Espiando a Bea mirando al futuro. [Se ruega NO volver a escribir otro título todo en mayúsculas]

ESPIANDO A BEA MIRANDO AL FUTURO 3

3- El encuentro


• ¿Cariño?, Bea, te pediría que de aquí en adelante te dirigieras a mí por mi nombre, el cariño se demuestra. Tú, aquella noche, demostraste poco cariño por mí, más bien diría que una traición no es sinónimo de lo que preconizas – No se esperaba esta respuesta, por lo que se quedó bloqueada, así que decidí seguir por ese camino.

A pesar de todo, La invité a entrar; no me había fijado que algunas de las fotografías que iban a ser mi regalo estaban en el suelo y las estaba pisando. La verdad es que no me importaba, ya que para conseguirlas se folló al fotógrafo, ¿cómo podía llegar a considerar un regalo, algo que me había hecho tanto daño? Bueno, sí, un regalo envenenado. Ella miró al suelo, su rostro se entristeció, parecía incapaz de mirarme a los ojos. No estaba siendo nada fácil para mí ver a la persona que más has querido y, aún quieres, en ese estado; duele mucho, pero tenía que ser fuerte.

Decidí que era hora que supiera el infierno por el que pasé esa noche, sabía que ella era consciente del dolor que me había provocado, pero también sabia que no era consciente hasta el punto que llego ese dolor. Estiré mi mano cogiendo la suya y empecé a hacerle el tour del horror, llegamos al sofá y me puse en la misma posición en la que se sentó el profesor de baile.

• ¿Qué significa esto, Carlos, para que te sientas en el sofá?

• Solo estaba de broma, Bea... No te pongas así, rubita mía... – Mi preciosa rubia se echó las manos a la boca para intentar acallar el grito que estuvo a punto de soltar, yo proseguí.

No me gustan esas bromas, Quique, lo sabes de sobra... – Ella solo lloraba acallando sus gemidos de dolor con las manos.

Cariño, lo siento. Es el ron, es el vino y también tu culito, tu precioso culito... ¿Qué le hago si no soy de piedra? – otro golpe más en la línea de flotación.

• Carlos yo…

• ¿Quieres que siga, Bea?, tengo toda esa noche grabada a fuego en mi mente – no quería, pero me estaba enfadando al recordar todo lo vivido aquella fatídica madrugada.

• ¿Pero, ¿cuándo llegaste entonces?, ¿no fue por la mañana cuando nos pillaste a Quique y a mí? – Bea estaba fuera de juego, se estaba empezando a dar cuenta de la gravedad del asunto.

• Llegué a las cinco de la mañana, conduje sin parar durante cinco largas horas para poder dormir junto a ti, para hacer el amor a la mujer que amaba, pero ese espacio ya estaba ocupado por otros.

• Nerea, ¿también le viste a ella?

• Fue lo primero que vi cuando entré, me estaba muriendo en vida pensando que podías ser tú, ¡no tienes ni idea de lo que se siente en un momento así!

Me levanté, dirigiéndome hacia la habitación de invitados, ella me seguía a unos metros de distancia, con la mirada gacha, pero esta vez los llantos no eran frenados por sus manos. Bea era ya consciente de hasta qué punto había metido la pata esa noche.

En fin... – suspiró -. Llévame a la cama y veremos, anda, grandullón, tengo mucho sueñecito... – omití la conversación anterior, se me estaba revolviendo el estómago de recordarlo.

• No sigas Carlos, por favor te lo pido – estaba roja de vergüenza, si alguien piensa que yo estaba disfrutando con esto, que se olvidara.

• Aquella noche vi una familiaridad entre los dos que me dejo claro que aquel no era el primer encuentro que hubo entre vosotros - más adelante supe lo del hotel.

Bea estaba sobrepasada, no tenía excusa posible, le había soltado algunas frases clave que yo no debía de saber si no hubiera estado aquí, ver la habitación de invitados con las dos camas que solían estar separadas juntas, me lleno de tristeza. Bea intentó acercarse a mí cuando vio como las lágrimas recorrían mi rostro, mi mirada no se lo permitió.

