de cenar metimos los cacharros en el lavavajillas y nos fuimos a ver una peli, el salón es bastante grande y tenemos dos sofás, en uno se puso mi abuelo y yo me puse en el otro junto a mi padre, me recosté en uno de los lados para que los dos pudieran verme. Solo hacía un par de horas que mi abuelo me había hecho un dedo donde ahora estábamos sentados, no podía dejar de mirar a mi abuelo y el no hacía más que mirarme, que situación. Al acabar la película les dí un beso y les dije que estaba cansada y que me iba a dormir, salí contoneando del salón y me fui a la cama.
Entre el calor y lo excitada que estaba no podía dormir, oí a mi padre y a mi abuelo despedirse, había dejado la puerta de la habitación abierta y la ventana también para que hubiera corriente, aun así estaba sudando y dando vueltas en la cama, cuando noté que alguien entraba en mi habitación, por un momento pensé que era mi padre, pero enseguida comprobé que era mi abuelo, me le que dé mirando, el no dijo nada y se sentó en el borde de la cama. Los dos nos quedamos mirando sin saber que hacer, entonces me giré dejando mi culo con el tanga, mi abuelo empezó a acariciarme los muslos, el culo, muy suave, de pronto noté como me empezó a bajar el tanga, por un momento no supe que hacer, no era fácil que me lo quitara en esa posición así que se lo facilita poniéndome boca arriba. Me sorprendió la agilidad y suavidad con que me lo bajo hasta los tobillos, me notaba húmeda por la excitación, mi abuelo me acariciaba las pantorrillas y los mulos por la parte de dentro pero sin llegar a mi vagina.
Notaba la humedad en mi coño, estaba excitadísima, pero no quería hacer ruido, comencé a contorsionarme ahogando los gemidos y me di cuenta de que mis pezones estaban erectos. Mi abuelo también se dio cuenta y en un movimiento rápido metió la mano por dentro de la camiseta, al sentir su mano en mis tetas acariciándolas y apretándolas no pude mas y solté un gemido. Mi abuelo se asustó y quitó la mano, se giró rápido hacia la puerta pero al ver que no había nadie se tranquilizó se levantó cerro la puerta y se me quedó mirando.
Me había asustado también pero en ese momento sentí un poco de miedo, me di cuenta que estaba a merced de mi abuelo, me sentía indefensa.
 
Después de cenar metimos los cacharros en el lavavajillas y nos fuimos a ver una peli, el salón es bastante grande y tenemos dos sofás, en uno se puso mi abuelo y yo me puse en el otro junto a mi padre, me recosté en uno de los lados para que los dos pudieran verme. Solo hacía un par de horas que mi abuelo me había hecho un dedo donde ahora estábamos sentados, no podía dejar de mirar a mi abuelo y el no hacía más que mirarme, que situación. Al acabar la película les dí un beso y les dije que estaba cansada y que me iba a dormir, salí contoneando del salón y me fui a la cama.
Entre el calor y lo excitada que estaba no podía dormir, oí a mi padre y a mi abuelo despedirse, había dejado la puerta de la habitación abierta y la ventana también para que hubiera corriente, aun así estaba sudando y dando vueltas en la cama, cuando noté que alguien entraba en mi habitación, por un momento pensé que era mi padre, pero enseguida comprobé que era mi abuelo, me le que dé mirando, el no dijo nada y se sentó en el borde de la cama. Los dos nos quedamos mirando sin saber que hacer, entonces me giré dejando mi culo con el tanga, mi abuelo empezó a acariciarme los muslos, el culo, muy suave, de pronto noté como me empezó a bajar el tanga, por un momento no supe que hacer, no era fácil que me lo quitara en esa posición así que se lo facilita poniéndome boca arriba. Me sorprendió la agilidad y suavidad con que me lo bajo hasta los tobillos, me notaba húmeda por la excitación, mi abuelo me acariciaba las pantorrillas y los mulos por la parte de dentro pero sin llegar a mi vagina.
Notaba la humedad en mi coño, estaba excitadísima, pero no quería hacer ruido, comencé a contorsionarme ahogando los gemidos y me di cuenta de que mis pezones estaban erectos. Mi abuelo también se dio cuenta y en un movimiento rápido metió la mano por dentro de la camiseta, al sentir su mano en mis tetas acariciándolas y apretándolas no pude mas y solté un gemido. Mi abuelo se asustó y quitó la mano, se giró rápido hacia la puerta pero al ver que no había nadie se tranquilizó se levantó cerro la puerta y se me quedó mirando.
Me había asustado también pero en ese momento sentí un poco de miedo, me di cuenta que estaba a merced de mi abuelo, me sentía indefensa.
Me tienes enganchado a este hilo, solo una apreciación hablas de un dedo del abuelo a la nieta.... Es posible que no hayas relatado eso o es que me lo e saltado???
Sigue así sme la pones como a un pony viejo
 
Acabo de releerlo y me pongo cerdisimo que ganas de que continues
 
Después de cenar metimos los cacharros en el lavavajillas y nos fuimos a ver una peli, el salón es bastante grande y tenemos dos sofás, en uno se puso mi abuelo y yo me puse en el otro junto a mi padre, me recosté en uno de los lados para que los dos pudieran verme. Solo hacía un par de horas que mi abuelo me había hecho un dedo donde ahora estábamos sentados, no podía dejar de mirar a mi abuelo y el no hacía más que mirarme, que situación. Al acabar la película les dí un beso y les dije que estaba cansada y que me iba a dormir, salí contoneando del salón y me fui a la cama.
Entre el calor y lo excitada que estaba no podía dormir, oí a mi padre y a mi abuelo despedirse, había dejado la puerta de la habitación abierta y la ventana también para que hubiera corriente, aun así estaba sudando y dando vueltas en la cama, cuando noté que alguien entraba en mi habitación, por un momento pensé que era mi padre, pero enseguida comprobé que era mi abuelo, me le que dé mirando, el no dijo nada y se sentó en el borde de la cama. Los dos nos quedamos mirando sin saber que hacer, entonces me giré dejando mi culo con el tanga, mi abuelo empezó a acariciarme los muslos, el culo, muy suave, de pronto noté como me empezó a bajar el tanga, por un momento no supe que hacer, no era fácil que me lo quitara en esa posición así que se lo facilita poniéndome boca arriba. Me sorprendió la agilidad y suavidad con que me lo bajo hasta los tobillos, me notaba húmeda por la excitación, mi abuelo me acariciaba las pantorrillas y los mulos por la parte de dentro pero sin llegar a mi vagina.
Notaba la humedad en mi coño, estaba excitadísima, pero no quería hacer ruido, comencé a contorsionarme ahogando los gemidos y me di cuenta de que mis pezones estaban erectos. Mi abuelo también se dio cuenta y en un movimiento rápido metió la mano por dentro de la camiseta, al sentir su mano en mis tetas acariciándolas y apretándolas no pude mas y solté un gemido. Mi abuelo se asustó y quitó la mano, se giró rápido hacia la puerta pero al ver que no había nadie se tranquilizó se levantó cerro la puerta y se me quedó mirando.
Me había asustado también pero en ese momento sentí un poco de miedo, me di cuenta que estaba a merced de mi abuelo, me sentía indefensa.
ufffffffffffff que morbazo te felicito por tu relato , sigue por favor.
 
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