Hace un par de noches que no tocaba a mi pareja, para darnos un poquito de descanso, ya que llevábamos casi una semana follando sin descanso y queríamos recuperar fuerzas. Pero ya el segundo día, estaba muy cachonda, no podía de dejar de pensar en su cuerpo sobre el mío, su boca por todo mi cuerpo caliente, sus manos agarrándome con fuerza.
En este estado fui directamente a buscarlo, y ahí estaba sentado trabajando, no lo pensé más y me arrodille, gire su silla y saqué su polla del pantalón y sin dejarle hablar me la metí en la boca, me metí ese trozo de carne, que aún no estaba duro. Comencé a salivar su polla e inmediatamente notaba como iba creciendo en mi pequeña boca, llenándola completamente de polla, una polla tan rica. Comienzo a saborear su erección, su dureza, succiono como si quisiera absorber todo su jugo, como si de una fruta se tratará. Saco mi lengua y doy lametones como una gatita, lo lamo hasta dejarlo empapado, recorriendo mi saliva hasta llegar a sus testículos mojados. Como me excita chupar así...
De repente, con su mano me agarra del pelo y me saca la polla de mi boca y me pregunta: - ¿Quieres polla? Y yo sin contestar me la vuelvo a meter, chupo y chupo rápidamente hasta el punto de dejarla para explotar. En ese momento solo quería que me lechara la cara con su leche caliente, pero no fue así. Me incorporó de repente y me llevó a la cama.
Rápidamente me quité las mallas que llevaba súper ajustadas, pero no pude hacer lo mismo con mi tanga, porque me empujó y me embistió por detrás, dejándome con el culo en pompa y la cara apoyada en la cama, para recibir lo que estaba deseando su carne dentro de mí. Colocó la punta de su polla en mi coño húmedo, con una mano en mi cadera, con la otra jalándome el pelo y sin pensarlo me la metió de golpe, comenzando a follarme. Yo gemía y gemía, tuve que morder las sábanas para no gritar muy fuerte, volviéndome loca, hasta que me corrí. Me corrí muy rápido, estaba muy excitada.
Cuando pensaba que ya había terminado, me dio un azote fuerte en el culo. En ese momento supe lo que quería. Sabía lo que me estaba pidiendo. Levantó mi culo, comienzo a mover las caderas para que vea bien mi culo y así sugerirle lo que quiero que haga con él. Solo pensar lo que quiere hacer con mi culo y meterse dentro de él me excita. No hace falta que se la lubrique, la tiene empapada de mis fluidos. Acerca su grande e hinchado miembro y siento su calor en mi agujerito. Muerdo mis labios, quiero (no, deseo) que entre y me la meta hasta los huevos. Me la mete entera, despacio, sin ninguna dificultad hasta los huevos. He de decir que tengo un culo muy tragón, y eso a él le encanta. Se mueve con fuerza, me va a destrozar el culo, pero no quiero que pare, ni que la saque, me toco el clítoris y noto que sus huevos chocan en mi coño hinchando y húmedo. No puedo más y reviento de placer mientras él se corre a la vez conmigo, llenando mi culo de su leche, que noto como me inunda. Esa sensación de sentir su leche dentro me encanta.
Para ilustrar la situación os pongo un pequeño video donde él juga con mi culito.
Espero que lo disfrutéis