En la boda de mi amiga

Capítulo 11: FINAL




Desperté entre sus brazos, en aquel momento fui consciente nuevamente de que era la mujer perfecta. Había Madis, Danielas, Macarenas, Saritas, pero la sensación junto a Paula, ese cariño que nos teníamos, era incapaz de imaginármelo junto a otra mujer. La dejé tumbada mientras aproveché para cambiar sabanas de mi habitación y ventilar la casa, el olor a sexo era maravilloso, pero necesitábamos aire puro. Salí a la terraza con una cerveza y revisando el correo mientras despertaba. Al rato apareció con una camiseta, con esa carina tan característica de niña buena que quiere algo. Se sentó sobre mis piernas en la tumbona y se quedó mirándome.

- ¿Podemos bajar a cenar al centro?

- Si claro, dime donde que reservo.

- Ya reservo yo, quiero que sea una sorpresa.

Con las mismas se marchó y al rato volvió dando saltitos diciéndome que en dos horas teníamos reserva, se acostó sobre mi pecho y nos quedamos allí tirados acariciándonos. Se nos fue la hora allí acaramelados, nos dimos un duchazo y preparamos rápido. Paula, de nuevo cogió una de mis camisas, le había gustado el rollo ese, pero esta vez con ropa interior. Llevaba el conjunto rosa que habíamos comprado por la mañana, y la quedaba espectacular. No tenía ese cuerpo de diosa que te da la juventud como Daniela, pero tenía un cuerpo precioso, con unas curvas que volverían loco a cualquier hombre. Que pena que no se sacase mas partido vistiendo.

Cogimos el coche y bajamos al barrio que me dijo, sabía perfectamente donde había reservado nada mas decírmelo. Hacía ya muchos años tuvimos una discusión bastante notoria en la que nos dejamos de hablar una temporada, en parte por mi culpa y la borrachera que llevaba aquella noche y en parte por lo celos de Paula. A mi me pilló en una de esas épocas que estaba cansado de que tontease con mis amigos y no estaba para tonterías, corté completamente la relación hasta que marchó de Erasmus.

Tras unos meses fuera se sentía sola y volvimos a recuperar poco a poco el contacto por Messenger. Cuando volvió del Erasmus el restaurante donde nos reconciliamos fue El Pescador. Aquella noche fue la última que intenté iniciar algo con ella. Acababa de terminar una relación y no quería empezar otra de seguido, necesitaba follar por deporte, aunque solo fuese con ella, pero sin esa presión de entrar en otra relación. Paula no estaba por la labor, en la relación que terminó antes de irse de Erasmus la utilizaron simplemente para follar y de Erasmus más de lo mismo, no estaba dispuesta a seguir así aun siendo conmigo. Aquel día nuevamente no nos pusimos de acuerdo y cada uno buscó lo que pensaba que quería.

Se hacía triste volver a aquel restaurante en una situación similar a la vivida años atrás. El resultado iba a ser el mismo. Paula por un lado y yo por el otro. Ambos entramos mirándonos con cara de aquí hemos llegado de nuevo. Nos dieron mesa y sirvieron las bebidas. No dejamos que los recuerdos nos amargasen la noche y disfrutamos de la noche, de esa última cena como se merecía, con bien de vino y comida.

Tras cenar dimos un paseo abrazados como enamorados, pero estábamos bastante cansados de la tralla que nos habíamos dado. Volvimos a casa y nada mas cruzar la puerta de casa empecé a desnudar a ese ser adorable, se bajó de sus taconazos y la dejé con el conjunto rosa de encaje. Me gustaba mucho esa mujer, demasiado. Hizo lo mismo conmigo, dejándome completamente desnudo mientras nos besábamos. Fui a por dos copas de vino mientras Paula salía a la terraza al fresco. Salí dejando las copas sobre la mesita y poniéndome a su espalda. Aparté su pelo disfrutando del olor de su nuca. Siempre me había gustado olerla cuando nos abrazábamos, era ese olor tan suyo, tan característico que me encantaba hundirme allí. Besé su nuca haciendo que su cuerpo se erizase poniéndosele la piel de gallina. El pequeñín ya estaba a media asta clavándose en el culo de Paula, pidiendo guerra. Continué besando su cuello y mordiendo el lóbulo de su oreja mientras desabrochaba el sujetador. Se lo quité y tiré en la tumbona. Justo vi un brillo en una de las ventanas del edificio de enfrente, del quinto. Estaban todas las ventanas bajadas menos un ventanal que tendría poco menos de la mitad abierta. Era la habitación de la hija del matrimonio que vivía allí. La tenía fichada del verano pasado. No solía estar, estudiaba fuera y apenas la había visto un par de veces. 18 a 20 años, morena, 1,65 de altura, pechos bien puestos para lo delgadita que era. No llamaba la atención, pero era de esas que con un buen vestido parten cuellos.

