Al día siguiente, lo pasamos en la playa desde temprano, pues se ponía a tope y queríamos disfrutar de la playa. A eso de las 12, miré el móvil y me di cuenta que tenía un WhatsApp de Mateo,en el decía que lo pasó muy bien con nosotros, que le pasase un correo para enviarnos las fotos y que, si hijo no iba a estar en toda la tarde, que si queríamos podríamos pasar la tarde en la piscina de su chalet. Según lo leí me dio un pinchazo de morbo en la polla, pues estoy seguro que iba con segundas intenciones después de lo vivido. Se lo enseñé a mi mujer y dijo, pasale el correo, sin hacer caso a nada más. No insistí y le contesté con el correo electrónico. Me contestó tirando la caña diciendo que le comentase a mi mujer que podrían salir unas fotos muy bonitas en su piscina, mandando una foto de la misma, echa como desde un cristalera que daba a un pequeño jardín y al fondo la piscina. Se lo comenté a mi mujer y ahí si me dijo, este quiere otra vez liarnos, a lo que le pregunté, no vamos a hacer nada que no queramos, pasamos la tarde con el o seguimos aquí, a lo que me dijo, escríbele a qué hora sería, quedando en que nos pasaremos a partir de las 4.
Nos paso las fotos y estuvimos comentando las mismas, hasta llegar a la de la postura del trio y dijo, aquí se lió todo, no veas cómo me metió la polla, le pregunté que como se dejó y me dijo que estaba super mojada y que cuando puso el capullo en la entrada, estaba tan mojada que entraba con apenas empujar y que el al notarlo y ver que no decía nada, la fue metiendo hasta el fondo y ahí yo empecé a hacer la ventosa para sentirla y que no notases que la había metido, no sabía cuál sería tu reacción. Se nos fue mucho pero el momento lo propició, se que me viste comérsela cuando fuiste al baño y eso me puso más.
Nos fuimos de la playa a comer en el restaurante del hotel y, la sobremesa dijimos de hacerla en casa de Mareo, y dado que íbamos a pasar la tarde, fuimos con los bañadores y no nos cambiamos. Cuando llegamos nos saludó como si nos conociese de toda la vida y nos dijo que como si estuviéramos en nuestra casa. Nos preguntó si queríamos algo y nos puso unos gin tonic. Estuvimos hablando y, de pronto sonó el timbre. Cuando llegó era el amigo de Mateo, que al vivir al lado le avisó de venir a saludarnos. Poco a poco la conversación fue virando al trío que tuvimos la noche anterior, diciendo su amigo que pena no haberlo vivido. Ahí ellos nos dijeron que ambos eran bisexuales, que sobre todo los extranjeros que veraneaban ahí eran de mente abierta y que habían hecho tríos e incluso con algunas parejas, como la que estuvieron saludando. Nosotros les fuimos sinceros y les contamos un poco nuestros líos con mi amigo y las experiencias con mi amigo y su pareja. Creo que a todos la conversación nos puso un poco a tono, porque a mí mujer se le notaban los pezones duros y ellos que llevaban los dos un bañador pegado, se les notaba el bulto más de la cuenta. Fue entonces cuando Mateo hablo de sacar la cámara y hacer un reportaje similar al del día anterior pero esta vez con la cámara, que iban a quedar mucho mejor. Mi mujer no dijo que no, pero que tan fuertes como el día anterior no, comentando Mateo que iríamos viendo si se sentia cómoda. Desde la primera foto contó con su amigo, ya que nos dijo de ponernos uno a cada lado de mi mujer con la mano apoyada en el interior del muslo mientras ella tenia que tener las piernas un poco abiertas. Estuvimos así y nos decía con la mano abierta, acariciarla a lo largo del muslo. Estuvo tirando unas fotos y las revisó, diciendo que estaban perfectas. La siguiente nos dijo de besarla en cuello uno a cada lado mientras ella echaba la cabeza para atrás. Cuando lo empezamos a hacer, ella suspiraba, momento