Yo estando casado tenía una compañera casada también con la cual jugábamos a hablar de sexo lo cual me ponía burro.
Un día estando ambos calientes nos apostamos que íbamos a dos baños diferentes y nos masturbariamos, y el primero que termine gana y el segundo paga desayuno.
Experiencia morbosa y ganó ella porque yo me dediqué a escuchar sus pequeños gemidos pegada la oreja a la pared.