Espero que esa tristeza sea pasajera. Yo también estoy de verano melancólico, la vida en pareja no es sencilla.
Pero sobre los ojos tristes, es otro de los préstamos estéticos del siglo XIX, que por culpa de los románticos, puso de moda la languidez y la mirada melancólica como signo de belleza femenina, ese canto a la mujer frágil que no deja de tener algo de perverso y machista, de miedo a las mujeres con carácter (que en esa misma época eran vistas con desprecio, creando otro mito aún vigente, el de la femme fatale con Salomé como icono).
Por esa perniciosa herencia cultural, también puedo hallar belleza en esos ojos tristes. Pero prefiero que sea una mirada pasajera y que sea lo que sea, ya haya pasado esa melancolía