• ¿Por qué, Bea? – en realidad ahora mismo esa pregunta carecía de sentido, pero yo necesitaba obtener una respuesta.

• El juego se nos fue de las manos a los dos, te advertí que tenía necesidades, como cualquier persona, además que algo despertó dentro de mí, algo nuevo que no pude frenar.

• Admito mi parte de culpa, jamás debí pedirte que entraras en ese juego que llegó a parecerme inofensivo, pero que al final ha terminado en una catástrofe – de verdad lo pensaba, a toro pasado es fácil, pero no estábamos preparados para iniciar lo que iniciamos.

• Cada vez me pedías cosas más arriesgadas y cuando me pediste que calentara al profesor de baile, no conté con la pericia que tuvo para poner nuestro juego a su favor.

• Bea, en ningún momento hablamos de follarnos a nadie, de hecho yo no recuerdo haberte puesto una pistola en la cabeza para que te lo hicieras.

Bea acusó el golpe, ella sabía perfectamente que yo no era responsable de lo que paso esa noche y, ni tampoco lo de la semana anterior. Me levanté, en el suelo seguían las demás fotografías y el sobre con la famosa dedicatoria. Volver a leerla, me dio ganas de vomitar, le entregué una de las fotos y le dije.

• Te follaste al fotógrafo, ¿verdad?, no intentes mentirme porque sé la verdad

• No es tan simple, como piensas, responder a esa pregunta

• ¡No me mientas!

• Lo hice para no terminar follándome a Quique esa noche.

• ¿Pero tú te estás escuchando?, qué más daba uno que otro, me traicionaste y rompiste todas las reglas que tú misma impusiste.

• Entiéndelo, Carlos, Quique me puso muy caliente y no quería que lograra follarme esa noche, fue un acto de rebeldía, al acostarme con el fotógrafo pude contener mis ansias por él.

• Pues, no es ningún consuelo – la verdad que me estaba pareciendo una locura, todo lo que estaba saliendo de su boca.

Me levanté, cogí la mano de Bea y con paso cansado fuimos hasta la azotea, me apoyé en el barandado y mirando a Bea le dije.

• Después de que todos se marcharan, me subí aquí, y durante un minuto estuve tentado con tirarme al vacío, de esa manera terminaría con el sufrimiento que estaba padeciendo- Bea me miraba horrorizada, porque veía que no mentía.

• Carlos – su voz sonó como un suspiro pues era consciente que aquella noche podría haber terminado en una tragedia.

• Bea, aquella noche me sentí totalmente humillado, mi autoestima cayó al infierno y perdí definitivamente toda mi dignidad – esas palabras salieron de mi alma, las lágrimas que brotaban de mis ojos daban testimonio de ello.

Bea se abalanzó sobre mí abrazándome con una fuerza sobrehumana, una parte de mí quería devolverle el abrazo, pero mi cuerpo no se movía, mi mente me decía que no se merecía ser consolada.

• Carlos perdóname, perdóname, te lo ruego – conocía a Bea, sabía que me pedía perdón desde lo más profundo de su corazón, el problema era que no estaba preparado para perdonarla y no sabía si algún día sería capaz.

• Ahora mismo no puedo perdonarte, y no sé si algún día, cuándo el tiempo comience a sanar las heridas, seré capaz de hacerlo.

Bea se separó de mí, pareciera que un relámpago la hubiera partido por la mitad, se quedó callada, su mirada perdida, reconozco que me asuste. Decidí dar por terminada esa conversación, si seguíamos lo único que conseguiríamos sería hacernos más daño, del que ya no habíamos hecho. Aunque fuera la persona que más daño me había causado, llame a Carol para decirle que llevaría a Bea a su casa y que no la dejara sola.