- Nene vamos dentro que vamos a dar el espectáculo.

- Los vecinos están de vacaciones, están todas las ventanas bajadas.

- Nene, vamos dentro que se nos va de las manos.

Bajé de golpe el tanguita hasta los tobillos e incrusté mi polla entre sus piernas. Paula se puso de puntillas para permitirme el acceso a su coño, bajé una mano para recorrer su coño, mientras pellizcaba sus pezones con la otra. Tenía el coño completamente empapado.

- Nene por favor, vamos dentro.

- Paula, estas chorreando, estas cachondísima. Dime que no te pone hacerlo aquí.

- Tiene su morbo, pero es una locura.

Justó vi a la hija de los vecinos escondiéndose tras la cortina, parecía sentada en el suelo, pero tampoco se veía más. Con la mano que tenía en el coño de Paula apunté mi polla y empecé a penetrarla muy despacio.

- Joder, Nene no me hagas esto.

- Si quieres que saqué al pequeñín solo tienes que decirlo.

- No, ni se te ocurra.

Dio un golpe de cadera, haciendo que entrase mas de medía polla de golpe, seguido de un gemido. Agarré su cuello, la atraje a mí y la devoré la boca. Me daba igual la vecina y quien pudiera vernos, solo quería follarme a Paula de nuevo. La apoyé sobre la barandilla, haciéndola bajar la espalda para empezar a penetrarla hasta el fondo. Empecé a follarla con ganas. Paula gemía como una puta loca mientras se agarraba en la barandilla para contrarrestar mis embestidas. El sonido del choque de nuestros cuerpos era increíble. Agarré de las caderas de Paula, arremetiendo mas duro aún contra su coño, haciendo que se empezara a correr, perdiendo fuerzas en las piernas y casi cayendo si no fuera por que la elevé a tiempo.

Cogí a Paula, me senté en la tumbona y la coloqué de espaldas encima mío ensartando de nuevo mi polla en su coñito. Paula seguía un poco ida tras el orgasmo, pero empezó a cabalgarme mientras agarraba sus pechos. En pocos minutos Paula estaba completamente desatada cabalgándome locamente. No tenía control en las bajadas, solo se dejaba caer, metiendo mas polla de la que podía admitir ese coñito. Esa fuerza me estaba matando, me ponía brutísimo notar como Paula quería más, quería reventarse el coño con mi polla, haciéndome correrme como un animal dentro de ella.

Paula estaba exhausta, su respiración era como si acabase de correr un maratón. Se levantó, me cogió de la mano y me llevo a la cama. Nos acurrucamos intentando bajar pulsaciones y nos quedamos besándonos y acariciándonos hasta que caímos dormidos.

Me desperté pronto, eran las 7:00, pero Paula no estaba ya en la cama. Me levanté y la encontré en la cocina, duchada, vestida y terminándose el café.

- Vaya, te ibas a despedir o ibas a desaparecer sin más.

- No seas tonto, estaba esperando que despertases.

- Y ahora es cuando dices que se nos ha ido de las manos y no puede volver a pasar, ¿verdad?

- Nene, sabes que es así. Estoy casada.

- Mira que has sido siempre cabezona, ¿no voy a conseguir que cambies de idea?

- Ya te lo dije, necesito intentarlo con Darren y no quiero que me esperes.

- Hasta el fin de los días y lo sabes.

- No Nene, lo digo en serio. Te quiero mucho y no quiero que te aferres a una posibilidad que no va a llegar.

- Vaya, acabas de dinamitar las pocas probabilidades que había, ya es un nunca va a llegar.

