Experiencias con mi novia golfa y como hicimos tríos

Marte100

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10 Sep 2025
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Hace años tuve una novia con la que tuve experiencias muy morbosas y con la que acabé haciendo algunos tríos que resultaron ser muy morbosos por el trío en sí y por las situaciones previas que vivimos.

A priori ninguno de los dos se había planteado hacer tríos ni cosas así, pero las cosas se fueron desarrollando lentamente. Al principio teníamos fantasías, después ya nos lo imaginábamos y poco a poco fuimos planteándonos hacerlo. O al menos ir viendo poco a poco dando pasos y viendo si nos apetecía o solo quedaba en una fantasía. Cada vez nos parecía más morboso planteárnoslo y acabamos quedando con algún tío para follarla entre los dos; sin nada entre nosotros. Los dos con ella.

Ahora bien, si los tríos fueron morbosos, las situaciones previas en las que nos lo planteábamos y como nos fuimos planteando esa posibilidad no resulta menos excitante.

Quizá a alguno le pueda resultar de ayuda para intentar algo así con su pareja si tiene interés en probar una experiencia así.

Yo después hice algunos tríos más con alguna follamiga e incluso siendo yo el “invitado” pero no es lo mismo. Es mucho más morboso con tu pareja porque ya tienes una complicidad, hablas de ello, fantaseas, vas viendo las conversaciones con los posibles candidatos y todo eso resulta muy morboso.

Antes de llegar a contar los tríos hay que entender como llegamos a esa situación en la que ambos teníamos ganas de probar algo así. Y para eso hay que conocer un poco como fueron las cosas.

Ella se llamaba Raquel (nombre ficticio) y estaba realmente bien. Melena morena larga y lisa con el pelo muy cuidado, ojos verdes y bastante guapa. Mide casi 1,70 y tiene una figura esbelta. Está delgada pero no flaca. Unas piernas largas y muy buen culo; culo de deportista aunque no hacía apenas deporte. Como suele pasar con las chicas delgadas, ella no tenía mucho pecho. No es que fueran unas tetas minúsculas pero no eran grandes. Digamos que eran unas tetas normales pero mas bien tirando a pequeñas. Ella sabía que no era su punto fuerte y apenas se ponía ropa escotada ni demasiado ceñida en el pecho. Su punto fuerte eran el culo y las piernas. Ya digo. El culo era respingón y firme. Y las piernas eran largas y bien torneadas. Ya digo, era como si hiciese deporte pero no hacía apenas ejercicio. Por eso solía vestir faldas cortas y vaqueros ajustados que sí que le quedaban bien y solía lucirse bastante. Decía que estaba mejor con 40 años que con 20.

Vestía elegante pero sin pasarse. Mucho vaquero y alguna falda corta pero sin pasarse. No se maquillaba mucho ni usaba demasiadas joyas. Decía bromeando que ir sobrecargada de joyas y maquillaje le haría parecer una prostituta y ella era puta pero sin cobrar; ella era puta por placer.

No es que fuera una top model pero estaba buena y los tíos se fijaban en ella. Y eso a ella le encantaba. Le gustaba que los tíos la mirasen y calentar a los que se cruzaba por la calle. Si los tíos se giraban al mirarla por la calle fingía no enterarse pero luego venía a contármelo a mi riéndose. Se cortaba un poco porque vivía en una ciudad pequeña y mucha gente la conocía pero cuando salíamos a tomar algo a alguna terraza, solía darse algún paseo por la terraza con la excusa de ir a saludar a alguien o entrar al bar o lo que fuese. Sabía muy bien que algunos tíos la mirarían y cuando saludaba a alguien solía apoyarse en el respaldo de una silla con el culo en pompa. Ella a eso lo llama putipaseo o putivuelta o algo así. No me acuerdo.

después, cuando volvía conmigo, me comentaba que tal tío no le quitaba ojo, que si el otro, que estaba con su mujer, no se atrevía a mirarla por si le pillaba la esposa, y cosas así. Ella lo tomaba a broma pero también le resultaba morboso. Curiosamente le resultaba más morboso calentar a los tíos más salidos. Aunque fueran viejos verdes o unos babosos que ella no tocaría ni con un palo, si la miraban ella seguía el juego de calentarlos más y mas. A los tíos buenos también, claro, pero con los típicos salidos viciosos se ponía más cachonda. A veces, si llevaba un par de vinos, iba al baño y se quitaba las bragas (si llevaba falda, claro). En realidad para los que la miraban era exactamente lo mismo pero a ella le parecía más morboso.