Conocía muy bien la mirada que ahora mismo salía de sus ojos, fue la misma que tuve yo aquella noche cuando estaba apoyado contra el barandado. Estaba decepcionado de todo y de todos, sentía rencor por ella, pero aun así no le deseaba ningún mal. Sabía que Carol llamaría a Nerea, podría haber llamado yo a esta última, pero después de lo de Javi, no me apetecía en absoluto hablar con ella.

Se montó en mi Jeep como un autómata, le abroche el cinturón, parecía que había entrado en un trance, tal vez un estado de defensa que hubiera creado su mente para no colapsar. Cuando llegamos a casa de Bea, no fue capaz de salir del coche, la cogí en brazos ante su ausencia de respuesta. Después de abrir la puerta de su casa la tumbé en el sofá y la tape con una fina manta y llore, llore de rabia porque en ese mismo momento podríamos ser las personas más felices del planeta y. Sin embargo, no éramos más que un par de desgraciados.

Espere apoyado en el marco de la puerta que separaba el salón de la cocina, hasta que llamaron, al abrir era Carol. Miró a Bea y se preocupó, me miró a mí y me dijo.

• ¡Que has hecho animal!

• Nada, Carolina, simplemente ya sabe toda la verdad de por qué me fui y rompí nuestra relación.

No volví a hablar, Carol tampoco me pregunto nada más, ella se dio cuenta de que yo sabía perfectamente todo lo que ocurrió esa noche, si pensó que una reconciliación se podía dar entre nosotros, con mi última mirada le quedo claro que eso no iba a ocurrir nunca.

Salí de la casa de Bea, cuando decidimos vivir juntos nos mudamos a la mía, al ser más grande. De camino a mi Jeep no me sentía nada bien conmigo mismo, no me arrepentía de lo que le había dicho, pero sí me arrepentía de cómo se lo había dicho. Deje salir todo el rencor que sentía por ella, y, aunque fuera inevitable, no estaba preparado para mantener esta conversación.

Solo esperaba que más adelante pudiéramos hablar con más tranquilidad, mientras conducía me di cuenta de que no había dejado explicarse a Bea en ningún momento, la verdad era que poca explicación tenía, a mis ojos, pero es cierto que no la deje exponer sus razones para hacer lo que hizo. No se esperaba que yo hubiera sido testigo prácticamente de toda la noche, Bea siempre decía que no concebía sexo sin amor.

Eso me tenía confuso, el sexo que vi entre el profesor de baile y mi exnovia fue pasional, ella lo estaba disfrutando completamente. Más que conmigo llegaría a decir, ¿tal vez era eso lo que le faltaba?, ¿no era bueno en la cama?, me era imposible no hacerme esas preguntas y otras muchas de difícil respuesta. Aunque Si ese era el caso, teníamos la suficiente confianza como para haberlo hablado, de todo se puede aprender en esta vida y si ella consideraba que no era suficiente podríamos haber cortado sin traumas ni reproches; sé que se dice fácil ahora, pero hubiera preferido esto a ver con mis propios ojos como mi novia disfrutaba con otro hombre en la cama.

No sé cuantas horas habían pasado desde que abandoné el hospital, cuando llegué me costó un rato poder aparcar, debería de ser la hora de la visitas. Al llegar a la habitación de Javi, toqué la puerta con sumo cuidado, como temiendo molestar, Gianna ya se encontraba allí junto a sus padres, menudo culo inquieto, la entendía, yo tampoco podría descansar bien si un familiar tan allegado como lo era Javi para ella, estuviera en coma.

Gianna me miro, entonces me pregunto.

• ¿Qué mala cara traes no?

• He estado en casa y al rato ha aparecido Bea, hemos hablado.

• ¿Cómo ha ido? – por su expresión era una pregunta retórica, ella sabía que la cosa no había ido nada bien.

• Ha sido muy desagradable, no me arrepiento de lo que le he dicho, pero sí cómo se lo he dicho – no pude evitar llorar, por mucho daño que me hubiera hecho, Bea seguía siendo una persona muy especial, a la que quería, y el cariño no se va de un día para otro.