- No es eso Nene, no digo nunca, la vida da muchas vueltas, pero no dejes de hacer tu vida, de conocer a otra mujer y darla una oportunidad de una vez por que yo pueda querer algo el día de mañana contigo.

- Paula, hemos perdido muchos años con estas tonterías. Si hay una mínima oportunidad quiero estar ahí.

- Vale, no hay ninguna oportunidad. Voy a seguir con Darren pase lo que pase.

- ¿Y nosotros?

- Pues no creo que quedemos como antes. Después de esto no creo que sea buena idea tentar a la suerte. Encuentra una mujer que te haga feliz por favor.

- Vaya, sí que va en serio. Es la primera vez que me dices que me busque una mujer, siempre has criticado y malmetido contra todas, siempre has sido una celosa increíble, y eso que nunca hemos estado juntos. Hoy te has quedado con ganas de pegar a Daniela, en la boda casi ahogas a tu hermana, de críos mis amigas te temían, con Maca tuviste un par de roces importantes, …

- Ese es mi problema, no el tuyo. Te prometo que nunca voy a poner mala cara a ninguna chica con la que estes. Es más, queda con mi hermana si quieres.

- Paula, sabes que no, Jimena es tu hermana y sé que te jodería mucho. Y después de los videos que hemos grabado con todo el odio en tu cara hacía Jimena…

- Lo he pensado mucho y si, sería duro veros juntos, pero no imagino a nadie mejor para ella. Aunque me lleve como me llevo con ella la quiero mucho y tu eres lo mejor que va a encontrar nunca. No descartes a Jimena solo por protegerme a mí.

- Encima seriamos cuñados… me gusta la idea.

- Eres idiota Nene. Te lo digo en serio. Queda con Jimena si quieres.

- Si, ya nos veo en la cena de navidad de este año todos juntos en paz y armonía, tu padre pensando en que me he follado a sus dos hijas…

- Mi padre te adora, no creo que ponga pegas a que estes con Jimena.

- Paula, sería duro tenerte tan cerca y saber que no puedo estar contigo, nos terminaríamos haciendo daño. Dejémoslo así.

Brotaron lagrimas de los ojos rojos de Paula, nos besamos, seguido de un abrazo no lo suficientemente largo y salió de mi casa.

Esa fue la última vez que vi a mi Paula en algo más de tres años. Tres años eternos. Tres años intensos en los que mi vida dio varios vuelcos, tres años en los que toqué fondo y habría necesitado esa amistad a mi lado, pero Paula así lo quiso. Cortó toda comunicación desde ese mismo momento que salió por mi puerta.
 
Joder, que buen relato y que final más triste. Nunca entendí a Paula, porqué es tan reacia a tener una relación con Ian si está enamorada de él y sabe que es con quien más feliz va a ser.
Habrá epílogo contando un posible reencuentro?

Enhorabuena por el relatazo que te has marcado. Gracias por escribir y compartir.
 
Un gran relato con un final con deja un esperanza de un final feliz para los protagonistas.. o puede que quede así y sea real como la vida misma…
Mi más sincera enhorabuena por este magnífico relato .
Gracias @joselitoelgallo
 
Sólo espero que este no sea el final, y esta vez si el autor lo continúe y no se quede como en la otra esquina.

Muy buena historia.
 
Capítulo 11: FINAL




Desperté entre sus brazos, en aquel momento fui consciente nuevamente de que era la mujer perfecta. Había Madis, Danielas, Macarenas, Saritas, pero la sensación junto a Paula, ese cariño que nos teníamos, era incapaz de imaginármelo junto a otra mujer. La dejé tumbada mientras aproveché para cambiar sabanas de mi habitación y ventilar la casa, el olor a sexo era maravilloso, pero necesitábamos aire puro. Salí a la terraza con una cerveza y revisando el correo mientras despertaba. Al rato apareció con una camiseta, con esa carina tan característica de niña buena que quiere algo. Se sentó sobre mis piernas en la tumbona y se quedó mirándome.

- ¿Podemos bajar a cenar al centro?

- Si claro, dime donde que reservo.

- Ya reservo yo, quiero que sea una sorpresa.

