Os cuento lo que pasó a principios de esta semana en la segunda vez (iré como la otra vez por partes):
Un matiz antes de comenzar. Al releer lo que escribí el otro día me he dado cuenta de que parece muy "película porno" pero realmente me limité a transcribir lo que pasó, y releyendo y recordando, fue un buen par de polvos, pero no más de 45 minutos y nada fuera de lo común. Es curioso como si transcribes lo que hacemos al follar, y en el polvo pones un poco de interés y deseo y no te limitas a clavar y correrte, escrito parece mucho más de lo que es. En fin, cosas que me vienen a la cabeza. Sigo.
Quedamos en el mismo hotel, pero esta vez no quedamos fuera sino que lo hicimos ya arriba. Cuando yo llegué ellos ya estaban. Habíamos quedado en que no empezarían a follar hasta que yo no llegase. Cuando llamé a la puerta me abrió C. ya en bragas y sujetador, y con las mejillas encendidas. Se ve que se estaban morreando como mínimo porque F. estaba sentado en el sofá, vestido pero con la camisa abierta y empalmado a tope pero la polla dentro del pantalón. Me senté en la cama muy cerca del sofá, y C. se fue hacia él. Se ve que estaba cachonda al máximo y esperándome porque directamente se puso de rodillas en la moqueta, le sacó la polla y empezó a tragar como una posesa. Nada de poco a poco como la última vez sino con un ansia que yo no le había visto nunca. Como la otra vez, me llamó la atención el sonido de la mamada, ultra morboso escuchar a tu mujer jadear, chupar y tragar saliva con una polla en la boca, mientras F. le sujetaba el pelo y la nuca con sus manos y la guíaba en sus movimientos arriba y abajo. Primera novedad: empieza a decir él que se va a correr y ella en vez de parar o pajearlo para que se corra en sus tetas, gime más fuerte, se la saca un segundo, le dice sencillamente "dentro" y sigue mamando. En unos segundos el empieza a gritar "joder joder joder" mientras da espasmos con el pubis y C. se queda quieta. Estoy tan cerca de ellos que puedo ver cómo ella abre los ojos bastante y aprieta los labios mientras la polla da el va dando espasmos que -supongo- corresponden a lefadas en su boca. Me sorprende un poco pero no demasiado, empiezo a pensar que mi C. de ahora ha cambiado y vuelve a ser la que salía de marcha con las amigas recién divorciada y se follaba al primero que le gustaba. Él se deja caer hacia atrás y ella saca la polla de su boca y a la misma vez deja caer toda la leche encima de la polla de él, sus manos y los muslos... es una visión maravillosa, sensual y a la vez cerda, no sé si me explico. Estoy tan centrado en ver la lefa de él goteando un poco de la barbilla de mi mujer que no me doy cuenta de que me está mirando fijamente, y cuando lo hago, es una sensación rara, porque no sonríe. Seria, con la polla aun en la mano, la cara colorada, y una expresión que no supe identificar pero no me gustó.
Sigo en otro momento.