A mi también me parecía morboso. Por dos razones. Una porque antes de levantarse a zorrear ya me decía quien la iba a mirar de arriba abajo y de esa forma yo también participaba en el juego. Y la otra razón era que yo sabía que ella se estaba poniendo como una moto y eso a mi me ponía a mil y que íbamos a follar acordándonos de esos salidos que se iban a pajear acordándose de ella;



E

Vivía en una ciudad pequeña y mucha gente la conocía por lo que no le gustaba dar la nota demasiado. Al menos en los sitios donde la pudieran conocer

Salimos a tomar unas copas y acabamos en mi casa follando, como era de esperar. A la mañana siguiente hacía bastante frío y nos quedamos en mi casa. Recuerdo que yo estaba tomando una cerveza y viendo en la tele la Formula 1 mientras ella me estaba haciendo una mamada. Lo recuerdo porque pensé que esa debía ser la situación deseada por cualquier tío, jaja. Estar viendo la tele con una cerveza mientras te la chupan. Es solo una anécdota.

El caso es que ella desde el primer día me habla de sexo con bastante naturalidad y me contaba las cosas que le ponían cachonda. Yo creo que eso es fundamental para todo aquel que quiera hacer un trío con su pareja. Una forma de comenzar es conseguir que ella cuente lo que le gusta, aunque sea una chorrada. Si se empieza a hablar con pequeñas chorradillas que le pongan cachonda, después, poco a poco, ya se ira subiendo el nivel de las fantasías. Hay que ir poco a poco.

Ella me contaba que le ponía cachonda que yo llegase algún día a su casa y la follase nada más llegar, sin apenas saludarle. Y lo hicimos, claro. Un día, según subía en el ascensor de su casa, me saqué la polla (llevaba una trenka cerrada por si me cruzaba con algún vecino) y cuando me abrió la puerta le puse a chupármela y la follé a cuatro patas sin ni siquiera quitarme la trenka.

También le ponía que no llevase calzoncillos y cuando me bajase el pantalón ya saliese la polla directamente tiesa; como en las pelis porno. También lo hicimos, claro.

Muchas de esas cosas eran más morbosas cuando las imaginas que cuando las llevas a la práctica. Pero son fáciles de llevar a cabo y así sales de la rutina.

En otro hilo de por aquí conté otra vez que ella quería ir a follar en un camino de tierra en el que ella, al volver del trabajo, solía ver coches aparcados que suponía que estaban follando. Le daba morbo ir a follar ahí y así hicimos, claro.

El caso es que ella hablaba de lo que le apetecía y de sexo en general con bastante naturalidad y supongo que eso es fundamental para poder ir poco a poco aumentando las conversaciones morbosas.

Me contó que desde su divorcio y hasta conocernos había tenido un par de follamigos que la follaban de vez en cuando. Uno de ellos era un compañero de trabajo. Por lo visto el tío era un poco raro y en el trabajo apenas le dirigía la palabra. Un día le mandó una solicitud de amista en ******** y ella aceptó. El tío empezó a escribirle por ******** pero seguía sin apenas hablarle en el trabajo, como si no se conociesen. El caso es que el tío quería follarla, claro. Al final quedaron para follar. Acordaron verse en el parking de un centro comercial, dejar el coche de ella allí e ir en un solo coche a un motel.

Cuando llegó al parking ella se subió al coche del tío y este ya tenía la polla fuera y estaba todo empalmado. Y le dijo -chupa-. Ella se quedó un poco sorprendida y dudando y el tío le dijo -que chupes- cogiéndole la cabeza para llevarla a su polla. Ella se la chupo allí mismo. Habían aparcado en una zona del parking algo alejada y era ya de noche pero la zona estaba iluminada con farolas y pasaban algunos coches de vez en cuando.

Me contaba que lo de chupársela allí en el parking le puso muy cachonda porque veía las luces de los coches pasar al lado del suyo y se imagina que alguien se habría dado cuenta de lo que pasaba.

Tanto le gustó lo del coche que estuvimos unos cuantos meses follando muy a menudo en el coche. Como si fuésemos adolescentes. Si salíamos a tomar algo y se tomaba un par de vinos ya me la chupaba en el mismo parking o bien mientras conducía. A veces llegábamos a casa y en vez de subir a follar, nos íbamos de nuevo a algún descampado a follar en el coche.

