¿Cuál es el sitio más raro donde has follado?

Esta anécdota más que "sitio raro" se encuadraría en "sitio prohibido" por ser en una propiedad que no era nuestra.

Verano, preciosa novia y los dos quinceañeros con el deseo sexual a flor de piel. Veraneo en pueblo de montaña y desplazamientos nocturnos estivales con ciclomotor. A unos dos km del casco urbano había una casa (ni si quiera era un chalet al uso sino una edificación sencilla de las de ir a pasar el día) que tenía una pequeña piscina. La propiedad estaba situada a unos 150 metros de una carretera local con escaso tráfico y a la que se accedía por un camino sin asfaltar. No había ninguna valla, ni cerramiento, ni cartel....Accedias a la piscina en aquel entonces como el que entra a una gasolinera desviándote por una autopista.

Una estival y calurosa noche, cogimos un par de toallas y fuimos a esta casa a darnos un furtivo baño a la luz de la luna. Al dejar la carretera y coger el desvio apagamos las luces de la moto pues se veía lo suficiente y evitamos llamar la atención. No había edificaciones cerca pero al ser una especie de valle entre montañas no sabíamos si desde la lejanía se podrían ver las luces del faro. Entre el fino alambre del miedo y la aventura, pero cual "Indiana Jones" descubriendo nuevos horizontes, aparcamos junto a la casa.

El pequeño chalet/edificación era muy humilde. Construcción sencilla y planta rectangular. Tenía una especie de porchada que debíamos cruzar para ir a la piscina que estaba a unos 7-8 metros. Para nuestra sorpresa en el porche, y junto a la puerta de la casa, había con ¡un cómodo sofá de dos plazas tapizado!. Supongo que sería el tipico sofá que no te desprende de él y lo dejas en la casa de campo tras renovar el de la vivienda principal. Sea cual fuere el origen del mismo era un verdadero lujo y posterior protagonista de la aventura nocturna.

La luz de la luna nos procuraba suficiente luz para movernos en la oscuridad y ante la única mirada de las montañas que nos rodeaban y de algunos árboles frutales junto a la piscina. Desnudos nos bañamos, abrazamos, chupamos (los pechos de mi novia eran especialmente grandes y bonitos para su menudo cuerpo), jugamos, buceamos.... y para rematar la experiencia "del parque acuático gratuito" nos acercamos a la casa. Tras poner una de las toallas sobre el sofá nos abrazamos desnudos tapándonos con la otra.

Tras unas risas y un buen magreo hicimos el amor con pasión (sinceramente estabamos tremendamente enamorados siendo unos quinceañeros -lo destaco a su favor porque no era mi primer "amor" pero si la que más me marcó en esa época-) y desenfreno juvenil. Una maravillosa y romántica noche rozando lo prohibido (no por el sexo, sino por la "no-propiedad" del campestre y rural parque acuático).
 
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Esta anécdota más que "sitio raro" se encuadraría en "sitio prohibido" por ser en una propiedad que no era nuestra.

Verano, preciosa novia y los dos quinceañeros con el deseo sexual a flor de piel. Veraneo en pueblo de montaña y desplazamientos nocturnos estivales con ciclomotor. A unos dos km del casco urbano había una casa (ni si quiera era un chalet al uso sino una edificación sencilla de las de ir a pasar el día) que tenía una pequeña piscina. La propiedad estaba situada a unos 150 metros de una carretera local con escaso tráfico y a la que se accedía por un camino sin asfaltar. No había ninguna valla, ni cerramiento, ni cartel....Accedias a la piscina en aquel entonces como el que entra a una gasolinera desviándote por una autopista.

Una estival y calurosa noche, cogimos un par de toallas y fuimos a esta casa a darnos un furtivo baño a la luz de la luna. Al dejar la carretera y coger el desvio apagamos las luces de la moto pues se veía lo suficiente y evitamos llamar la atención. No había edificaciones cerca pero al ser una especie de valle entre montañas no sabíamos si desde la lejanía se podrían ver las luces del faro. Entre el fino alambre del miedo y la aventura, pero cual "Indiana Jones" descubriendo nuevos horizontes, aparcamos junto a la casa.

El pequeño chalet/edificación era muy humilde. Construcción sencilla y planta rectangular. Tenía una especie de porchada que debíamos cruzar para ir a la piscina que estaba a unos 7-8 metros. Para nuestra sorpresa en el porche, y junto a la puerta de la casa, había con ¡un cómodo sofá de dos plazas tapizado!. Supongo que sería el tipico sofá que no te desprende de él y lo dejas en la casa de campo tras renovar el de la vivienda principal. Sea cual fuere el origen del mismo era un verdadero lujo y posterior protagonista de la aventura nocturna.

La luz de la luna nos procuraba suficiente luz para movernos en la oscuridad y ante la única mirada de las montañas que nos rodeaban y de algunos árboles frutales junto a la piscina. Desnudos nos bañamos, abrazamos, chupamos (los pechos de mi novia eran especialmente grandes y bonitos para su menudo cuerpo), jugamos, buceamos.... y para rematar la experiencia "del parque acuático gratuito" nos acercamos a la casa. Tras poner una de las toallas sobre el sofá nos abrazamos desnudos tapándonos con la otra.

Tras unas risas y un buen magreo hicimos el amor con pasión (sinceramente estabamos tremendamente enamorados siendo unos quinceañeros -lo destaco a su favor porque no era mi primer "amor" pero si la que más me marcó en esa época-) y desenfreno juvenil. Una maravillosa y romántica noche rozando lo prohibido (no por el sexo, sino por la "no-propiedad" del campestre y rural parque acuático).
Qué morbazo. Gracias por contarnos tu experiencia.
 
En la entrada de ascensores del parking del centro com. gran vìa de alicante:):)
C.C.GranVia Alicante 04.jpg
E apunto a la próxima
 

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