Experiencias en el colegio o instituto

Ya lo conté. Mi colega y yo eramos los guaperillas del insti. Nos juntabamos toda la banda para "estudiar" en casa de mi colega ya que sus padres nunca estaban y terminabamos en la cama de matrimonio liandonos entre todos. Eramos él y yo y tres chavalas, las mas guarrilas o adelantadas jajaja. Eso si, sin follar porque tendríamos unos 15.

De vez en cuando se unía algúna chica mas y los dos la probabamos pero los fijos siempre eramos los 5. Como firmaba por volver a aquella cama donde nos faltaban manos...
Os llamaban pulpos no? Xdd
 
Cuando íbamos por 1° de la eso mis colegas y yo nos topamos con un grupillo de tres chicas mayores que nosotros, irían por 3° o 4°. Obviamente mucho más versadas y conocedoras del tema, nosotros apenas éramos unos pajerillos empezando a descubrir el porno y la sexualidad. No recuerdo muy bien cómo ni por que motivo exactamente, pero la cosa es que empezamos a hablar con ellas durante los recreos. Obviamente con el tiempo las conversaciones iban a temas más picantes y explícitos. Sin duda vivimos experiencias muy morbosas con ellas.

La primera de todas fue cuando una se levantó la falda (era un colegio privado religioso y teníamos uniforme, falda las chicas y nosotros pantalón) y nos enseñó las braguitas y pudimos ver cómo se le marcaba el coño. Fue a lo sumo un minuto, pero esa imagen se nos quedó grabada en la retina por mucho tiempo. Luego obviamente no paraban de preguntar si nos habíamos pajeado pensando en aquello y demás.

Otra cosa fue cuando jugábamos a la botella o a verdad o atrevimiento. Teníamos un rincón en el que gozábamos de algo de "privacidad" lejos de la vigilancia de los profesores, así que pudimos girar la botella algunas veces y ganarnos algunos besos o más bien, rozar nuestros labios con ellas, pero que en esa época era más que suficiente.

Ya luego, como decía, de normal y con la confianza, nos dejaban tocarlas. En plan, sobarles el culo o las piernas. Las tetas no siempre, pero cuando estaban de humor te dejaban tocar un rato. Obviamente de tocarlas se nos ponía dura la polla y ellas tambien no perdían oportunidad en tocar y sobarnos un poco la polla sobre el pantalón a ver a cuál se nos ponía dura más rápido o cuál la tenía más morcillona. Pero jamás pasó nada más a parte de las pajas que nos hacíamos en casa luego de aquello.
 

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