A menudo íbamos a un área recreativa cerca de su casa donde suelen ir las parejas a follar y también suele haber mirones. A ella solo de pensarlo la ponía a cien. Muchas veces yo me bajaba del coche, abría la puerta del copiloto, donde iba ella, y me sacaba la polla para que me la chupase. Al estar con la puerta abierta se encendía la luz de cortesía con lo que cualquiera que estuviese cerca podía darse cuenta de lo que estaba pasando. Solía haber coches aparcados por los alrededores pero estaban un poco apartados y me imagino que estarían follando por lo que no estaban muy pendientes de los demás. Además, la luz de cortesía es muy tenue con lo que no se puede ver con demasiada claridad.

después de que me la chupase en la puerta del coche, se ponía a 4 patas en el asiento del acompañante y la follaba desde fuera del coche. O bien nos íbamos al asiento trasero y follabamos con la puerta abierta para que la luz estuviese encendida.

A ella le daba morbo exhibirse y que la pudiesen ver algún mirón que se pajease viendo la escena.

La verdad es que nunca vimos a ningún mirón ni los coches que también estaban follando parecieron dar señales de vida ni siquiera de darse cuenta de lo que pasaba. Pero a nosotros nos daba mucho morbo. Sobre todo que pudiese haber mirones y que se pajeasen a la salud de Raquel.
 
Estoy intentando compartir aquí el enlace de un par de anécdotas que he escrito hace tiempo en otro hilo pero no sé como se hace.
 
Hace años tuve una novia con la que tuve experiencias muy morbosas y con la que acabé haciendo algunos tríos que resultaron ser muy morbosos por el trío en sí y por las situaciones previas que vivimos.

A priori ninguno de los dos se había planteado hacer tríos ni cosas así, pero las cosas se fueron desarrollando lentamente. Al principio teníamos fantasías, después ya nos lo imaginábamos y poco a poco fuimos planteándonos hacerlo. O al menos ir viendo poco a poco dando pasos y viendo si nos apetecía o solo quedaba en una fantasía. Cada vez nos parecía más morboso planteárnoslo y acabamos quedando con algún tío para follarla entre los dos; sin nada entre nosotros. Los dos con ella.

Ahora bien, si los tríos fueron morbosos, las situaciones previas en las que nos lo planteábamos y como nos fuimos planteando esa posibilidad no resulta menos excitante.

Quizá a alguno le pueda resultar de ayuda para intentar algo así con su pareja si tiene interés en probar una experiencia así.

Yo después hice algunos tríos más con alguna follamiga e incluso siendo yo el “invitado” pero no es lo mismo. Es mucho más morboso con tu pareja porque ya tienes una complicidad, hablas de ello, fantaseas, vas viendo las conversaciones con los posibles candidatos y todo eso resulta muy morboso.

Antes de llegar a contar los tríos hay que entender como llegamos a esa situación en la que ambos teníamos ganas de probar algo así. Y para eso hay que conocer un poco como fueron las cosas.

Ella se llamaba Raquel (nombre ficticio) y estaba realmente bien. Melena morena larga y lisa con el pelo muy cuidado, ojos verdes y bastante guapa. Mide casi 1,70 y tiene una figura esbelta. Está delgada pero no flaca. Unas piernas largas y muy buen culo; culo de deportista aunque no hacía apenas deporte. Como suele pasar con las chicas delgadas, ella no tenía mucho pecho. No es que fueran unas tetas minúsculas pero no eran grandes. Digamos que eran unas tetas normales pero mas bien tirando a pequeñas. Ella sabía que no era su punto fuerte y apenas se ponía ropa escotada ni demasiado ceñida en el pecho. Su punto fuerte eran el culo y las piernas. Ya digo. El culo era respingón y firme. Y las piernas eran largas y bien torneadas. Ya digo, era como si hiciese deporte pero no hacía apenas ejercicio. Por eso solía vestir faldas cortas y vaqueros ajustados que sí que le quedaban bien y solía lucirse bastante. Decía que estaba mejor con 40 años que con 20.

