¿Se han follado a tu mujer?. [Hilo para tratar sobre su temática y NO para contactar]

No se si es una diferencia como tal, nosotros en ese aspecto si hacemos rol hotwife, mi marido no tiene "amigas" de ese estilo, soy yo la que sale de casa con esa intención. Le cuento en el momento lo que voy haciendo y le mando contenido visual en forma de fotos y videos, él me va diciendo lo que le gusta y por dónde seguir... y a la vuelta a casa.. suele haber polvazo que temata el día 😈
No le haces video llamadas que lo vea en tiempo real?
Alguna vez, dependiendo del chico con el que esté y el momento en el que estemos.. aunque lo que solemos hacer es grabar más material del sue le enseño mientras estoy fuera.. y después lo vemos juntos cuando vuelvo a casa..
Esto es mucho más morboso... Para mí gusto claro está.
 
Hay rol horwife-"cornudo" pero no cornudo sumiso.
Y pongo conrudo entrecomillado porque al haber consentimiento no me parece así, pero casi todo el mundo lo usa en estos juegos.
No se si es una diferencia como tal, nosotros en ese aspecto si hacemos rol hotwife, mi marido no tiene "amigas" de ese estilo, soy yo la que sale de casa con esa intención. Le cuento en el momento lo que voy haciendo y le mando contenido visual en forma de fotos y videos, él me va diciendo lo que le gusta y por dónde seguir... y a la vuelta a casa.. suele haber polvazo que temata el día 😈
 
B
Hay rol horwife-"cornudo" pero no cornudo sumiso.
Y pongo conrudo entrecomillado porque al haber consentimiento no me parece así, pero casi todo el mundo lo usa en estos juegos.
Bueno, yo he visto cosas por ahi de jaulas y mujeres que se llevan la llave a sus encuentros y maridos que tragan la leche de otro directamente de sus hotwife.. a mi eso si me parece rol de sumiso... y a mi no me va
 
Hola, supongo que en este hilo puedo contar mi experiencia, que en mi caso es del tipo clásico, es decir, que ella me ha puesto los cuernos sin que yo "me entere" (cosa que por supuesto me he enterado). Eso no sería un problema pues yo soy de mente bastante abierta, el problema es la mentalidad arcaica que tiene mi mujer, en pretender ser "casta y pura" cuando no lo es. Lo he hablado con ella, le he propuesto cosas (tríos tanto con hombre como mujer, que tenga sus aventuras pero que me las cuente...) pero nada, perdón perdón no lo volveré a hacer y listo. Puse un par de cámaras ocultas en casa después de cierta actitud que me generó desconfianza y pude comprobar mis sospechas de una vez por todas. Ahí fue cuando lo hablamos y le propuse, pero no sé si por orgullo o porqué sigue cerrada a todo. Creo que aún así cogió miedo y no ha vuelto a ser la guarra que era (y mucho además). He de decir que algunas pajas han caído viendo los vídeos de las cámaras ocultas, me da mucho morbo, al igual que nuestro sexo se ha vuelto mucho mejor, en calidad y sobre todo cantidad. Yo creo que tiene miedo a su familia, que mentalmente viven en el cretácico (cosas de la Galicia profunda profunda), que se enteren o algo, pero al fin y al cabo lo que hagamos en nuestra casa nadie se va a enterar, pero en fin... Y sí, quizás desde un principio tenía que haberme separado y tal, pero con hipoteca, un hijo en común no es tan sencillo, además prefería que abriera un poco su mente y que vea que puede follar tranquilamente con otros con confianza antes que zanjar todo, que conmigo puede hacerlo, pero la cabezonería que tiene... Tal vez ese sea su morbo?? Hacer lo que se considera socialmente prohibido??

