alexycris79
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Pues mal, resulta que el tio tiene micropene
¿Se han follado a tu mujer?. [Hilo para tratar sobre su temática y NO para contactar]
S1978
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Vaya que pena
Fernando ruiz
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Valla tela si queréis conocerme
Oceanicgip
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Que quieres que te diga, yo estoy deseando que me ocurra algo así. Sin haber discutido.
albert_cuck
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Hola.. hay un hilo, sobre mujeres q ocultan unos cuernos a sus cornudos consentidores...
Es para q ellas contasen esos cuernos q se guardan para ellas sin compartir con sus maridos.. pero el hilo no arranca.. por parte de ellas... aunque parece ser. Qhay mucha gente pendiente de haber si funciomase...
Era por si podias contarnos esta historia un poco mas detallada alli... a ver si anima...
El hilo se llama algo asi.. como...
Mujer, confiesanos los cuernos ocultos a tu conrnudo consentidor...
En elnapartado de experiencias y confesiones.
Disculpa q te haya molestado.. espero vuestras experiencias sigan en positivo.. un saludo..
Pilonero
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El mejor comentario
MorbosoAlikante
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Vaya eso si es una putada
Pilonero
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Cómo fueron tus primeros cuernos?
mroas
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te respondo en privado
myant
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Estoy muy de acuerdo, la primera vez que la ves jugar con polla ajena, comersela degustandola, mientras te mira traviesa y divertida,para luego encajarsela, es toda una vivencia que engancha.
javiercove
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En el fondo tú estás deseando que un buen macho la cubra y la haga gozar para que después vuelva a tus brazos y te diga lo cornudo que eres.
Maduro50
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Pues por aquí somos unos muchos que estamos dispuestos a no dejarla pasar hambre
aguafresca
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Y qué te dice ella?
aguafresca
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Qué tal fue el encuentro?
myant
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Cierto, muy excitante todo lo que ocurre
moebius
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Sigo:
Estoy plenamente convencido de que ningún hombre que le compra un consolador a su mujer lo hace al principio de la relación. Lo hace pasado un tiempo y no para que lo use en solitario sino delante de él y enseguida pasa a metérselo directamente él. Y al poco, cuando comprueban que esos juegos les provoca morbo y excitación a los dos, surgen los sabidos comentarios tales como:
--Te imaginas si este consolador fuera la polla de otro tío?
--Debe ser la hostia vivir esa situación, no crees cariño?
--Sííí... sigue... no pares cariño... --gimotea ella.
Y voilà! Empieza a crecer la semillita; o no, porque pasar a mayores ya es harina de otro costal.
Esto es lo que yo pienso sinceramente y así lo he contado.
Pitufin1000
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Estoy de acuerdo... si un tío compra un consolador .. algo le roda por la cabeza.. jaja
Hola,
he descubierto hace poco éste foro, y como me ha dado mucha literatura morbosa sobre un tema que me obsesiona desde hace años, creo que es de justo recibo dar algo a cambio y venir a contaros mi primera experiencia cuckold por todo lo alto.
Como digo, llevo años fantaseando con que me pongan los cuernos y yo estar presente. Y además creo que me viene de adolescente, porque con 16 años una novia me los puso y para mi sorpresa, el suceso me excitó.
Durante la veintena fantaseé mucho con el tema con las diferentes novias que tuve y a todo lo que llegué es a que me contaran con pelos y señales cómo se las habían reventado antes que yo, lo cual me ponía cachondísimo.
Y entonces conocí a la mujer de mi vida, con la que estoy casado a día de hoy. Rubia, ojos azules, tetas impresionantes, rellenita pero con curvas de infarto. Todo fue muy tradicional hasta que la fantasía de nuevo afloró en mi...
Al principio al igual que con las otras, conseguir que me contara sobre aquellos afortunados que se habían comido esos pechos antes que yo.
Ella siempre se ha lamentado de no haber sido más suelta y no haber aprovechado más la adolescencia y el principio de los 20. Aún así, tuvo unos años fugaces donde recuperó el tiempo perdido, porque se fue de Erasmus a Francia (que eso para nuestras fantasías da mucho juego), y allí la desvirgaron a base de bien y, para rematar, un tío fibroso y con un pene de infarto la reventó a base de bien durante unas semanas, donde marcó la primera vez de muchas cosas (como que se le corrieran en los pechos).
