El paso del tiempo

20



CRISTINA

Entré en el despacho de Cloe. Ella hablaba con alguien en videoconferencia. Me senté y escuché, intentando concentrarme. Eran las diez de la mañana del lunes y aún no estaba totalmente despierta. En realidad no era que no estuviera despierta, en verdad era que estaba dándole vueltas a la cabeza al fin de semana con Borja.



El viernes por la tarde me recogió y me llevó a un apartamento en la sierra, un sitio increíble, con su piscina y lujoso, le habría costado una pasta. Me lo había pasado bien pero no tanto como esperaba. Había seguido el consejo de mi madre respecto al sexo, intentar que para Borja fuera un fin de semana inolvidable por el sexo. Lo habíamos hecho mucho, más que nunca “A ver, lo hicimos el viernes por la noche, el sábado tres veces y el domingo dos… más la mamada en el coche a la vuelta”. Me había pasado casi todo el día desnuda, tomando el sol en la piscina o dentro de la casa, dejando que me acariciara lo que quisiera, yo lo mismo con él, no había discutido nada… y durante el sexo, haciéndole todo lo que le gustaba o haciéndolo donde él quisiera, incluso en la piscina.



Nos habíamos despedido muy bien, con muchos besos, la mamada… todo genial para él, estaba alucinando pero para mí no “6 polvos y no me he corrido ni una vez”. Había tenido que simular mis orgasmos. Pero lo peor es que ni cerca de tenerlos, y no lo entendía, de verdad que no lo entendía porque había estado relajada, receptiva… pero nada. Entonces, escuché:​

  • Cris, Cris… despierta​
  • ¿Qué? Ah, lo siento​
  • Estabas en las nubes​
  • Sí, perdona, es que…​
  • ¿Te pasa algo?​
  • No, no sé​
  • ¿Te ha pasado algo el fin de semana?​
  • No, pero…​
  • Mmmmm ¿Quieres hablarlo?​
  • No pasa nada, en serio, perdona por quedarme en las nubes, no volverá a pasar​
  • Ahora vamos a la reunión, pero si quieres, llamo y la retraso, y bajamos a tomar un café y me cuentas​
  • No, no, ni hablar (espantada ante lo de retrasar la reunión, Cloe era super puntual para estas cosas)​
  • No me importa​
  • No, de verdad, no hace falta​


Cloe me miró unos segundos, seria. Entonces dijo:​

  • Si quieres, vete a casa si estás mal​
  • Que no, no estoy mal jaja​
  • ¿De verdad?​
  • Sí​


De nuevo me escrutó durante unos segundos hasta que dijo:​

  • Está claro que algo te pasa, pero si quieres, lo hablamos esta tarde en mi casa, más relajadas ¿Puedes esperar?​
  • Que no hace falta, Cloe​
  • Bueno, pero te vienes y nos relajamos allí en la piscina​
  • Pero… no he traído el bikini​
  • ¿Eso es un problema? (sonriéndome)​
  • Jajaja​
  • Tomamos el sol desnudas y me cuentas​
  • Pero… Cloe, que… ¿Y si Paco llega y…?​
  • Paco tiene la tarde ocupada, no llegará hasta las ocho o así, ha quedado con alguien​
  • Ah​
  • Entonces decidido, y ahora, vamos a la reunión​


Unas horas más tarde estábamos en su casa. Me metí en la habitación para desnudarme. Salí a la piscina solo con mis bragas. Cloe aún no había bajado. Me quité las bragas y me puse crema por todo el cuerpo. Luego, me tiré al agua. Al poco, llegó Cloe con solo un pareo. Se lo quitó quedándose desnuda y se echó al agua. Estuvimos un rato charlando de tonterías. Luego, ella salió del agua, cogió las toallas y las puso junto al borde la piscina, sentándose en una y metiendo los pies en el agua.



Salí y me senté al lado suya porque había puesto las toallas juntas. Entonces le dije:​

  • Cloe, yo… lo de esta mañana​
  • ¿Qué?​
  • Perdona por haberme quedado en las nubes, no volverá a pasar​
  • Ah, no importa, Cris​
  • Sí, sí importa, es muy poco… profesional​
  • No somos robots, el ánimo nos afecta​
  • Ya pero…​


Me miró y, sonriendo, me puso una mano en el muslo y dijo:​

  • No te preocupes por eso, no le he dado ninguna importancia​


Mientras movía su mano por mi muslo. Era un gesto de cariño, tranquilizador, pero me puso muy nerviosa y me gustó sentir su mano sobre mí. Carraspeé nerviosa y le dije:​

  • Yo… sé que tengo el trabajo y estoy junto a ti por un favor a mis padres, eso no lo olvido, y quiero ser útil, no solo… no quiero aprovecharme tanto, bastante lo he hecho ya gracias a la amistad de mis padres con vosotros​
  • Cariño, te voy a decir una cosa​
  • ¿Qué?​
  • Sí, es cierto que has conseguido este trabajo gracias a esa amistad, pero si no considerara que vales mucho, te habría puesto en cualquier departamento olvidándome de ti, y te he puesto conmigo ¿Entiendes?​
  • Oh​
  • ¿Pensabas que solo por amistad de Paco con tus padres iba yo a aguantar a alguien que no vale?​


Dijo sonriéndome. Le contesté:​

  • No… no sé que decir… yo…​
  • No digas nada, era solo por aclarar las cosas​
  • Gracias, Cloe, no sabes lo que significa para mí​


Apretó mi muslo con su mano y luego la quitó. Me hubiera gustado decirle que la dejara. Entonces dijo:​

  • Bueno ¿Qué ha pasado para que estuvieras así?​
  • Yo… bueno, es una tontería​


Ella esperó. Ordené mis ideas y le dije:​

  • Ya te dije que Borja se va ahora de vacaciones​
  • Sí​
  • Primero a Canarias, que tienen allí un apartamento, y luego a EEUU para ver donde se va a quedar el hermano estudiante y visitar aquello… vamos, más de un mes vamos a estar sin vernos​
  • ¿Por qué no has ido con ellos? ¿No te han invitado?​
  • Sí, pero… yo trabajo​
  • Te puedes tomar esas tres semanas si quieres​
  • La verdad es que no quiero jaja, no me llevo muy allá con la madre y estar con ellos tres semanas, ufff, ese viaje lo haremos solos, más adelante​
  • Te entiendo… las suegras son… difíciles​
  • Uff, la mía más jajaja prácticamente me dice a la cara que yo no soy suficientemente buena para su hijo​
  • Ya veo​
  • Bueno, pues eso, que Borja, como no nos vamos a ver en mucho tiempo, pues organizó lo de este finde, y lo hizo muy bien, en un sitio muy chulo, con piscina, con jacuzzi, apartado, muy tranquilo… muy bien todo​
  • Ajá​
  • Y… puff, me da corte jajaja​


Me eché para atrás y me tumbé, dejando mis pies en el agua. Cloe me miró sin tumbarse. Le dije:​

  • Es sobre el sexo​
  • Ah​
  • Me cuesta hablar de estas cosas, no tengo amigas para hablar de esto, bueno, tengo pero no quiero hablar con ellas de estas cosas, y mi madre…​
  • ¿No le gusta hablar de eso?​
  • Que va, al contrario, le encantaría hablar pero a mí… yo es que no puedo con ella​
  • ¿Por qué?​
  • Porque mi madre… a ver, mi madre tiene ya una edad, sabe bien lo que es el sexo jajaja​
  • Supongo jeje​
  • Pero es que ella lleva mucho con mi padre​
  • ¿Y?​
  • Se conocieron con menos edad que la mía, con 20 o algo así, y, bueno, ya has visto a mi madre, es una mujer muy guapa y atractiva, y de joven seguro que ligaba mucho, ella me ha contado alguna vez que tuvo varios novios antes que mi padre​
  • Ya​
  • Pero es que se conocieron muy jóvenes, básicamente su experiencia con el sexo es solo con mi padre, antes habría tenido sexo pero… en fin, que cuando me habla de sexo me está contando solo cosas con mi padre y no puedo con eso jajaja​
  • ¿Te cuenta cosas de sexo con tu padre?​
  • No, no… quiero decir que si le voy con alguna historia, y ella me dice lo que ella haría o me aconseja o algo, pues siempre me imagino que es lo que ella hace con mi padre…​
  • Jajaja​
  • No sé, si me dice algo como “pues yo haría esto porque a los hombres les encanta” eso significa que a mi padre le encanta ¿Entiendes? Porque lleva muchísimos años solo con él, si ella piensa que a los hombres les encanta, quiere decir “a tu padre le encanta”​
  • Jajaja​
  • Ya, ya sé que es una tontería pero es imaginarme a los dos liados y, ufff, no puedo​
  • Jajaja​
  • En fin, que soy yo la que no quiere contarle nada​
  • Entiendo​


No dijimos nada durante unos minutos que aproveché para pensar y disfrutar del sol contra mi piel. Cloe no dijo nada, esperaba pacientemente, removiendo sus pies en el agua. Entonces dije:​

  • Este finde Borja y yo lo hemos hecho mucho​
  • Ajá​
  • Y…​
  • ¿No ha sido lo que esperabas?​
  • Para nada​
  • ¿Por qué?​
  • No sé… yo… verás, nosotros solemos tener el sexo en el coche, casi siempre es así, algo rápido e incómodo​
  • Recuerdo como es jeje​
  • Y este finde iba a ser todo lo contrario, con tiempo, relajados, cómodos…​
  • Ya​
  • Y así ha sido pero yo… yo no he conseguido llegar…​
  • ¿No te has corrido?​
  • No​
  • Pero te corres con él ¿no?​
  • Sí, sí, claro​
  • ¿Alguna preocupación?​
  • No… bueno… mmmm​


De nuevo me callé unos minutos hasta que dije:​

  • En realidad… no me suelo correr mucho con él​
  • ¿No?​
  • No, no sé, lo achacaba a eso, a que eran polvos rápidos, incómodos…​
  • Ya​
  • Pero este finde… me ha dejado preocupada​
  • El sexo te importa​
  • Claro que me importa, pero es más que eso… yo… mira a mis padres​
  • ¿Qué les pasa?​
  • Ellos llevan más de veinte años juntos, y mi madre adora a mi padre, y sé que tienen sexo, y están todo el tiempo besándose, acariciándose… Mi padre solo tiene ojos para ella, te lo aseguro, jamás le he visto mirar a otra mujer, pero mi madre igual, jamás tontea con nadie ni nada, solo piensa en él​
  • Ya​
  • Pero yo no me veo así con Borja, no sé​
  • ¿Tras veinte años?​
  • Ni tras uno, no sé… te aseguro que este finde le he puesto todas las ganas que he podido, me he comportado como una… bueno, que hemos tenido mucho sexo y lo he intentado pero… nada​
  • Ya ¿Y él que dice?​
  • ¿Él? Ni se ha dado cuenta​
  • ¿Se corre rápido?​
  • A veces, bueno, muchas veces, pero este finde ese no ha sido el problema, lo tenía mmm cansado jeje, vamos, que como lo hemos hecho mucho, las primeras veces ha sido rápido pero otras no​
  • ¿Y el tamaño? ¿Cómo la tiene?​
  • Jajaja​
  • No te rías, eso importa ¿Con cuántos chicos has estado?​
  • ¿Yo? Pufff, muy pocos… con 3 ¿y tú?​
  • Jajaja muchos jajaja​
  • ¿Sí? Joe, yo ligo poco​
  • Porque no quieres, eres muy guapa y sexi​
  • Me faltan tetas​
  • No te creas…​
  • Sí, es así​
  • Tienes una figura muy sexi​
  • Gracias jajaja​
  • Entonces ¿Qué tal el tamaño de la de tu novio?​
  • Pues no sé, normal, supongo​
  • ¿Cómo la de Paco?​
  • ¿Qué?​


Me había pillado por sorpresa y levanté la vista para mirarla. Ella me miraba impasible. Repitió:​

  • Si la tiene como la de Paco o no​
  • Pero si yo… no sé… (notando como me sonrojaba)​
  • Te voy a contar una cosa​


Se tumbó a mi lado pero poniéndose de lado. Me miró a pocos centímetros. Dijo:​

  • Tenemos una caja fuerte en la casa​


La miré sin comprender. Dijo:​

  • La tenemos en el vestidor de mi habitación, y tenemos un sistema que empieza a grabar cuando alguien entra en él​


Me quedé con la boca abierta. Tras unos segundos me incorporé y balbuceé:​

  • Yo.. yo… no…​


Cloe se incorporó también y conseguí decir:​

  • Yo… estaba cotilleando, no iba a robar nada​
  • Jajaja, lo sé, tonta​
  • Yo… tienes una casa preciosa y… estaba cotilleando, lo siento​
  • Lo de la caja fuerte te lo he dicho para que supieras por qué tenemos una cámara ahí, no porque pensara que nos ibas a robar jajaja​
  • Yo… es que…​


Entonces Cloe me pasó el brazo sobre mis hombros y me apretó contra ella, y aunque estaba conmocionada porque me habían pillado, fui consciente de su pecho en mi brazo. Dijo:​

  • Tranquila, si lo entiendo, no es eso lo importante​
  • Yo… ¿Cómo sabes que vi…?​
  • Me lo contó Paco​
  • ¿Me vio?​
  • No, la grabación la vi hace poco, pero antes él me había contado lo que pasó ese día en mi cama así que, viendo como te comportabas en la grabación, he imaginado que lo viste todo​
  • ¿Cómo…? ¿Te contó lo que hizo con…? ¿En serio?​
  • Sí​
  • Y… ¿Seguís juntos?​
  • Jajaja, claro​
  • ¿Y él sabe que yo lo vi cuando…?​
  • Mmmm pues ahora que lo dices, creo que no se lo he contado, no me he acordado​
  • Ah​
  • Es que vi la grabación por casualidad, nunca las miramos, solo tenemos eso por si alguna vez nos roban o echáramos algo en falta​
  • Ya​
  • Pero la otra noche estuve borrando para hacer espacio y me llamó la atención por la hora de la grabación y la duración, por eso lo abrí​
  • De verdad que lo siento mucho, no quería espiar, iba a salir de tu habitación tras cotillear pero escuché alguien subiendo y me escondí asustada de que me pillaran fisgoneando, de que me pillaras tú​


Cloe me acarició la espalda para tranquilizarme, estaba a punto de llorar por la vergüenza. Me calmó y luego preguntó:​

  • ¿Te gustó lo que viste?​
  • ¿Qué? No, yo…​
  • Si no te sorprendió la polla de Paco quiere decir que tu Borja está muy bien ahí jeje​
  • No, es que… ufff, de verdad que me va a dar algo, no sé que responder sin que te molestes​
  • No me molesta nada, Cris​
  • Pero…​
  • Mira, te voy a contar como es nuestra relación… somos una pareja muy liberal en cuanto al sexo​
  • No te entiendo​
  • Nos acostamos con otros pero sin engañarnos, yo le cuento mis aventuras y él las suyas​
  • Ah, pero…​
  • ¿Qué?​
  • ¿Sois un matrimonio… de conveniencia o algo así?​
  • Nooooo, jajaja, Paco y yo nos queremos, y follamos mucho​
  • Ah, pero entonces…​
  • Pero nos gusta hacerlo con otras personas​
  • ¿En serio?​
  • Sí​
  • ¿Y a él le parece bien que tú…?​
  • Sí, y a mí me parece bien que él también se acueste con otras, y luego nos lo contamos en confidencia y eso nos pone​


La miré con la boca abierta. Ella se rio y dijo:​

  • Jajaja, que cara, pero sí, somos así… mira ¿Sabes por qué sé que Paco llegará hoy más tarde?​
  • No​
  • Porque ahora mismo se está follando a Ade​


Mi boca seguía abierta, llevaba ya un rato, pero ahora sentía mi mandíbula desencajada. Cloe volvió a reír y dijo:​

  • Y pasado mañana quedará con otra amiga, una buena amiga​
  • ¿No me estás tomando el pelo?​
  • No, te estoy contando esto en confidencia, porque confío en ti, y bueno, tampoco quiero que pienses que soy una tonta a la que el marido le pone los cuernos sin enterarse de nada jeje​
  • Dios… no sabes como me alegra… quiero decir, llevaba semanas dándole vueltas a eso, a lo que había visto y como me caes tan bien, no sabía si tenía que contártelo o no, quería pero no me atrevía, no quería fastidiarte, fastidiarlo todo, yo… y a Paco le he ido cogiendo manía, pensando que era un cabrón contigo, yo…​
  • Ahhh, pues de eso sí me había dado cuenta, que siempre te ponías tensa con él. Cuando vi el video pensé que quizás era tensión sexual​
  • ¿Sexu…? Noooooo, por dios, que tiene la edad de mi padre​
  • Jajaja, pero no me digas que no es imponente​
  • Sí, pero… noooooo, diooooossssss​
  • Ya, era tensión porque te cabreaba que me pusiera los cuernos​
  • Claro, no lo entendía y…​


Entonces me volvió a abrazar y dijo:​

  • Eres adorable​


Y me dio un beso en la mejilla. Sentí un escalofrío por todo el cuerpo. Me dijo:​

  • Anda, cuéntame lo que viste​
  • Pero si Paco ya te lo contó ¿no?​
  • Sí, pero quiero saberlo de ti​
  • Uff, es que me da corte, fue muy… fuerte​
  • ¿Sí? Venga, cuenta​
  • Pues… me escondí cuando escuché subir a alguien, y era Lola. Al poco llegaron Ade y Paco. Las dos discutieron, Ade le decía a Lola que era una zorra enseñando las tetas y provocando a los hombres, y Lola le decía que ella la ponía de tonta. Al final, Paco le dio la razón a Lola y dijo que hicieran las paces​
  • Ya​
  • Entonces, las dos se dieron un beso, pero un beso de verdad, un morreo, me quedé flipando, y entonces miraron a Paco como pidiendo permiso, y Paco asintió y se pusieron a mmm a follar, pero miraban a Paco de vez en cuando, como solicitando su permiso​
  • Entiendo​
  • Pues yo no entendía nada, estaba como en shock. Entonces Paco les dijo que hicieran un 69 y las dos obedecieron en el acto​
  • Ajá​
  • Y luego, Paco se… se la sacó y se echó alguna crema o algo y se puso detrás de Ade que es la que estaba encima y… ufff​
  • ¿Qué?​
  • Se… la folló… Uff, Cloe, es que esto es rarísimo​
  • ¿El qué?​
  • Contarte como tu marido con otra…​
  • Jajaja, anda, sigue​
  • Pues que la folló pero… por detrás​
  • ¿Sexo anal?​
  • Sí​
  • ¿Seguro?​
  • Y tanto, Ade le dijo que no, pero él ni caso… y vi que a Ade le dolía, pero se dejó penetrar y, lo más alucinante es que se corrió​
  • Jeje​
  • Con esa cosa tan grande ahí… se corrió, no salía de mi asombro​
  • ¿Seguro que Ade se corrió? ¿No lo simularía?​
  • No, cuando Paco se fue se lo dijo a Lola​
  • Ah ¿Y ya está?​
  • Bueno, Paco quiso terminar en… les dijo que se besarán y él les echó todo encima​


Cloe sonrió y preguntó:​

  • ¿En la cara?​
  • Sí, bueno… en todo…​
  • Ya​
  • Y cuando Paco se fue, Ade masturbó a Lola hasta que se corrió. Luego se vistieron, limpiaron todo, ellas se limpiaron, y al fin se fueron​
  • ¿Y qué te pareció?​
  • Yo estaba como en shock​
  • ¿No te excitaste?​
  • No, de verdad que no, estaba demasiado sorprendida​
  • En el video no se te ve tocarte​
  • Es que no pensaba en eso, en serio​
  • ¿No te gustó?​
  • Mmmmm no sé, tampoco es eso, es más que estaba tan sorprendida que no reaccioné, mi cuerpo no reaccionó, no sé​
  • ¿Y luego?​
  • ¿Luego?​
  • En casa, u otro día ¿has pensado en eso?​
  • Noooo… yo… noooo (dije pero notando como me sonrojaba)​


Cloe me miró con una sonrisa y pensé “mierda ¿No se lo ha tragado?”. Nos quedamos calladas. Al rato le dije:​

  • Cloe​
  • ¿Qué?​
  • Lo de Paco… ¿Es normal?​
  • ¿Su tamaño? Jajaja, noooo, que va​
  • Ah​
  • Tu Borja no la tiene así ¿Verdad?​
  • Que va, ni se acerca jajaja​
  • ¿Y los otros dos chicos con los que has estado?​
  • Tampoco pero…​
  • ¿Qué?​
  • El día que fui a Valencia un chico me entró​
  • ¿Sí?​
  • No pasó nada, salí fuera a fumar y el chico me entró allí​
  • ¿Y?​
  • Que se puso vacilón e intentó besarme, pero lo aparté​
  • ¿No te gustaba?​
  • Sí, mucho, era muy atractivo, pero tengo novio y estaba dentro de la disco​
  • Ajá​
  • Pero cuando lo aparté, se puso chulo y a vacilar de su polla​
  • ¿Sí?​
  • Sí, gilipollas total pero antes de irme, quise ser yo vacilona y me acerqué y se la toqué, y le dije que mi novio la tenía más grande o algo así, por vacilarle​
  • Ya​
  • Pero que va, me dejó impresionada, tenía una polla enorme jajaja​
  • ¿La tenía dura?​
  • Sí, es que con la tontería, se me había acercado, acariciado un poco… lo corté pronto, pero se ve que fue suficiente para que se excitara​
  • ¿Te arrepentiste?​
  • ¿De qué?​
  • De no enrollarte con él​
  • Nooo, jajaja, aunque he pensado varias veces en eso​
  • Tienes curiosidad​
  • Estaba muy bueno y me gustó lo que toqué jajaja​
  • Es normal pensar en eso​
  • Puff, no sé​
  • ¿Y crees que lo de no correrte puede tener que ver con el tamaño de la de Borja?​
  • No lo sé ¿Puede ser?​
  • Pueden ser muchas cosas, algunas físicas o otras de aquí (señalando mi cabeza)​
  • ¿Qué quieres decir?​
  • Que estés preocupada por algo, pensando en otras cosas, en otros…​
  • Ah, ya, no sé… no creo que sea el tamaño, si fuera por eso nunca me habría corrido con él ¿no?​
  • El tamaño importa para gozar más, para sentir más, y eso lleva al orgasmo, claro, pero el sexo depende mucho de la habilidad del otro, y también de una misma, mucho está aquí, en la cabeza​
  • ¿Siempre te corres con Paco?​
  • Noooo, jajaja, siempre, siempre, no, pero casi siempre…​
  • Ah​
  • Paco es un amante excepcional, te lo digo en serio, pero a veces tengo la cabeza en otro sitio​
  • Ya​
  • Creo que debes pensar en lo que te preocupa, ahí debe estar la clave​
  • Puede ser​
  • Y si no, puede que sea problema de las habilidades de tu chico, quizás deberías probar con un chico que la tenga más grande o más habilidoso jajaja​
  • Tíaaaaa, jajaja, que soy una buena chica jaja​
  • ¿Y tonteaste con uno en la disco?​
  • Yo no tonteé, se me acercó él y le corté el rollo rápido… quizás demasiado rápido jajaja​
  • Jajaja​


Nos tumbamos de nuevo y me puse a pensar en todo lo que habíamos hablado. Cloe era muy liberal, bueno, los dos eran muy liberales, y eso me tenía totalmente sorprendida. Entonces dijo:​

  • Cloe​
  • ¿Sí?​
  • ¿Es en serio que te acuestas con otros y Paco lo sabe y le parece bien?​
  • Jajaja, te parece extraño ¿no?​
  • Mucho​
  • Mira, te voy a contar algo que pasó el sábado​


Giré la cabeza para mirarla. Ella miraba al cielo, con los ojos cerrados y observé su cuerpo, fuerte pero a la vez sensual. Entonces dijo:​

  • El sábado cuando se fueron tus padres, Paco y yo follamos​
  • Ah​
  • Muy bien, se comportó muy bien jaja​
  • Jajaja​
  • Y luego salimos a cenar​
  • Ah, que lo hicisteis antes de salir​
  • Sí, y ya sabes como fue la semana pasada en el trabajo, muy estresante​
  • Sí (recordando la semana)​
  • Necesitaba algo mmm más fuerte​
  • ¿Cómo?​
  • Le dije a Paco que quería follarme a alguien​
  • ¿Así se lo dijiste?​
  • Claro​
  • ¿Y él qué dijo?​
  • Que sin problema​


La miré de nuevo con la boca abierta, no me entraba en la cabeza algo así. Se quedó callada mientras yo intentaba asimilar esa información. Al final, le pregunté:​

  • ¿Y después de cenar quedaste con un amigo?​
  • No, después de cenar fuimos a tomar algo​
  • ¿Tú y Paco?​
  • Sí, claro​
  • No lo entiendo pero ¿No querías quedar con alguien?​
  • Quería ligarme a alguien​
  • ¿Con Paco delante?​
  • Claro​


La seguí mirando sin dar crédito a lo que escuchaba. Ella siguió:​

  • A Paco le gusta… le gusta mirar​
  • ¿Mirar qué?​
  • Como follo con otros​


Me erguí de la sorpresa. La miré aún con la boca más abierta mientras ella seguía contando:​

  • Me entraron varios pero al final me decidí por uno bastante guapo que bailaba y besaba bien​


Se quedó callada de nuevo. Conseguí preguntar:​

  • ¿Y qué pasó?​
  • Nos lo trajimos a casa y follamos mientras Paco miraba​
  • Joder​
  • Y el chico muy bien, normalito de su cosa pero muy habilidoso en la cama, así que seguimos la fiesta​
  • ¿Qué?​
  • Me follaron los dos juntos​


Entonces, Cloe abrió los ojos y me miró. Se rio diciendo:​

  • Niña, cierra la boca que te van a entrar moscas jajaja​
  • Madre mía ¿Con dos a la vez?​
  • Sí​
  • ¿Paco y el chico?​
  • Sí​
  • ¿De verdad?​
  • Sí​
  • Estoy alucinando jajaja​
  • Sí, fue bastante alucinante la verdad, los dos muy bien, me dejaron muerta jajaja​
  • Jajaja​
  • Me dormí y cuando me desperté a la mañana siguiente, el chico ya no estaba, Paco lo despediría, yo caí redonda jajaja​
  • Jajaja​
  • Todo el estrés de la semana olvidado jajaja​
  • Alucino jajajaja​


Y nos estuvimos riendo y comentando más, las dos desnudas sin parar de hablar de sexo. No me sentía incómoda por estar desnuda ni por hablar de sexo con Cloe, al revés, me sentía muy cómoda y aunque nerviosa por las cosas que contaba. Estuve allí un rato más hasta que me fui a mi casa, aún impresionada porque no estaba acostumbrada a este tipo de cosas y me costaba asimilarlas.



PACO

Llegué a casa ya de noche. Entré y saludé alzando la voz:​

  • HOLA CARIÑO​


Nadie me contestó. Salí fuera al escuchar chapoteo en la piscina. Cloe estaba nadando. Me acerqué a la piscina llamándola:​

  • Cloe, cariño​


Cloe paró y se acercó al borde. Se aupó con las manos y vi que estaba nadando desnuda. Me agaché y le di un beso en los labios. Dijo:​

  • He estado un rato haciendo pesas y me apetecía refrescarme​
  • Claro​
  • Mañana me va a matar Tony, he sido muy vaga estas semanas que no ha estado, lo va a notar​
  • Jeje, pero si todos los días te tiras ahí dentro una hora o más​
  • Pero no he seguido bien las tablas que me dejó, me va a putear​


Me reí. La obsesión de Cloe con las pesas y su cuerpo era delirante para mí. Se volvió a meter en el agua y me dijo:​

  • Que tarde vuelves ¿no?​
  • Sí, es que he ido a jugar al paddle con Pablo y luego hemos tomado algo​
  • Ah… bueno, vente y te refrescas ¿no?​


Me lo pensé un segundo y luego me quité la ropa y me tiré a la piscina. Nadé un poco y me acerqué a Cloe, que me rodeó con los brazos y me dio un beso profundo y lascivo, rodeándome con sus piernas. Cuando paró, me dijo:​

  • ¿Qué tal con Ade?​
  • Bien, bueno, ya la conoces​
  • Protestando por todo​
  • Jajaja, eso​
  • ¿Le has ganado a Pablo?​
  • Claro, como siempre​
  • Que malo eres, te follas a su mujer y le pegas palizas al paddle, pobrecito​


Haciendo un gracioso mohín con los labios. Me reí y le pregunté:​

  • ¿Te cuento?​
  • Mmmmm no, aún no​
  • ¿Estás cansada?​
  • Sí, y ha sido un día raro​
  • ¿Cansada por el trabajo o el gimnasio?​


Y se puso a contarme un par de asuntos del trabajo. Luego me dijo:​

  • Y hoy Cris ha estado rara​
  • ¿Y eso?​
  • Distraída​
  • ¿Le pasa algo?​
  • No, bueno, no sé​
  • ¿Qué pasa?​
  • No se corre con el novio​
  • Ah​
  • Y está preocupada​
  • ¿Nunca se corre?​
  • Dice que pocas veces, y han estado fuera todo el finde y nada de nada​
  • Ah​
  • Creo que se está planteando si es su pareja perfecta o no​
  • Pues si no se corre, dudo que sea su pareja perfecta ¿no?​


Cloe se separó de mí y nadó hasta la otra punta de la piscina. Me fui hacia el borde de la piscina y la miré. Luego, ella se acercó a mí y dijo:​

  • Puede, o puede que tenga la cabeza en otras cosas​
  • ¿Qué cosas?​
  • Esto, por ejemplo​


Y me cogió la polla. Me miró con una media sonrisa mientras comenzaba a pajearme debajo del agua. Me reí y pregunté:​

  • ¿Pensando en una polla que no es la del novio?​
  • Sí​
  • ¿Le pone los cuernos?​
  • No, es bastante… bastante mojigata​


Me reí pensando en Carmen, su madre… no había salido a ella. Cloe me miró sin parar de mover su mano en mi polla ya dura, y dijo:​

  • ¿De qué te ríes?​
  • Nada, una tontería​
  • ¿El qué?​
  • Que no ha salido a la madre, ha salido al padre​
  • Sí, puede, ha cogido más de Luis que de Carmen​
  • ¿Se le parece?​
  • Tiene sus ojos, por ejemplo​
  • Ah​
  • Se ha acostado con pocos, con tres chicos​
  • Jajaja, igual que la madre, sí jajaja​
  • Y que yo, a su edad me había acostado con más de 20 y bastantes chicas​
  • Jeje​


Cloe me besó y aproveché para acariciarle las tetas. Paró y le pregunté:​

  • ¿Y por qué dices que piensa en otro? ¿Tiene algún candidato?​
  • Mmmm, no creo​
  • ¿Entonces?​
  • Te vio follando con Ade y Lola el día de tu cumpleaños​


Me sorprendí y la miré sin decir nada durante unos segundos hasta que pregunté:​

  • ¿Cómo? ¿Te lo ha dicho?​
  • Se metió en el vestidor y os vio desde allí​
  • ¿Estaba espiando?​
  • No, curioseando y en ese momento llegasteis​


Y me contó como se había enterado. Le reproché:​

  • ¿Por qué no me lo habías contado?​
  • Lo vi una noche y luego se me olvidó, y hoy se lo he contado​
  • ¿Sí? ¿Y cómo ha reaccionado?​
  • Se quería morir de vergüenza jajaja​
  • Vaya, vaya con la niña​


Nos volvimos a besar unos segundos. Cuando paramos, le pregunté:​

  • ¿Y le gustó lo que vio?​
  • Dice que estaba muy nerviosa y, por lo que se ve en el video, no se la nota cachonda ni nada​
  • Ah​
  • Pero sí, le gustó tu polla, eso está claro​
  • ¿Te lo ha dicho?​
  • Se le notaba cuando me estaba hablando, seguro que se ha tocado pensando en lo que vio​
  • ¿Por mí o por las chicas?​
  • Eso no lo sé, pero sí sé que el novio no la tiene grande, y eso la preocupa​
  • Pero tú siempre has dicho que el tamaño no es esencial​
  • Y no lo es, ayuda y mucho, pero como otras cosas… acuérdate del chico del sábado, no la tenía grande pero sabía como follar, me lo pasé muy bien con él​
  • Ya te vi jeje​
  • El novio no debe ser nada hábil, eso está claro, pero creo que ella tiene ganas de probar algo así​


Cloe me sonrió mientras apretaba con fuerza mi polla. Preguntó:​

  • ¿Te la follarías?​
  • ¿A Cristina? Cloe, que es mi ahijada​
  • Pero es una mujer, y muy sexi ¿no?​
  • Sí, lo es​
  • Te gustó su cuerpo ¿no?​


Recordé la tarde que llegué y las vi en el agua. Subí arriba para ponerme el bañador y cuando miré por la ventana, vi a Cristina salir, totalmente desnuda. Y sí, se me puso dura, lo tengo que admitir. Cristina tiene un cuerpo joven y bien formado aunque con pocas curvas por su pecho y culo pequeños, pero ambos eran muy bonitos. Vi como Cristina salía del agua, frente a mí, sonriendo, y como luego se giraba para hablar con Cloe que seguía en la piscina. Vi su culo, pequeño pero redondo. Y luego se tumbó, y la observé atentamente, repasando su cuerpo con lentitud. Sí, era una chica guapa y sexi pero dije:​

  • Claro, pero prácticamente la vi nacer, no seas mala, Cloe​
  • Pues yo sí me la follaría​


Cloe sonrió con malicia, y luego, se metió bajo el agua. Noté como se metía mi polla en la boca, bajo el agua. Al poco, salió, sonriendo, y dijo:​

  • Me ha contado lo que vio​
  • ¿El día de mi cumpleaños?​
  • Sí​
  • Ya te lo había contado yo​
  • Sí, pero me ha puesto escuchárselo a ella aunque lo ha hecho de forma torpe, pero me ha puesto cachonda​
  • Y quieres follar​
  • Quiero que me lo comas y luego que me folles, sí​


Se separó de mí y se aupó sobre el borde de la piscina, sentándose en él, con los pies dentro del agua pero el resto del cuerpo, desnudo, fuera. Luego, abrió sus piernas, mostrándome su coño. Me acerqué y se lo lamí suavemente, pasando mi lengua por su clítoris y labios, pero Cloe no quería delicadeza y me puso la mano en la cabeza para empujarme contra su coño que comí rápidamente mientras le metía dos dedos. Cloe comenzó a decir guarradas en francés mientras apretaba mi cabeza hasta estallar en un orgasmo.



Se tumbó mientras respiraba rápidamente. Luego, me dijo que saliera y me tumbara. Eso hice. Cloe se acercó y me cogió la polla. Me miró y dijo:​

  • Cuéntame lo de Ade mientras te la chupo​
  • Vale​
  • ¿Hiciste lo que te dije?​
  • Sí​
  • Bien​


Y lamió mi polla para luego metérsela en la boca. Comencé a contarle:​

  • Ya sabes que hoy tenía la mañana y tarde ocupada así que no tenía mucho tiempo. Quedé con ella para almorzar y luego irnos a un hotel. Ade protestó, quería venirse aquí y tener más tiempo, pero le dije que no podía, que a las seis tenía reunión con su marido por el tema de la nueva promoción​


Miré a Cloe que chupaba despacio, mirándome. Continué:​

  • Estuvo todo el almuerzo protestando por Pablo, los niños, sus compañeros, y por nosotros, que no le hacemos caso. Me tenía harto, la verdad.​


Cloe se sacó mi polla de la boca y preguntó:​

  • ¿Cómo iba vestida?​
  • Ah, eso muy bien, iba con una falda ejecutiva, que aunque está plana, tiene buen culo y esas faldas le quedan genial, y tacones. Cuando la vi entrar en el restaurante me animó​


Cloe sonrió y siguió con la mamada, y yo con la historia:​

  • La llevé al hotel donde estoy quedando con Carmen, y Ade con la cara larga, que aquello era una horterada, que no entendía por qué no veníamos aquí como siempre… Entramos en la habitación y la miró con asco. Cerré la puerta y cuando vi que iba a seguir protestando, la cogí del cuello y la empujé contra una pared. Ade se quedó de piedra. Apreté mi mano e intentó empujarme pero no la dejé. Pegué mi cara a ella y le dije “Calla de una puta vez, que no has parado de protestar desde que te has sentado a la puta mesa”.​


Cloe volvió a parar la mamada y me miró sonriendo e interesada. Su mano no paró de moverse por mi polla mientras esperaba la continuación. Seguí:​

  • Eras lo que querías ¿no? Que fuera duro​
  • Sí, hay que ponerla en su sitio​
  • Esa ha sido mi intención​
  • Sigue​
  • Ade estaba muy sorprendida, ni intentaba hablar, pero sí me empujaba un poco para que la liberara pero no lo hice. Le dije “Escucha, zorra, estoy muy enfadado contigo y tus putas amenazas de contárselo todo a Pablo… Si se lo cuentas, te la da patada a ti, a los negocios no ¿Te enteras?” Entonces intentó hablar y aflojé la mano. Dijo “No… no se lo voy a contar, era solo que estaba muy nerviosa y…”. Solté su cuello y le di un bofetón que la dejó aún más sorprendida​


Cloe sonreía abiertamente, sin dejar de pajearme. Continué:​

  • Le dije “Te he dicho que cierres la puta boca, zorra”. Ade me miraba con los ojos muy abiertos. La volví a coger del cuello mientras le decía “Lola sabe perfectamente cual es su lugar, es una zorra obediente y sumisa, pero tú parece que no lo sabes, te lo voy a volver a contar… eres nuestra zorra, mía y de Cloe, y te follaremos cuando a nosotros nos dé la puta gana, no cuando tú quieras ¿Entiendes?”. Ella no decía nada, solo me miraba asustada. Dejé que pasaran unos segundos sin decir nada.​
  • ¿Estaba acojonada de verdad?​
  • Creo que más que acojonada, sorprendida​
  • Eso seguro jeje​
  • Le dije “Si no dejas las putas exigencias y no obedeces, no vas a volver a follar con nosotros, y tampoco con Lola, a ella le diremos que no folle contigo, y ella es una buena zorra obediente”. Aquí Ade se movió nerviosa y dijo “No, por favor, yo…”. Le volví a soltar otro bofetón y le dije “Que no hables, puta ¿Ves como no obedeces? Solo puedes abrir la boca para gritar, gemir y chuparme la polla ¿Entiendes?”. Ade afirmó con la cabeza rápidamente.​
  • Jajaja es que nunca has sido duro con ella​
  • Ya​
  • Mira como conmigo no se atreve a desobedecer​
  • Sí, eso es cierto​
  • Sigue​
  • La solté y me quité el cinturón mientras le decía “¿Te acuerdas cuando Cloe te azotó el culo por no obedecerla?”. Ella movió la cabeza afirmando. Le enseñé el cinturón y le dije “Pues hoy me toca a mí, te voy a enseñar lo que pasa cuando me vienes con estas mierdas”​
  • jajaja​
  • Ya ves que te he hecho caso en todo, cariño​
  • Sí, jajaja, sigue, sigue​
  • Le dije “Si no quieres ser una zorra sumisa y obediente, vete ahora, pero si te quedas, no quiero ni una puta mierda más de exigencias ni desobediencias”. Nos miramos unos segundos y entonces Ade se comenzó a desnudar. Luego, se fue a la cama y se puso a cuatro patas, mostrándome su culo​
  • ¿Cuántos azotes le diste?​
  • No sé, no muchos, pero tiene el culo muy blanco, se le puso rápido rojo​
  • Con lo orgullosa que es jajaja, a ver si así se le bajan los humos​
  • Estuvo muy activa y ansiosa durante el sexo​
  • Y cachonda ¿no?​
  • Sí, tenía el coño hecho agua​
  • ¿Le diste por el culo?​
  • Claro… Cuando terminamos, me duché y me fui, ella no se movía de la cama, decía que le temblaban las piernas. La dejé allí​
  • Mañana la llamaré a ver que me cuenta, pero era necesario que te mostraras así de duro y claro​
  • Sí, y la verdad es que ha sido un buen polvo ¿Estás cachonda?​
  • Mucho​


Se inclinó hacia mí y me besó apasionadamente. Luego, se puso encima y me comenzó a follar lentamente. La observé como se movía, con un mete y saca leve, más moviendo las caderas que otra cosa, sintiendo mi polla dentro de ella. Tenía el pelo mojado y el cuerpo húmedo. Su cuerpo fibroso y musculoso contrayéndose, sus tetas duras y con los pezones apuntándome. Se las cogí y jugué con los pezones. Entonces dijo:​

  • ¿Gritó mucho?​
  • ¿Cuándo?​
  • Con los azotes​
  • Sí​
  • ¿Se le saltaron las lágrimas?​
  • Sí​


Cloe sonreía maliciosamente. Entonces, lanzó un gemido profundo y largo, para luego empezar a moverse más rápidamente. Estuvo así un par de minutos hasta que dijo:​

  • Córrete, rápido​
  • ¿Ya?​
  • Sí, córrete dentro de mí, YA​


Y me corrí. Ella no tardó nada en seguirme, lanzando un grito al aire y luego derrumbándose sobre mí. Me besó lentamente y luego se echó a mi lado. Nos quedamos mirando el cielo estrellado, los dos respirando rápidamente. Luego, me dijo:​

  • Me apetece un buen vino y queso​
  • Que francés, niña​
  • ¿Quieres otra cosa?​
  • No, eso está bien​
  • Espera, ahora vengo​


Y la miré como se dirigía dentro. No quité ojo de su culo hasta que desapareció dentro, y pensé “es mi mujer perfecta”.​
 
21



CRISTINA

Estaba concentrada escribiendo un informe, cuando sonó el teléfono fijo de mi mesa. Miré y vi que era Cloe. Lo descolgué:​

  • Buenos días, Cloe​
  • Buenos días, Cris ¿Puedes venir a mi despacho?​
  • Claro, subo​


Cloe colgó y me levanté como un resorte, cogiendo mi portátil y saliendo rápidamente hacia la escalera. Cloe estaba en la planta de arriba, en la zona ejecutiva, y mi sitio estaba en la gran sala común, en el centro de la sala. Fui rápido porque a Cloe no le gustaba esperar. Saludé a su secretaria que me hizo una seña para que pasara. Llamé a la puerta y entré. Cloe se levantó y vino hacia mí. Me dio dos besos y me preguntó:​

  • ¿Cómo estás hoy?​
  • Ay, Cloe, no me recuerdes lo de ayer, lo siento mucho, no volveré a estar distraída​
  • Cariño, si no lo digo por eso, es que te noté muy preocupada con ese tema​
  • Sí, pero nada, son tonterías mías​
  • No, las cosas de pareja no son tonterías​


Me cogió de la mano y me llevó al sofá que tenía en el despacho. Nos sentamos. Cloe llevaba un top hasta el cuello y sin mangas, muy ajustado, así como una minifalda también ajustada y unas sandalias con un buen tacón. La ropa le quedaba genial, mostrando sus piernas y brazos, ambos fibrosos, fuertes. Cruzó las piernas y estuvimos charlando unos minutos sobre como me encontraba. Le dije la verdad, que seguía dándole vueltas al tema pero totalmente centrada en el trabajo. Cloe sonrió y me puso una mano en la rodilla. Yo también iba con falda pero más larga que la suya. Al sentir su mano, me recorrió algo por el cuerpo y me puse nerviosa. Para salir del paso, le dije:​

  • Estaba con el informe que me pediste para…​
  • Ah, espera, cambio de planes​
  • ¿Cómo?​
  • Hoy tenemos varios temas que ver​


Abrí el portátil para apuntar. La miré. Cloe miró su reloj y dijo:​

  • En media hora tengo que salir​
  • Bien​
  • Pero antes te quiero explicar una cosa​
  • Ajá​
  • Y… esta tarde te vienes a casa, hoy vuelve Tony para mi entrenamiento y quiero que lo conozcas​
  • ¿Para?​
  • Para ver si te pica el gusanillo del gimnasio, me vendría bien una compañera para picarme más jeje​
  • Ufff, no sé, soy muy floja jeje​
  • Además, Tony está cañón, gay pero cañón, y aunque es un hijo de puta en el gimnasio, cuando acabemos verás lo divertido que es, seguro que tiene mil cosas que contar de su viaje y su novio, nos lo vamos a pasar bien​
  • Mmmm bueno, yo…​
  • Te has traído la ropa de deporte y el bikini ¿no?​
  • Sí, pero que yo no…​
  • Bien, bien… luego almorzamos juntas y nos vamos para la casa​
  • Vale​
  • Pero antes, te quiero pedir un favor​
  • Claro, dime​
  • ¿Conoces al SAG?​
  • ¿SAG?​
  • Al grupo de asesoramiento estratégico​
  • Ah, sí, bueno, lo he visto en el organigrama​
  • ¿Sabes que hacen?​
  • Sí, buscan en el mercado nuevos… ehhh, nuevos productos, estrategias… ¿no?​
  • Básicamente… y desde hoy, eres parte del SAG​


Me reí tomándolo como una broma. Cloe me miraba seria. Le pregunté:​

  • Pero yo no sé nada de…​
  • El proyecto Ascron que has estado revisando y leyendo es uno del SAG​
  • Ah, pero…​
  • Mira, te explico… quiero eliminar ese grupo o remodelarlo, no me gusta como trabajan ni como hacen las cosas​
  • Pero… no entiendo que tengo que ver yo…​
  • En la empresa, aunque soy la directora general no tengo el control total porque mi grupo adquirió un 40% y no puedo hacer lo que quiera, estoy bajo un consejo de administración y hay distintos intereses o grupos de poder, y uno de ellos es el de Gregorio Cazan, el director de Innovación​
  • Ya​
  • Y su mujer, Claudia, la jefa del grupo SAG​
  • Ah​
  • Y me están jodiendo en todas las reuniones de dirección y del consejo, y necesito que uno de los dos deje su puesto, y me he decidido por Claudia, pero no puedo hacerlo sin más​
  • ¿Entonces?​
  • Quiero que tú seas mis ojos ahí dentro​
  • ¿Quieres que “espíe” para ti?​
  • No, ellos van a saber que te he puesto yo y te harán la vida imposible, pero necesito a alguien de confianza allí que me informe y en ti confío al 100%​
  • Claro, claro, eso dalo por seguro, pero no sé si yo…​
  • Y como en septiembre te vas a Londres, no tienes porqué hacer amigos aquí y, además, esto te va a servir para que veas como son las cosas por dentro en una gran empresa​
  • Ya​
  • Será un periodo duro porque te intentarán hacer el vacío, putearte… pero eres una chica dura y que no se corta, eres perfecta para esto​
  • Gracias, aunque no sé si depositar tanta confianza en mí…​


Cloe miró de nuevo su reloj y se levantó. Yo también. Me miró sonriendo y dijo:​

  • Pues claro que sí, sé que eres perfecta, y me harás un gran favor si aceptas​
  • Claro que acepto​
  • No hace falta que me lo digas ahora, piénsatelo si quieres​
  • No, no… claro que sí, con todo lo que estás haciendo por mí, claro que quiero ayudarte como sea​


Entonces, Cloe me abrazó. Noté sus duros pechos contra mí y, de nuevo, me recorrió por el cuerpo como una corriente eléctrica. Me dio dos besos, uno en cada mejilla, pero no rápidos, se demoró un poco. Noté claramente sus labios en mis mejillas, y su perfume. Me temblaron las piernas. Dejó de abrazarme pero se quedó casi pegada a mí, sonriendo, y me dijo:​

  • Sabía que podía contar contigo, lo vas a hacer genial​
  • No sé, tú solo dime que tengo que hacer y haré todo lo posible por merecer tu confianza​
  • El proyecto Ascron, ese me interesa mucho, y quiero saber porqué a ellos no​
  • Vale​
  • Ven, te llevo al SAG​


Y salió del despacho. Inspiré profundamente y la seguí rápidamente. Mientras andaba, me estuvo contando un poco lo que hacían en ese grupo hasta que se paró delante de una puerta donde vi que ponía en grande SAG. Me miró sonriendo, abrió la puerta y entró. La seguí tras un par de segundos, casi temblando de nerviosismo. Dentro había varios cubículos acristalados y una gran sala central con una mesa enorme y varias pizarras. Cloe entró en el despacho más grande. Dudé un poco pero la seguí. Allí, vi a una rubia de bote de unos 40-45 años, de grandes pechos y algo rellenita, que nos miró extrañada. Cloe dijo:​

  • Claudia, te presento a Cristina​


La tal Claudia me miró sin comprender. La saludé. Cloe dijo:​

  • Cristina va a formar parte de tu equipo desde hoy​
  • ¿Qué? No puedes…​
  • Ponla con el estudio de Ascron, Cristina lo conoce bien​


La miré sin decir nada, asombrada. Eso de que lo conocía bien no era cierto, solo había leído varios documentos que me había pasado Cloe hacía unas semanas y de los cuales poco entendí. Las miré sin decir nada. Claudia me miraba echando chispas por los ojos. Dijo:​

  • Ya tengo a varios trabajando con ese proyecto​
  • Claudia, creo que no me estás entendiendo​
  • Se ve que no​
  • Cristina va a aportar un enfoque nuevo a tu grupo, es joven, dinámica, con nuevas ideas… lo hablamos en la última reunión de dirección​
  • Pero iba a ser yo quien buscara a alguien para…​
  • De eso hace cinco meses y sigues sin buscar… pues nada, ya te la he buscado yo, asígnale un sitio y luego la informas de todo​


Entonces, Cloe me miró y dijo:​

  • Cris, te dejo aquí con tus nuevos compañeros, si necesitas cualquier cosa, ya sabes donde esto. Me voy ya, que voy tarde​


Y salió rápidamente, con un taconeo rápido. Claudia me miró, visiblemente enfadada. No dijo nada durante unos segundos hasta que dijo:​

  • ¿Cómo te llamas?​
  • Cristina​
  • Cristina… (dijo como pensando) bien, así que estás aquí para hacer de chivata ¿no?​


La miré sorprendida. No sabía que decir. Ella resopló y dijo:​

  • Eres la famosa “enchufada” ¿no?​
  • Yo… no…​
  • Y ahora vienes a ¿A qué? ¿A tocar las narices? ¿A hacer de espía?​
  • Yo…​
  • Mira, guapa, no sé quien te crees que eres pero a mí no me toques el coño, te lo advierto, Cloe no es aquí la única con poder​


La miré y me enfadé. Me enfadé con Cloe por este marrón y con Claudia. Le dije:​

  • Claudia, estoy aquí para trabajar así que, por favor, dime donde me siento y organízame una reunión para informarme de ese proyecto​
  • ¿No lo sabes ya todo? (diciéndolo con sorna)​
  • Sé todo lo que habéis informado, pero no creo que eso sea todo porque sería bastante triste tener tan poca información en algo que lleváis meses estudiando ¿no?​


Claudia me miró enfadada y entonces gritó:​

  • ALVARO, VEN​


Al poco entró un chico de unos 35 años, bastante rellenito, con unas entradas importantes en su pelo y con cara de agobio. Me miró extrañado. Claudia dijo:​

  • Esta es… ¿Cómo te llamas?​


La miré con fastidio, estaba intentando despreciarme con la excusa de no saber ni mi nombre. Le dije de nuevo mi nombre y Claudia siguió:​

  • CL: Pues eso, Cristina…​
  • A: Ah, encantado, yo…​


Le di la mano. La tenía húmeda y me dio un poco de asco. Claudia continuó:​

  • CL: En tu zona tenéis una mesa libre ¿no?​
  • A: Sí, pero…​
  • CL: Pues ahí se va a sentar​
  • A: ¿Sentar?​
  • CL: Va a ser parte del equipo… por ahora (dijo lanzándome una sonrisa envenenada)​
  • A: Ah, vale​
  • CL: Venga, idos, que tengo mucho que hacer​
  • C: ¿Y la información de Ascron?​
  • CL: Luego… largaos de mi despacho​


Álvaro y yo salimos. Me llevó a uno de los cubículos. Vi que dentro había otras cinco personas, en mesas pequeñas y muy juntas, mientras que en los otros dos cubículos solo tenían dos mesas y mucho espacio. Entramos y me presentó a los otros cinco que había en el despacho, cuatro hombres y una mujer, todos de media edad y ninguno medianamente atractivo. La habitación no tenía ventanas, olía a cerrado y humanidad. Miré a los otros cubículos, todos con amplias ventanas. Estaba claro que Claudia me había puesto con los de nivel inferior. Suspiré, la cosa no iba a ser fácil.



ADE

Dejé los papeles en mi mesa y suspiré, no conseguía concentrarme en el trabajo. Me removí en mi silla y noté el dolor en mi culo, tanto el causado por la polla de Paco en mi ano como por los latigazos con el cinturón. Y fue recordar eso y entrarme por dentro un malestar tremendo, aún no me explicaba como me había dejado humillar de esa forma, dejando que me abofeteara primero y luego que me fustigara con el cinturón. Sentí como me enrojecía de vergüenza, rabia y enfado.



Los juegos de sumisión anteriores habían sido humillantes, pero en un nivel que podía soportar. Además, estando Lola, era más fácil de llevar, pero lo de ayer había sido demasiado. Paco había hecho conmigo lo que había querido, todo el sexo había sido humillante. Y lo peor de todo había sido como mi cuerpo había respondido, con una serie de orgasmos muy intensos hasta llegar a uno que había sido tremendo, no había podido ni reaccionar. Cuando se fue Paco tras haberme usado como había querido, no me había podido ni mover, me había dormido agotada, con la cara llena de su leche, ni fuerza había tenido para limpiarme.



Cerré los ojos intentando controlar mi enfado. Jamás dejaría que volviera a ponerme la mano encima de esa forma. Una cosa era follar, pero otra pegarme de esa forma, eso no se lo iba a permitir a nadie. Inspiré profundamente. Era cierto que Cloe hacía unos meses me había azotado, pero aquello había sido parte del juego, y Lola también recibió, pero aquello ni siquiera había dolido al rato, solo en el momento, no como lo de ayer, que aún lo notaba. Pensaba hablar muy seriamente con Paco, esto no se podía volver a repetir.



De repente, solté una carcajada triste ¿Cuántas veces me había dicho eso mismo? Prácticamente después de cada sesión de sexo con ellos, y luego, siempre volvía a caer. Y no solo eso, es que ahora estaba casi obsesionada con ellos y Lola. Llevaba meses sin follar con Pablo, desde Navidad, y aquella vez había sido patética, realmente ni llegamos a follar, a él ni se le levantaba, y eso que se la estuve chupando un buen rato. Vale, estábamos algo borrachos pero, ni se le levantó del todo, se corrió en mi boca con la polla medio flácida. Contraje la boca pensando “si a eso se le puede llamar polla” porque comparada con la de Paco, era minúscula.



No, no pensaba dejar de follar con ellos, pero pondría límites claros. Algo de sumisión pero ni azotes ni ese tipo de humillación, por eso no iba a pasar de nuevo. Y tampoco iba a permitir que me dejaran de lado durante semanas. Apreté los dientes al pensar de nuevo en mis sospechas, sospechas de que se estaban follando a otra. Y me imaginaba quien, aquella niña canija tan guapa ¿Cómo se llamaba? La hija de sus amigos. Me habían dicho que iba mucho por su casa, seguro que se la estaban follando… carne fresca y joven ¿no? Y lo entendía, la chica era muy sexi pero me molestaba que no me metieran en esos juegos. También hablaría con ellos de este tema.



Cogí de nuevo los papeles e intenté leerlos, pero la cabeza se me volvió a ir. Lo más inteligente sería dejarlos, lo sabía, mandarlos a la mierda pero necesitaba esa dosis de excitación en mi vida que, antes de ellos, era realmente aburrida y anodina. Recordé como empezó todo, hacía tres años. Los conocía por Pablo. Habíamos ido varias veces a París de visita y Paco siempre me había parecido un hombre tremendamente atractivo, guapo, buen porte, vestía con clase, olía genial,... todo lo contrario a Pablo. Y un día, Pablo le comentó a Paco que yo tenía que ir a París durante diez días por temas de trabajo, que si podían quedar conmigo algún día. Entonces, me llamó Cloe y me convenció para no ir a un hotel sino a su casa. Y todo fue normal los primeros días hasta una noche que salimos y bebimos, y al volver a la casa, no sé como, Cloe me sedujo y follé con ella delante de Paco, mi primera vez con una mujer. Y luego Paco nos folló a las dos mientras nos seguíamos besando y tocando.



Suspiré. Nunca me había podido explicar como dejé que pasara aquello, jamás le había puesto los cuernos a Pablo, ni siquiera me lo había planteado. Pero aquellos días fueron una locura, follé sin parar con ellos, con los dos, y dejé que Paco me desvirgara el culo, que fue una experiencia sorprendentemente buena aunque dolorosa. Y el sexo con Cloe había sido maravilloso, siempre había tenido curiosidad pero sin atreverme a dar el paso.