Perdón por la chapa de "presentación" jeje
 
Hola, supongo que en este hilo puedo contar mi experiencia, que en mi caso es del tipo clásico, es decir, que ella me ha puesto los cuernos sin que yo "me entere" (cosa que por supuesto me he enterado). Eso no sería un problema pues yo soy de mente bastante abierta, el problema es la mentalidad arcaica que tiene mi mujer, en pretender ser "casta y pura" cuando no lo es. Lo he hablado con ella, le he propuesto cosas (tríos tanto con hombre como mujer, que tenga sus aventuras pero que me las cuente...) pero nada, perdón perdón no lo volveré a hacer y listo. Puse un par de cámaras ocultas en casa después de cierta actitud que me generó desconfianza y pude comprobar mis sospechas de una vez por todas. Ahí fue cuando lo hablamos y le propuse, pero no sé si por orgullo o porqué sigue cerrada a todo. Creo que aún así cogió miedo y no ha vuelto a ser la guarra que era (y mucho además). He de decir que algunas pajas han caído viendo los vídeos de las cámaras ocultas, me da mucho morbo, al igual que nuestro sexo se ha vuelto mucho mejor, en calidad y sobre todo cantidad. Yo creo que tiene miedo a su familia, que mentalmente viven en el cretácico (cosas de la Galicia profunda profunda), que se enteren o algo, pero al fin y al cabo lo que hagamos en nuestra casa nadie se va a enterar, pero en fin... Y sí, quizás desde un principio tenía que haberme separado y tal, pero con hipoteca, un hijo en común no es tan sencillo, además prefería que abriera un poco su mente y que vea que puede follar tranquilamente con otros con confianza antes que zanjar todo, que conmigo puede hacerlo, pero la cabezonería que tiene... Tal vez ese sea su morbo?? Hacer lo que se considera socialmente prohibido??

Perdón por la chapa de "presentación" jeje
En ese escenario yo me separaba.
 
Él me dice que para qué salir a buscar otra mujer si otra como yo no va a encontrarla 😅
Vaya.....si..... súper difícil de encontrar una mujer tan buena y especial cómo tú..... cómo decía un forero antes.... dónde se encuentra algo tan divino......eres un encanto....💋💋💋😘
 
Hola, supongo que en este hilo puedo contar mi experiencia, que en mi caso es del tipo clásico, es decir, que ella me ha puesto los cuernos sin que yo "me entere" (cosa que por supuesto me he enterado). Eso no sería un problema pues yo soy de mente bastante abierta, el problema es la mentalidad arcaica que tiene mi mujer, en pretender ser "casta y pura" cuando no lo es. Lo he hablado con ella, le he propuesto cosas (tríos tanto con hombre como mujer, que tenga sus aventuras pero que me las cuente...) pero nada, perdón perdón no lo volveré a hacer y listo. Puse un par de cámaras ocultas en casa después de cierta actitud que me generó desconfianza y pude comprobar mis sospechas de una vez por todas. Ahí fue cuando lo hablamos y le propuse, pero no sé si por orgullo o porqué sigue cerrada a todo. Creo que aún así cogió miedo y no ha vuelto a ser la guarra que era (y mucho además). He de decir que algunas pajas han caído viendo los vídeos de las cámaras ocultas, me da mucho morbo, al igual que nuestro sexo se ha vuelto mucho mejor, en calidad y sobre todo cantidad. Yo creo que tiene miedo a su familia, que mentalmente viven en el cretácico (cosas de la Galicia profunda profunda), que se enteren o algo, pero al fin y al cabo lo que hagamos en nuestra casa nadie se va a enterar, pero en fin... Y sí, quizás desde un principio tenía que haberme separado y tal, pero con hipoteca, un hijo en común no es tan sencillo, además prefería que abriera un poco su mente y que vea que puede follar tranquilamente con otros con confianza antes que zanjar todo, que conmigo puede hacerlo, pero la cabezonería que tiene... Tal vez ese sea su morbo?? Hacer lo que se considera socialmente prohibido??

Perdón por la chapa de "presentación" jeje
Ninguna chapa...... tienes razón......
Que motiva que tú fantasía es que te cornee y lo hace sin tu conocimiento?
Difícil,es tan complicado....😥
 
Hoy os dejo una reflexión de una hotwife, espero que os guste...

La sexualidad es algo que está dentro de nosotros, que nos hace relacionarnos con los demás de cierta manera. A medida que vamos explorando el sexo desde la adolescencia acumulamos una serie de experiencias que determinan cómo son esas relaciones. Queramos o no a nivel social existe una manera “correcta” de tener estas relaciones, una pareja, la fidelidad, el matrimonio… pero ¿y si el placer no nos lleva hacia los convencionalismos sociales? ¿Y si dentro de mi hay un fuego mayor que todo eso?