Con las mismas se marchó y al rato volvió dando saltitos diciéndome que en dos horas teníamos reserva, se acostó sobre mi pecho y nos quedamos allí tirados acariciándonos. Se nos fue la hora allí acaramelados, nos dimos un duchazo y preparamos rápido. Paula, de nuevo cogió una de mis camisas, le había gustado el rollo ese, pero esta vez con ropa interior. Llevaba el conjunto rosa que habíamos comprado por la mañana, y la quedaba espectacular. No tenía ese cuerpo de diosa que te da la juventud como Daniela, pero tenía un cuerpo precioso, con unas curvas que volverían loco a cualquier hombre. Que pena que no se sacase mas partido vistiendo.

Cogimos el coche y bajamos al barrio que me dijo, sabía perfectamente donde había reservado nada mas decírmelo. Hacía ya muchos años tuvimos una discusión bastante notoria en la que nos dejamos de hablar una temporada, en parte por mi culpa y la borrachera que llevaba aquella noche y en parte por lo celos de Paula. A mi me pilló en una de esas épocas que estaba cansado de que tontease con mis amigos y no estaba para tonterías, corté completamente la relación hasta que marchó de Erasmus.

Tras unos meses fuera se sentía sola y volvimos a recuperar poco a poco el contacto por Messenger. Cuando volvió del Erasmus el restaurante donde nos reconciliamos fue El Pescador. Aquella noche fue la última que intenté iniciar algo con ella. Acababa de terminar una relación y no quería empezar otra de seguido, necesitaba follar por deporte, aunque solo fuese con ella, pero sin esa presión de entrar en otra relación. Paula no estaba por la labor, en la relación que terminó antes de irse de Erasmus la utilizaron simplemente para follar y de Erasmus más de lo mismo, no estaba dispuesta a seguir así aun siendo conmigo. Aquel día nuevamente no nos pusimos de acuerdo y cada uno buscó lo que pensaba que quería.

Se hacía triste volver a aquel restaurante en una situación similar a la vivida años atrás. El resultado iba a ser el mismo. Paula por un lado y yo por el otro. Ambos entramos mirándonos con cara de aquí hemos llegado de nuevo. Nos dieron mesa y sirvieron las bebidas. No dejamos que los recuerdos nos amargasen la noche y disfrutamos de la noche, de esa última cena como se merecía, con bien de vino y comida.

Tras cenar dimos un paseo abrazados como enamorados, pero estábamos bastante cansados de la tralla que nos habíamos dado. Volvimos a casa y nada mas cruzar la puerta de casa empecé a desnudar a ese ser adorable, se bajó de sus taconazos y la dejé con el conjunto rosa de encaje. Me gustaba mucho esa mujer, demasiado. Hizo lo mismo conmigo, dejándome completamente desnudo mientras nos besábamos. Fui a por dos copas de vino mientras Paula salía a la terraza al fresco. Salí dejando las copas sobre la mesita y poniéndome a su espalda. Aparté su pelo disfrutando del olor de su nuca. Siempre me había gustado olerla cuando nos abrazábamos, era ese olor tan suyo, tan característico que me encantaba hundirme allí. Besé su nuca haciendo que su cuerpo se erizase poniéndosele la piel de gallina. El pequeñín ya estaba a media asta clavándose en el culo de Paula, pidiendo guerra. Continué besando su cuello y mordiendo el lóbulo de su oreja mientras desabrochaba el sujetador. Se lo quité y tiré en la tumbona. Justo vi un brillo en una de las ventanas del edificio de enfrente, del quinto. Estaban todas las ventanas bajadas menos un ventanal que tendría poco menos de la mitad abierta. Era la habitación de la hija del matrimonio que vivía allí. La tenía fichada del verano pasado. No solía estar, estudiaba fuera y apenas la había visto un par de veces. 18 a 20 años, morena, 1,65 de altura, pechos bien puestos para lo delgadita que era. No llamaba la atención, pero era de esas que con un buen vestido parten cuellos.

- Nene vamos dentro que vamos a dar el espectáculo.

- Los vecinos están de vacaciones, están todas las ventanas bajadas.

- Nene, vamos dentro que se nos va de las manos.

Bajé de golpe el tanguita hasta los tobillos e incrusté mi polla entre sus piernas. Paula se puso de puntillas para permitirme el acceso a su coño, bajé una mano para recorrer su coño, mientras pellizcaba sus pezones con la otra. Tenía el coño completamente empapado.

