Sigo con la fantasía. Mi mujer les da la bienvenida poniéndose a cuatro patas y recibiendo sus envestidas por turnos, lo que hace que ellos aguanten una eternidad, pero ella va encadenando un orgasmo tras otro. Ya no puede reprimir sus gritos y temiendo que alerte a toda la playa le dan rabo a mamar y así se van turnando de su boca a su coño, dejando a mi mujer exhausta por recibir tanto placer. Lo lateros se corren uno sobre sus nalgas y el otro la saca de su boca para llenarle la cara de churretones blancos, recibiendo ella ambas corridas con satisfacción y cara de zorra agradecida.
La verdad es que cuando vamos a la playa y se exige con sus tangas, sueño con que pase algo parecido pero de momento solo es eso un sueño.