He sido una mujer precoz en el sexo tanto a nivel práctico como en el aspecto de la sensualidad. Desde muy jovencita me gustaba que me miraran, insinuar mis pechos, llevar pantalones ajustados y un buen escote. Ver el deseo en los ojos del que mira, esa chispa que se enciende en su interior o incluso ver cómo aumenta su ritmo respiratorio… Eso queramos o no es poder. El instinto más animal se relaciona con el deseo y por conseguirlo todos hacemos locuras.


Esta idea del placer muchas veces va unida a la idea del “pecado” de “lo prohibido” aquello que no nos dejan alcanzar o que no “deberíamos” conseguir. Otra vez más normas sociales…


Siempre me ha gustado lo prohibido, de jovencita “los chicos malos”, los que eran mayores que yo, los que tenían pareja… o con los que se supone que no podía estar… Con ellos siempre me sentía más deseada, más poderosa, mucho más mujer… Creo que ahí fue donde descubrí lo que era el morbo, el sexo a partir del cerebro, de una fantasía.


Gracias al sexting forzoso por un periodo de separación física con el que es actualmente mi marido, descubrí cuáles eran nuestras fantasías, qué rol me gustaba dentro del sexo, cuál era el de mi pareja y cómo podíamos llevarlo a la práctica. Durante esta temporada compartimos muchas confesiones, de experiencias pasadas, de esos momentos prohibidos que yo había vivido con otros hombres, para mi sorpresa sin celos, con la curiosidad de seguir sabiendo más y más de lo que mi fuego me había llevado a hacer con otras personas.

El morbo de escuchar esas historias, de cómo me había iniciado en los encuentros sexuales, el sexo anal, la masturbación o las relaciones “prohibidas” nos hizo pensar en la posibilidad de una tercera persona en el sexo… Lo llevamos a la práctica con aciertos y aprendizajes para los dos. Ya estábamos en otro nivel, repetimos alguna vez con el mismo chico, hasta que mi marido me dijo ¿y si pruebas tu sola?, me daba vértigo, él siempre era la calma en esas situaciones, sabía que todo iba a ir bien si él estaba conmigo, pero… ¿hacerlo sola? ¿Con quién? ¿Cómo? Nos adentramos en el mundo de la hotwife, del cornudo, del corneador y todas esas palabras que ahora entiendo bastante bien, pero que me sonaban lejanas. Adaptamos la filosofía a nuestros gustos y fuimos “puliendo” prácticas que no salían como pensábamos en un principio, que no nos hacían sentir cómodos o que no nos gustaban.

Ahora puedo decir que no soy una hotwife al uso, que no me gusta el perfil de cornudo sumiso, que mi cornudo es muy activo en mis encuentros con otros hombres, incluso dominante en algunos casos. Soy una mujer que le gusta el rol de sumisa, pero que también sabe pedir lo que quiere y que cada día disfruto más de este sexo no tan habitual que ha nacido de un juego con mi marido y que sigue siendo eso un juego para reforzar más aun el vínculo que tenemos.
Aún sabiendo que no lo es, lo sencillo que resulta leyéndote. Se que son experiencias, que están resumidas en una forma de plantearse la vida. Planteadas con naturalidad aunque con tantas normas sociales resultan difíciles llevar a cabo sin algunos sacrificios y disgustos.
Pero no dejo de desear eso mismo para mi mujer y para mi.
Sin más, gracias por explicar las cosas sin aspavientos, sin exageraciones.
 
Hoy os dejo una reflexión de una hotwife, espero que os guste...

La sexualidad es algo que está dentro de nosotros, que nos hace relacionarnos con los demás de cierta manera. A medida que vamos explorando el sexo desde la adolescencia acumulamos una serie de experiencias que determinan cómo son esas relaciones. Queramos o no a nivel social existe una manera “correcta” de tener estas relaciones, una pareja, la fidelidad, el matrimonio… pero ¿y si el placer no nos lleva hacia los convencionalismos sociales? ¿Y si dentro de mi hay un fuego mayor que todo eso?