- Nene por favor, vamos dentro.

- Paula, estas chorreando, estas cachondísima. Dime que no te pone hacerlo aquí.

- Tiene su morbo, pero es una locura.

Justó vi a la hija de los vecinos escondiéndose tras la cortina, parecía sentada en el suelo, pero tampoco se veía más. Con la mano que tenía en el coño de Paula apunté mi polla y empecé a penetrarla muy despacio.

- Joder, Nene no me hagas esto.

- Si quieres que saqué al pequeñín solo tienes que decirlo.

- No, ni se te ocurra.

Dio un golpe de cadera, haciendo que entrase mas de medía polla de golpe, seguido de un gemido. Agarré su cuello, la atraje a mí y la devoré la boca. Me daba igual la vecina y quien pudiera vernos, solo quería follarme a Paula de nuevo. La apoyé sobre la barandilla, haciéndola bajar la espalda para empezar a penetrarla hasta el fondo. Empecé a follarla con ganas. Paula gemía como una puta loca mientras se agarraba en la barandilla para contrarrestar mis embestidas. El sonido del choque de nuestros cuerpos era increíble. Agarré de las caderas de Paula, arremetiendo mas duro aún contra su coño, haciendo que se empezara a correr, perdiendo fuerzas en las piernas y casi cayendo si no fuera por que la elevé a tiempo.

Cogí a Paula, me senté en la tumbona y la coloqué de espaldas encima mío ensartando de nuevo mi polla en su coñito. Paula seguía un poco ida tras el orgasmo, pero empezó a cabalgarme mientras agarraba sus pechos. En pocos minutos Paula estaba completamente desatada cabalgándome locamente. No tenía control en las bajadas, solo se dejaba caer, metiendo mas polla de la que podía admitir ese coñito. Esa fuerza me estaba matando, me ponía brutísimo notar como Paula quería más, quería reventarse el coño con mi polla, haciéndome correrme como un animal dentro de ella.

Paula estaba exhausta, su respiración era como si acabase de correr un maratón. Se levantó, me cogió de la mano y me llevo a la cama. Nos acurrucamos intentando bajar pulsaciones y nos quedamos besándonos y acariciándonos hasta que caímos dormidos.

Me desperté pronto, eran las 7:00, pero Paula no estaba ya en la cama. Me levanté y la encontré en la cocina, duchada, vestida y terminándose el café.

- Vaya, te ibas a despedir o ibas a desaparecer sin más.

- No seas tonto, estaba esperando que despertases.

- Y ahora es cuando dices que se nos ha ido de las manos y no puede volver a pasar, ¿verdad?

- Nene, sabes que es así. Estoy casada.

- Mira que has sido siempre cabezona, ¿no voy a conseguir que cambies de idea?

- Ya te lo dije, necesito intentarlo con Darren y no quiero que me esperes.

- Hasta el fin de los días y lo sabes.

- No Nene, lo digo en serio. Te quiero mucho y no quiero que te aferres a una posibilidad que no va a llegar.

- Vaya, acabas de dinamitar las pocas probabilidades que había, ya es un nunca va a llegar.

- No es eso Nene, no digo nunca, la vida da muchas vueltas, pero no dejes de hacer tu vida, de conocer a otra mujer y darla una oportunidad de una vez por que yo pueda querer algo el día de mañana contigo.

- Paula, hemos perdido muchos años con estas tonterías. Si hay una mínima oportunidad quiero estar ahí.

- Vale, no hay ninguna oportunidad. Voy a seguir con Darren pase lo que pase.

- ¿Y nosotros?

- Pues no creo que quedemos como antes. Después de esto no creo que sea buena idea tentar a la suerte. Encuentra una mujer que te haga feliz por favor.

- Vaya, sí que va en serio. Es la primera vez que me dices que me busque una mujer, siempre has criticado y malmetido contra todas, siempre has sido una celosa increíble, y eso que nunca hemos estado juntos. Hoy te has quedado con ganas de pegar a Daniela, en la boda casi ahogas a tu hermana, de críos mis amigas te temían, con Maca tuviste un par de roces importantes, …

- Ese es mi problema, no el tuyo. Te prometo que nunca voy a poner mala cara a ninguna chica con la que estes. Es más, queda con mi hermana si quieres.

