Yo os voy a contar una anécdota por colaborar un poco con el hilo aunque no sé si va aquí o no.
Hace unos años estuve liado, enrollado, de follamigo con un madurito que me sacaba un pico de años, sin entrar en detalles, cuando llevábamos unos meses teniendo sexo lo llamó otro chaval un poco más joven que yo por aquel entonces.
Me contó que antes de conocerme se vió con otro chico joven muy majo, total que un día hablando después de un polvo me dijo que estaría bien quedar un día los tres, en principio no me pareció mala idea, dije mira, una polla más que comer, y ahí quedó la cosa.
Un día en mi casa, hablando con él por messenger, o escaip, creó un grupo o acabamos hablando los tres, muy majo el chico, la cosa se fué calentando y acabamos pajeandonos los tres fantaseando como sería el encuentro, llegó un momento que mi amigo se desconectó y me quedé a solas con él hablando un rato largo.
Empezamos a conocernos un poco, a contarnos cosas y le pregunté que desde cuando le iban los tíos, y me dijo que desde siempre, que cuando era crío había tres o cuatro en su pandilla de amigos que le ponían mucho, por curiosidad le pregunté que de qué barrio era, y Dios, vivía cerca de casa de mis padres, ya mi interés empezó a aumentar en saber quién podría ser.
Al final resultó ser un chaval de una pandilla que se juntaba con nosotros en una plaza, incluso nos íbamos de marcha juntos los fines de semana, y hablando hablando me estuvo contando como eran los chicos que le ponían del grupo, pues por la descripción y los datos que me dió, no os lo vais a creer, pero correspondía conmigo, yo estaba flipando porque en la vida hubiese pensado que a ese chico le hubiese podido atraer.
Viene a colación de las señales, que yo no vi ninguna por su parte nunca, le pregunté que por qué no dijo nunca nada y me contó que eran otros tiempos, que le daba miedo que se descubriera en el barrio, lo que nos pasaba a muchos vaya, a lo que nos dimos cuenta casi se nos echó la mañana encima.
Al final me armé de valor y le dije, mira, han pasado muchos años y ya cada uno tenemos nuestra casa, vivimos en una punta, otros han cambiado de ciudad y ya no queda nadie, quiero que sepas que uno de esos cuatro que has descrito soy yo, con tus mismos miedos, inseguridades, curiosidades, y tal.
Durante 2 minutos se quedó callado, hasta que al rato me dijo, pues ahora es cuando me apetece aún mucho más quedar con vosotros dos.
Al final por desgracia, horarios, entre unos y otros no nos pusimos de acuerdo y no se pudo dar, no llegamos a quedar, y me dió una pena terrible, porque a solas (que me lo propuso), no me apetecia ya que teníamos hablado el trío, si iba a casa de mi amigo y me lo encontraba, hubiese tirado para adelante sin dudarlo.
Lo dicho, si tiró la caña, os juro que no vi señal ni media, nada, aún a día de hoy me sigo haciendo cruces de las oportunidades que me he llegado a perder por estar medio ciego.
Perdón por el tocho. Un abrazo.