He sido una mujer precoz en el sexo tanto a nivel práctico como en el aspecto de la sensualidad. Desde muy jovencita me gustaba que me miraran, insinuar mis pechos, llevar pantalones ajustados y un buen escote. Ver el deseo en los ojos del que mira, esa chispa que se enciende en su interior o incluso ver cómo aumenta su ritmo respiratorio… Eso queramos o no es poder. El instinto más animal se relaciona con el deseo y por conseguirlo todos hacemos locuras.


Esta idea del placer muchas veces va unida a la idea del “pecado” de “lo prohibido” aquello que no nos dejan alcanzar o que no “deberíamos” conseguir. Otra vez más normas sociales…


Siempre me ha gustado lo prohibido, de jovencita “los chicos malos”, los que eran mayores que yo, los que tenían pareja… o con los que se supone que no podía estar… Con ellos siempre me sentía más deseada, más poderosa, mucho más mujer… Creo que ahí fue donde descubrí lo que era el morbo, el sexo a partir del cerebro, de una fantasía.


Gracias al sexting forzoso por un periodo de separación física con el que es actualmente mi marido, descubrí cuáles eran nuestras fantasías, qué rol me gustaba dentro del sexo, cuál era el de mi pareja y cómo podíamos llevarlo a la práctica. Durante esta temporada compartimos muchas confesiones, de experiencias pasadas, de esos momentos prohibidos que yo había vivido con otros hombres, para mi sorpresa sin celos, con la curiosidad de seguir sabiendo más y más de lo que mi fuego me había llevado a hacer con otras personas.

El morbo de escuchar esas historias, de cómo me había iniciado en los encuentros sexuales, el sexo anal, la masturbación o las relaciones “prohibidas” nos hizo pensar en la posibilidad de una tercera persona en el sexo… Lo llevamos a la práctica con aciertos y aprendizajes para los dos. Ya estábamos en otro nivel, repetimos alguna vez con el mismo chico, hasta que mi marido me dijo ¿y si pruebas tu sola?, me daba vértigo, él siempre era la calma en esas situaciones, sabía que todo iba a ir bien si él estaba conmigo, pero… ¿hacerlo sola? ¿Con quién? ¿Cómo? Nos adentramos en el mundo de la hotwife, del cornudo, del corneador y todas esas palabras que ahora entiendo bastante bien, pero que me sonaban lejanas. Adaptamos la filosofía a nuestros gustos y fuimos “puliendo” prácticas que no salían como pensábamos en un principio, que no nos hacían sentir cómodos o que no nos gustaban.

Ahora puedo decir que no soy una hotwife al uso, que no me gusta el perfil de cornudo sumiso, que mi cornudo es muy activo en mis encuentros con otros hombres, incluso dominante en algunos casos. Soy una mujer que le gusta el rol de sumisa, pero que también sabe pedir lo que quiere y que cada día disfruto más de este sexo no tan habitual que ha nacido de un juego con mi marido y que sigue siendo eso un juego para reforzar más aun el vínculo que tenemos.
Aún sabiendo que no lo es, lo sencillo que resulta leyéndote. Se que son experiencias, que están resumidas en una forma de plantearse la vida. Planteadas con naturalidad aunque con tantas normas sociales resultan difíciles llevar a cabo sin algunos sacrificios y disgustos.
Pero no dejo de desear eso mismo para mi mujer y para mi.
Sin más, gracias por explicar las cosas sin aspavientos, sin exageraciones.
 
Hoy os dejo una reflexión de una hotwife, espero que os guste...

La sexualidad es algo que está dentro de nosotros, que nos hace relacionarnos con los demás de cierta manera. A medida que vamos explorando el sexo desde la adolescencia acumulamos una serie de experiencias que determinan cómo son esas relaciones. Queramos o no a nivel social existe una manera “correcta” de tener estas relaciones, una pareja, la fidelidad, el matrimonio… pero ¿y si el placer no nos lleva hacia los convencionalismos sociales? ¿Y si dentro de mi hay un fuego mayor que todo eso?

He sido una mujer precoz en el sexo tanto a nivel práctico como en el aspecto de la sensualidad. Desde muy jovencita me gustaba que me miraran, insinuar mis pechos, llevar pantalones ajustados y un buen escote. Ver el deseo en los ojos del que mira, esa chispa que se enciende en su interior o incluso ver cómo aumenta su ritmo respiratorio… Eso queramos o no es poder. El instinto más animal se relaciona con el deseo y por conseguirlo todos hacemos locuras.


