La mojigata novia de mi compañero

Tras lo comentado cenamos los tres, y las cosas siguieron normales un par de semanas. Lo cierto es que no había nada reseñable y por eso decido omitirlo.

Con las vacaciones de la universidad, un día estaba haciéndole unos mantenimientos a la moto cuando recibí una llamada, era Carla.

- Dime
+ ¿Qué haces? ¿Te haría una cerveza o algo? Es que me aburro un montón. Fran se ha ido con sus padres de viaje y se me cae la casa encima
- Le estoy haciendo el mantenimiento a la moto. ¿Te esperas o te vienes?

Finalmente acordamos que yo la recogería con el coche y se vendría a mi casa, dónde echaríamos una cerveza mientras yo cambiaba unos filtros, aceite y purgaba los frenos. Honestamente, me preocupaba que viniera ella sola y que por error se metiera a alguna calle chunga dónde le robaran o a saber qué.

Tras recogerla y con una breve conversación en el trayecto llegamos a casa. Mi casa era humilde, pero siempre la he tenido limpia y ordenada. Muy pequeña, y lo único que "destacaba" era el garaje, donde tenía todo lo de la moto además de un gimnasio que se conformaba de hierros soldados, cadenas y más hierros. Barras, un rack, discos de fundición... muy "old school" como dice la gente. También tenía un sofá viejo, un pequeño equipo de sonido, una nevera y cosas similares.

- ¿Y aquí es dónde entrenas?
+ Sí
- ¿Sin máquinas?
+ Tengo más de 300kg en discos, ¿para qué quiero máquinas? jajaja

Le abrí una cerveza con una llave fija que tenía a mano y la invité a sentarse en el sofá. Y mientras yo estaba a mis labores, ella me preguntaba para qué servía cada herramienta, filtro... lo cierto es que era una chica muy curiosa y le gustaba aprender cosas nuevas. Estaba descubriendo una faceta que no conocía, bastante interesante y despojada de aquel disfraz de tía de revista.

Al acabar la moto, le dije que le haría una cosa al coche y ya estaría. Que como ya estaba ahí, le limpiaba una válvula que se suele obstruir de la carbonilla y le soplaba el filtro del aire, así como mirarle los niveles de aceite y refrigerante.

Me quité la camiseta y me puse en el tren inferior un mono de trabajo azul. Como hacía tanto calor, dejé al descubierto mi torso completamente empapado.
Desmonté ciertas piezas bajo la mirada de Carla, que no dudaba en ir preguntando para qué servía cada cosa, por qué podía fallar, cómo había aprendido a hacer todo eso... y acabó ayudándome. Aprendió el nombre de varias herramientas y como yo, acabó manchada de grasa negra.

- Te van a reñir tus papis si se enteran de que has estado aquí conmigo...
+ Jajajaja te reirás, pero si me ven... les da un infarto eh... que se nota que eres buen tío, pero los tatuajes, las cicatrices, la cara de malo que tienes...
- ¿Qué te parezco?, júzgame. -le dije mientras bebía un sorbo de agua-
+ ¿E...e... e e en qué?
- En todo. Quiero saber lo que piensa una pija como tú de alguien como yo. No te cortes, que no tengo la piel fina, si la tuviera me llamaría Francisco
+ Jjajajajaj tío, qué cabrón. Pues... es como que aunque no hables eres arrollador... tienes mucha confianza en ti mismo, todo el mundo quiere estar cerca tuyo pero pasas de todos... no sé. Es como que vas al margen de todo y de todos. Pero creo que en el fondo eres un trozo de pan... ¿y yo, qué te parezco?
- Me parece que nos vamos a quitar la grasa, vamos a probar la moto, te voy a llevar a un sitio y te lo voy a decir.

A los varios minutos estábamos a lomos de mi burra curveando por unas carreteras secundarias y hablando por el intercomunicador. Estaba alucinada de cómo rugía, aceleraba, tumbaba... y finalmente acabamos en un mirador bastante chulo desde el que se ve toda la ciudad.

Le quité el casco con delicadeza, y acerándome a su boca le dije: "me parece... que eres una niñata pija". Ella se picó mucho, y tras unas risas nos quedamos mirando cómo el sol se ponía y el manto de luces de la ciudad generaba un paisaje completamente diferente.