Desde aquellos días, no había podido parar aquello, y lo había intentado, pero no había sido capaz de hacerlo. Y luego metieron a Lola, y todo fue aún mejor si cabe. Suspiré… Lola… la echaba mucho de menos.



Entonces sonó el telefonillo. Era mi secretaria. Pulsé el botón y la escuché decir:​

  • Señora Ramírez, acaba de llegar una visita no programada​
  • ¿Quién es?​
  • Es la señora… Dubois, Cloe Dubois​


Me levanté rápidamente y salí fuera. Vi a Cloe de pie, delante de la mesa de mi secretaria. Iba con gafas de sol, una blusa hasta el cuello y sin mangas, minifalda y sandalias de tacón alto. Me puse muy nerviosa porque esta visita era extraña. Me acerqué a ella diciendo:​

  • Cloe pero ¿Qué haces aquí?​


Cloe me sonrió quitándose las gafas y me dio dos besos. Me dijo:​

  • Hola guapa, es que acabo de salir de una reunión aquí al lado y me he dicho de hacerte una visita, nunca había estado en tu despacho​
  • Ah, pasa, pasa… Charo, que no nos molesten​
  • Pero señora, en quince minutos tiene que salir a…​
  • Cancélalo​


Y entré en mi despacho, cerrando la puerta. Miré a Cloe, que observaba la habitación con una sonrisa. Entonces, se sentó en una de las sillas de la mesa de reuniones que tenía en mi despacho. Me senté a su lado. Entonces, Cloe dijo:​

  • ¿Más tranquila?​
  • ¿Qué? ¿A qué te refieres?​
  • Al sexo, Ade, por el sexo de ayer​
  • Ah, bueno, el sexo con Paco nunca es tranquilo jeje​


Dije nerviosa. No acababa de entender esta visita y eso me ponía nerviosa, Cloe siempre me ponía muy nerviosa. Era la que llevaba la batuta en esa relación. Cloe me seguía mirando con esa sonrisa que me ponía tan nerviosa. Dijo:​

  • No me refiero a eso, me refiero a que si una vez que has follado, te has quedado más tranquila​
  • Yo…​
  • Porque ¿Te tengo que recordar como estabas?​
  • No, ya…​
  • Estabas con exigencias, amenazas…​
  • Perdona, perdona, es que estaba muy nerviosa y…​
  • Paco te dejó ayer claro todo ¿no?​
  • ¿Qué? Sí, bueno…​
  • Y ahora tienes perfectamente claro lo que eres para nosotros ¿Verdad?​


La miré sin decir nada. Cloe, aún sonriendo, me preguntó:​

  • ¿Qué eres, Ade?​


Me debatí interiormente, nerviosa. Cloe dejó de sonreír y volvió a preguntar:​

  • ¿Qué eres, Ade?​
  • Vuestra… ejem… (tragué saliva)​


Cloe me miraba, seria. Dije con tono apagado:​

  • Vuestra zorra sumisa y obediente​


Cloe volvió a sonreír ampliamente y dijo:​

  • Eso es, cariño, nuestra zorra sumisa y obediente, que nunca más volverá a exigir nada ni a desobedecer ¿verdad?​
  • Así es​
  • Porque si desobedeces, quedas fuera inmediatamente, jamás volverás a follar con nosotros ni con Lola, tenlo por seguro​
  • Lo sé​
  • Bien, me encanta que ahora lo tengas claro​


La miré compungida. Cloe se levantó y fue hacia mi mesa mientras decía:​

  • ¿Cuántas veces te corriste ayer?​
  • No… no estoy segura​
  • Dice Paco que no te podías ni mover ¿no?​
  • Así es, me dejó… agotada​
  • Es lo que pasa cuando algo te excita tanto ¿Verdad?​
  • Sí​
  • Te pusieron muy cachonda los azotes ¿No?​


No contesté y bajé la cabeza, totalmente avergonzada e humillada. Cloe se acercó y me puso una mano en la barbilla para levantarme la cabeza suavemente y que la mirara. Preguntó de nuevo:​

  • Te pusieron muy cachonda los azotes ¿No?​
  • Sí​
  • ¿Vas a querer más?​
  • Sí​
  • ¿Quieres que te los dé Paco o yo?​
  • A… ambos​
  • Levántate​


Eso hice, mientras ella se volvía a sentar. Me dijo:​

  • Enséñame como tienes el culo​
  • ¿Qué? Pero… (mientras miraba la puerta, nerviosa)​
  • Que te bajes los pantalones, Ade​
  • Si quieres, esta tarde voy a tu casa y…​
  • No, obedece​


Miré a la puerta mientras me desabrochaba los pantalones de vestir que llevaba. Los dejé caer. Cloe hizo un gesto para que le diera la espalda. Así hice. Me dijo:​

  • Bonitas bragas, pero bájatelas, quiero ver tu culo​


Me las bajé hasta las rodillas. Cloe no dijo nada. Luego, pasó su mano por mi culo diciendo:​

  • Aún se te notan ¿Te molesta?​
  • Un poco​
  • ¿Cuántos te dio?​
  • No… no estoy segura, no los conté​


Cloe se levantó y me giró para ponerme frente a ella. Dijo:​

  • El día que yo te azote, te dolerá más, mucho más, y se te marcarán más, por eso lo haremos cuando ya no haga tiempo de piscina​
  • B… bien​


Cloe se me acercó más, pude notar su aliento en mi oreja mientras preguntaba:​

  • ¿Con qué te gustaría que te azotara, cariño?​
  • Con… con un cinturón​
  • ¿Sí? Hay cosas más excitantes… busca en páginas y compra lo que más te guste​
  • De… de acuerdo​


Cloe me acarició el culo suavemente mientras me decía al oído:​

  • Mmmmm estoy deseando ver este culo rojo y ver como se te saltan las lágrimas pero, a la vez, se te hace agua el coño de lo cachonda que te pondrás​


Y con su otra mano, me metía un dedo y decía:​

  • Mira, como ahora mismo, tan mojadito​


Y entonces me besó, y le devolví el beso con un ansia total, y le acaricié los pechos, el culo…hasta que ella me apartó, sonriendo. Fue hacia mi mesa y se sentó en mi silla. Dijo:​

  • Ven, cómeme el coño​
  • ¿Qué? Aquí no puedo…​


Me miró fijamente y me dispuse a subirme las bragas y los pantalones, para poder andar pero ella dijo:​

  • No, quiero que te toques mientras me lo comes… ven​


Trastabillé hasta mi silla y me arrodillé mientras Cloe abría sus piernas y se subía un poco la minifalda. Le quité las bragas y comencé a comérselo. Estaba mojado y eso me encantó. Pasé mi lengua por sus labios y su clítoris, despacio, saboreándolo. Metí mi lengua dentro, mientras me empezaba a tocar. Cloe gimió flojito.



Seguí hasta que fui a meterle un dedo y entonces, Cloe me apartó. Se levantó y se bajó la falda diciendo:​

  • Me voy​
  • ¿Qué? Pero…​
  • Me alegra que sepas cual es tu lugar, zorrita​
  • Pero, Cloe, vámonos a tu casa, a un hotel… yo…​
  • No​
  • Pero… esta tarde puedo pasarme y…​
  • No, ya tengo planes​
  • Pero…​


Me miró severamente. Agaché la cabeza y dije:​

  • Cuando tú quieras, Cloe​
  • Bien, así me gusta​


Cloe se acercó a un espejo y se arregló un poco el pelo. Me subí las bragas y el pantalón, con un calentón enorme. Vi las bonitas bragas de Cloe en el suelo y las cogí para dárselas. Cloe sonrió al verlas y dijo:​

  • No, quédatelas, y mastúrbate con ellas, estás muy cachonda y tienes que solucionar eso, guapa​
  • Ah mmm gracias​
  • De nada, cariño​


Y me dio un beso rápido pero con algo de lengua. Se giró para irse pero conseguí decir:​

  • Cloe, una cosa​
  • ¿Qué?​
  • Yo… yo seré obediente y haré todo lo que queráis​
  • Bien​
  • Y si… si tenéis otros… bueno… otros temas… yo… contad conmigo ¿Vale?​
  • ¿A qué te refieres?​
  • A que… si… estáis follando con…​


Entonces me vino el nombre a la cabeza:​

  • Si estáis follando con Cristina, yo… a mí me gustaría participar, si queréis… yo…​


Cloe se me acercó, seria, y dijo:​

  • Lo que Paco y yo hagamos no es de tu incumbencia​
  • Claro, lo sé, es solo que… yo… contad conmigo si queréis…​
  • ¿De dónde sacas que estamos follando con ella?​
  • Es que… es una chica muy guapa y sexi, sería lo normal ¿no?​
  • Sí, es sexi, pero te lo repito, no es de tu incumbencia​
  • Lo sé​
  • Tú no pides nada ¿Entendido? Solo obedeces​
  • Sí, sí, lo sé, solo me estaba ofreciendo para…​
  • Para nada, solo obedeces, Ade​


Bajé la cabeza y dije:​

  • Sí, lo sé​
  • Bien​


Y se fue. Miré la puerta unos segundos. Luego, me senté en mi silla y pulsé un botón. Charo respondió de inmediato:​

  • ¿Sí, señora Ramírez?​
  • Charo, necesito que vayas a documentación y me traigas todo lo que tengan del expediente de Sarmiento​
  • De acuerdo, aviso a Pepa para que venga a coger las llamadas y…​
  • No, ve ya, yo me encargo de las llamadas​


Noté como Charo se sorprendía pero no rechistó. Escuché como la puerta se cerraba. Tenía al menos quince minutos. Me acerqué las bragas de Cloe a la nariz para olerlas mientras me desabrochaba el pantalón.



CRISTINA

Miré el móvil cuando sonó un aviso. Era Cloe diciéndome que bajara al aparcamiento. Me había quedado sola, todos se habían ido ya, pero estaba esperando a que Cloe me avisara. Recogí mis cosas y salí. Vi que Claudia seguía en su despacho. Me despedí pero ella ni contestó. Me fui pensando que menudo día, la tía me había puesto excusas y trabas a todo. Y los compañeros del cubículo estaban como acojonados con Claudia, no conseguí sacarles nada, no se fiaban de mí. Y los otros compañeros me trataron prácticamente como a una becaria, riéndose de mí cuando les pedía cosas y mandándome a hacer fotocopias o por documentación.



Fui al aparcamiento de Cloe y entré en el coche. Ella me saludó con un beso en la mejilla, Cloe era muy de besos. La miré mientras arrancaba. Iba con gafas de sol y la encontré terriblemente sexi. Además, la minifalda se le había subido mucho mostrando sus morenos y moldeados muslos. “Que envidia de figura” pensé. Entonces ella me miró y preguntó:​

  • ¿Qué?​
  • ¿Qué de qué?​
  • ¿Por qué me miras así?​
  • Ah, jeje, es que estaba pensando que estás muy sexi con esas gafas y esa ropa jajaja​
  • Ah, gracias, guapa​
  • Aunque esa minifalda no parece muy cómoda para sentarse jeje​
  • Y más teniendo en cuenta que no llevo bragas​
  • ¿Qué?​


La miré asombrada y sin poder creerme que hubiera ido al trabajo con esa minifalda y sin bragas. Ella se rio y cogió mi mano y la puso en su muslo, metiéndola un poco dentro. Le toqué el coño y, retirando rápidamente la mano, le dije:​

  • ¡¡¡¡TIA!!!!​
  • Por si no me creías jajaja​
  • Estás loca jajaja​
  • jajaja​
  • ¿Y cómo vas al trabajo así???​
  • ¿Así? Ah, sin bragas… no, he salido con ellas de casa, pero es que ha pasado algo y…​


Me quedé mirándola con la boca abierta hasta que conseguí decir:​

  • ¿Esas eran tus prisas? ¿Habías quedado con alguien?​
  • No, jajaja, no he quedado con alguien para follar jajaja​
  • ¿Entonces?​
  • Nada, una conversación que se calentó y… regalé mis bragas​
  • ¿Cómo?????​


Cloe se tronchaba de risa. Le dije:​

  • Eso me lo tienes que contar​
  • Otro día, ahora dime ¿Cómo ha ido en el SAG?​


Y comencé a relatarle todo. Ella asentía y hacía algún comentario. Yo hablaba rápidamente, nerviosa, y sintiendo la punta de mis dedos caliente, los dedos que la habían tocado y que no podía dejar de pensar en ello mientras hablaba. Cuando terminé, ella dijo:​

  • Si te parece, hoy comemos en casa algo ligerito, Tony viene temprano y no quiero tener el estómago lleno​
  • Vale​
  • Y sobre Claudia y los demás, cuidado con ellos, pero recuerda que estás allí para meter las narices, no te asuste preguntar​
  • Ya, lo sé​
  • Y búscate un aliado, o varios, según me cuentas, no todos están contentos ¿no?​
  • No, no lo parece​
  • Pues… acércate a los que veas que te pueden ayudar, eres guapa y lista, usa esas dos cosas​
  • ¿Qué? ¿Que ligue con alguno?​
  • Noooo, jajaja, pero eres encantadora, eso a un tío le baja todas las defensas jajaja​
  • Ahhh, jajaja​
  • Aprovéchalo​
  • Vale, vale​


Pensando que sería el mismo consejo que me daría mi madre. Seguimos charlando mientras conducía, y luego durante el rápido almuerzo. Tenía clarísimo que no iba a defraudar a Cloe, haría todo lo posible por enterarme de todo lo del SAG y contárselo.



Después nos fuimos a la piscina a tomar el sol. Esta vez con los bikinis, yo con la parte de arriba también porque Cloe me había avisado que Paco llegaría en cualquier momento y, además, también llegaría Tony, y aunque fuera gay, tampoco me hacía gracia recibirlo con las tetas al aire. Cloe, en cambio, sí se puso a tomar el sol en topless.



Tras cerca de una hora tomando el sol y medio adormiladas, llegó Tony. Cloe me había advertido que estaba cañón pero se había quedado corta. Tony tendría unos veinte y muchos, rubio, barba de dos días también rubia, ojos verdes y mandíbula fuerte, muy guapo. Llevaba una camiseta ajustada que marcaba un cuerpo perfecto. Llegó muy sonriente y, desde el primer momento, me resultó encantador, además de muy atractivo. El chico era divertido y ocurrente. Nos sentamos en la piscina y charlamos un rato mientras bebíamos algo. Al poco, se levantó y dijo:​

  • Vamos, Cloe, a ver si me has hecho caso o no estas semanas​
  • Uff​


Dijo Cloe sonriendo con desconfianza. Y entonces dijo:​

  • Y con Cris ¿Qué podemos hacer, Tony?​
  • ¿Hacer?​
  • ¿Qué parte de su bonito cuerpo le hacemos trabajar?​
  • Ahhhh​


Tony me miró detenidamente. Luego, me dijo que me levantara. Me levanté bastante cortada mientras él me miraba y analizaba. Me hizo girarme y luego, mirando a Cloe, dijo:​

  • T: Tiene una figura muy bonita​
  • CL: Sí​
  • C: Anda ya​
  • T: Es una chica muy sexi pero…​


Lo miré extrañada, no me había gustado nada ese pero. Le dije:​

  • C: ¿Qué pasa?​
  • T: mmm​
  • CL: Habla sin miedo​
  • T: Alguna cosa podrías… mmmmm​


Miré a Cloe que sonreía. Entonces dijo:​

  • CL: Como no digas algo va a pensar que hablas de sus tetas, que aunque las tiene muy bonitas, piensa que son pequeñas​
  • C: Cloeeeeee, y sí, son pequeñas, se ve a simple vista jajaja​
  • T: No, no estaba pensando en eso​


Entonces se me acercó y poniéndose detrás mía, dijo:​

  • T: Tienes unos hombros bonitos, pero tienes que enderezarte un poco más​
  • C: ¿Qué? ¿Voy encorvada???​
  • T: Noooo, jajaja, para nada, pero mira​


Y tiró de mis hombros diciendo:​

  • T: ¿Ves? Creo que sería sencillo corregir esa postura​
  • CL: Sí, no me había dado cuenta, pero es verdad​
  • C: Pero…​
  • T: Y el vientre (poniendo sus manos en mi estómago)​
  • C: ¿Qué le pasa? Lo tengo plano y...​
  • T: ¿No te gustaría moldearlo un poco?​
  • C: ¿Cómo Cloe?​
  • T: No, tanto no, lo de Cloe son años trabajándolo, pero mira, aquí y aquí podríamos hacer que se marcara un poquito y eso queda muy bien ¿No, Cloe?​
  • CL: Sí, tiene el vientre muy plano, no le costará nada​
  • T: Exacto… y el culo​
  • C: Dios ¿Qué le pasa a mi culo? ¿Tengo algo bien?​
  • T: Jajaja, nada, nada… si está muy bien, iba a decir que no le hace falta nada, solo mantenerlo como está​


Y me lo cogió con ambas manos. Dijo:​

  • T: Está muy bien ¿Seguro que no haces deporte?​
  • C: Nada​
  • T: Pues que envidia, niña, al resto nos cuesta la vida mantenerlo así​


Entonces se sentó y se fijó en mis piernas diciendo que eran muy bonitas también pero que se podrían marcar un poco aquí y allí. Y luego los brazos… Me sentí mal, con muchos defectos, hasta que Cloe dijo:​

  • CL: Yo creo que tal como estás no necesitas nada, pero si te pones y marcas un poquito las formas, pues mejor ¿no?​
  • T: Claro, si es lo que te digo, tiene una figura envidiable​
  • C: Pues me habéis dejado un poco hundida jajaja​
  • T: No, tonta, si es por señalar algo que trabajar, tienes un cuerpo precioso, pero si lo descuidas… creo que lo mejor es que te enseñe algunas tablas de ejercicios y pruebes, verás como no es para tanto y los resultados los verás muy pronto​
  • C: ¿Sí?​
  • T: Claro​
  • C: Pero si he visto estos días a Cloe sudar la gota gorda​
  • T: Lo de Cloe es distinto​
  • CL: Oyeeeee, ¿Me estás llamando gorda?​
  • T: No, idiota, jajaja, me refiero a que tu objetivo es otro, es tener musculatura, el de Cris no es ese, es mantener esta figura tan bonita que tiene​
  • CL: Jajaja, lo sé, lo sé​
  • C: ¿Gorda? Pero si eres todo fibra y nada de grasa jajaja​
  • T: Si quieres, Cris, esta semana podemos calentar tus músculos con algo de ejercicio ligero, para que se vayan acostumbrando, y la semana que viene empezamos con las tablas ¿Te parece?​


Miré a Cloe que sonreía. Asentí no muy convencida. Entonces, Tony dijo:​

  • Pues venga, cambiaos e id al gimnasio… yo voy para allá​


Al rato estábamos con los ejercicios y yo miraba asombrada como Tony se transformaba del chico encantador en un sádico que insultaba, menospreciaba y denigraba a Cloe, haciéndola sudar como nunca. “Y yo creía que había visto sudar a Cloe” mientras la veía totalmente mojada y jadeando mientras Tony no hacía más que picarla. Me reí por dentro pensando que si alguien le dijera algo así en el trabajo, Cloe lo masticaría y escupiría en dos segundos, sin pensárselo, pero Tony parecía tener manga libre para empujarla a seguir esforzándose un poco más.



Al rato, llegó Paco que saludó efusivamente a Tony y lo dejó trabajar. A mí me dio dos besos y se fue a la piscina. Cuando terminamos, nos volvimos a poner el bikini y salimos a la piscina. Yo estaba cansada pero a Cloe la veía agotada. Se tumbó de nuevo en topless mientras Tony se tiraba al agua y luego salía de ella como una adonis, el chico estaba increíble y era una delicia mirarle. Luego, se tumbó al lado de Cloe y siguieron hablando de ejercicios y cosas así. Entonces, Paco se me acercó y nos pusimos a hablar de trabajo. Él sabía lo del SAG y le estuve contando todo. Me escuchó atentamente y me dio algunos consejos que le agradecí de veras. También me contó cosas de Claudia y del marido, que me parecieron muy interesantes para saber contra quien me podría enfrentar si se enfadaban conmigo. Fue un buen rato de charla que se me pasó muy rápido, Paco sabía escuchar y aconsejar.



Luego, Cloe se metió en el agua y la seguí. Paco y Tony entraron dentro a por bebidas y salieron con unos vasos, charlando. Los miré. Tony estaba buenísimo, sin dudas, que lástima que fuera gay. Pero es que Paco, a su lado, no salía perdiendo, era un hombre muy atractivo, sin casi grasa a sus casi 50 años y muy bien parecido. Era un hombre realmente interesante. Entonces, me di cuenta en lo que estaba pensando y meneé la cabeza, sumergiéndola. Al salir, tenía a mi lado a Cloe que dijo:​

  • Está muy bien ¿Eh?​


Y se me escapó un:​

  • ¿Cuál de los dos?​


Para acto seguido, ponerme colorada. Cloe estalló en una carcajada y Tony y Paco nos miraron extrañados. Yo me quería morir pero Cloe dijo:​

  • Tienes razón, los dos están muy buenos, lo sé​
  • Lo siento, no sé que estaba pensando…​
  • Pues eso, que cada uno es atractivo a su manera​
  • Pero…​
  • Que Paco tenga su edad y siga tan atractivo te extraña ¿no?​
  • No, no es eso… es que… no sé​
  • ¿No sabes?​
  • Nunca he pensado en él de esa forma​
  • Hasta que lo viste follando​
  • Sí​


Me quería morir. Me volví a sumergir. Al salir, Cloe sonreía y dijo:​

  • Y de Tony ¿Qué me dices?​
  • Joe, ¿Qué te voy a decir? Está tremendo jajaja​
  • Sí, ya te lo dije​
  • Puffff​
  • Aunque es un cabrón de cuidado, hoy me ha molido con los ejercicios, se ha vengado porque no le he hecho caso, el muy cabrón jaja​
  • Si lo estaba pasando mal hasta yo viéndote sudar tanto jajaja​
  • Oye, sabes que podrías tener a chicos así sin ningún problema ¿no?​
  • ¿Yo? que va​
  • Sí, te lo aseguro​
  • No, no, te lo aseguro yo, jamás se me ha acercado uno así jajaja​
  • Porque no has querido​


Entonces se acercaron Paco y Tony y se tiraron al agua. Estuve un rato más hasta que dije que me iba. Paco dijo:​

  • P: Quedaos a cenar​
  • C: No puedo, he quedado con mi novio…​
  • P: Pero si está fuera ¿no?​
  • C: Sí, he quedado por video​
  • P: Ahh, que modernos​
  • C: Sí, jeje​
  • P: ¿Y tú, Tony? ¿Te quedas?​
  • T: Sí, claro​
  • P: ¿Avisas a Robi y que se venga?​
  • T: No, está en Valencia con su hermana, vuelve el jueves​
  • P: Ah, pues nada, arreglado, te quedas a cenar ¿Seguro que no te quedas, Cris?​
  • C: No, otro día​
  • P: Vale, te llevo hasta el metro​
  • C: Ah, gracias​


En el metro me puse a pensar que me hubiera gustado quedarme, me lo pasaba muy bien con ellos y Tony era encantador, seguro que me habría reído mucho, pero había quedado con Borja para cenar juntos por video. Un rollo, pero a él le hacía ilusión.​
 
22



CRISTINA

La semana continuó con el mismo plan. En el trabajo, poco a poco fui consiguiendo que me aceptaran en mi cubículo aunque el resto de compañeros me seguían tratando como el culo. Vi claramente que en el cubículo estábamos los que o no estábamos en el círculo de Claudia o ella consideraba que no le éramos demasiado útil más allá de hacer trabajos de reunir información y cosas parecidas. Con quien mejor me llevaba era con Álvaro, un soltero de treinta y muchos años que me miraba con ojos de corderito, estaba claro que yo le gustaba y lo aproveché para sonsacarle información. Los otros hombres también me miraban pero quien más me preocupaba era la mujer, Lidia, una divorciada con un crío y dos gatos. No quería que ella me viera como una aprovechada e intentaba hablar con ella sobre su niño y su vida. Al principio estaba reacia pero poco a poco…



Fuera del trabajo, fui unas cuantas veces con Cloe a sus clases. Allí veía como Tony se aplicaba en un plan sádico total con la pobre Cloe, mientras que conmigo era todo delicadeza. Cloe se reía diciendo que me quería camelar para que me confiara y luego, cuando ya estuviera enganchada al deporte, machacarme como él hacía con ella. Yo me reía porque ni de broma me iba a enganchar al deporte, “si solo con esos ejercicios suaves ya me dolía todo el cuerpo y tenía agujetas… ni hablar” pensaba riéndome.



A Paco también lo vi esas tardes excepto una donde no apareció. Cloe me dijo que había quedado con su amiga y se pasarían la tarde follando. Yo seguía alucinando con que me dijera esas cosas de una forma tan natural “mi marido se va a pasar la tarde follándose a otra y a mí me parece bien”... me parecía surrealista, pero así era Cloe, no lo decía exactamente de esa forma pero sí como si fuera algo normal.



Y llegó el sábado. Por la mañana salí con unas amigas de compras. Quería buscar faldas para el trabajo, a medio muslo, no demasiado provocativas pero sí que llamaran la atención. Además, se me estaba pegando el solecito y quería exhibir mis preciosas piernas morenas. “Seguro que mis nuevos compañeros lo agradecerán” pensé riéndome por dentro.



Y estando con mis amigas, me llamó Cloe. Me dijo:​

  • Cris ¿Qué planes tienes para esta noche?​
  • Pues… no sé, quizás salir a tomar algo rápido con mis amigas ¿Por?​
  • Vente con nosotros a cenar​
  • ¿Nosotros?​
  • Paco y yo, con Tony y Robi​
  • Ah​
  • Si Tony te parece que está bueno, ya verás Robi, un mulato alto y guapísimo jajaja​


Ya había visto fotos de Tony y, en efecto, tenía un novio que quitaba el hipo. Me reí. Cloe insistió diciendo de salir a cenar y luego a tomar algo. Me echaba para atrás salir con dos parejas y se lo dije. Ella se rio y dijo:​

  • Te buscamos pareja rápidamente jajaja​
  • ¡¡¡Tía!!!, no digas eso jajaja​
  • Anda que no sería fácil​
  • Que no, que no, no seas mala jajaja​
  • Bueno, tú bailas conmigo, que Paco no dura mucho bailando, y hoy tengo ganas de bailar​
  • Jajaja​
  • Anda, vente, verás que bien nos lo pasamos, Robi es divertidísimo, cuando empiecen a contar anécdotas no vamos a parar de reír​
  • Jajaja, bueno, vale, pero no sé si me quedaré a bailar, quizás solo a la cena​
  • Tú vente y ya veremos luego​
  • Vale, vale​


Y me dijo que me mandaría un mensaje con la hora y sitio. Suspiré alegre. La verdad es que tenía ganas de estar con los cuatro. Tony no paraba de contar maravillas de su novio y tenía mucha curiosidad por conocerlo.



Por la tarde me llamó Borja. Quería quedar para una cena juntos por video. Le conté mis planes y se le notó claramente que no le gustaba que saliera. Me enfadé con él. Le dije:​

  • ¿Te vas a poner celoso?​
  • Coño, vas a salir con el entrenador de tu jefa, un tío que estará cuadrado​
  • ¿Y?​
  • Que va a intentar algo contigo​
  • Borja, que es gay y va con el novio​
  • ¿Es gay?​
  • Sí, ya te lo dije​
  • ¿No me mientes?​
  • Joder, que va el novio, un mulato cubano​
  • Ah​
  • ¿Esa confianza me tienes?​
  • No es eso, es que…​
  • ¿Qué?​
  • Que estás muy buena, cari​
  • ¿Y? ¿Por eso me tengo que quedar en casa?​
  • No, no… digo que te van a entrar y…​
  • ¿Y qué? Me voy a poner a follar como una loca con el primero que me entre ¿no?​
  • No, yo…​
  • Joder, Borja, que pareces tonto​
  • ¿Y si tú sales no te puede entrar alguna guarra?​
  • Yo no voy a salir solo, lo sabes​
  • Vale, pero eso es porque no quieres, no porque yo te lo prohíba​
  • Ya, ya​
  • Saldremos a cenar y luego a tomar algo, pero estoy muy cansada, me recogeré pronto​
  • Mándame un mensaje cuando llegues a casa​
  • ¿Para controlarme?​
  • No, para saber que llegas bien​
  • Ya, claro, controlarme​
  • Que no, mira, haz lo que quieras, no sé porqué te pones tan a la defensiva​
  • ¿A la defensiva? Pero si prácticamente me estás llamando golfa​
  • Joder, Cristi, no es eso y lo sabes​
  • Mira, deja el tema, que te estás luciendo​
  • Vale, vale​


Y seguimos hablando de otras cosas. Luego, me fui a la ducha y me arreglé. No me puse nada especial, una falda ni corta ni larga, una camiseta a juego, bastante holgada, y sandalias con poco tacón. Mi idea era estar cómoda, no salir a ligar. Eso sí, me maquillé un poco.



Entonces entró mi madre y me miró. Dijo:​

  • Nena ¿No es mejor que te pongas un vestidito?​
  • ¿Por qué?​
  • Ese restaurante es bueno​
  • ¿Y?​
  • Seguro que Cloe se pone un bonito vestido y tú con una camiseta​
  • ¡¡Mamá!! No empieces​
  • ¿Qué? Es la verdad​


Entonces fue a mi armario y se puso a mirar hasta que sacó un vestido de verano. Me lo dio diciendo:​

  • Éste es perfecto​


Lo miré. Era un vestido con falda amplia pero corta, y con la espalda al aire. Mi madre me miraba con una sonrisa diciendo:​

  • Este vestido te queda genial, y así vas enseñando tus piernas, que es tu fuerte​
  • Mamá, que salgo con dos parejas, no a ligar​
  • ¿Y? ¿Por eso tienes que ir con una camiseta y esas sandalias del montón? Ponte las de tacón, realzan tu figura​


Mi madre salió y suspiré. Miré el vestido y me quité la camiseta, la falda y el sujetador. Me puse el vestido y me miré. La verdad es que me quedaba genial. Cogí las sandalias de tacón y me volví a mirar sonriendo y pensando que mi madre tenía razón, con esto parecía una mujer, con la otra ropa una chica.



Salí del cuarto y busqué a mi madre. Ellos también salían y estaba en el baño arreglándose. Entré y la vi en ropa interior muy sexi. Puse los ojos en blanco, ya sabía que no podía llegar muy temprano esa noche si quería evitarme la juerga de mis padres. Mi madre me miró y dijo:​

  • Así perfecta​
  • Ya​
  • Así todos te mirarán a ti y no a ese pendón francés​
  • ¡¡Mamá!!​
  • Eres muchísimo más guapa que esa francesa musculosa​
  • Pufff, me voy​
  • Ven, dame un beso, y diviértete​
  • Y vosotros​
  • Y coge una chaquetita, que luego refresca​
  • Ya la llevo​


Luego busqué a mi padre que ya esperaba vestido, con chaqueta deportiva y vaqueros, muy guapo. Le silbé y me despedí de él con dos besos y riéndonos. Bajé a la calle a buscar un taxi.



CARMEN

Escuché la puerta cerrarse y pensé en Cristina “Se empeña en vestirse como una cría en vez de como una mujer, que ya va teniendo edad para saber que ropa escoger” pensé meneando la cabeza. Me miré al espejo, me quedaba genial el conjuntito de ropa interior negra y con encajes muy sugerentes. Me lo había comprado esa mañana y lo quería estrenar esta noche con Luis, y la semana que viene con Paco, “a los dos les encantará” pensé sonriendo.



Salí del baño y fui a mi cuarto. Cogí el vestido y me lo puse. Era negro y ajustado, con un escote que “dejará bizco toda la noche a Luis” pensé sonriendo. Me puse las sandalias con tacón y me pinté los labios. Luego me miré al espejo “Perfecto”. Sabía que a Luis le encantaría, y noté como me recorría un pequeño estremecimiento pensando en el sexo de esa noche, que iba a ser intenso, “eso seguro si Cristina llega como siempre que sale”. Esperaba que no les cortara el rollo llegando temprano.



Tenía ganas de sexo con Luis, y eso que la semana había sido muy buena en cuanto a sexo ya que la tarde del miércoles con Paco fue intensísima, tres horas follando como salvajes, “y luego, ayer noche, un polvito rápido pero muy rico con Luis”. Y para remate, el polvo de esta noche.



Fui al salón donde me esperaba pacientemente Luis. Cuando me vio, se le iluminaron los ojos. Se me acercó y me dijo:​

  • Estás espectacular​
  • ¿Sí? Gracias​
  • Siempre estás espectacular, pero hoy…​
  • Tú también estás muy guapo​


Me besó y sus manos recorrieron mi cuerpo. Le respondí al beso con pasión. Paramos y me dijo:​

  • Ufff, que ganas de…​
  • ¿De qué?​
  • De llevarte al cuarto y no salir​
  • ¿Y eso es un problema? jajaja​
  • Uff, es que si nos vamos al cuarto, ya no salimos​
  • ¿Y?​
  • Que estás guapísima, y tienes que lucirte, cariño​
  • Jajaja​


La verdad es que me apetecía mucho salir y que me miraran, “que una ya va teniendo unos años y me quedaban pocos para que eso siguiera pasando” pensé, pero dije con tono vicioso:​

  • Prefiero lucirme contigo en la cama​
  • Jajaja​
  • ¿Nos quedamos?​
  • No, te prometí cenar en un buen sitio… me aguantaré las ganas unas horas​
  • Jajaja​
  • Anda, vamos antes de que me arrepienta​
  • Jajaja​


Y salimos de casa riéndonos.



CRISTINA

Llegué al restaurante con unos minutos de retraso. Entré y vi en la barra la espalda inconfundible de Tony, por lo ancha que era, y a su lado, a un alto mulato muy guapo. Me acerqué y Tony me abrazó, besó y me presentó a su novio. Robi era más alto que Tony, de espalda ancha y brazos fuertes, y, aunque no me pareció guapo en sí, sí era muy atractivo. Corriendo nos pusimos a reír mientras esperábamos a Cloe y Paco. Me pedí una cerveza y me quité la chaquetita que llevaba. Tony dijo:​

  • T: Guau, Cris, estás preciosa​
  • C: Anda ya jaja​
  • T: ¿A qué es una chica preciosa, cariño?​
  • R: Eso es decir poco, amor​
  • C: Me vais a sonrojar, pero sé que es solo hablar por hablar, aquí tu novio, el primer día que me vio me dijo que voy encorvada​
  • T: ¿Qué? ¡¡¡Eso no es cierto!!!​
  • R: Amor, pero ¿Cómo le dices eso???​
  • T: Que no, que no se lo dije, solo le mencioné que podría corregir esa pequeña inclinación que tiene en los hombros​
  • C: ¿Ves?​
  • R: Pero eso le viene de profesión, preciosa​
  • T: Pero si tiene unos hombros y una espalda muy sexi, mira, mira​


Y me giró para que Robi viera mi espalda al aire. Entonces, Tony puso su mano en mi espalda y me gustó, siempre me habían gustado las manos grandes y fuertes, y aunque fuera gay, me encantaba sentirla. Además, ya había notado que Tony era bastante tocón, durante los ejercicios siempre ponía las manos en mí o en Cloe, y decía cosas como “siente como trabajan esos músculos” mientras dejaba su mano en mi vientre o culo. Lo dejé acariciarme la espalda mientras seguíamos hablando.



Llevábamos allí 10-15 minutos riendo cuando vi que unos hombres que había al lado nuestra giraban sus cabezas para mirar detrás de mí. Me volví para ver como Cloe se dirigía hacia nosotros con una gran sonrisa. Iba espectacular, con un vestido floreado, con la falda algo más larga que la mía pero con un escote de infarto. El vestido se sujetaba al cuello por dos finos tirantes, dejando al aire los hombros, brazos y espalda. Llevaba sandalias de tacón alto y lo primero que pensé fue “Claro, seguro que los tíos solo me van a mirar a mí y no a ella, ayyy, mamá” y luego “ese vestido tiene que costar más que todo mi armario de ropa”. Cloe llegó a nosotros y me abrazó fuerte, dándome dos besos. Luego, se abrazó a Tony y, por último, le echó los brazos al cuello de Robi y casi que se aupó sobre él para abrazarlo dando un gritito y llenándolo de besos. Robi la giró varias veces, haciendo volar su falda. Luego, se quedaron los dos abrazados por la cadera y Cloe dijo:​

  • CL: Perdonad, el tráfico…​
  • C: ¿Y Paco?​
  • CL: Al final no viene​
  • C: ¿Y eso?​


Se me acercó y me dijo al oído:​

  • CL: Tiene otros planes​


Y me guiñó un ojo. Meneé la cabeza, increíble. Entonces, Cloe dijo:​

  • CL: Pero no importa, nos lo vamos a pasar genial los cuatro ¿Verdad, chicos?​
  • R: Claro, amor​
  • CL: Quiero bailar y beber mucho, que el sádico de tu novio menuda semanita me ha dado con los ejercicios​
  • T: Había que recuperar el tiempo perdido, has sido muy vaga y lo sabes​


Entonces, Cloe llamó a un camarero y dijo de irnos ya a la mesa. Sujeté a Cloe mientras los chicos iban a la mesa y le dije:​

  • Cloe, que yo me recojo pronto​
  • Anda ya​
  • Sí​
  • Pero te vendrás a bailar ¿no?​
  • No sé​


No me fiaba de ella, si no estaba Paco, y tras las cosas que me había contado y como venía vestida, suponía que ella iría de “caza”, y yo no quería ir en ese plan. Le dije:​

  • ¿Vas a ligar esta noche?​
  • Claro​
  • Puff, Cloe​
  • Jajaja, no seas tonta​
  • A mí no me líes ¿eh?​
  • Que ya lo sé, no te preocupes, quiero bailar y divertirme, lo otro, pues depende de como se dé la noche​


Y se fue detrás de los chicos. La miré. Tal como iba de llamativa y con ese plan que tenía, iba a atraer a un montón de tíos y no nos iban a dejar en paz. Iría un rato con ellos pero en cuanto viera que se ponían pesaos los tíos, me iría, y que ella hiciera lo que quisiera.



La cena fue genial, Robi era incluso más divertido que Tony, no paraba de reír y contar cosas. Y Cloe estaba totalmente desinhibida, riendo sin parar, contando historias divertidas. Los tres rivalizaban por ver quien contaba la anécdota más hilarante. Yo, en cambio, tenía poco que contar, ni salía tanto ni viajaba ni nada de nada. Pero ellos todo el rato me metían en la conversación, en ningún momento me sentí desplazada ni nada. Comimos muy bien, y con mucha bebida, que se me subió rápidamente gracias a las risas.



Estuvimos comiendo durante casi dos horas y luego nos fuimos a un bar cercano para tomar algo. Me lo estaba pasando muy bien pero no quería irme a bailar. Entonces, Cloe insistió y los chicos quisieron ir a una discoteca. Miré la hora, eran las doce y poco, no podía irme aún a casa, pillaría a mi padres en plena faena. Suspiré y asentí, iría a la disco pero un rato, para las dos ya quería estar en casa, a esa hora ya no habría peligro de cortarles el rollo a mis padres.



LUIS

Intentaba abrir la puerta de la casa pero Carmen me lo ponía difícil, dándome besos por todos lados mientras, tras bajarme la cremallera, metía la mano dentro de mis pantalones y me apretaba la polla. Carmen había bebido bastante durante la cena y había estado todo el rato muy provocativa y excitante, haciendo gala de su gran escote para tenerme malo durante toda la cena. Y luego, cuando dimos un paseo, había seguido provocándome. Y ahora, me instaba a darme prisa diciéndome al oído “o abres ya o te la chupo aquí mismo, no aguanto más”.



Al fin conseguí abrir y entramos. Cerré la puerta mientras Carmen me desabrochaba la camisa y el pantalón, totalmente ansiosa y con muchas prisas. Me fijé que no estaban las llaves de Cristina, menos mal.



Cogí a Carmen y la besé con pasión. Ella me devolvió el beso buscando mi lengua con la suya. Luego, me bajó la cabeza a su escote, sabía perfectamente que me moría de ganas por besarlo. Lamí su escote mientras le desabrochaba el vestido por detrás. Le bajé el vestido a la cintura y me lancé a por sus tetas. Saqué una de una copa del sujetador y se la chupé con ansia. Carmen gemía fuerte, sin cortarse nada.



Conseguí controlarme y la cogí de la mano para llevarla al dormitorio, pero ella paró en el salón y me volvió a besar con pasión. Intenté de nuevo que nos moviéramos pero ella se negó y dijo:​

  • O te la chupo ya o me muero​


Y se arrodilló bajándome el pantalón para sacarme la polla y metérsela en la boca con un gran gemido. Comenzó una mamada rápida, intensa, tragándosela entera, con ruidos de ahogamiento, pero le daba igual, no paraba. La miré, bellísima y súper sexi, con una teta fuera del sujetador y la otra dentro, con cara de vicio, sin parar de chupar. La intenté frenar:​

  • Carmen, Carmen, para que así no voy a poder aguantar​
  • Quiero tu leche, dámela toda, ya​


Y entonces, pasó mi polla por sus tetas y ya no aguanté más, me corrí sobre ella, echándole dos espesos chorros sobre sus tetas. Luego, ella se metió mi polla en la boca y recibió el resto de chorros dentro. Siguió chupando con ansia y gemidos mientras yo temblaba. Tras unos segundos, liberó mi polla, y sonriendo, miró sus pechos diciendo:​

  • Como me has puesto jeje​
  • Lo… lo siento​
  • Me encanta​


Y pasando un dedo, recogió mi leche y luego se lo chupó, cosa que me encantó. La ayudé a levantarse y nos besamos suavemente. Entonces dijo:​

  • Esto no ha acabado, tengo una sorpresita​
  • ¿Cuál?​
  • Ahora verás​


Se terminó de quitar el vestido quedándose en ropa interior y me preguntó:​

  • ¿Te gusta?​
  • Guau​
  • Estreno de conjuntito sexi jiji​
  • Estás tremenda, Carmen​
  • Lo sé jaja​
  • Prepárame una copa, quiero bailar​


Y se dirigió a la cadena de música y buscó entre los cds. Le dije:​

  • Mejor nos vamos a la habitación, Cristina puede volver en cualquier momento​
  • Es temprano, no va a venir aún​
  • Pero…​
  • Mmmmm esta canción me encanta ¿Y esa copa?​


La miré como se ponía a bailar sola, en ropa interior, y noté que me animaba de nuevo, aunque aún me faltaba algo de tiempo para poder echar un polvo. Sonreí y preparé dos vasos. Le di uno y bebimos, meciéndonos al ritmo de la música. La miré atentamente, recorriendo su cuerpo lentamente, y volvía a pensar por milésima vez “No entiendo como puedo tener tanta suerte de que una mujer así esté conmigo”. Ella, sonriendo, me dijo:​

  • Me has puesto el sujetador perdido​
  • Ya jeje​
  • ¿Me lo quito?​
  • No, así estás muy sexi (seguía con un pecho fuera y otro tapado)​


La música era lenta y, más que bailar, nos mecíamos el uno frente al otro. Carmen apuró el vaso y lo dejó en la mesa. Hice lo propio. Entonces, me echó los brazos sobre los hombros y nos besamos tiernamente.



Bailamos abrazados y besándonos de esa forma durante unos minutos, luego, ella se separó y me dijo:​

  • Estoy cachonda, muy cachonda​


Y se fue hacia la habitación. La miré irse, como iba contoneándose aún en los tacones, meneando ese culo fabuloso. Recogí el vestido del suelo, apagué la música y la luz, y me dirigí a nuestro cuarto.



Allí, Carmen rebuscaba en un cajón de su mesilla de noche. Encontró lo que buscaba y me lo enseñó diciendo:​

  • ¡¡Tachán!! la sorpresa​


Lo cierto es que me sorprendió. Era un consolador color carne y con forma de polla, con sus venas y todo. Carmen sonreía y, tengo que decir, que en un principio, no me gustó. Le dije:​

  • Pero… ¿Y esto?​
  • Para jugar mientras descansas​
  • Pero…​
  • Mira, mira, es casi como la tuya​


Mientras rodeaba con sus dedos la polla de plástico. Se quitó los tacones y se tumbó en la cama, sonriendo. Dijo:​

  • Tú mira y disfruta​
  • Yo…​


Estaba confundido, no sabía como tomarse eso. Me sentía algo así como despreciado, ¿Me iba a sustituir por una polla de plástico o qué? ¿Era porque había tenido poco aguante? ¿Porque estaba viejo y necesitaba mucho rato para volver a estar en forma? Carmen tuvo que ver mi cara porque se incorporó de la cama, me rodeó con sus brazos y me dijo:​

  • Quiero que veas como la zorra de tu mujercita se calienta con ese juguetito mientras está deseando que la folles a muerte con esta maravilla​


Mientras me acariciaba el paquete. Me besó con pasión y luego, se volvió a tumbar, diciendo:​

  • Ven, siéntate aquí, a los pies de la cama, y mírame​


Me senté, algo incómodo por la situación, pero a la vez, expectante y excitado, lo tenía que reconocer. Carmen me miraba sonriendo con vicio. Cogió el juguete y lo lamió lentamente. Luego, se lo metió en la boca y lo chupó, mientras se tocaba los pechos con la otra mano. Estuvo unos segundos chupando con ganas. Luego, lo sacó de su boca, el pene muy mojado, dejando ver hilos de baba. Lo lamió y se restregó el pene por la teta que tenía fuera del sujetador.



Carmen me miraba todo el tiempo con vicio, mordiéndose el labio inferior, sacando la lengua un poco… me empecé a remover, excitado. Entonces, Carmen se sacó la otra teta y pasó el pene por su pezón, que se notaba que estaba duro. Carmen gimió de forma muy sensual. Noté mi polla como se iba endureciendo.



Luego, Carmen bajó el pene por su vientre hasta llegar a sus bragas. Movió el pene sobre su coño, por encima de las bragas, lentamente, gimiendo bajito, sin dejar de mirarme. Luego, apartó un poco las bragas para mostrarme su coño, visiblemente húmedo. Movió el pene sobre el coño, mojándolo mientras gemía cada vez más alto. Al final, tras unos segundos, se lo metió lentamente. Comenzó a follarse con el pene, cada vez más rápido, con intensos jadeos y gemidos.



Le acaricié una pierna y ella aumentó el ritmo del pene. Entonces, paró y lo sacó, totalmente mojado. Dijo:​

  • Cariño, ven, métemelo por detrás y cómemelo​


Carmen se quitó las bragas y se puso a cuatro patas sobre la cama. Cogí el pene y lo dirigí a su ano. Entró sin mucho problema mientras Carmen jadeaba. Se lo metí hasta la mitad, y entonces ella se giró y se volvió a tumbar. Abrió sus piernas mostrándome el sonrosado y húmedo coño. Me lancé sobre él, lamiéndolo, chupándolo… ella gritó de gusto, mientras buscaba mi mano y la llevaba al pene, moviéndola para que le metiera y sacara el pene, para que le follara el culo mientras le comía el coño. No tardó más de unos segundos en llegarle un orgasmo intenso que llegó tras un gran grito.



Se quedó temblando mientras yo le besaba los muslos y dejaba tranquilo el pene dentro de su ano. Carmen respiró rápidamente, aún temblando, cuando dijo:​

  • Cariño, fóllame, rápido​


Me levanté y me desnudé lo más rápido que pude. Fui a quitarle el pene pero ella dijo:​

  • No, no, fóllame con eso puesto, rápido​


Me puse sobre ella y se la metí despacio. Noté el pene de plástico pero no molestaba, al menos a mí no. La follé despacio mientras ella me abrazaba con los brazos y piernas. Al rato, ella me indicó que fuera más rápido, y empezó a gemir en alto, y luego a gritar que se corría y acabé dentro de ella, mientras Carmen gritaba como una loca. Me quedé sobre ella, incapaz de moverme, temblando sobre su cuerpo tembloroso. Nos besamos lentamente. Fui a moverme pero ella me lo impidió “no, no, espera un poco, no la saques aún” me dijo al oído. Al final, me salí porque mi polla se quedó flácida. Carmen me dijo:​

  • Te quiero mucho, Luis​
  • Yo también, Carmen​


Carmen se quitó el pene y lo tiró al suelo. Me levanté y lo recogí. Lo llevé al baño y lo limpié un poco. Cuando volví a la habitación, Carmen dormía profundamente. Guardé el juguete en un cajón y miré la hora “la una, ya mismo llegará Cristina”.



Apagué la luz y me dormí casi inmediatamente.



CRISTINA

Volví de la barra con mi bebida y la de Cloe pero no conseguía encontrarlos. Era la última que me tomaba, ya eran la una y en un rato me iría, pero lo cierto es que me lo estaba pasando genial. Había bailado con los tres. Robi, con lo alto y grande que era, sabía bailar genial, tenía una flexibilidad sorprendente. Y Cloe lo mismo. El más normalito era Tony, y a pesar de todo, bailaba mejor que cualquier tío con los que salía normalmente y muchísimo mejor que Borja.



Nos habían entrado un montón de veces, Cloe atraía a muchos tíos pero ella no les hizo caso a ninguno, y eso me tenía sorprendida porque algunos de los que nos habían entrado estaban realmente buenos.



Miré extrañada alrededor y nada, no los veía. Entonces, alguien me agarró del brazo y escuché a Cloe decirme al oído “Estamos por aquí”. Cogió uno de los vasos y bebió. Luego, me cogió de la mano y me llevó a un extremo de la pista. La miré, observé su espalda húmeda, estaba sudada pero muy sexi. Pensé que no aparentaba para nada la edad que tenía “me lleva quince años y está en mucha mejor forma que yo” pensé porque la había visto bailar sin parar en ningún momento durante una hora, y yo estaba que ya no me podía ni mover.



Cuando se paró, me señaló con la cabeza hacia un lado. Miré para ver a Tony y Robi comiéndose la boca con pasión. Los observé sin cortarme nada porque era un espectáculo digno de ver. Entonces, Cloe se pegó a mi lado. Noté su cuerpo pegajoso y húmedo pegado a mi brazo, pero no me molestó nada, al contrario. Se inclinó sobre mi oído y dijo:​

  • ¿Te pone?​


Afirmé con la cabeza, sin dejar de mirarlos. Vi sus lenguas entrelazarse, sus manos acariciándose, los bultos en sus pantalones, claramente visibles… Cloe volvió a hablar en mi oído:​

  • A mí también, pero me pone mucho más verlos follando, esos cuerpos esculturales, esas pollas grandes en sus bocas y en sus culos… me ponen cachondísima​


Giré la cabeza y la miré con la boca abierta y pensando “pero ¿Cuándo los ha visto follar?”. Cloe se rio. Intenté preguntarle pero entonces, ella se fue hacia los chicos. Cogió a Robi del brazo y se lo llevó a la zona de baile. Vi claramente como, con su mano, le acariciaba el paquete. La miré con la boca abierta cuando ella giró la cabeza y me sacó la lengua riéndose. Se perdió con Robi dentro de la marabunta de gente bailando.



Seguía mirando la zona donde habían desaparecido, cuando Tony me cogió el vaso y bebió un buen trago. Dijo:​

  • Uff, estaba seco​
  • Claro, te has dejado toda la saliva en la boca de Robi​
  • Jajaja, sí, pero es mi novio, normal que me guste comerle la boca ¿no?​
  • Ya te digo jajaja​
  • ¿Bailamos?​
  • Mmmm vale​


Me notaba mareada y demasiado contenta, había bebido más de la cuenta. Y encima, ahora estaba cachonda perdida tras ver el morreo de los dos chicos. Pensé que eso había sido muchísimo más excitante que ver a las dos mujeres follando en casa de Paco. Suspiré, apuré el vaso y lo dejé en una mesa pensando que sí, que había bebido demasiado pero que esa iba a ser la última y casi se la había bebido entera Tony. El último baile y me iría a casa. Lo cogí de la mano y lo llevé dentro del follón de gente, buscando a Cloe y Robi.



Cuando lo encontramos, nos paramos y nos pusimos a bailar. Miré a Cloe y Robi que bailaban como locos mientras reían. Sonreí a Tony que me miraba. Entonces, me cogió de la cintura y me pegó a él, contoneando su cadera junto a la mía. Me gustó y le seguí el ritmo. Noté su mano en mi espalda, y como me apretaba más a él.



Olía a sudor y colonia, pero no era desagradable. Dejé que él llevara el ritmo mientras alzaba la cabeza para mirarlo. Él me miraba sonriente. Se movió un poco y noté su polla, aún algo dura porque se le abultaba bastante. Lo primero que pensé fue que aún le duraba la excitación por Robi. Me moví un poco para sentirla mejor pero de forma disimulada y pensé “Joe, todos la tienen más grande que Borja, que mierda” y no pude evitar restregarme un poco contra ella y me excité aún más. Iba a separarme porque me estaba poniendo demasiado cachonda cuando Tony me besó. Supongo que me sorprendería pero en el estado que estaba, algo borracha, y el calentón que tenía encima, reaccioné sin pensármelo, abrí la boca y busqué su lengua. Fue un buen beso, Tony sabía besar, y muy bien.



Seguimos con el beso, cada vez más caliente. Noté como la mano que tenía en mi espalda fue bajando hasta mi culo, cogiéndolo y apretándolo, y la otra mano subía desde mi cadera hasta mi pecho, acariciándolo suavemente. Como no llevaba sujetador, la caricia era muy excitante y mi pezón se endureció rápidamente. Él lo acarició con un dedo.



Noté como su polla crecía, pegada a mí. Moví mi mano y se la agarré por encima del pantalón, mientras que con la otra, le agarré el culo. Tenía un buen culo, duro. Seguíamos con el beso, mezclando nuestras lenguas, cuando, de repente, me di cuenta de todo y me separé mirándolo sorprendida.



Tony me sonrió e intentó atraerme pero di un paso atrás, aún sorprendida por lo que había pasado. Miré buscando a Cloe para encontrármela enrollándose con Robi, de una forma parecida a como había estado yo con Tony hacía unos segundos. Mis ojos se abrieron aún más, no comprendía nada. Entonces, fui hacía Cloe, la agarré de un brazo y me la llevé a un lado. Le dije:​

  • Pero ¿Qué está pasando?​
  • Que me acabas de cortar el rollo (sonriendo)​
  • Pero… ellos… son maricones ¿no?​
  • Sí, bueno, no​
  • ¿No? ¿No son pareja?​
  • Sí​


La miré sin comprender nada. Entonces Cloe me dijo:​

  • Son bi, nena​
  • ¿Bi? ¿Qué…?​


Entonces comprendí. La miré alucinando. Ella dijo:​

  • Esta noche vas a comprobar lo que es follar de verdad… si te atreves​
  • ¿Qué?​
  • Con Tony, claro, a Robi me lo pido yo, que a Tony me lo he estado follando toda la semana​
  • ¿QUÉ?​


Cloe rio de buena gana. Dijo:​

  • Te aseguro que es muy bueno en la cama ¿Te atreves?​
  • ¿QUÉ?​


No conseguía decir otra cosa de lo sorprendida que estaba. Entonces llegaron los chicos. Tony tiró de mí y me pegó a él, sonriendo. Me volvió a besar, y yo, aún estupefacta, respondí al beso, y lo acaricié, y pensé “joe, está buenísimo, y sabe besar como nadie, y es un tío genial y… y me lo quiero follar”. Y me dejé llevar.



Tras un rato de morreo y caricias, de repente alguien tiró de mí. Era Cloe. Dijo:​

  • CL: Chicos, vámonos​
  • C: ¿Dón… dónde?​
  • CL: A casa de ellos, a follar​


Asentí. Fuimos a buscar nuestras cosas y salimos riendo. Estaba totalmente mareada, riendo como una tonta y con un calentón enorme. No podía parar de tocar y besar a Tony. Llegamos a un coche, el de Cloe. Cloe dijo:​

  • Tony, estoy borracha ¿Conduces tú?​
  • Claro, estoy bien​


Cloe se metió atrás con Robi y yo en el asiento del acompañante. Tony arrancó y guió el coche mientras Cloe y Robi reían, se tocaban, besaban… Yo seguía mareada y sin poder parar de reír. Tony me acariciaba el muslo mientras conducía, y me encantaba sentir su gran mano sobre mí, tanto que no pude evitar abrir un poco más las piernas, cosa que Tony aprovechó para acariciarme el interior del muslo y llegar a mis bragas.



Entonces, escuchamos que se desabrochaba un cinturón de seguridad y el coche se ponía a pitar avisando. Miré atrás para ver a Cloe, desabrochando el pantalón de Robi y tirando de él. Luego, tiró del calzoncillo, saltando una polla dura, negra y enorme. Cloe la agarró y me miró sonriendo, para acto seguido, metérsela en la boca y mamársela.