- Paula, sabes que no, Jimena es tu hermana y sé que te jodería mucho. Y después de los videos que hemos grabado con todo el odio en tu cara hacía Jimena…

- Lo he pensado mucho y si, sería duro veros juntos, pero no imagino a nadie mejor para ella. Aunque me lleve como me llevo con ella la quiero mucho y tu eres lo mejor que va a encontrar nunca. No descartes a Jimena solo por protegerme a mí.

- Encima seriamos cuñados… me gusta la idea.

- Eres idiota Nene. Te lo digo en serio. Queda con Jimena si quieres.

- Si, ya nos veo en la cena de navidad de este año todos juntos en paz y armonía, tu padre pensando en que me he follado a sus dos hijas…

- Mi padre te adora, no creo que ponga pegas a que estes con Jimena.

- Paula, sería duro tenerte tan cerca y saber que no puedo estar contigo, nos terminaríamos haciendo daño. Dejémoslo así.

Brotaron lagrimas de los ojos rojos de Paula, nos besamos, seguido de un abrazo no lo suficientemente largo y salió de mi casa.

Esa fue la última vez que vi a mi Paula en algo más de tres años. Tres años eternos. Tres años intensos en los que mi vida dio varios vuelcos, tres años en los que toqué fondo y habría necesitado esa amistad a mi lado, pero Paula así lo quiso. Cortó toda comunicación desde ese mismo momento que salió por mi puerta.
Buaa
Capítulo 11: FINAL




Desperté entre sus brazos, en aquel momento fui consciente nuevamente de que era la mujer perfecta. Había Madis, Danielas, Macarenas, Saritas, pero la sensación junto a Paula, ese cariño que nos teníamos, era incapaz de imaginármelo junto a otra mujer. La dejé tumbada mientras aproveché para cambiar sabanas de mi habitación y ventilar la casa, el olor a sexo era maravilloso, pero necesitábamos aire puro. Salí a la terraza con una cerveza y revisando el correo mientras despertaba. Al rato apareció con una camiseta, con esa carina tan característica de niña buena que quiere algo. Se sentó sobre mis piernas en la tumbona y se quedó mirándome.

- ¿Podemos bajar a cenar al centro?

- Si claro, dime donde que reservo.

- Ya reservo yo, quiero que sea una sorpresa.

Con las mismas se marchó y al rato volvió dando saltitos diciéndome que en dos horas teníamos reserva, se acostó sobre mi pecho y nos quedamos allí tirados acariciándonos. Se nos fue la hora allí acaramelados, nos dimos un duchazo y preparamos rápido. Paula, de nuevo cogió una de mis camisas, le había gustado el rollo ese, pero esta vez con ropa interior. Llevaba el conjunto rosa que habíamos comprado por la mañana, y la quedaba espectacular. No tenía ese cuerpo de diosa que te da la juventud como Daniela, pero tenía un cuerpo precioso, con unas curvas que volverían loco a cualquier hombre. Que pena que no se sacase mas partido vistiendo.

Cogimos el coche y bajamos al barrio que me dijo, sabía perfectamente donde había reservado nada mas decírmelo. Hacía ya muchos años tuvimos una discusión bastante notoria en la que nos dejamos de hablar una temporada, en parte por mi culpa y la borrachera que llevaba aquella noche y en parte por lo celos de Paula. A mi me pilló en una de esas épocas que estaba cansado de que tontease con mis amigos y no estaba para tonterías, corté completamente la relación hasta que marchó de Erasmus.

Tras unos meses fuera se sentía sola y volvimos a recuperar poco a poco el contacto por Messenger. Cuando volvió del Erasmus el restaurante donde nos reconciliamos fue El Pescador. Aquella noche fue la última que intenté iniciar algo con ella. Acababa de terminar una relación y no quería empezar otra de seguido, necesitaba follar por deporte, aunque solo fuese con ella, pero sin esa presión de entrar en otra relación. Paula no estaba por la labor, en la relación que terminó antes de irse de Erasmus la utilizaron simplemente para follar y de Erasmus más de lo mismo, no estaba dispuesta a seguir así aun siendo conmigo. Aquel día nuevamente no nos pusimos de acuerdo y cada uno buscó lo que pensaba que quería.