que Mateo la dijo, ahora tú con las manos sube lentamente a tus temas y te las sacas echando el biquini para arriba. Ella lo hizo sin rechistar y la motivada alagandola, que bonita eres, así, que buenos pezones tienes, que maravilla de fotos, tocate los pezones, así, muy bien, pellizcatelos. Todo ello mientras nosotros seguíamos comiendo el cuello y ella cada vez suspiraba más seguido. Cuando dijo que ya, ella se recompuso el sujetador del biquini. Nosotros, incluido Mateo, teníamos un empalme de narices. Tenía dos sofás en el salón de tres plaza, enfrente uno del otro, por lo que la puso a ella enfrente, abierta de piernas mientras nosotros estábamos en el otro y nos dijo de poner la una mano en el paquete del otro. A ella le dijo de simular que se estaba masturbando. Lo que hizo fue tocarse directamente y el al verlo, nos dijo de sobarnos la polla para que hubiese movimiento. No os imaginais el morbo, tenía una polla tremenda, se la tocaba de arriba a abajo, mientras el lo que hacía con la mía era sacudirla. A mí mujer la dijo de echarse la braga del bikini a un lado y tocarse directamente, mientras el cabron, se tocaba toda la polla mientras tiraba fotos. Le preguntó a mi mujer si se atrevía a ponerse entre nosotros, sacarnos la polla de ambos y agarrarla con cada una de las manos. Se colocó y a nosotros nos dijo de volver a poner las manos en su muslo. Nos cogió la polla y empezó a tirar fotos, vaya polla que tenía el amigo, sin exagerar tendría 20 cm que para mí era mucho y super gorda, me recordó a la de mi amigo que incluso al ser más grande, parecía más gorda. Le dijo de pasarle un dedo a lo largo del coño, momento que ella perdió un poco el control porque se puso a hacernos una paja lentamente. Mateo decía que estábamos espectaculares, así, que bien se las mueves, mientras su amigo no paraba de pasar el dedo por el coño..mateo se sacó la polla diciendo que no podía más con la escena y se sacudía la polla. No dijo de parar que se nos iba de las manos. A mí me estaba reventando la polla, volver a ver a mi mujer tan entregada a una nueva polla me podía. Mateo preguntó a mi mujer que tal se sentía, que si le parecía mejor que las fotos de ayer en la habitación, contestando mi mujer que le estaba costando mucho mantener el control, pues vernos a los tres empalmados la tenía a tope. Dijo de tomarnos algo para relajarnos un poco, pues quería seguir haciendo alguna foto más, momento que la dijo, échate la braga a un lado que te voy a hacer una foto del coño, haciendo lo que la pidió y todos vimos como lo tenía de flujo.
Nos tomamos unos gin tonic y nos tiramos a la piscina. Yo me salí y fui adentro pues íbamos a seguir con algunas fotos más, pero entró Mateo diciendo que si no me importaba les iba a hacer unas fotos a su amigo y su mujer. Desde mi sitio podía ver perfectamente el paquete del amigo de Mateo, pues como estaba mojado, se le pegaba todo. Les estuvo haciendo unas fotos con el brazo en la cintura de mi mujer, otra levantando la pierna y pegando el paquete en el coño de mi mujer. Yo estaba entre celoso y cachondo por lo que veía, pues a cada foto era más atrevida y a mí me estaban ignorando. La siguiente vi como se ponía detrás de ella, la puso la mano en la cintura y subiendo para arriba, la levantó el bikini y sobando las tetas durante un momento. Ahí mi mujer debió sentirse mal porque vino a buscarme diciéndome que saliese con ellos. Le pregunté que tal estaba ella, contestándome que estaba muy cachonda, que no sabía cuánto más podría aguantar. La llevé al servicio, me baje el bañador y la dije, come. No ves como la comía, tuve que parar porque me iba. Cuando salimos ya estaban en el salón de nuevo, por lo que cogiendo Mateo la cámara, dijo a mi mujer