abep
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Es un tema que me da bastante morbo. Ser un buen pasivo y aguantar las metidas del macho hasta que se queda saciado.
Yo he tenido tres especialmente dolorosos. El primero, con un chico con una polla mediana que fue sin cuidado, el segundo que ya he contado en otro hilo, y el que ahora voy a relatar.
Era septiembre u octubre de hace un par de años, cuando hice en solitario una escapada de un par de días a Alicante. No tenía previsto hacer nada sexual, simplemente conocer la ciudad, sus playas y comerme alguna buena paella, pero yendo de paseo una tarde vi un cartel en el que ponía algo así como "zona cruising" y me dio mucha curiosidad.
Lo cierto es que la tarde para el baño pintaba mal. Estaba cubierta y hacía algo de viento, por lo que fui a tomar un café en una cafetería próxima y fruto de la curiosidad, busqué en internet sobre esa zona. Era, según aquella página, la mejor de allí.
Terminé el café y me adentré entre las dunas y árboles. No había nadie, pero se veían mil senderos marcados entre la vegetación fruto del trasiego de gente. Era una especie de laberinto con mil bifurcaciones en todas las direcciones. Comencé a caminar por allí y no veía a nadie, pero la expedición estaba siendo muy chula.
Poco tardé en ver una sombrilla en lo alto de una duna que estaba más elevada que el resto. Fui para allá andando y vi a un chico de unos 35 con su bañador. Nos saludamos y se tocó el paquete, y al acercarme se sacó la polla. Morcillona era normalita, pero al crecer tenía sus 20 centímetros y grosor considerable. Él a mi pene no le hizo ni caso. Me arrodilló y me puse a mamarle un poco, para posteriormente él tumbarse en la toalla y yo comenzar a hacerle una felación lo mejor posible con la poca experiencia que tenía. Me tocaba el culo y yo se lo acercaba más y más. ¿Quieres follar?, me dijo. Y le dije que sí, a lo que respondió que genial.
Se puso un preservativo y sacó un bote de lubricante, del que echó de forma considerable en su pene y en mi culo. Me abrió de piernas y se puso encima, con el glande en mi agujero. Y apretó. No entraba y echó más lubricante. Y apretó de nuevo. Hasta que se deslizó.
Y joder, vaya dolor sentía. Era una punzada de dolor muy fuerte que me hizo sacar la polla que tanto había costado meter. Me dijo que me relajara y lo intenté, y esta vez entró, aunque con el mismo dolor, mucho más fácil. Comenzó a bombear lento y joder, la sentía en la barriga de lo dentro que entraba. Parecía que me gustaba, pero con cada embestida el dolor punzante era muy fuerte y la sensación muy intensa.
Me puso a cuatro patas y comenzó de nuevo el metesaca, pero no pude aguantar y le dije que no podía más. Me vestí y me fui y él se quedó allí.
Tardé en llegar al apartamento, pero cuando llegué el culo me chorreaba lubricante y sangre y entraban tres dedos sin problemas, estaba muy cedido y me lo había roto.
Yo he tenido tres especialmente dolorosos. El primero, con un chico con una polla mediana que fue sin cuidado, el segundo que ya he contado en otro hilo, y el que ahora voy a relatar.
Era septiembre u octubre de hace un par de años, cuando hice en solitario una escapada de un par de días a Alicante. No tenía previsto hacer nada sexual, simplemente conocer la ciudad, sus playas y comerme alguna buena paella, pero yendo de paseo una tarde vi un cartel en el que ponía algo así como "zona cruising" y me dio mucha curiosidad.
Lo cierto es que la tarde para el baño pintaba mal. Estaba cubierta y hacía algo de viento, por lo que fui a tomar un café en una cafetería próxima y fruto de la curiosidad, busqué en internet sobre esa zona. Era, según aquella página, la mejor de allí.
Terminé el café y me adentré entre las dunas y árboles. No había nadie, pero se veían mil senderos marcados entre la vegetación fruto del trasiego de gente. Era una especie de laberinto con mil bifurcaciones en todas las direcciones. Comencé a caminar por allí y no veía a nadie, pero la expedición estaba siendo muy chula.
Poco tardé en ver una sombrilla en lo alto de una duna que estaba más elevada que el resto. Fui para allá andando y vi a un chico de unos 35 con su bañador. Nos saludamos y se tocó el paquete, y al acercarme se sacó la polla. Morcillona era normalita, pero al crecer tenía sus 20 centímetros y grosor considerable. Él a mi pene no le hizo ni caso. Me arrodilló y me puse a mamarle un poco, para posteriormente él tumbarse en la toalla y yo comenzar a hacerle una felación lo mejor posible con la poca experiencia que tenía. Me tocaba el culo y yo se lo acercaba más y más. ¿Quieres follar?, me dijo. Y le dije que sí, a lo que respondió que genial.
Se puso un preservativo y sacó un bote de lubricante, del que echó de forma considerable en su pene y en mi culo. Me abrió de piernas y se puso encima, con el glande en mi agujero. Y apretó. No entraba y echó más lubricante. Y apretó de nuevo. Hasta que se deslizó.
Y joder, vaya dolor sentía. Era una punzada de dolor muy fuerte que me hizo sacar la polla que tanto había costado meter. Me dijo que me relajara y lo intenté, y esta vez entró, aunque con el mismo dolor, mucho más fácil. Comenzó a bombear lento y joder, la sentía en la barriga de lo dentro que entraba. Parecía que me gustaba, pero con cada embestida el dolor punzante era muy fuerte y la sensación muy intensa.
Me puso a cuatro patas y comenzó de nuevo el metesaca, pero no pude aguantar y le dije que no podía más. Me vestí y me fui y él se quedó allí.
Tardé en llegar al apartamento, pero cuando llegué el culo me chorreaba lubricante y sangre y entraban tres dedos sin problemas, estaba muy cedido y me lo había roto.