Todas éstas historias me ponían a mil y mis ganas de materializar mi fantasía iban aumentando cada vez más. Me tiré un par de años hablando abiertamente del tema, convenciéndola de aprovechar nuestros años de buen físico y dejarnos llevar y por desgracia me frustré mucho, porque aunque entraba al juego en los momentos de calentura, luego echaba el freno de mano y tiraba por los suelos mis esperanzas.
Pero yo nunca cesé en mi objetivo, y como nunca perdía la ilusión: seguía sacando el tema, hasta que nos surgió un viaje en pareja a Lisboa donde descubrí la existencia de unos sitios de perversión que son las saunas liberales.
El concepto me atrajo de primeras, por la ausencia de alcohol y por cierta sensación de limpieza al ser una sauna con jacuzzi, duchas, etc. La idea por allí dentro es de estar sólo con una toalla, cual sauna tradicional pero en bolas, y con habitaciones para desatar la locura si se encarta.
Desde que pisamos tierra en la capital lusa, le hablé abiertamente de ir a éste sitio y ella no quería, hasta el punto de que discutimos. Pero cuando ya estaba todo perdido, me dijo OK a ir, sin compromiso de que pasara nada y avisándome de que iba a salir decepcionado, que seguro que no iba a ser un sitio como yo me imaginaba.
Y oh, qué equivocada estaba...
(ahora continuo, que he escrito mucho y me da miedo que se pierda todo de repente).
he descubierto hace poco éste foro, y como me ha dado mucha literatura morbosa sobre un tema que me obsesiona desde hace años, creo que es de justo recibo dar algo a cambio y venir a contaros mi primera experiencia cuckold por todo lo alto.
Como digo, llevo años fantaseando con que me pongan los cuernos y yo estar presente. Y además creo que me viene de adolescente, porque con 16 años una novia me los puso y para mi sorpresa, el suceso me excitó.
Durante la veintena fantaseé mucho con el tema con las diferentes novias que tuve y a todo lo que llegué es a que me contaran con pelos y señales cómo se las habían reventado antes que yo, lo cual me ponía cachondísimo.
Y entonces conocí a la mujer de mi vida, con la que estoy casado a día de hoy. Rubia, ojos azules, tetas impresionantes, rellenita pero con curvas de infarto. Todo fue muy tradicional hasta que la fantasía de nuevo afloró en mi...
Al principio al igual que con las otras, conseguir que me contara sobre aquellos afortunados que se habían comido esos pechos antes que yo.
Ella siempre se ha lamentado de no haber sido más suelta y no haber aprovechado más la adolescencia y el principio de los 20. Aún así, tuvo unos años fugaces donde recuperó el tiempo perdido, porque se fue de Erasmus a Francia (que eso para nuestras fantasías da mucho juego), y allí la desvirgaron a base de bien y, para rematar, un tío fibroso y con un pene de infarto la reventó a base de bien durante unas semanas, donde marcó la primera vez de muchas cosas (como que se le corrieran en los pechos).
Todas éstas historias me ponían a mil y mis ganas de materializar mi fantasía iban aumentando cada vez más. Me tiré un par de años hablando abiertamente del tema, convenciéndola de aprovechar nuestros años de buen físico y dejarnos llevar y por desgracia me frustré mucho, porque aunque entraba al juego en los momentos de calentura, luego echaba el freno de mano y tiraba por los suelos mis esperanzas.
Pero yo nunca cesé en mi objetivo, y como nunca perdía la ilusión: seguía sacando el tema, hasta que nos surgió un viaje en pareja a Lisboa donde descubrí la existencia de unos sitios de perversión que son las saunas liberales.
El concepto me atrajo de primeras, por la ausencia de alcohol y por cierta sensación de limpieza al ser una sauna con jacuzzi, duchas, etc. La idea por allí dentro es de estar sólo con una toalla, cual sauna tradicional pero en bolas, y con habitaciones para desatar la locura si se encarta.
Desde que pisamos tierra en la capital lusa, le hablé abiertamente de ir a éste sitio y ella no quería, hasta el punto de que discutimos. Pero cuando ya estaba todo perdido, me dijo OK a ir, sin compromiso de que pasara nada y avisándome de que iba a salir decepcionado, que seguro que no iba a ser un sitio como yo me imaginaba.
Y oh, qué equivocada estaba...
(ahora continuo, que he escrito mucho y me da miedo que se pierda todo de repente).