Los padres nos miraron y la madre nos dijo que fuéramos a hablar a la cafetería con tranquilidad, ellos se quedarían un rato más con Javi. Gianna me cogió del brazo y bajamos, pedimos sendos cafés, nos los pusieron para llevar y volvimos a ir a aquella sala de espera de la otra vez que nos permitía cierta intimidad. Nos sentamos en una mesa redonda que había y le empecé a contar todo lo que había pasado desde que Bea me llamo cariño hasta que la lleve a casa en estado de shock.

• Has sido duro, pero era lo lógico después de lo que tuviste que presenciar, no creo que fuera el tono, sino darse cuenta de que no había ninguna forma de arreglar vuestra relación.

• Explícate.

• Ella ya es consciente de todo lo que viste, ahora mismo también es consciente de lo que te ama en realidad y saber que te ha perdido por sus acciones, eso la ha roto – lo que Gianna decía tenía sentido, pero no entendía eso de que se había dado cuenta de lo que realmente me amaba.

• ¿Como de lo que realmente me amaba?

• ¿Tú has escuchado la frase, no sabemos lo que tenemos hasta que lo hemos perdido, verdad?

• Sí.

• Ella hasta ahora no era consciente de lo verdaderamente enamorada que estaba de ti, ahora que ya no hay remedio, eso es lo que la ha roto en mil pedazos.

• ¿Estás segura?

• Sí, perder algo que amas con cada célula de tu cuerpo es el castigo más cruel y más si tú eres el verdadero culpable – las palabras de Gianna me tranquilizaron, pero también que tuviera que pasar algo como esto para que Bea fuera consciente de lo verdaderamente enamorada que estaba de mí, me entristeció mucho más.

• ¿Cambiando de tema, sabéis algo nuevo de Javi?

• Sigue igual, lo que preocupa a los médicos es el tiempo que estuvo su cerebro privado de oxígeno, hasta que no despierte, no sabremos las secuelas que le habrá producido el intento de suicidio.

Sus manos volvieron a temblar, las cogí entre las mías y la miré a los ojos,

• Javi es fuerte, saldrá de esta, estoy seguro.

• Ojalá tengas razón, otro problema es que no saben cuando despertara.

• Cuando despierte será un hombre afortunado, porque lo primero que verá será el sonriente rostro de su querida hermanita.

Gianna sonrió y me dio un ligero golpecito en el hombro, no sé por qué pero estando a su lado me sentía reconfortado, Gianna siempre había tenido ese efecto en mí. Justo en ese momento mi móvil empezó a sonar, era mi jefa.

• ¿Carlos, como está su amigo?

• Está en coma, pero de momento su vida no corre peligro, ¿pasa algo jefa?

• Las cosas se han complicado, los clientes han cambiado algunas cosas del diseño a última hora y necesito que vuelva lo antes posible, lo siento mucho.

• No lo sienta Jefa, usted me dio días para que pudiera visitar a mi amigo, siendo un recién llegado, intentaré estar para mañana a primera hora.

Nos despedimos, mire a Gianna que tenía un semblante triste, me acerque a ella dándole un beso en la frente, intenté reconfortarla diciéndole que todo iría bien y que cuando tuviera el problema resuelto intentaría volver lo antes posible. Gianna sonrió y me dijo que me tomaba la palabra. Volvimos a la habitación de mi amigo y me despedí de sus padres, prometiendo que regresaría muy pronto.

Mi preciosa pelirroja me acompaño al Jeep y antes de que me montara en él me volvió a abrazar como si el mundo se fuera a acabar en ese momento, no sé por qué, pero estando cerca de Gianna me sentía bien, ese rencor y tristeza que me atenazaba, desaparecía. Además de que sentía un gran vació ahora que me tenía que separar de ella, esos sentimientos me tenían muy confundido.