Los miré alucinando, no me podía creer que estuvieran así delante nuestra, pero sí, estaba claro que a Cloe le daba igual, quería esa polla. La mamada duró varios minutos mientras Tony seguía conduciendo y sonriendo, mirando por el retrovisor. De repente, Cloe se incorporó y dijo:​

  • Ponte un condón​


Mientras, se quitaba las bragas y me las tiraba. Las cogí y las toqué, estaban húmedas. Toqué la parte interior, y sí, era humedad de su coño, Cloe estaba muy cachonda. Me gustó tocar eso.



Mientras acariciaba las bragas, seguía con la cabeza vuelta mirándolos. Vi como Cloe se desabrochaba del cuello la parte superior del vestido, dejando sus pechos al aire, y luego, se sentaba sobre Robi, metiéndose su polla enfundada en un condón y se ponía a follárselo. Miré a Tony con la boca abierta. Al poco, él dijo:​

  • Chicos, estamos a punto de llegar​


Cloe dijo:​

  • No te corras, cabrón, aún no​


Robi, que estaba chupándole las tetas, paró y dijo:​

  • Córrete tú, zorra, venga, rápido​


Cloe aumentó el ritmo y se corrió al poco, gritando como una posesa. Luego, se echó sobre Robi, besándolo. A los dos minutos, Tony aparcaba y Cloe se quitó de encima de Robi, que aún no se había corrido. Los dos se vistieron. Le di las bragas a Cloe que las dejó en el asiento. Salimos, con Cloe colorada y Tony y Robi besándose mientras se reían.



Cloe me cogió del brazo, mirándome con una sonrisa viciosa y me llevó hacia un portal, se ve que conocía bien el sitio. Los chicos iban detrás, hablando. No dijo nada, se la notaba agitada, cachonda, nerviosa… Llegamos al portal y Tony abrió la puerta. Entramos al ascensor donde Cloe se lió de nuevo con Robi, mientras Tony me besaba y tocaba. Mi nivel de excitación estaba por las nubes, no podía parar de besarlo y tocarlo, me hervía la sangre y notaba como mi coño lubricaba rápidamente. Cogí una de sus manos y la llevé a mi entrepierna. Tony lo entendió de inmediato y metió su mano dentro de mi falda, llegó a mis bragas y cuando estaba echándolas a un lado, el ascensor llegó a su destino y se abrieron las puertas. Tony, sacó la mano de mi falda y protesté sin dejar de besarlo, buscando su mano para que siguiera, pero él se separó, dejándome realmente ofuscada.

Salieron los tres del ascensor riendo pero me quedé dentro unos segundos, apoyada contra la pared, temblando de la excitación y molesta por como me había dejado. Me vi en el espejo del ascensor, estaba encendida, con ojos de vicio… me había parecido que Cloe estaba cachonda, pero al verme, me di cuenta que yo estaba mucho peor.



Las puertas se empezaron a cerrar y me moví para salir. Tony ya estaba abriendo la puerta de su casa. Rápidamente entraron Cloe y Robi que se metieron dentro de la casa. Tony me hizo un gesto y entré. Luego entró él cerrando la puerta. En cuanto la cerró, me abalancé sobre él, besándolo. Tony me devolvió el beso y luego intentó llevarme dentro de la casa, pero yo no aguantaba más, necesitaba que esa gran mano me tocara. La cogí y la dirigí a mi entrepierna, sin parar de besarlo. Tony volvió a meter su mano dentro de mi falda y coló un dedo dentro de mis bragas, tocándome el coño. Me estremecí gimiendo en su boca. Dijo:​

  • Mmmm, que mojadita estás​


Mientras movía su dedo mojado hacia mi clítoris. Temblé y tuve un orgasmo rápido e inmediato, sorprendiéndome. Luego, sacó su mano y metió el dedo mojado en mi boca, que chupé con ansia. Fui a desabrocharle el pantalón, el orgasmo no había sido suficiente, necesita más, mucho más. Tony me paró y me cogió de la mano para llevarme dentro. Lo seguí totalmente acalorada y caliente.



Llegamos a una habitación y entramos. Dentro estaban Cloe y Robi, ya desnudos. Robi tumbado boca arriba en la cama y Cloe encima de él chupándosela con ansia. Los miré, sus cuerpos preciosos, brillantes,... Tony intentó llevarme a la cama pero me resistí, no me podía mover. Entonces, tiré de él hacia fuera. Él me miró sin comprender pero tiré de él con más fuerza y me siguió. Fui a un salón que había visto al pasar. Allí, me preguntó:​

  • ¿Qué pasa?​
  • Nada ¿Dónde está la luz?​
  • Allí​


Fui y la encendí, quería verlo. Me acerqué de nuevo a él e intenté desabrocharle el pantalón. Él dijo:​

  • Vamos a la habitación​
  • No, mejor aquí​
  • Pero…​


Con los nervios, no conseguía desabrochárselo así que tiré de su camiseta y se la quité. Lo miré, estaba espléndido. Le lamí los pectorales, sus pezones, pasé mi lengua por sus marcados abdominales, mientras seguía luchando con el jodido botón del pantalón. Al fin lo conseguí y me agaché para tirar hacia abajo del pantalón. Luego, le empujé al sofá y le quité los zapatos y el pantalón. Me levanté y lo miré. “joder, que bueno está” pensé mirando su cuerpo y el pequeño slip que llevaba y que mostraba una clara erección. Se lo quité, saltando una polla de buen tamaño, más pequeña que la de Robi pero más grande que la de Borja, claramente más grande. Pero en ese momento no pensaba en eso, solo pensaba que quería comerme esa polla.



Me arrodillé y la cogí. Moví mi mano a lo largo del duro tronco, fascinada. Miré a Tony que me observaba expectante. Me acerqué sacando la lengua. Lamí varias veces el tronco y luego la punta, antes de metérmela en la boca. No sé cuanto tiempo se la estuve chupando hasta que no aguanté más, mi coño palpitaba, necesitaba esa polla dentro. Me levanté y me quité el vestido, quedándome solo en bragas. Vi su mirada recorriéndome el cuerpo y me estremecí porque se notaba que le gustaba lo que veía. Levantó sus manos para tocarme pero me retiré un poco preguntando:​

  • ¿Dónde tienes un condón?​
  • En la cartera (señalando el pantalón tirado)​


Me agaché y busqué nerviosamente la cartera dentro del pantalón. Tony se levantó y me quitó el pantalón de las manos, sacando la cartera y luego el condón. Me dijo:​

  • Vamos a la habitación​


Señalando hacia dentro donde se escuchaban claramente los gemidos de Cloe y Robi mientras follaban. Negué con la cabeza y dije muy bajito:​

  • No… no puedo hacerlo delante de ellos, no puedo​
  • ¿Por qué?​
  • No… no puedo​


Lo cierto es que estaba intimidada por Cloe, me daba pavor ponerme a su lado, me veía muy poca cosa a su lado. Tony me miró sin comprender pero entonces me besó, acarició mis pechos, los chupó y me quitó las bragas. Luego, se puso el condón y se sentó en el sofá. Me senté sobre él y me la metí despacio, sintiendo como me llenaba.



No sé cuanto rato follamos ni en cuantas posturas, perdí totalmente la noción de todo, solo sentía como mi cuerpo se estremecía, se electrificaba, se contraía en sucesivos orgasmos. Tony sabía follar, sabía follar muy bien, sabía que hacer, cuando tocar, cuando besar, como besar… Mi cuerpo reaccionó a todo eso de una forma increíble, no sabía que podía sentir tantas cosas a la vez.



Volví en mí cuando Tony se tumbó a mi lado en el sofá. Habíamos terminado y yo seguía temblando. Tony me besaba el hombro. Entonces, me di cuenta de mi entorno y se escuchaba de fondo los gemidos de Cloe y la cama moviéndose. Miré a Tony y le dije:​

  • ¿Aún siguen?​
  • Es que acaban de empezar otra vez​
  • Ah​
  • Como nosotros haremos dentro de un rato ¿no? (sonriendo)​


Me reí, yo estaba totalmente muerta, no me veía capaz de echar otro polvo igual. Tony se levantó y observé su cuerpo, ya con la polla flácida pero igual de hermosa. Me dijo:​

  • ¿Quieres algo de beber?​
  • Agua, por favor​
  • Ahora vengo​


Me quedé tumbada, flipando aún por lo que había pasado. Entonces, me pregunté que hora sería. Moví mi mano buscando mi bolso para sacar el móvil. Lo miré y entonces, me vino encima toda la realidad. Tenía bastantes mensajes de Borja preguntando si había llegado bien, que no quería controlarme, solo era por quedarse tranquilo, que confiaba en mí, que me pedía perdón… Me entró todo por dentro y me levanté de un salto, buscando mi ropa, que me puse rápidamente. Pasé por la cocina donde estaba Tony, que me vio y preguntó que me pasaba, le dije que nada, que me iba, y salí de la casa casi corriendo, me sentía muy culpable.



Busqué un taxi y, por el camino, vi que me llamaba Cloe. No lo cogí pero le mandé un mensaje diciendo que era tarde. Me quería morir. Llegué a casa y me fui al baño donde me miré en el espejo, acusándome de todo. No se escuchaba nada, mis padres estaban más que dormidos. Me metí en la cama con unos remordimientos inmensos que pensé que no iba a dormir, pero mi cuerpo estaba agotado, me quedé dormida casi inmediatamente.

 
23



CARMEN

Abrí despacio la puerta del dormitorio de Cristina para asegurarme que estaba, y sí, dormía profundamente. La miré unos segundos. Tenía puesto su pijama de pantalones cortos y una camiseta de tirantes, y había echado a un lado la sábana, por el calor. Entré y le eché la sábana sobre los pies, que seguro que se le quedarían fríos.



La volví a mirar. Dormida y con ese pijama parecía una adolescente, no la mujer que ya era. También ayudaba a eso el poco pecho que tenía. Suspiré pensando “Con lo guapa que es, que lástima que no tenga más pecho, podría tener a cualquier chico que quisiera”. Borja no era mal partido pero podría optar a chicos mucho mejores.



Salí de la habitación sin hacer ruido y volví a mi habitación. Eran las ocho y domingo, podía dormir un rato más. Al acostarme, Luis dijo:​

  • ¿Qué pasa?​
  • Nada, cariño, duerme​
  • ¿Qué hora es?​
  • Duerme, descansa, solo he ido a ver si estaba Cristina​
  • Ah, ya fui antes…​


Sonreí, Luis siempre se despertaba varias veces cuando Cristina salía, y hasta que no veía que dormía en su cama, no se quedaba tranquilo. Le acaricié el pelo y le dije:​

  • Descansa un rato más, que anoche te portaste como un campeón​


Pero ya dormía. Me tumbé en la cama y pensé en el sexo de la noche anterior. Lo de usar el juguete había sido una idea de última hora. En realidad había comprado el juguete para usarlo con Paco, a él le encantaba ver como me masturbaba con uno o usarlo conmigo mientras me follaba. Con Luis nunca había usado uno hasta ayer, y la verdad es que estuvo bien aunque al principio lo notó nervioso y algo mosca. Había sido un buen polvo, bueno, mucho más que un buen polvo, un polvo sobresaliente. Suspiré satisfecha. Pensé que dejaría ese consolador aquí, pero el resto de juguetes que había comprado mejor no se los enseñaba a Luis por ahora, esos serían para usarlos cuando quedara con Paco.



Intenté dormir pero me había excitado pensando en el polvo y también en lo que me haría Paco con los juguetes. Pensé en lo excitante que había sido tener el juguete en el culo mientras Luis me follaba “hace mucho que no follo con dos a la vez, desde aquella última vez con aquellos tres chicos que había estado bien pero terminó siendo demasiado” pensé. Medité un poco y tuve una idea “podría proponerle a Paco invitar de nuevo a ese chico y que me follaran los dos a la vez, eso estaría bien y a Paco seguro que le gustaría la idea… sí, se lo propondría”. Miré a Luis, me había puesto cachonda “¿Y si lo despierto?” pero al final decidí que no, el pobre se levantaba todos los días temprano y ayer nos habíamos dormimos tarde, mejor que descansara. Me levanté, tenía claro que ya no me iba a dormir.



CRISTINA

Me desperté al escuchar varias notificaciones seguidas en el móvil. Abrí los ojos con mucho esfuerzo y cogí el móvil. Las nueve y diez. Los cerré de nuevo pero llegó otra notificación. La miré. Era Borja. Las miré. Me daba los buenos días, me preguntaba si seguía enfadada, que lo perdonara, que me echaba mucho de menos, que no me quería controlar…



Cerré los ojos al recordar la noche anterior, y volví a sentirme fatal. Abrí los ojos y le contesté:​

  • Buenos días, no, no estoy enfadada, es que ayer me acosté temprano y no he visto tus mensajes hasta ahora​


Mentí descaradamente. Borja contestó de inmediato:​

  • Ah ¿No saliste?​
  • Sí, pero me recogí pronto​
  • ¿No estás enfadada? ¿Seguro?​
  • Seguro​
  • Ufff, menos mal, estaba muy nervioso​


La culpabilidad me carcomía pero seguí mintiendo:​

  • No tenía ganas de salir, solo fue cenar con ellos y luego me vine a casa​
  • Ah, pero que no pasa nada si quieres salir, sabes que confío en ti​


Tiré el móvil a la cama y me cubrí la cara con las manos “Que zorra soy”. Borja seguía escribiendo. Cogí el móvil y le puse:​

  • Nene, voy a ducharme, luego hablamos​
  • Ah, vale, te quiero cari​
  • Yo también​


Y dejé el móvil y me cubrí con la almohada con ganas de gritar por ser tan zorra “bueno, cálmate, tampoco ha sido para tanto, una locura que no pasará más, solo eso”. Me calmé poco a poco y escuché ruido fuera, mi madre en la cocina y mi padre entrando al baño. Me quedé tumbada, ya no iba a dormir. Al poco, me levanté y salí. Fui a la cocina donde mi madre preparaba el desayuno. Me vio y, sonriendo, se me acercó para darme dos besos:​

  • Cariño, vaya carita ¿Por qué no has dormido más?​
  • Me ha despertado Borja​
  • Ah, vaya​
  • Me voy a duchar, me duele la cabeza​
  • ¿A qué hora llegaste?​
  • No sé, a las dos o así, creo​
  • Ah​
  • Creo que anoche bebí demasiado​
  • ¿Llegaste borracha?​
  • No, pero ahora me duele la cabeza​
  • Anda, sí, date una ducha, te huele el pelo​
  • Ya​
  • Desayunas con nosotros ¿no?​
  • Vale, mamá, pero tardaré un rato​
  • Entonces no sé, a ver que dice tu padre, imagino que se levantará con hambre después de lo de anoche​


Y me miró con una gran sonrisa. Levanté la vista al techo y me fui, sin ganas de protestar.



La ducha me sentó genial, me despejó la cabeza pero esa vocecita que no paraba de llamarme zorra no paró. Desayuné con mis padres, que me contaron donde cenaron, que comieron… yo les conté donde cené, que comí, donde fui… pero no les conté nada del sexo, claro. Luego, me tumbé en mi cama para ver una serie, estaba muy cansada.



Mi madre apareció en mi puerta y me dijo:​

  • Vamos a dar un paseo y a comer fuera ¿Te vienes?​
  • Mmmm ¿Dónde vais?​
  • No sé, a algún sitio con sombra, hoy va a hacer mucho calor​
  • No, mejor me quedo, no tengo ganas de nada​
  • Bueno, vale​


Al rato vino mi padre intentando convencerme pero nada, ni estaba de humor para salir ni tenía ganas. Se fueron al poco. Intenté concentrarme en la serie pero la cabeza siempre se me iba a lo ocurrido, a mi infidelidad. Al final apagué la tablet y me eché en la cama.



LUIS

Llevábamos veinte minutos caminando y hacía tanto calor que tuvimos que irnos a una terraza a tomarnos una cerveza. Tras un rato, no pude aguantar más y le pregunté a Carmen:​

  • Cariño, lo de anoche…​
  • ¿Qué pasa?​


Bajé mucho la voz y dije:​

  • Lo del… juguete​
  • Ah, sí, jajaja​
  • Yo…​


Me quedé callado, no sabía como enfocar el tema. Llevaba toda la mañana pensando en el consolador. Al principio pensé “¿Por qué ha recurrido a eso? ¿Tendría algún problema conmigo?” pero lo descarté rápidamente, sus ganas de sexo conmigo y como se corría no dejaba dudas. Pero la curiosidad me podía. Le dije:​

  • ¿A qué vino?​
  • ¿No te gustó?​
  • Sí, bueno, no sé…​
  • Vino a que quería que vieras lo zorrita que soy, cariño jajaja​
  • Jeje​
  • Aunque eso ya lo sabes de sobra​


Y me dio un beso mientras sonreía. Estaba de buen humor. Luego me dijo:​

  • Y creo que disfrutaste con el “espectáculo” jeje​
  • Sí, jeje​
  • Al final, ese juguete es solo eso, un juguete para añadir un poquito de picante al tema, pero nada más porque lo importante es esto​


Mientras me acariciaba el paquete por debajo de la mesa. Me dio otro beso y dijo:​

  • Esto es lo que me vuelve loca​


Mirándome con unos ojos de vicio que hizo que mi polla respondiera. Ella se rio al darse cuenta. Tantos años juntos y parecíamos adolescentes con el sexo.



CRISTINA

Mi móvil empezó a sonar, una llamada. Lo cogí y vi quien me llamaba, era Cloe. Descolgué:​

  • ¿Estás viva?​
  • ¿Qué?​
  • Jajaja, nada, que no sabía si después del polvazo de anoche seguías viva o no jajaja​


Me tuve que reír. Entonces dijo:​

  • Venga, baja​
  • ¿Qué? ¿Dónde estás?​
  • Esperándote frente a tu portal​
  • Pero…​
  • Bajaaaaa, mon chérie​
  • Es que estoy muy cansada​
  • Y yo también, por eso, baja y nos tiramos el día tumbadas en la piscina, sin movernos​
  • No sé, Cloe​
  • ¿Tienes mejores planes? ¿O quieres quedarte en tu casa con el calor que hace en vez de venirte a la piscina? Además, tenemos que hablar de ciertas cositas ¿no? Bueno, de cositas nada, más bien lo contrario jajaja​


Me volví a reír pero sin confirmar nada. Entonces dijo:​

  • Tenemos la piscina para nosotras solas, Paco no va a estar hasta la noche​
  • ¿Y eso? ¿Sigue con su… amiga?​
  • No, jaja, hoy tenía golf y comilona con unos clientes, tiene hasta la noche​
  • Ah​


Pensé rápidamente y me levanté. Dije:​

  • Tardo cinco minutos​
  • Bien​


Me puse el bikini, un pantalón corto y una camiseta y bajé corriendo. En el ascensor le mandé un mensaje a mi madre contando donde iba. Salí y vi el bonito y llamativo coche de Cloe. Abrí la puerta y entré. Cloe me dio dos besos. Iba con la ropa de la noche anterior y sin bragas porque las vi en el asiento de atrás. Le dije:​

  • Pero ¿De dónde vienes?​


Ella me miró como si hubiera preguntado una tontería y dijo:​

  • ¿De dónde voy a venir?​
  • Pero…​
  • Si quieres más detalles, te diré que vengo de un polvazo mañanero con los dos jajajaja​


Abrí la boca con sorpresa y me eché a reír. Se notaba que estaba recién duchada, aún tenía el pelo húmedo. Estaba guapa, y llevaba sus gafas de sol. Entonces preguntó:​

  • A ver, antes de irnos, dime ¿Por qué saliste anoche corriendo?​
  • ¿Qué? Es que…​
  • ¿No estuvo bien Tony?​
  • Nooo, no fue eso, que vaaaa​
  • Ah, porque lo dejaste preocupado, piensa que no estuvo a la altura​
  • ¿Qué??? ¿En serio?​
  • Y tanto, pero tranquila, lo consolé bien jejeje​
  • Pero que no, que Tony estuvo… estuvo sensacional, pero…​
  • ¿Remordimientos?​
  • Sí, me entró un bajón terrible cuando terminamos, no pude… me tuve que ir​
  • Lo imaginaba ¿Y cómo estás ahora?​
  • Ufff, no muy bien​
  • Chérie, tienes 22 años, tienes que disfrutar de la vida​
  • Pero es que he engañado a mi novio, Cloe​
  • Lo sé pero tienes que probar cosas antes de atarte de esa forma a alguien​
  • Ya pero…​
  • Yo a tu edad te aseguro que me había acostado con un montón de tíos, pero muchos​
  • Mmmm​
  • Y dime la verdad ¿No mereció la pena probar algo nuevo?​
  • Joe, Cloe​
  • Contéstame​
  • Por el sexo en sí, tía, que brutalidad jajaja, eso seguro​
  • ¿Mejor que con tu novio?​
  • Ufff, nada que ver​
  • ¿Y eso te parece normal?​
  • No, para nada… ¿Crees que debería dejarlo por el sexo?​
  • No he dicho eso, solo que en eso tienes que pensar también, porque, vale, has hecho mal pero has visto que algo no funciona con tu novio, o no funciona como debería ser ¿no? Pues recapacita en eso​
  • Pero dejarlo solo por el sexo no me parece…​
  • Que no digo que lo dejes, te digo que pienses​
  • No te entiendo​
  • Piensa en ti, en tu cuerpo, en él, en como mejorar el sexo entre vosotros, o si incluso en contárselo y…​
  • ¿Contárselo? Estás loca​
  • ¿Por qué no? Contarle lo que te pasa, hablarlo​
  • No le puedo contar eso a Borja, que va, me dejaría de inmediato​
  • ¿Seguro? mira Paco, él lo entiende​
  • Paco es especial con eso, Borja es muy… no sé… muy clásico​


Cloe me miró unos segundos y entonces arrancó diciendo:​

  • Ahora en la piscina seguimos hablando pero dime… ¿Tony más grande o igual que tu novio?​
  • ¿Qué? ¿De… tamaño?​
  • Claro​
  • Que va, jajaja, Tony más, bastante más jajaja​
  • ¿Y eso mejor?​
  • Puffff, jajajaja, mejor no, eso es quedarse corto jajaja​


Y seguimos bromeando y hablando de tamaños, de la de Robi… Y me reía con ganas de las ocurrencias de Cloe, pero seguía por dentro con el resquemor de los cuernos a Borja.



Llegamos a su casa y nos fuimos directas a la piscina. Allí, Cloe se quitó los tacones y el vestido quedándose completamente desnuda. La observé y recordé la noche anterior, ella desnuda sobre Robi, chupándosela, su cuerpo brillante de sudor, tenso… me estremecí. Cloe me miró, y como si leyera mi mente me preguntó:​

  • ¿Por qué te fuiste al salón?​
  • Yo…​


Me daba vergüenza contárselo así que intenté cambiar de tema y pregunté:​

  • ¿Seguro que Paco no viene?​
  • Seguro​


Me quité la camiseta y el pantalón corto, y luego el bikini, quedándome también desnuda. Cloe sonrió y dijo:​

  • Vaya, no he tenido que insistirte, ya te vas soltando​
  • Hace calor jajaja ¿Vamos al agua?​
  • Sí, pero contesta ¿Por qué no te quedaste en la habitación?​
  • Ufff​


Cloe siguió mirándome y al final se lo conté:​

  • Me dio vergüenza​
  • ¿Por qué?​
  • Tú… tú eres una gran… mírate, eres… y yo… yo soy poca cosa y…​
  • ¿Por eso? ¿Seguro?​
  • Sí, me dio miedo a que Tony me viera junto a ti y pensara que…​


Cloe soltó una carcajada y dijo:​

  • Nena, ese miedo lo tendría que haber tenido yo​
  • ¿Tú?​
  • Sí, yo, miedo a que nos compararan, tengo 37 años y tú…​


Me acarició una mejilla suavemente. Dijo:​

  • Tú eres joven, guapa, suave, muy sexi…​


Noté una sacudida por todo mi cuerpo y como los pezones se me endurecían. Pero ¿Qué me pasaba? Entonces, Cloe rio y dijo:​

  • Nos lo hubiéramos pasado muy bien los cuatro​
  • No sé…​


Y me tiré al agua para rebajar la tensión que tenía por dentro. Cloe me miró desde fuera durante unos segundos y luego se lanzó al agua. Nadamos un poco y luego se me acercó y me preguntó:​

  • Ahora hablemos en serio ¿Qué te pareció el sexo con Tony?​
  • Ufff, una pasada, de verdad que no me explico lo que me pasó anoche​
  • ¿Por?​
  • Estaba… no sé, estaba muy… muy caliente, jamás había sentido tanta urgencia de que me… me tocara y… no sé, quizás bebí demasiado o la sorpresa de que a Tony le gustara… no sé​
  • Las dos estábamos con ganas, y ellos lo mismo, claro​
  • Sí, supongo… pero ¿En serio son bisexuales?​
  • ¿Lo dudas después de lo de anoche?​
  • Jajaja, quiero decir ¿Son pareja en serio?​
  • Claro​
  • ¿Y se acuestan con mujeres?​
  • Nena ¿Me lo preguntas de verdad? jajaja​
  • Jajaja, es que… no sé, cuando los vimos liados… está claro que se gustan y… no sé, es todo muy raro ¿no?​
  • ¿Raro?​
  • ¿Y de verdad te has estado acostando con Tony durante esta semana?​
  • Jajaja​
  • Joder, ni me he dado cuenta​
  • ¿Qué te parece raro?​
  • Joe, es un tío con novio, me parece rarísimo lo de anoche ¿no?​
  • ¿Te parecen raros los bisexuales?​
  • Mmmm quizás, no sé…​
  • Yo soy bisexual​


La miré boquiabierta. Cloe rio con ganas y dijo:​

  • Que carita has puesto​
  • ¿En serio?​
  • Claro​
  • ¿Qué? ¿Cómo?​
  • Me gustan las chicas y los chicos, solo eso​


La miré sin saber que decir. Entonces dijo:​

  • ¿Te acuerdas el otro día cuando estaba sin bragas?​
  • Claro​
  • ¿Te cuento lo que pasó?​
  • Va… vale​
  • Tuve que ir a una reunión con los del banco, y al salir, como estaba cerca del despacho de Ade y tenía que decirle una cosa, me pasé​
  • ¿Ade?​
  • Y allí, pues la cosa se calentó un poquito​
  • ¿Te… te acostaste con ella en su despacho?​
  • Tanto no, pero sí que… jugamos un poquito (comentó con algo de malicia)​


La miré sorprendida. Entonces dije:​

  • Ade también es bi​
  • Sí​
  • ¿Y Paco?​
  • Noooo, jajaja​
  • Ah, yo que sé, ya no sé que pensar jaja​
  • ¿Te parecería mal?​
  • Noooo, que va​
  • Mmmmm ¿Te cuento algo más?​
  • Claro​
  • Estas noches que se ha quedado Tony, Paco también estaba​
  • Ah​
  • A veces solo mirando, a veces participando​
  • ¿Cómo?​
  • A Paco le pone mucho ver como me follan otros u otras​
  • Ah​
  • Pero también le gusta participar, claro, y a Tony le pone mucho Paco​
  • ¿Se acostaron?​
  • No exactamente​
  • ¿Cómo?​
  • A Paco no le gusta hacer cosas con tíos, o más bien, no le gusta que lo folle un tío, pero no le importa si Tony se la chupa o darle por el culo, siempre que esté yo también participando​


De nuevo estaba con la boca abierta. Cloe rio y dijo:​

  • Paco participa así porque yo sé como animarlo jeje, pero nunca se acostaría con un tío a solas, no le va​
  • Pero contigo sí… madre mía, que cosas hacéis jajaja​
  • Jajaja​
  • ¿Y a Tony le gusta…?​
  • Tony se vuelve loco con la polla de Paco, y a mí me encanta ver como Paco se lo folla jajaja​
  • ¿Y Robi lo sabe?​
  • Claro, ellos son como nosotros, totalmente abiertos y sinceros​


Nos quedamos calladas. Yo estaba intentando asimilar toda esa información, que era mucha y que me descolocaba totalmente. Entonces se me ocurrió algo y pregunté:​

  • Cloe y ¿tú… tú sabías lo que iba a pasar ayer noche?​
  • Jajaja, bueno, sabía que iba a pasar la noche en su casa, lo que no estaba segura era de si te apuntarías o no​
  • ¡¡¡¡Tía!!!! y no me avisaste ni nada​
  • Jajaja​
  • Me pilló totalmente por sorpresa cuando me besó​
  • Jajaja​
  • Que cabrona estás hecha jajaja​
  • Más excitante ¿no?​
  • Jajaja​
  • Además, conociéndote, no hubieras ni salido con nosotros ¿Verdad?​
  • No sé… seguramente​
  • ¿Te arrepientes?​


La miré y me puse a nadar. Luego, volví junto a ella después de aprovechar el nado para pensar y le dije:​

  • No, es decir, estoy llevando muy mal los cuernos que le he puesto a Borja, pero… no, el sexo fue increíble, no tenía ni idea de que podía ser así, y me alegro de haberlo descubierto​
  • Así tienes que pensar, me alegro también​
  • Quizás tenga que hacer lo que dices, hablar con él sobre el sexo, aunque no pienso contarle nada de lo que he hecho, eso sería romper con él, pero sí aprovechar para mmmm exigirle más esfuerzo ¿no?​


Cloe me miraba con una sonrisita. Seguí:​

  • Es decir, Borja se esfuerza, eso lo sé pero no sabe… no sé, o quizás soy yo que no sé como… no sé, pero lo hablaré cuando vuelva​
  • Haces bien, en una relación hay que hablar​
  • Ya, será difícil pero algo haré aunque…​
  • ¿Qué?​
  • Lo del tamaño no tiene remedio jeje​
  • Jajaja​
  • Joe, y encima totalmente depilado, y con ese cuerpo… diossssss​


Y me sumergí antes de ponerme colorada del todo. Al salir, Cloe sonreía abiertamente y dijo:​

  • ¿Vas a querer repetir?​
  • Nooooo​
  • ¿Seguro?​
  • Claro, tía​
  • Podría llamar a los chicos para que se vinieran y…​
  • Noooo, no me líes, no seas mala jajajaja​
  • Jajaja​
  • Pero ¿No has tenido bastante?​
  • Nunca jajaja​
  • Jajaja​
  • Pero sí, es verdad que necesito descansar jaja​
  • ¿De verdad has estado con los dos a la vez?​
  • Claro, anoche y esta mañana​
  • Jo​
  • Y viéndolos follar, me encanta verlos follar​
  • Joooooooo, que cabrona jajajaja​
  • ¿Te gustaría verlos?​
  • Pufff, si ayer me pusieron mala solo verlos besándose jajaja​
  • Jajaja​
  • ¿Y de verdad Tony estaba mal por haberme ido?​
  • Claro, chérie​
  • Jo, luego me das su móvil, lo tengo que llamar para disculparme​
  • Vale​
  • Encima que me da el mejor sexo de mi vida, la fastidio con él​
  • Jeje​
  • Por cierto, qué mal que el tío que me echa el mejor polvo de mi vida sea un tío con novio ¿no? Me deprime solo pensarlo jajaja​
  • Jajaja pero nena, ahora en serio, piensa en una cosa​
  • ¿El qué?​
  • Este tiempo que está tu novio fuera, aprovéchalo para vivir nuevas experiencias, tienes 22 años, la edad perfecta para probar, divertirte…​
  • Anda ya​
  • Sí, piénsalo​
  • No, Cloe, me siento fatal por lo de anoche, no pienso hacerle eso más a Borja… si veo que todo sigue igual entre nosotros, digo igual de mal en el sexo, ya me plantearé que hago, pero ahora no, no voy a ponerle más cuernos, eso no​
  • Solo digo que lo pienses​
  • No hay nada que pensar, no puedo hacerle eso otra vez​
  • Vale, era solo una idea​
  • Ya pero es que no puedo, Borja no se merece eso​
  • Entiendo​


Seguimos charlando y luego nos tumbamos a tomar el sol, quedándonos las dos en plan lagartos, y yo medio dormida. Fue un día de relax y charla, justo lo que necesitaba para no estar pensando todo el rato en los cuernos.



PACO

Llegué a casa ya de noche. Cloe estaba echada en el sofá leyendo. La besé y le pregunté por su día. Me contó que no había hecho nada, solo tomar el sol junto a Cristina. La miré esperando más y me dijo:​

  • Lo otro te lo cuento después en la cama ¿vale?​
  • Vale​
  • ¿Y tú?​
  • Pues nada, aguantando esos plastas, pero ha ido bien, creo que están en el bote​
  • Genial​
  • Me voy a duchar​
  • ¿Has cenado?​
  • Sí ¿Y tú?​
  • Algo, no tenía mucha hambre​
  • Ah​
  • Anda, sube y dúchate, te espero en la cama​
  • De acuerdo​


Y subí. Me duché y luego fui a nuestro dormitorio. Cloe leía echada en la cama, totalmente desnuda. La observé unos segundos, siempre me gustaba mirarla. Ella se percató y me miró sonriente. Dejó el libro y dio palmadas a su lado. Me quité el albornoz y me eché en la cama, desnudo. Nos besamos mientras le acariciaba el cuerpo, suavemente. Paré y le pregunté:​

  • ¿Y qué tal anoche?​
  • Pues no fue como tenía pensado​
  • ¿No?​
  • No exactamente​
  • Vaya, no me digas que me quedé aquí solo y aburrido para nada​
  • Para nada no, ya sabes que contigo Cris no se habría soltado nada, pero tampoco reaccionó como esperaba​
  • Cuenta​
  • Nos lo pasamos muy bien en la cena pero Cris estaba todo el rato pensando en volverse​
  • Ya​
  • Al final la convencimos de ir a bailar, y bien, muy animada pero no se arrancaba con Tony y al final, tuve que darle un empujoncito​
  • ¿Qué hiciste?​
  • Nada, dejarla a solas con Tony​
  • Y él atacó ¿no?​
  • Estaba ya muy animada porque vio a Tony y Robi liados​
  • ¿Le puso eso?​
  • Sí, mucho, se le encendieron los ojos y se le subieron los colores jeje​
  • Jeje​
  • Y entonces le dije a Tony que era el momento, y, aunque se llevó una gran sorpresa, entró en el juego​
  • Pero ¿Por qué dices que no salió como tenías previsto?​
  • Porque cuando llegamos a casa de ellos no quiso hacerlo con nosotros​
  • ¿Y eso?​
  • Le dio corte, se llevó a Tony al salón y follaron allí​
  • Ah, pero follaron​
  • Sí, claro, no sabes como estaba Cris de cachonda jeje​
  • Vaya, vaya con Cristina, con lo buena chica que parece y no le costó mucho ponerle los cuernos al novio​
  • Bueno, fue una pequeña encerrona, era difícil que se resistiera a Tony jajaja​
  • Jajaja, que manipuladora eres​
  • Siempre, ya lo sabes jeje​


Nos besamos. Luego ella paró y dijo con tono triste:​

  • Pero me ha fastidiado mucho que no se quedara en la habitación, nos habríamos divertido mucho los cuatro​
  • Ya​
  • Encima, tras follar con Tony, le entraron remordimientos y salió corriendo​
  • ¿Corriendo?​
  • Sí, se vistió y se fue​
  • Vaya​


La miré, estaba visiblemente enfadada. Le dije:​

  • Te la querías follar anoche ¿no?​
  • Claro, era todo perfecto y la niña va y lo fastidia​
  • ¿Volverá a follar con Tony?​
  • Seguro, de eso me encargo yo​
  • Jajaja​
  • Pero iré con más cuidado, no quiero que pase lo mismo​
  • Pero a pesar de eso, te divertiste ¿no?​
  • Claro​


Y me miró con una cara de vicio total para decir:​

  • Si quieres, ahora mientras me follas te cuento las cositas que hicimos los chicos y yo​
  • Claro que quiero​
  • O te puedo contar como folla Cris​
  • ¿La viste?​
  • Sí, estuvieron un buen rato ella y Tony, la chica estaba en otro mundo, que cantidad de orgasmos tuvo​
  • ¿Sí?​
  • Sí, y preciosa, estuve a punto de meterme, me puso súper cachonda, y eso que Robi me acababa de echar un buen polvo​
  • ¿Por qué no te uniste?​
  • Me daba miedo asustarla, y menos mal que no lo hice visto lo visto, aún tengo que trabajarla un poco más​
  • Jajaja​
  • Estuve mirándolos varios minutos y al final tuve que volver con Robi para echar otro polvo​
  • Jajaja​


Cloe seguía mirándome con cara de vicio. Dijo:​

  • Cómemelo, estoy cachonda​
  • Ya lo noto​
  • Y mientras me lo comes ¿Qué te cuento?​
  • Sorpréndeme​


Y me metí entre sus piernas.



CRISTINA

Colgué la llamada y me estiré en la cama. Había estado casi una hora hablando con Borja y todo bien. Me parecía curioso lo sencillo que me estaba resultando mentirle. Claro está que tenía la ventaja de no tenerlo delante. Seguro que si estuviera aquí, lo notaría… ¿o no?



Miré la hora, las once y tenía sueño. Entonces me acordé de algo, tenía pendiente escribirle a Tony. Cogí el móvil y le escribí:​

  • Hola Tony, soy Cris, me ha dado tu móvil Cloe… solo era para disculparme por lo de anoche, por mi “huida” jaja, no fue por ti, es que me entraron remordimientos, ya sabes… estuviste genial, más que eso. Y no tiene nada que ver contigo, son solo cosas mías. Buenas noches​


Silencié el móvil y lo dejé en la mesa, era hora de dormir. Fui a apagar la luz y entonces vibró el móvil en una llamada. Lo miré, era Tony. Dudé pero al final descolgué:​

  • Cris, cariño, que alegría que me hayas escrito​
  • Hola Tony​
  • Me tenías nervioso, no sabía si te había hecho algo que no te había gustado y…​
  • Que vaaaa, jajaja, estuviste fantástico, de verdad​
  • Robi no quería que te molestara, decía que que estaba claro que era por tu novio, él es muy listo, ya lo sabes, pero yo pensaba que…​
  • No, Robi tenía razón, no tenía nada que ver contigo, fue solo mi cabeza al darse cuenta de lo que había hecho​


Y nos pusimos a charlar. Robi se incorporó al poner Tony el manos libre. Hablamos y hablamos. Yo hablaba muy bajo para no despertar a mis padres que ya estaban acostados, pero me costaba porque me hacían reír mucho. Al final, Robi dijo:​

  • R: Cariño, mañana trabajamos​
  • C: Sí ¿Qué hora es?​
  • R: Las 12 y media​


Me quedé alucinada, llevaba hablando con ellos una hora y media sin darme cuenta. Dije:​

  • C: ¿No me digas???​
  • T: Es culpa tuya, amor, hablas por los codos​
  • R: Ah, y tú no, claro​
  • C: Jajaja, los tres hablamos por los codos jajaja​
  • T: Eso parece​
  • C: Pero tienes razón, mañana madrugo, mejor cortamos​
  • R: Sí, buenas noches, y nos has alegrado mucho que escribieras, Tony estaba muy nervioso​
  • C: Ayyy, lo siento​
  • T: Venga, sí, vamos a cortar ya, que mañana te quiero en forma, que empezamos en serio​
  • C: Ufff, miedo me das​
  • T: ¿Miedo?​
  • C: A ver si ahora te vengas por mi huida​
  • T: ¿Vengar? jajaja, no, cariño, de eso nada, pero ahora tengo ventaja​
  • C: ¿Ventaja?​
  • T: Claro, conozco mejor tu cuerpo jajaja​
  • C: Ahhh, jajaja, que malo jajaja​
  • T: Ahora sé que estás mucho más en forma así que te puedo exigir más​
  • C: Noooooo, me voy a morir jajaja si me pongo mala viendo como haces sufrir a la pobre Cloe​
  • T: Noo, tranquila, no será tanto, pero ya sabes lo que dicen “si no se sufre, es que no sirve de nada”​
  • C: Malooooo jajaja​
  • T: Buenas noches, descansa, lo necesitarás​
  • C: jajaja, buenas noches​
  • R: Buenas noches​


Y cortamos. Apagué la luz y me quedé mirando al techo mientras pensaba “Que pena ser tan tonta y no haberme quedado con ellos en la habitación, seguro que hubiera sido fantástico”.​
 
24



CRISTINA

Entré en la oficina rápidamente. En la mesa de reuniones estaban los “secuaces” de Claudia, cuatro chicos y dos chicas. Los saludé con un buenos días, y vi sus reacciones. Me había puesto una de las minifaldas de tubo que había comprado el sábado, unas sandalias con tacón y una bonita blusa de mangas cortas. Los chicos me miraron casi desnudándome, las chicas con rabia. Sonreí interiormente, pero me daban igual esos seis. Los que me interesaban eran los de mi despacho. Entré y saludé a todos por sus nombres. Me paré delante de la mesa de Álvaro para que me viera bien mientras les preguntaba a todos por sus fines de semana. Luego, me senté y charlé con Lidia, dándole conversación para que me explicara cosas de su hijo. Ya lo tenía decidido, Álvaro y Lidia tenían que ser mis fuentes y apoyos.



Con Álvaro estuve toda la mañana preguntándole cosas de Ascron. Me sentaba junto a él, cruzaba mis piernas y dejaba que admirara mis muslos morenos. El pobre se debatía entre mirarlos o no mirarlos. También me levantaba, le daba la espalda y le dejaba mirar mi culo, que enfundado en esa falda, estaba genial. Que mirara todo lo que quisiera, lo quería tener comiendo de mi mano.



Con Lidia, en cambio, era todo lo contrario, me mostraba humilde, muy interesada en ella, le pedía consejo… me fui a desayunar con ella, a tomar un café,... Ella, allí sola rodeada de tíos que hablaban poco, estaba encantada conmigo, de tener a alguien que la escuchara.



Claudia organizó una reunión de trabajo para iniciar la semana y ni me convocó. Estaba claro que no me quería ahí, pero me daba igual.



A media mañana, Cloe me envió un mensaje para decirme de quedar en el aparcamiento para irnos a su casa, que esperaba que llevara la ropa de deporte y estuviera preparada para la tortura deportiva. Se lo confirmé y le puse caritas de lloros y miedo. Estaba nerviosa, pero más que por el entrenamiento, era por reencontrarme con Tony.



A las tres salí cuando ya se habían ido todos mis compañeros. Esperé un poco a Cloe que aún no había llegado. La vi aparecer con una nueva minifalda, unas sandalias preciosas y una camisa con muchos botones desabrochados, dejando ver un canalillo de lo más sugerente. Desde luego, Cloe tenía un ropero sin fondo. Me dio dos besos y al entrar en el coche me dijo:​

  • Que sexi estás, chérie​
  • ¿Sí? jajaja, el sábado estuve de compras​
  • Te queda genial, y ya tienes las piernas muy morenitas, haces bien en enseñarlas​
  • Gracias jeje​


Estaba contenta, era verdad, se me había pegado el sol gracias a su piscina. Paramos a comer algo y le conté la llamada de la noche anterior con los chicos. Nos estuvimos riendo un rato y luego nos fuimos a su casa. Nos pusimos los bikinis y nos tumbamos en la piscina mientras esperábamos a Tony.



Esto era lo que yo quería para mí, un buen trabajo, una casa así, las tardes tirada en una tumbona, mucha ropa bonita y cara… algún día lo tendría, lo tenía claro.



Tony llegó puntual y nos dio besos y abrazos a las dos. Al principio fue algo incómodo pero Tony se encargó de lanzar un par de bromas, nos reímos y el momento incómodo pasó rápido. Luego nos cambiamos y nos fuimos al gimnasio.



Estuvimos cerca de dos horas haciendo ejercicios porque empezamos calentando, yo en la bici y Cloe en una cinta. A mí me dio hasta un calambre en la pierna haciendo sentadillas con pesas. Sudé como nunca, me dolió todo el cuerpo y Tony no paraba de animarme pero también de gritar y picar a Cloe. Estaba claro que usaba dos técnicas de entrenamiento distintas, una positiva conmigo, y otra muy agresiva con Cloe. Las dos parecían funcionar.



Cloe llevaba su ropa de deporte minúscula, es decir un pantaloncito muy ajustado y corto, y un top pequeño ajustado y que dejaba ver un buen escote y todo el vientre. Yo, en cambio, llevaba unas mallas hasta por encima de la rodilla y un top que también dejaba el vientre al aire pero que me cubría totalmente los pechos. Me gustaba mirar a Cloe, que aunque sudaba mucho, tenía el pelo mojado, jadeaba sin parar, bebiendo y secándose con una toalla, la encontraba excitante, ver su cuerpo en tensión constante.



Mis ejercicios eran menos acusados, usaba pesas de dos kilos y eran casi todos aeróbicos. Tony se me pegaba, me ponía las manos encima diciéndome “siente el esfuerzo, siente tus músculos trabajar”. Eso me gustaba, incluso me excitaba, sus manos me volvían loca, pero me controlaba y no dejaba que se notara.



Cuando al fin Tony dijo que habíamos terminado, me tiré al suelo, agotada. Cloe, secándose, se rio. Entonces dijo:​

  • CL: Tony, dale un masaje de los tuyos, para que sus músculos no se enfríen rápido​
  • T: Vale​
  • C: ¿Qué? (dije levantando la cabeza)​
  • CL: Tony tiene un título de masajista, ya verás que manos tiene​


“No, si sé bien como son sus manos, ese es el problema” pensé. Vi como Tony se dirigía a un armario y sacaba una mesa que desplegó y luego, haciendo palmadas en ella, me dijo:​

  • Vente, Cris​


Me levanté renqueante y algo nerviosa. Me acerqué a la mesa sonriendo nerviosa. Tony dijo:​

  • Quítate el top y las mallas y túmbate boca abajo​
  • ¿Qué?​


Miré a Cloe que asintió. No me moví, nerviosa. Tony dijo:​

  • No te puedo dar un masaje sobre la ropa… por cierto, en vez de esas mallas, tráete unos pantalones cortos, vas a estar más cómoda​
  • Ah, vale​


Dije sin decidirme. Tony me miró y dijo:​

  • ¿Te da vergüenza? Si quieres me giro y…​
  • No, no, que va​


Dije, notando como me iba poniendo colorada porque estaba muy cortada. Me quité la ropa, quedándome solo en bragas y me tumbé boca abajo. Tony se puso algo de crema en las manos y empezó a masajearme la espalda. Me dijo:​

  • Estás súper tensa​
  • Claro, me has machacado a base de bien​
  • Relájate​


Y una mierda me iba a relajar notando sus manos sobre mí y encima, haciéndolo de maravilla. Intenté pensar en otras cosas, en el trabajo, pero mi nerviosismo pasó a excitación, Tony era un maestro. Me masajeó los hombros, la espalda, los brazos, las piernas… me derretía. Entonces, dijo:​

  • Vuélvete​
  • ¿Qué?​
  • Dime donde fue el calambre, voy a ver como lo tienes​


Levanté la cabeza y miré a Cloe, que sonreía abiertamente. Dudé pero al final, me giré y le señalé la zona del calambre, sobre la rodilla. Tony, me levantó la pierna y me la presionó con los dedos “Joder, me estoy poniendo muy cachonda”. Quería cerrar los ojos, aislarme, no pensar en nada. Entonces, el móvil de Cloe sonó. Ella lo cogió, la oí responder en francés y salió de la sala hablando rápidamente. Nos quedamos solos. Quería decirle que parara, que ya estaba bien, que no siguiera, pero no podía, estaba totalmente excitada. Tony dijo:​

  • Ya veo donde ha sido, pero no es nada, es solo una sobrecarga​


No podía ni hablar por miedo a que se me notara como estaba. Entonces, Tony dijo:​

  • Tienes un cuerpo precioso, Cris​


Lo miré y vi como sus ojos recorrían mi cuerpo “no, no, no” pensé. No dije nada mientras sus manos presionaban mis muslos, relajándomelos aunque yo estaba súper alterada. Continuó hablando:​

  • Me lo pasé genial, eres muy buena en la cama, lo sabes ¿no?​


“¿Yo buena? pero si no hice nada, solo dejarme follar por ti y disfrutar como una loca” pensé. Siguió:​

  • Y preciosa, eres realmente guapa, y cuando te corres eres espectacular, pero…​


Y se calló. Lo miré sin comprender “¿Pero? ¿Qué pero?”. Tragué saliva y pregunté:​

  • ¿Pero?​
  • Nada​
  • Dímelo​
  • Es solo…​
  • ¿Qué?​
  • Me quedé con las ganas de una cosa​
  • ¿Cómo? ¿Qué cosa?​
  • Pues… es que tenía tantas ganas de follarte que no lo pude hacer y luego, como te fuiste…​
  • ¿El qué?​
  • Hacerte sexo oral​
  • ¿Cómo?​
  • Es una cosa que hago muy bien, o eso dicen​


Lo miré flipada. No me esperaba eso. Me dijo:​

  • ¿Te lo puedo hacer ahora? Solo eso, no follaremos, solo sexo oral​


Lo miré sin creerme lo que me decía y le iba a decir que ni hablar pero de mi boca salió:​

  • Es que… estoy sudada y…​
  • No me importa​


Tony no se hizo de rogar. Inmediatamente bajó mi pierna, me quitó las bragas, me abrió las piernas y me lo empezó a comer. En cuanto noté su lengua, me estremecí y casi me corro, de lo excitada que estaba. Y era verdad lo que había dicho, lo hacía muy bien, sabía que lamer, chupar, como usar los dedos… me llevaba casi al límite, paraba, luego otra vez… me tenía loca. Sentía su lengua en mi clítoris, sus dedos dentro de mí, como se movían… Me llevaba al orgasmo pero paraba, luego otra vez… Al final, me produjo un orgasmo enorme, que me dejó temblando y con los ojos cerrados.



Cuando los abrí, me miraba sonriente. Me fijé en su erección, abultando su pantalón corto y pensé “Una mierda no me vas a follar”. Levanté una mano y tiré de su brazo. Se acercó y le tiré de los pantalones hasta liberar su polla. Me incorporé un poco sobre la camilla y me la metí en la boca. Se la chupé con ansia mientras él me tocaba los pechos. Le cogí la mano y la moví a mi coño, me acababa de correr pero quería más, que me tocara más. Abrí mis piernas y él metió dos dedos dentro de mí. Gemí con su polla en mi boca y luego seguí chupando.



Estaba en otro mundo de sensaciones, sin importarme nada, hasta que de pronto, escuchamos un:​

  • Cloe, cariño, dónde est…​


Y miré a la puerta para a Paco parado con cara de asombro. Me giré e intenté cubrirme, cayéndome de la camilla y pegándome un buen porrazo contra el suelo. Tony se había quedado como una estatua, mirando a Paco. Paco dijo algo que no entendí y se fue.



Me levanté corriendo, buscando mi ropa, y poniéndomela diciendo “mierda, mierda, mierda”. En cuanto me la puse, salí corriendo hacia el cuarto donde tenía mis cosas. Allí, me cambié poniéndome la falda, la blusa y los tacones, y salí fuera. Entonces, escuché a Tony:​

  • Cris, espera, espera​
  • No, me voy, me quiero morir​
  • Espera, mujer​


Y se puso delante mía. Me iba a dar algo de la vergüenza que sentía. Me dijo:​

  • Espera, te llevo​
  • No, me voy​
  • Cris, que aquí no hay nada cerca, yo te llevo al metro​


Intenté tranquilizarme y le dije:​

  • Vale, pero nos vamos YA​
  • Sí, cojo mis cosas y…​
  • Pero ya de ya​
  • Vale, vale, entro y aviso a Cloe y…​


Y me fui andando, no quería hablar con nadie. Mi padrino me acababa de pillar con la polla de un tío en la boca y las piernas abiertas “estúpida, estúpida, zorra estúpida” me decía mientras intentaba reprimir las lágrimas de vergüenza.



Al poco, escuché un coche acercarse y se paró a mi lado. Escuché a Tony llamarme pero seguí andando. Al final, paró y vino a por mí:​

  • Cris, Cris, que no pasa nada​
  • Una mierda no pasa nada​
  • De verdad, que Paco no…​
  • No me hables​
  • Ven, por favor, vamos a volver a la casa y hablamos con…​
  • No pienso volver, déjame​
  • Cris, por favor… vale, te llevo al metro, entra​
  • No​
  • Cris, que es una caminata, te llevo, de verdad​


Me paré y me dejé llevar. Entramos y arrancó. Me dijo:​

  • No he podido hablar con Cloe, estaba en el despacho hablando, algo importante​


No dije nada. Intentó decirme algo pero yo miraba por la ventanilla. Al final, llegamos a la entrada del metro. Fui a bajarme y me dijo:​

  • Espera​
  • No​
  • Espera, mira… vamos a tomar algo, para que te calmes​
  • No quie…​
  • Te va a sentar bien, nos tomamos una cerveza y te tranquilizas​


Me lo pensé, no quería meterme en el metro así, llorando. Le dije:​

  • Vale​
  • Bien, conozco un buen sitio, tranquilo​


Y condujo un rato. Yo iba pensando en como iba a volver a mirar a Paco, si le contaba algo a mis padres me moriría… ese tipo de cosas. Aparcó y miré sin saber donde estábamos. Me llevó a un bar y le dije:​

  • Quiero algo fuerte​
  • Pero…​
  • Algo fuerte​


Tony volvió al poco. Vi que me había pedido lo que vio que tomaba el sábado, y se lo agradecí porque era casi la única bebida que me gustaba. Cogí el vaso y me tomé la mitad de un trago. Mi móvil empezó a sonar. Era Cloe, lo ignoré. Al poco sonó el de Tony que sí lo cogió y habló con Cloe. Le explicó que estaba conmigo, que estaba más calmada y me lo intentó pasar pero negué con la cabeza. No quería hablar. Tony insistió de nuevo, y luego otra vez, y otra… y al final, lo cogí. Le dije a Cloe:​

  • No tengo ganas de hablar​
  • Cris, chérie, pero…​
  • Cloe, de verdad, no quiero hablar​
  • Explícame que ha pasado​
  • Ya lo sabes​
  • Sé lo que me cuenta Paco, pero quiero saberlo de ti​


Me levanté y salí del bar. Me aparté de la gente y le dije:​

  • Joder, Cloe, que he vuelto a follar con Tony​
  • Ya​
  • Y Paco nos ha pillado​
  • Sí​
  • ¿Te parece poco?​
  • ¿Te da vergüenza?​
  • Claro que sí, pero es que… joe, que es mi padrino, el amigo de mis padres, y sabe que tengo novio, y me ha visto ahí… diossss​
  • A ver, tranquila​
  • Ni tranquila ni hostias, Cloe​
  • Pero, piénsalo, tú lo viste a él, tampoco es para tanto ¿no?​
  • No es lo mismo​
  • ¿Por? ¿Piensas que se lo va a contar a tus padres, a tu novio? ¿El qué?​
  • No… eso no… creo que no​
  • Pues claro que no​
  • Pero…​
  • Pero ¿Qué?​
  • Que ahora pensará que soy una guarra por ponerle los cuernos a mi novio​
  • No, Cris, eso no lo piensa así, ya te he contado como somos, nosotros no juzgamos, disfrutamos​
  • Pero…​
  • Pero nada, él no te ha juzgado, lo que piensa es que se alegra por ti, por disfrutar​
  • Mmmmm​
  • ¿Quieres hablar con él?​
  • NOOOO​
  • Espera​
  • No, Cloe… joderrr​


Al momento, habló Paco:​

  • Cris​
  • Joder, Paco​
  • Siento mucho lo que ha pasado pero no entiendo tu enfado​
  • No es enfado​
  • ¿Entonces?​
  • Joe, que… yo que sé, estoy hecha un lío​
  • Cloe me ha contado todo, sé que sabes como es nuestra relación, lo que hacemos, que me viste con Ade y Lola…​
  • Puffff​
  • Y no me importa, de verdad, y me alegra que disfrutes de Tony, sé bien como es, es un tío genial en todos los aspectos​
  • Ya​
  • Y un gran amante, de lo mejorcito, y ya sabes que lo he visto en acción jeje​
  • Ya​
  • Anda, veniros y hablamos​
  • No… no sé​
  • De verdad, ni te juzgo ni voy a contar nada, tranquila por eso​


Suspiré y me callé unos segundos hasta que dije:​

  • Vale​
  • Te paso con Cloe​


Cloe se puso:​

  • ¿Más tranquila?​
  • Sí​
  • Nena, sabes que con Paco no tengo secretos​
  • Ya​
  • Él sabe lo del sábado​
  • ¿Lo… mío?​
  • Sí​
  • Joe, Cloe​
  • Ya te lo dije, le cuento todo​
  • Mierda​
  • Mierda no, él lo sabe y no ha pasado nada, ni te ha juzgado ni se lo ha contado a tus padres ni nada​
  • Ya​


Nos quedamos calladas. Entonces dijo:​

  • ¿Estamos bien?​
  • ¿Qué?​
  • Si estás enfadada conmigo​
  • ¿Contigo? Por… ¿Por qué?​
  • Por contarle todo a Paco​
  • Ah, no sé… no, ya me lo dijiste​
  • Eso es​
  • Pero supuse que…​
  • Te dije que le cuento todo, no te engañé​
  • Lo sé​
  • ¿Entonces? ¿Estás enfadada?​
  • No​
  • ¿Seguro?​
  • Sí​
  • ¿Y estás mejor?​
  • Sí​
  • Genial… pues ahora os venís y… mmmm no, no os vengáis​
  • ¿Por?​
  • Mejor dile a Tony que te lleve a su casa y acabáis lo que el tonto de mi marido ha interrumpido​


(Escuché como Paco protestaba diciendo que había sido sin querer). Me reí y dije:​

  • Ahora no estoy de humor para eso​
  • Tony sabe ponerte de humor, lo sé​
  • Jeje​
  • Anda, vete con él​
  • No sé…​
  • Bueno, no te presiono, es solo lo que yo haría jajaja​
  • Ya​
  • Venga, besos, mañana hablamos​
  • Vale, gracias​
  • Chao, preciosa​


Y colgó. Me quedé pensando. La conversación me había ayudado mucho a tranquilizarme, la situación me había puesto de los nervios y aún me notaba en tensión, pero sí, estaba mucho más tranquila. Pensé “¿Echar ahora un polvo? pufff, es que no tengo ganas de eso, quiero irme a casa y no pensar en nada”.



