Lo más así fuerte que viví fué una temporada que estuve liado con una madurita de unos 50ypocos, en el asiento de atrás de mi coche, con las lunas tintadas, en una arboleda, cabalgando mi polla y comiéndome la boca la llama su marido que se pasaba meses trabajando fuera, ella hablando por teléfono y contándole que había bajado un momento a comprar al supermercado y cabalgandome a mí despacito, me puse supercachondo, entre eso y la posibilidad de que nos viese alguien, ufffff. Que bien lo pasábamos.