Esta idea del placer muchas veces va unida a la idea del “pecado” de “lo prohibido” aquello que no nos dejan alcanzar o que no “deberíamos” conseguir. Otra vez más normas sociales…


Siempre me ha gustado lo prohibido, de jovencita “los chicos malos”, los que eran mayores que yo, los que tenían pareja… o con los que se supone que no podía estar… Con ellos siempre me sentía más deseada, más poderosa, mucho más mujer… Creo que ahí fue donde descubrí lo que era el morbo, el sexo a partir del cerebro, de una fantasía.


Gracias al sexting forzoso por un periodo de separación física con el que es actualmente mi marido, descubrí cuáles eran nuestras fantasías, qué rol me gustaba dentro del sexo, cuál era el de mi pareja y cómo podíamos llevarlo a la práctica. Durante esta temporada compartimos muchas confesiones, de experiencias pasadas, de esos momentos prohibidos que yo había vivido con otros hombres, para mi sorpresa sin celos, con la curiosidad de seguir sabiendo más y más de lo que mi fuego me había llevado a hacer con otras personas.

El morbo de escuchar esas historias, de cómo me había iniciado en los encuentros sexuales, el sexo anal, la masturbación o las relaciones “prohibidas” nos hizo pensar en la posibilidad de una tercera persona en el sexo… Lo llevamos a la práctica con aciertos y aprendizajes para los dos. Ya estábamos en otro nivel, repetimos alguna vez con el mismo chico, hasta que mi marido me dijo ¿y si pruebas tu sola?, me daba vértigo, él siempre era la calma en esas situaciones, sabía que todo iba a ir bien si él estaba conmigo, pero… ¿hacerlo sola? ¿Con quién? ¿Cómo? Nos adentramos en el mundo de la hotwife, del cornudo, del corneador y todas esas palabras que ahora entiendo bastante bien, pero que me sonaban lejanas. Adaptamos la filosofía a nuestros gustos y fuimos “puliendo” prácticas que no salían como pensábamos en un principio, que no nos hacían sentir cómodos o que no nos gustaban.

Ahora puedo decir que no soy una hotwife al uso, que no me gusta el perfil de cornudo sumiso, que mi cornudo es muy activo en mis encuentros con otros hombres, incluso dominante en algunos casos. Soy una mujer que le gusta el rol de sumisa, pero que también sabe pedir lo que quiere y que cada día disfruto más de este sexo no tan habitual que ha nacido de un juego con mi marido y que sigue siendo eso un juego para reforzar más aun el vínculo que tenemos.

Gracias por sincerarte de una manera tan clara y abierta.

Quizá la gente más joven tenga menos prejuicios para dar rienda, como vosotros, y particularmente tú, hacéis con vuestros deseos sexuales. A muchos les ocurre lo que explica otro forero (SaurVad) más adelante. En su caso negativa total. En el mío aceptación, pero siempre con esa idea de estar haciendo algo censurable, prohibido. Disfrute del sexo cuando hay algún encuentro o se organiza alguna cosita, pero luego, una vez pasado, no hables mucho de ello, que no me gusta el tema. Ya me entiendes...

Deseando leerte más.
 
Hoy os dejo una reflexión de una hotwife, espero que os guste...

La sexualidad es algo que está dentro de nosotros, que nos hace relacionarnos con los demás de cierta manera. A medida que vamos explorando el sexo desde la adolescencia acumulamos una serie de experiencias que determinan cómo son esas relaciones. Queramos o no a nivel social existe una manera “correcta” de tener estas relaciones, una pareja, la fidelidad, el matrimonio… pero ¿y si el placer no nos lleva hacia los convencionalismos sociales? ¿Y si dentro de mi hay un fuego mayor que todo eso?

He sido una mujer precoz en el sexo tanto a nivel práctico como en el aspecto de la sensualidad. Desde muy jovencita me gustaba que me miraran, insinuar mis pechos, llevar pantalones ajustados y un buen escote. Ver el deseo en los ojos del que mira, esa chispa que se enciende en su interior o incluso ver cómo aumenta su ritmo respiratorio… Eso queramos o no es poder. El instinto más animal se relaciona con el deseo y por conseguirlo todos hacemos locuras.