Pase por el hotelito, con el fin de recoger mi equipaje, después de pagar me puse rumbo a Madrid otra vez. Había hecho este recorrido tantas veces en tan pocos días que lo podría hacer con los ojos cerrados aunque bien es cierto que en esta ocasión mi ánimo era bien distinto, llegue a Madrid a media tarde, antes de pasar por mi hotel, lo hice por la empresa.

Pedí hablar con Silvia, ella me recibió enseguida.

• No tenía que volver tan deprisa, podríamos haber esperado hasta mañana.

• No pasa nada, prefería venir lo antes posible y solucionar ese problema que había surgido.

• Qué tal, si se va a su habitación del hotel, descansa y esta noche le invito a cenar, para ponerle en antecedentes.

• Me parece bien.

• En ese caso, le mando un coche para que le recoja sobre las ocho de la noche.

• Muy bien, entonces hasta las ocho, jefa.

• Me da la impresión de que Ese viaje le ha sentado bien, le noto distinto

• ¿Distinto en qué sentido?

Mi jefa no contestó, con un gesto de la mano me mando salir de su despacho mientras sonreía, la verdad es que fue llegar al hotel y meterme en la cama. Estaba cansado de verdad, agotado física y mentalmente; puse el despertador para tener tiempo de asearme y poder vestirme adecuadamente. Volví a dormir de un tirón, había llegado a pensar que después de la rotura con Bea no volvería a dormir bien por el resto de mi vida, sin embargo, esa tarde deje los pensamientos a un lado, me duche y me vestí.

El coche llegó a la hora acordada y me llevo a un restaurante muy conocido de Madrid, allí me esperaba mi jefa que estaba espectacular. Cuando llegué a la mesa se levantó y me saludo, extrañamente, de forma efusiva, con dos besos en la mejilla, me senté en frente de ella y nos dispusimos a pedir, ella había elegido el vino y tengo que decir que fue una elección excelente.

• Bien, jefa, ¿cuál es el problema?

• Los clientes han visto los primeros bocetos que hiciste y descartaste, por no encajar bien con el proyecto y les han encantado – vio mi desconcierto porque me estaba hablando de tú.

• Sí, te estoy hablando de tú, él usted y las formalidades, lo dejaremos solo para la empresa, si te soy sincera me hace sentir mucho más vieja de lo que soy – empezó a reírse.

• ¿Entonces que hago con los diseños que tenía casi terminados?

• Guárdalos, tus compañeros ya están modificando el proyecto para adecuarlo a tus antiguos diseños.

• Seguro que se han enfadado – dije mientras ella se reía a mandíbula partida.

• No te creas, a ellos también les ha gustado trabajo y la verdad que los cambios que tienen que hacer son mínimos.

• Cambiando de tema, antes me has dicho que me encontrabas distinto, ¿en qué sentido?

• Te fuiste de aquí totalmente roto y vuelves entero.

• Eso es porque tuve una conversación con mi ex.

• No, esa charla no ha tenido nada que ver, lo que ha provocado ese cambio es algo distinto.

Continuará.
 
Última edición:
Me da un poco de pena Bea. La ha fastidiado y ha cruzado la línea roja y es difícil que algún día la perdone. Pero mi parte buena, que la tengo, me dice que a pesar de todo, ojalá salga adelante con un buen Hombre y esta vez no la fastidie.
Por otra parte, está claro que hay una clara atracción mutua entre Carlos ( no yo, el del relato), y Gianna y más le vale que se lo diga, porque es mutuo y se ve venir. Creo que ha Jefa lo ha detectado y le va a dar el empujón que necesita
Gianna se ha quedado triste y no solo por lo del hermano, si no también porque se tiene que ir mi tocayo
Por cierto, creo que queda la clave, en algún momento tendrá que aparecer la responsable de todo Nerea y tendrá que dar la cara.
 
Que puedo decir, capítulo intenso y muy emotivo. El protagonista se ha despachado a gusto con Bea, que prácticamente no ha podido ni explicarse. Tampoco creo que tenga mucho que explicar que Carlos no sepa ya. Pero como él mismo dice, quizá más adelante puedan hablar con más tranquilidad.