Entré en el bar. Vi a Tony esperando, visiblemente intranquilo. Me senté y le devolví el móvil. Dijo:​

  • ¿Y?​
  • ¿Y qué?​
  • ¿Cómo estás?​
  • Bien​
  • ¿Más tranquila?​
  • Sí​


Cogí mi vaso y me bebí lo que me quedaba. Nos quedamos callados, cada uno pensando. Entonces le dije:​

  • ¿Me pides otro igual?​
  • Vale​


Y se levantó. Lo observé. No se había cambiado y estaba con sus pantalones cortos y su camiseta ajustada, marcando su cuerpazo. Le miré las piernas, totalmente depiladas y musculosas. Pensé “Joder, es que está muy bueno ¿Cómo coño iba a resistirme?”. Al poco, llegó con las bebidas. Le di las gracias y tomé un sorbito, esta copa la iba a tomar con tranquilidad, ya notaba el efecto de la primera. Le dije:​

  • Quizás me lo he tomado demasiado a la tremenda ¿no?​
  • No sé, Cris, entiendo el susto que has tenido y…​


Me eché a reír, pero era una risa triste. Le dije:​

  • Joder, es que me ha pillado con tu polla en mi boca y abierta de piernas, que mal (mientras meneaba la cabeza)​
  • Bueno, a mí en ese momento me parecía genial jeje​
  • Jajaja, ya, y a mí​
  • Pero es lo que te digo, Paco no es… Paco es muy abierto para estas cosas, se ha sorprendido pero entiende estas cosas, no te va a juzgar​
  • Eso dice Cloe… y él​
  • ¿Has hablado con él?​
  • Sí​
  • Me alegro​
  • Ha sido… comprensivo y tranquilizador​
  • Genial, pero estaba seguro de eso​


Nos callamos de nuevo. Entonces dije:​

  • Y sí, tenías razón​
  • ¿En lo de Paco?​
  • No​
  • ¿Entonces?​
  • Se te da muy bien el sexo oral​
  • Ah, jajaja, eso me dicen jajaja​
  • A mi novio se le da de puta pena​
  • ¿Sí?​
  • Es que no le gusta, casi no me lo come​
  • Vaya​
  • Tendría que aprender de ti jajaja​
  • Le doy lecciones, no tengo problema jajaja​
  • Oye y ¿De verdad follas con Paco?​
  • Bueno, no exactamente, él me folla a mí, pero no quiere que yo lo folle​
  • Ah, pero… con esa “cosa” que tiene Paco ¿No te duele?​
  • ¿Se la has visto? (muy sorprendido)​
  • Por accidente jeje​
  • Ah, entonces estáis empatados jajaja​
  • Algo así jajaja​
  • Y no, no me duele… ya viste lo que tiene Robi, estoy acostumbrado jajaja​
  • No sé como te puede gustar eso​
  • ¿No lo has probado?​
  • ¿El sexo anal? Que va​
  • Deberías​


Nos miramos a los ojos y noté un cosquilleo. Entonces, para cambiar de tema, le pregunté:​

  • ¿No te han dado nada para picar?​
  • Mmmm no lo he cogido​
  • Muy mal​


Y me levanté para ir a la barra. Allí, mientras esperaba a que me atendieran, me fijé en los espejos que Tony me miraba. Me incliné un poco, sacando culo. Cuando la camarera me dio un plato con patatas de bolsa, volví y me senté. Le pregunté:​

  • ¿Me queda bien la falda? La estreno hoy​
  • Te queda fantástica​
  • Gracias​


Nos pusimos a charlar de otros temas mientras bebíamos y picábamos del plato. Tras un rato, sonó una notificación en el móvil de Tony, que lo miró y dijo:​

  • Es Robi, que ya sale del trabajo​
  • ¿En qué trabaja?​
  • Es enfermero​
  • Ah, es verdad, lo contó el sábado, pero estaba un poco achispada​
  • Ya jeje​
  • ¿Sabes? Cloe me ha dado un consejo antes​
  • ¿Cuál?​
  • Que me fuera a tu casa a terminar el polvo​
  • ¿Sí? ¿Y qué le has dicho?​
  • Que no tenía cuerpo para eso​
  • Ah (con tono triste)​
  • ¿A Robi le gusto?​
  • Claro​
  • ¿Seguro?​
  • El sábado se llevó una decepción por no follar contigo​
  • Mmmm ¿Tenéis planes ahora?​


Tony sonrió ampliamente. Dijo:​

  • Mejor plan que ese que estás pensando, imposible​
  • Jajaja ¿Y cómo sabes que estoy pensando?​
  • Intuición jajaja​
  • Jajaja​
  • Robi se llevaría una gran sorpresa​
  • ¿Agradable?​
  • Muchísimo​


Sonreí ¿Y si le hacía caso a Cloe? Es más ¿Y si le hacía caso sobre tomarme estas semanas para “experimentar”? Borja me había dejado tirada en plenas vacaciones, se había ido él a pasárselo bien y yo aquí, trabajando y pasando calor. Quizás no era mala idea la de Cloe, probar cosas nuevas como, por ejemplo, hacerlo con dos chicos guapísimos. Tony me miraba impaciente. Le dije:​

  • ¿No le preguntas?​
  • No hace falta, ya te he dicho que nos gustas muchísimo​
  • Bueno, entonces ¿Nos vamos?​
  • Claro​


Y nos levantamos. No me lo podía creer, estaba loca, pero sentí un escalofrío por todo el cuerpo, un escalofrío muy agradable.



Tardamos un poco en llegar a su casa ya que estábamos lejos. Cuando entramos, apareció Robi, con el pelo mojado y solo un pantalón corto, recién duchado, estaba buenísimo. Me miró con sorpresa y me acerqué y le di dos besos. Robi miró a Tony con una clara pregunta en la cara. Dije:​

  • Necesito ir al baño, Tony te explica mientras tanto ¿Dónde está?​


Tony me indicó y entré. Allí, me miré al espejo. La bebida se me había subido, tenía las mejillas encendidas. Hice pis y me limpié con papel por todas partes, que había estado sudando mucho y no quería apestar. Me quité la blusa, con las prisas ni me había puesto el sujetador. Busqué en mi bolso y me puse algo de perfume. Luego, me volví a poner la blusa y me retoqué el pelo. Me volví a inspeccionar, no estaba mal del todo. Pensé “¿De verdad voy a hacer esto?” Inspiré hondo y salí fuera.



Tony y Robi estaban en el salón. Tony se había cambiado de ropa, otra camiseta y pantalón. Los miré y Tony me preguntó:​

  • ¿Quieres algo?​
  • Otra copa, si tienes​
  • Claro​


Y se fue a por vasos. Robi me miró y dijo:​

  • Vaya movida ¿no?​
  • Sí, ha sido…​
  • Muy incómodo​
  • Algo así​
  • Pero, como te han dicho, no te preocupes, Paco es un gran tío​
  • Lo sé​


Miré a mi alrededor nerviosa. Era una situación extraña. Robi, intuyéndolo, se me acercó y me dio un beso tierno en los labios. Luego, dijo:​

  • Me alegro mucho que estés aquí​
  • ¿Sí?​
  • Claro​


Entonces llegó Tony y repartió los vasos. Bebimos un poco, mirándonos, los tres de pie, ellos juntos y yo un poco apartada. Estaba que casi daba saltitos de lo nerviosa que estaba. Al final, me bebí la copa de un trago y me acerqué a los chicos. Les dije:​

  • Tratadme bien, que es la primera vez que hago algo así​


Robi se rio y dijo:​

  • ¿Segura que quieres que te tratemos bien?​
  • Jajaja, no sé…​
  • ¿O te refieres a que te follemos bien?​
  • De eso no tengo dudas jeje​


Y lo besé, abriendo la boca y buscando su lengua. Tras unos segundos, me aparté y repetí lo mismo con Tony. Los dos besaban muy bien, y los dos eran más altos que yo, se tenían que inclinar para besarme.



Robi le dio su vaso a Tony que los llevó a una mesa mientras Robi me daba un morreo de muerte. Sus grandes manos me acariciaron la espalda y bajaron hasta mi culo, agarrándolo con fuerza. Noté como Tony se situaba a mi espalda y me apartaba el pelo para besarme el cuello mientras Robi seguía comiéndome la boca. Las manos de Tony se colaron dentro de mi blusa y me acariciaron el vientre y fueron subiendo hasta cogerme las tetas y jugar con mis pezones. Me estremecí gimiendo en la boca de Robi.



Cuando Robi paró, Tony me giró e hizo lo mismo, dándome un buen morreo mientras las manos de Robi me recorrían el cuerpo. Tony paró, dejándome sofocada y tomando aire. Tiró de mi blusa hacia arriba, quitándomela mientras Robi, desde atrás, desabrochaba mi falda y me la bajaba.



Tony tiró de mis duros pezones mientras Robi me lamía y mordisqueaba los glúteos. Luego, me bajó las bragas mientras Tony se dedicaba a chuparme los pezones. Yo gemía sin poder contenerme e intentaba tocarles. Tony se enderezó y se quitó la camiseta y luego me besó de nuevo. En ese momento, Robi me separó los glúteos y noté su lengua en mi ano. Di un respingo, era la primera vez que me hacían eso. Intenté protestar pero Tony no me dejaba metiéndome la lengua en mi boca. Un dedo empezó a acariciarme el coño mientras la lengua seguía en mi ano.



Pasé unos momentos angustiosos, más que nada por vergüenza, pero al final, me rendí antes esas caricias y relajé mi cuerpo. Robi me estaba comiendo el culo de una forma que no conocía, y me gustaba. Cuando terminó, casi protesté, pero Tony seguía comiéndome la boca y no podía hablar. Robi se incorporó y se pegó a mi espalda. Noté su erección contra mi culo mientras me besaba en el cuello y me agarraba las tetas desde atrás. Agarré esa polla con una mano mientras con la otra buscaba la de Tony, que encontré rápidamente y que también estaba dura, casi fuera de su pantalón corto.



Entonces, Robi me empujó hacia abajo, y me agaché. Tenía en mis manos las dos pollas, dentro de los pantalones, y ya se notaban enormes. Tiré de sus pantalones hacia abajo, primero el de Tony, y luego el de Robi. Sus pollas saltaron fuera. No me lo podía creer, esas dos pollas para mí.



Los miré desde abajo, sonriendo como una tonta. Los dos estaban totalmente depilados. Se las volví a coger, estaba vez ya liberadas, y los masturbé lentamente. La de Robi no conseguía abarcarla con mis dedos, la de Tony a duras penas. No sabía por cual empezar, pero Tony decidió, llevando mi cabeza hacia la polla de Robi, que lamí y luego me metí en la boca. Era enorme, sí. Mamé como pude aquella polla grande y negra mientras no paraba de mover mi mano a lo largo de la de Tony. Luego, descansé un poco para tomar aire y, seguidamente, chupar la de Tony.



Alterné las mamadas. Ellos, mientras tanto, se besaban, cosa que me puso aún más cachonda. Tras unos minutos, Robi me levantó y dijo:​

  • Vamos mejor a la cama​


Me llevaron y me echaron sobre la cama. Tony comenzó a comérmelo mientras Robi me chupaba los pezones. Me llegó un orgasmo, corto pero intenso. Luego, Robi bajó y me lo comió mientras Tony me metía su polla en mi boca. Se la chupé con ansia mientras gemía por la lengua de Robi. Me llegó otro orgasmo repentinamente, esta vez más fuerte, que me dejó mareada.



Robi le hizo señas a Tony, que se incorporó y se puso un condón. Me la metió despacio, notaba mi coño palpitante por el orgasmo. Quise decirle que esperara un poco, que me dejara descansar, pero entonces Robi me metió su polla en la boca. Me follaron los dos, uno el coño y el otro la boca, y me gustaba mucho. Al rato, Robi me sacó la polla de la boca, dejándome coger aire. Tony siguió follándome hasta que Robi se puso a su lado y se salió de mi. Era el turno de Robi, que me la metió despacio, llenándome completamente. Me quedé sin aire al notar como iba entrando, tan grande y dura. Comenzó a follarme cada vez más rápido mientras Tony volvía a tirar de mis pezones. El orgasmo que tuve fue inmenso, grité, me quedé sin poder moverme, volví a gritar, me puse a temblar, no podía controlarme.



Me llevé las manos a la cabeza, totalmente ida. Me dejaron descansar un par de minutos, pero luego, Robi me incorporó y me puso encima de Tony. Lo cabalgué como una posesa. Luego, me puse encima de Robi. Noté un dedo en mi culo, mi primer dedo ahí, y me daba igual, estaba en un estado que todo me gustaba. Los besaba sin parar, les chupaba el cuerpo, gritaba sin control. Tuve otro orgasmo, o dos, ya no sabía que me pasaba.



Me pusieron a cuatro, y Robi me folló desde atrás mientras chupaba la polla plastificada de Tony. Robi se corrió y le sustituyó Tony. Tuve más orgasmos, había perdido la cuenta. Al final, con Tony, tuve el orgasmo que me dejó totalmente muerta. Nos tumbamos los tres en la cama, yo boca abajo, mareada, temblorosa, sudada y agotada.



Al rato, me preguntaron si quería cenar con ellos. Dije que sí, más que nada porque no me podía ni mover. Me preguntaron que me apetecía. Me daba igual. Se levantaron y se fueron a la cocina. Al rato me llegó un olorcito que hizo moverse mis tripas. Tenía hambre, estaba destrozada pero muerta de hambre. Me levanté como pude y busqué en un armario. Encontré camisetas y me puse una que me quedaba enorme. Luego me fui al baño.



Cuando llegué a la cocina, ambos estaban allí en pantalones cortos, charlando y riendo mientras hacían la cena. Miré la hora, no eran ni las nueve de la noche, era temprano. Le escribí a mi madre para decirle que iba a cenar con unos amigos.



Estuvimos cenando, riéndonos y charlando. Estaba cansada y me notaba el cuerpo entumecido, pero me lo pasaba muy bien con ellos y me costaba irme. A las diez y media terminamos y dije que me iba, levantándome. Entonces, Tony dijo:​

  • T: Pero es temprano, aún podemos divertirnos más (mientras ponía sonrisa picarona)​
  • C: ¿Aún quieres más? A mí me habéis dejado muerta jajaja​
  • R: Ufff, no sabes la marcha que tiene Tony​
  • C: ¿Sí? Bueno, no me extraña, está muy en forma jaja​
  • R: Quédate, Cris​


Los miré flipando un poco, de verdad querían echar otro polvo. Me reí negando la cabeza y me fui al salón a coger mi ropa. Ellos me siguieron. Busqué mis bragas y cuando las encontré, me giré a ellos. Me miraban de una forma que me recorrió un escalofrío. Era cierto que tenían ganas. Entonces se me ocurrió una cosa:​

  • C: ¿Vais a follar?​
  • T: Claro​


Me quedé mirándolos y entonces Robi dijo:​

  • R: Huy, que le pone cachonda ver a dos tíos follando​
  • C: Jajaja​
  • T: ¿Sí?​
  • C: En realidad, no lo sé, nunca he visto eso, pero me pone ver como os besáis​
  • T: ¿Esto?​


Y se enrollaron en un largo y profundo beso. Cuando pararon, yo seguía mirándolos con las bragas en la mano. Tony se adelantó, cogió mis bragas y la echó en el sofá mientras decía:​

  • No te va a hacer falta eso​


Y me llevó de nuevo al dormitorio…



CARMEN

Escuché abrirse la puerta de la calle y miré el móvil. Eran casi las 1. Escuché atentamente hasta que oí cerrarse la puerta del baño. Pensé en dormirme una vez tranquila porque Cristina había llegado, pero tras un rato, me levanté sin despertar a Luis. Fui hacia el baño justo cuando salía Cristina, que se llevó un susto:​

  • ¡¡Mamá!! que susto, pensaba que estabais dormidos​
  • Me he despertado al escuchar la puerta​


Las dos hablábamos en cuchicheos, para no despertar a Luis. Le dije:​

  • Mañana trabajas, y mira que hora es​
  • Lo sé, me he entretenido más de la cuenta​
  • Te va a costar levantarte​
  • Ya​
  • ¿Con quién has estado?​
  • Te lo dije cuando te mandé el mensaje, con Tony y su novio​
  • ¿Todo el rato?​
  • Sí​
  • Pues sí que has hecho migas con ellos rápidamente​
  • Ya, bueno, buenas noches, mamá​


Y me dio un beso, metiéndose en su cuarto. Suspiré. Tenía que acordarme y preguntarle a Paco por el chico ese, a ver como era. No me hacía gracia que la sacara tanto de fiesta.



CRISTINA

Me puse el pijama y me acosté. Estaba totalmente destrozada “Menuda marcha tienen estos dos” pensé. Sonreí al recordar el espectáculo que me habían dado, follando entre ellos un buen rato. Había sido muy excitante ver esos cuerpos tan excitantes juntos, ver como se besaban, chupaban y follaban. Y luego, tras correrse los dos, como me habían vuelto a follar “Bueno, en realidad esa segunda vez ha sido diferente, follamos todos con todos, no como la primera que sí que solo me follaron los dos a mí” pensé.



Suspiré. Había sido una pasada chupar las pollas en compañía. Incluso me habían enseñado alguna cosilla, por ejemplo, como cuando yo se la estaba chupando a Robi y Tony se ocupó de sus huevos, chupándolos y lamiéndolos. Yo a los huevos les hacía poco caso, tocarlos y poco más, pero al ver como lo hacía Tony, me había animado a probarlo y me había gustado. “Mmm, ha sido todo una pasada ¿Follarán siempre así con Cloe?” y me quedé dormida.​
 
25



CARMEN

Cristina entró en la cocina ya arreglada para irse al trabajo. Le dio un sonoro beso a su padre dándole los buenos días, y otro a mí. Se sentó mientras charlaba muy animadamente con su padre, mientras cogía una tostada y el café que le había preparado. La miré, estaba sonriente, contenta, luminosa, recién duchada y con algo de maquillaje. No se le notaba nada que apenas había dormido algo más de cinco horas. “Bendita juventud” pensé. Le dije:​

  • Te has levantado de muy buen humor​
  • ¿Sí? No sé, puede​
  • ¿Te lo pasaste bien anoche?​
  • ¿Anoche? Sí, claro​
  • Te llevas bien con esa pareja gay ¿no?​
  • Muy bien, son muy divertidos​
  • ¿Y dónde estuviste?​
  • Pues… cenando en su casa y luego salimos a tomar algo a un bar​
  • ¿A un bar? ¿Un lunes?​
  • Sí, mamá, los bares abren los lunes y cualquier día (dijo riéndose por lo desfasada que estaba)​
  • ¿Y Borja qué dice?​
  • ¿De qué?​
  • De que ahora salgas tanto por las noches​
  • Borja no es mi amo, mamá​
  • Claro que no, pero algo tendrá que decir ¿no?​
  • Pues que diga lo que quiera, me da igual​
  • Los hombres son muy celosos​
  • ¿Va a tener celos de dos tíos gays?​
  • No, ya, de esos no, pero saliendo se conoce a gente y…​
  • ¡¡Mamáaaa, ya vale de tonterías!! Dile algo papá​


Su padre carraspeó y dijo:​

  • Carmen, que ya es mayor​
  • Eso ya lo sé, y por eso se lo digo​


La volví a mirar y le dije:​

  • Solo te quiero decir que cuidado con Borja, no le des motivos para…​
  • Mamá, no le doy motivos para nada, y ahora, deja el tema, me vas a enfadar y no quiero​
  • Vale, pero…​
  • Pero nada, he salido dos veces con ellos y solo con ellos, no he estado con nadie más ¿Vale? Y Borja llegó anoche a EEUU, se ha ido de vacaciones y de viaje sin mí, dejándome aquí sola un mes ¿Qué quieres? ¿Que esté de clausura mientras él se divierte?​
  • No, ya, pero…​
  • Vale, mamá, en serio​


Me callé. En parte tenía razón pero solo quería avisarla de que los hombres son celosos. Me lo pensé y decidí cambiar de tema. Le dije:​

  • Ese vestido es nuevo ¿no?​
  • Sí, me lo compré el sábado ¿Te gusta?​
  • Mucho, te queda muy bien aunque… un poquito corto para ir al trabajo ¿no?​
  • Mamá, por dios, siempre dices que tengo que enseñar más las piernas y ahora me vienes con eso​
  • Claro, me refiero a cuando sales, pero para el trabajo, no sé​


Luis intervino. Dijo:​

  • Deja a la niña tranquila, Carmen ¿No ves lo guapa que está?​
  • Gracias, papi (dándole un beso y riendo)​


Cristina se levantó, apurando el café. Me dio un beso, otro al padre y se despidió. La miré irse. “Ayer esa falda corta de tubo y hoy ese vestido ¿Estará detrás de alguien en el trabajo? ¿De verdad saldrá con esos gays o será otra cosa?” pensé. Me extrañaba mucho la actitud de Cristina.



CRISTINA

Salí de casa pensando en mi madre ¿Habrá notado algo? Porque sí, me había levantado de muy buen humor y mi madre tenía un sexto sentido conmigo. “No, imposible que se imagine que anoche tuve el mejor sexo de mi vida” pensé mientras notaba como una gran sonrisa aparecía en mi cara sin poder evitarlo. Aún estaba alucinando con lo ocurrido.



Entré en el metro intentando no pensar en el sexo, pero no podía evitarlo. Me moría de ganas de contárselo a Cloe. Y de volver a quedar con los chicos. Estuve todo el trayecto pensando en todo, en lo que le contaría a Cloe, en como volver a quedar con ellos, en las cosas que quería repetir… El trayecto al trabajo se me hizo muy corto. Cuando entré en la oficina, solo estaba Lidia a la que saludé y me puse a chismorrear con ella. Poco a poco fueron llegando el resto. Entonces, recibí un mensaje de Cloe pidiéndome que fuera a verla. Fui de inmediato.



Al entrar, la vi sentada a su mesa hablando por teléfono. Me hizo una señal para que me acercara. Me senté y esperé. Cuando terminó, se levantó y me dio dos besos. Luego, me llevó al sofá y me preguntó:​

  • ¿Cómo estás?​
  • Bien, muy bien​
  • ¿Seguro?​
  • Sí​
  • ¿Olvidado el… asunto de ayer?​
  • Bueno, tanto como olvidado… pero sí, más bien asumido jeje​
  • Bien, bien, Paco estaba muy preocupado​
  • ¿Él preocupado? jajaja, más bien yo ¿no?​
  • Bueno, le preocupa que desconfíes de él​
  • No, no, claro que confío en él, en vosotros​
  • Bien, me alegro​


Nos quedamos calladas y entonces dijo:​

  • ¿Y esa sonrisa?​
  • ¿Qué sonrisa?​
  • Esa que no se te borra de la cara… ah (y sonrió)​
  • ¿Ah?​
  • Anoche te echaron un buen polvo​
  • ¿Qué? Pero…​
  • Jajaja​
  • ¿Tanto se nota?​
  • Ya te digo​
  • Dios jajaja​
  • ¿Me hiciste caso?​
  • Sí jajaja​


Me puso una mano en la rodilla y noté un escalofrío. Cloe dijo:​

  • No sabes cuanto me alegro, y más viéndote tan contenta​
  • Es que fue… una pasada jajaja​
  • Cuenta, cuenta​
  • Y fue… fue con los dos​
  • ¿Sí? jajaja​
  • Joe, no sabes como… bueno, sí, lo sabes bien jaja​
  • Sí, sé muy bien como son jajaja​
  • Dios, de verdad que fue increíble, son… son… son perfectos​
  • ¿Y qué tal con Robi?​
  • Uffff, no tengo palabras jajaja​
  • ¿Ahora crees que importa el tamaño o no?​
  • Jajaja, sí, sí que importa cuando vienes de una pequeñita jajaja​
  • ¿Y los remordimientos?​
  • Mmmmm, pues no tengo, he pensado mucho en lo que me dijiste y he decidido que te haré también caso en eso​
  • ¿En qué?​
  • En tomarme estos días sin Borja para… para probar​
  • ¿Sí? vaya cambio​
  • Ya, es que… no sé, Borja está por ahí divirtiéndose, no se ha quedado aquí conmigo… pues que se joda​
  • Jajaja​
  • Bueno, vale, no es lo mismo pero, no sé, creo que no he disfrutado del sexo hasta ahora y me merezco pasármelo bien ¿No?​


Volvieron a llamar a Cloe, que se levantó y cogió el teléfono. Dijo unas palabras en francés y luego colgó. Dijo:​

  • Me alegra mucho tu cambio de actitud, de verdad, pero te llamaba para dos cosas, la primera para ver como estabas pero también para decirte que salgo ahora de viaje​
  • ¿Y eso?​
  • Me voy a París ¿Te acuerdas que ayer me llamaron cuando terminamos los ejercicios?​
  • Sí​
  • Es por un problema familiar y tengo que ir​
  • ¿Alguien enfermo?​
  • Enfermo de avaricia… un tema de la casa familiar y peleas​
  • Ah​
  • Nos vamos Paco y yo en un par de horas​
  • ¿Cuánto tiempo?​
  • No lo sé, a ver si lo resolvemos pronto​


Se me cayó el alma al suelo, me había vuelto adicta a Cloe. Me dio unas palmaditas en la rodilla y dijo:​

  • Y otra mala noticia​
  • ¿Cuál?​
  • Me llevo a Tony​
  • ¿Cómo?​
  • Ayer empezamos la nueva sesión de entrenamiento y no quiero dejarla, quiero que se venga para obligarme a seguir, sino, sé que no voy a hacer nada​
  • Pero…​
  • Ahora lo voy a llamar, seguro que se viene, está deseando ir a París otra vez​
  • ¿Van los dos?​
  • Robi no creo, él trabaja y acaba de estar casi tres semanas de vacaciones​
  • Ah​


Cloe se fue a su mesa y sacó un sobre. Miró en su móvil y escribió algo en el sobre. Me lo dio y dijo:​

  • Ahí tienes las llaves de mi casa, la clave de la alarma, la llave de mi coche y el número de teléfono de Robi​
  • ¿Qué? Pero…​
  • Quiero que vayas por las tardes a mi casa, hagas tus ejercicios y descanses en la piscina… y si quieres, invita a Robi… el coche llévatelo, y lo puedes usar todo lo que quieras​
  • Pero no, yo no… No voy a coger tu coche ¿Y si le hago algo o…?​
  • Bah, es de empresa y tiene seguro, y no quiero que se quede aquí hasta que vuelva, al aeropuerto nos iremos en el coche de Paco​
  • Bueno, si quieres te lo llevo a tu casa pero…​
  • Gracias, pero que lo puedes usar sin problema, de verdad​


Entonces llamaron a la puerta y entró Paco. Me vio y sonrió. Dijo:​

  • Me alegra verte, Cristina, aunque esta vez estés vestida jajaja​
  • ¿Qué? (sonrojándome al máximo)​


Paco rio. Dije:​

  • No seas malo, Paco, que pasé un mal rato​
  • Jajaja, pues yo no jajaja​
  • Joe​
  • Estoy bromeando, claro que me sentí mal, fui muy torpe entrando así, lo siento​


Se acercó y me dio dos besos. Miró a Cloe y le preguntó:​

  • ¿Ya le has contado?​
  • Sí, y le he dado las llaves​
  • Bien​


Los miré y les dije:​

  • Pero que yo no…​
  • Tú no le hagas caso con lo de los ejercicios, ve y te bañas, y llevas a tu madre si quieres​
  • Pero…​
  • Creo que estaremos de vuelta para el fin de semana, pero a saber…​


Paco miró a Cloe y le dijo:​

  • ¿Tienes algo más que hacer?​
  • Avisar a Tony​
  • Vale, voy a ir a ver a Arturo, ahora vengo, nos vemos pronto, Cristina​


Y se fue tras darme otro beso. Miré a Cloe que cogió su móvil y llamó a Tony. No necesito nada para convencerlo. Le dijo:​

  • En media hora te recogemos, vete preparando​


Tony protestó pero Cloe no le hizo caso. Hablaron un poco más y luego colgó. Me miró y dijo:​

  • Bueno, guapa, diviértete​
  • Y vosotros… vosotros arreglad eso rápido, y volved pronto​
  • Eso espero​


Me dio un abrazo y dos besos y me llevó a la puerta. Antes de abrir dijo:​

  • Y llama a Robi​
  • No sé​
  • No sé no… recuerda tu nueva actitud​
  • Jajaja​
  • Y prueba el sexo en la piscina… ya me contarás (guiñando un ojo y abriendo la puerta)​


Me fui riendo y con el sobre en la mano. Volví a mi oficina pensando si llamar a Robi ahora o después aunque entonces recordé que él trabajaba por la tarde. Además, le iba a parecer una desesperada buscando sexo ¿no? “mmm mejor no lo llamo, quizás mañana o el jueves… sí, mejor que deje pasar unos días”. Entonces, cogí el móvil y llamé a mi madre:​

  • ¿Cristina? ¿Ha pasado algo?​
  • No, mamá​
  • ¿Entonces?​


Y le expliqué el viaje de Cloe y Paco. Mi madre se calló unos segundos:​

  • ¿Se… se van de viaje?​
  • Sí​
  • ¿Paco también?​
  • Los dos, mamá​
  • ¿Cuánto tiempo?​
  • No lo saben​
  • Ah​
  • Pero te llamo por otra cosa​
  • ¿El qué?​
  • Me han dejado las llaves de su casa y ¿Te apuntas a ir esta tarde a tomar el sol y bañarnos?​
  • ¿A su casa?​
  • Tengo su permiso​
  • Mmmmm… pues sí, estaría muy bien​
  • Genial, paso a recogerte​
  • No, voy yo con el coche y te recojo​
  • No, tengo también su coche, quiere que se lo deje en la casa​
  • Ah​
  • Luego nos volvemos en metro, o ya veremos​
  • Bueno, vale​


Quedamos a una hora y colgué. Entré en la oficina y me puse a trabajar.



Al salir del trabajo recogí a mi madre y fuimos a comprar comida para llevar, para comérnosla en la piscina. Tras comer, nos tumbamos pero antes, mi madre se quitó la parte superior del bikini para hacer topless. Yo hice lo mismo. Ella me miró extrañada:​

  • Pensaba que no te gustaba hacer topless​
  • Y no me gusta, pero aquí no hay nadie, solo tú​
  • Ya, pero veo que las tienes muy morenitas, no es la primera vez ¿no?​
  • No, cuando vengo, solo está Cloe y aprovecho​
  • Ya​


“Si ella supiera que tomaba el sol desnuda, le da algo” pensé ya que mi madre era muy echada para adelante con muchas cosas pero conservadora para otras. Estuvimos hablando de esto y aquello, pasando muy buena tarde.



Mi madre, como siempre, hablaba mucho de mi padre, siempre poniéndolo por las nubes y acordándose de él con cosas como “tu pobre padre, le encantaría estar aquí, pero es tan responsable y trabajador, con lo mal que lo ha pasado con el otro trabajo, menos mal que ha cambiado, parece otro ¿verdad? como le ha cambiado el ánimo y el humor, algún día tendremos una casa con piscina, para cuando seamos viejos, siempre me lo dice…” y así todo el rato, tu padre esto, o tu padre aquello, y siempre preocupada y atenta con él. Yo dudaba mucho de que mi relación con Borja llegara alguna vez a ser de esa forma, y eso me preocupaba.



CARMEN

Estaba muy contenta de que a Cristina se le hubiera ocurrido pasar esta tarde así, era una hija maravillosa. Esto había mitigado un poco la decepción por el viaje de Paco, por no verlo esta semana. Al poco de llamarme Cristina esa mañana para contármelo, me había escrito Paco para decírmelo. “Joder, con las ganas que tenía de follar con él” pensé de nuevo. Pero tendría que aguantarme y esperar una semana.



El chalet de Paco era fantástico y allí se estaba genial. Luis siempre me decía lo mismo, que cuando Cristina se independizara y ellos se jubilaran, vendería el piso para comprar uno en la costa e irnos allí. “Algún día lo haremos, seguro”.



Llevábamos un buen rato las dos calladas, medio adormiladas, cuando Cristina se levantó y se tiró al agua. La seguí. Y allí dentro le pregunté:​

  • Cristina, en tu trabajo…​
  • ¿Qué, mamá?​
  • ¿Hay alguien que te guste?​
  • ¿Qué???​
  • Algún chico que…​
  • No, mamá​
  • Es que como ahora te ha dado por ir vestida con esas mini faldas y…​
  • Mamá, no es para ligar, dios, pero como eres​
  • Yo sé como son los hombres, y tú eres muy guapa, seguro que alguno te…​
  • No, mamá, ni intento ligar con un tío de allí ni nadie me ha pedido salir​
  • Pero sería normal, eres preciosa​
  • Pues no, mamá, nada de nada​
  • ¿Entonces?​
  • Entonces ¿Qué?​
  • La ropa​
  • La ropa es porque todas van vestidas así, y no quiero parecer una mojigata ¿vale?​
  • Ah, pero cada cual tiene su estilo​
  • ¿No te gusta mi ropa?​
  • Sí, sí, es preciosa​
  • Pero no te gusta para el trabajo​
  • Tampoco es eso, solo me pregunta si era por…​
  • No, mamá, no es por eso, tranquila​
  • Creo que Borja…​
  • ¿Qué le pasa ahora?​
  • Que no sé si le gustaría esa ropa​
  • Venga ya, mamá ¿Ahora me tengo que vestir como a él le guste? ¿Me pongo un candado ahí abajo para que se quede tranquilo?​
  • Hija, como te pones de agresiva, yo solo quería avisarte​
  • Pues avisada me quedo​


Nadamos un poco sin decir nada más hasta que no aguanté más y le dije:​

  • Cristina, sabes que me puedes contar cualquier cosa que quieras​
  • ¿A qué viene eso?​
  • Que si estas noches sales con una persona que…​
  • ¿Qué noches? ¿Las que he salido con mis amigos gays?​
  • Sí, bueno, si no dudo que salgas con ellos pero si hay otra persona, me lo puedes contar, por si necesitas consejo​
  • Jajaja, por dios, mamá, primero que si intento ligar en el trabajo y ahora que si ligo cuando salgo con mis amigos ¿Tan desesperada me ves?​
  • No es eso​
  • ¿Entonces?​
  • Solo digo que me puedes contar lo que quieras​
  • ¿Quieres que llame a Tony o Robi y le preguntas si ayer salí con ellos y si ligué con un tío?​
  • No, si no digo eso​
  • Mamá, no lo dices pero lo dices​
  • Cristina, tú y Borja ¿Estáis bien?​
  • Ajá, así que es eso​
  • Es por saberlo​
  • Quitando que se ha ido un mes de vacaciones sin mí, sí, estamos bien​


La miré, algo no me cuadraba. Cristina salió del agua y se volvió a tumbar. Estuve a punto de seguir insistiendo pero al final lo dejé, tampoco quería que se enfadara del todo y se cerrara, pero algo pasaba, lo tenía claro.



Al rato, Cristina recibió una llamada, era Borja. Estuvo hablando un rato con él. No detecté nada raro. Incluso ella le contó que ayer noche volvió a quedar con esos nuevos amigos y a él le pareció dar igual. “No sé, lo mismo me estoy equivocando” pensé.



CRISTINA

Tras cenar me acosté en mi cama a ver una serie. Estaba muy cansada de la tarde en la piscina, era increíble lo que cansaba no hacer nada. Al final habíamos decidido volver en el coche de Cloe, las dos estábamos reventadas y sin ganas de andar. Mi madre estaba encantada y eso me gustaba, sabía que le iba a alegrar mucho pasar una tarde así. Lo malo había sido “la conversación”, o más bien, su intento de sonsacarme algo. “Tantos años y aún me sorprende lo rápido que ella sabe detectar alguna mentira mía, es como magia” pensé, porque estaba claro que sospechaba algo aunque jamás se imaginaría la verdad.



Y luego Borja, lo sencillo que me resultaba mentirle y hablarle como si no pasara nada “pero bueno, cuando vuelva dejaré todas estas tonterías y no volveré a engañarle, lo tengo claro, lo de ahora es solo experimentar, un descanso en nuestra relación”. Me concentré en la serie y dejé de pensar en mis cosas.​
 
26



CRISTINA

Llegué a mi sitio y me senté echando pestes pero por dentro. Mis compañeros me miraban, seguro que habían escuchado las voces. Todo había empezado cuando me había enterado que Claudia había convocado a todos a una reunión menos a mí. Había ido a exigirle una explicación y habíamos acabado a gritos, bueno a gritos ella y yo sulfurada. Claudia me había dicho claramente que yo era una enchufada y que, por ella, me podía tocar el coño todo el día, pero que ella no me quería en sus reuniones ni en los trabajos. Y yo me había enfadado, y ella más y de ahí los gritos.



Ahora me sentía furiosa conmigo misma, por no haberme controlado. Nadie me decía nada. Al poco, todos se levantaron y se fueron a la reunión. Me sorprendió cuando los vi salir a todos afuera ¿Sería que Claudia no quería ni que yo escuchara algo? “Será puta, la muy guarra” pensé. Me quedé unos minutos incapaz de hacer nada, por el cabreo, y entonces se me ocurrió algo. Me levanté y fui al despacho de Claudia, pero mi gozo en un pozo, la cabrona había cerrado con llave. Solté varios insultos en voz alta. Luego, me fijé en los otros despachos, estaban abiertos. Entré. En el primero no vi nada interesante, se habían llevado los portátiles y los papeles no me decían nada.



Fui al otro, allí se habían dejado un portátil, y encima, sin bloquear. Me senté y me puse a leer el correo. Tras un rato iba a dejarlo, no veía nada interesante, hasta que encontré uno que me llamó la atención porque Claudia decía que era algo prioritario y mencionaba a una empresa y el número de un proyecto. Imprimí ese correo sin saber si era algo interesante de verdad o no, le preguntaría a Cloe. Seguí mirando y no encontré nada.



Volví a mi sitio deprimida y pensando que Cloe había depositado en mí una confianza e iba a defraudarla. De todas formas, hice una foto del correo impreso y se la envié a Cloe, preguntando por esa empresa y ese proyecto.



Salí fuera a fumar, estaba nerviosa y deprimida. Y mientras estaba fumando cogí el móvil y llamé a Robi. Se puso tras unos cuantos tonos:​

  • ¿Hola? ¿Quién es?
  • Hola Robi, soy Cris
  • Ah, Cris ¿Qué tal?
  • Bien, bueno, en el trabajo
  • Yo también
  • Ah, lo siento ¿Te llamo más tarde?
  • No, dime
  • Oye, que estaba pensando que nuestros novios se han ido de viaje, uno a París y otro a New York, dejándonos aquí ¿no? jeje
  • Jajaja, eso parece
  • ¿Quieres salir esta noche a tomar algo?
  • ¿A tomar algo?
  • Mmmm pensaba que me ibas a llamar ayer, eso me dijo Cloe
  • ¿Eso te dijo? Es que no pude
  • ¿Y eso?
  • Es que pasé la tarde con mi madre y…
  • ¿Y?
  • Tampoco quería parecer tan desesperada ni impaciente jeje
  • ¿Desesperada e impaciente? Ah, que lo que quieres es echarme un polvo ¿no?
  • Jajaja, bueno, algo de eso he pensado
  • ¿Y para eso me quieres sacar, emborracharme y luego llevarme a la cama?
  • Jajaja​
  • Se me ocurre otro plan, que te vengas directa a mi casa y follamos más
  • ¿Y haces la cena entre polvo y polvo?
  • Claro ¿Con qué plan te quedas?
  • El segundo, claro, llevo un día de mierda en el trabajo y necesito algo intenso jeje
  • Bien, eso te lo puedo prometer, será intenso jeje… estaré en casa sobre las ocho
  • Vale
  • Venga, guapa, te tengo que dejar, nos vemos luego
  • Chao, Robi


Colgué con una sonrisa en la boca. Al menos el día acabaría bien. Entonces, me llegó un mensaje, era Cloe:​

  • Esa empresa me suena mucho pero no caigo, preguntaré, pero de ese proyecto no sé nada, investígalo. Esto es interesante, gracias


Suspiré ¿Cómo iba a investigar eso? No tenía ni idea. Vi como llegaban mis compañeros, y vi como Álvaro me observaba desde lejos. “Tengo que camelármelo como sea” pensé.



CARMEN

Miré la hora, las cinco de la tarde. Miraba aburrida la tele. Pensé de nuevo en Paco. “Si no fuera por su viaje, a estas horas me estaría follando” y no estaría tan aburrida como ahora.



Me levanté y fui a beber agua. Cogí el móvil y le escribí a Paco:​

  • ¿Sabes ya cuándo vuelves?


Casi de inmediato, me contestó:​

  • Justamente ahora estaba pensando en ti
  • ¿Sí?
  • Sí, estaba pensando en tus tetas, que las tendría ahora mismo en mis manos si no estuviera aquí
  • Ya


Sonreí, básicamente era lo mismo que yo había estado pensando hacía un momento. Esperé a ver si decía algo más pero no. Suspiré y volví al salón. Entonces, sonó el móvil, era Paco. Descolgué para escuchar:​

  • Así que me echas de menos, puta
  • Joder, Paco, ni un hola (dije algo cabreada)
  • Jajaja, perdona, perdona, es que me he puesto a pensar en lo que te estaría haciendo ahora mismo y ya me he puesto en el papel jeje
  • Ya ¿Dónde estás?
  • En el hotel ¿Y tú?
  • En casa ¿Dónde voy a estar?
  • Sola ¿no?
  • Sí ¿Y tú?
  • También, Cloe está abajo en el gimnasio, con Tony
  • ¿Tony?
  • Su entrenador
  • Ah, el chico gay ese
  • Sí, ese
  • Se lo ha llevado… ¿Eso quiere decir que vais a estar fuera muchos días?
  • Pues no lo sé, los de la familia de Cloe son unos hijos de puta, le quieren quitar la casa
  • ¿Qué casa?
  • La de sus padres… el tío de ella, que dice que debe permanecer en la familia y por eso le corresponde a él, manda cojones
  • ¿Y ella no es familia?
  • Como no quiere tener hijos… en fin, un buen lío, Cloe está atacada con este tema
  • Ya


Nos quedamos callados. Entonces Paco preguntó:​

  • ¿Fuisteis ayer a mi casa?
  • Bien, bien
  • Nos lo pasamos muy bien las dos juntas, muy tranquilas
  • Me alegro
  • Paco
  • Dime
  • Esos dos chicos, los gays
  • ¿Qué les pasa?
  • Cristina dice que sale con ellos ¿Es verdad?
  • Y yo qué sé
  • Ella dice que sí, que salió el sábado y el lunes
  • ¿Y qué?
  • Pues… creo que me está engañando
  • ¿Por qué dices eso?
  • No sé, lo presiento
  • ¿Qué presientes?
  • Creo que está viéndose con algún chico a escondidas, y pone a esa pareja como excusa
  • Jajaja​
  • ¿Te ríes?
  • Sí, ayer Tony nos contaba lo que hicieron el lunes, y el sábado estuvo Cloe… tranquila, no ha estado con otro chico
  • ¿Seguro?
  • Si no se han puesto todos de acuerdo para mentirnos, sí jeje
  • Mmmmm
  • ¿Qué pasa? ¿No me crees?
  • Sí, sí, pero… algo le pasa
  • Que imaginación tienes… además ¿Qué más da si se está viendo con alguien? ¿Ya no recuerdas como eras a su edad?
  • Es diferente
  • Desde el primer día engañabas a Luis
  • Ya, pero… era diferente
  • Si tú lo dices
  • Cristina es una chica muy ingenua, no es como yo a su edad
  • Eso seguro, zorras como tú hay pocas jeje


Estuve a un tris de cortar la llamada, Paco era un gilipollas cuando se ponía así. Me dijo:​

  • ¿Has follado esta semana?
  • Que va
  • ¿No tienes ganas?
  • Pufff, menuda pregunta
  • jajaja
  • Por cierto, había comprado alguna cosilla para jugar
  • Mmmm interesante ¿Qué cosas?
  • Juguetitos y ropa
  • Joder, ya sabes como me gustan esas cosas
  • Lo sé jeje


Se quedó callado unos segundos y luego dijo:​

  • Anda, vete a la cama
  • ¿Qué? ¿Para qué?
  • Te vas a masturbar mientras hablamos
  • Paco, no estoy de humor
  • Tranquila, yo te pondré… ¿Tienes *****?
  • No sé qué es eso
  • Yo te explico


Tras un rato, me había explicado y ya lo tenía en el móvil con una cuenta que él mismo me había creado aunque no sabía para qué quería eso del *****. Entonces dijo:​

  • Vete a la cama y te llamo por *****
  • Pero ¿Para qué?
  • Para verte mientras te masturbas
  • ¿Qué? ¿Estás loco?
  • Por ti, zorrita, loco por ti jajaja
  • Paso de eso, Paco
  • No, lo vamos a hacer
  • ¿Y si lo ve alguien?
  • No lo va a ver nadie, es como una llamada pero con imagen
  • Pues eso, lo puede ver otro ¿no?
  • No, es privado
  • Mmmm
  • Venga, ahora te llamo


Y colgó. Al poco volvió a llamar pero por *****. Lo descolgué y le vi. Dijo:​

  • Joder, Carmen, mira que estás buena
  • ¿Qué? ¿Me estás viendo?
  • Ah
  • Venga, quítate la ropa y túmbate en la cama
  • No, Paco, puede llegar Cristina en cualquier momento
  • ¿Dónde está?
  • En tu casa, ha ido para hacer deporte, o eso me ha dicho
  • Espera, la llamo para ver si está allí, ahora te llamo otra vez


Y cortó. Me quedé pensando. Quizás no estaría mal eso, podría usar el consolador… pero no lo tenía claro. Diez minutos después Paco volvió a llamar. Lo cogí y lo vi. Me dijo:​

  • Está haciendo deporte por video con Cloe y Tony
  • ¿Cómo?
  • Pues por *****, como tú y yo
  • Que cosas más raras
  • Es que Tony es su entrenador también jeje
  • Entonces ¿Sigue allí?
  • ¿Y sola?
  • Jajaja, sigues con eso del novio secreto
  • No sé…
  • Sí, sola, me he conectado a la video y la he visto, está sola y haciendo ejercicios, le queda aún un buen rato
  • Mmmmm
  • ¿Sigues vestida? Venga, desnúdate
  • Vale


Dejé el móvil en la cama y me empecé a desnudar pero Paco me hizo ponerlo en la mesita, quería ver como me desnudaba. Luego, me tumbé en la cama y le enseñé el consolador:​

  • ¿Quieres que lo use?
  • Sí, genial, chúpalo


Y me lo metí en la boca, chupándolo despacio mientras miraba al móvil. Entonces, Paco se sacó la polla y la vi, dura, enorme… me excité inmediatamente. Dijo:​

  • Pásatelo por las tetas


Y lo hice. Vi su cara de vicio mientras me decía guarradas:​

  • Que tetas tienes, puta, que ganas de meterte la polla entre ellas, zorra


Luego, me dijo que me tocara mientras seguía chupando. Me hizo girarme y abrir las piernas para mostrarle el coño. Tras unos segundos, me dijo que me metiera el consolador. Me masturbé con él mientras no paraba de insultarme y decirme guarradas. El orgasmo me llegó rápido. Cuando me calmé, él me dijo:​

  • Coge el móvil y acércatelo a la cara


Me lo acerqué. Entonces él, se masturbó y se corrió diciendo:​

  • Joder, que ganas tengo de verte con la cara llena de leche, puta


Ya calmados, estuvimos charlando un poco más y luego cortamos. Me puse a limpiar todo, guardar el consolador, airear la habitación… Luego volví al salón a seguir viendo la tele. No había sido gran cosa pero sí lo suficiente para calmarme el gusanillo del sexo. Una hora después llegó Cristina. Me dijo:​

  • Mamí, voy a salir
  • ¿Con quién?
  • Quizás al cine, no sé
  • Pero ¿Con quién?
  • Con mis amigos
  • ¿La pareja gay?


Me estaba engañando, era imposible si el tal Tony estaba en París. Le pregunté:​

  • ¿La misma gente que el sábado y el lunes?
  • Sí, mamá, los mismos, y no, no voy a buscar ni quedar con alguien
  • Vale, vale


Estuve a punto de decirle que me engañaba, pero entonces pensé que ya era mayorcita, si quería tener un lío, ella sabría, pero esperaba que fuera discreta con Borja, si tenía un lío era cosa de ella pero me preocupaba que no fuera lo suficientemente discreta y que Borja se diera cuenta. Dudé si decirle algo más pero me callé.



Cristina salió ya arreglada un rato después y dijo que se iba. La miré. Iba guapa pero no especialmente sugerente, se había puesto un pantalón corto vaquero y una camiseta, junto con unas simples sandalias sin tacón. No la entendí. La ropa era más que nada cómoda, no era para calentar a un chico. Quizás me había equivocado.



Me dio un beso y se fue.



CRISTINA

Clavé mis dedos en la espalda de Robi mientras aumentaba el ritmo de sus embestidas. Mis piernas rodeaban sus caderas y estábamos los dos sudando. Notaba como estaba a punto de correrme una vez más, esta vez el orgasmo definitivo de ese polvo. La polla de Robi entraba y salía de mí a gran velocidad, él también estaba a punto, lo notaba. Entonces llegó, un orgasmo largo e increíblemente intenso, que me hizo gritar sin control. Robi se corrió cuando mi orgasmo aún no había terminado. Nos besamos sin que se saliera de mí.



Tras un rato, Robi se salió de mí y se tumbó a mi lado. Se quitó el condón y lo dejó en la mesita. Mi cuerpo seguía temblando sin control. Pensé que no tenía ni idea de cuanto tiempo llevábamos follando, había perdido la noción del tiempo. Lo miré, él estaba igual de cansado que yo, e igual de satisfecho. Sonreí y le acaricié la cara. Recordé como solo al abrirme la puerta, me había morreado sin casi decirnos nada, me había llevado al dormitorio, desnudado y comido el coño. Luego, ya todo estaba confuso.



Le dije:​

  • Que ímpetu ¿no?
  • Yo también he tenido un mal día en el trabajo, necesitaba desfogarme jeje
  • No sé como tomarme eso
  • Pues bien, necesitaba desfogarme pero no con cualquiera, claro
  • Ah, vale


Y nos pusimos a contarnos nuestro día. Tras contarnos nuestras penas, le dije:​

  • ¿Has hablado con Tony?
  • Claro
  • Hoy he entrenado con él y Cloe
  • Me lo dijo
  • ¿Sí?
  • Me dijo “como no esté yo, Cristina es igual de vaga que Cloe, seguro que no hace nada”
  • Jajaja, que cabrón
  • Pero tiene razón ¿no?
  • Sí jajaja


Nos quedamos callados hasta que le pregunté:​

  • ¿Te acuestas con muchas chicas?
  • Pues no sé decirte si son muchas o pocas
  • Se me hace raro que un tío que tiene novio, folle así
  • ¿Así?
  • Folle así de bien a una chica
  • Ah, bueno, es que no soy homosexual
  • Ya, eres bi, me lo dijo Cloe
  • Sí, tanto yo como Tony
  • Y como Cloe
  • Sí… y tu pregunta sobre chicas, casi no nos acostamos con chicas, solo con Cloe… y ahora tú
  • ¿Sí? ¿Y eso?
  • Tony y yo nos lo pasamos muy bien en la cama, no solemos necesitar mucho más
  • Ya, ya lo vi jeje
  • Pero Cloe es una vieja amiga, y tú mmm tienes algo especial, le gustaste mucho a Tony, y luego a mí cuando te conocí


Lo miré con la boca abierta. Le dije:​

  • Creo que me estás tomando el pelo
  • Para nada


Lo miré sin saber si era cierto o no. Entonces le dije:​

  • ¿Te puedo preguntar algo?
  • Sí, claro
  • ¿Sabes… sabes como son las chicas con las que se acuesta Cloe?
  • ¿Cómo son?
  • ¿Físicamente?
  • Sí, bueno, no sé, todo
  • Pues las que he visto con chicas de muchos estilos
  • Pero…
  • ¿Quieres un ejemplo?
  • No, no es eso… es que…
  • Dime
  • Me extraña una cosa
  • ¿El qué?
  • Que si le gustan las chicas… conmigo nunca ha intentado nada ¿No soy su tipo?


Robi me miró divertido. Me preguntó:​

  • ¿Te gustaría follar con Cloe?
  • No, no he dicho eso… es solo… curiosidad
  • ¿Follar por curiosidad?
  • No, no me van las tías, tengo curiosidad por saber por qué no me entra, solo eso
  • Pregúntale
  • Ya, claro
  • Cloe es… es especial en cuanto a gustos
  • No te entiendo
  • A veces la he visto con chicas tipo modelo, o con rellenitas, o con feas, con guapas, con rubias, con morenas… es… no sé, no creo que tenga un tipo concreto
  • ¿La conoces desde hace mucho?
  • Ufff, sí, hace mucho
  • ¿Sí? lleva poco tiempo en España ¿no?
  • Sí pero… nos conocemos desde hace más de veinte años


Me incorporé un poco con la boca abierta de sorpresa:​

  • ¿Veinte años?
  • Pero… ¿Os conocéis desde pequeños?
  • ¿Desde pequeños? noooo, cuando la conocí yo tenía sobre veinte años, creo
  • ¿veinte? pero ¿Qué edad tienes?
  • Cuarenta


Me incorporé del todo, totalmente asombrada:​

  • ¿Tienes cuarenta años?
  • No puede ser
  • Pues sí
  • Pero… aparentas muchos menos
  • ¿Sí? ¿Cuántos?
  • No sé, treinta y pocos ¿no?
  • No jajaja
  • ¿Me estoy tirando a un cuarentón?
  • Eso parece
  • Flipante jajaja
  • Tú tienes 22 ¿no?
  • Sí, joder, casi me doblas la edad jajaja
  • ¿Y a Tony? ¿Cuántos les echas?
  • No sé ¿28?
  • No
  • ¿Más?
  • 32
  • ¡¡¡Venga ya!!!