Vestía elegante pero sin pasarse. Mucho vaquero y alguna falda corta pero sin pasarse. No se maquillaba mucho ni usaba demasiadas joyas. Decía bromeando que ir sobrecargada de joyas y maquillaje le haría parecer una prostituta y ella era puta pero sin cobrar; ella era puta por placer.

No es que fuera una top model pero estaba buena y los tíos se fijaban en ella. Y eso a ella le encantaba. Le gustaba que los tíos la mirasen y calentar a los que se cruzaba por la calle. Si los tíos se giraban al mirarla por la calle fingía no enterarse pero luego venía a contármelo a mi riéndose. Se cortaba un poco porque vivía en una ciudad pequeña y mucha gente la conocía pero cuando salíamos a tomar algo a alguna terraza, solía darse algún paseo por la terraza con la excusa de ir a saludar a alguien o entrar al bar o lo que fuese. Sabía muy bien que algunos tíos la mirarían y cuando saludaba a alguien solía apoyarse en el respaldo de una silla con el culo en pompa. Ella a eso lo llama putipaseo o putivuelta o algo así. No me acuerdo.

después, cuando volvía conmigo, me comentaba que tal tío no le quitaba ojo, que si el otro, que estaba con su mujer, no se atrevía a mirarla por si le pillaba la esposa, y cosas así. Ella lo tomaba a broma pero también le resultaba morboso. Curiosamente le resultaba más morboso calentar a los tíos más salidos. Aunque fueran viejos verdes o unos babosos que ella no tocaría ni con un palo, si la miraban ella seguía el juego de calentarlos más y mas. A los tíos buenos también, claro, pero con los típicos salidos viciosos se ponía más cachonda. A veces, si llevaba un par de vinos, iba al baño y se quitaba las bragas (si llevaba falda, claro). En realidad para los que la miraban era exactamente lo mismo pero a ella le parecía más morboso.

A mi también me parecía morboso. Por dos razones. Una porque antes de levantarse a zorrear ya me decía quien la iba a mirar de arriba abajo y de esa forma yo también participaba en el juego. Y la otra razón era que yo sabía que ella se estaba poniendo como una moto y eso a mi me ponía a mil y que íbamos a follar acordándonos de esos salidos que se iban a pajear acordándose de ella;



E

Vivía en una ciudad pequeña y mucha gente la conocía por lo que no le gustaba dar la nota demasiado. Al menos en los sitios donde la pudieran conocer

Salimos a tomar unas copas y acabamos en mi casa follando, como era de esperar. A la mañana siguiente hacía bastante frío y nos quedamos en mi casa. Recuerdo que yo estaba tomando una cerveza y viendo en la tele la Formula 1 mientras ella me estaba haciendo una mamada. Lo recuerdo porque pensé que esa debía ser la situación deseada por cualquier tío, jaja. Estar viendo la tele con una cerveza mientras te la chupan. Es solo una anécdota.

El caso es que ella desde el primer día me habla de sexo con bastante naturalidad y me contaba las cosas que le ponían cachonda. Yo creo que eso es fundamental para todo aquel que quiera hacer un trío con su pareja. Una forma de comenzar es conseguir que ella cuente lo que le gusta, aunque sea una chorrada. Si se empieza a hablar con pequeñas chorradillas que le pongan cachonda, después, poco a poco, ya se ira subiendo el nivel de las fantasías. Hay que ir poco a poco.

Ella me contaba que le ponía cachonda que yo llegase algún día a su casa y la follase nada más llegar, sin apenas saludarle. Y lo hicimos, claro. Un día, según subía en el ascensor de su casa, me saqué la polla (llevaba una trenka cerrada por si me cruzaba con algún vecino) y cuando me abrió la puerta le puse a chupármela y la follé a cuatro patas sin ni siquiera quitarme la trenka.

También le ponía que no llevase calzoncillos y cuando me bajase el pantalón ya saliese la polla directamente tiesa; como en las pelis porno. También lo hicimos, claro.

Muchas de esas cosas eran más morbosas cuando las imaginas que cuando las llevas a la práctica. Pero son fáciles de llevar a cabo y así sales de la rutina.

En otro hilo de por aquí conté otra vez que ella quería ir a follar en un camino de tierra en el que ella, al volver del trabajo, solía ver coches aparcados que suponía que estaban follando. Le daba morbo ir a follar ahí y así hicimos, claro.