sentarse encima de su amigo, de espaldas a el y yo, que me quitase el bañador y enfrente de ellos me pajease. Una vez empezó a tirar fotos, le dijo que la desabrochase el bikini, quitándoselo y abarcando con toda la palma de la mano se las amasaba, pidiéndole a ella que se moviese. Mi mujer ya empezó a suspirar y decir que la estábamos haciendo, que estaba en una nube, pero cada vez se movía más rítmica, diciendo Mateo, así, follatelo para mí, muy bien, como la incitaba el tío. En ese momento podíamos hacer lo que quisiéramos, ya estaba acostumbrado a ver a mi mujer en ese punto habitualmente. Nos dijo de parar y, puso a mi mujer a cuatro patas en el sofá, a el le dijo de poner la braga a un lado para sacar el coño y cuando lo hizo, le dijo de acariciarlo. Mi mujer ya no escondía el calentón, a cada pasada que le daba era un gemido mayor, mientras la recordaba lo gorda que nos tenía puesto nuestras pollas. Le dijo de meter la lengua, momento que mi mujer empezó a decir, o si, o si, que me haces no pares, joder, como me lo chupas, pero les dijo de parar. Dijo de hacer lo mismo pero metiendo yo la polla. El se tumbó, mi mujer le puso el coño en toda la cara y yo empecé a metérsela despacio. Cuando sintió mi polla, acompañada de la lengua, empezó a gemir sin parar, el metía lengua en su clítoris y alrededor de su coño, lamiendo el tronco de mi polla cuando iba entrando y saliendo, era un puto placer y para ella todavía más. Mateo se sacó la polla y se la empezó a menear, acercándose y acariciando a mi mujer las tetas. Yo pensaba que ya no había retorno, pero nos pidió parar pues tenía pensado otra postura.
Está vez les dijo de hacer la misma postura de antes, es decir, ella encima de él, pero de frente ambos. El se colocó la polla para arriba, se le salía el capullo de lo dura y larga que la tenía, mi mujer se puso encima y a mí me dijo de poner la polla cerca de la cara de ambos mientras me pajeaba. Empezó a tirar fotos y dijo a mi mujer de empezar a moverse de arriba a abajo, yo estaba que no podía casi ni tocarme porque me corría, mi mujer empezó a suspirar. El también se movía, vamos, estaban follando pero con la interior puesta. Los dos miraban mi polla y se miraban entre ellos, el cogió y me acarició los huevos, mientras ella se acercó a darme lamidas en el capullo. Mi mujer cada vez se movía más fuerte, que no más rápido, síntoma que necesitaba sentirla más. Empezó a jadear y y decir que estaba muy cachonda, empezando a decir de manera repetida joder. En ese momento empecé a escuchar su coño como entraba la polla de el, y lo certifiqué cuando la escuché decir, que polla, joder, muévete, y ella empezó a moverse. El la cogía del culo, le sacaba la polla y se la volvía a meter. Mi mujer estaba loca. Mateo no paraba de hacer fotos y pajearse, se había quitado el calzoncillo. Ahí cogí y puse mi polla entre los dos, cogiendo el y metiéndosela entera en la boca. Mi mujer no paraba, decía que que era esto, que era una locura. Mateo nosmdiji de ir a la cama, quería sacar fotos en doble penetracion, diciendo ahí mi mujer que la mía por el culo, que la del amigo de Mateo era imposible meterla. Ahí cogió el amigo y la metió la polla en la boca, diciéndola, cometela zorra, que me tienes la polla a reventar desde que llegado, como te gusta jugar y tener las tres pollas para ti. No reconocía a mi mujer, estaba a merced de nosotros o de el, podíamos hacer cualquier cosa con ella. Mateo se agachó y se puso con mi mujer a comérsela, yo estaba en ese momento en un segundo lugar, así que coloqué a mi mujer en perrito y, la metí la polla de una, dándole tres o cuatro empujones, ya que pararon. Ahí pensé, menos mal que la voy a dar por detrás, porque estaba súper abierta de la polla del