Me eché a reír, estaba claro que era muy mala calculando edades. Lo miré sonriente mientras pensaba “joder, pues está buenísimo para ser un cuarentón”. Entonces le pregunté:​

  • ¿Cómo la conociste?
  • Pufff, es algo… truculento
  • ¿Truculento? Explícate
  • En esa época yo estaba… no tenía nada
  • Ajá
  • Y la forma que tenía para conseguir dinero era…


Lo miré sin entenderlo. Entonces dijo:​

  • Hacía striptease
  • ¿De verdad?
  • Sí, y más… cosas


Lo miré con los ojos muy abiertos. Él siguió:​

  • Fui a una fiesta de chicas, el cumpleaños de una y a las amigas se les ocurrió un espectáculo… fui e hice mi numerito… con mi polla era siempre un éxito, ya me entiendes
  • Claro, claro (flipando)
  • Pero ese día no tuve suerte, solo fue el baile y poco más, ninguna se atrevió a un servicio completo
  • Ah
  • Me fui cabreado, para mí era una pérdida de tiempo y dinero, en esos numeritos podía acostarme con dos o tres y sacar una pasta
  • Ya
  • Salí a la calle y, tras recorrer unos metros, alguien me agarró de la chaqueta. Me giré y la vi
  • ¿A Cloe?
  • Sí, bueno, vi a una chica delgada, feucha y poca cosa
  • Ah, sí, me contó que ella de joven era como yo, sin tetas y…
  • Que va, ya quisiera Cloe haber sido como tú, eres una chica muy guapa, y se nota que siempre lo has sido, y tienes un cuerpo precioso, y tus tetas, aunque pequeñas, son muy bonitas… no, no tienes nada que ver con aquella chica
  • Ah.. gracias aunque me cuesta creerte conociendo a Cloe
  • Es la verdad… bueno, pues eso, la vi y entonces me preguntó que cuanto por un polvo
  • ¿Sí?
  • Pensé que no la había visto en la fiesta y se lo dije. Me contestó que no la habían invitado pero que había espiado
  • jajaja
  • La miré y me pareció que no tenía 18, no quería problemas y le dije que no, pero ella insistió y me ofreció cinco veces más de lo que yo cobraba por un polvo
  • Y te fuiste con ella ¿no?
  • Sí, claro, estaba sin un franco, era una pasta que no podía rechazar. Me llevó a su cuarto. Las chicas de la fiesta nos vieron pasar con la boca abierta. Cuando Cloe se desnudó vi que era peor de lo que parecía, totalmente plana, sin culo, fea, tímida… y el polvo fue de pena, se notaba que no tenía ni idea
  • ¿La desvirgaste?
  • No, me dijo que lo había hecho ese verano, pero se notaba que lo había hecho una o dos veces, no más
  • Ah
  • Cuando terminamos me pidió como contactar conmigo. Se lo dije, no tenía muchas clientas femeninas y era dinero fácil. A partir de ese momento me llamaba una vez a la semana o así, y cada vez fue mejorando en el sexo, y acabamos siendo amigos
  • Oh
  • Cloe tenía grandes complejos, por eso en cuanto pudo se operó de varias cosas, la nariz, los labios, las tetas… y luego el ejercicio, se mataba en el gimnasio, y cambió radicalmente su cuerpo, bueno, ya la has visto, de aquella chica sin nada de curvas a la mujer que es hoy en día
  • Vaya
  • Y sigue con sus complejos e inseguridades ¿Sabes por qué está otra vez obsesionada con el ejercicio?
  • No
  • Por su madre, me contó que era muy delgada de joven, pero se puso muy gorda con la edad, y ella no quiere eso, solo pensarlo le entra pánico, por eso, en cuanto coge algo de peso, se obsesiona de nuevo
  • Pero si tiene un cuerpo perfecto, ni un gramo de grasa
  • Y así lo quiere mantener, nada de grasa
  • Ya
  • Con los años, yo dejé aquella vida e incluso vivimos juntos una temporada, pero como amigos, follando de vez en cuando pero solo amigos
  • ¿Sí?
  • Veía pasar por allí a muchos chicos y chicas diferentes, por eso te digo que no tiene un tipo concreto
  • Ajá
  • Y siempre muy insegura, pero todo empezó a cambiar cuando murieron los padres y conoció a Paco… Paco ha sido para ella como un ancla, la ha mantenido firme, la cambió para bien, empezó a dedicarse en serio a su trabajo y le ha dado estabilidad…. lo quiere mucho
  • Eso me ha dicho
  • Que no te engañe el sexo que tienen con otros, se quieren una barbaridad


Nos quedamos callados. Entonces él preguntó:​

  • ¿Y tú quieres a tu novio?
  • Ufffff
  • ¿No?
  • Sí, claro… he estado muy colgada de él… cuando me dijo de salir me entusiasmé, es guapo, tiene clase, dinero… me enamoré perdidamente
  • ¿Tu primer novio?
  • Casi… el más serio
  • Ya
  • Pero cuando me dijo de irnos juntos a Inglaterra empecé a plantearme nuestra relación
  • ¿Por qué?
  • Porque… no sé… el sexo, por ejemplo
  • Ya
  • O que no es conmigo como mi padre con mi madre… no sé, esas cosas, es que a veces es un poco egoísta, creo
  • Mmmmm ¿Y se lo has dicho?
  • Algo hemos hablado… Yo creo que cuando estemos allí en Inglaterra descubriremos de verdad si estamos hechos el uno para el otro ¿no?
  • Puede ser ¿Te hace ilusión irte allí con él?
  • Sí, eso sí… me gusta estar con él, nos lo pasamos bien juntos, y le quiero… estos cuernos son… no ha sido algo buscado… y ya sé que está mal pero…
  • No te juzgo
  • Lo hago yo misma jeje ¿Tú romperías con alguien solo porque es malo en el sexo?
  • Ufff, seguramente es que no llegaría ni a tener algo serio con ese alguien si es malo con el sexo jeje
  • ¿Tanto te importa?
  • Sí, claro
  • Ufff, es que Borja… el sexo con vosotros es increíble pero los dos tenéis mucha experiencia y Borja no… yo creo que con el tiempo mejorará ¿No?
  • Posiblemente
  • Pero más que el sexo, lo que me da miedo es confirmar que no es mi media naranja
  • Mejor confirmar eso cuanto antes ¿no?
  • Sí, imagino


Nos volvimos a callar hasta que dijo:​

  • Cuando Cloe me dijo que quería mucho a Paco pero se acostaba con otros ¿Sabes que pensé?
  • No
  • Que eso no podía ser, querer a alguien y acostarte con otros
  • Ah
  • Pero ahora sí veo que puede ser, lo estoy viviendo en mí misma, quiero follar contigo pero también me gustaría que estuviera Borja de vuelta, le echo de menos
  • Jajaja, es que el sexo es el sexo ¿Pensabas que solo puedes tener sexo con alguien de quien estás enamorada?
  • Jajaja, no
  • A mí me parece que sí


Nos callamos de nuevo hasta que él dijo:​

  • Tengo hambre ¿Y tú?
  • Sí jajaja
  • Pues espera…


Y se levantó. Admiré su espalda y culo mientras salía de la habitación. Volvió al poco poniéndose un delantal y pasándome otro, y dijo:​

  • Hoy me ayudas tú
  • Jajaja
  • Venga, póntelo y vente
  • Dame una camiseta
  • No, con eso tienes suficiente
  • jajaja


Me levanté y me lo puse, me tapaba muy poco, pero a él también, y lo encontré terriblemente sexi así que lo seguí mirándole el culo. En la cocina, Robi se puso a sacar cosas y me dijo:​

  • Tú corta esto, a tiras finas


Y puso música. Mientras él preparaba la carne, yo fui cortando y meneando la cadera al ritmo de la música. Al rato, él se acercó y miró como lo estaba cortando. Me dijo que bien y puso una mano en mi culo, diciendo:​

  • Tienes un culo muy sexi
  • Jajaja
  • Me dijo Tony que nunca habías probado por detrás
  • ¡¡Que cotilla es!! jaja
  • ¿No es verdad?
  • Sí, sí lo es
  • ¿No quieres probarlo?
  • Algún día, pero no con lo tuyo jajaja
  • Tengo una vaselina muy buena
  • No, no, olvídalo nene jajaja


Y lo aparté empujándolo con mi cadera. Seguimos preparando todo hasta que lo puso al fuego. Lo miré, con su culo y espalda al aire, porque el delantal solo le cubría la parte frontal. “Está realmente sexi” pensé sin quitarle el ojo mientras él seguía haciendo cosas para la cena y bailoteando. Entonces dijo:​

  • Y ahora a esperar
  • ¿Cuánto?
  • Diez minutos, no más
  • Jooo, pues yo tengo hambre
  • Paciencia, chica, paciencia


Me levanté y le dije:​

  • Mmmm, se me ocurre algo para comer mientras esperamos


Y metí mi mano dentro de su delantal, cogiendo su polla, que estando flácida, aún me parecía grande. Se la agarré y besé a Robi, un morreo mientras su polla iba creciendo en mi mano. Luego, le desabroché el delantal y se lo quité. Me arrodillé y me metí su polla en la boca. Se la chupé con ganas ayudándome con las manos porque aquello era imposible que me lo metiera entera en la boca, ni siquiera la mitad, pero me encantaba chupar esa polla.



También le lamí los huevos y se los chupé, tal como había aprendido de ellos. Luego, antes de volver a metérmela en la boca, le dije:​

  • Córrete en mi boca


Robi no tardó en correrse pero me sorprendió y atragantó por la cantidad de leche. Me reí tosiendo y su leche derramándose por mi barbilla. Cuando conseguí recuperarme, le dije:​

  • Pero si te acabas de correr hace poco ¿Cómo has echado tanto?
  • Me recupero rápido
  • No me lo esperaba jajaja


Me levanté y me limpié mientras Robi ponía los platos. Comimos muy animados. Tony llamó y estuvimos un rato hablando con él que nos contó donde había estado por la mañana, visitando barrios y tiendas. También nos contó que Cloe no estaba bien, que estaba de muy mal humor y no quería ni salir a cenar, y mucho menos sexo. Lo sentí mucho por ella, me pregunté si sería buena idea llamarla o no, pero al final Robi dijo que mejor que no, que cuando se ponía así no tenía ganas de nadie, solo de Paco.



Tras comer, volvimos a la cama donde echamos otro gran polvo. Al terminar, me vestí mirando la hora, era aceptable, llegaría a casa antes de las doce, no tendría que aguantar a mi madre y sus preguntas. Antes de abrir la puerta para irme, pensé en si decirle a Robi de quedar al día siguiente, ganas tenía pero tampoco quería parecer una obsesa desesperada por sexo. Dudé hasta que Robi dijo:​

  • Mañana libro por la tarde
  • Ah, yo estaré en el chalet de Cloe, si quieres puedes venir
  • ¿A qué hora estarás allí?
  • Iré cuando salga del trabajo, tengo sesión con Tony y Cloe, pero luego pienso estar en la piscina
  • Vale… tengo algunas cosas que hacer pero me acercaré cuando termine
  • Genial
Me despedí de él con un buen beso y me fui. Por el camino me sentía contenta y feliz, y muy bien follada.



Cuando llegué a casa, mis padres ya estaban recogiendo para irse a la cama. Me preguntaron por el cine y les dije que al final habíamos ido a tomar algo, que no había nada interesante en el cine.



Cuando me acosté me quedé dormida casi de inmediato.​
 
27



CRISTINA

“Álvaro, necesito tu ayuda” dije mientras me apoyaba en su mesa, dejándole ver un primer plano de mis muslos. Él carraspeó nervioso y contestó:​

  • Ahora estoy liado
  • Pero, es que no tengo nada que hacer y he pensado en mirar proyectos para ir viendo como hacéis las cosas
  • Bueno, no sé…
  • Dime donde puedo acceder a alguno, al menos me entretendré leyendo


Lo miraba con mi mejor expresión para dar lástima. Álvaro se removía intranquilo en su asiento. Miró a sus compañeros, escribió algo en su ordenador y dijo:​

  • Voy… voy a sacarme un café
  • Vale


Y me hizo un gesto con la cabeza para que mirara su pantalla donde vi escrito “Ven a la máquina del café en 5 minutos”. Me extrañó pero no dije nada. Él se levantó y se fue. Volví a mi sitio. Al poco, me levanté y dije “Voy al cuarto de baño”



Salí y fui a la máquina de café, que estaba fuera. Allí me esperaba Álvaro. Lo miré inquisitiva y dijo:​

  • Cristina, yo…
  • ¿Qué pasa, Álvaro?
  • Es que… mmmm no…
  • ¿Qué?


Respiró hondo y dijo:​

  • Claudia nos ha… nos ha advertido sobre ti
  • ¿Qué? ¿Advertido?
  • No te podemos ayudar en nada, quiere que no hagas nada y te vayas aburrida
  • ¿Por qué? Si no he hecho nada malo
  • Ya pero… no sé, no te quiere en el grupo
  • Ya veo
  • Y nos ha advertido que si te ayudamos, nos echa


“Será hija de puta” pensé. Ahora me explicaba la actitud de Lidia conmigo durante toda la mañana. Casi no me había hablado, y solo contestado con monosílabos. Me enfadé y dije:​

  • Álvaro, esto es injusto, yo solo quiero trabajar, que me de una oportunidad y ayudaros, solo eso
  • Dice… dice que la directora nos quiere echar a todos, y tú estás buscando mierdas para darle razones
  • Pero… ESO NO ES VERDAD
  • Chisstttt
  • Joder, será cabrona
  • Yo… lo siento, no puedo… no puedo ayudarte


Y se fue, dejándome allí con un mosqueo enorme. No tenía ni idea de como resolver ese tema, como conseguir la información para Cloe. Me hervía la sangre por dentro, iba a fracasar totalmente, iba a defraudar a Cloe… me metí en el baño con lágrimas en los ojos. Me calmé y pensé en lo que necesitaba.



Tenía que acceder a los proyectos del grupo pero no me habían dado permiso a su red, no tenía forma de acceder a ellos ¿Cómo podría hacerlo? La forma más sencilla era que alguien me diera ese permiso pero ¿Quién? Álvaro ya me dijo que él no podía, que tenía que ser Claudia, así que por ahí nada ¿Cloe podría? Lo dudaba pero quizás ella podría hablar con alguien de informática y entonces… sí, eso sería lo mejor… Bien, al menos tenía un plan que proponerle a Cloe, pero se lo diría cuando volviera, ahora no quería importunarla con este tema teniendo en cuenta todos los problemas que tenía ahora con su familia.



Un poco más tranquila y con la cara lavada, me dirigí a mi sitio y me senté, totalmente aburrida y sin saber que hacer. Miré la hora. Las nueve y media. Me entró de todo por dentro, me esperaban horas por delante sin nada que hacer, me iba a dar algo.



ROBI

Llamé a la verja y esperé. Como no salía nadie, llamé a Cris. Se puso y le dije:​

  • Hola Cris, estoy fuera, en la verja
  • Ah, voy, espera
Al poco llegó corriendo. Iba vestida con unas mallas cortas y un top. Tras abrir, me dio un pico rápido y dijo:​

  • Mejor ni te me acerques, apesto porque tu novio está tratando de matarme jajaja
  • Ah, que estás en el gimnasio
  • Sí… conoces esto ¿no?
  • Claro
  • Vete a la piscina, aún me queda un ratito


Y se fue corriendo. La miré irse, observando su culito, pequeño pero muy bien puesto. Fui a la piscina y dejé la mochila. Luego fui al gimnasio y saludé a Tony y Cloe, que estaban conectados a través de un ipad. Noté a Cloe taciturna y pensé en lo que me había contado Tony, que estaba pasándolo mal.



Estuve unos minutos observando a Cris hacer los ejercicios que le decía Tony y luego me fui a la piscina. Me quedé allí hasta que llegó Cris un rato después. Llegó acalorada diciendo:​

  • Estoy molida, Tony serviría para esclavista o algo así jaja


Se quitó las zapatillas de deporte, el top, las mallas y las bragas, y se duchó. Luego, se tiró al agua y vino a mí. Al llegar a mi lado dijo:​

  • Mmmmm aquí se está en la gloria ¿no?
  • Ahora sí


Mientras le cogía el culo con una mano y con la otra, la ponía en su nuca para acercarla más a mí y besarla. Tras un buen morreo, la solté. Ella rio y dijo:​

  • Uff, alguien viene con ganas jajaja
Su mano cogió mi polla que ya estaba dura. Me miró con vicio y dijo:​

  • Nunca lo he hecho en el agua
  • Habrá que poner remedio a eso
  • Jajaja
  • Tomas la píldora ¿no?
  • Claro


Entonces pasó mis brazos por mis hombros para otro morreo mientras que con sus piernas rodeaba mis caderas. Su lengua se metía en mi boca con ansia, estaba muy cachonda. Puse mis manos en su culo, sujetándola contra mí, aunque como estábamos dentro del agua, no lo necesitaba, estaba bien enganchada a mí. Terminó el morreo y me dijo:​

  • Métemela
La separé un poco y, cogiendo mi polla, la puse en su coño. Lentamente la volví a acercar a mí, metiéndose despacio. Ella jadeó y me metió la lengua en la boca gimiendo. La follé de esa forma un rato, de pie en la piscina, moviéndola en un mete-saca lento. Entonces, paré y me fui a los escalones de la piscina. Me senté y le dije que se pusiera encima. Me miró con vicio y se sentó sobre mí, metiéndose mi polla lentamente. Me cabalgó despacio, mi polla y su coño dentro del agua, pero la parte superior fuera. Le acaricié los pechos, pellizcándole los pezones. Poco a poco fue aumentando el ritmo con gemidos más altos.



Se echó para adelante y me besó, y se colocó para moverse más rápido. Al poco dijo:​

  • Córrete, córrete


No tardé nada en correrme dentro de ella. En cuanto lo notó, le llegó su orgasmo dando un grito salvaje. Se quedó quieta y luego se echó sobre mí, temblando. Nos quedamos allí un rato, descansando. Luego, nos fuimos a las toallas a tomar el sol y recuperarnos.



Entonces, me llamó Tony y lo cogí, hablando con él un rato sobre lo que había hecho durante todo el día. Cris escuchaba sonriendo, tomando el sol boca arriba. Cuando terminé de hablar, ella se giró poniéndose boca abajo. Me levanté y le dije:​

  • ¿Quieres crema?
  • No hace falta
  • Tienes la piel muy suave, no la estropees
  • Bueeeeeno, vale ¿Me la echas tú?
  • Claro


Cogí y le esparcí la crema por la espalda y hombros. Luego por las piernas y el culo. Dijo:​

  • Para, me estás poniendo cachonda


Pero seguí acariciándole los muslos y el culo, y luego el coño, lentamente. Le metí un dedo, y luego otro. Cris gemía flojito, con la cabeza contra la toalla. Tenía la mano llena de crema y le acaricié el ano con el pulgar. Se lo metí despacio. Ella jadeó y siguió gimiendo flojito. Le pregunté:​

  • ¿Te gusta?
  • Mmmmm Sí


Seguí masturbándola de esa forma, sin darme prisa. Mi polla estaba dura de nuevo y entonces me decidí. Con la otra mano me eché crema sobre mi polla y sobre su culo. Me incorporé sin dejar de masturbarla y me puse encima de ella. Entonces, saqué mis dedos y apunté a su culo. Ella, al notarlo, levantó un poco el culo con intención de que se la metiera por el coño, pero moví mi polla por su ano y apreté un poco. Ella dijo:​

  • Cuidado


Apreté más y entonces volvió su cabeza para mirarme y decirme:​

  • Por ahí no
  • Chisst, vamos a probar
  • No, Robi, me va a doler
  • Relájate, iré con cuidado


Ella me miró un par de segundos y luego miró de nuevo al frente. Le dije que levantara un poco el culo y lo hizo. Apreté un poco más. Mi polla resbaló, volví a intentarlo. Empezó a entrar un poco. Ella lanzó una queja “ayy”. Seguí apretando. Estaba muy cerrado y me costaba. Entró un poco más y entonces, ella dijo:​

  • Para, para, no puedo
  • Espera, solo un poco más
  • No, por favor, para


Me incorporé. Ella se quejó:​

  • Ufff, duele
  • Pero si no se ha metido casi nada
  • Pues duele
  • Estás muy nerviosa, no te has relajado
  • Claro que estoy nerviosa
Entonces la puse boca arriba y la besé tiernamente. Me puse más crema y se la esparcí por su torso, entreteniéndome en sus tetas. Estaba tensa, pero poco a poco se relajó. Seguí esparciendo crema por sus brazos, piernas,... y luego comencé de nuevo a masturbarla, lentamente. La besé de nuevo, esta vez con más pasión. Ella me devolvió el beso. Aumenté el ritmo de mis dedos y ellas sus gemidos. La masturbé rápidamente hasta que se corrió.



Saqué mis dedos y acaricié sus muslos. Cuando la miré, estaba medio dormida. Sonreí y me tumbé a tomar el sol.



CRISTINA

Me desperté sobresaltada al escuchar mi móvil. Miré a mi alrededor confundida hasta darme cuenta de donde estaba. Vi a Robi tumbado y mirándome. Cogí el móvil y vi que era una llamada de ***** de Borja. Suspiré y me levanté. Descolgué sin video y dije:​

  • Hola, cari
  • Hola, Cristi


Miré a Robi y le hice una seña de silencio, pero al final decidí entrar dentro de la casa. Borja me preguntó:​

  • ¿Dónde estás?
  • En la piscina de Cloe
  • ¿Otra vez?
  • Sí, y me has despertado
  • Vaya, lo siento
  • Da igual, no es bueno dormir al sol ¿Tú dónde estás?
  • En el hotel


Se puso a contarme de donde venía, lo que habían visto,... y mientras, yo intentaba despertarme del todo. Entonces vi como Robi se levantaba y se acercaba al agua. Vi su espalda y su culo y me entró un cosquilleo. Entonces recordé la paja que me había hecho un rato, y que me había quedado dormida tras el orgasmo. Pensé “joe, me hace unos dedos fantásticos y luego me duermo, ni se la he chupado ni nada”. Robi se tiró a la piscina. Recordé también el intento de anal, no es que me hubiese dolido mucho, más bien fue pánico lo que sentí por anticipación al dolor. Meneé la cabeza, “increíble que casi le dejo romperme el culo, porque eso hubiera pasado”. Pero es que también le había dejado correrse dentro de mí, que a Borja le había dejado muy pocas veces “Estoy fatal”. De repente, me di cuenta que Borja me decía:​

  • Cari, cari ¿Estás ahí?
  • Sí, sí, que se ha entrecortado
  • Ah, vale… pues eso, que tenemos que venir aquí pero en Navidad, esto tiene que ser precioso
  • Estaría genial, sí
  • Estas navidades nos venimos, te va a encantar, te lo aseguro
  • Vale
  • No sabes lo mucho que te echo de menos, cari
  • ¿Sí?
  • Claro ¿Tú no?
  • Claro que sí


En ese momento, Robi salió del agua, y el escalofrío que sentí al verlo, con ese gran cuerpo, esa enorme polla, todo mojado. Se me fue otra vez la cabeza a mis pensamientos más guarros cuando, de nuevo, escuché a Borja:​

  • Cristi ¿Me estás escuchando?


Y entonces sí me entraron remordimientos. Mi novio hablándome y yo pensando que, en cuanto colgara, me iba a follar a otro tío. Le pregunté:​

  • ¿Estás solo en la habitación?
  • Sí, mi hermano ha ido con mi madre a…
  • Espera


Me metí en el baño y conecté la cámara. Sonreí a Borja, solo apuntándome a la cara. Le dije:​

  • Conecta la cámara
  • Vale
  • ¿Me echas de menos?
  • Claro, ya te lo he dicho
  • ¿Echas de menos esto?


Y bajé el teléfono para mostrarle mis pechos. Borja ahogó una exclamación de sorpresa y consiguió decir:​

  • Cl… claro que… que pasada, cari
  • ¿Te gustan? Estoy tomando el sol en topless
  • Ah, sí, se… se nota…
  • Y ¿Echas de menos esto?


Y bajé la cámara hasta mi coño. Borja dijo:​

  • Joder, Cristi pero ¿Dónde estás?
  • En el cuarto de baño
  • Ah, joder
  • ¿No te gusta?
  • Sí, joe, es que… que buena estás, Cristi
  • Sácatela
  • ¿Qué? ¿Ahora?
  • Sí, mira, mira


Y metí el teléfono un poco más adentro para mostrarle bien mi coño. Escuché como se desabrochaba el pantalón y dijo:​

  • Mmmm Cristi, me encanta
  • ¿Te gusta así?
Y me metí un dedo, y lo moví diciéndole que quería que me follara y Borja no me decepcionó, no tardó nada en correrse. Luego, subí el móvil y lo miré, estaba acalorado y con cara de flipado. Me reí y le dije:​

  • Nene, tengo que volver, que van a pensar mal de mí aquí metida jeje
  • Va… vale
  • ¿Hablamos esta noche?
  • S… sí
  • Besos, cari
Y corté. Al menos él se había quedado a gusto. Aproveché para hacer un pis y volví a la piscina. Robi estaba tumbado boca arriba. Me eché al lado de él, poniendo mi cabeza en su pecho pero mirándole. Le dije:​

  • Era mi novio
  • ¿Cómo llevas lo de los cuernos?
  • Bien, más o menos bien porque me estoy tomando esto como unas “vacaciones”. Él aprovecha las vacaciones para viajar y yo para follar


Le sonreí. Él se rio y dijo:​

  • Veo que sí, que lo llevas bien ¿Está bueno tu novio?
Me levanté y cogí el móvil que había dejado a la sombra. Me senté a su lado mientras buscaba. Entonces, le di el móvil. Robi lo miró y dijo:​

  • Mmmmm está bueno, tiene un buen polvo
  • Jajaja, sí, está muy bueno ¿Te lo follarías?
  • Sí ¿Él querría?
  • Noooo, jajaja, es muy “machote”
  • Ah ¿Tony y yo no lo somos?
  • Mmmmm
Me quedé pensando. Entonces dije:​

  • Lo cierto es que si lo mido desde el punto de vista de satisfacer a una chica, vosotros sois mucho más machotes jajaja
  • ¿No te satisface?
  • Mmmm poco, ya te lo comenté ayer ¿no?
  • Sí pero sin detalles ¿Qué le pasa?
  • Pufff, pues a ver, lo primero esto (cogiéndole la polla)
  • ¿Qué pasa?
  • Pues que tú y Tony la tenéis mucho más grande
  • Ya
  • Borja la tiene pequeñita, o bueno, eso me parece a mí tras ver y probar las vuestras jajaja
  • No será tan pequeña
  • Bueno.... jajajaja
  • Que mala
  • Y luego, folláis mucho mejor, pero mucho, mucho
  • ¿Sí? ¿Tan malo es?
  • Sí jajaja
  • ¿No será que nosotros somos muy buenos? jajaja
  • Jajaja puede ser jajaja
  • Jeje
  • No sé, con Borja… me cuesta llegar, creo que entre el tamaño y lo poco que tarda… no me da tiempo, no sé
  • Ah, ya, pero te gusta follar con él ¿no?
  • Claro, está bueno y lo quiero
  • Ya
  • Follamos bastante, creo
  • ¿Cuántas veces lo hacéis a la semana?
  • Dos o tres, no sé
  • Ajá
  • ¿Y vosotros?
  • Pues casi todos los días


Lo miré asombrada. Le dije:​

  • ¿En serio?
  • Joe… será lo de vivir juntos, imagino que cuando Borja y yo vivamos juntos lo querrá hacer a todas horas ¿no?
  • Seguro, estás muy buena
  • Gracias


Le solté la polla y dejé el móvil a la sombra. Me incliné sobre él y le besé, luego me volví a echar en su amplio pecho. Me gustaba. Le pregunté:​

  • ¿Y Cloe? ¿Sabes si lo hace mucho?
  • ¿Con Paco?
  • Sí, bastante más que tú
  • ¿Síiii? jo, aquí todo el mundo folla más que yo, y encima mejor jajaja
  • Cloe está colgadísima de Paco, tienen sus juegos con otros pero luego, entre ellos saltan chispas de pasión
  • Pero Paco tiene una edad
  • Pufff, Paco tiene una potencia sexual bestial, te lo digo yo
  • ¿Te lo has follado?
  • No, él me ha follado a mí
  • Ah, es verdad, me lo contó Tony


Nos quedamos callados. Yo escuchaba su corazón latiendo lento. Al rato, él dijo:​

  • ¿Lo echas de menos?
  • ¿A quién?
  • A tu novio
  • Mmmmm, ahora mismo no, pero sí, normalmente sí, claro
  • Estoy llevando regular que no esté Tony, me cuesta dormir sin tenerlo a mi lado
  • ¿Sí?
  • Y echo mucho de menos su culo jajajaja
  • Que tonto
  • Pero sí, Tony y yo somos amantes pero también muy amigos, ayer noche estuvimos hablando hasta la una
  • Ohh, que bien
  • Espero que venga este finde, si no, lo mismo voy yo para allá
  • Ah
  • Oye, Cris, perdona lo de antes
  • ¿Qué?
  • Lo del culo
  • Ah, ya… no ha sido nada
  • ¿Te ha dolido?
  • Mmmm más bien me he agobiado, creo que aún no estoy preparada para eso ¿Me la has metido mucho?
  • Prácticamente nada, aún te puedes considerar virgen jejeje
  • Jajaja, que tonto
  • Jejeje
  • No sé, creo que me da mucho miedo hacerlo contigo
  • ¿Y con Tony? ¿Lo harías?
  • Noooo, joe, si la tiene también grande… mejor con la de mi novio, que la tiene pequeñita jajaja


Me sentí mal por reírme de esa forma de Borja, pero no podía evitar seguir riéndome mientras las comparaba mentalmente. Cuando me calmé le dije:​

  • Pero sí me gustan las otras cosas que me haces ahí
  • Ya, eso es normal, a los tíos también nos gusta
  • ¿A los tíos o a los tíos como vosotros?
  • ¿Te refieres a los gays? No, a los tíos en general
  • Anda ya
  • Pregúntale a Cloe lo que le hace a Paco ahí atrás
  • Pero si me habéis dicho que a Paco no le gusta que le follen el culo
  • Y no le gusta, pero sí que su mujer juegue con su culo


Lo miré sin saber si me tomaba el pelo o no. Entonces dijo:​

  • Luego me vas a hacer a mí lo mismo que yo te hago
  • ¿En el culo?


Lo pensé un par de segundos y dije:​

  • Vale


Me incorporé y lo besé metiéndole la lengua en la boca. Entonces escuché varias notificaciones seguidas en mi móvil y lo miré. Al leerlo, me reí y dejé el móvil. Robi me preguntó:​

  • ¿Qué pasa?
  • Nada, mi novio
  • ¿Qué?
  • Antes lo he calentado y se ha hecho una paja y aún está flipando jeje
  • ¿Por qué?
  • Porque he conectado la cámara y le he enseñado como estaba y… bueno, me he tocado un poquito para calentarlo jeje
  • Ah
  • Y dice que le encanta que sea una novia tan lanzada jajajaja


Me descojonaba, si él supiera. Entonces, Robi se levantó, me cogió en brazos y me tiró a la piscina mientras le gritaba que no lo hiciera. Después, él se tiró. Saqué la cabeza tosiendo y le dije:​

  • Eres tonto
  • Jajaja
  • Casi me trago media piscina, tonto
  • Ven


Y me atrajo hacia él para darme un morreo de muerte. Noté como su polla crecía rápidamente y temblé anticipando lo que iba a pasar…



CARMEN

Escuché la puerta abrirse y cerrarse, y luego como Cristina dejaba las llaves. Luis dormitaba en el sillón. Me levanté. Eran las once de la noche. Salí del salón y vi a Cristina acercándose. Me dio dos besos y le dije:​

  • ¿Dónde has estado?
  • Mamá, siempre controlando
  • Hija, es por saber, solo eso
  • Tomando algo con mis amigas
  • ¿Has cenado?
  • Sí, he picado algo
  • ¿Quieres que te haga algo?
  • No, voy al baño, me estoy haciendo pis ¿Y papá?
  • Ahí dormido
  • Vale


Y fue al baño con prisas. Volví al salón. Al rato, apareció de nuevo Cristina, ya con el pijama. Le dije:​

  • ¿Te acuestas ya?
  • Claro ¿Vosotros no?
  • Sí, mejor que sí, mira como está tu padre


Lo miramos, seguía dormido. Entonces, Cristina se sentó y dijo:​

  • Pufff, estoy molida
  • ¿Y eso?
  • No he parado en toda la tarde…
  • ¿Has hablado con Borja?
  • Claro, dos veces
  • ¿Y eso?
  • Nada, me llamó sobre las seis y ahora cuando estaba abajo
  • Te echa de menos
  • Sí… ah, también me ha llamado hace un rato Cloe
  • ¿Y?
  • Que mañana se vuelven
  • Ah, pues mejor ¿no?
  • Sí, supongo, aunque estaba rara
  • ¿Rara?
  • Sí, parece que no ha salido bien lo que han ido a hacer o algo así, estaba cortante
  • Vaya ¿Y Paco?
  • ¿Qué le pasa?
  • ¿Se queda allí?
  • No ¿Para qué se va a quedar?
  • No lo sé, solo es curiosidad
  • Mañana llegan por la tarde


Entonces Cristina se levantó y meneó un poco a su padre:​

  • Papá, venga, a la cama
  • ¿Qué? ¿Qué hora es?
  • Las once y pico
  • Ah, ya estás aquí
  • Sí, me acuesto ya, buenas noches
  • Buenas noches, cariño


Cristina le dio un beso y otro a mí y se fue. Apagué la tele mientras Luis se levantaba.



CRISTINA

Me eché en la cama, estaba de verdad molida. Apagué la luz y cerré los ojos. Noté como mi coño palpitaba aún “Robi tiene la polla demasiado grande” pensé pero pronto deseché esa idea “No, tiene una polla perfecta” y sonreí. El coño lo tenía así por todos los polvos de la tarde, el último hacía una hora. El problema había sido ese último, demasiado largo, estaba agotada de tanto follar y tanta excitación pero Robi seguía y seguía.



Me eché de lado, intentando dormir pero empecé a recordar cosas de esa tarde, algunas que no entendía o que me molestaban. Por ejemplo, me molestaba mucho el haberme reído de Borja delante de Robi, eso había estado muy mal, eso no lo tenía que hacer más pero me volvía tonta con Robi, ni pensaba. Y eso de que no pensaba estaba claro por lo de follar con él a pelo y casi dejarle que me la metiera por detrás “¿En qué estaba pensando para casi dejarle?” No me lo explicaba, pero me había excitado mucho y casi, casi lo dejo.



Me revolví en la cama, intranquila con esos pensamientos. Lo peor era lo de Borja, “Como si no fuera suficiente con ponerle los cuernos, encima me río de él”... eso me había tenido quemada por dentro todo el camino de vuelta, por eso lo había llamado en cuanto aparqué, para intentar aplacar mi malestar interno.



Entonces pensé en las cosas nuevas del día. El polvo dentro de la piscina no había estado mal, excitante y curioso, “pero también es que estaba super cachonda en ese momento… tendré que repetirlo a ver”. Y luego, lo de jugar con el culo de un tío. No había estado mal, había sido divertido, incluso comérselo. De todas formas, no me veía metiéndole un dedo por el culo a Borja o comiéndoselo, seguro que eso no le gustaba. Lo que sí pensaba hacerle era comerle bien los huevos, “eso seguro que le gusta” aunque no sería lo mismo que con Robi o Tony, tan depiladitos.



Me revolví de nuevo en la cama, con lo cansada que estaba y no conseguía dormirme “Sigo nerviosa con tanta excitación, tiene que ser eso”. Intenté no pensar en nada pero entonces me vino a la cabeza otra cosa… como se había corrido Robi en el último polvo, sobre mi cara, y encima me había vuelto a gustar “pensé que esa primera vez me había gustado por Tony, porque Robi se corrió sobre nuestras caras y luego nos besamos, fue muy guarro y excitante, pero esta vez no, ha sido solo correrse sobre mi cara y me ha gustado” pensé flipándolo un poco.



Me puse boca arriba, y mi mano se coló dentro del pantaloncito del pijama. Me comencé a tocar mientras pensaba en Robi, su cara, su polla apuntando a mi cara, su leche caliente… y mis dedos se empezaron a mover rápidamente. El orgasmo no tardó en llegarme, corto pero intenso. Ahogué un grito contra la almohada. Cerré los ojos “Joder, estoy muy salida… con la de veces que me he corrido hoy y aún tenía ganas de más”. Me dormí.​
 
28



CRISTINA

Salí del baño pensando en sacarme un café. Estaba siendo una mañana de mierda. Mis compañeros ni me hablaban, estaba claro que no me querían allí y me ignoraban. Era acojonante el miedo que le tenían a Claudia. Lidia ni un buenos días me había dado. Álvaro era el único que me miraba, avergonzado.



Me acerqué a la máquina y vi a Álvaro y otros dos hablando al lado. Les escuché hablar sobre no se qué sesión de cine japonés clásico que se estrenaba la semana siguiente y pensé “Joder, además de cabrones son unos frikis”. Álvaro hablaba emocionado de no se qué mierda de película de samuráis. Pensé “Bueno, voy a hacer otro intento” y me acerqué a ellos. En cuanto me vieron acercarme, se callaron. Les pregunté de qué hablaban pero los otros dos dijeron que tenían cosas que hacer y se fueron. Me quedé a solas con Álvaro y le dije:​

  • Es una cabronada lo que me estáis haciendo​
  • Lo… lo siento​


Y también se fue. Me quedé a solas tomando el café. Aún me quedaban allí varias horas pero al fin era viernes y al fin llegaba Cloe. La había notado muy fastidiada ayer cuando había hablado con ella, seria, triste, cortante… sabía que no era por mí, que era por ese asunto de París, pero me había dejado preocupada. Entonces se me ocurrió una idea y me puse a buscar por internet con el móvil hasta que encontré lo que buscaba. Llamé y reservé dos plazas para el día siguiente “Esto le gustará, seguro que sí” pensé, contenta.



Volví a mi mesa de otro humor aunque cuando vi el ambiente, se me volvió a ensombrecer.



Cuando llegó la hora, salí rápido. Fui a comer y luego conduje a casa de Cloe. Allí me cambié y me puse el bikini. Me fui a la piscina a esperarlos.



Tardaron más de lo que me esperaba, hasta las ocho de la tarde no llegaron. En cuanto escuché el coche de Paco salí corriendo. Cloe salió del coche seria. Me dio dos besos y entró en la casa. Me quedé planchada. Paco me miró y dijo:​

  • Ha pasado una mala semana, no se lo tengas en cuenta​
  • Ya ¿No lo habéis resuelto?​
  • Más o menos, pero su familia siempre la deja muy jodida​
  • Ah​
  • Bueno ¿Qué tal por aquí?​
  • Bien, bien​


Le di también un beso y entró. Me volví a la piscina y me puse el vestido para irme. Esperé a que bajaran. Cloe llegó al poco, desnuda. Se tiró al agua y nadó rápidamente de un lado a otro. Me senté en el borde metiendo los pies en el agua. Cuando Cloe se cansó, vino hacia mí. Se alzó y se sentó a mi lado, respirando rápidamente por el esfuerzo. Me dijo:​

  • Perdona, Cris, no tengo un buen día​
  • Ya, lo entiendo​


Nos quedamos calladas. Le dije:​

  • Me alegra que estés de vuelta, te echaba de menos​
  • ¿Sí?​
  • Sí​


Cloe me miró y sonrió. Dijo:​

  • Yo también​


Y me abrazó, dejándome el vestido chorreando pero me daba igual, me gustó ese abrazo. Entonces dijo:​

  • Me voy a tomar una pastilla para dormir y me acuesto ya, a ver si se termina este día​
  • Ah​
  • Quédate a cenar con Paco​
  • No, no, me voy ya pero…​
  • ¿Qué?​
  • Tengo un regalo para ti​


Cloe me miró con sorpresa. Le dije:​

  • Es una tontería, es que he pensado que como has tenido una semana de mierda y yo también en el trabajo, pues… te quiero invitar a un SPA mañana​


Cloe me miró sin decir nada. Me puse nerviosa. Le dije:​

  • Es de los buenos, toda la mañana y con un montón de cosas, masaje, piscinas de todo tipo… seguro que nos relajamos y… no sé, si no quieres no pasa nada, otro día​
  • No, no… me vendrá muy bien, muchas gracias​


Y me dio un beso en la mejilla. Nos quedamos calladas mirando el agua. Entonces se levantó y yo con ella. Me miró y me volvió a abrazar. Me dijo algo al oído, pero en francés y no entendí nada. Luego se metió en la casa diciéndome:​

  • Mañana te llamo para quedar​
  • Va… vale​
  • Gracias, chérie​


Suspiré, no tenía claro si de verdad le había gustado o no el regalo. El sitio era muy caro, me iba a gastar una pasta, pero me daba igual si le gustaba de verdad. Fui a por mi mochila y entonces apareció Paco diciendo:​

  • Espera, te llevo al metro​
  • No hace falta​
  • Claro que sí​


Nos metimos en su coche y me preguntó:​

  • ¿Qué le has dicho?​
  • Nada​
  • Algo le has dicho, estaba sonriente, y no ha sonreído en todo el día​
  • ¿Sí? Es que… le he dicho que mañana la invito a un SPA​
  • Ah ¿Sí?​
  • No sé si le ha gustado​
  • Sí, le ha gustado, mucho​
  • ¿De verdad?​
  • Sí, te lo aseguro… Cloe lleva unos días pasándolo muy mal con los hijos de puta de su familia, pero ahora mismo tenía una gran sonrisa mientras me decía que te llevara al metro​
  • Ah​
  • Pasar mañana el día contigo le vendrá muy bien, muchas gracias​
  • Ah, no… nada, si a mí también… (noté que me sonrojaba)​


Paco me miró sonriente. Entonces dijo:​

  • Cris, lo del otro día​
  • No me lo recuerdes jeje​
  • Es solo para aclararlo del todo, no quiero que estés incómoda conmigo​
  • Bueno, fue una situación…​
  • Ya, ya, pero que para mí no tiene nada de malo, al contrario… ya sabes como llevamos Cloe y yo el sexo, lo vemos como algo natural y libre​
  • Lo sé​
  • No te tienes que avergonzar por acostarte con alguien como Tony… o como Robi​


Sentí que me sonrojaba de nuevo. Él siguió:​

  • O con los dos a la vez​


Lo miré con sorpresa y dije:​

  • Pero ¿Cómo sabes…?​
  • Tony tiene la lengua muy larga jeje​
  • Lo voy a matar​
  • Y Robi lo mismo, sé que os habéis estado viendo estos días, y me parece genial, de verdad​


Miré por la ventana, agobiada, y entonces pensé “A la mierda con todo”. Lo miré y dije:​

  • Sí, me acosté con los dos y esta semana con Robi, y me lo he pasado muy bien​
  • Jajaja, así me gusta, sin tapujos​
  • Pero prefiero no hablar de eso​
  • Vale, vale, si no te voy a pedir detalles, pero quiero que estés cómoda conmigo y sin tener que ocultarte, hay confianza ¿Vale?​
  • Vale pero una cosa​
  • Dime​
  • De esto ni una palabra a mis padres​
  • Claro que no​
  • Ellos no lo entenderían, incluso mi madre… ellos llevan más de veinte años juntos y no entendería que mmmm le pusiera los cuernos a Borja​
  • Bueno, eso no lo sabes​
  • Lo sé, mi madre… mi madre es muy suelta y divertida, pero en realidad es muy conservadora, solo mira y está atenta de mi padre​


Paco sonrió abiertamente y asintió:​

  • Tranquila, ni una palabra a ellos, te lo prometo siempre que tú me prometas no cortarte conmigo delante​
  • ¿Cortarme?​
  • Sí, me refiero a simular con Tony o Robi, o cosas así​
  • Ah, bueno, no sé… tampoco es que yo… a ver, esto es temporal, cuando vuelva mi novio, esto se acaba​
  • Vale​


Nos quedamos callados hasta que dije:​

  • Paco…​
  • ¿Qué?​
  • Me gusta que seas así de claro y sincero conmigo​
  • Jeje, es que a Cloe le gustas mucho, ella no tiene muchas amigas, no quiero que por mi causa vengas menos o algo así​
  • No, no, que va… los dos me hacéis sentir cómoda… solo son mis… mis neuras​
  • Jajaja​
  • Pero sí, me viene bien que me hables así, tan abiertamente, gracias​
  • De nada​


Arrancó y seguimos charlando, estaba tranquila con él. Cuando llegamos al metro, le di un beso en la mejilla y me despedí. Estaba contenta.



PACO

Miré como me saludaba de nuevo antes de meterse por la bajada al metro. Y recordé lo que me había contado Tony la noche anterior, lo fogosa y explosiva que era en la cama. Tony me contó con detalle los polvos que echaron los tres juntos y tengo que confesar que me sorprendió, no me esperaba que fuera así en realidad “Al final sí que ha sacado algo de su madre” porque estaba claro que era tan zorra como Carmen. También me había contado los polvos que llevaba echando con Robi toda la semana, incluso que casi la desvirga por detrás. “Al final la desvirgarán, está claro” pensé mientras arrancaba.



Mientras conducía recordé otra cosa de la conversación, la imagen tan lejos de la realidad que tenía Cris de su madre. “Conservadora… ya” pensé. Solté una carcajada, con lo viciosa que era Carmen. La había visto hacer cosas que ni una puta haría por dinero.



Cuando llegué a casa, subí al dormitorio. Cloe estaba echada, desnuda, con la persiana echada abajo, la habitación en penumbras a pesar de que aún hacía sol fuera. Fui a cerrar la puerta para no despertarla cuando escuché:​

  • Ven, acuéstate a mi lado​


Entré y me tumbé a su lado. Cloe me abrazó y yo a ella. Al rato dijo:​

  • Quiero follarme a Cris​
  • Lo sé​
  • Pero me da miedo espantarla, ya has visto los prontos que le dan​
  • Sí, pero al final siempre recapacita y pasa por el aro​
  • Sí, bueno, pero no aguantaría si se asusta y no me habla, me gusta de verdad, me gusta charlar con ella, tenerla como amiga…​
  • Ya​
  • ¿Qué hago, Paco?​
  • Pues tu idea de la semana pasada no parece mala​
  • ¿Acostarnos con Tony y Robi y ahí aprovechar?​
  • Sí, en medio del clímax puede que quiera follar contigo​
  • Ya, pero ahora no estoy segura​
  • Eso es por como estás ahora de ánimo, mañana lo verás de otra forma​
  • Puede, la verdad es que me ha gustado mucho que me invite al SPA​
  • Ah, sí, me ha dicho eso del SPA​
  • Por eso no quiero espantarla, es… quiero que siga siendo mi amiga además de mi amante​
  • Lo sé, lo sé​


Le acaricié la espalda y el culo, y no pude evitar que se me empezara a poner dura. Le pregunté:​

  • ¿Te has tomado una pastilla para dormir?​
  • No​
  • Ah ¿Y eso?​
  • Estoy mejor de ánimo​
  • ¿Sí? ¿Por Cris?​
  • Por ella, porque estamos aquí, porque estás aquí…​


Cloe me empezó a desabrochar el pantalón. Luego la cremallera y me sacó la polla para masturbarme lentamente mientras decía:​

  • Mañana noche saldremos Cris y yo otra vez con los chicos​
  • Y lo volverás a intentar​
  • Sí, pero iré con cuidado, tanteando…​
  • Vale​
  • ¿Salimos a cenar?​


La miré extrañado. Le dije:​

  • Pues sí que te has animado​
  • Sí, me apetece​
  • ¿Solos?​
  • Sí​
  • Claro, salgamos​
  • Pero antes…​


Se incorporó un poco y me miró:​

  • Gracias por aguantarme estos días​
  • No pasa nada​
  • Sé que he estado insoportable​
  • No tanto jeje​
  • El pobre Tony…​
  • Ha disfrutado del viaje​
  • Quería follar, pero no tenía ánimo, lo siento​
  • Bueno, nosotros dos sí hemos follado​
  • Solo tenía ganas de ti, has sido tierno y comprensivo con mi mal humor​
  • Claro​
  • Te quiero, chérie​
  • Yo también, pequeña​
Y me besó tiernamente. Luego, se movió para empezar una mamada lenta. Tras un rato, se movió para ponerse en un 69, ella encima. Le lamí el coño mientras ella gemía y seguía con la mamada. Después, se incorporó y se puso encima, cabalgándome lentamente.



La miré, estaba concentrada, con los ojos cerrados, disfrutando pero sin estar cerca de un orgasmo, solo disfrutando de la sensación. Le cogí las tetas y le pellizqué los pezones. Ella gimió, aún sin abrir los ojos. Entonces se echó para adelante y me dijo al oído:​

  • Esta noche cuando volvamos de cenar, me follas duro, pero ahora déjame seguir a este ritmo ¿Vale?​
  • Claro​


Me dio un beso y luego se incorporó, para seguir moviéndose lentamente. Estuvo así un buen rato mientras yo la acariciaba. De pronto, abrió los ojos y mirándome, se corrió. Descargué dentro de ella mientras ella se agitaba por su orgasmo. Luego, se tumbó a mi lado. Nos quedamos callados un buen rato hasta que dijo:​

  • Vamos a ducharnos​
  • ¿Dónde quieres ir?​
  • Mmmm me apetece pescado o marisco​
  • Vale, ya sé donde podemos ir​


Al salir de la ducha, mientras nos vestíamos, sonó una notificación en mi móvil. Lo miré y dije:​

  • Es Lola, que ya está por aquí​
  • Ah, mira, mañana puedes quedar con ella​
  • Sí, no estaría mal​
  • ¿Y con Ade?​
  • Sí, también​
  • Mmmmm ahora pensaremos durante la cena algo interesante para ellas, sobre todo para Ade​
  • Jajaja​
  • Algo se nos ocurrirá​
  • Dirás que se te ocurrirá​


Cloe me sonrió con malicia y dijo:​

  • Pero tú lo disfrutarás​


Y me dio un beso. Bajamos y salimos fuera. Cuando arranqué el coche sabía que Cloe ya estaba maquinando algo para el día siguiente con Ade y Lola.​
 
29



CRISTINA

Vi el mensaje de Cloe, ya estaba abajo. Me levanté y dije:​

  • Mamá, me voy ya​
  • Vale… ¿Vienes a comer?​


Pensé un segundo, también pensaba invitar a comer a Cloe si estaba de buen humor. Dije:​

  • No​
  • Hija, ya nunca comes con nosotros​
  • Otro día…​


Mientras cogía la mochila donde llevaba la ropa para después del SPA. Fui hacia la salida cuando apareció mi madre en la puerta del salón y dijo:​

  • ¿Ya ni un beso?​
  • Voy, voy​


Y me acerqué y le di dos besos. Entré en el salón y le di otros dos a mi padre que estaba leyendo el periódico. Bajé y busqué el coche. Cuando lo vi, corrí hacia él. Al entrar, miré a Cloe, un poco preocupada por su estado de ánimo, pero me sonrió y me dio dos besos. Me dijo:​

  • Bueno ¿Y dónde está?​


Le di la dirección y arrancó. Parecía de nuevo la Cloe de siempre. Me dijo:​

  • Estoy muy ilusionada, hace tiempo que no voy a un SPA​
  • Pues yo nunca he ido, espero no dar la nota jajaja​


Llegamos y empezamos un circuito con piscina de varios tipos, masajes, sauna… todo muy chic y relajante. Y en efecto, Cloe no estaba para nada con el ánimo del día anterior, cosa que me alegraba enormemente. El sitio era fabuloso y pensé “Tengo que traer aquí a mamá, le va a encantar”.



En una piscina donde estábamos solas, empezamos a hablar de sexo en cuchilleos, pegadas, y acabé contándole toda mi semana sexual, con pelos y detalles, tantos que hasta le conté la paja. No sabía que me pasaba pero no podía callarme aunque lo intentaba, le soltaba todo sobre el sexo, lo de reírme de Borja con Robi,... todo. Cloe escuchaba y reía o me aconsejaba o me disculpaba. Y cuando le conté el intento de Robi de sexo anal, ella se rio mientras yo le contaba mi pánico y dijo:​

  • Sé que asusta, es lógico​
  • Asustar dices… me entró un miedo… pero a la vez estaba super excitada, no lo entendía​
  • Jajaja​
  • Es que lo de Robi… no es normal empezar con eso ¿no?​
  • Mmmmm​
  • Cloe, tu primera vez por detrás ¿Fue con Robi?​
  • ¿Con Robi? No ¿Te ha contado como nos conocimos?​
  • Sí​
  • No fue en ese momento​
  • Ya​
  • Fue un par de años más tarde, con otro chico, que ni me acuerdo como era​
  • Ah ¿Y la tenía igual de grande?​
  • Pufff, ni idea, es que estaba colocada, solo recuerdo que me dolía al día siguiente​
  • ¿No te acuerdas del sexo en sí?​
  • Sí, de eso sí, recuerdo que se lo pedí yo y que me gustó, pero poco más​
  • Ah​
  • Pero sí te digo que Robi sabe hacerlo, te hubiera dolido pero mucho menos que con un inexperto​
  • Ya, pero…​
  • Es de esos hombres que sabe cuando ser cuidado o cuando ser bruto, como Paco​


Cloe también me contó un poco los días en París, pero no mucho porque se le ensombrecía el semblante y no quise que se deprimiera. Me contó lo mal que se llevaba con los hermanos de su padre, que desde pequeña la habían dado de lado y ahora buscaban como robarle su herencia. Dijo:​

  • Tuve una gran discusión con ellos, si no llega a ser por Paco me tiro por un balcón, los odio, me hacen sentir una mierda​
  • Joe, pero si eres la persona más inteligente y segura que conozco​
  • Con ellos no, me vuelvo cobarde, insegura,... pero Paco es mi ancla, no sabes lo que significa para mí​
  • Ya​
  • Él no se mete en mis negocios, solo cuando yo se lo pido, pero cuando lo necesito, siempre está ahí​
  • Me alegra mucho que lo tengas​
  • Y también te tengo a ti, ayer me animaste mucho con ese ratito que hablamos​
  • Pero si no dije nada​
  • Suficiente, me hiciste darme cuenta que estaba de vuelta, lejos de esas víboras, con mi marido y mi amiga​


Y me abrazó. Aún se la notaba afectada. Y luego dijo:​

  • Y esto (señalando la piscina), solo Paco hace cosas así por mí, nadie más​
  • Bueno, fue solo una idea para ver si te relajabas, sabía lo mal que lo estabas pasando y pensé…​
  • Lo sé, y no sabes lo que me gustó, pero estaba tan mal que en ese momento no te lo pude demostrar bien, pero ahora sí​


Y se levantó para salir de la piscina. Dijo:​

  • Yo también he preparado una cosita para esta tarde, para las dos​
  • ¿El qué?​
  • Ya verás… tenemos toda la tarde para nosotras, Paco ha quedado con Lola y Ade​
  • Ah​


Y me eché a reír. Cloe me miró sin entender el chiste y dije:​

  • Nada, nada, es que aún me choca la naturalidad con la que dices que Paco va a estar con otras, y encima como si te gustara la idea​
  • Ah, jeje, pero es que es así, me gusta, Paco se merece pasar un buen rato​
  • Jajaja​


Entonces me alargó la mano y se la cogí. Tiró de mí para levantarme del agua y dijo:​

  • Venga, esto ya es el final del circuito, vamos a ducharnos y nos vamos a comer​
  • Bien​
  • He reservado en un sitio muy bueno, ya verás​
  • Pero… es que yo te iba a invitar y…​
  • No, ahora me toca a mí, vamos a comer y luego ya verás lo que tengo preparado​
  • ¿Más cosas?​
  • Muuuchas más cosas, nos vamos a divertir​
  • Jajaja​
  • Ah, y esta noche no vuelves a casa, ya puedes ir avisando a tus padres​
  • ¿Por qué?​
  • Mis planes también son nocturnos y tienen que ver con dos chicos guapos​
  • Jajaja​


Tras ducharme y vestirme, llamé a mi madre y le conté que iba a salir aquella noche y quedarme en casa de Cloe. Mi madre se extrañó y empezó a preguntar, pero la corté, si se llega a imaginar que me iba a quedar en casa de unos tíos después de follármelos, le daría algo.



Y sí, nos divertimos porque después de comer, Cloe me llevó de tiendas, de peluquería, de manicura, depilación… toda la tarde poniéndonos guapas porque su plan era ponernos espectaculares para quedar esa noche con los chicos y dejarlos abobados. Cloe me llevó por tiendas y sitios en los que nunca había estado porque eran muy caros. Lo primero fue ir de tiendas, nos probamos un montón de ropa mientras las dependientas estaban a nuestro alrededor tratándonos de VIP. Cuando Cloe me vio con un vestido que me quedaba perfecto y muy sexi, y unas sandalias con unos tacones imposibles, dijo:​

  • Así estás perfecta​


Miré la etiqueta y casi me da un pasmo. Me reí diciéndole que ni en broma. Ella también se había probado un montón de vestidos que le quedaban todos espectaculares gracias a su figura perfecta. Al final salimos de la tienda con un montón de bolsas y no quería saber lo que había costado todo eso que se había comprado. Luego, me llevó a un centro de belleza donde, al igual que en la tienda, nos trataron de VIPs. Cloe les dijo:​

  • A ver, chicas, hoy tenemos una cita con dos chicos muy guapos, así que tenemos que ir más guapas aún​


Y vaya si se aplicaron con nosotras. Encima, Cloe me dio unas bolsas y me dijo:​

  • Póntelo​


Era el vestido mega caro y los zapatos. Protesté pero ella ni me escuchó. Me daba mucho corte aceptar algo así pero al final me puse la ropa. Encima, dentro de una de las bolsas encontré unas cajitas con unos preciosos pendientes, un collar y un bolsito, todo a juego con el vestido. Me puse todo. Cuando salí, todas las chicas estaban entusiasmadas. Me miré a un espejo. Mi nuevo peinado muy ondulado, mi manicura, el maquillaje… hasta me habían depilado, incluso la zona del pubis, dejando un pequeño hilo de pelo muy recortado. Me miré asombrada, como si estuviera viendo a otra chica. Estaba sensacional y me sentía igual. Cloe apareció al poco, igual de sensacional. Las dos nos miramos en un espejo enorme, realmente estábamos espectaculares.



