Cuando tenia 15 o 16 en plan promesa, me fije de que si era capaz de aguantar todo el verano si echarme una paja, caían normalmente 2 diarias, aprobaría las que me habían quedado.
Lo iba consiguiendo. El truco consistía en no tener estímulos exteriores, no veía revistas porno, no me fijaba en las chicas ligeras de ropa... Pero claro, para un adolescente con las hormonas en ebullición aquello era un suplicio.
Cuando mis amigos iban a la playa, yo no iba y me quedaba en casa.
Llevaba 1 mes, y era finales de julio. Cuando ya no pude más. Y estaba solo en casa. Me la zacudi un par de veces y aquello parecía un geiser. Menuda corrida me pegué en duración y cantidad. Menos mal que no entro nadie en la habitación, sino me hubiera sido imposible parar.