Después de pasar el fin de semana por el pueblo y traer cerezas (mas de la que podemos comernos) y ver que ya no nos cabía en el frigorífico, mi mujer cree que deberíamos repartirlas a los vecinos. Hay una familia en la escalera, que lo típico, cuando no pasa algo uno a otros, son los otros los que nos pasan algo a nosotros. Hoy a tocado que les lleváramos nosotros cerezas a ellos. Yo le he dicho a mi mujer que pasara ella, y así hablaba un rato con la vecina que se que le gusta, pero ella, debía tener algo que hacer y ha sacado la excusa que como había sido yo el que lo había traído del pueblo y que fuera yo a llevárselo.
Me voy con el obsequio, llamo al timbre y se oyen ruidos que denotan que si hay alguien, pero parece que tardan en abrir. Al final abren la puerta y en ella aparece la hija mayor de la familia. Pero bueno… como me recibe. Se trata de una prenda, que su pongo, es la que utiliza para estar cómoda por casa, y lo mejor de todo que no le da corte que la vea así.
Tendrá unos veintitantos años y aunque su madre me gusta más, ella no esta nada mal. Su madre seguro que tiene la cincuentena, pero esta bastante buena.
Me dice que esta sola en casa y que pase a la cocina, que se encontraba desayunando. Tenía la voz ronca, supongo que habría trasnochado y hacia poco rato que se había levantado. Según comenta, sus padres no vuelven hasta la tarde.
No es muy alta, va descalza mostrando sus piernas y lleva como única prenda una camiseta hasta por debajo del culo. La camiseta de color rosa que lleva es ancha y sin mangas, y por los laterales unas grandes aberturas. Igual se trata del atuendo que utiliza para dormir. Cuando me recibe me llama la atención que va con los brazos pegados por delante en la zona del pecho, y no parece separárselos tan apenas. Me invita a pasar y sigue con los brazos en la misma zona. Al verla de lado, ya me doy cuenta de cual es el motivo. La abertura de la camiseta es considerable y dejan prácticamente todo el lateral de su cuerpo al descubierto. Por supuesto que no lleva sujetador, pero ademas tiene que tener cuidad porque la camiseta seguro que se puede separar un poco mas y sus pechitos quedarían completamente visibles. Una cosa sería abrirme la puerta de la forma en la que iba pero otra muy distinta que le diera igual que su vecino le viera las tetas. Ya me parece que ha sido muy atrevida recibiéndome tal como va vestida. Supongo que al tratarse de de una chica joven y abierta, le da menos importancia. Seguro que si hubieran estado sus padres por casa le hubiera dado más corte salir así y mucho menos invitarme a pasar. Ya me gustaría que su madre me recibiera así. La mama es más alta, con más pechos y las curvas más marcadas, pero no, de ella lo veo imposible. Se cubriría con algo antes de abrir la puerta.
Al pasar a la cocina que es donde se encontraba desayunado, veo que tiene un café con leche y un cigarro de liar a medio fumar. Me invita a un café y yo lo rechazo, pues no voy a estar allí mas rato del necesario. Me he dejado la puerta de mi casa entre abierta y allí se encuentran mi mujer y mi hijo.
Ella sigue con los brazos pegados, pero al ya encontrarse dentro de su casa, parece que tiene mayor confianza y no está con esa postura forzada todo el tiempo. De frente no puedo ver nada, pero tengo que estar atento, pues en cualquier descuido seguro que veo algo. Tampoco es cuestión de estar mirándole todo el rato hacia abajo, así que hay que mantener la compostura y mirarle a los ojos mientras hablamos. Intento desviar la mirada hacia su cuerpo solo cuando ella mira hacia otras partes.
En el momento que se pone a guardar en el frigorífico lo que le he traído, la tengo completamente de lado, y le veo todo el lateral de su cuerpo. Solo verla así, ya me da cierto morbo. Incluso si separara ahora un poco los brazos, le vería la tetita. Lastima que no tenga mucho pecho, pero bueno… que vamos a hacer.
Por fin, y gracias a que está mas atenta en recoger las cosas en el frigorífico, que en no mostrarme nada, en uno de los movimientos se le separa un poco más la camiseta y como se encuentra de lado, soy capaz de apreciarle perfectamente una tetita. Que gozada, pero a partir de ese momento, me pongo bastante nervioso. Me gustaría seguir mirando, pero no es plan y tengo que mirarle a la cara. Noto como mi polla se esta hinchando. Me gustaría que aquello se volviera a repetir, porque ha sido muy fugaz. Parece que ahora tiene más confianza y ya no se encuentra con los brazos pegados. Si se pone de lado seguro que puedo volvérselos a ver. Y así es, sigue recogiendo las cosas y al ponerse de lado se los veo otra vez. Además ahora durante mas tiempo, incluso consigo alcanzar a ver el pecho del otro lado por la misma abertura del lateral de la camiseta.
Yo creo que ahora y después del poco cuidado que está teniendo, tiene que saber que la he estado viendo, pero también creo que ahora eso le da igual. Parece que se esta exhibiendo delante de mi y me está poniendo malísimo. Incluso creo que me ha pillado mirando. Si a esta tía le calienta este juego, cuando me vaya de allí, me gustaría pensar que se pone a masturbarse pensando en como me ha puesto tan caliente.
Me marcho. No podía más. A pesar de lo acontecido, la visita tampoco daba para más. Salgo de su casa y voy a la mia. Lo primero que hago es ir al baño. Me saco la polla y la tengo con bastante jugo preseminal. No me pajeo en ese momento, pero seguro que mas de una paja caerá pensando en lo ocurrido.