Los dos vestidos eran ajustados, muy cortos. El de Cloe con la espalda al aire pero sin escote aunque por los lados dejaba ver mucho, demasiado. El mío era igual de corto y arriba un palabra de honor. Las dos teníamos estilos diferentes, ella con unas curvas de infarto y yo no, pero a pesar de eso, me veía muy atractiva, no me veía peor que ella, me veía a su altura. Estaba genial, eso sin duda.



Cuando salimos del centro de belleza, ya eran cerca de las 9. Cloe dijo:​

  • Y ahora el toque final​
  • ¿Más cosas?​
  • Claro… la ropa interior ¿O quieres ir sin bragas?​
  • Noooo ¿Has visto lo corta que es esta falda? jajaja​


Entramos en una famosa tienda y cuando salimos, llevábamos cada una bragas nuevas y muy sexis, al menos las mías porque las de ella no las vi. Me compré unas bragas de encaje, tipo culotte, con muchas transparencias, negras,... Me las puse en el probador tras pagarlas.



Luego, ya vestidas para la cita, Cloe dijo:​

  • Me ha escrito Robi​
  • ¿Dónde están?​
  • Dice que van a cenar solos, que era una sorpresa para Tony​
  • Oh ¿Entonces?​
  • Nada, cenaremos nosotras y luego quedamos en la disco con ellos ¿Vale? ¿O no te apetece cenar conmigo?​
  • Claro, claro… pensaba que no iban a querer quedar​
  • Sí, eso sí, tranquila… esta noche follas seguro, con quien quieras porque estás increíble jajajaja​
  • Y tú, jajaja, las dos jajaja​


Y nos fuimos a un restaurante. La velada fue igual de increíble. Me sentía embriagada por todo, por la compañía, el sitio, el vino, la ropa… Y cuando estábamos esperando el postre, me di cuenta de una cosa que me produjo sorpresa y me hizo levantarme para ir al baño. Allí, me miré al espejo. Me había dado cuenta que estaba empezando a ver a Cloe de una forma distinta, la encontraba muy atractiva, como siempre, pero esta vez era atractiva sexualmente, me sentía muy atraída hacía ella. Pensé “pero ¿Estás tonta? No te gustan las tías ¿Cómo puedes pensar así?” pero lo cierto es que cada vez que me tocaba, que me sonreía, que me miraba… me entraban escalofríos y sentía ganas de acariciarla. Meneé la cabeza y pensé “A ella sí le van las tías y no me ha hecho ni una insinuación más allá de elogiarme, pero ni una mirada, ni una caricia más allá de lo normal… nada, no le gusto, está claro que para ella solo soy una amiga”. Me mordí el labio, nerviosa. Entonces pensé “Nada, ahora cuando estemos con los chicos se me pasa esto… me da igual si me enrollo con Tony o Robi, me vale cualquiera”.



Cuando volví a la mesa estaba más tranquila. Cloe me esperaba, con los postres en la mesa. Los compartimos cuando ella dijo:​

  • Ahora cuando salgamos, llamamos a los chicos, a ver por donde andan​
  • Vale​


Seguimos comiendo y le pregunté:​

  • Cloe…​
  • ¿Qué?​
  • Luego… ¿Luego iremos a su casa?​
  • Sí, claro​
  • Tú… ¿Tú con Robi?​
  • Mmmm, mira, yo creo que esta vez podemos compartir ¿no?​
  • ¿Compartir?​
  • Sí, esta vez no te vayas de la habitación, la cama es grande, podemos estar los cuatro ¿No te da morbo?​
  • Yo…​
  • A mí sí​


Y me miró de una forma que volví a estremecerme. Cloe rio y dijo:​

  • Pero no te preocupes por eso ahora, será todo natural, ya verás​
  • Ya, vale (dije insegura)​


CLOE

Salimos del restaurante y andamos unos pasos. Entonces me paré y cogí el móvil. Miré a Cris. Llevaba toda la velada controlándome por no tocarla y tontear con ella, me había resultado dificilísimo, estaba guapísima. Pensé “Espero que no se raje esta vez y se quede en la habitación, necesito tocarla, besarla…”. Le dije:​

  • Voy a llamar a los chicos​


Miré el móvil y busqué hasta encontrar el contacto de Robi. Entonces, la mano de Cris tapó mi móvil. La miré extrañada. Ella me miraba de una forma extraña. De repente, se acercó y me dio un beso en los labios, un beso rápido. Me dejó totalmente sorprendida. Dijo:​

  • Cloe… yo…​


No me había recuperado aún de la sorpresa y ella me miraba nerviosa. Acertó a decir:​

  • Yo… te encuent… yo…​


Y de nuevo me besó, esta vez un beso de unos segundos, labios contra labios, no más. Cuando se retiró, estaba literalmente temblando de nerviosismo. Guardé el móvil. Le quité un poco de pelo de la cara y, sonriéndole, me incliné sobre ella. La besé pero esta vez un beso de verdad. Abrí mi boca y con mi lengua toqué sus labios. Ella abrió su boca y metí mi lengua. Su lengua buscó la mía y nos besamos largamente, entrecruzando nuestras lenguas. Cuando terminamos, ella inspiró profundamente, tomando aire e intentando tranquilizarse. Le dije:​

  • ¿Quieres que pasemos de los chicos y nos vayamos por nuestra cuenta?​


Ella afirmó con la cabeza. Le sonreí y pensé “Vaya, vaya, y yo pensando que la iba a espantar”. La volví a besar durante un buen rato, me encantaba su sabor. Estábamos en la calle pero apartadas de la gente. Bajé mi mano izquierda a su culo y se lo apreté, y con la otra le acaricié un pecho. Cris, en cambio, solo era activa con su lengua, que no paraba de moverla dentro de mi boca, pero sus manos estaban inertes.



Paré el beso y sonreí. Ella me devolvió una sonrisa nerviosa. Le cogí una mano y le dije:​

  • ¿Quieres que nos vayamos ya a mi casa o quieres bailar un poco?​
  • No… no sé​
  • Mmmm estás preciosa, quiero que todo el mundo vea a mi chica, vamos a bailar​


Y la llevé a mi coche. Allí, antes de entrar, nos volvimos a liar en un apasionado beso. Esta vez sus manos sí me acariciaron, tímidamente. Entramos y arranqué.



CRISTINA

Cloe conducía con una sonrisa. No me podía creer lo que había hecho “¿Cómo me he atrevido?” No me lo explicaba, pero sí, la había besado de una forma casi inconsciente. Menos mal que ella le había devuelto el beso aunque en un primer momento me temía lo peor. Entonces recordé otra cosa “¿Por qué le he dicho que nos quedáramos solas? Pero si yo estaba deseando follar con los chicos ¿Y si no soy capaz de follar con ella?”. No paraba de darle vueltas a la cabeza con todo eso, estaba mareada por el nerviosismo, la bebida… “¿Y sí cuando estemos en la cama no soy capaz, y si salgo corriendo?”.



De pronto, el coche se paró y salí de mi ensimismamiento. Miré fuera y vi que había aparcado. La miré. Ella seguía sonriendo. Se desabrochó el cinturón, e inclinándose un poco hacia mí, puso una mano sobre mi muslo y dijo:​

  • Me encanta lo suave que tienes la piel (mientras movía su mano lentamente, acariciándome)​


No dije nada, solo sonreí como una idiota. Preguntó:​

  • ¿Desde cuándo te sientes atraída por mí?​
  • No… no lo sé​
  • ¿Desde hoy? ¿Es de ahora?​
  • No… creo que no​
  • Ah​
  • Yo… Cloe, no me gustan las mujeres​
  • ¿No?​
  • No, pero tú… me siento muy… contigo…​
  • Ya, entiendo​
  • ¿Y tú? Pensaba que no te interesaba, que no era tu tipo​


Cloe soltó una carcajada. Dijo:​

  • Ay, chérie, quiero follarte desde la primera vez que te vi​
  • ¿Sí?​
  • Sí, claro, eres una preciosidad, pero no te quería asustar​


Su mano se acercó a mis bragas, por la parte interna del muslo. Noté como empezaba a lubricar, me estaba poniendo muy cachonda. Abrí las piernas y ella sonrió. Sus dedos tocaron ligeramente mis bragas mientras me besaba. Quería gritarle que me tocara ya pero no podía con su lengua en mi boca. Me di cuenta que mis manos agarraban fuertemente el asiento. Entonces un dedo se paseó por mi coño, por encima de mis bragas. Cloe paró el beso para decir:​

  • Que mojadita estás, me encanta​


Para luego seguir besándome mientras sus dedos ya se movían resueltamente por encima de mis bragas, presionando y haciéndome gemir. Entonces, levanté una mano y la metí por el lateral del vestido de Cloe, cogiéndole un pecho. Noté su duro pezón y como una corriente me cruzaba todo el cuerpo. Entonces, Cloe metió un dedo dentro de mí. Gemí sin poder contenerme. Al poco, Cloe paró el beso y sacó el dedo, dejándome frustrada. Quise protestar pero entonces, Cloe se chupó el dedo que me había metido y gimió. Dijo:​

  • Está riquísimo​


Su mano volvió a bajar, tocándome de nuevo. Saqué mi mano de su vestido y lo bajé a su entrepierna. Toqué sus bragas. Moví mis dedos y noté que también estaba mojada, muy mojada. Cloe gimió y me besó con locura. Entonces, nos deslumbraron unas luces y paramos. Varios coches estaban aparcando allí mismo. Cloe se sentó bien y miramos como salía gente riendo. Esperamos pero no parecían irse. Entonces, ella suspiró y dijo:​

  • Estos no se van, están esperando a más gente​
  • Sí​
  • Mierda jajaja​


Yo ni podía reírme, estaba totalmente frustrada. Entonces, Cloe encendió la luz interna del coche, sacó su pintalabios y se puso a pintarse. Hice lo mismo. Luego salimos y fuimos a una discoteca. Allí, al principio estuve bastante cortada. Cloe intentaba enrollarse conmigo pero yo lo evitaba. Nos entraron bastantes tíos pero pasábamos totalmente de ellos. Tras un rato bailando y un par de copas, le estaba comiendo la boca a Cloe, sin importarme nada más. Esta discoteca, al igual que la de la semana anterior, estaba fuera de los sitios que iba normalmente con mis amigos así que era difícil que algún conocido me viera, pero es que me daba todo igual de lo caliente que estaba.



Me llevé a Cloe al baño y allí tuve mi primer orgasmo con otra mujer. También provoqué el primer orgasmo a otra mujer. Las dos nos hicimos unos dedos mientras nos besábamos. Salimos del baño no mucho más tranquilas de lo que entramos porque al poco, estábamos otra vez liadas.



Cuando ya no pudimos más, nos fuimos. Nos metimos en el coche y pregunté:​

  • ¿Dónde vamos?​
  • A mi casa​
  • Pero… ¿Y Paco? ¿No está?​
  • Sí, pero nos quedaremos en una de las habitaciones libres​


Me incomodaba que Paco estuviera por allí, pero luego pensé “A la mierda, si Cloe se lo contará”. Asentí, deseando llegar cuanto antes. Me quité las sandalias, los tacones me estaban matando.



Cuando llegamos, Cloe también se quitó las carísimas sandalias y entramos en la casa riéndonos y haciendo “chissst, chissst” para no despertar a Paco. Cloe me cogió de la mano para llevarme a una de las habitaciones de la planta de arriba, pero en el camino nos volvimos a enrollar y acabamos tumbadas en un sofá, besándonos mientras me desnudaba. Cloe me comió las tetas mientras me metía dos dedos. Yo me derretía de gusto. Luego, me lamió mi vientre hasta llegar a mi coño, que lamió y comió hasta producirme un gran orgasmo. Cuando me recuperé, fui yo la que la desnudó. Primero le quité la parte superior y le comí las tetas. Cloe tenía unos pezones grandes y duros, que mordisqueé y lamí con deleite. Luego, ella misma, sin poder aguantar más, me empujó hacia abajo. Lamí sus abdominales mientras tiraba de su falda y luego, ella misma se quitaba las bragas, abriendo sus piernas para mí. Besé su depilado pubis, muy suave y bajé mi lengua a su coño, lamiéndolo primero, con cuidado. Era mi primera vez pero no tuve ningún problema, estaba tan caliente que me costaba ir despacio pero no quería parecer precipitada y torpe. Le lamí el clítoris mientras escuchaba como gemía Cloe, y luego le separé los labios y le lamí directamente el coño, metiendo mi lengua. Me gustó su sabor. Lamí y chupé el clítoris mientras le metía dos dedos. El orgasmo le llegó tras varios minutos de intensa comida.



Nos quedamos tumbadas en el sofá, abrazadas. Luego, nos levantamos y fuimos a la cocina a beber agua. Subimos cansadas las escaleras, pero al llegar al dormitorio, volvimos a follar. Luego descansamos, abrazadas, sudorosas, las dos agotadas pero sin sueño, y estuvimos hablando un buen rato hasta que volvimos a follar de nuevo. Tras ese último polvo, me dormí.​
 
Acabo de terminar de leer el primer libro y volver a recordar la vida de Ana y Diego fue maravilloso y gratificante, con lo bueno y malo que les pasó.
Ahoraca seguir con el segundo libro y volver a recordar todo lo que se viene en esta gran historia.
 
Como no es spoiler y si ha pasado ya, si tengo que decir que Paco es un sinvergüenza y Carmen no se merece a Luis.
En cuanto a la historia de Ana y Diego si puedo decir que lo decisión que tomo Diego ahora mismo los que lo estén leyendo no la entenderán, pero más adelante se sabrá porque lo hizo, y no puedo decir más.
 
Como no es spoiler y si ha pasado ya, si tengo que decir que Paco es un sinvergüenza y Carmen no se merece a Luis.
En cuanto a la historia de Ana y Diego si puedo decir que lo decisión que tomo Diego ahora mismo los que lo estén leyendo no la entenderán, pero más adelante se sabrá porque lo hizo, y no puedo decir más.
Yo también la ley y me encanto. Pera la que más fue ( un verano diferente)
 
30



CRISTINA

Me desperté varias horas después con una urgente necesidad, tenía que orinar. Al principio, me sentí desorientada, pero entonces vi a Cloe a mi lado, desnuda y recordé todo. Me levanté intentando no hacer ruido. Miré a mi alrededor buscando mi ropa hasta que recordé que estaba en el salón. Busqué algo que ponerme pero no vi nada y no aguantaba más. Abrí la puerta con cuidado y escuché, pero tuve que salir rápidamente, realmente estaba a punto de hacérmelo encima.



Me dirigí rápidamente hacia el cuarto de baño, cuando de repente, apareció Paco en la puerta de su dormitorio. Los dos nos miramos sorprendidos. Ni intenté taparme, me había quedado bloqueada. Vi como Paco me observaba con asombro, y tras unos segundos, se puso de espalda y dijo:​

  • Lo siento, Cris​


No dije nada, quieta como una estatua. Entonces Paco preguntó:​

  • ¿Está despierta Cloe?​
  • No… no, duerme​
  • Ah, bien​


Entonces salí de mi parálisis y noté como se me subían los colores, de nuevo Paco me había visto desnuda. Y noté mi urgencia pidiendo a gritos salir. Pensé “Paso de todo esto” y me moví rápido hacia el baño, pero antes de entrar pregunté:​

  • ¿Qué hora es, Paco?​
  • Las ocho y quince​


“Mierda, que temprano”. Anoche me dormiría cerca de las cinco. Entré y cerré la puerta. Corriendo, me puse a orinar, y una vez aliviada, dije en voz alta:​

  • ¿PACO?​


Al poco, escuché pasos y a Paco preguntar:​

  • Dime​
  • ¿Me puedes hacer un favor?​
  • Sí, claro​
  • ¿Me puedes subir mi ropa? Está abajo…​
  • Sí, la he visto​
  • Gracias…. no, espera​
  • ¿Qué?​
  • Mejor trae mi mochila, está en el coche de Cloe​
  • Vale​


Me quedé sentada aunque ya había terminado de orinar. Estaba mareada y como atontada. Pensé “Debería haberle pedido el móvil”. Me levanté con un esfuerzo tremendo. Me limpié y me miré en el espejo. Tenía una cara que daba susto “Mierda, y encima de desnuda, me ha visto con estas pintas”. Me eché agua en la cara y me eché aliento en la mano, me notaba la boca muy pastosa, pero no me olía. De todas formas, me la enjuague con agua. Entonces, escuché ruido fuera y Paco dijo:​

  • Te lo dejo aquí. Voy a bajar, puedes salir cuando quieras​
  • Gra… gracias​


Me volví a mirar, todo mi aspecto maravilloso de la noche anterior se había ido al garete, mi pelo estaba hecho un asco, mi cara… Suspiré y salí fuera. Mi mochila estaba junto a la puerta así como la ropa de anoche, la mía y la de Cloe, y nuestras bragas y móviles. Sentí una profunda vergüenza al ver las bragas bien dobladas, pero luego sonreí “Paco está en todo”. Lo cogí todo y volví a la habitación. Pensé si vestirme y bajar, pero estaba que me caía de sueño. Dejé las cosas en el suelo, cerré la puerta y me volví a tumbar al lado de Cloe, echada sobre un lado, me daba la espalda.



Miré su espalda y culo, y me acerqué a ella. La acaricié con cuidado de no despertarla. Me pegué a ella y aspiré su olor, aún le quedaban rastros de su perfume y algo de sudor, pero era agradable, muy agradable. “Anoche fue una pasada, increíble”. Recordé sus besos, su sabor, su mirada… y me encendí, pero me limité a abrazarla y al poco, me dormí.



Me despertó mi móvil sonando. Cloe, a mi lado, refunfuñó en francés. Me levanté y vi que era mi madre, lo puse en silencio. Eran las doce y media. Cloe estaba boca abajo, con la almohada encima de la cabeza. Pensé que hacer, y al final, cogí la mochila y rebusqué. Saqué las bragas y sujetador de ayer, junto a un pantalón corto y camiseta de tirantes. Me vestí y salí de la habitación en silencio. Me metí en el baño y llamé a mi madre:​

  • Cristina ¿Dónde estabas?​
  • En la piscina, mamá (mentí)​
  • Ya podías haber contestado a los mensajes​
  • Los acabo de ver, no me he dado cuenta, me he dejado el móvil en la habitación​
  • Y nosotros preocupados, estaba a punto de llamar a Paco​
  • Lo siento, lo siento​
  • Bueno ¿Cómo estás?​
  • Bien, claro​
  • ¿No vienes?​
  • No lo sé​
  • Cristina, me gusta que te lleves bien con tu padrino y su mujer, pero lo mismo quieren un poco de tranquilidad, que no estés ahí tanto tiempo​
  • Son ellos los que me invitan, no vengo yo por la cara​
  • Lo sé, lo sé​
  • Bueno, mamá, te dejo​
  • Vale​


Y me despedí de ella. Me adecenté como pude peinándome y cogiéndome el pelo en una cola. Me lavé la cara, hice pis de nuevo… Cuando ya me vi bien, bajé. Paco estaba en la piscina, tomando el sol. Lo miré durante unos segundos antes de salir. Era un hombre atractivo a pesar de sus años, o quizás gracias a sus años. No tenía un cuerpo de gimnasio pero sí estaba delgado y en forma. Entendía lo que veía Cloe en él.



Me daba corte salir, la situación era absurda, había pasado la noche follando con su mujer, y ahora ¿Qué? Estaba claro que él lo sabía. Inspiré profundamente y salí. Lo saludé y él me miró sonriendo. Me preguntó por Cloe y le dije:​

  • Está aún medio dormida, no sé si se levantará ya​
  • Vale, mejor no la molestamos​
  • Sí, mejor​
  • ¿No te bañas?​
  • No sé, Paco, mejor me voy ¿No?​
  • No, le darás un disgusto a Cloe si te vas​
  • Pero… es que no quiero molestar más​
  • Ya sabes que no molestas ¿No tienes bikini?​
  • Sí, el que llevé ayer al SPA​
  • Pues póntelo ¿Quieres desayunar algo?​
  • Ahora me hago un café​
  • Te lo pongo yo mientras te cambias​


Fui a cambiarme y al salir ya con mi bikini, Paco me tenía preparado un café con unas magdalenas, que comí agradecida porque, de pronto, me daba cuenta que estaba desfallecida. Mientras, Paco me estuvo contando una anécdota sobre un desayuno y unos clientes que era bastante graciosa. Le agradecí en silencio que hiciera eso porque me sentía bastante incómoda, y con esa tontería, hizo que me relajara.



Luego, salimos a la piscina y me metí en el agua pero solo para refrescarme, tras lo cual, me tumbé a tomar el sol mientras Paco seguía contando anécdotas divertidas. Media hora después apareció Cloe con una pequeña bata y un café en la mano. La miré mientras ella besaba a Paco. Estaba sensacional, no se le notaban ojeras ni nada. Después de besar a Paco tiernamente, vino a mí y me dio un beso en los labios, también tierno. Luego, terminó el café, se quitó la bata quedándose totalmente desnuda y se tiró al agua. Desde allí nos llamó y nos fuimos también al agua.



Charlamos y reímos, sin hacer ninguna referencia a lo ocurrido durante la noche. Luego, salimos a tomar el sol. Tras un buen rato, Paco se incorporó y dijo:​

  • Ya es hora de comer algo ¿No? Estoy muerto de hambre… voy a preparar algo​


Y se metió dentro. Al poco, Cloe se levantó y dijo:​

  • Es verdad, yo también tengo hambre​
  • Y yo​


Entonces se acercó a mi tumbona y, sentándose al lado, me acarició suavemente la cara y dijo:​

  • Cris, lo de ayer fue fantástico​
  • S… sí​
  • De verdad, me lo pasé genial contigo, todo el día juntas​
  • Yo también​
  • Y la noche…​


Y se inclinó y me besó. Abrí mi boca para recibir su beso y busqué su lengua. Tras unos segundos, se separó, y sonriendo, dijo:​

  • Lo de anoche fue inolvidable​


Me acarició un poco más y se levantó. La vi entrar. Me quedé tumbada, estremeciéndome. Cuando me calmé entré. Paco estaba en la cocina. Fui y me puse a ayudarle. Al poco llegó Cloe, se había puesto un pantaloncito, pero sin nada arriba. Sacó unas cervezas y fue llevando vasos y las bebidas fuera, junto a platos para picar. Luego, se sentó a esperar. Paco terminó con la carne que estaba y salimos fuera, con la ensalada que yo había terminado de preparar y la carne. Nos pusimos a comer y charlar animadamente. Cloe se puso a contarle a Paco todo lo que habíamos hecho ella y yo durante el día anterior. Paco escuchaba sonriente, haciendo algún comentario. Luego, Cloe dijo de una forma increíblemente natural y normal:​

  • CL: Y llegaríamos aquí a eso de las dos y media ¿No, Cris?​
  • C: Sí, creo que sí​
  • CL: Pero, no sé, no nos dormimos hasta cerca de las cinco, las dos teníamos muchas ganas de sexo ¿Verdad?​


Noté como los colores se me subían a la cara. Miré a Paco que sonreía abiertamente. Dijo:​

  • P: Me alegra mucho, cariño​
  • CL: Sí, fue fantástico​


Cloe me miró sonriente. Yo no sabía que decir, pero se hizo un silencio incómodo. Dije:​

  • C: Me… me lo pasé muy bien​
  • P: Genial​


Cloe me miraba intensamente. Dije:​

  • C: Durante el día y en el sexo​
  • P: Chiquilla, que parece que vas a explotar… aquí esas cosas nos la tomamos con total naturalidad, no te cortes​
  • C: Es que… es raro jeje​
  • P: Ya, te entiendo​
  • CL: ¿Solo “muy bien”?​
  • P: Jajaja​
  • C: No, no… quiero decir… fue increíble​
  • P: No seas mala, cariño, jajaja​


Cloe sonrió ampliamente, me acarició la cara y dijo:​

  • CL: Perdona, es que estás preciosa con estos colores jaja​
  • C: Puffff​
  • CL: Bueno ¿Y tú? ¿Qué tal tu tarde?​
  • P: Bien, bien​
  • CL: ¿Se portó bien Ade?​
  • P: Jajaja​
  • CL: Espero que fuera obediente​


Entonces, Cloe me miró y dijo:​

  • CL: Ya viste el jueguecito que Paco se trae con Ade y Lola​
  • C: ¿Jueguecito?​
  • CL: De amo y sumisas​
  • C: Ah, sí​
  • P: ¿Solo yo? Pero si lo empezaste tú​
  • CL: Bueno, pero ayer no estaba yo​
  • P: Jajaja​
  • C: Eso… eso me llamó mucho la atención​
  • P: ¿El qué?​
  • C: Como… (de nuevo noté como me sonrojaba)​
  • P: Dilo, no te cortes​
  • C: Pues… como te miraban todo el rato buscando tu permiso​
  • P: Sí, ese es el juego​
  • CL: No me has contestado ¿Fue obediente?​
  • P: A medias​


Cloe lo miró divertida pero haciendo parecer que estaba enfadada y dijo:​

  • CL: No puede ser ¿Se ha atrevido a desobedecer?​
  • C: No me estoy enterando de nada​


Paco me miró y preguntó a Cloe:​

  • P: ¿Se lo contamos?​
  • CL: Claro, Cris es de total confianza​
  • P: Verás, últimamente Ade ha estado un poco mmmm revoltosa​
  • CL: Habla claro, Ade ha estado exigiendo follar más​
  • P: Eso jajaja​
  • C: Ah​
  • CL: Y ese no es su papel​
  • P: Verás, es que Ade es una mujer que nunca ha sabido disfrutar del sexo… nunca hasta que empezó a hacerlo con nosotros​
  • C: Ah (más asombrada aún)​
  • P: Y nos dimos cuenta que, detrás de esa fachada de mujer fuerte y mandona, le gusta el papel sumiso, lo disfruta mucho, le pone mucho​
  • CL: Ella nunca lo había hecho con una mujer ni tenido sexo duro, nada, solo era hacerlo porque tocaba ¿Entiendes?​
  • C: S… sí, creo​
  • CL: Con nosotros ha descubierto que el sexo puede ser muy placentero y adictivo​
  • C: Yo… yo la vi muy mmmm con Lola, ya sabes​
  • CL: Sí, está enganchada de Lola, y eso que el primer día se enfadó porque la metimos en el juego​
  • C: Ah​
  • CL: Pero ahora no puede estar sin ella, y ahí viene el problema, exige follar más con Lola, con nosotros, se enfada si no lo hacemos con ella, si Lola folla con otras…​
  • P: Pufff, está que se pone histérica y amenaza con contárselo a su marido​


Los escuchaba con la boca abierta. Cloe dijo:​

  • CL: Así que ahora estamos “domándola”, para que se tranquilice y sepa cuál es su papel​
  • P: Que obedezca, como antes​
  • CL: Y estamos con severos correctivos​
  • C: ¿Eso qué quiere decir?​
  • CL: Algo de sado, con azotes​
  • C: ¡¡No me digas!!​
  • CL: Poco, pero lo suficiente para que vuelva al papel sumiso​


Flipaba con lo que contaba. Entonces Paco dijo:​

  • P: Pues ayer, cuando llegó, le pedí que me enseñara lo que había comprado​
  • C: ¿Comprado?​
  • CL: Le dije que eligiera con qué quería que la azotáramos​
  • C: ¿Cómo?​
  • CL: Hay fustas, palas, látigos… pues que eligiera uno​
  • C: Diossssss​
  • P: Y no había traído nada, y tan tranquila​
  • CL: Uff, se va a enterar cuando la vea​
  • P: Nos enrollamos entre los tres y subimos arriba, y allí, ya desnudos, la até a la silla y la dejé mirando mientras follaba con Lola​
  • CL: Bien hecho​
  • P: Se puso como loca, le puse la mordaza, y cuando acabamos Lola y yo, se la quité, casi lloraba pidiendo participar​
  • CL: ¿Sí?​
  • P: Bueno, quizás me pasé un poco porque le dije que no iba a participar nunca más si seguía desobedeciendo y eso la alteró mucho​
  • CL: También se lo advertí​
  • P: Pues ayer se lo creyó de verdad… me pedía perdón, que no lo había comprado porque le dijiste que sería después del verano, que no era por no obedecer, es que no te entendió, que claro que lo iba a comprar y a obedecer​
  • CL: Oh, pues creo que sí, que le dije eso jajaja​
  • P: Al final la desaté y ella cogió un cinturón, me lo dio y se puso a cuatro sobre la cama para que la castigara​
  • CL: Jajaja​
  • C: Ay, dios (dije alucinando)​
  • P: La azoté un poco y luego follamos los tres, estuvo muy complaciente jajaja​
  • CL: Bueno, entonces bien​
  • P: Sí​


Seguimos charlando mientras yo alucinaba con las cosas que contaban, como si fueran lo más natural del mundo. Luego, nos volvimos a tumbar al sol. Al rato, Paco dijo que se subía a echarse un rato. Me estaba quedando adormilada cuando escuché como Cloe se tiraba al agua. Me levanté y también fui al agua. Nadamos un poco hasta que Cloe se me acercó con una mirada que me dio escalofríos. Me desató la parte de arriba del bikini diciendo:​

  • Tienes unos pechos preciosos, mejor así​


Miré fuera, nerviosa por Paco. Noté la mano de Cloe acariciándome una teta, y le dije riéndome:​

  • Para, no seas loca​
  • Mmmm, me encantan​
  • Cloe, por favor, que puede venir Paco en cualquier momento​
  • No, está dormido​
  • Pero…​


Entonces me besó y nos liamos en un beso profundo y largo. Cloe estaba desnuda y acaricié también sus pechos. Entonces, su mano bajó y se coló dentro de mi bikini. Paré el beso y dije:​

  • Cloe, por favor, aquí no…​
  • Me tienes muy cachonda, chérie​
  • Pero…​


Noté como su dedo acariciaba mi clítoris y me estremecí. La besé. De repente, Cloe me quitó la parte de abajo, quedándome desnuda. Le dije:​

  • Aquí no, subamos​
  • Chisssst​


Me volvió a besar y noté sus dedos dentro de mí. Le agarré el culo y me dejé hacer. Al poco, noté el orgasmo muy cercano. Cloe dejó de besarme y me dijo al oído:​

  • ¿Te gustó mi coño?​
  • Síiii​
  • ¿Quieres comérmelo?​
  • Sí, sí​
  • ¿Quieres que yo te lo coma?​
  • Sí, por favor, sí​


Su lengua me lamió la oreja, el cuello, se metió en mi boca… y exploté sin poder contener un grito y agarrándome a ella. Nos quedamos abrazadas dentro del agua hasta que Cloe me soltó y salió fuera. Me dio la mano y salí. Entonces, me abrazó y besó de nuevo, las dos desnudas a plena luz del día y con Paco a unos metros durmiendo, pero ya todo me daba igual, tenía un calentón enorme y no pensaba. Tras terminar el beso me preguntó:​

  • ¿Subimos?​
  • Sí​


Me cogió de la mano y me llevó a la misma habitación de la noche anterior, las dos mojadas pero muy calientes. Nos tiramos en la cama besándonos. Con ansia, le comí las tetas y bajé hasta su coño, pasando mi lengua por su cuerpo. Se lo comí mientras le metía dos dedos. Cloe gemía sin control, apretándome la cabeza contra su coño. Mi excitación subió mucho viéndola en ese estado, igual que cuando chupaba una polla y veía al chico disfrutando. Aumenté el ritmo de mis dedos y mi lengua, Cloe estaba cercana al éxtasis, pero, de pronto, Cloe me apartó y se giró, poniéndole a 4 sobre la cama. Entendí lo que quería. Le volví a meter dos dedos mientras le mordisqueaba y lamía los duros glúteos. Luego, le lamí el ano mientras movía mis dedos dentro de su coño, muy rápido, y con el pulgar le acariciaba el clítoris.



Cloe gemía muy alto, sin control. Se incorporó, poniéndose de rodillas y arqueando la espalda. Me incorporé también, pegándome a su espalda, sin dejar de mover mis dedos. Con la otra mano, le cogí las tetas desde atrás mientras besaba su nuca y cuello. Ella me cogió esa mano y la bajó a su culo, a su ano. Le metí un dedo pero ella insistió. Le metí dos por el culo mientras seguía masturbándola rápidamente. Movía sus caderas contra mis dedos, sin dejar de gemir y hablar en francés. El orgasmo la paralizó un segundo y luego dio un grito que retumbó en mis oídos. Se desplomó boca abajo en la cama, temblando. Me tumbé sobre ella, besando sus hombros, mientras dejaba mis dedos quietos dentro de ella.



Luego, se puso boca arriba y nos besamos largamente. Nos abrazamos mientras se recuperaba. Poco a poco, ella empezó con las caricias, besos y de repente, me giró, poniéndome boca abajo. Noté su lengua en mi espalda, bajando lentamente. Llegó a mi culo, lo lamió, mordisqueó y luego, llegó a mi ano. Lo lamió lentamente. Me moría de gusto. Entonces paró, y me dijo:​

  • Espera un momento, chérie​


La miré salir de la habitación, sin entender nada y sintiéndome abandonada en mi excitación. Volvió al poco con varias cosas en la mano. Cerró la puerta y vi que eran juguetes sexuales, consoladores. La miré sin entender bien y entonces, ella dijo:​

  • Tú relájate, preciosa​


Volvió a besarme en la espalda y luego, siguió por donde lo había dejado, mi ano. Me lo lamió y noté como su lengua se introducía un poco dentro, cosa que me excitaba aún más. Siguió así unos segundos más hasta que paró y noté que algo presionaba ahí. Inmediatamente, levanté y giré la cabeza para mirarla, con miedo, me estaba intentando meter por el culo uno de los consoladores que había traído, y en el que me había fijado era grande. Cloe dijo:​

  • Chiiissst, relájate​
  • Pero…​
  • Confía en mí​
  • Es muy grande​
  • No, tranquila, no es el grande, y está muy lubricado, confía​


Me debatí conmigo misma, entre el miedo y la excitación. Cloe acariciaba mi ano con el juguete, sin presionar mucho, esperando. Al final, volví a bajar la cabeza. Entonces, Cloe presionó. Me moví nerviosa pero la escuché tranquilizándome. El juguete fue entrando lentamente. Dolía algo, pero no mucho. Cloe me acariciaba con una mano mientras que con la otra empujaba. Noté como se expandía mi ano, y de repente, la presión se alivió, pero noté que seguía dentro. Levanté la cabeza, extrañada. Cloe sonrió y dijo:​

  • Es un plug, solo se mete eso​
  • Ah (no sabía a qué se refería)​
  • ¿Te gusta?​
  • Mmmm no sé​
  • Espera, siéntelo​


De repente, volví a sentir la presión, y luego desapareció, y luego volvió. Imaginé que Cloe estaba moviéndolo. Noté sus dedos en mi coño, y entre eso y el movimiento del juguete, volví a excitarme. Levanté un poco la cadera para darle más acceso a mi coño. Cloe me metió dos dedos, moviéndolos lentamente mientras seguía con el juguete. Esto me estaba gustando y empecé a gemir.



Cloe siguió así un rato, calentándome lentamente pero sin pausa. Paró un momento y protesté con un gemido lastimero pero ella dijo:​

  • Un momentito…​


Entonces, noté como algo se introducía dentro de mi coño, algo duro y grande. Cloe empezó un mete saca del consolador sin para de mover el de mi culo. Esto me estaba volviendo loca de gusto. Tras un rato, me giró, poniéndome boca arriba. Me besó apasionadamente sin parar de mover el consolador, ahora el del culo ya quieto. Me chupó los pezones y fue bajando. Noté su lengua en mi clítoris y el ritmo endiablado de su mano metiendo y sacando el consolador. Me llegó un orgasmo enorme, grité, me sacudí incontrolablemente, y me quedé en estado catatónico.



Me desperté sola, no sabía cuanto tiempo había pasado. Miré a mi alrededor confusa. Vi el gran consolador al lado mía. Noté que el otro seguía en mi culo. Me levanté y me miré. Tiré de él y vi que era, lo conocía aunque no su nombre. Pensé que ahora me cuadraba lo que había sentido. Lo dejé en la cama y pensé que era mi primera experiencia con juguetes “Esta semana parece que todo es mi primera experiencia” pensé sonriendo. Busqué mi ropa y me acordé que estaba todo abajo. “Dios, otra vez como esta mañana, aquí desnuda”. Salí despacio, escuchando. Bajé y, a través de la puerta de cristal, vi a Paco y Cloe charlando en la piscina. Cloe tumbada y Paco dentro del agua.



Pensé en entrar en donde tenía mi mochila y vestirme, pero aún era temprano y quería bañarme y tomar algo más el sol. Vi mi bikini en mi toalla. Dudé, podía coger una toalla del baño y cubrirme para salir, sería lo más lógico, pero Paco ya me había visto desnuda, incluso follando con Tony, iba a parecer una mojigata. Inspiré y salí aparentando naturalidad aunque me moría de vergüenza. Los saludé y me miraron, Paco con una sonrisa y Cloe igual, pero eran distintas sonrisas. Cogí y me puse la parte de abajo del bikini mientras decía:​

  • C: Me he quedado dormida ¿No?​
  • CL: Sí​
  • C: ¿Cuánto tiempo?​
  • CL: Veinte minutos o así ¿No, Paco?​
  • P: Sí, me habéis despertado con los gritos jeje​
  • C: Oh, lo… lo siento (notando como me subían aún más los colores a la cara)​
  • CL: Has caído redonda (sonriéndome con lascivia)​
  • C: Sí, bueno, es que ha sido muy fuerte jeje​


Miré la parte superior y decidí que ya ni merecía la pena ponérmelo. Me tumbé boca arriba mientras Cloe decía:​

  • CL: Yo acabo de bajar también, me has dejado muerta​
  • C: Pues anda que tú a mí jajaja​


Me quedé allí un par de horas más. Paco y Cloe insistieron en que me quedara a cenar pero, aunque tenía ganas, preferí volverme a casa y cenar con mis padres. Me vestí y Paco se ofreció a llevarme al metro. Salí fuera con mi mochila y cuando iba a entrar en el coche, apareció Cloe con una bolsa. Dijo:​

  • Te dejas esto​


Lo abrí y vi que era el vestido, zapatos, bragas, bolso,... Le dije:​

  • No, pero esto es tuyo​
  • ¿Mío?​


Me acerqué mucho a ella y le dije:​

  • Es muy caro, Cloe​
  • Pero estás guapísima con este vestidito, tuyo es​
  • Pero Cloe, yo no puedo…​


Me dio un beso en los labios y se fue. Me metí en el coche turbada. Paco arrancó. Miré dentro del bolso, allí tenía mi cartera, ni me había acordado de cogerla. Dentro vi los pendientes y el collar. Me sentí aún peor. Paco me fue dando conversación intrascendente durante todo el camino. Vi que se pasaba la calle donde estaba el metro y me dijo que era tarde y mejor me llevaba directa a casa. Se lo agradecí. Me dejó en mi portal, pero antes de salir me dijo:​

  • Cris​
  • ¿Sí?​
  • Gracias por hacer disfrutar así a Cloe, lo necesitaba​


Me puse colorada a tope y él se rio y dijo:​

  • Jajaja, no me refiero concretamente al sexo, si no a que la pone muy feliz estar contigo, charlar… esas cosas… aunque el sexo también, eso se le notaba también jajaja​
  • Ya jeje​
  • Y siento si te hemos incomodado con nuestras conversaciones​
  • No, que va… es que es algo raro, pero me gusta habléis así conmigo​
  • Bien, bien​


Le di un beso y me bajé. Subí a casa. Tuve que dar el “parte” a mis padres, sobre todo a mi madre que empezó con el interrogatorio como quien no quiere la cosa, pero tenía muchas ganas de enterarse de todo. Durante la cena, me preguntó:​

  • ¿Y Borja? ¿Has hablado con él?​
  • Claro que he hablado con él, mamá​
  • ¿Cuándo?​
  • Ayer y hoy​


Era verdad, habíamos hablado por ***** varias veces. El mayor problema fue la noche anterior, que me llamó cuando estaba cenando con Cloe, pero le dije la verdad, que estaba con Cloe tomando algo, aunque le dije que ya mismo me volvía a casa.



Cuando terminé de cenar les dije que me acostaba ya. Estaba realmente cansada. No me dio ni tiempo a pensar en la locura de fin de semana que había pasado, me quedé dormida de inmediato.



CARMEN

Abrí la puerta del dormitorio de Cristina y vi que dormía profundamente. Volví al sofá donde Luis hacía esfuerzos evidentes por no dormirse. Me senté a su lado y me eché sobre él. Le dije:​

  • Ya duerme​
  • Ah, vale​
  • La piscina cansa​
  • Ya, ya​
  • Y tú estás que te caes​
  • Sí​


Era normal, anoche nos dormimos bien tarde. Aprovechando que Cristina no iba a dormir en casa, salimos y volvimos tarde, y luego el sexo, que fue más largo de lo normal. “De buena gana echaba otro polvo, pero Luis está que se duerme”. Cogí el mando de la tele y la apagué. Le dije:​

  • Anda, vamos a dormir, que no puedes mantener los ojos abiertos​
  • Sí, mejor​


Y nos fuimos a la cama, aunque no a hacer lo que yo tenía ganas. Al menos, Paco esta semana sí estaba, y ya me había confirmado la cita.



PACO

Estábamos terminando de cenar en el jardín y le pregunté a Cloe:​

  • ¿Qué quieres de postre?​
  • Uff, creo que nada​
  • ¿No?​
  • Ponme una copa​
  • Vale​


Me levanté y fui a por hielo. Preparé las copas y volví al jardín. Bebimos en silencio. Durante la cena habíamos estado hablando de la semana, las cosas que teníamos que hacer en nuestros trabajos, nada más. Ahora, mirando el cielo estrellado, me dijo:​

  • ¿Te cuento ya?​
  • Claro, pero antes me acordé de algo de ayer que se me ha olvidado decirte​
  • ¿El qué?​
  • Me pidió permiso Ade para follar con Lola durante la semana​
  • Ah ¿Y qué le dijiste?​
  • Que sí​
  • Mmmmm, eres blandito​
  • La chica se había portado muy bien​
  • Jajaja, bueno, vale, pero está bien que vuelva a pedir permiso​
  • Eso pensé​


Cloe se estiró y dijo:​

  • Tengo sueño (reprimiendo un bostezo)​
  • Ya te veo​
  • No tengo cuerpo para follar​
  • Ah​
  • Estoy extenuada, de verdad​
  • Vale, no pasa nada​


Cloe dejó el vaso en la mesa, se levantó y se sentó en el suelo, entre mis piernas. Dijo:​

  • Una mamada mientras te cuento ¿Vale?​
  • Claro​


Me empezó a acariciar el paquete y preguntó:​

  • Viste mi mensaje anoche ¿No?​
  • Sí, me despertó​
  • Ya ¿Desde dónde miraste?​
  • Desde arriba​
  • Se veía bien ¿no? Entraba mucha luz de la luna​
  • Sí, bastante bien​


Cloe me había mandado un mensaje diciendo “Voy a casa con Cristina, me la voy a follar en el sofá, mira pero que no te vea”. Le hice una seña para que continuara. Cloe dijo:​

  • Fue cosa de ella ¿Sabes?​
  • ¿Sí?​
  • Sí, ella me besó, me sorprendió​
  • Pues vaya, pensaba que la habías convencido​
  • Yo estaba pensando mil cosas para ver como me enrollaba con ella, y al final, fue ella la que dio el paso jajaja​


Moví la cabeza mostrando sorpresa, y era verdad, me había sorprendido. Cloe me bajó los pantalones y sacó mi polla, ya casi erecta, y empezó a masturbarme. Dijo:​

  • ¿Y qué te pareció?​
  • Tiene un bonito cuerpo​
  • No me refería a eso, ya la habías visto desnuda antes​
  • Sí​
  • Me refiero a como folla​
  • Ah, pues me asombró las ganas que ponía ¿La drogaste o emborrachaste?​
  • No, que va, bueno, algo bebimos durante la cena, pero poco​
  • Ah, entonces es que ella te tenía muchas ganas ¿no?​
  • Eso parece​
  • ¿Y a ti qué te pareció?​
  • Bueno, se le nota la inexperiencia, pero la suple con las ganas, fue poco mañosa pero muy voluntariosa jeje​


Cloe sacó la lengua y lamió mi polla, lentamente, pasando la lengua por la punta durante bastantes segundos. Luego, continuó con las manos y dijo:​

  • Ese primer polvo fue muy rico pero en cada uno de los siguientes ha ido mejorando notablemente​
  • ¿Cuántos polvos echasteis anoche?​
  • Follamos la vez en el sofá y luego, en la cama, dos veces más​
  • Ah ¿Sabes? Gime y grita como la madre, como Carmen​
  • ¿A qué te refieres?​
  • A que es igual de ruidosa, se deja llevar mucho ¿No?​
  • Ah, sí, y eso me pone mucho​


Cloe empezó la mamada, se metió mi polla en la boca y la chupó pero aún lentamente. La dejé hacer durante un ratito y luego le pregunté:​

  • ¿Te lo comió bien?​


Cloe paró la mamada y dijo:​

  • En cada polvo ha ido mejorando, pero sí, no lo ha hecho mal ninguna vez… y besa muy bien​


Cloe volvió a la mamada. Recordé el polvo de ellas dos en el sofá. Había sido muy excitante. Cloe paró la mamada y dijo:​

  • Espera, no pienses aún en el polvo del sofá, deja eso para cuando te vayas a correr, aún tengo cosas que contarte​
  • Vale​


Cloe volvió a la mamada. La miré. Al rato, paró y me dijo:​

  • Me comió el culo anoche, fue cosa de ella, por iniciativa propia​
  • ¿Sí?​
  • Sí, yo aún no se lo había comido, me sorprendió agradablemente​


Cloe sonrió porque yo sabía lo mucho que a ella le gustaba eso. Entonces, Cloe bajó la cabeza y me lamió los huevos, y luego me los chupó. Al terminar, siguió:​

  • Y esta tarde aún ha estado mejor, aunque la he tenido que guiar un poco, pero aprende rápido​
  • Tiene una buena maestra​
  • Sí… y le he metido un plug por el culo, y con él puesto, la he follado con el consolador ese que tanto me gusta​
  • Ah ¿Y?​
  • Ha sido bestial, ha tenido un orgasmo… bueno, ya la escuchaste ¿no?​
  • Sí, jeje… por cierto, me gustó mucho el polvo en la piscina, se corrió rápido ¿no?​
  • Sí, se pone a tono muy rápido​
  • Y cuando salisteis las dos desnudas y os besasteis.. ufff, vaya espectáculo​
  • Te vi mirando, lo preparé para ti​


Sonriéndome. Pensé en esa tarde. Estaba acostado en la cama y, al escuchar los gemidos de Cristina, me levanté y miré por la ventana justo para ver como se corría y luego como salían desnudas, preciosas, y ese beso… Me excitó muchísimo. Cloe dijo:​

  • Creo que voy a preparar ese culito para que Robi la desvirgue en condiciones​
  • ¿Robi? Ufff, casi mejor Tony ¿no?​
  • No, Robi​
  • Jajaja​
  • Mmmm creo que ya no tengo nada más que contarte, córrete cuando quieras pero no tengo prisa, me apetece chupártela durante un ratito​


Y prosiguió con la mamada. Poco a poco fue aumentando el ritmo, sin dejar de mirarme. Yo la miraba pero, a la vez, pensaba en ellas dos juntas. Cristina era una belleza, de eso no había duda, y se estaba mostrando como una buena zorrita.



Aguanté sin correrme hasta que Cloe decidió que ya era hora y me acarició los huevos mientras aumentaba la velocidad de la mamada. Me corrí en su boca. Cloe paró la mamada mientras recibía mi leche. Siguió mamando un poco más y luego, se levantó. Se había tragado todo, como siempre. Me miró sonriente. Cogió el vaso y se terminó la copa. Entonces dijo:​

  • Me acuesto ¿Recoges esto?​
  • Claro​
  • Gracias… Buenos noches, amor​


Y me dio un beso. La vi irse. Miré la hora, era temprano. Recogería todo y luego vería un poco la tele, aún no tenía sueño aunque había sido un día interesante, muy interesante.​
 
31



CRISTINA

Cogí el móvil y escribí:​

  • Buenos días, Cloe ¿Tienes un ratito para mí en algún momento de esta mañana?​


Dejé el móvil en la mesa. Llevaba ya dos horas en la oficina y seguía igual que la semana pasada, todos me ignoraban y estaba aburrida. No había querido contarle nada a Cloe durante el fin de semana, por no estropear el buen ambiente, pero estaba ya desesperada, no sabía como hacer el trabajo que ella me había dado. Entonces, sonó una notificación. Miré mi móvil, era Cloe:​

  • Claro, vente cuando quieras​


Me levanté de un salto y salí de la oficina, sin decir nada a nadie. Fui al despacho de Cloe. Su secretaria me saludó y le pregunté si podía entrar y ella afirmó. Llamé a la puerta y entré. Cloe estaba hablando al teléfono. Me quedé de pie, esperando. Cloe me señaló el sofá. Me senté y me quedé mirándola y escuchándola. Era toda una mujer de negocios, segura, hablando claramente… la admiraba y, a la vez, me atraía muchísimo. Recordé sus besos, su cuerpo, y me estremecí. Intenté pensar en otra cosa y cogí una revista de la mesa, una revista de negocios. Entonces, Cloe colgó y me levanté como si tuviera un resorte, diciendo:​

  • Perdona que te moleste, Cloe​


Cloe se levantó y se me acercó sonriente. Fui a darle dos besos pero ella se me anticipó y me besó en la boca. Me quedé un poco turbada y Cloe dijo:​

  • ¿Qué pasa, Cris? Te noto muy formal​
  • No, es que… es que era para hablar del trabajo​
  • Ah, dime​
  • Yo… es que no te quise contar una cosa estos dos días, por no molestarte, pero…​
  • ¿Molestarme? A ver, dime​
  • Yo… no sé como hacer lo que me has encargado​


Y le conté todo mientras nos sentábamos en el sofá. Terminé diciéndole:​

  • He pensado que, como no me quieren dar acceso a los ficheros, tú podrías pedírmelo y…​
  • ¿Pedírtelo? ¿A Claudia?​
  • No, no, me refiero a… informática ¿no?​
  • Mmmm, eso no va a ser posible​
  • ¿Por?​
  • Porque informática está en el departamento del marido de Claudia​
  • Oh​


Se me cayó el ánimo al suelo. Era mi única idea. La miré con desesperación y dije:​

  • Es que… no sé que más hacer ¿Me puedes aconsejar?​
  • Mmmm, el otro día lo hiciste muy bien​
  • ¿Cuándo?​
  • Cuando me mandaste la información​
  • Pero eso fue que aproveché uno de sus ordenadores que se habían dejado abiertos y…​
  • Pues haz eso mismo ¿no?​
  • Ya pero…​


Me quedé pensando pero me tuvo que ver agobiada porque dijo:​

  • ¿Qué te pasa, Cris? Te noto muy nerviosa​
  • Es que… te voy a defraudar, Cloe, no veo como hacer esto y…​
  • Cris, no​
  • Me dijiste que confiabas en mí para esto pero no me veo capaz de…​
  • Cris, espera… cuando te dije que confiaba en ti, me refería a que sé que vas a hacer todo lo posible, pero eso no quiere decir que si no lo consigues me sienta defraudada, sé de la dificultad​
  • Pero…​
  • Mi confianza contigo ha sido para pedirte algo así y porque sé que lo vas a intentar con todas tus fuerzas, a eso me refería… y sé que en eso no me vas a defraudar​


Y me sonrió. Entonces, sonó el teléfono de su mesa. Cloe se levantó y contestó. Era su secretaria para recordarle una reunión. Cloe dijo que sí, que ahora salía. Se volvió hacia mí. Me levanté y me dirigí a la puerta. Cloe se me acercó, sonriendo:​

  • No te agobies, Cris​
  • Ya, pero…​
  • Al verte tan seria y nerviosa, pensé que me ibas a decir que estabas arrepentida por lo de estos días​
  • ¿Qué? Nooo, eso no​
  • Ah, me alegro mucho, me has asustado un poquito…​


Me acarició el pelo y me dijo:​

  • Estás muy guapa y sexi​


Entonces se inclinó y me besó. Abrí mi boca moviendo ansiosa mi lengua para buscar la suya. Noté su mano en mi culo mientras las mías hacían lo mismo. Tras unos segundos, ella se separó de mí, dejándome con ganas de más. Dijo tristemente:​

  • Chérie, me tengo que ir​


Asentí aunque me había dejado temblando. Cloe se dirigió a su mesa y cogió su portátil. Con él, fue hacia su puerta, y yo la seguí salimos fuera y me dijo:​

  • Tú tranquila, no te agobies​
  • Ya​
  • Y luego te aviso, esta tarde tenemos entrenamiento con Tony​


Y la vi alejarse. Me volví a mi oficina con un hormigueo en el estómago. Me senté y seguí pensando y esperando. Cuando se empezaron a ir a desayunar, intenté ver si me podía acercar a algún portátil pero nada, no hubo forma porque siempre se quedaba alguien. O esperaba a que se fueran todos juntos a una reunión como la otra vez, o lo veía imposible. Miré a Lidia, la muy cabrona ni me había mirado ni saludado. Y Álvaro sí me había devuelto un tímido “Buenos días” por la mañana pero nada más, aunque lo había pillado varias veces mirándome cuando me levantaba. Estaba claro que el único que podría ayudarme era él, pero estaba acojonado con Claudia. Decidí hacer otro intento. Me levanté y fui a su sitio, colocándome de forma que viera claramente mis muslos. Le dije:​

  • Álvaro​


Él me miró nerviosamente, y miró a todos los demás. Dije:​

  • ¿Puedo ayudar en algo?​
  • No, ya lo sabes​
  • Pero es que estoy sin hacer nada​
  • Ya​
  • Aunque sea buscar información, no sé, algo para ayudaros​
  • Cristina, sabes lo que ha dicho Claudia (me dijo muy bajito)​
  • Ya pero…​
  • Por favor, quédate en tu sitio y búscate un curso o algo, aprovecha el tiempo y haz algo de formación​


Me incliné sobre él, acercándome mucho, más de lo normal, y le dije:​

  • Aconséjame sobre uno​


Álvaro se separó nerviosamente, diciendo:​

  • Yo… miraré algo, no sé…​
  • Te lo agradecería mucho​


Y lo vi mirándome el escote, sabía que tal como estaba inclinada, se me estaría viendo perfectamente el sujetador, pero me daba igual si con eso conseguía que me diera algo de información. Álvaro se levantó mirándome nervioso y dijo:​

  • Luego… luego lo miro, tengo que ir… irme…​


Y salió corriendo. El chico era un acojonado total. Suspiré defraudada una vez más y me volví a mi sitio, fijándome como me miraba Lidia con enfado. “Gilipollas” pensé pero le sonreí. Ella hizo un gesto despectivo. “Que asco de gente” pensé mientras me sentaba. Miré mi monitor, sin ganas de nada. Miré la hora, menudo suplicio.



Conseguí pasar el día laboral como pude sin morirme de asco, y cuando me llegó la notificación de Cloe, casi doy un salto de alegría. Me decía de irnos ya. Cogí mis cosas y me fui, sin despedirme de nadie.



