Debí imaginar que una zorrita viciosa como tú sabría utilizar mucho más que sus manos, su boca, su coño y su culo para servir a su macho. Tu cuerpo es un parque de temático para pollas, llena de atracciones en las que me gustaría montar.
Voy a acabar con la verga escocida de tanto follarte, pero no pienso dejar ni uno de tus orificios de placer sin llenar de lefa espesa. Aunque quién sabe, a lo mejor eres lo que los gringos llaman una “cum slut”, una puta de semen, y lo prefieres todo en tu boca, para saciar tu sed de guarra; o en tu cara, como una máscara pringosa y blanca que, en vez de cubrirte, descubre tu verdadera personalidad de zorra.