otro. Llegamos a la habitación y, pusieron a mi mujer a 4 patas, diciéndome que querían jugar un poco con ella. Aproveché para ir a beber agua, estaba seco. Cuando volví, estaba mi mujer encima de Mateo, mientras su amigo le estaba follando el culo a el. Nos hizo ponernos para la doble penetración. El cabron del amigo la metió unos lengüetazos con saliva al culo que la metió un dedo para follarla el culo. La zorra de mi mujer no decia nada, solo gemia, Mateo inmortalizada todo con la cámara. La metió un segundo dedo, no había cambiado de postura, la tenía a cuatro patas, ella solo suspiraba y gemia. Mateo no paraba de tocarse la polla y yo solo miraba, apenas podía cortarme porque me corría. La dijo que se tocase el coño, y en ese momento, la puso el capullo en la entrada del culo. Ella le pidió que no la metiese que la tenía muy grande, pero la contestó diciendo que se había trabado dos pedazos suyos. Mateo le pasó un bote de vaselina, esparciéndose por toda la polla, sobre todo por el capullo. Le untó en todo el ojo del culo a ella, sacandola gemidos, lo que dijo el, ves como tienes ganas de polla en el culo. Puso el capullo en la entrada y ella dijo que despacio, ya no se negaba. La metió despacio el capullo, quejándose ella un poco, el la decía, tocate, ves como nos mira tú marido, ahora te va a meter el la polla en el coño. Lo sacó y lo volvió a meter, volviendo a quejarse, volvía el a decirla, tocate para nosotros, mira como nos tienes a los tres zorrita, ahí hizo un movimiento de moverse para meterla más, lo que el la dijo, ves como te gusta putita. La sacó y la dijo, va a ir todo el tiburón para dentro, metiendola entera, diciendo, como entra zorra. Ella se quedó quieta y dijo de no moverla, sácala un poco, métela otra vez. La cogió de la cintura y empezó a follar el culo, diciendo ella que la follase el culo, pidiendo que la tocáramos el coño, lo que hizo Mateo y me dijo, cambiaros y follarosla, que está empapada. Se puso encima de mi y la pregunté si estaba pasándolo bien, a lo que me dijo que lo que nos habíamos perdido todo este tiempo. Le dije que estaba un poco alucinado y me dijo que todo lo hacía porque estaba delante, que en la piscina la quisieron follar los dos y les paró porque yo no estaba.
Nos empezamos mover y entre sentir la polla de l otro y a mí mujer no parar de pedir más, no tarde en correrme ni un minuto. Tengo la habilidad de correrme y seguir follando un segundo polvo, y tal como estaba el tema no había ningún problema, porque no se me fue el calentón en ningún momento. Mi mujer al sentir mi corrida en su coño dijo que estaba a punto, que no podía aguantar más, por lo que al poco empezó a correrse conmigo. Esto me gustó, pues seguíamos en ese aspecto compenetrados. El amigo de Mateo sacó la polla del culo de mi mujer y cogió a su amigo y empezó a follarsela, mientras este se pajeaba. Mi mujer y yo les mirábamos entre expectantes y morbo. Terminaron corriendose ambos. Cuando nos quedamos tranquilos habrían pasado más de dos horas, por lo que dijimos de darnos una ducha e irnos. Nos intercambiamos los teléfonos, pues aunque el sitio donde fuimos era muy bonito, en Moraira, la playa era muy pequeña para la cantidad de gente que habia en ella.
Cuando nos fuimos mi mujer me dijo que había sido demasiado, que le puso mucho la situación y repetir la forma de calentarnos como el día anterior. Yo estaba un poco ido porque nunca ñ, ni con mi amigo, habíamos llegado a ciertos extremos, ahí ella me dijo, nunca, nunca, te dejaré por nadie y, esto lo hacemos porque los dos estamos de acuerdo, si no es así, se termina, como hemos estado prácticamente toda nuestra relación. Cuando llegamos al hotel, nos fuimos a la playa, pues todavía era de día y apetecía.