El caso es que ella hablaba de lo que le apetecía y de sexo en general con bastante naturalidad y supongo que eso es fundamental para poder ir poco a poco aumentando las conversaciones morbosas.

Me contó que desde su divorcio y hasta conocernos había tenido un par de follamigos que la follaban de vez en cuando. Uno de ellos era un compañero de trabajo. Por lo visto el tío era un poco raro y en el trabajo apenas le dirigía la palabra. Un día le mandó una solicitud de amista en ******** y ella aceptó. El tío empezó a escribirle por ******** pero seguía sin apenas hablarle en el trabajo, como si no se conociesen. El caso es que el tío quería follarla, claro. Al final quedaron para follar. Acordaron verse en el parking de un centro comercial, dejar el coche de ella allí e ir en un solo coche a un motel.

Cuando llegó al parking ella se subió al coche del tío y este ya tenía la polla fuera y estaba todo empalmado. Y le dijo -chupa-. Ella se quedó un poco sorprendida y dudando y el tío le dijo -que chupes- cogiéndole la cabeza para llevarla a su polla. Ella se la chupo allí mismo. Habían aparcado en una zona del parking algo alejada y era ya de noche pero la zona estaba iluminada con farolas y pasaban algunos coches de vez en cuando.

Me contaba que lo de chupársela allí en el parking le puso muy cachonda porque veía las luces de los coches pasar al lado del suyo y se imagina que alguien se habría dado cuenta de lo que pasaba.

Tanto le gustó lo del coche que estuvimos unos cuantos meses follando muy a menudo en el coche. Como si fuésemos adolescentes. Si salíamos a tomar algo y se tomaba un par de vinos ya me la chupaba en el mismo parking o bien mientras conducía. A veces llegábamos a casa y en vez de subir a follar, nos íbamos de nuevo a algún descampado a follar en el coche.

A menudo íbamos a un área recreativa cerca de su casa donde suelen ir las parejas a follar y también suele haber mirones. A ella solo de pensarlo la ponía a cien. Muchas veces yo me bajaba del coche, abría la puerta del copiloto, donde iba ella, y me sacaba la polla para que me la chupase. Al estar con la puerta abierta se encendía la luz de cortesía con lo que cualquiera que estuviese cerca podía darse cuenta de lo que estaba pasando. Solía haber coches aparcados por los alrededores pero estaban un poco apartados y me imagino que estarían follando por lo que no estaban muy pendientes de los demás. Además, la luz de cortesía es muy tenue con lo que no se puede ver con demasiada claridad.

después de que me la chupase en la puerta del coche, se ponía a 4 patas en el asiento del acompañante y la follaba desde fuera del coche. O bien nos íbamos al asiento trasero y follabamos con la puerta abierta para que la luz estuviese encendida.

A ella le daba morbo exhibirse y que la pudiesen ver algún mirón que se pajease viendo la escena.

La verdad es que nunca vimos a ningún mirón ni los coches que también estaban follando parecieron dar señales de vida ni siquiera de darse cuenta de lo que pasaba. Pero a nosotros nos daba mucho morbo. Sobre todo que pudiese haber mirones y que se pajeasen a la salud de Raquel.
Que morboso. Buff
 
No sé como se hace para enlazar aquí las dos veces que nos "pillaron" follando y que he contado en otro hilo.
Una no fue pillada como tal y resultó más morbosa la fantasía que la realidad.
Están las dos en el hilo que se llama:

¿Relatamos alguna pillada que nos haya sucedido? Seguro que es morbosa

En la página 11 de ese hilo.
 
Puede parecer que estábamos todo el día follando pero, aunque follabamos mucho, tampoco era solo y exclusivamente una relación de follamigos. Haciamos lo normal en una pareja; salíamos a tomar algo, a comer, nos quedábamos en casa, nos íbamos de finde… lo habitual.



Lo que pasa es que el sexo con ella era muy cañero. Ella decía que estaba emputecida y era por culpa mía, que antes ella no era así. Decía que ella era más bien modosita y recatada pero que ahora le gustaba mucho zorrear y ser muy puta; pero puta sin cobrar, como ella decía jaja.

Puede que de casada no hubiese sido tan golfa. De hecho, no le habían follado el culo nunca. Y eso que tenía un culo muy, muy follable. Ya se lo desvirgué yo, claro. Jeje.

