Si hay algo que me pone caliente en un segundo es que mi mujer me cuente sus Experiencias sexuales, aunque se que no me las cuenta ni todas ni como realmente fueron para no quemarse tanto, pero si quiero que me diga las cosas más morbosas entonces le invito unos tragos y asunto arreglado, las que más me calientan son tres que se las resumo para no aburridos y es una que tuvo cuando estudiaba en la Universidad y tenía que hacer su trabajo social, así que le consiguieron un lugar en una casa de personas de edad avanzada y ante lanfalta de recursos económicos tenían que cubrir 2 veces a la semana una guardia nocturna en la que solo se quedaban tres personas al cuidado de unas veinte personas mayores.
Me contaba que desde que llegó se dió cuenta de los morbosos que le hacían los señores en especial uno que era el que "controlaba" el lugar, y que a base de regalos , atenciones o lo que tenía a la mano , conquistaba a las chicas aparte de su otro atractivo que era la gran verga que se cargaba, y que a sus setenta y tantos años lograba que sus conquistas se la mamaran nada más ya sin follarselas porque ya era un poco riesgoso para el, lo más curioso es que todos sabían de sus calenturas y ya lo veían como algo normal que chica que llegara era seguro que iba a terminar de rodillas ante su vergón. Y ella no fue la excepción, aún cuando tenía novio y estaba en la edad de su mayor atractivo físico,.
Como comprenderán cuando lleva a ese punto, ya me empiezan a rodar lágrimas saladas por todo el tallo, me plática que el señor era bastante amable y cortés lo que influia mucho al momento de que las chicas s e decidieran a mamarsels, como ella que paso por alto que tenía novio y le pegó una mamada nada más de ver la tremenda tranca que se cargaba el señor y como era lógico, el quedaba casi muerto de las corridas que se aventaba pero ella terminaba chorreandole la raja y se iba a desahogar dándose de sentones en la verga del novio pero pensando que era la tranca del otro.
Nads más de imaginarmela como se vería tragandose ese trozo de carne, ya no me puedo aguantar y le comienzo a clavar la mía, y lo que me hace perder el control y comenzar a llenarle la almeja de leche es cuando me dice que fueron varias veces que ordeño el enorme nabo y también el del guardia que no se quedaba atrás.