- Anda, vamos que se nos hace tarde -le dije dándole un azote-
+ Ehhhh, ¿me has tocado el culo?
- Sí -le repliqué con otro azote- ¿Tienes algún problema?
+ Ufff... sí... bueno, no. Yo que sé. Joder...
- Súbete a la moto, anda... jajaja niñata pija
+ Volvió a picarse con el comentario, pero ahí sí que antes de ponerle el casco la cogí de su cadera y la pegué con fuerza a mí, dándole un beso que ella siguió con bastante pasión
 
Volvimos a menor velocidad de la que habíamos ido, disfrutando del paisaje y manteniendo alguna breve conversación por el intercom.

Esa pinta de pija me hacía sacar un instinto de querer abrirla de piernas y follarla sin parar. Era algo prácticamente animal que culminaría con total seguridad cuando llegara a casa.

Entonces, un amigo me llamó porque tenía una avería. Se había ido de putas y lo iban a pillar con el carrito del helado como no fuera a buscarlo y llevarlo a su casa. Así que en dos acelerones me planté en casa de Carla, me despedí de ella con un azote y le dije que la llamaría. Después de perder su figura tras la puerta, fui a casa a por una mochila para su casco e ir a salvar al gilipollas de mi amigo. Se ve que no había chicas de compañía cerca, ya que el muy retrasado se había quedado tirado con el coche nada más y nada menos que a unos 80 kilómetros de donde vivimos.

Llegué a recogerlo y al coche se le había ido el embrague y no tenía grúa contratada, así que lo monté en la moto y nos volvimos planeando cómo se haría para que su mujer no se enterara, hasta que me dijo: -huele, cabrón, huele a pijita el casco jajajaja- Hijo de puta. Tú habrás follado y yo llevo los huevos que me van a reventar, le dije.

Me invitó en su casa a una cerveza que acepté, pero mi mente estaba en Carla. Miré el teléfono y vi un mensaje suyo: "Gracias por el día de hoy, mi chico malo. Me has hecho sentir en el cielo y no quiero volver a pisar la tierra".

Le respondí que de nada por el día y que no se equivocase, porque no era nada de ella, al igual que ella no era nada mío. Que éramos amigos y ya.

La situación que estaba viviendo me generaba una controversia interna. Por un lado quería reventar a esa mojigata, pero por el otro no me parecía correcto zumbármela teniendo novio y siendo conocido mío. Por ese motivo dejé pasar los días y prácticamente no hablé con ella.

A la semana y pico Fran había vuelto de su viaje, por lo que me invitó de nuevo a su piscina en la que estaba Carla. Me apetecía verla y a la vez no. Y honestamente, le veía un poco de pinta de arrepentida a la vez que callada y distante.

Fran estaba aquel día subnormal profundamente. Ella ya me había advertido que cuando se junta con "los ricos" como ella los llama, vuelve creyendo que es un ser de luz. Y joder si era verdad. Tuvimos varios choques y salió a por unas pizzas, despidiéndose de Carla con un morreo y un azote. Eso me cabreó, y cuando cerró la puerta cogí a Carla del cuello y la besé.

-¿Vas a besar a ese imbécil delante mío?
+Mmmm no, lo siento -me decía jadeando-
-¿Quieres que te perdone?
+Mmmm joder, sí... -decía entre gemidos mientras le comía el cuello-

La puse de rodillas y saqué mi rabo en su cara. Le pegué varias veces con él en su rostro y ella se moría de ganas por llevárselo a la boca. Sacaba la lengua e intentaba mamar, pero yo le daba una bofetada y la corregía al instante. Me decía que tenía una gran polla y que no sabía si podría con ella, así que la mandé a escupir en su mano y lubricarla. Inocente de ella, pensó que la sentiría en la vagina, pero agarrándola del cuello usé esa lubricación para intentar pasarla por su garganta, algo que fue imposible.

Sus ojos estaban llorosos y la mamada no era una mamada, era una follada de boca orquestada por arcadas, gemidos, gritos, bofetadas... Y así seguí no más de 8 o 10 minutos, hasta que la saqué de su boca y me masturbé en su cara hasta soltar una corrida monumental. Parecía una cara en la que se hubieran corrido mínimo 3 o 4 tíos.

La puse de pie frente al espejo mientras me subía los pantalones y le recordé de quién era. A quién le debía respeto. Ella respondió que era mía.
 

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