Pero sí. Follabamos mucho. Y cuanto más la follaba, más quería follarla. Y follarla en plan guarro. Follarla en el coche, en la cocina, en el pasillo… le daba azotes en el culo y le quedaba todo colorado. Hasta me pedía que le pegase mordiscos en las tetas y el culo. Le follaba la boca hasta la garganta, le follaba el culo, me corría en sus tetas, en su boca y cara, y en su pelo (eso no le hacía tanta gracia). Aquello parecía una peli porno. jaja

Eso si. Luego en la calle no lo parecía. Se le veía muy elegante y educada y en su barrio la conocía todo el mundo. Eso que se dice de “en la calle una dama y una puta en la cama”.

No vestía demasiado provocativa pero tenía un muy buen culo y los vaqueros le quedaban muy bien. Los tíos se fijaban en ella y ella se lucía paseando por delante de ellos con cualquier excusa; incluso los chavales jovencitos le echaban un ojo con disimulo. Según ella estaba mejor con 40 años que con 20.

Le gustaba que los tíos la mirasen, claro. Cuando un chico guapo la miraba se ponía muy coqueta y se lucía un poco, pero si el tío era un salido, vicioso y pervertido, aunque no estuviera bueno, se ponía cachonda pensando en que el tío se iba a pajear recordando su culo.

Ya conté que Raquel me había dicho que había estado follando con un compañero de trabajo y se la había chupado en el parking de un centro comercial. Eso a mi me puso muy cachondo. Me la imaginaba cachonda perdida chupándole la polla mientras pasaba algún coche y se ponía más caliente con la situación.

El caso es que, en vez de ponerme celoso o algo parecido, me ponía muy cachondo yo también.

Yo había tenido otras parejas que habían tenido sus historias anteriormente. Nunca había sentido celos porque todo el mundo tiene su pasado y no es que hubiesen hecho nada vergonzoso por follar con quien les haya dado la gana. No sentía celos por eso pero tampoco tenía ninguna otra sensación ni le daba más vueltas.

En este caso fue distinto. No solo no sentí celos, más bien al contrario, me puse muy cachondo con la situación y le pedía más detalles de como había sido. Le preguntaba si le cogía por el pelo para marcarle el ritmo, si le sobaba las tetas o el culo mientras se la chupaba, que donde se había corrido, si alguien les habría podido ver…

Luego, cuando me la chupaba a mi, sacaba de nuevo el tema de lo zorra que era por chupar pollas en los centros comerciales, y cosas así.

La verdad es que nos poníamos los dos a cien; tanto ella como yo.

Como la situación nos daba morbo a los dos, le pregunté por otras situaciones parecidas y me contaba muchas historias que había tenido con otros tíos. Muchas no eran gran cosa pero algunas tenían morbo.

Me contó que de jovencita tuvo una época bastante golfa y que a menudo se liaba con tíos y les hacía una paja o les chupaba el rabo. Si el tío le gustaba mucho, se la chupaba pero sin que se corriera. Así quedaba con ganas de correrse y tambien de volver a verla.

Eso fue lo que hizo con un chico, se la chupó pero sin que se corriera y quedaron en verse el finde siguiente. De aquellas no había móviles pero los sábados todo el mundo se veía en al pub de moda.

El caso es que el chico no pudo ir por algo de trabajo y envío a su hermano para que le diese recado a Raquel de que no pudo ir por lo que fuese (no recuerda el motivo). Pues bien. Acabó chupándosela al hermano. Jajaj.

Tuvo un primer novio y cuando lo dejaron acabaron mal, y ella como venganza se la chupó a casi todos sus amigos.

Ahora tenía buena relación con ese primer novio; se lo encontraba de vez en cuando y charlaba con él. Era uno de los que la miraba con ganas de follarla y se relamía. Estaba casado pero alguna vez le tiró alguna indirecta de quedar a cenar y tomar algo. Jeje. Ella pasaba pero le calentaba y se imaginaba que se pajeaba pensando en ella.

De las andanzas juveniles que me contó hay dos que me dieron mucho morbo y que voy a contar con más detalle. Fueron hace mucho tiempo y no se acordaba de muchas cosas. Yo le pregunté los detalles pero algunas cosas no las recordaba. Fueron antes de casarse, que ella tendría unos 20 años.

Me contó que una vez fue con toda la pandilla a las fiestas de un pueblo. Ella salía con su grupo de amigas pero una de ellas tenía un novio y su abuela tenía una casa vacía en ese pueblo. Así que fueron todas a las fiestas de ese pueblo, y también iban los amigos del novio de la chica.