Fui a comer con Cloe y luego fuimos a su casa. Estaba muy contenta hasta que me dijo:​

  • Después del entrenamiento me tengo que ir​
  • ¿Qué? ¿Dónde vas?​
  • A Barcelona​
  • ¿Otra vez de viaje?​


Cloe me acarició la cara y dijo:​

  • ¿Estás triste?​
  • Claro​
  • Solo será un día, dos como mucho​
  • Jooooo​
  • Cogeremos el AVE esta tarde​
  • ¿Cogeremos?​
  • Paco y yo​
  • Ah​
  • Te puedes quedar en la casa con Tony​
  • No, no sé…​
  • ¿Tenías otros planes?​
  • Pues sí​
  • ¿Planes conmigo?​
  • Sí (con tono triste)​
  • Ohh, que lástima… yo también tenía planes contigo y con Tony​
  • Joooo​


Nos quedamos calladas. Le dije:​

  • Mi novio vuelve la semana que viene, pensé que íbamos a aprovechar bien la semana…​
  • ¿Sí? Bueno, no te preocupes, la aprovecharemos cuando vuelva​
  • Eso espero​
  • Pensaremos algo para este fin de semana, algo “especial”​
  • ¿Especial?​
  • Con los chicos ¿No?​
  • Ah, jeje, vale, vale​


Cloe miró la hora y dijo:​

  • Anda, vamos, que Tony está a punto de llegar a la casa y no vamos a estar​


Fuimos al coche. Al llegar, Tony estaba esperando. Nos dio besos y entramos. Rápido empezó con la tortura mientras nos puteaba por haberlos dejado tirados el sábado. Cloe le contó lo que había pasado, y no pude evitar sonrojarme. Tony me miró sonriendo y dijo:​

  • Así que te unes al club bi​
  • No, no me gustan las mujeres, solo Cloe​
  • Oye ¿Y tú te crees que a mí me gustan todos los tíos?​
  • Pero a mí solo Cloe jajaja​


Y bromeamos mientras sudábamos la gota gorda. Casi al final de la sesión llegó Paco y nos saludó. Dijo:​

  • Cariño, voy preparando mi maleta​
  • Vale, ya subo a ducharme​


Terminamos y Cloe desapareció. Miré a Tony que dijo:​

  • ¿Nos bañamos?​
  • Es que se van​
  • ¿Y?​
  • No sé…​
  • Vamos a divertirnos juntitos ¿no?​
  • Jajaja ¿Y sí…?​
  • ¿Qué?​
  • ¿Vamos para tu casa y esperamos a Robi?​
  • Oh, ya me gustaría, pero hoy trabaja de tarde-noche​
  • Mierda (se me escapó)​
  • ¿No te valgo yo solo?​
  • Buenooooo, quizás un poco jajajaja​
  • Serás… pues yo me baño, tú haz lo que quieras​


Y se fue mientras se desnudaba por el camino. Miré su espalda musculosa, su culo bien colocado y sus fuertes piernas… Lo seguí.



ADE

Miré a Lola, las dos respirando ya más normal. Me notaba pegajosa del calor y tanto sexo. Entonces, Lola dijo:​

  • Me hago pipi, ahora vengo​


Y salió casi corriendo. Suspiré mientras miraba la hora. Las seis y media, hora de irme. Me levanté y busqué mis bragas. Me fui vistiendo hasta que llegó Lola, desnuda y sexi. Me entraron ganas de cogerla y echarla en la cama, pero no, no podía ser. Lola se tumbó en la cama y me miró con cara de vicio. Me puse el pantalón de vestir mientras ella decía:​

  • Adeeeee​
  • ¿Qué?​
  • Tengo ganas de otro​
  • Llevamos follando desde que llegamos a las cinco​
  • Lo sé pero… ¿Uno rapidito?​
  • Lola ¿A qué hora me dijiste que volvía tu novio?​
  • ¿Guille? Sobre las siete o siete y media​
  • ¿Has visto que hora es?​
  • No​
  • Son las seis y media​
  • Mierda​


Estábamos en su casa, en la habitación que tenían desocupada. Lola, como siempre, tan inconsciente de todo. Meneé la cabeza. Entonces, ella se incorporó y me abrazó por la espalda. Noté sus grandes pechos contra mí y eso me encendió. Dijo:​

  • Estaría todo el día follando contigo, me encanta como me follas​
  • Ya​


Lola me besó la espalda. Estuve a punto de girarme y besarla, pero eso llevaría a otro polvo, y era tarde. Le dije:​

  • No podemos, tontona, sabes que puede llegar en cualquier momento. Además, tengo que ir a recoger a los niños de casa de mi suegra, y antes quiero comprar una cosa​
  • Vaya mierda, sigo cachonda​


Dijo mientras me soltaba. Me puse el sujetador y luego la camisa. La miré y se me ocurrió algo. Le dije:​

  • ¿Vienes conmigo a comprar?​
  • ¿El qué?​
  • Lo que me dijo Cloe que comprara​
  • ¿El qué?​


La miré atentamente. No entendía que veía en ella, era de todo menos lista, pero era muy atractiva. Suspiré y dije:​

  • ¿Ya no te acuerdas lo que me dijo Paco el sábado?​
  • No​
  • Pufff, Lola, de verdad que…​
  • ¿Qué?​
  • La jodida fusta​
  • Ahhhh, ya​
  • Cerca de aquí hay una tienda de esas guarras, seguro que tienen ¿no?​
  • Sí, no sé, supongo, nunca he entrado​
  • Pues vente si quieres y compramos la tontería esa y me quito eso de encima​


Lola sonrió y afirmó con la cabeza mientras se levantaba y buscaba su ropa. Me senté en la cama a ponerme los zapatos mientras ella decía:​

  • ¿Y qué vas a comprar?​
  • Una puta fusta, Lola, que no te enteras, coño​
  • Ya, ya… digo ¿De qué forma?​
  • No sé, la primera que vea, a ver si dejan de putearme​
  • ¿La primera que veas? ¿No tienes nada pensado?​
  • No​
  • Pero si es para azotarte a ti ¿no?​
  • Sí, y supongo que a ti, como el otro día​
  • Ya… vale, la elegimos entre las dos​
  • A mí me da igual, coge la que te guste​
  • ¿Te da igual? jajaja​
  • ¿De qué te ríes?​
  • Que te gusta​
  • ¿Que me gusta que me peguen? ¿Estás tonta?​
  • Pero si el sábado estabas cachondísima​
  • Estaba cachonda por las ganas de follar con vosotros, no por los putos azotes​
  • Yaaaa jajaja Si solo empezar a comértelo te corriste​
  • Idiota​
  • A mí me gustó, me puso cachonda ver como te azotaba y como me azotó​
  • Eres tonta​


Salí de la habitación enfadada. Me jodía pensar en lo del sábado porque me había tenido que humillar completamente para que me dejara follar, y encima, humillarme delante de Lola. Me metí en el baño y me retoqué un poco mientras pensaba en lo que había pasado, allí implorándole que me dejara follar, que me azotara… “dios, que estúpida… y que hijo de puta… vale, me quiere azotar, bien, pero que lo haga cuando estemos solos o con Cloe, no hacía falta que Lola me viera así” pensé con enfado.



Cuando terminamos de arreglarnos, salimos y fuimos a la tienda. La verdad es que me daba corte entrar, por eso había pensado en venir con Lola. Entramos y Lola puso cara de flipada. Miré a mi alrededor pensando que yo no pintaba nada allí. Vi a una dependienta mirándonos con curiosidad y a un par de clientes. Vi varias estanterías y me metí por ellas mientras Lola se quedaba mirando la gran colección de consoladores. Encontré la sección BSDM y vi que había un montón de palas, fustas, látigos… Fui a coger el primero para irme rápido pero dudé, había varios que me llamaron la atención. Cogí una regla, con sus números y todo. Luego un látigo con un montón de tiras, una pala… Las estaba mirando mientras pensaba que podría gustarme más cuando llegó Lola y dijo:​

  • Oh, este mola (cogiendo el látigo lleno de tiras y de color rosa)​


La miré desdeñosa. Entonces cogió la regla y dijo:​

  • Mira, como si fuéramos unas malas alumnas, jajaja​


Siguió mirando y cogiendo algunos mientras me preguntaba:​

  • ¿Cuál te gusta?​
  • Ninguno, escoge tú​
  • Lo va a usar contigo​
  • Y contigo… a mí me da igual, escoge tú​


Miró y cogió una fusta que terminaba en forma de corazón. Le dije desdeñosa:​

  • Ese no, es hortera y feo​
  • A mí me gusta​
  • Además, ese… es poca cosa​
  • ¿Poca cosa?​
  • Tiene poca superficie, el cinturón tiene más​
  • Ah ¿Y éste? (cogiendo el látigo de tiras)​
  • No sé… quizás, pero no tiene pinta de notarse demasiado ¿no?​
  • Pero es muy mono​
  • Sí pero… mejor esto ¿no? (mientras cogía una pala)​
  • Mira, además tiene tu nombre, pone BITCH jajaja​
  • Serás idiota… ¿Te gusta o no?​
  • Sí pero… Ah, me acabo de acordar de una cosa​
  • ¿El qué?​
  • ¿Te acuerdas hace unos meses cuando Cloe quiso que te follara con un arnés mientras Paco te daba por el culo?​


Claro que me acordaba, había sido un polvo bestial. Lola se había puesto boca arriba y yo encima, cabalgando el arnés mientras Paco me da por el culo… Sonreí al recordarlo. Dije:​

  • Claro​
  • Pues ese arnés me encantó, voy a ver si lo tienen por aquí​
  • Lola, espera, compremos esto y nos vamos…​


Pero Lola ya había desaparecido. Miré de nuevo las fustas y demás objetos. No es que me gustara que me azotara, pero ya puestos, mejor notarlo ¿no? Lo que me gustaba y ponía era la sensación de sometimiento, pero el dolor… quizás un poquito… Cogí la pala, pero miré el látigo ese tan mono ¿Le gustará a Cloe? Entonces llegó Lola sonriente y con una bolsa en la mano. Dijo:​

  • Mira, era como este​


Lo miré, no recordaba como era pero esa polla de plástico me pareció delgada. Lola dijo:​

  • Mira, es que tiene esto que se mete dentro de la vagina de la que lleva el arnés y da mucho gustito​
  • Ah, no lo sabía​
  • Sí, por eso mientras me follabas, yo también lo sentía, me gustó mucho ¿Lo compramos?​
  • Mmmm​
  • Anda, sí, para nosotras​
  • Bueno, vale​
  • Biennnn​
  • Mira, creo que voy a coger esto ¿Le gustará a Cloe? (enseñándole la pala)​
  • Seguro​
  • ¿O le gustará más esto? (enseñándole el látigo)​
  • Yo creo que el látigo​
  • ¿Sí?​
  • Sí​
  • Mmmmm​


Los miré. Me gustaba la pala, tenía ganas de sentirla. Dije:​

  • Bueno, me llevo los dos, que ella elija​
  • Vale​
  • Vamos a pagar… espera, que hay gente​
  • ¿Y?​
  • No quiero estar ahí con estas cosas…​
  • Bueno, vale… vamos a mirar los consoladores​
  • No, ve tú​


Lola se fue y me quedé mirando los demás objetos de la estantería. Había cadenas, lencería, collares… Me fijé en los collares. Eran sexis, y con correa… “eso seguro que le gusta a Cloe, tirarme de la correa” pensé mientras lo cogía, pero luego lo devolví a su sitio, no quería que Lola me viera con eso, ya era demasiado que supiera lo de los azotes. Entonces vi que ya no había nadie y fui a por Lola y luego, a la caja. Allí, puse todo en la mesa. La chica los fue pasando por el lector y, entonces, Lola preguntó:​

  • ¿Tienes algo chulo para el sexo anal?​


Miré a Lola con los ojos muy abiertos. La chica preguntó:​

  • ¿Para ti o para pareja?​
  • Para las dos, nos gusta mucho​


La miré horrorizada y dije:​

  • LOLA​


La dependienta se rio y dijo:​

  • D: Tranquila, a mí también me gusta mucho… a ver, dejadme que piense… Entiendo que no es para iniciaros ¿No?​
  • L: Nooo, que va​
  • A: Mira, cóbranos eso que tengo prisa y…​
  • L: Nuestro chico la tiene bastante gorda así que estamos acostumbradas a cosas grandes jajaja​
  • A: LOLAAAAAA (la quería matar)​
  • D: Ah, entiendo… pues… Seguidme​


Y la chica salió del mostrador. Intenté coger a Lola pero se escabulló para seguir a la chica. Nos llevó a una estantería y dijo:​

  • D: Mirad, éste de aquí me gusta mucho porque estas bolitas se notan mucho y…​
  • L: Ohhh, me encanta​
  • D: O este otro, que sirve para penetración vaginal y anal a la vez, y esto de aquí para estimular el clítoris​
  • L: Me encanta el color y mira, tiene también las bolitas para el anal ¿no?​
  • D: Sí​


Lo cogí. Tenía pinta de ser excitante. Pensé en jugar con eso con Lola y me gustó la idea. Le dije:​

  • A: No está mal pero lo veo poca cosa​
  • L: Pero a mí me gusta, Ade​
  • D: ¿Poca cosa? ¿Por el grosor?​
  • A: Sí​
  • D: Mmmm de ese tipo no tenemos más grandes pero, mira, éste tiene las bolas más gruesas pero es solo anal​


Lo cogí. Tenía una serie de bolas a lo largo del consolador y una argolla para tirar de él. Además, las últimas bolas eran gruesas. Me gustó. Le dije:​

  • A: Vale, nos llevamos estos dos​
  • D: Bien ¿Algo más?​
  • A: No, nos tenemos que ir ya, por favor​


Volvimos a la caja. La chica pasó los dos consoladores y dijo:​

  • D: ¿Me permitís una recomendación?​
  • L: Sí, claro​
  • D: Este lubricante es buenísimo, y de sabores​
  • L: Ohh, a ver, a ver​
  • A: Elige un par, ahora vengo​


Volví a la estantería BSDM y cogí el collar con la correa y unas pinzas para los pezones unidas por una cadenita. Miré un poco más y cogí una mordaza de bola y un par más de palas de diferentes formas. Luego, fui donde los consoladores y cogí uno grande y negro que me había gustado, con sus venas y forma de pene. Volví y dejé todo en la mesa. Lola me miró con los ojos muy abiertos. La dependienta pasó todo por el lector y dijo:​

  • ¿Algo más?​
  • No, cóbrate​


Salimos de la tienda y le di la bolsa a Lola:​

  • Toma, guarda esto en tu casa​
  • Vale​
  • ¿Quedamos el jueves y probamos algunas de esas cosas?​
  • Sí, sí​
  • Bien, pues me voy ya, te llamo el jueves por la mañana​


Le di un rápido beso en la mejilla y me fui, más caliente aún que esta misma mañana.



CRISTINA

Tony me apretaba las caderas con sus fuertes manos mientras me penetraba rápidamente, su polla entrando y saliendo rápidamente de mi coño, y yo en un éxtasis que me tenía loca. Me tenía a cuatro patas sobre la cama y llevaba follándome un buen rato a un ritmo endiablado. Mis piernas y brazos temblaban. Agarraba las sábanas con fuerza mientras sus embestidas eran cada vez más salvajes. Ya me había corrido pero aún tenía oleadas de placer y ya no sabía si eran estertores del orgasmo o nuevos orgasmos, estaba totalmente ida.



Entonces, Tony paró y me giró, poniéndome boca arriba. Lo miré a punto de gritarle que no parara, pero no hizo falta, me penetró rápidamente. Rodeé sus caderas con mis piernas y clavé mis dedos en su espalda. Mordí su hombro intentando dejar de gritar pero no podía, no podía parar de gemir y gritar. Tony me follaba de una forma salvaje, y entonces callé cuando noté algo distinto, bestial, algo que se transformó en un orgasmo, grande, profundo… y grité, grité como una loca mientras las oleadas me recorrían el cuerpo. Tony seguía follándome rápido pero yo ya no estaba. De repente, paró. Lo miré, se estaba incorporando y cogiéndose la polla. Se acercó a mí y abrí la boca sacando la lengua, justo para notar el primer latigazo de leche en mi cara, mientras Tony gemía profundamente. Sentí otro, y otro, y luego, me metí su polla en la boca, notando como soltaba algún otro. Chupé y extraje todo lo que pude. Luego, Tony se derrumbó a mi lado, exhausto, como yo.



Nos quedamos callados, respirando rápidamente y muy sudorosos. Notaba su leche caliente resbalando en mi cara pero no me podía mover. Al rato, Tony se giró y me besó tiernamente. Se levantó y volvió al poco con una toalla. Conseguí mover mis brazos y me limpié la cara. Tenía el coño palpitante y un pellizco cogido en el estómago, supuse que por el gran orgasmo.



Tras descansar durante un par de minutos, moví la mano buscando mi móvil sobre la mesita de noche. Lo encontré y miré la hora, era temprano, las ocho de la tarde. Llevábamos follando desde las seis, dos polvos, el primero más corto que el que acabábamos de terminar. Conseguí levantarme y fui al baño. Al salir, le dije:​

  • Me voy​
  • ¿No te quedas? Podemos cenar y luego…​
  • Noooo, no más jajaja, estoy muerta​
  • Pero descansas y…​
  • No, me voy, luego he quedado con mi novio, que quiere enseñarme videos y fotos​
  • Vale​


Me vestí lentamente, estaba realmente muerta. Él también se vistió. Seguíamos en casa de Cloe y Paco ellos se habían ido a las seis. Tony me llevó al metro y le dije:​

  • Tony, mañana ¿Qué haces?​
  • ¿Mañana? A ver… déjame pensar… ah, sí… mañana follarte​
  • Jajaja​
  • ¿Quedamos en casa de Cloe?​
  • No, mejor en tu casa​
  • Vale​
  • Yo te llamo​
  • Genial​


Nos dimos un morreo y salí. Me notaba aún temblorosa. Llegué a casa, me duché, cené con mis padres y luego me fui a mi habitación. Borja me llamó y estuvo enseñándome videos y fotos durante una hora. Al terminar, me dijo:​

  • Cari…​
  • ¿Qué?​
  • Me siento mal​
  • ¿Por qué?​
  • No sé… yo aquí pasándomelo bien y tú ahí, trabajando… quizás me debería haber quedado​
  • No importa​
  • Y te echo mucho de menos​
  • Lo sé, yo también​
  • La semana que viene podríamos ir a cenar a un sitio chulo y luego… no sé, coger una habitación en un buen hotel y…​
  • Vale, genial​
  • Como llegamos el lunes, estaré con jetlag, mejor vamos el martes ¿vale?​
  • Sí, mejor​
  • ¿Puedes tú reservar el restaurante y el hotel? Invito yo​
  • Claro que invitas tú jaja​
  • Sí​
  • Pero vale, miro a ver que encuentro​
  • Genial… que ganas de tenerte entre mis brazos​
  • Sí, yo también​


Seguimos un rato de tonterías y cuando corté me tiré en la cama. Pensé en la vuelta de Borja, y aunque me lo estaba pasando genial, tenía ganas que volviera y acabar con toda esta locura “aunque…”. Medité ¿Echaría de menos este tipo de sexo? Quizás… y Cloe… sería duro verla todos los días y no volver a follar con ella ¿no? o quizás todo era por la novedad. Y los chicos… puffff “Tenemos que preparar una buena despedida de infidelidad, por todo lo grande”.



Me eché sobre un lado. Aún me notaba mi sexo raro. Tony me había follado de una forma salvaje, impetuosa, dura... y me había encantado. Cerré los ojos y me dormí rápidamente.​
 
32



CRISTINA

Mi móvil empezó a sonar. Miré la pantalla. Era mi amiga Sofi. Iba a rechazar la llamada pero me lo pensé, estaba en el trabajo mortalmente aburrida, me vendría bien un poco de entretenimiento antes de quedarme dormida delante del ordenador. Me levanté y salí del despacho mientras contestaba:​

  • Hola, Sofi​
  • ¡¡¡Cristi!!! Al fin respondes​
  • Estoy trabajando​
  • Ya, ya… estás trabajando y pasas de tus amigas​
  • No, jajaja, no seas mala​


Pero era verdad, desde que había empezado a trabajar, casi no salía con mis amigas. Sofi empezó a contarme sus cosas. Entonces vi salir a Claudia que me echó una mirada de hastío. Pensé “A ver si ahora esta cabrona me va a echar por una tontería así”. Le dije a Sofi:​

  • Nena, te tengo que dejar, que ya me miran mal​
  • Joe, tía, que te iba a contar una cosa importante​
  • Luego te llamo​
  • Una mierda, luego nunca llamas​
  • No, de verdad​
  • Vamos a quedar esta tarde y te cuento​
  • No puedo​
  • ¡¡¡Tía!!!​


Pensé “Bueno, podría quedar con ella cerca de la casa de Tony, tomar un café con ella y luego irme a follar”. Le dije:​

  • Bueno, vale, te invito a un café esta tarde y me cuentas​
  • Síííí​
  • ¿A las cinco?​
  • Vale, vendrá también Moni ¿Vale?​
  • Bien​


Quedé con ella en una cafetería que sabía que estaba más o menos cerca de donde vivía Tony. Colgué y volví a mi mesa. Cuando llegó la hora de salir, me fui a casa a comer con mi madre. Luego, me puse un pantalón corto, una bonita camiseta y sandalias cómodas, no tenía ni que aparentar con Tony y con mis amigas así iba bien, verían raro que me vistiera más sin estar Borja por aquí.



Pasé un buen rato con ellas, me contaron chismes y que Sofi tenía un nuevo ligue, eso era lo importante que me tenía que contar. Y estando en la terraza con los cafés, vi pasar a Álvaro. Él no me vio pero vi que se acercaba a un grupo de tres tíos, igual de poco atractivos que él, y se ponían a charlar. Entonces, entraron en un local que vi que era un antiguo cine. Miré y vi que en la puerta ponía que era la semana del cine japonés y recordé lo que le había escuchado en la máquina del café.



Mis amigas seguían hablando y yo pensando que sería un buen momento para abordarlo, fuera del trabajo quizás sería más fácil convencerlo de que me ayudara. Medité y tomé una decisión. Escribí a Tony disculpándome, que me había surgido algo. Entonces les dije a mis amigas:​

  • Oye ¿Y si vamos al cine?​
  • ¿Al cine?​
  • Hace mucho que no vamos juntas​
  • Pero ¿Tú no tenías cosas que hacer?​
  • Sí pero, no sé, por pasar la tarde juntas​
  • Pues vámonos a ver tiendas, quiero comprarme algo de…​
  • No, no, mirad allí, leí que esa peli está muy bien​


Ellas miraron, y luego me miraron extrañada. Una dijo:​

  • Pero ¿Eso qué es?​
  • Una famosa peli japonesa, dicen que está muy bien (dije mintiendo, nunca había escuchado hablar de ella)​


Me miraron dudando. Les dije:​

  • Venga, yo invito al cine y a palomitas​
  • Bueno, va​


Y nos levantamos. Nos acercamos al cine. La peli se llamaba “Los siete samuráis”. Sofi dijo:​

  • ¿De samuráis? ¿En serio?​
  • Venga, vamos a probar​


Compré las entradas y accedimos al local. No había palomitas ni nada, y encima, los asientos no eran modernos. Y para colmo, la peli era en blanco y negro. Mis amigas, a los diez minutos, ya se querían ir. Al final se fueron y me quedé.



Fue insufrible, era una peli lenta y aburrisídima de casi cuatro horas de duración. Encima, en japonés subtitulado. Me quería morir, todo el rato pensando “Con lo bien que estaría yo ahora con Tony”. Como no sabía la duración, estaba todo el rato intentando animarme pensando que ya quedaría poco. Al terminar, me dolía el culo, las piernas, me hacía pis… Que infierno, y encima no me había enterado de nada.



Vi salir a Álvaro y lo seguí. Y como si fuera algo casual, me choqué con él y le dije:​

  • Anda, Álvaro ¿Has visto la peli?​


Álvaro alucinaba al verme allí. Ni consiguió articular palabra. Le dije que yo estaba con unas amigas, que nos había encantado la peli, y más rollos. Álvaro y los amigos me miraban sin decir nada, abobados. Les pregunté:​

  • ¿Os vais a quedar a la siguiente? (porque había más películas)​


Álvaro dijo:​

  • No, nos vamos ya a nuestras casas, que mañana hay que trabajar y…​
  • Ah, yo igual, claro​


Los amigos se despidieron y, al quedarme a solas con él, le dije:​

  • Te invito a una cerveza​
  • No, yo…​
  • Anda, vamos, que mis amigas también se han ido y tengo sed​


Tuve que pedírselo varias veces, no me creía que fuera tan idiota, como si alguna vez una tía buena le hubiera invitado a algo. Al final, lo convencí y fuimos a un bar cercano mientras le preguntaba por el cine japonés y él se animaba a contar cosas. Le seguí la corriente, sin enterarme de nada. Nos sentamos en una mesa y le dije:​

  • Pídeme una caña, voy al baño​


Al volver, ya estaban las cervezas en la mesa. Le animé a seguir contándome cosas japonesas, sin interesarme nada de nada, pero bueno, quería relajarlo antes de abordar lo importante. Me dijo:​

  • A mí me gusta mucho más esta peli original que el remake americano​
  • ¿Qué remake?​
  • El de los 7 magníficos​


No tenía ni idea de lo que me hablaba. Dije:​

  • Ah, sí, claro, mucho mejor esta​
  • Sí, porque si te fijas, los diálogos…​


Y blablabla, y yo sonriendo como una idiota, con unas ganas increíbles de irme, pero allí estaba, aguantando el rollo sobre el cine japonés. Nos tomamos otra cerveza, y otra. Estuve todo el rato sonriendo, y cuidándome mucho de que viera bien mis piernas, que al pobre se le iban los ojos siempre hacia ellas. Entonces, le dije:​

  • Bueno, mejor nos vamos ya ¿no?​
  • Sí, mejor​


Nos levantamos y pagué. Luego, salimos fuera. Le dije:​

  • ¿Me acompañas al metro?​
  • Claro, sí, claro​


Empezamos a andar y entonces le dije:​

  • Álvaro… lo estoy pasando muy mal en el trabajo​
  • Sí, ya, lo imagino​
  • Me habéis echado a un lado, ni siquiera me saludáis​
  • Yo… yo sí​
  • Sí, el único, por eso me ha alegrado verte aquí​
  • Ah​
  • Eres un buen tío, no como el resto​
  • Ya, pero entiéndenos, Claudia…​
  • Claudia es una hija de puta, y lo sabes, he visto como te trata, te tiene como un pelagatos​
  • Ya, pero…​
  • Joder, Álvaro, esa tía es una cabrona, tiene a sus favoritos y vosotros sois una mierda para ella​
  • Sí, pero…​
  • ¿No me digas que no te gustaría echarla?​
  • Sí pero yo no puedo…​
  • ¿Y si yo puedo?​
  • ¿Qué?​
  • Echarla, Álvaro, echar a esa cabrona​
  • ¿Cómo?​
  • Pues sacando trapos sucios​


Álvaro se cayó. Era el momento decisivo. Entonces dijo:​

  • Claudia dice que tú estás allí para cerrar el departamento​
  • ¿Qué? ¿Cerrarlo? ¿Cómo?​
  • Dice que la francesa, la directora, quiere quitarse de encima al departamento y te ha enviado a ti para espiarnos y mentir​
  • Eso es falso​
  • ¿No te ha mandado la directora?​
  • Sí, pero no para cerrar, es para echarla​
  • ¿Solo a ella?​
  • Claro… mira, esto te lo digo en confianza porque sé que eres un buen tío y me fío de ti​


Álvaro me miró con ojos de sospecha. Le dije:​

  • Claudia no es trigo limpio, creemos que hace cosas raras​
  • ¿Cosas raras?​
  • Algún trapicheo​


Habíamos llegado al metro. Nos quedamos callados. Entonces él dijo:​

  • Yo… yo tengo esa sospecha desde hace tiempo​


Lo miré sorprendida, no era nada seguro eso del trapicheo. Dije:​

  • ¿Sí?​
  • Es que… a veces nos pide unas cosas que no son lógicas​
  • ¿Cómo qué?​
  • Cerrar proyectos que son interesantes o impulsar otros que no lo son, y luego…​
  • ¿Luego?​
  • Está lo de esa empresa​
  • ¿Qué empresa?​
  • Una que se lleva muchos de nuestros contratos con proveedores… es raro​
  • ¿Ves? Pues eso busca la directora, poder echarla por esas cosas​
  • Ya​


Me acerqué a él y le dije:​

  • Álvaro ¿Me ayudarías?​
  • Yo…​
  • ¿De verdad te ves más tiempo debajo de esa bruja?​
  • No, pero… no sé, Cristina, yo… necesito este trabajo y…​
  • Claro, claro, si eso es normal, pero si me informas de cosas, nadie sabrá que has sido tú, de verdad​
  • Ya​


Lo miré fijamente. Entonces me dijo:​

  • Podría…​
  • ¿Qué?​
  • Podría enseñarte algunas cosas y…​
  • Vale, genial, mañana en el trabajo me dices y…​
  • NOOO, en el trabajo no​
  • ¿Por qué?​
  • Todos estamos acojonados, irían a Claudia si me vieran hablando contigo y…​
  • Vale, vale​
  • Po… podrías venir a mi casa y te cuento…​
  • Vale, vamos​
  • No, ahora no… tengo que pensarlo bien​
  • De acuerdo​


Lo miré, se le veía muy dubitativo. Pensé que era mejor no presionarlo más. Le dije:​

  • No sabes la alegría que me ha dado poder hablar contigo así, con tranquilidad, de verdad que lo necesitaba, muchas gracias​
  • Yo…​


Le di dos besos y me despedí diciéndole:​

  • Por favor, piénsatelo y ayúdame, solo confío en ti… allí en el trabajo solo hay un samurái de verdad, tú​


Me fui pensando “Menuda gilipollez he dicho”, pero al bajar por la escalera, lo miré y vi que tenía una sonrisa enorme. “Madre mía, que tío más pringao, si se ha creído que es un samurái”. Le saludé alegremente con la mano y seguí bajando.



En el metro vi que tenía varios mensajes. El primero que abrí era el de Cloe, que me decía que ya estaban de vuelta y que mañana hablábamos. Ese mensaje me dio un subidón. El siguiente que leí era de Tony, que se quejaba de como lo había dejado plantado. Le escribí pidiéndole perdón. Los últimos que leí eran de Sofi, puteándome por la mierda de película y que no se creían que me hubiera quedado a ver eso. Yo tampoco me lo creía, pero quizás había merecido la pena.



Al día siguiente, vi a Álvaro como cualquier día, nervioso, esquivo… pero cuando fui a sacarme el primer café del día, me siguió y me dijo muy bajito:​

  • Vale, te ayudaré​
  • ¿De verdad? Gracias, gracias​


Dije casi saltando de contenta. Él miró a todos lados muy nervioso y le dije:​

  • ¿Qué me vas a dar?​
  • Yo… si quieres, quedamos esta tarde en mi casa y te cuento​
  • Vale, salimos juntos y…​
  • NO, juntos no… mira, quedamos a las 16:30 en mi casa​


Me dio la dirección y se fue casi corriendo. Me apunté la dirección sonriendo.



A media mañana, Cloe me llamó y fui a su oficina. Allí me recibió alegremente. Me contó algo de su viaje y nos sentamos en el sofá. Estábamos charlando, cuando ella me puso una mano en el muslo. Yo llevaba un vestido de verano con una falda amplia a medio muslo y, al sentarme, observé como Cloe me miraba las piernas y puso una mano en mi muslo. Me dijo:​

  • Me encanta esta falda​
  • ¿Sí?​
  • Pero me gusta más lo que esconde​
  • Jaja​


Entonces metió la mano más, acariciándome la parte interna, y luego, me besó. Nos liamos en un beso profundo y largo en su sofá, mientras su mano me tocaba por encima de mis bragas. Paró y, mirándome con vicio, me dijo:​

  • Que ganas tengo de follarte​
  • Y yo a ti​
  • Esta tarde ya verás…​


Me fue a besar y entonces me acordé. Me vio la cara y dijo:​

  • ¿Qué pasa?​
  • Es que… esta tarde he quedado​


Y le conté todo lo de Álvaro. Me dijo:​

  • ¿Has quedado en su casa?​
  • Sí​
  • ¿Te lo vas a follar?​
  • ¿Qué? NOOOOO, que dices, estás loca​
  • ¿Entonces?​
  • Es que es un acojonado, aquí no se atreve y en su casa tiene información​
  • Ya​
  • Que sí​
  • Ese tío te quiere follar​
  • Querrá lo que quiera, pero eso no va a pasar​
  • ¿No te gusta?​
  • Nooooo, es feísimo y gordo​


Me miró seria. Entonces preguntó:​

  • ¿A qué hora terminas?​
  • Pues no sé, supongo que para las seis estaré libre​
  • Bien, pues te vienes a esa hora​
  • Vale​


Y me volvió a besar apasionadamente. Le devolví el beso con ganas, notando su mano en mis bragas. Entonces llamaron a su teléfono y paramos. Un poco más y follamos allí mismo. Se levantó e hice lo propio, arreglándome la ropa. Cloe escuchó y luego me miró, haciendo señas de que lo tenía que coger. Me despedí de ella con la mano y salí de allí bastante caliente.



Cuando llegó la hora de salir del trabajo, vi como Álvaro salía como siempre. Yo hice lo mismo pero me quedé por allí para comer. Luego, fui al metro a coger la línea que me dejaba más cerca de su casa. Cuando llegué, me abrió un nervioso Álvaro. Miré la casa, era muy pequeña, una sola sala de estar o salón pero pequeño, una cocina minúscula y supuse que solo había un baño y dormitorio. Además, estaba muy mal amueblado, era horrible, con un gusto pésimo. Álvaro me llevó a una mesa donde tenía su portátil y varias carpetas. Entonces, sonó mi móvil, era mi amiga Sofi. Silencié la llamada pero volvió a llamar. Silencié el móvil y le dije a Álvaro que me contara. Empezó a explicarme y leí esos documentos mientras le escuchaba. Vi muchas veces la misma empresa en casi todos los documentos “EFERVE”. Le pregunté y dijo que era nuestro proveedor principal de casi todo. Me enseñó diferentes proyectos, y EFERVE se encargaba de suministrarnos desde equipos informáticos a productos mercantiles variados, muy diferentes unos de otros.



Busqué en internet información sobre esa empresa y vi que se dedicaba a dar servicios informáticos, pero a nosotros nos proporcionaba mucho más. Álvaro empezó a contarme proyectos donde había participado o cosas que le había contado algún compañero donde esa empresa siempre estaba y se situaba por delante de otros proveedores. Cogí las carpetas y me senté en el sofá, a leer y preguntar a Álvaro. Eran muchos informes y, aunque no sabía la importancia de todo aquello, quería enterarme de todo para contárselo a Cloe. Lo que más me llamaba la atención fue algo que Álvaro contaba una y otra vez que muchas veces otros proveedores daban mejores precios pero siempre se llevaba el contrato EFERVE.



Después de un rato leyendo y preguntando, me di cuenta que me había puesto cómoda en el sofá, quitándome las sandalias con tacones porque llevaba todo el día con ellas puestas y tenía los pies molidos. Subí las piernas al sofá, doblando las rodillas y me los masajeé sin dejar de leer, como solía hacer en casa cuando estudiaba. Le pregunté algo a Álvaro pero no respondió. Entonces lo miré y vi que me observaba embobado. Rápidamente me miré las piernas pensando que la falda se me había subido, pero no, no enseñaba nada de más, la tenía bien puesta aunque se había subido un poco.



Miré a Álvaro sin comprender por qué estaba así, y entonces me di cuenta que miraba absorto mis pies “Joder ¿El raro éste es fetichista de los pies o qué?” pensé. Y me di cuenta de otra cosa más, se le abultaban los vaqueros en la zona del paquete. Estuve a punto de levantarme y liarle una buena, pero justo a tiempo me controlé y pensé “mmmm, esto puedo usarlo”. Me estiré en el sofá de forma que mis pies quedaran más visibles. Sus ojos siguieron el movimiento de mis pies. Los moví un poco y dije:​

  • Álvaro​


Nada. Volví a llamarlo pero nada, estaba en su mundo de pies. Entonces, grité:​

  • ÁLVARO​
  • ¿Qué? ¿Qué pasa?​
  • ¿Te has quedado dormido o qué?​
  • No, yo…​
  • Te he hecho una pregunta​
  • No… no… ¿Puedes repetirla?​


Se la hice. Me contestó muy nervioso, haciendo esfuerzos para no mirarme los pies. Sonreí por dentro “Menudo tío raro”. Entonces, me acerqué un pie y me lo masajeé diciendo:​

  • Los tacones me dejan los pies destrozados​
  • Ah​
  • ¿Te gustan mis pies?​


Álvaro fue a levantarse, nervioso, pero se dio cuenta de su erección y se volvió a sentar. Dijo:​

  • No… yo… no…​
  • Son preciosos ¿No crees? Me gustan mucho​
  • Sí, yo… sí​


Mirándolos abobado. Le dije:​

  • ¿Podrías conseguir algún documento donde se vean distintos proveedores más baratos que EFERVE y la justificación para contratar a esa empresa en vez de a los otros?​
  • Yo…​
  • Álvaro ¿Me escuchas?​
  • Sí, sí… es que… yo no tengo acceso a eso, no…​
  • Jo, pues me vendría genial ¿No hay forma de que lo consigas?​
  • No sé…​
  • ¿Sabes? Me vendría genial un masaje en los pies, siempre pienso eso cuando llevo tacones​
  • ¿Qué?​
  • ¿Sabes darlos? Bueno, ya es tarde, me tengo que ir, pero el próximo día… si me traes esos papeles… pues quizás mientras los reviso…​


Le sonreí tontamente. Él me miró con los ojos muy abiertos. Me parecía increíble lo tonto que era este hombre sin enterarse de mis manipulaciones, pero ahí estaba, con cara de asombro y deseo. Me levanté y dije:​

  • ¿Qué hora es?​
  • Pues… casi las siete y media​


Di un salto ¿Llevaba allí tres horas? Corriendo, me puse las sandalias y fui a mi bolso. Saqué el móvil, tenía un montón de llamadas perdidas y mensajes de Cloe y Tony. “Mierda, mierda, mierda” pensé mientras cogía y metía los papeles en el bolso:​

  • Espera, no te lo puedes llevar, yo…​
  • Necesito leerlo con cuidado, y ahora voy tarde, se me ha hecho tardísimo​
  • Pero…​
  • Tranquilo, puedes confiar en mí​


Y me iba a ir corriendo pero paré y le dije:​

  • Y piensa como me vas a conseguir eso que te he pedido​
  • Pero es que…​
  • Soy muy agradecida, ya verás​


Y le di un beso en la mejilla sintiéndome una buscona pero sabía que así lo iba a tener comiendo de mi mano. Salí corriendo y llamé a Cloe. No me lo cogió. Corrí al metro, me metí y empecé a cambiar de líneas para llegar a casa de Cloe. Cuando ya estaba cerca de la parada, me llamó Cloe:​

  • Cloe, lo siento, yo…​
  • Habíamos quedado a las seis​
  • Lo sé, lo siento, pero es que nos hemos puesto a leer los documentos y…​
  • Y te lo has follado​
  • NO, ESO NO, joder, de verdad​
  • Ya​
  • Estoy llegando, ahora te cuento​
  • No, no vengas​
  • ¿Por qué?​
  • Ya hemos follado, y voy a salir​
  • Pero…​
  • Adiós, Cris​
  • Espera​
  • ¿Qué?​
  • Yo… lo siento, de verdad​
  • No me gustan las personas que son impuntuales y que ni siquiera llaman para avisar​


Y colgó. Me sentí fatal. Inmediatamente llamé a Tony que me contó que sí, que Cloe estaba bastante enfadada. Le dije que iba de camino y me dijo que no, que Paco y Cloe iban a salir a cenar con unos amigos en cuanto llegara Paco, y que él ya se iba. Le pregunté:​

  • ¿Nos vemos nosotros?​
  • Voy a salir con unos amigos, vamos al cine… si quieres, apúntate​


Lo pensé pero dije:​

  • No, no me apetece​
  • Bueno, te dejo, que salgo ya​
  • Vale​


Colgué desanimada y miré donde tenía que hacer el cambio de línea para volver a mi casa.



CARMEN

Me levanté de la cama y pregunté:​

  • Paco ¿Qué hora es?​
  • Son… casi las ocho​
  • Joder, que tarde es​
  • Sí, y yo salgo a cenar en un rato​


Dijo mientras se levantaba también. Me fui al baño y me miré la cara y el pelo. Al menos, parecía que el semen no me había llegado al pelo, no me tendría que lavar el pelo, y era de puro milagro porque tenía la frente y la cara llena. Me giré y le di a la ducha. Paco dijo:​

  • Si quieres que te acerque, deja la ducha para tu casa​
  • No, apesto a sexo, que llevamos follando desde que llegamos​
  • Pues me voy ya​
  • Espera, joe, que son cinco minutos​
  • Voy tarde​
  • Pues no haberme calentado para este último polvo​
  • Ahora la culpa es mía (refunfuñó)​


Me metí en la ducha y me lavé rápidamente. Luego, me sequé y vestí a velocidad récord. Lo cierto es que era bien tarde, Luis iba a llegar antes que yo a casa. Paco me esperaba con impaciencia. Salimos rápidamente y nos montamos en su coche. Paco arrancó. Miré mi móvil. Nos quedamos callados un buen rato hasta que dijo:​

  • Hoy tenías ganas ¿eh?​
  • Ah, tú no ¿no?​
  • Claro, siempre te tengo ganas​


Sonreí. Entonces le dije:​

  • Oye, Paco…​
  • ¿Qué?​
  • El chico ese del otro día​
  • ¿Cuál?​
  • El que me follé hace unas semanas​
  • Ah, sí ¿Qué le pasa?​
  • He pensado que…​


Durante la tarde, para calentar aún más a Paco, le había contado los nuevos juegos con Luis y el consolador. Le terminé de decir:​

  • He pensado que podrías invitarlo un día y…​
  • ¿Y follarte entre los dos?​
  • Sí, o que mires, no sé… o las dos cosas ¿No?​
  • Jajaja, te han entrado ganas de volver a probar con varias pollas ¿no?​
  • Sí, bueno, me lo ha recordado los juegos con Luis y…​


Le sonreí. Paco dijo:​

  • Mira que eres puta, siempre te han gustado las orgías​
  • No, tanto no, pero un par está bien​
  • Jajaja, pero no sé, lo pensaré​
  • Vale, oye, no me dejes muy cerca, que a esta hora es cuando vuelve Luis, a ver si nos va a ver​
  • No te preocupes​


Cuando paró el coche e iba a salir, Paco me dijo:​

  • Carmen​
  • Dime​
  • Eres sensacional​
  • Jajaja​
  • En serio, me encantan estas tardes contigo​
  • A mí también, cariño​


Y le di un rápido pico. Salí del coche contenta. Me dejó algo alejada de casa para que no me viera ningún conocido. Cuando llegué a casa, ya habían llegado Luis y Cristina. Me disculpé, les di una excusa y me puse a preparar la cena junto a Cristina. Estaba muy cansada pero Cristina estaba apática. Le pregunté y me dijo:​

  • Estoy cansada, esta tarde he estado trabajando​
  • ¿Sí? ¿Y eso?​
  • Unos informes que necesitaba​
  • Ah​
  • He terminado hace un rato​
  • Ya, bueno, vete al salón, ya lo termino yo​
  • Vale​


Y se fue con el padre. Suspiré y preparé algo rápido y sencillo. Tras la cena, Cristina se fue a su cuarto. Me eché junto a Luis y me quedé dormida sobre su hombro.



CRISTINA

“NO ME LO PUEDO CREER, BORJA”



Casi grité al teléfono. Borja dijo:​

  • Pero no es cosa mía, mi madre…​
  • Llevas semanas fuera y ahora ¿Otra semana más?​
  • Es que mi madre insiste en ir a Londres para ver a mi tía y lo de mi estancia allí y…​
  • Y eso ha surgido así, de repente ¿No?​
  • Sí, de verdad, yo no sabía nada​
  • Pues que vayan ellos, joder​
  • Tengo que ir, es para preparar todo lo mío y…​
  • Mierda, Borja​


Estaba enfadada. Justo antes de la llamada había estado pensando que menos mal que volvía ya Borja y, de esa forma, me dejaría de tanta locura porque me sentía fatal por lo de Cloe y eso no era normal, necesitaba volver de nuevo a mi normalidad con Borja. Lo miré con furia. Él me miraba como un corderito a punto de ser degollado, y no era para menos. Me dijo:​

  • Yo también te echo mucho de menos, también me ha jodido​
  • Ya​
  • Joe, Cristi, lo sabes​
  • Mira, deja el tema, vaya puta mierda de día​
  • ¿Qué te ha pasado?​
  • El trabajo, Borja, el puto trabajo y ahora me vienes con esto​
  • Yo… lo siento​
  • Ya, claro​
  • Te lo compensaré, de verdad​
  • Eso me importa una mierda ahora mismo​


Seguimos hablando un rato más pero el cabreo no se me quitaba. Después intenté ver una serie pero no paraba de pensar en Cloe y en Borja. Al final, apagué todo e intenté dormir. Justo antes de dormir, pensé “Al menos, con este tiempo de más, podré compensar bien a Cloe después de lo de hoy”.​
 
33



CRISTINA

Llamé a la puerta del despacho de Cloe y abrí. La vi sentada en su mesa, tecleando. Pregunté:​

  • ¿Tienes cinco minutos, Cloe?​


Me miró, y tras unos segundos, afirmó. Entré nerviosa. Llevaba una carpeta con los papeles de Álvaro. Le dije:​

  • ¿Sigues enfadada?​
  • Contenta no estoy​
  • Lo siento, de verdad, es que yo…​
  • Cris, ya te lo dije ayer, no me gusta que me dejen plantada​
  • Lo entiendo, pero es que fue…​
  • Me da igual por lo que fuera​
  • No fue por… por follarme a Álvaro, de verdad, yo…​
  • Que me da igual a quien te folles, Cris, no tiene que ver con eso​
  • Es solo por explicarme​


Me sentía como una niña dando excusas malas frente a su madre. Respiré profundamente y me acerqué a ella. Me puse al lado de su silla, me incliné y le di un beso rápido en los labios. Sin casi separarme, le dije:​

  • Perdona, de verdad que no volverá a pasar​


Ella me miró a los ojos, seria, pero entonces sonrió y dijo:​

  • Eso espero​


La volví a besar pero esta vez dejé mis labios más tiempo pegados a los de ella. Abrí mi boca y lamí sus labios. Ella abrió su boca sacando su lengua. Nos besamos entrelazando nuestras lenguas lentamente. Terminé el beso y le dije:​

  • ¿Me perdonas?​
  • Claro, pero que no se repita​
  • Gracias​


Y la abracé. Entonces le dije:​

  • Yo… ¿Te cuento lo que pasó? No por excusarme, es para que veas unos papeles que he traído​
  • Cuenta​
  • Fui a casa de Álvaro, como te dije​
  • Ya​
  • Y allí me enseñó un montón de documentación, y no paraba de llamarme una amiga y lo puse en silencio, por eso no te escuche, lo siento​
  • Vale​
  • Y como era mucha información y quería enterarme bien, me puse a leer, a preguntarle, y se me pasó el tiempo sin darme cuenta​
  • Ajá​
  • Y… mira, no sé si es importante o no para ti, pero me dio esto​


Y me puse a sacar papeles de mi carpeta. Los puse en montoncitos en la mesa de Cloe y fui explicándome. Ella escuchaba. Como había muchos montoncitos y ocupaban casi toda la gran mesa, se levantó y se puso a mirarlos mientras yo le contaba. Después de una hora revisando los papeles y preguntándome un montón de cosas, me dijo:​

  • ¿Me puedo quedar con estos papeles?​
  • Claro​
  • Esto lo tengo que ver con detenimiento​
  • ¿Es importante? Creo que lo de esa empresa EFERVE me huele raro​
  • En principio no debería, pero por lo que me cuentas… Te dije el otro día que me sonaba mucho y es por los presupuestos, sale muchas veces en ellos​
  • Ya​
  • Pero eso no tiene porqué ser malo, es muy normal​
  • Ah (dije decepcionada)​
  • Pero no es normal lo de los precios, que siempre gane con precios altos, eso no es normal​
  • Ya, eso me parece… le he pedido a Álvaro que me busque algún informe para verlo contigo​
  • mmmm, lo mismo yo tengo esos informes, los oficiales, o seguro que los puedo obtener, pero esos no me interesan, pueden estar ya manipulados, me interesan los internos​
  • Ajá​
  • Dile a Álvaro que esos son los que necesito, no los oficiales… mientras, investigaré esta empresa​


Cloe cogió uno de los papeles y se puso a leerlo atentamente. La miré, llevaba una minifalda negra ajustada, sandalias de tacón muy alto y una blusa ajustada pero sin escote, y sin mangas, a Cloe le gustaba mostrar sus fuertes brazos. Estaba muy atractiva. Me mordí un labio, nerviosa. Cloe estaba concentrada leyendo y se giró hacia la ventana, para que le diera más luz al papel. Me acerqué a ella y la rodeé con mis brazos desde atrás. Ella rio pero siguió leyendo.



La besé en el hombro repetidamente. Saqué mi lengua y se lo lamí. Mis manos subieron hasta cogerle sus duros pechos y le dije:​

  • Cloe, tengo muchas ganas de ti​


Cloe rio y dijo:​

  • ¿Tienes ganas de follarme?​
  • Sí, muchas​
  • ¿Ahora?​
  • Sí​
  • ¿Aquí? ¿Me follarías aquí?​
  • Sí​


Cloe se giró y me besó apasionadamente. Luego, se retiró y dijo:​

  • Menudo espectáculo le daríamos a Silvia (su secretaria) ¿No crees?​
  • No sé​
  • Las dos somos especialmente ruidosas, chérie​
  • Me da igual​
  • Jajaja​


Intenté besarla pero ella se apartó riéndose. Me dijo:​

  • ¿Quieres que quedemos esta tarde las dos solas?​
  • Sí​
  • ¿Y Tony?​
  • Te quiero para mí sola​


Cloe sonrió y dijo:​

  • Vale, le diré que hoy mi entrenamiento será de otro tipo​


Sonreí mordiéndome el labio, intentando controlar mis ganas. Cloe fue a su mesa y tocó un botón de su teléfono y dijo:​

  • ¿Silvia?​
  • Sí, dígame Cloe​
  • ¿Puedes traer unas… mmmm veinte carpetitas?​
  • Ahora mismo​


Al poco, llamó Silvia a la puerta. Cloe dijo que pasara. Silvia entró, mirándonos. Cloe cogió las carpetas y dijo:​

  • Voy a guardar cada informe por separado, que no se me líen, y los leeré con detenimiento cuando pueda, pero ahora me tengo que ir a una reunión, Cris​


Cloe miró a Silvia y la despidió con un “Gracias”. Silvia salió y cerró la puerta. Ayudé a Cloe a guardar cada informe en una carpeta. Luego, ella cogió su portátil y dijo:​

  • Cris, esto está muy bien, nos puede servir​
  • ¿Sí?​
  • Sí, creo que sí, pero consigue eso que te he pedido ¿Vale?​
  • Claro​
  • Y…​
  • ¿Qué?​
  • La próxima vez, acuérdate de tus compromisos, no me molesta si me llamas y me dices que llegarás más tarde o no llegarás, pero me molesta mucho que ni llames​
  • Ya, lo siento​
  • Eso da igual, solo aprende esta lección: “no olvides tus compromisos”. Para mí es una falta de respeto lo que ayer hiciste aunque tuvieras una buena razón para ello​


Me dió un beso en los labios y abrió la puerta para salir. La seguí pero me fui por otro camino, con un calentón enorme. Volví a mi sitio, y en cuanto me senté, le hice una seña a Álvaro y volví a salir. Al poco, llegó Álvaro y le dije lo que me había dicho Cloe que necesitaba. Álvaro, muy nervioso, dijo:​

  • Pero es que yo no tengo acceso a eso, lo tendrá Claudia o alguno de los otros, yo no…​
  • Álvaro, es esencial que tengamos eso​
  • Pero…​

  • Mira mis pies​


Él, casi temblando, miraba a todos lados, pero al final miró a mis pies, que con mis sandalias, dejaba ver mis deditos. Le dije:​

  • Me vendría genial un masajito, cuando tengas lo que te pido, quedaremos en tu casa y me gustaría que me lo dieras ¿Te gustaría a ti?​


Álvaro se había vuelto a quedar en modo “abobao”. Le seguí metiendo caña:​

  • Mmmm, imagínate tus manos en mis pies, tocándolos, acariciándolos… ¿Sabes dar masajes? Porque me muero de ganas de comprobarlo​


Miré hacia abajo y vi que volvía a tener una erección “Que asco, menudo pervertido” pensé. Le dije:​

  • Seguro que se te ocurre como conseguir eso ¿Verdad?​


Y me fui. Dejándolo allí plantado, con el bulto en los pantalones y mirándome abobado. “Bueno, la semilla ya está plantada, ahora a esperar a que florezca” pensé. Esperaba no tener que volver a repetir el numerito, menudo asco me había dado. Aproveché el resto de la mañana para buscar información sobre EFERVE pero no encontré nada interesante.



Cuando estaba cercana la hora de salir, me mandó un mensaje Cloe, que seguía reunida y que me acercara donde estaba, para comer por allí. Que eligiera un sitio y la esperara. Eso hice, y tras diez minutos esperando en la mesa, llegó. Se sentó enfadada por la reunión. Me contó el tema pero como no sabía de qué iba, no entendí bien el problema, pero la escuché desfogarse. Luego, más calmada, comimos.



Al rato, Cloe me dijo:​

  • ¿Ves a esos dos de la mesa más a la izquierda?​


Miré y asentí:​

  • ¿Qué pasa?​
  • Esos quieren follarnos​


Casi me atraganté. La miré riéndome y le dije:​

  • Tía ¿Qué dices?​
  • Sí, no nos quitan la vista, te apuesto a que se acercan en un rato​
  • Anda ya​
  • Sí… ¿A cuál te follarías?​


Eran dos tíos trajeados de unos 40-45. No es que fueran feos pero no eran como Robi. Le dije:​

  • ¡¡¡A ninguno!!!​
  • ¿Seguro? No están mal​
  • Pero ¿De qué vas?​


Dije asombrada. Ella no dijo nada, siguió comiendo. Al poco dijo:​

  • Me gusta el de la corbata azul​
  • Joe, Cloe…​


Los volví a mirar, con disimulo. Le dije:​

  • A mí ninguno​
  • ¿Por qué?​
  • Porque… joe, antes me tiro a Paco jajaja​


Lo dije como broma, pero Cloe me miró seria y dijo:​

  • ¿Te follarías a Paco?​
  • Noooo, estaba de broma​
  • ¿No te gusta Paco?​
  • Cloe ¿Qué te ha dado?​
  • Nada​


Me acerqué a ella y le dije muy bajito:​

  • Solo quiero follarte a ti​
  • Lo sé, chérie, pero…​


Se quedó callada, la miré con curiosidad. Al final dijo:​

  • Esos dos follan bien, te lo digo yo que tengo muy buen ojo para eso​
  • Jajaja​
  • No te rías, es verdad, esos dos nos darían un buen rato​


La miré incrédula, no sabía si me estaba vacilando o qué. Seguimos comiendo. Cuando terminamos, pedimos el postre, y mientras esperábamos, se nos acercaron los dos tíos y uno dijo:​

  • Hola chicas ¿Os podemos invitar a una copa junto al postre?​


Cloe me miró sonriendo como diciendo “Ya te lo dije”. Los miró y dijo:​

  • Sentaos​


Los tíos pidieron unas copas para los cuatro. Yo alucinaba con Cloe, no pensaba acostarme con esos tíos, ni en broma. Cloe se puso a charlar con el de la corbata azul mientras el otro intentaba darme conversación. Tras tomarnos el postre y las copas, el de la corbata azul dijo:​

  • ¿Vais a hacer algo ahora, chicas?​


Cloe lo miró y dijo:​

  • Claro, vamos a ir a tomar el sol y a follar​


Los dos tíos se quedaron sorprendidos, pero luego se miraron sonriendo pensando que era una invitación. Estaba a punto de decir algo cuando Cloe rio y dijo:​

  • No me habéis entendido, a follar entre nosotras, ella es mi chica​


Entonces, me dio un morreo de muerte mientras me metía mano. Me dejé hacer. Los dos se nos quedaron mirando asombrados. Cloe paró y sacó la mano de entre mis piernas, enseñando sus dedos mojados, que chupó. Miré alrededor nerviosa, ya casi no había gente y nadie nos miraba. Me noté a punto de explotar de lo roja que me había puesto. Cloe llamó al camarero y pidió la cuenta, diciendo:​

  • Las copas son invitación de ellos​


Luego, los miró y dijo:​

  • Por el espectáculo​


Cloe pagó y nos fuimos, dejándolos allí aún sentados y sin decir nada. Cuando llegamos a su coche, ya me había calmado y le dije:​

  • Estás loca, casi me creo que querías follar con ellos​
  • Otro día quizás sí, pero hoy solo te quiero a ti, chérie​
  • ¿En serio?​
  • Sí, tengo ganas de buen sexo, y esos dos nos lo hubieran dado, pero no tan bueno como el que vamos a tener nosotras​


Y me sonrió poniéndose las gafas de sol y arrancando. Tras aparcar dentro de su chalet, salimos y en cuanto abrió la puerta, ya no pude aguantar más y me abalancé sobre ella. La desnudé y follamos en la misma entrada. Luego, nos fuimos a la piscina y nos bañamos, besándonos y acariciándonos de una forma más tranquila.



