Os voy a contar una situación morbosa que me pasó con mi mujer. Sucedió hace ya unos años, cuando nuestro hijo esta todavía pequeño, pero todavía me acuerdo...
Me desperté de la siesta y mi mujer y mi hijo ya no permanecían en la cama junto a mi. Nos habíamos echado la siesta un ratito y al parecer, yo era el que más había dormido. El sol, el calor y la arena de la playa de aquella mañana habían hecho que estuviera cansado. Iba únicamente con el calzoncillo, pero antes de salir fuera de la habitación, me dispuse a ponerme un pantalón corto que encontré tirado encima de una silla en la habitación.
Habíamos ido ha pasar unos días de vacaciones con nuestros cuñados y los niños en un apartamento en la playa. Mi cuñada era la hermana de mi mujer. Se parecían bastante, únicamente mi cuñada tenía unos años menos y más pecho. Teníamos los niños pequeños y para estar más cómodos habíamos alquilado un apartamento con piscina, que estaba próximo a la playa.
Salí fuera a la zona de estar y ahí se encontraban mis cuñados junto a mi hijo y mi sobrino. A pesar de las horas, estaban dándole la comida a su hijo, ya que en la hora de la comida se había quedado dormido y no había probado nada. Mi hijo estaba entretenido junto a su primo. Pregunté por mi mujer y me dijeron que se había ido a la piscina a refrescarse. Yo me dispuse a ir con ella a pegarme un chapuzón.
La piscina se encontraba en la parte trasera de la casa y para acceder había que salir por la puerta principal y rodear toda la casa. Me acerqué y allí estaba mi mujer dentro del agua, disfrutando de la tranquilidad.
Llegue sin hacer ruido y le pregunté suavemente si me podía bañar con ella. Ella sonrío y antes de que me contestara yo empecé a cambiarme. Tenía el bañador colgado en una cuerda para que se secara, pero antes de cogerlo, me quité tanto el pantalón como el calzoncillo, quedándome completamente desnudo.
- ¿te vas a bañar desnudo?
- ¿Pasaría algo? - le contesté a la vez que cogía el bañador.
- Imagínate que sale mi hermana y Toni, y te ven así, o lo que es peor salen los niños.
Al mostrar mi desnudez, comprobé que mi polla tenia un tamaño considerable, pero en vez de ponerme el bañador y esconderla, alardee delante de mi mujer que me observaba desde dentro del agua. Me dispuse a andar mostrando todos mis atributos hasta el borde de la piscina próximo a donde se encontraba ella.
Tras la siesta parecía que mi miembro se encontraba juguetón, aunque seguramente también ayudaba la jornada playera de ese mismo día por la mañana.
Habíamos ido a la playa y en ella había un montón de chicas que practicaban topless. En ese sentido tanto mi mujer, mi cuñada eran un poco rancias, pues no habían enseñado sus pechos en ningún momento. Entre ellas supongo que tenían confianza y no habría ningún problema, pero lo que no querían era que les viéramos las tetas los respectivos cuñados. Estando en la playa, tanto primero unos como luego otros solíamos ir a caminar un poquito. A mí me gusta hacerlo para ver el panorama. En esta ocasión yo me había ido solo pues mi mujer se quedó con nuestro hijo.
Había un montón de tetas. Incluso si andabas un poco más, llegabas a una zona nudista. Allí todo el mundo estaba en bolas y a mi me daba vergüenza caminar con el bañador, así que me dispuse a quitármelo para continuar en paseo sin el. El andar por la playa sin nada de ropa, en un paraje natural y delante otra gente en la misma situación, era algo encantador, a la vez excitante. A la vuelta, cuando ya había salido de la zona nudista, recuerdo como apure un poco más en ponerme el bañador y seguí andando mostrando mi miembro incluso en la zona textil. Aquella situación me excitaba mucho más, pues los que ahí se encontraban no acostumbraban a ir desnudos y yo me estaba exhibiendo frente a ellos. Poco después ya me puse el bañador y cuando llegue dónde estaba mi familia yo ya iba vestido. No comenté nada de lo que había hecho a nadie, ni siquiera a mi mujer.
Volviendo al tema que nos ocupa, permanecí desnudo un poco más, exhibiéndole mi pene a mi mujer. Su tamaño parecía que se encontraba crecido, y yo que me encontraba junto a lo borde de la piscina, a la vez que la miran, le decía:
- ¿en serio no quieres que me bañe así?
- Anda vístete, que te van a ver. Y báñate de una vez, a ver si tu polla se relaja un poco.
Me puse el bañador y me zambullí al agua acercándome a ella, pues en el fondo era consciente que en cualquier momento podía aparecer tanto mis cuñados como nuestro hijo.
Una vez ya junto a ella, me dispuse a abrazarla y besarla. Yo seguía caliente y cada vez los besos eran más intensos. Le empecé a meter lengua en su boca. Nos encontrábamos sumergidos en el agua y allí nuestros cuerpos podían pasar un poco más desapercibidos pero en cualquier momento podía venir alguien. Seguía besándola, empecé a meterle mano y la cosa cada vez se fue calentando, hasta que aquello parecía que no tenía vuelta atrás.
- Mira como la tengo. Voy a tener que follarte aquí dentro del agua - le decía mientras le cogía la muñeca y le aproximaba su mano para que me tocara la polla.
Evidentemente, ella no la veía, pero la sentía completamente erecta. Le empecé a sobar fuertemente las tetas y una vez los pezones hicieron acto de presencia empecé a chupárselos. Casi poco después le aparté un poco la braguita de su bañador y le clavé mi polla dentro de su coño.
Ella no paraba de repetir palabras como: “estás loco, para, que nos van a pillar” y también “en cualquier momento pueden venir, para, nos van a ver follando” pero en el fondo no hacía nada por impedir que siguiéramos penetrándola. Nos encontrábamos dentro del agua, uno enfrente del otro y mientras le clava la polla, no paraba de sobarle su cuerpo. Mis manos iban de sus tetas a su culo y estando dentro del agua tal como nos encontramos, la cogí con las dos manos por el culo levantándola para que la polla entrara todo lo profunda que pudiera. Al estar dentro del agua, su cuerpo pesaba menos y la levante con facilidad. En aquella postura, en la que la sujetaba con mis dos manos, ella tenía las piernas bastante abiertas.
Tanto ella como yo no aguantamos mucho más y nos corrimos rápidamente. Seguramente parte de la excitación venía por el riesgo de ser pillados por nuestros cuñados. Yo me quedé un rato más dentro del agua hasta que se me bajó la erección, pero ella salió rápidamente del agua, se acomodo el bañador y se fue hacia la casa toda avergonzada mientras pude escuchar que decía mientras se alejaba:
- Espero que nadie nos haya visto.