Raquel no recordaba si habían ido una o dos noches. Por una parte le sonaba que habían sido dos noches, pero por otra parte no tenía recuerdo más que de una de las noches.

El caso es que salieron de fiesta a la verbena del pueblo hasta muy tarde, y ella se quedó hasta el final con una amiga. Llegaron las últimas a la casa y todas las camas estaban ocupadas. No había camas, ni sofá, ni sillón ni nada así que tuvieron que dormir en el suelo, en una alfombra con una toalla como almohada.

La amiga se quedó dormida al minuto pero Raquel no era capaz de dormir porque era muy incómodo. después de dar mil vueltas en el suelo fue a ver si encontraba algún sitio mejor.

En una habitación había dos camas estrechas separadas por una mesita de noche o algo parecido. No recordaba qué había entre las camas pero no estaban pegadas.

En una de la cama dormían dos chicos apretujados y en la otra había un chico solo. Eran amigos del dueño de la casa. Raquel los conocía pero no tenia apenas trato con ellos.

Como hacía calor porque era verano, Raquel se tumbó en la cama donde estaba el chico solo pero sin meterse en las sábanas; solo tumbada sobre la cama.

No había mucho sitio y se tumbó en el borde de la cama a dormir.

A partir de aquí las cosas son bastante confusas porque ella no se acordaba bien de como habían sido todo. Fue hace mucho tiempo y además estaba medio borracha y medio dormida pero recordaba algunas cosas puntuales y yo tuve que preguntar muchos detalles que no recordaba bien. Solo recordaba cosas puntuales que hacen suponer como sucedieron las cosas.

Decía que estaba dormida de costado dándole la espalda al chico. Se había tumbado en la cama sin meterse en las sábanas; solo tumbada sobre la cama.

En un momento se despertó y tenía la mano del chico puesta en su cadera. Sin moverse ni nada. Solo estaba posada en su cadera sin hacer nada.

No recuerda si se volvió a dormir o como fueron las cosas. Solo tiene luego el recuerdo de que la mano del chico la había pasado por encima de su cintura y le acariciaba el vientre muy despacio.

Ella seguía de costado de espaldas al chico que poco a poco le acariciaba subiendo por el vientre hacia arriba hacia las tetas.

Tenía la mano por debajo de la camiseta pero como ella tenía los brazos delante del pecho, no podía pasar la mano mucho más arriba porque estaban los brazos.

No recuerda como fueron pasando las cosas pero recuerda que en algún momento ella debió de apartar los brazos y el tío le estaba sobando las tetas, pero ya sin demasiado disimulo. Ya estaba bastante claro que ella ya no estaba dormida, que le había facilitado el acceso a sus tetas y, claro, el tío estaba aprovechando.

Otro recuerdo que tenía es que el tío se había arrimado a su espalda y le sobaba las tetas desde atrás y le arrimaba el paquete al culo. Ella recordaba que el tío le arrimaba cebolleta y la tenía bien dura.

No estaba segura de si el tío bajó la mano a tocarle el coño pero es probable que fuese así. No se acordaba.

Pero si tenía el recuerdo de ella echando la mano hacia atrás y agarrarle la polla al tio para pajearle.

No recuerda mucho más pero el tío se le puso encima, le apartó el pantalón del pijama y la folló allí con los otros dos amigos dormidos en la cama de al lado. Era un pijama corto de verano.

Como había una mesita de noche entre las dos camas, ella no podía ver si los chicos estaban dormidos porque la mesita no le dejaba verle la cara.

La folló sin hacer ruido y la sacó para correrse en el pantalón del pijama de Raquel, que se lo dejó perdido de leche.

Al acabar se quedó dormida. Se despertó un par de veces y el tío ya se había ido y los de la cama de al lado también.

Cuando ella se levantó tenía el pijama todo pringoso y se tuvo que cambiar para que no lo viese nadie.

Por lo visto el tío tenía novia y me imagino que por eso fue discreto, pero tiempo después, una noche de copas se encontró con Raquel y quiso repetir, pero ella pasó de él.

Yo siempre le decía a Raquel que todo el que la probaba quería repetir. Todo el que la follase o le hiciese una mamada iba a querer repetir seguro. Jeje
 
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