Esta historia ya la compartí en Pajilleros en un hilo que existia allí titulado El Club del Voyeurismo.
Pues yo empecé mi carrera de espía o voyeuristica a muy, muy temprana edad, a los 6 o 7 años!! Os cuento.
En aquella época mis padres no recuerdo si era los viernes o los sábados se entretenían yendo a casa de los vecinos a jugar a cartas después de cenar y les daban las tantas, claro yo me tenia que entretener jugando y solo pues los vecinos tenían dos hijas pero eran mayores la grande puede que tuviera ya los 20 y la hermana unos dos menos o sea 18 añitos, a veces me llevaba juguetes de mi casa para entretenerme, un día me lleve un camión de bomberos y empecé a jugar con él paseándolo por un gran sofá que había pero pronto el sofá se me quedo pequeño y me baje al suelo y empecé a recorrer toda la sala de rodillas por el suelo empujando al camión y buscando obstáculos para hacer la circulación mas divertida, me metí debajo de la mesa, como que la mesa era bastante grande debajo tenia bastante espació para moverme y hacer recorridos de un lado a otro con mi juguete haciendo con la boca el ruido del camión y el de la sirena de bomberos hasta que en un momento dado pare por que se había caído alguna pieza, me senté en el suelo y cuando levante la vista estaba frente a las piernas de la hija menor con falda por encima de las rodillas al estar sentada y las piernas entreabiertas me quede pasmao con la boca abierta viendo como esas piernas tenían unos muslos largos des las rodillas y los muslos guiaban mi vista hacia el fondo juntándose al final en unas bragas de color blanco, ahí descubrí el vuayerismo aunque entonces ni idea de que era esa palabra pero me gusto lo que ví y no tarde en preguntarme de que color serian las braguitas de la hermana mayor y de la que estaba enamorado pues tenia una larga melena rubia y jugaba siempre conmigo, así que lo que suponéis me desplace al lado mas o menos un metro haciendo ruidos con la boca, ya sabéis el motor del camión, la sirena, medidas de distracción no fuera que alguien se extrañara de mi silenció, total que ya estaba delante de las rodillas de Ana que así se llamaba, maaadre mía que espectáculo, Ana era mas alta y delgada que su hermana por lo que las piernas eran mas largas cuando me puse agachado frente a sus rodillas tenia los pies cruzados uno delante del otro por lo que por la postura de los pies las rodillas quedaba mas separadas casi diría que espatarrada formando una uve hasta los tobillos con lo que la visión era esplendida y generosa, como antes los largos muslos y la falda sobre ellas formaba una guía perfecta hacia el final donde había unas braguitas de color azul claro y caladas y yo estoy seguro de haber visto salir pelitos rubios de su coño por esos agujeritos del calado de la tela y allí estuve un buen rato deleitándome con las visión y grabándola en mi mente para siempre tambien ya rizando el rizo se me ocurrio si seria posible arrimar con cuidado mi cara hasta casi tocar sus rodillas y meter la nariz entre ellas seria capaz de oler su chochete pero no, lo hice pero no oli nada y esa fue mi iniciación en el voyerismo hasta hoy que sigo en ello.
Naturalmente ese fue el inicio pero después esperaba con ansia todas la semanas que llegara el día de las cartas para meterme debajo de la mesa a jugar pero realmente era para ver las braguitas de mis vecinas, algunas veces empecé a arriesgar mas y cuando la separación de las piernas lo permitía metía la mano plana de canto entre las piernas con mucho cuidado de no rozar ninguna y con el peligro de que de repente cerraran las piernas y me pillaran la mano allí metida, pero imaginaros para un crío de esa edad la emoción que sentía (hoy seria morbo) que era tener la sensación de que tenia la mano mas cerca de aquellos coñitos veinteneros.
Y la cosa no acabo aquí pues un día me había acostado y antes de dormirme se ilumino parte de mi habitación fui a ver por que y era la luz de la ventana de enfrente de la mía al otro lado del patio de luces frente por frente y mi sorpresa fue mayúscula, estuve un rato esperando si veía a alguien y de repente se abre la puerta de esa habitación que quedaba frente a la ventana y aparece Ana, aunque yo estaba a oscuras la reacción fue agacharme para esconderme, pero pronto levante lentamente la cabeza y allí estaba, aparecía y desaparecía de la ventana pues se movía por la habitación ese día no ví mas pero ya se convirtió en mi pasatiempo de cada noche estar echado en la cama hasta que se encendía la luz pero eso es otra historia solo decir que si, que conseguí ver como se denudaba, como se bestia la ví en combinación, en sujetador etc. hasta que se caso y se fue de casa de sus padres.