¿Alguna vez la habeis contado a alguna amiga que os pajeabais? Sobre todo de jóvenes, de cuando se empezaba uno a pajear. ¿Y le habeis enseñado a alguna chica como lo haciais? ¿O ella a vosotros?
Gracias por traer a mi mente determinados recuerdos, jajaja.
Cuando yo estaba en la preadolescencia o ya adolescencia (no recuerdo bien, probablemente fuera a los 12 o 13 años), había 2 hermanas que venían en verano al pueblo a pasar unos días con sus abuelos. Ellas venían a veces a mi casa a jugar, y otras veces yo iba a su casa. Además tenían un primo que también venía.
Recuerdo que más de una vez, estando en casa de los abuelos de ellas, con la menor jugábamos su primo y yo. Recuerdo que mientras jugábamos con un Spectrum, íbamos haciendo el tonto descubriendo nuestra sexualidad. Lo típico a esas edades.
Lo típico de enseñar la polla a ver cómo es, ella enseñar el coñito...
Y claro, a mí rápidamente se me ponía dura. Recuerdo los comentarios de ella de "hala, qué gorda se te pone, cómo crece" y cosas así.
Recuerdo que entonces me la meneaba y todavía se ponía más dura. Recuerdo estar ella sentada en una silla que no tenía el respaldo cerrado, sino que tenía los típicos palos de madera pero tenía zonas abiertas. Yo pasaba la polla a través del respaldo y le tocaba la espalda con el glande, y me frotaba. No recuerdo ni siquiera que llegara a correrme en esas "sesiones".
En otro momento, ella se bajaba la parte de abajo del bikini y nos enseñaba el coñito, y nos decía: "¿Veis qué pelitos tengo?" Y se cogía los pelitos rubios. No recuerdo que llegáramos a más con ella, pero fueron unos días que recuerdo con mucho agrado.
Queríamos que su hermana, que creo que era 1 o 2 años mayor que ella, participara, pero no conseguimos convencerla, jajaja.
Por aquellos tiempos yo ya había descubierto por mí mismo lo que era una paja, y lo había hecho siempre en solitario. Nadie me lo contó. Simplemente en algún momento me di cuenta de que al tocarme la polla se ponía gorda y llegaba un momento en el que soltaba un fluido.
Y me fui aficionando a hacerlo, claro.
Luego llegaron los momentos de las revistas porno que los amiguetes nos encontrábamos tiradas por el campo, y nos las íbamos pasando unos a otros para llevárnoslas a casa por turnos. A veces eran solo trozos de revistas maltratadas por las inclemencias del tiempo.
En la adolescencia ya me atreví a comprar revistas como Penthouse, Hustler o Playboy. Siempre solía ir al mismo kiosko, y ponía cara de malote y trataba de poner voz grave. Al del kiosko realmente le daba igual si yo tenía edad o no para esas cosas. Él me vendía la revista y punto, que era lo que quería.
Llegué a tener una buena colección, sobre todo Playboy (y todavía conservo por ahí un montón de pósteres de playmate del mes).
Recuerdo incluso tener sesiones con un amigo en las que íbamos seleccionando las mejores playmates, votando entre él y yo, y al final elegíamos la mejor de todas. Corinna Harney, según recuerdo.
También recuerdo que cuando no estaban mis padres, quedábamos varios amigos en mi casa y en el videoclub alquilábamos una peli porno en VHS, que era lo que había entonces. No nos pajeábamos unos delante de otros, pero íbamos al baño por turnos.
Vaya tiempos.