Se hacía triste volver a aquel restaurante en una situación similar a la vivida años atrás. El resultado iba a ser el mismo. Paula por un lado y yo por el otro. Ambos entramos mirándonos con cara de aquí hemos llegado de nuevo. Nos dieron mesa y sirvieron las bebidas. No dejamos que los recuerdos nos amargasen la noche y disfrutamos de la noche, de esa última cena como se merecía, con bien de vino y comida.

Tras cenar dimos un paseo abrazados como enamorados, pero estábamos bastante cansados de la tralla que nos habíamos dado. Volvimos a casa y nada mas cruzar la puerta de casa empecé a desnudar a ese ser adorable, se bajó de sus taconazos y la dejé con el conjunto rosa de encaje. Me gustaba mucho esa mujer, demasiado. Hizo lo mismo conmigo, dejándome completamente desnudo mientras nos besábamos. Fui a por dos copas de vino mientras Paula salía a la terraza al fresco. Salí dejando las copas sobre la mesita y poniéndome a su espalda. Aparté su pelo disfrutando del olor de su nuca. Siempre me había gustado olerla cuando nos abrazábamos, era ese olor tan suyo, tan característico que me encantaba hundirme allí. Besé su nuca haciendo que su cuerpo se erizase poniéndosele la piel de gallina. El pequeñín ya estaba a media asta clavándose en el culo de Paula, pidiendo guerra. Continué besando su cuello y mordiendo el lóbulo de su oreja mientras desabrochaba el sujetador. Se lo quité y tiré en la tumbona. Justo vi un brillo en una de las ventanas del edificio de enfrente, del quinto. Estaban todas las ventanas bajadas menos un ventanal que tendría poco menos de la mitad abierta. Era la habitación de la hija del matrimonio que vivía allí. La tenía fichada del verano pasado. No solía estar, estudiaba fuera y apenas la había visto un par de veces. 18 a 20 años, morena, 1,65 de altura, pechos bien puestos para lo delgadita que era. No llamaba la atención, pero era de esas que con un buen vestido parten cuellos.

- Nene vamos dentro que vamos a dar el espectáculo.

- Los vecinos están de vacaciones, están todas las ventanas bajadas.

- Nene, vamos dentro que se nos va de las manos.

Bajé de golpe el tanguita hasta los tobillos e incrusté mi polla entre sus piernas. Paula se puso de puntillas para permitirme el acceso a su coño, bajé una mano para recorrer su coño, mientras pellizcaba sus pezones con la otra. Tenía el coño completamente empapado.

- Nene por favor, vamos dentro.

- Paula, estas chorreando, estas cachondísima. Dime que no te pone hacerlo aquí.

- Tiene su morbo, pero es una locura.

Justó vi a la hija de los vecinos escondiéndose tras la cortina, parecía sentada en el suelo, pero tampoco se veía más. Con la mano que tenía en el coño de Paula apunté mi polla y empecé a penetrarla muy despacio.

- Joder, Nene no me hagas esto.

- Si quieres que saqué al pequeñín solo tienes que decirlo.

- No, ni se te ocurra.

Dio un golpe de cadera, haciendo que entrase mas de medía polla de golpe, seguido de un gemido. Agarré su cuello, la atraje a mí y la devoré la boca. Me daba igual la vecina y quien pudiera vernos, solo quería follarme a Paula de nuevo. La apoyé sobre la barandilla, haciéndola bajar la espalda para empezar a penetrarla hasta el fondo. Empecé a follarla con ganas. Paula gemía como una puta loca mientras se agarraba en la barandilla para contrarrestar mis embestidas. El sonido del choque de nuestros cuerpos era increíble. Agarré de las caderas de Paula, arremetiendo mas duro aún contra su coño, haciendo que se empezara a correr, perdiendo fuerzas en las piernas y casi cayendo si no fuera por que la elevé a tiempo.

