Bufff, yo creo que es 50/50 ambas cosas. En mi caso soy mulato, físicamente aunque soy delgado, hago ejercicios de vez en cuando, tengo la pinga bien grande, dura y caliente, según mis parejas singo (follo) muy bien, se me da bien enamorar a las mujeres, y aún así siempre he tenido la fantasía de que mis parejas tengan sexo con otros hombres con mi consentimiento (solo con las que he estado más de 2 años). Realmente en el sexo soy súper dominante, pero bastante abierto. Yo creo que más bien primero que todo, el cornudo es antes que nada un voyeurista empedernido, a partir de ahí entran otros factores, porque en el plan físico y sexual mi experiencia no encaja en la mayoría de las experiencias que he visto o leído, también es cierto que la fantasía se da más entre personas de raza blanca, que entre personas de raza negra. Pero en fin, también creo que en mi caso existe un factor fundamental y es que con las dos parejas con las que he tenido y le he comentado mi fantasía, de ambas si he estado completamente enamorado y entregado en la relación, y pienso o al menos en mi caso, soy de los que cuando se enamora de una mujer, siento que es una Diosa y mejor que ella no hay más nada, así que también hay algo de narcisismo, egocentrismo en la fantasía, recuerden, primariamente es nuestra fantasía (hombres), que luego ellas accedan es otra cosa y la hagan suya también es otra cuestión. Por eso, para mí es muy pero muy interesante e importante ver las opiniones, comentarios, experiencias y vivencias de las mujeres, porque de ahí es de dónde podemos sacar conclusiones y soluciones efectivas, tanto para lograr realizar plenamente nuestras fantasías en pareja, como para saber cómo lidiar con malos resultados, sentimientos contradictorios, culpa, etc... Y siempre hay que tener una cosa en la mente, por más que una mujer diga que es capaz de desligar el sexo de los sentimientos, eso solo es cierto hasta que se encuentran con un hombre que se las folla bien follada, para la mujer tener buenos orgasmos es algo que crea un nexo y un lazo afectivo inevitable, y hay que saber lidiar con eso en pareja.