Bueno, aquí un elegido más a la legión de "no folladores" por la sempiterna desgana de la mujer. Nunca fue lo que se dice realmente fogosa, siempre tuve que tirar del carro, con rachas (las menos) más llevaderas y otras bastante negativas, pero hace unos años tuvo una operación de espalda de la cual salió malparada y desde entonces nuestros encuentros sexuales han caído hasta mínimos históricos. He llorado, pataleado, abroncado y un sinfín de participios más sin más respuesta que la callada, así que reconozco que la cosa ya no tiene solución, y más estando en puertas de la menopausia como se encuentra. Por tanto, tristemente he asumido la situación por lo que me he ido rindiendo poco a poco. Y lo que es incluso más triste, que ya me bajé del vagón del morbo ya que cada vez tengo menos estímulo sexual, y eso sí que no me lo esperaba, porque mi mente siempre era un hervidero de inventos y posibilidades. El recurso de internet ayudaba a sobrellevar esta situación, pero de tanto abusar ya me fui adaptando (como cuando tu cuerpo asimila una medicina habitual) y ya apenas me llama la atención.
En fin, es lo que toca