En estas fechas tan espirituales, resulta emocionante comprobar que eres tan piadosa y devota. Claro que lo eres de tu propio culto, igualmente ancestral pero mucho más sensual, en el que la transfiguración de la carne se obtiene a través de ceremonias menos místicas y más terrenales. Como suma sacerdotisa, te debemos devoción a pesar de que el ritual que propones pueda intimidarnos en un primer momento. Pero como dice la sabiduría popular, siempre hay una primera vez para todo… Y más si es para honrar el culto.
(Eso sí, Princesa, ¿no encontraste un strap-on más grande?

Madre mía, qué barbaridad, con semejante instrumental no sé si pretendes sodomizar a alguien o explorar la Fosa de las Marianas, no sé si vas a tener suficiente lubricante con ese bote

)