Esta idea del placer muchas veces va unida a la idea del “pecado” de “lo prohibido” aquello que no nos dejan alcanzar o que no “deberíamos” conseguir. Otra vez más normas sociales…


Siempre me ha gustado lo prohibido, de jovencita “los chicos malos”, los que eran mayores que yo, los que tenían pareja… o con los que se supone que no podía estar… Con ellos siempre me sentía más deseada, más poderosa, mucho más mujer… Creo que ahí fue donde descubrí lo que era el morbo, el sexo a partir del cerebro, de una fantasía.


Gracias al sexting forzoso por un periodo de separación física con el que es actualmente mi marido, descubrí cuáles eran nuestras fantasías, qué rol me gustaba dentro del sexo, cuál era el de mi pareja y cómo podíamos llevarlo a la práctica. Durante esta temporada compartimos muchas confesiones, de experiencias pasadas, de esos momentos prohibidos que yo había vivido con otros hombres, para mi sorpresa sin celos, con la curiosidad de seguir sabiendo más y más de lo que mi fuego me había llevado a hacer con otras personas.

El morbo de escuchar esas historias, de cómo me había iniciado en los encuentros sexuales, el sexo anal, la masturbación o las relaciones “prohibidas” nos hizo pensar en la posibilidad de una tercera persona en el sexo… Lo llevamos a la práctica con aciertos y aprendizajes para los dos. Ya estábamos en otro nivel, repetimos alguna vez con el mismo chico, hasta que mi marido me dijo ¿y si pruebas tu sola?, me daba vértigo, él siempre era la calma en esas situaciones, sabía que todo iba a ir bien si él estaba conmigo, pero… ¿hacerlo sola? ¿Con quién? ¿Cómo? Nos adentramos en el mundo de la hotwife, del cornudo, del corneador y todas esas palabras que ahora entiendo bastante bien, pero que me sonaban lejanas. Adaptamos la filosofía a nuestros gustos y fuimos “puliendo” prácticas que no salían como pensábamos en un principio, que no nos hacían sentir cómodos o que no nos gustaban.

Ahora puedo decir que no soy una hotwife al uso, que no me gusta el perfil de cornudo sumiso, que mi cornudo es muy activo en mis encuentros con otros hombres, incluso dominante en algunos casos. Soy una mujer que le gusta el rol de sumisa, pero que también sabe pedir lo que quiere y que cada día disfruto más de este sexo no tan habitual que ha nacido de un juego con mi marido y que sigue siendo eso un juego para reforzar más aun el vínculo que tenemos.
Me recuerdas a mi mujer
 
Aún sabiendo que no lo es, lo sencillo que resulta leyéndote. Se que son experiencias, que están resumidas en una forma de plantearse la vida. Planteadas con naturalidad aunque con tantas normas sociales resultan difíciles llevar a cabo sin algunos sacrificios y disgustos.
Pero no dejo de desear eso mismo para mi mujer y para mi.
Sin más, gracias por explicar las cosas sin aspavientos, sin exageraciones.
Mas que por la normas sociales creo que es por los temas tabus que puede haber incluso dentro de la pareja. Vivir encorsetado sin compartir las ideas, sentimientos o fantasías que nos pasan por la cabeza, por eso creo que por mucho deseo en "que mi pareja sea como.." creo que debe existir una conexion muy fuerte, bases solidas y siempre comentando con el otro lo que nos gusta, nos da morbo pero sobretodo lo que NO nos gusta aunque sea parte de la fantasia del otro. Poder decir lo que pensamos sin culparse por ello
 
Mas que por la normas sociales creo que es por los temas tabus que puede haber incluso dentro de la pareja. Vivir encorsetado sin compartir las ideas, sentimientos o fantasías que nos pasan por la cabeza, por eso creo que por mucho deseo en "que mi pareja sea como.." creo que debe existir una conexion muy fuerte, bases solidas y siempre comentando con el otro lo que nos gusta, nos da morbo pero sobretodo lo que NO nos gusta aunque sea parte de la fantasia del otro. Poder decir lo que pensamos sin culparse por ello
Tal cual ,lo primero para meter a uno o varios terceros en la cama es una base muy solida
 

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