Nos tumbamos a tomar el sol desnudas, ya más relajadas. Estábamos las dos juntas y tras un buen rato descansando, me acordé de una cosa. Le dije:​

  • Cloe…​
  • ¿Sí?​


La miré, estaba boca arriba. Titubeé un poco. Entonces me miró y dijo:​

  • ¿Qué?​
  • Es que…​
  • Venga, suéltalo​
  • Ayer… en casa de Álvaro… pasó algo​


Se giró hacia mí, poniendo un codo en el suelo, y me miró con una sonrisa como diciendo “Lo sabía”. Rápidamente dijo:​

  • No, no es lo que piensas, no follamos​
  • No me importa​
  • Pero que no, que me da asco, es un baboso muy raro, y muy feo, que no, ni hablar​
  • ¿Entonces?​
  • Es que… quizás tonteé un poco con él​


Cloe se rio y dijo:​

  • ¿Tontear para que hiciera lo que quieras? Pufff, eso lo hacemos todas jajaja​
  • Ya, pero es que…​


Y entonces le conté todo lo del fetichismo de los pies de Álvaro. Terminé diciendo:​

  • Que asco me dio, el tío empalmao con una mirada de vicio asqueroso, pufff, que asquito​


Cloe rio y, poniendo un dedo en mi pierna y bajándolo hasta mi pie, dijo:​

  • Es que tienes unos pies muy bonitos​
  • Jajaja, lo sé​
  • Bonitos y sexis​


Cloe se sentó y me cogió un pie, acariciándolo suavemente. Me encendí totalmente al notar sus caricias y viendo su mirada. Jadeé al ver como me besaba los dedos y luego sacaba la lengua para lamerlos. Nunca me habían hecho algo así y me tenía loca. Su mano bajó por mi pierna, acariciando la parte interna de mi muslo. Abrí mis piernas mostrándole mi coño. Cloe empezó a chupar mis dedos mientras su mano acariciaba mis labios. Iba a estallar de excitación.



Pero entonces, paró y me dijo:​

  • Quiero follarte​


Quise gritarle “PERO SI ES LO QUE ESTABAS HACIENDO, SIGUEEEEEE” pero Cloe se levantó y me alargó la mano diciendo:​

  1. Pero mejor en la cama​


La seguí hasta su habitación. Me tiró sobre la cama y se puso encima, besándome. Luego, me comió las tetas y finalmente el coño. Tardé poquísimo en correrme, de lo excitada que estaba. Mientras me recuperaba, Cloe se puso sobre mí, y besándome en el cuello me dijo al oído:​

  • Me encanta lo caliente que eres, te pones cachonda enseguida, eres una zorrita muy juguetona​


Y me besó apasionadamente, tras lo cual, se incorporó y se puso sobre mi cara diciendo:​

  • Cómemelo, zorrita​


Saqué mi lengua y se lo lamí, despacio, pero Cloe no quiso eso. Me agarró la cabeza e hizo que mi boca se pegara a su coño, diciéndolo:​

  • Cómelo bien​


Empezó a moverse sobre mi boca mientras yo lamía todo lo que podía. Cloe gemía, se arqueaba, gritaba… la veía desde abajo, su cuerpo tenso, sus grandes pechos… Intenté frenarla para poder respirar mejor pero Cloe estaba desatada. Noté, que a pesar de todo, me volvía a poner cachonda, no me lo podía creer. De repente, Cloe se quitó de encima, se pegó a mí y movió su dedo por mi cara, para luego mostrármelo todo mojado, mojado de sus flujos. Me besó salvajemente y me dijo:​

  • Sabes a coño, a mi coño​


Y se levantó. La miré sorprendida, aún no se había corrido, estaba segura. Cloe fue hacia uno de sus armarios, lo abrió, trasteó y volvió con varios juguetes que dejó sobre la cama. Me dijo:​

  • Ponte a cuatro, zorrita​


La miré y me enseñó el plug. Me giré y me puse en la postura del perrito. Cloe me lamió el ano y luego, lentamente, me metió el plug. Lo gocé demostrándoselo con un largo gemido. Ella me tocó el coño y dijo:​

  • Vuelves a estar mojada, chérie​


Entonces me dió una fuerte palmada en el culo que me dolió pero más me sorprendió, y di un pequeño grito. Cloe dijo:​

  • Pero aún no, pequeña, ahora me toca a mí​


Tiró de mí para incorporarme, me volvió a besar apasionadamente y luego, me dio un gran consolador. Echó sobre él lubricante y me dijo:​

  • Mueve la mano sobre él, para esparcirlo​


Ella cogió otro más pequeño, que encendió, escuchándose un zumbido. Se puso a cuatro sobre la cama y me dijo:​

  • Cómeme el culo​


Eso hice mientras esparcía el lubricante por todo el consolador. Al poco, quise metérselo por el coño pero ella dijo:​

  • No, sigue comiendo​


Y se puso el consolador vibrador en su coño. Le lamí el ano y ella dijo:​

  • Mete la lengua, zorrita, que la note… así, así, mmmm me gusta​


Cloe, a cuatro sobre su cama, con el vibrador sobre su coño y mi lengua lamiendo su ano, gemía descontroladamente. Al rato, me dijo:​

  • Métemelo​


Fui a metérselo por el coño pero dijo:​

  • No, por detrás​


Me sorprendió, era muy grande, pero le hice caso. Poco a poco, se lo metí, asombrada. Cuando tenía la mitad dentro, Cloe empezó a moverse hacia delante y atrás, sin parar de tocarse el clítoris con el vibrador. Me dijo:​

  • Muévelo rápido, más, más​


Moví el consolador dentro de su culo, dentro y fuera, siguiendo su ritmo, hasta que explotó en un orgasmo bestial, gritando y temblando. Se derrumbó sobre la cama. Se lo saqué y lo tiré al suelo, para luego echarme sobre ella besando su espalda y hombros.



Me moría de ganas que me follara de nuevo pero Cloe estaba fuera de combate. Se escuchaba el zumbido del vibrador, olvidado en alguna parte de la cama. Me daban ganas de cogerlo y probarlo, nunca lo había probado, pero descubrí que era muy agradable rozar mi coño suavemente contra el cuerpo de Cloe mientras seguía besándole la espalda, eso me mantenía cachonda pero sin prisas.



Tras un par de minutos, Cloe se puso boca arriba y nos besamos lentamente. Luego me dijo:​

  • Estás deseando follar ¿verdad?​


Afirmé con la cabeza. Bruscamente, Cloe se puso sobre mí y me abrió los brazos, sujetándolos contra la cama. Me miró fijamente y luego, inclinó la cabeza y me chupó un pezón para luego tirar de él con fuerza, tanta que me dolió pero también me excitó. Intenté liberarme pero Cloe me sujetaba con fuerza. Me miró de nuevo e intenté besarla pero ladeó la cabeza. Intenté moverme para rozar mi coño con su cuerpo, pero ella me lo impidió con sus piernas. Dije lastimosamente:​

  • Fóllame, Cloe, por favor​


Pero ella solo me miraba, y cada vez me ponía más nerviosa y más impaciente. Le rogué, le insulté, pero nada, solo me miraba sujetándome. De pronto, me soltó y me giró boca abajo. Me lamió la oreja mientras empezó a mover el plug dentro de mi culo. Lo sacaba un poco, lo volvía a meter… intenté tocarme pero me lo prohibió. Tuve que agarrar con fuerza las sábanas, aguantando las ganas de tocarme y cada vez más excitada por sus juegos y su lengua en mi oreja y cuello.



De repente, de nuevo paró y se levantó. Bufé contrariada y la miré mientras iba de nuevo al armario. Volvió con un arnés y me dijo:​

  • Te voy a follar con esto​


Se puso el arnés y vi que el consolador era normalito, no tan grande como el que le había metido por el culo. Iba a protestar, quería uno más grande, pero ella dijo:​

  • Ven, arrodíllate, Tony y Robi dicen que eres una buena chupa pollas, quiero verlo​


Me incorporé y me arrodillé. Chupé esa cosa de plástico, que no tenía forma de polla, solo era un cilindro negro. Chupé, lamí y besé esa cosa como si fuera lo mejor del mundo. Cloe me miraba, con una sonrisa viciosa. Cuando se cansó, me levantó, me tiró sobre la cama y se puso encima, metiéndomela sin casi preámbulo. Como estaba muy mojada tanto la polla de plástico como mi coño, entró sin problema.



Cloe me folló despacio, besándome y diciéndome cosas en francés, que aún me ponían más. Rápidamente me puse a tono y no tardé en correrme cuando ella aumentó el ritmo. Nos quedamos abrazadas, yo temblando y ella encima hasta que me dijo casi al oído:​

  • Quiero tu culo​
  • ¿Q… qué?​
  • Quiero ser la primera que te folle por detrás​


Me besó largamente y luego se me quedó mirando. Asentí. Cloe se incorporó y me giré dándole la espalda. Ella tiró de mí hasta ponerme a cuatro sobre la cama y me quitó el plug. Esperé hasta que noté algo húmedo sobre mi ano, y sus dedos entrando y saliendo con facilidad gracias al líquido. Luego, otra vez esperando unos segundos hasta que noté una presión. Cloe metió poco a poco la polla del arnés en mi culo, despacio pero entraba sin mucho problema gracias al lubricante. Me dolió un poco pero no protesté.



Estaba tensa, esperando un gran dolor, y entonces Cloe dijo:​

  • Ponte esto en el clítoris​


Y me pasó el vibrador encendido. Le hice caso y me entró una oleada de gustito que me hizo olvidar la presión detrás. Entonces, Cloe empezó a moverse y entonces lo noté, me dolía pero a la vez, me gustaba. Cloe aumentó el ritmo y mi excitación creció. Acabé tumbada boca abajo, con el vibrador en mi coño y Cloe follándome el culo rápidamente. Tuve otro orgasmo, más fuerte aún y cerré los ojos sin poder controlar mis espasmos.



Cuando abrí los ojos, Cloe ya no estaba sobre mí, solo me acariciaba la espalda. Me notaba el culo palpitante pero no dolorido. Al poco, me dije:​

  • Te ha gustado​


Era algo obvio y no era una pregunta, pero asentí. Cloe dijo:​

  • Me ha costado follarte, lo tenía que agarrar con la mano y, como es pequeño, tenías poco metido dentro, pero ya sabes lo que se siente​
  • Sí​
  • Ya verás como es mucho mejor cuando Tony o Robi te lo hagan​


Me reí y dije:​

  • Uff, quita, quita, no me duele pero lo siento raro, con las “cosas” de esos dos, seguro que me duele​
  • Sí, pero también te gustará más​


Me giré para ponerme boca arriba y le dije:​

  • Me alegra haberlo probado contigo​


Me dio un beso y entonces escuchamos ruido, y luego, a Paco decir:​

  • He llegado ¿Dónde estás?​


Cloe dijo:​

  • Estamos arriba, en el dormitorio​


La miré asombrada y diciéndole:​

  • Tía, dile que ahora bajamos​


Pero ya se escuchaban pasos subiendo. Cogí y me cubrí como pude justo cuando Paco entraba.



PACO

Entré y vi a Cloe y Cristina en la cama, desnudas, aunque Cristina se cubría con la sábana. Vi juguetes tirados por el suelo y la cama, y a Cloe con un arnés. Me reí y dije:​

  • Oh, vaya ¿Molesto?​


Cloe me sonrió mientras Cristina se iba poniendo colorada:​

  • No, cariño, hemos terminado ya​
  • Ah… veo que os habéis divertido bastante​
  • Sí, mucho​
  • Me alegra ver que ya habéis hecho las paces jeje​
  • Algo así jaja​


Cloe se levantó, quitándose el arnés. Cristina estaba toda roja. Cogí un consolador del suelo y lo puse sobre la cama. Cloe cogió todos y dijo:​

  • Voy a echarlos en la pila, hay que limpiarlos​


Y se fue al baño. Miré a Cristina que parecía quererse fundir dentro de la cama. Le dije:​

  • No pasa nada, Cristina, ya lo sabes​
  • Ya, pero no puedo evitar sentirme muy incómoda jeje​


Hice un gesto quitándole peso a la situación. Entonces, le dije:​

  • Oye, ya que estamos, te voy a preguntar una cosa​
  • ¿Qué?​
  • Que se lo dije el otro día a Cloe y me dijo que mejor te preguntara a ti​


Me miró con curiosidad. Le dije:​

  • Nosotros, cuando estamos en la piscina, siempre estamos desnudos, pero desde que vienes yo me dejo el bañador… ¿Te importaría que tomara el sol desnudo?​
  • Pues…​
  • Si te vas a sentir muy incómoda, no pasa nada, pero es que para nosotros es algo natural​


Se escuchó a Cloe decir desde el baño:​

  • Y a mi me gusta ver a mi marido desnudo y moreno jeje​


La miré mientras ella se debatía. De nuevo, Cloe dijo:​

  • Y ya lo has visto desnudo, Cris, no te va a sorprender nada jeje​


Cristina más roja que nunca, dijo:​

  • Joe, Paco, es tu casa, yo no te voy a impedir…​
  • ¿Seguro?​
  • Sí, bueno, al final me acostumbraré, supongo…​
  • Genial​


Y me desnudé mientras le contaba algo del trabajo a Cloe. Cristina no me miraba. Luego, llegó Cloe con los juguetes ya secos y los guardó. Cloe le dijo a Cristina:​

  • Ahora te subo tu mochila​
  • No… no hace falta… yo…​


Y se quitó la sábana para levantarse. Dijo:​

  • Él también ha visto ya todo… ¿Te molesta, Paco?​
  • Para nada jaja​


Y bajamos los tres desnudos. Pasamos el resto de la tarde en la piscina, charlando y bañándonos. Luego, llevé a Cristina al metro ya que dijo que tenía que volver y no se podía quedar a cenar. Al volver, Cloe estaba preparando algo para cenar, llevaba una camiseta de tirantes muy ajustada, que marcaba perfectamente sus senos y pezones, y un pantaloncito corto. La ayudé y salimos fuera a comer. Puse música de fondo y empezamos a comer. Le dije:​

  • Esta tarde he estado hablando con Pablo​


Por mi tono, Cloe me miró con curiosidad y preguntó:​

  • ¿Algo de Ade?​
  • Mmmm no te falla la intuición, no es exactamente pero…​
  • ¿El qué?​
  • Creo que Pablo le pone los cuernos con su secretaria​
  • ¿La rubia canija?​
  • Sí​
  • Puffff, como se entere Ade…​
  • Sí, ya… y se le nota bastante al muy tonto… sonrisitas, miraditas…​
  • Uff, uff… esos dos se van a acabar separando​
  • Tiene toda la pinta​
  • Me da rabia, los dos me caen bien pero no hablan​
  • Ya​


Nos quedamos callados, Cloe pensando. Al final dijo:​

  • Tenemos que hacer algo​
  • ¿Algo?​
  • Me da mucha pena que se separen, por ellos, los niños…​
  • Sí​
  • Además, imagínate a Ade separada, la tendríamos aquí a todas horas jeje​
  • jajaja​
  • Hablaré con ella​
  • No se lo digas​
  • No, tranquilo, pero le daré un toque… esos no follan nada​
  • De eso se quejó una vez Pablo ¿Te acuerdas que te lo conté?​
  • Sí, y ella pasa bastante…​


Seguimos comiendo mientras la música sonaba. Entonces me dijo:​

  • ¿Qué te ha parecido Cris?​
  • Ya la había visto desnuda antes​
  • No, me refiero a su actitud​
  • Ah, algo más desenfadada pero tensa​
  • Sí, pero ha sido cosa de ella desnudarse contigo​
  • Ya, pero cómoda, cómoda no estaba​
  • Bueno, ya la voy conociendo… tarda en arrancarse, pero cuando arranca…​
  • ¿Qué quieres decir?​
  • Que hoy no ha parado de tocarme, besarme… estaba deseando follar​
  • Ya jeje​
  • Si hubiera querido, me la follo en el despacho sin ningún problema​
  • ¿Sí? jajaja​
  • Y hoy, casi no me deja entrar en casa, de las ganas que tenía​
  • Tendría ganas de que la perdonases​
  • Sí, bueno, ya estaba perdonada​


Y me contó todo el tema del “espionaje”. Me dijo:​

  • ¿Qué opinas sobre esos papeles?​
  • Que tenías razón, Claudia tiene algún trapicheo ahí​
  • Sí, lo que no sé si el marido también​
  • Ya​
  • A ver si Cris consigue algo más… tiene a ese tal Álvaro tontito con ella​
  • ¿Sí? Bueno, normal, es una chica muy guapa​


Entonces me contó lo de los pies y el tonteo de ella con él. Le dije:​

  • ¿Crees que llegaría a acostarse con él para obtener la información?​
  • Mmmmm te diría que no, pero ya te digo que la voy conociendo, la fachada es dura pero cuando se resquebraja, se rompe del todo​
  • ¿Y?​
  • Que no quiere hacerlo, pero como vea que con eso lo puede conseguir rápido, yo creo que sería capaz​
  • ¿En serio?​
  • Sí, y más si yo la apremio con resultados​
  • ¿Lo vas a hacer?​
  • No sé, no lo sé aún… lo pensaré​
  • jajaja, mira que te gusta manipular​
  • Sabe que esa información es importante para mí y tiene muchas ganas de hacerse valer… además, le viene bien soltarse​
  • Pero si el chico no le gusta…​
  • No sé, puede que no o puede que sí​


Estábamos ya con el postre. Me levanté y serví unas copas. Al volver a sentarme con ella, me dijo:​

  • Es una chica que se calienta muy rápido​
  • Ya​
  • Es muy fácil hacer que se corra, el novio tiene que ser un inepto total​
  • Jajaja​
  • No, en serio, si con hacerle dos cosas ya está a puntito… hoy la he desvirgado por detrás​
  • ¿Sí? Pero si me dijiste que le tenía mucho miedo​
  • Te lo estoy diciendo, se calienta muy rápido… se lo pedí y accedió casi sin pensárselo​
  • Joe con la niña​
  • Con el arnés​
  • Ahhhh​
  • Pero luego te lo cuento bien​
  • Te lo pasas muy bien con ella​
  • Sí​
  • La vas a echar de menos cuando vuelva el novio​
  • ¿Tú crees?​
  • ¿No la vas a echar de menos?​
  • Lo dudo​


La miré sin comprender. Cloe dijo:​

  • No va a dejar de follar conmigo​
  • Pero si ella te dijo…​
  • Cris dice muchas cosas, pero como te he dicho, su fachada está resquebrajada, volverá a follar conmigo​
  • Mmmm, recuerda que en septiembre se va​
  • Ya, una pena… pero volverá a follar conmigo antes de irse​
  • Jajaja​
  • No te rías, es cierto… no le doy más de dos semanas follando solo con el novio​
  • Jajajaja​


Cloe terminó su copa y se levantó. Se quitó la camiseta y el pantalón, quedándose desnuda. Me miró y dijo:​

  • Ven, te voy a contar los polvos de esta tarde mientras me follas, te van a gustar​


Y se tiró a la piscina. La miré sonriendo mientras me desnudaba y la seguía.​
 
34



CRISTINA

Otra mañana mortalmente aburrida en el trabajo. Al menos era viernes. Miré a mi alrededor, todos trabajando y yo sin nada que hacer. Reprimí un suspiro. Me puse unos auriculares y seguí con el curso online al que me había apuntado. Entonces, sonó mi móvil. Era Cloe y me alegró el ánimo. Lo cogí saliendo fuera:​

  • Hola Cris
  • Hola
  • Ayer se me olvidó comentarte una cosa
  • ¿El qué?
  • Hoy estamos Paco y yo en un evento, estaremos casi todo el día
  • Ah
  • Hoy no podemos quedar, cariño


“Mierda, mierda, mierda” pensé, pero dijo:​

  • Ah, claro, no pasa nada
  • Y otra mala noticia
  • ¿Qué?
  • Tony me ha llamado y esta tarde sale con Robi de viaje de fin de semana
  • Oh


“Mierda, noooooo” pensé. Adiós a mis planes de sexo entre los cuatro mañana sábado. Cloe dijo:​

  • Se te ha fastidiado la tarde ¿No, chérie?
  • No, bueno, sí, pero no pasa nada, mi madre quería ir de compras… la llamaré y quedaré con ella
  • Vale, vale
  • Pero no es lo mismo, claro
  • ¿Querías jugar?
  • Jajaja, más o menos, jajaja
  • Lo siento, mañana quedamos
  • Pero mañana… también se ha fastidiado el plan con los chicos ¿No?
  • Hay muchos chicos… tú tranquila
  • Pero yo…
  • Te tengo que dejar, mañana hablamos


Y nos despedimos. Me quedé pensando, desanimada. Había estado pensando mucho en el sexo de ayer. Me sentía totalmente fuera de control con Cloe, no podía ni quería controlarme cuando estaba con ella. Me ponía a mil cuando me tocaba, pero también cuando yo la tocaba. Tenía muchas ganas de seguir experimentando con ella, quería usar el arnés con ella, quería que ella lo volviera a usar conmigo, incluso quería un poco más de sexo anal con ella. Pensé “Tengo que dejar de pensar en estas cosas, que ayer noche ya vi que pasó” porque cuando me había acostado, me había puesto a pensar en Cloe y no pude aguantar y me había masturbado, estaba fatal, como si el sexo por la tarde no me hubiera dejado extenuada. Pero es que era así, pensar en Cloe me ponía muchísimo.



Volví a mi mesa intentando animarme pensando que era viernes. Pasé la tarde con mi madre, de una tienda a otra, estuvo bien. Luego, por la noche me quedé en casa y hablé un buen rato con Borja. El sábado por la mañana salí con mis amigas y comí con ellas. Cuando llegué a casa por la tarde, sin noticias de Cloe, estaba nerviosa, indecisa si llamarla o no. La verdad es que cuando no estaba ella ni los chicos, volvía a mi vida normal, la que debería ser normal, pero ahora esa normalidad, aunque era cómoda, le faltaba algo, le faltaba emoción, excitación… Me eché en la cama y le escribí:​

  • Hola Cloe, esta noche ¿Salimos?


Esperé cinco minutos pendiente del móvil pero no me escribía. Me puse nerviosa y decidí ordenar un poco mi armario, por entretenerme. A la media hora, mi móvil empezó a sonar. Lo cogí rápidamente, era Cloe:​

  • Hola, chérie
  • Cloe, pensaba que te habías olvidado de mí
  • Nunca, es que estamos fuera, pero ya mismo volvemos a casa
  • Ah
  • Claro que salimos, te recojo sobre las nueve ¿vale?
  • Vale pero ¿Dónde vamos?
  • Vamos a casa de unos amigos, que me han invitado
  • Ah (dije algo desilusionada)
  • Cenamos allí y luego nos divertiremos, no te preocupes
  • Ah, vale
  • Paco no viene, dice que quiere salir pero en plan tranquilo, va a quedar con tus padres
  • Ah, pero… ¿No será raro?
  • No, para nada, le va a decir que tú y yo saldremos para ir a bailar, y él no tiene ganas
  • Ah, pero no sé… (pensé en todas las preguntas de mi madre)
  • No te preocupes, guapa, nos va a cubrir
  • Ya pero… (pensé rápidamente y dije) dile que les cuente que tú y yo salimos con tus amigos gays, así se queda tranquila
  • ¿Por?
  • Piensa que si salgo con gays no voy a ponerle los cuernos a Borja jeje
  • Jajajaja (estalló en carcajadas Cloe) Vale, vale… se lo digo
  • Jeje
  • Y dile a tus padres que te quedas a dormir en casa
  • Ah, vale
  • Tráete bikini y ropa para mañana
  • De acuerdo
  • Te dejo, guapa, hasta dentro de un rato
  • Sí, besos


Miré la hora, quedaban varias horas pero me entraron las prisas. Me fui para la ducha, quería comprobar si necesitaba algo de depilación y quería ponerme cremas y dejarlas actuar un buen rato.



Cuando salí del baño, mi madre vino a mi cuarto:​

  • Me ha llamado Paco
  • Ah, te lo iba a decir ahora
  • ¿Por qué no os venís mejor con nosotros?
  • Porque vamos a ir de otro rollo, mamá
  • Pero os venís, comemos juntos y luego…
  • No, vamos a casa de unos amigos
  • Los gays
  • Pues que vengan y así los conozco
  • Es que no están solos
  • ¿Más amigos gays?
  • Y yo que sé, mamá, es su fiesta, no sé quien va
  • Pues podríamos ir Paco, tu padre y yo…
  • No, mamá, Paco no tiene ganas, si tuviera, vendría
  • Ya pero…
  • Ufff, mamá ¿Me quieres controlar o qué?
  • No, no… es que me parece raro que vayamos cada uno por nuestro lado, sobre todo Paco y la francesa…
  • Eso se lo dices a ellos, a mí ¿Qué me cuentas?
  • Ya… ¿Le vas a decir a Borja que vuelves a salir?
  • Claro


Se me quedó mirando y preguntó:​

  • ¿Qué te vas a poner?
  • No lo sé aún… y ¿Dónde vais a ir con Paco?
  • Ah, pues a un restaurante que conoce, un gallego
  • Ah, a ti te gustan
  • Sí, claro, y a tu padre
  • ¿Y tú qué te vas a poner?


Y se puso a contarme… Tras un rato, se fue, dejándome que me pensara que ponerme. Entonces me llamó Borja y estuve hablando con él un buen rato. Le conté que salía con mis padres, Paco y Cloe, y no me puso ninguna pega.



Cuando colgué, ya había decidido la ropa. Me pondría una minifalda, las sandalias de tacón alto que me había regalado Cloe y una blusa ancha que me dejaba un hombro y el ombligo al aire. De ropa interior solo me puse un culotte negro, sin sujetador. Me miré al espejo, me vi sexi, pero la blusa tenía un problema, si me agachaba un poco, se me veía todo. Era una blusa que normalmente me ponía con una camiseta de tirantes debajo. Me planteé cambiarme pero quería provocar a Cloe. Al final decidí que durante la cena me pondría una chaquetita, pero luego, cuando fuéramos a bailar, me quitaría la chaqueta y la provocaría para que me metiera la mano por debajo de la blusa hasta mis pechos y me besara en el hombro… eso me encantaría y solo de pensarlo me ponía cachonda. Sí, haría eso.



Busqué y me puse la chaqueta, que me abroché para impedir la inspección de mi madre. Me maquillé poco, pero metí en el bolso el pintalabios que me había regalado Cloe. Miré la hora, ya tenía que estar al llegar Cloe. Salí de mi habitación y fui a ver a mi madre. Me miró y dijo:​

  • Esa minifalda es un poco corta ¿no?
  • Ufff, mamáaaa
  • Solo digo que llamas la atención, te van a entrar
  • ¿Y qué?
  • Nada, nada, solo te lo digo porque Borja se puede molestar, con los hombres hay que ir con cuidado, que se enfadan pronto
  • ¿Y me lo dices tú con ese escotazo?


Porque llevaba un vestido con un escote de vértigo. Ella se rio y dijo:

  • Hija, pero es que yo voy con mi marido, me lo pongo para que él disfrute, que a tu padre le gusta verme así
  • ¡¡Mamá!!
  • ¿Qué? Me lo has reprochado
  • No te he reprochado nada, pero vas a dejar bizcos a los dos
  • Bueno, ellos sabrán donde miran
  • Estás fatal (dije riéndome)
  • Además, también vamos con otra pareja que son amigos de tu padre y Paco, del golf
  • Vale


Entonces vibró mi móvil. Miré y era Cloe avisándome. Me despedí de mis padres y bajé. En el ascensor me pinté los labios y los ojos.



Cuando entré en el coche, Cloe me lanzó una mirada de vicio y dijo:​

  • Mmmm que guapa y sexi


Fue a darme un beso en los labios pero me eché para atrás y dije:​

  • Aquí no
  • Ah


Estaba en mi barrio y no era cosa que me vieran morreándome con una mujer. Entonces, Cloe se volvió a inclinar pero para darme dos besos en las mejillas, pero aprovechó y me puso una mano en el muslo, moviéndola por la parte interna, cosa que me puso a mil. Luego, la miré y dije:​

  • Guau, tú sí que vas sexi


Llevaba un vestido ajustado y largo, con la espalda al aire y cogido del cuello. Tenía un escote que el de mi madre parecía de monja a su lado, casi le llegaba al ombligo y dejaba ver claramente las formas de sus senos. Además, el vestido se abría por el lateral, dejando ver su pierna derecha pero se abría desde la cintura, dejando ver muchísimo lateral. Le dije:​

  • Pero ¿Llevas bragas?
  • No jajaja


Pensé “joe, parezco una niña a su lado vestida así” y me avergoncé, Cloe tenía un estilo que jamás tendría yo. Arrancó y nos pusimos a charlar hasta que me di cuenta que cogía el camino a su casa. Le pregunté ilusionada:​

  • ¿Vamos a tu casa?
  • No
  • Pero este camino…
  • Sí, es que la casa de mis amigos está cerca de la mía
  • Ah ¿Quiénes son?
  • Una pareja que conocemos de París, ella es alemana y él inglés, pero por trabajo se vinieron a Madrid el año pasado… hablan un español decente
  • ¿Sí? Bien ¿Y habrá alguien más?
  • Sí, y te sorprenderá
  • ¿Por?
  • Habrá gente famosilla jeje
  • ¿Famosa?
  • Ya verás, no sé quiénes serán pero Ingrid me ha dicho que alguno de la tele viene
  • Oh


Me quedé sorprendida. Me volví a sentir incómoda y fuera de lugar. Cloe lo notó y dijo:​

  • ¿Qué te pasa?
  • Cloe, es que yo… no sé si voy a dar la nota vestida así y con esa gente
  • Claro que vas a dar la nota, pero por guapa
  • Anda ya… tú vas elegante y sexi, y yo solo con esto… (señalándome)
  • Estás genial, tranquila, son fiestas muy desenfadadas, ya verás, y con muy buena comida y bebida


Pero me entraron los nervios que no se me quitaron. Cuando llegamos a una gran verja, Cloe llamó y la abrieron. Entramos en un gran chalet, más grande que el de Cloe. Aparcó y bajamos. La miré, estaba sensacional, el vestido parecía una segunda piel de lo ajustado que era. Ya era de noche y solo nos alumbraban las luces de la casa. Me acerqué a ella y la besé, esta vez un morreo en condiciones. Tras terminar, me temblaban las piernas de excitación, pero Cloe se inclinó y se pintó los labios mirándose al espejo retrovisor. Hice lo mismo y andamos hacia la casa.



En la puerta había un tío altísimo, de al menos dos metros, fumando. Llevaba un delantal, una gran barba negra espesa y alargada, y aunque no parecía gordo, sí era muy recio. Era bastante feo pero intimidaba. Cloe lo saludó y le dio dos besos:​

  • Carlos, me imaginaba que estarías aquí
  • Claro, francesita
  • ¿Qué nos has preparado?
  • Ya han empezado a repartir
  • Ah


Él me miró intensamente y Cloe me presentó:​

  • Es Cris, una amiga


Me saludó con la cabeza, sin quitarme ojo, y me sentí incómoda por como me miraba. Le saludé y Cloe dijo:​

  • Es el chef
  • ¿El… chef?
  • Sí, ya verás, es magnífico


Y fuimos a la puerta. Miré atrás para despedirme. El barbas seguía mirándome de esa forma inquietante y le hice un tímido gesto de despedida con la mano. Cloe llamó a la puerta y, al poco, nos abrió una chica rubia de unos treinta años, bastante guapa. Llevaba una minifalda negra y una camisa blanca, con bastantes botones sin abrochar, que dejaba ver un generoso canalillo entre dos grandes pechos. La chica dio un gritito y dijo en francés:​

  • ¡¡¡Cloe!!! Que bien que hayas venido
  • ¡¡Irina!!


Se dieron dos besos y Cloe dijo:​

  • Te presento a Cris, una amiga, por favor, habla en español o inglés para que ella te entienda
  • Ah, claro, sin problema… encantada de conocerte


Y me dio dos besos. La chica hablaba con un fuerte acento del este. Preguntó:​

  • ¿Y Paco?
  • No ha venido
  • Oh, que pena


Dijo con sincera pena, o eso me pareció. Cloe dijo:​

  • Vinimos los dos en la última fiesta pero estabas de vacaciones ¿No?
  • Ay, sí, nos tomamos unos días Stefan y yo para ir a nuestro país… que fastidio, me dijo Ingrid que estuvo genial ¿no?
  • Sí, muy bien… Hoy estáis los dos ¿no?
  • Sí, Ingrid incluso ha contratado a una chica para que nos ayude
  • ¿Tantos invitados hay?
  • Sí, bueno, para que no estemos tan estresados, ya sabes
  • Ah, genial
  • Pero la chica no sabe español, si le pedís algo, mejor en inglés ¿Vale?
  • Claro
  • Pasad, pasad, dadme los bolsos, los pongo aquí por si los necesitáis


Me miró y dijo:​

  • ¿Quieres dejar aquí la chaqueta?


Negué rápidamente con la cabeza… ni de broma me iba a quitar la chaqueta para quedarme solo con la blusa de baratillo. Al menos la chaqueta y las sandalias eran de marca y ya empezaba a ver que esta fiesta no era de gente normal.



Cloe avanzó por la casa. La seguí. Mientras andábamos me dijo:​

  • Irina y Stefan son los que llevan la casa, están con Ingrid desde hace muchos años
  • Ah, son los ¿Criados?
  • Sí, bueno, pero casi como de la familia


Seguí a Cloe totalmente intimidada y pensando “Joe, tienen cocinero, criados… pufff, a ver si no hago el ridículo”.



Llegamos a la zona del jardín y nos quedamos en la puerta, mirando a los invitados. Habría como 10-15 personas, además de un chico y una chica con el mismo uniforme que Irina, llevando bandejas. Lo primero que me llamó la atención fue ver a un famoso periodista del corazón, tertuliano en un programa de la tele que veíamos mi madre y yo muchas tardes. A mi madre le encantaba ese hombre, lo encontraba muy atractivo e inteligente, para mí tenía su puntito pero nada más. Pensé “Verás cuando se lo cuente a mamá, va a flipar”. Entonces escuchamos una exclamación y un:​

  • ¡¡¡Cloe!!! Cariño, que guapísima estás


Y se nos acercó una mujer de unos 50-55 años, rubia, de curvas generosas y un amplio escote. Pensé fastidiada “Puff, esta noche es la noche de los escotes, y yo aquí sin enseñar nada porque no tengo tetas”. La mujer iba muy elegante, se notaba que todo lo que llevaba era caro. Abrazó a Cloe con alegría. Las dos hablaron en francés y luego, Cloe dijo:​

  • Querida, te presento a mi amiga Cris… Cris, ella es la anfitriona, Ingrid


Le di dos besos. Ingrid me piropeó y luego, llamó a un hombre muy delgado y elegante, su marido John que debía tener su misma edad más o menos. Estuvimos charlando unos minutos, se notaba que se conocían bien desde hacía años, se preguntaban por la familia, preguntaron por Paco, se desilusionaron cuando supieron que no estaba… Entonces llegó Irina con una bandeja con copas y cogimos una.



Al poco llegó el chico con una bandeja con comida. Dio dos besos a Cloe y hablaron un poco tras presentarme. Al irse, me dijo Cloe:​

  • Es el marido de Irina, es guapo ¿Eh?


Y sí, muy guapo, rubio, alto, con buena percha,... estaba como un tren. Ingrid sonrió al verme la cara. Entonces, Cloe me preguntó:​

  • ¿Reconoces a alguien de la fiesta?


Miré a mi alrededor y dije que al presentador, y que me sonaba un chico de veinte y pocos. Ingrid dijo:​

  • Ese es futbolista ¿No te gusta el futbol?
  • Para nada jeje, pero me suena de haberlo visto en alguna revista
  • Seguro, es muy guapo ¿no?
  • Sí, claro


También estaba como un tren pero era otro estilo, más de la calle. Ingrid siguió:​

  • Y ese de ahí es, bueno, era futbolista, muy famoso hace 15 años o así, por lo que me dijo John


Miré y vi a un hombre de unos cuarenta y tantos, algo regordete. No me sonaba de nada, pero me quedé con su nombre para decírselo a mi padre que seguro que lo conocía. Ingrid buscó con la mirada y dijo:​

  • Y ese de ahí es el pintor canadiense que te dije, Cloe


Miramos. Era un chico de veinte y muchos, con una larga melena negra, algo demacrado. No era guapo pero sí interesante. Cloe dijo:​

  • Ah, sí, luego hablaré con él, estuve esta tarde mirando su obra por internet, me gusta
  • Sí, es original, a mí no me gusta mucho pero se ve que es bueno por lo que dicen


Volvió a mirar y dijo:​

  • Ah, y Cris, a esa seguro que la conoces ¿no?


Miré y me asombré, claro que la conocía, era una actriz famosa. Una mujer de unos cuarenta años pero genialmente llevados. Lucía espectacular con un vestido veraniego, mostrando sus largas piernas y, para variar, no llevaba escote aunque sí abultaban sus dos pechos en su ajustado top. Tenía una figura magnífica. Dije:​

  • Ah, sí, claro… no la había reconocido porque se ha cortado el pelo ¿no?
  • Sí, es por una película, que hace de militar o algo así
  • Ah, pues le queda genial ese corte de pelo


Cloe dijo:​

  • Estuvo en la última fiesta ¿no?
  • Sí, nos hemos hecho muy amigas desde entonces, es una chica fantástica, muy lista. Ven Cris, te la presento


Y fui detrás de ella flipando. Cloe se codeaba con gente a la que yo nunca llegaría… pero algún día tendría un chalet y amigos así, eso seguro.



CARMEN

Nos acercamos a la mesa donde ya estaban sentados Paco y la pareja. Se levantaron al vernos llegar y nos saludamos con besos. Paco me miró como yo esperaba, con vicio. Nos sentamos y tuve la suerte de sentarme delante de Paco. Pensé que lo iba a calentar un poquito durante la cena. Nos pusimos a hablar entre todos. Luis, rápidamente se puso a hablar con la pareja sobre el golf, jugaba con ellos todas las semanas. Miré a Paco que me observaba sonriendo. Me quité un zapato y alcé el pie, acariciándole el paquete que rápidamente se endureció. Paco me siguió mirando impasible aunque en los ojos se le notaba la excitación. Bajó la mano y me acarició el pie. Le sonreí abiertamente pero retiré mi pie, teníamos que ser muy discretos.



CRISTINA

Después de un buen rato de pie, bebiendo y comiendo los deliciosos tentempiés que nos traían, los anfitriones dijeron que nos sentáramos, que la cena estaba lista. Yo estaba ya llena pero tenía curiosidad por la comida, de tan buenos que estaban los entrantes.



Nos fuimos hacia una larga mesa llena de platos de todo tipo. Me senté al lado de Cloe. Al otro lado se sentó el viejo futbolista y frente a mí, un tipo de cuarenta y tantos, gordito y casi calvo. Al lado de ese tipo estaba el tertuliano y al otro lado, la actriz. Ya había hablado bastante con la actriz y me había caído muy bien, no era una creída ni nada por el estilo.



Al otro lado de Cloe estaba el artista canadiense y luego Ingrid. Las dos se pusieron a hablar con el pintor en francés y desconecté por ese lado. Entonces llegó la camarera que, con un horrendo inglés, preguntó por la bebida. La miré. La chica era una preciosidad, una larga melena morena, alta, unas piernas larguísimas, pero muy seria. Parecía una modelo y pensé que estaría recién llegada y ganándose unos euros esa noche con este trabajo que, claramente, no le gustaba.



Me puse a hablar con mis compañeros de mesa. El tertuliano empezó a contar anécdotas de su programa. El ex futbolista, que ahora era comentarista de radio según me contó, no se creía que yo no lo conociera, y también contó algunas anécdotas. La actriz intervenía de vez en cuando. También me enteré que el hombre que tenía frente a mí era el ex marido de una famosa política. Nos contó que se acababan de divorciar, y estaba muy contento porque había conseguido quedarse con los perros, que según él, eran como sus niños. Echaba pestes de su ex, haciéndonos reír porque esa mujer en su vida política era completamente distinta a como él la describía.



Entonces, noté la mano de Cloe sobre mi muslo. Giré la cabeza y la vi mirándome con una sonrisa. Me preguntó:​

  • ¿Te estás divirtiendo?


Asentí rápidamente. La verdad es que me lo estaba pasando genial. Entonces, Cloe me dio un beso en los labios que se demoró un par de segundos. Me puse totalmente colorada, me entró mucha vergüenza por ese beso delante de todo el mundo, pero pareció que nadie le daba importancia y me recobré. Cloe me dijo:​

  • Hace calor ¿No te quitas la chaqueta?
Y era verdad, hacía calor, y más tras el beso y las copas que ya había tomado. Me lo pensé un poco y me la quité. Todos los que tenía alrededor se me quedaron mirando y enrojecí de nuevo pensando en la pinta que tendría al lado de mujeres tan elegantes y con tanto estilo como Cloe, Ingrid y la actriz. De pronto, apareció detrás mía Ingrid que se llevó la chaqueta, estaban pendientes de todo.



Cloe me miraba de una forma tan directa y clara que me turbé. Me dijo al oído:​

  • Estás muy sexi, me encanta
  • Gra… gracias
Me acarició el hombro libre con un dedo, poniendo cara de vicio. Me estremecí. Me lo estaba pasando genial y no me quería ir, pero viéndola así, con esas ganas de mí, me entraban ganas de decirle que nos fuéramos ya, pero pensé que mejor que no, que mejor aguantar el calentón. Lo que sí tenía claro es que de aquí nos íbamos directas a su casa, nada de irnos a bailar. “De aquí a follar”.



Seguimos comiendo unos platos sensacionales, estaban de muerte. Y seguimos bebiendo y riendo, toda esa gente tenía cosas muy interesantes y graciosas que contar. Tras un buen rato, nos trajeron el postre, unos platitos con varios postres de todo tipo. Me sentía a punto de explotar pero estaba feliz.



Luego, Ingrid dijo de irnos a la zona de la piscina a tomarnos una copa, y escuchamos como ponían música. Nos levantamos todos contentos y yo bastante mareada por las bebidas que había tomado durante la comida.



CARMEN

Tras la cena, habíamos ido a un bar con zona de baile. Allí bailé un poco con Luis y con Paco. No había vuelto a calentar a Paco, no me gustaba hacer eso con Luis delante, era demasiado peligroso. Durante el baile, Paco se comportó decentemente, algún piropo me soltó delante de Luis que se rio orgulloso, pero nada más.



Luego, nos fuimos a la barra para seguir con la charla y las bebidas. Luis y Paco charlaban muy animadamente con la pareja y dije que iba al baño. Al salir, me encontré a Paco esperándome que me cogió de la mano y, casi arrastrándome, me llevó fuera del local. Lo seguí protestando y mirando atrás por si Luis o los otros nos habían visto pero nada, desde los servicios y el camino hacia fuera, no se veía la barra. Fuera, Paco me llevó hacia un lateral y nos besamos ardientemente. Me sacó una teta del vestido y el sujetador y se puso a chupármela. Le dije:​

  • Paco, Paco, por dios, que nos pueden ver


Pero no hice nada por apartarlo, estaba súper caliente. Paco paró y me dijo:​

  • Calla, puta, que llevas toda la noche calentándome


Me volvió a besar y no podía resistirme, él estaba caliente pero yo más. Entonces, me giró poniéndome contra la pared. Me bajó las bragas, me subió el vestido y me metió la polla. Jadeé. Dijo:​

  • Joder, tienes el coño hecho agua, puta


Me folló rápidamente, y me corrí al notar como se corría él dentro de mí. Me abrazó desde atrás y nos quedamos así unos segundos. Luego, se salió de mí. Me limpié como pude y me arreglé la ropa. Me dijo:​

  • Entra tú, yo voy dentro de un rato


Asentí, pero antes de irme, me besó pero ahora con calma, un beso profundo pero cariñoso. Luego, me miró a los ojos y me dijo:​

  • Estás preciosa, Carmen


Le sonreí y entré. Me fui al baño donde me limpié mejor. Luego fui a la barra donde seguían los tres. Luis me preguntó:​

  • ¿Había cola?
  • Sí, un poco


Asintió y siguió hablando, sin darle mayor importancia. Les pregunté:​

  • ¿Y Paco?
  • Ha salido fuera para llamar a Cloe
  • Ah
Al rato, llegó Paco que dijo:​

  • Ya he hablado con Cloe, que se están divirtiendo mucho


Le sonreímos. Paco se integró en la conversación como si no hubiera pasado nada, totalmente calmado.



CRISTINA

Estábamos todos bebiendo y en pequeños grupos al lado de la piscina, algunos bailoteando, otros solo charlando. Yo estaba bailando con Cloe, las dos mirándonos con ganas. Cloe me preguntó:​

  • ¿A quién te follarías de la fiesta?
  • A ti
  • Jajaja, además de mí
  • Pues…


Miré a mi alrededor. La verdad es que había algunos que me molaban. Le sonreí sin decir nada. Ella insistió:​

  • ¿Nadie?
  • Quizás a alguno jeje
  • ¿Quién?


Me pegué a ella y le dije:​

  • Al de la tele, tiene su puntito
  • Jajaja
  • ¿Tú no te lo follarías?
  • ¿Lo… invitamos? (recorriéndome un escalofrío de excitación)
  • ¿Nadie más?


Le señalé con la cabeza a varios. Ella asintió y preguntó:​

  • ¿Y a la actriz?
La miré sorprendida e iba a decirle que ni de broma, pero entonces, quizás por el alcohol, me lo pensé mejor y la verdad es que tendría su morbo… asentí. Cloe rio con ganas.



Se nos acercó Irina con una bandeja. La miré extrañada y pregunté:​

  • ¿Esos son… canutos?
Miré a Cloe totalmente descolocada. Cloe cogió uno y unas cuantas pastillas de un platito. Me dio el canuto e Irina me lo encendió, para luego irse con la bandeja. Alucinaba con el nivel de la fiesta. Fumamos entre las dos el canuto, y luego, Cloe me enseñó la pastilla y se tomó una. Me dio la otra y pregunté:​

  • ¿Eso qué es?
  • Esto es una maravilla


La miré sin comprender. Me dijo:​

  • Una maravilla para el sexo
  • ¿Sí?
  • Sí, tómatela, vas a flipar
La cogí dudosa, pero Cloe me dijo:​

  • Si no quieres, no te la tomes, no pasa nada
La dejé en una mesa, ya me sentía suficientemente colocada con el alcohol y el porro. Entonces, escuchamos un clin clin clin y nos giramos. Vimos a Irina y a la camarera morena delante de la piscina, mirándonos. Irina dijo:​

  • Bueno, amigos ¿Estáis todos servidos? ¿Alguien quiere alguna pastilla más?


Se escuchó un murmullo negando. Irina, sonriente, dijo:​

  • De todas formas, en aquella mesa tenéis más, junto a condones, lubricantes y juguetes


Me quedé con la boca abierta ¿Había escuchado bien? Irina siguió:​

  • Ya sabéis las reglas, sexo seguro y respeto, si alguien no quiere con alguien o no quiere hacer algo, respectad
Entonces, las dos se empezaron a desnudar. Las miré con los ojos como platos, pero esto ¿Qué era? Observé sus cuerpos, aún sin poder salir de mi asombro. Eran muy diferentes, Irina con más curvas pero esbelta, la otra chica delgada, poco pecho pero muy bella. Las dos completamente rasuradas. Entonces, se dieron un largo beso para luego tirarse al agua donde siguieron besándose.



Miré a Cloe con la boca abierta. Ella me miraba sonriendo. Me dijo:​

  • Tu primera orgía, chérie
  • Mi… mi qué????
  • Déjate llevar, verás como te diviertes


Y me dio un profundo beso que me desarmó. Mi mente me decía “Pero ¿Esto qué es? Quiero irme, vámonos Cloe” pero mi cuerpo solo besaba y tocaba a Cloe. Noté la mano de Cloe en mi vientre, subiendo despacio hasta tocarme un pecho y luego jugar con mi pezón. Gemí en su boca mientras mi mano se colaba en su vestido, buscando su pezón.



De pronto, alguien se me pegó por detrás. Noté claramente una erección contra mi culo. También noté una mano que se colaba dentro de mi blusa y ascendía rápidamente hacia mi pecho. Era una mano brusca, nada de la suave caricia de Cloe. Me cogió el pezón y lo pellizcó. Gemí de nuevo en la boca de Cloe. Quería decirle a quien fuera que me dejara con Cloe, solo con Cloe, quería apartarlo de mí, pero no pude, al contrario, moví mi culo sobre su paquete. Entonces, el hombre me dijo al oído:​

  • Joder, que buena estás zorrita, llevo toda la noche empalmado por ti, que ganas de follarte
Le reconocí, era el tertuliano. Me besó en el hombro, en el cuello. Noté su mano colarse entre mis piernas, tocándome sobre las bragas. Abrí un poco las piernas para dejarle espacio. Entonces Cloe paró el beso y me preguntó por el otro oído:​

  • ¿Sabes quién es?
  • ¿Te lo quieres follar?


Asentí. Cloe me miró sonriente. Se separó de mí y me giré para besar al tertuliano. Quería follarme a ese tío que mi madre encontraba irresistible y que en ese momento, a mí también me lo parecía y estaba loca por follármelo. Le metí la lengua buscando la suya mientras sus manos me cogían el culo con fuerza. Bajé mi mano y se la metí dentro del pantalón, agarrando su polla.



Desde atrás, una mano me desabrochó la falda y me la bajó. Pensé que sería Cloe pero cuando me acarició las piernas desde abajo hasta el culo, sentí que no eran sus manos, eran de hombre. Tiró de mis bragas hasta bajármelas y me besó, lamió y mordisqueó el culo. Luego, me separó las nalgas y me lamió el ano. Dos dedos entraron en mi vagina y me estremecí. Escuché una voz que decía:​

  • Joder, que cachonda está, tiene el coño chorreando
Reconocí la voz, el tío de los perros. Paré de besar al tertuliano y dije:​

  • Fóllame, folladme
Me quitaron la blusa quedándome totalmente desnuda. Me giraron y el de los perros me comió las tetas mientras escuchaba como el tertuliano se desnudaba detrás mía. Vi que el de los perros estaba ya desnudo y con la polla plastificada. Se la cogí y él me besó. Su lengua entró en mi boca y gemí al notar como me pellizcaba los pezones.



Me llevó a una mesa y me tumbó en ella. El de los perros me levantó las piernas y, poniéndolas en sus hombros, me penetró. Grité de gusto mientras me embestía rápidamente. No tardé en correrme. Él siguió moviéndose rápidamente. Miré a mi alrededor. El tertuliano se estaba poniendo un condón rápidamente. Más allá, vi a Cloe e Ingrid desnudas y arrodilladas delante del pintor, comiéndole la polla las dos juntas. Giré la cabeza y vi al marido de Ingrid a cuatro patas, con su criado follándole el culo mientras él le comía la polla al joven futbolista. Cerca de ellos, la actriz cabalgaba al ex-futbolista mientras le chupaba la polla a otro tío. En la piscina, había cinco o seis personas follando, Irina y la morena entre otros.



Miré al de los perros, estaba a punto de correrse. Entonces, llegó el tertuliano y me metió la polla en la boca. Chupé con ansia esa polla plastificada hasta que se corrió el de los perros dentro del condón. Cuando se salió de mí, lo sustituyó el tertuliano, que me folló deprisa, poniéndome de nuevo a tono.



Giré la cabeza y busqué a Cloe. Estaba a cuatro sobre el suelo, comiéndole el coño a una Ingrid tumbada delante de ella. El pintor follaba rápido a Cloe desde atrás. Sentí algo de celos al ver como Cloe comía ese coño, pero entonces, me giraron la cabeza. Era la actriz que me besó ardientemente. Le devolví el beso. Su mano recorrió mi cuerpo hasta llegar a mi coño. Me acarició el clítoris mientras el tertuliano me follaba cada vez más rápido. Me corrí al poco gimiendo en la boca de la actriz. Luego, ella puso un pecho en mi boca. Chupé su pezón pensando “Se ha tenido que operar hace poco, así no las tenía en la última peli que vi de ella donde salía desnuda”



Escuché y sentí como el tertuliano se corría dentro de mí, en su condón. Salió de mí y quise levantarme pero entonces, llegó el ex-futbolista con intención de follarme, pero la actriz dijo:​

  • Espera, quiero comerme ese coñito
La lengua de la actriz me lamió el clítoris mientras sus dedos entraban dentro de mí. Gemí y cogí la polla del ex-futbolista, tirando de él. Me la metí en la boca y se la chupé hasta que la actriz me provocó otro orgasmo. Entonces, él quiso follarme pero le dije:​

  • Espera, espera, que me duele la espalda
Llevaba un buen rato sobre esa mesa. Me incorporé y me giré, apoyando mis manos en la mesa. El ex-futbolista me cogió de las caderas y me penetró, follándome rápidamente. Miré a mi alrededor. Cloe estaba ahora con el marido de Ingrid y el guapo camarero, cada uno en uno de sus agujeros, follándola en una doble penetración. La actriz estaba morreándose con Ingrid. En la piscina parecía haber más gente que antes.



Estaba cansada pero me gustaba sentir las embestidas. Entonces, paró y la sacó. Noté como presionaba sobre mi ano pero le dije:​

  • No, por ahí no
  • ¿Seguro? Tienes un culo precioso y…
  • Seguro
  • Vale


Me la volvió a meter y me folló normal. Ingrid ahora le comía el coño a la actriz, y vi a Irina de rodillas chupándosela al de los perros que la volvía a tener dura y me miraba. El ex-futbolista no tardó en correrse. Se salió de mí y me quedé sola. Miré a mi alrededor e Irina me hizo señas. Me acerqué y me arrodillé junto a ella. Chupamos la polla del de los perros entre las dos. Le lamí los huevos cosa que le encantó. Nos preguntó si se podía correr sobre nosotras. Irina y yo nos miramos y asentimos. Se masturbó rápidamente unos segundos para luego correrse sobre nuestras caras mientras nos besábamos. Luego, Irina me llevó a una ducha de la piscina donde nos limpiamos. Al terminar, le dije:​

  • Se me está quitando el colocón
  • ¿Sí? Tómate otro pastilla
  • No sé… antes no me la tomé
  • Ah, vale… Si no quieres follar más, túmbate, pero si quieres seguir, te recomiendo que te tomes una
  • Pero esas pastillas ¿Qué hacen?
  • Hacen que el sexo sea más intenso


Y se fue a buscar a alguien para follar. Vi que el que se acababa de correr sobre nosotras estaba en la mesa y estaba encendiendo un porro. Me acerqué y se lo quité de la boca. Tomé una profunda calada. Fumamos sin hablar, escuchando los gemidos a nuestro alrededor. Busqué a Cloe. La vi cabalgando al marido de Ingrid, estaba magnífica y me excité. Pensé en acercarme cuando me terminara el porro que le quedaba poco. Entonces, el hombre me dijo:​

  • En unos minutos estaré de nuevo preparado
  • ¿Preparado?
  • Para follar, he tomado viagra
  • Ah
  • Y tú se la levantas a un muerto


Lo miré sonriendo. El tío era bajito y estaba gordito, y algo fondón, casi calvo pero tenía una buena polla, no como las de Tony o Robi pero bien, y no era feo, y sabía follar. Le pregunté:​

  • ¿Quieres volver a follarme?
  • Claro, eres muy excitante, una preciosidad


Le di la espalda mirando por la zona. Él puso sus manos en mi culo y me dijo:​

  • Me gustaría follarte por detrás ¿Te gusta?
  • No
  • Oh, que lástima


Entonces vi que Cloe se levantaba e iba a por la morena. Torcí el gesto, eso no me apetecía, compartirla con otra tía. Miré al hombrecito y le dije:​

  • ¿Me enciendes otro?


Cogí una pastilla y me la tomé. Luego, fumé el nuevo porro y le dije:​

  • Pues mientras te animas, me lo puedes comer


Al tío se le iluminaron los ojos. Me senté en una silla y me abrí de piernas. Él se arrodilló y me lo comió con ansia pero bien, sabía hacerlo. Disfruté de su lengua hasta que se terminó mi porro. Lo paré, le levanté la cabeza y lo besé. Su boca sabía a coño y me gustó. Le metí la lengua en su boca y, con mi mano, busqué su polla. La tenía dura. Le dije:​

  • Ponte un condón y túmbate, voy a follarte


Me hizo caso rápidamente. Me senté sobre él metiéndomela lentamente. Comencé a cabalgarlo notando el efecto de la pastilla. Ahí perdí la noción de todo.​
 

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