Cogí a Paula, me senté en la tumbona y la coloqué de espaldas encima mío ensartando de nuevo mi polla en su coñito. Paula seguía un poco ida tras el orgasmo, pero empezó a cabalgarme mientras agarraba sus pechos. En pocos minutos Paula estaba completamente desatada cabalgándome locamente. No tenía control en las bajadas, solo se dejaba caer, metiendo mas polla de la que podía admitir ese coñito. Esa fuerza me estaba matando, me ponía brutísimo notar como Paula quería más, quería reventarse el coño con mi polla, haciéndome correrme como un animal dentro de ella.

Paula estaba exhausta, su respiración era como si acabase de correr un maratón. Se levantó, me cogió de la mano y me llevo a la cama. Nos acurrucamos intentando bajar pulsaciones y nos quedamos besándonos y acariciándonos hasta que caímos dormidos.

Me desperté pronto, eran las 7:00, pero Paula no estaba ya en la cama. Me levanté y la encontré en la cocina, duchada, vestida y terminándose el café.

- Vaya, te ibas a despedir o ibas a desaparecer sin más.

- No seas tonto, estaba esperando que despertases.

- Y ahora es cuando dices que se nos ha ido de las manos y no puede volver a pasar, ¿verdad?

- Nene, sabes que es así. Estoy casada.

- Mira que has sido siempre cabezona, ¿no voy a conseguir que cambies de idea?

- Ya te lo dije, necesito intentarlo con Darren y no quiero que me esperes.

- Hasta el fin de los días y lo sabes.

- No Nene, lo digo en serio. Te quiero mucho y no quiero que te aferres a una posibilidad que no va a llegar.

- Vaya, acabas de dinamitar las pocas probabilidades que había, ya es un nunca va a llegar.

- No es eso Nene, no digo nunca, la vida da muchas vueltas, pero no dejes de hacer tu vida, de conocer a otra mujer y darla una oportunidad de una vez por que yo pueda querer algo el día de mañana contigo.

- Paula, hemos perdido muchos años con estas tonterías. Si hay una mínima oportunidad quiero estar ahí.

- Vale, no hay ninguna oportunidad. Voy a seguir con Darren pase lo que pase.

- ¿Y nosotros?

- Pues no creo que quedemos como antes. Después de esto no creo que sea buena idea tentar a la suerte. Encuentra una mujer que te haga feliz por favor.

- Vaya, sí que va en serio. Es la primera vez que me dices que me busque una mujer, siempre has criticado y malmetido contra todas, siempre has sido una celosa increíble, y eso que nunca hemos estado juntos. Hoy te has quedado con ganas de pegar a Daniela, en la boda casi ahogas a tu hermana, de críos mis amigas te temían, con Maca tuviste un par de roces importantes, …

- Ese es mi problema, no el tuyo. Te prometo que nunca voy a poner mala cara a ninguna chica con la que estes. Es más, queda con mi hermana si quieres.

- Paula, sabes que no, Jimena es tu hermana y sé que te jodería mucho. Y después de los videos que hemos grabado con todo el odio en tu cara hacía Jimena…

- Lo he pensado mucho y si, sería duro veros juntos, pero no imagino a nadie mejor para ella. Aunque me lleve como me llevo con ella la quiero mucho y tu eres lo mejor que va a encontrar nunca. No descartes a Jimena solo por protegerme a mí.

- Encima seriamos cuñados… me gusta la idea.

- Eres idiota Nene. Te lo digo en serio. Queda con Jimena si quieres.

- Si, ya nos veo en la cena de navidad de este año todos juntos en paz y armonía, tu padre pensando en que me he follado a sus dos hijas…

- Mi padre te adora, no creo que ponga pegas a que estes con Jimena.

- Paula, sería duro tenerte tan cerca y saber que no puedo estar contigo, nos terminaríamos haciendo daño. Dejémoslo así.

Brotaron lagrimas de los ojos rojos de Paula, nos besamos, seguido de un abrazo no lo suficientemente largo y salió de mi casa.

Esa fue la última vez que vi a mi Paula en algo más de tres años. Tres años eternos. Tres años intensos en los que mi vida dio varios vuelcos, tres años en los que toqué fondo y habría necesitado esa amistad a mi lado, pero Paula así lo quiso. Cortó toda comunicación desde ese mismo momento que salió por mi puerta.
Ojalá y nos cuentes más experiencias, escribes muy bien
 

📢 Webcam con más espectadores ahora 🔥

Atrás
Top Abajo