Lo que veo es que a pesar del dolor que siente Carlos, lo que siente por Bea es algo muy fuerte aún, y se siente mal por haberle hablado de esa manera. Eso dice mucho a su favor. Y si espera poder hablar más adelante con ella, es porque insconcientemente aún piensa que se puede arreglar aunque ahora no lo vea.

Aún tengo esperanza en el perdón, si hay arrepentimiento.
 
Que puedo decir, capítulo intenso y muy emotivo. El protagonista se ha despachado a gusto con Bea, que prácticamente no ha podido ni explicarse. Tampoco creo que tenga mucho que explicar que Carlos no sepa ya. Pero como él mismo dice, quizá más adelante puedan hablar con más tranquilidad.

Lo que veo es que a pesar del dolor que siente Carlos, lo que siente por Bea es algo muy fuerte aún, y se siente mal por haberle hablado de esa manera. Eso dice mucho a su favor. Y si espera poder hablar más adelante con ella, es porque insconcientemente aún piensa que se puede arreglar aunque ahora no lo vea.

Aún tengo esperanza en el perdón, si hay arrepentimiento.
No lo tengo muy claro. El protagonista siente algo por Gianna y el sentimiento es fuerte.
Y aunque parece que es mas dolor que rencor lo que siente por Bea, no es descartable que la perdone.
De todas formas yo veo más posibilidades de que inicie una bonita historia con Gianna
 
La verdad es que no se que me gustaría que haga mi tocayo
Por una parte me gustaría que perdonará a Bea, porque parece muy arrepentido y que lo ama de verdad y quizás le podría dar otra oportunidad.
Pero por otra parte Gianna me parece una gran chica, y me da la sensación que hay una fuerte atracción entre los dos.
 
No lo tengo muy claro. El protagonista siente algo por Gianna y el sentimiento es fuerte.
Y aunque parece que es mas dolor que rencor lo que siente por Bea, no es descartable que la perdone.
De todas formas yo veo más posibilidades de que inicie una bonita historia con Gianna

Decisiones, decisiones.
 
La verdad es que no se que me gustaría que haga mi tocayo
Por una parte me gustaría que perdonará a Bea, porque parece muy arrepentido y que lo ama de verdad y quizás le podría dar otra oportunidad.
Pero por otra parte Gianna me parece una gran chica, y me da la sensación que hay una fuerte atracción entre los dos.

No te lo voy a poner tan fácil.
 
La verdad es que no se que me gustaría que haga mi tocayo
Por una parte me gustaría que perdonará a Bea, porque parece muy arrepentido y que lo ama de verdad y quizás le podría dar otra oportunidad.
Pero por otra parte Gianna me parece una gran chica, y me da la sensación que hay una fuerte atracción entre los dos.
 
Bea está más que triste por lo que perdió, se dio cuenta la cagada que se mandó, si ella puso las reglas, fue ella la que se las pasó por el culo y le puso los cuernos a Carlitos, lo que es peor es que con dos el fotógrafo y Quique, le gustó el profe y se lo comió, empezó a tener sentimientos por él y se entregó, lo otro es lo que pasó una semana atrás, qué fue lo que pasó, qué hubo entre ella y Quique ?, si amaba a su novio cómo se mete con dos tipos ?. es tonta o se hace ?, para mi que la jefa se quiere servir a Carlitos con mantel largo.
 
No lo tengo muy claro. El protagonista siente algo por Gianna y el sentimiento es fuerte.
Y aunque parece que es mas dolor que rencor lo que siente por Bea, no es descartable que la perdone.
De todas formas yo veo más posibilidades de que inicie una bonita historia con Gianna
Fíjate que pensé lo mismo cuando estaba leyendo la parte de la despedida de ambos, me parece que algo hay o está naciendo entre Carlinhos y Gianna, ya que él se sentía muy bien al estar al lado de ella y lo mismo por parte de ella.
 

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