Yo El Limpiacistales 2

val50

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2 Jul 2023
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Los que leísteis mi anterior relato, ya sabéis quien es Carmen y como se desarrolló nuestro contacto. Ha pasado tiempo desde aquello y sin ser una relación fija, nos vemos de vez en cuando. Han sido muchas las veces que nos hemos vuelto a ver y el sexo en esas ocasiones ha sido espectacular. Durante este tiempo, hemos llegado a tener mucha confianza.

El relato de hoy aunque no deja de ser uno de tantos vividos, me apetece contarlo porque se desarrolla de una forma un tanto diferente a las demás.

El lunes 21 de agosto para mi sorpresa recibí un Whatsapp de Carmen, me extraño mucho, porque sabía que Carmen estaba en una casa de verano que tienen en un pueblecito cerca de Valencia, ella se va allí con sus hijos en cuanto acaban el instituto y su marido, va y viene cada día a trabajar, por lo que sabiendo que esta con su familia, no cabía la ocasión de vernos durante esos meses.

El mensaje así:

Hola que tal, como estas?. El jueves estoy en mi casa de valencia, me bajare con mi marido a hacer unos recados, y así de paso, estoy en casa un rato, que no quiero que esté tanto tiempo cerrada, luego a medio día pasara a por mí y nos volvemos aquí. Me gustaría verte estaré de 10 a 12, vente y nos vemos.

Me quedé un momento con el teléfono en la mano mirando el mensaje y sin poder evitarlo tuve una erección inmediata y a la vez notaba un hormigueo en los testículos. Mi mente voló a todas aquellas mañanas en su casa follando apasionadamente. En la cama, en la cocina, en la ducha, en el salón…

Volví en mí, y le respondí:

Hola, yo bien y tú que tal? Ok el jueves a las 10 estoy allí, un beso.

El jueves, llegue al portal de casa de Carmen hacia las 9:20, sabía que no estaba aún en casa, así que decidí sentarme en una terraza enfrente y esperar. Había pasado un rato y vi parar un coche delante del portal, Vi claramente a Carmen y a su marido. Ella se desabrocho el cinturón se acercó a él y él le dio un besito en la mejilla, ella abrió la puerta del coche y se bajó, cerró la puerta y el coche continuo su camino, alejándose calle abajo.

La vi entrar en el portal, pero decidí esperar hasta las 10. No habían pasado ni cinco minutos cuando recibí en mi teléfono un Whatsapp, decía así:

Hola, ya estoy, cuando llegues, no llames al timbre, mándame un whatsapp que la vecina esta en casa y no quiero que sepa que estoy aquí.

Mi respuesta fue:

Ok, ya estoy aquí abajo.

Sonó el zumbido de la puerta, la empuje y entre en el portal, subí por la escalera para que la vecina no oyese el ascensor, y al llegar a su rellano vi la puerta entornada. La empuje y la abrí despacio, en ese momento note que Carmen abría la puerta sigilosamente, la casa estaba oscura, las luces apagadas, note un cierto frescor, debido a tantos días todo cerrado y vacío, entré y Carmen cerró la puerta detrás e mi sin hacer ruido. Me di la vuelta, nos miramos, nos sonreímos y se acercó a mí, con su mirada fija en mis ojos, mientas me hacia la señal de que no hablase, con el dedo delante de sus labios.

Nos acercamos el uno al otro quedando de pie en el centro de la entrada, nos abrazamos, quedamos con nuestros cuerpos completamente pegados, notaba sus tetas aplastadas contra mí y seguro que Carmen notaba mi polla dura contra ella. Le tomé por la barbilla, mirándola a los ojos, y acerqué muy despacio mis labios a los suyos. Nos fundimos en un beso totalmente lascivo, nuestras lenguas jugueteaban en su boca. Estuvimos así un buen rato, hasta que comencé a desabrochar el botón superior de sus tejanos y ella contuvo la respiración para facilitármelo, mientras Carmen hacia lo mismo con mis pantalones, en un momento teníamos los pantalones por los tobillos nuestras lenguas seguían con su juego, Carmen bajó su mano derecha y acaricio mi polla por encima del bóxer, agarro la coma y la estiro, en ese momento miro por el hueco que había abierto y sonrió, se puso en cuclillas y en esa posición con mi polla totalmente erecta delante de su boca, se desabrochó los botones de la camisa y la dejo caer al suelo, acto seguido llevo sus manos a su espalda para desabrocharse el sujetador mientras con una sonrisa muy picara me dio dos lametones en la punta de la polla, dejo caer el sujetador al suelo y con su mano derecha agarro mi polla, la deslizo hacia atrás, dejando descubierto todo el capullo, Me volvió a mirar, y se lo metió en la boca, todo lo profundamente que pudo, lo hizo un par de veces y luego empezó a lamérmela desde su base hasta el glande, lentamente, haciendo que brillase por acción de su saliva, mientras lo hacía jugueteaba con sus pezones que es algo que me pone muchísimo. Después de unos minutos así, se dirigió a la cabeza de mi polla y empezó a lamerla y succionarla, mis gemidos no tardaron en aparecer, cada gemido mío, hacía que Carmen lo hiciera con más ganas, cada vez lamía más rápido, marcaba el glande con sus labios y jugaba con su lengua, no sería capaz de aguantar mucho más si seguía chupándomela así, mis manos se agarraban a su cabeza entrelazando mis dedos en su pelo.

Carmen se dio cuenta de que no duraría mucho así. Se puso de pie desabrocho mi camisa y la dejo caer junto a su ropa en el suelo. Me agarro de la polla erecta con la mano y andando delante de mí llegamos a su habitación.

Una vez allí me hizo tumbarme en la cama y quede boca arriba, con mi polla erecta apuntando al techo.

Se subió sobre mí y agarro mi polla con la mano derecha. Colocando la punta en la entrada su húmeda vagina, lentamente, disfrutando cada segundo fue dejándose caer hasta que entró la punta, se paró y estuvo así un momento, desde mi posición veía su cara de vicio, su mirada demostrando placer, (me encanta cuando pone esa cara), esas tetas duras por la excitación, los pezones de punta y ahí parada con los labios del cono abrazando la punta de mi polla que ya estaba dentro de ella. Tras un momento en esa posición empezó a bajar metiéndose poco a poco toda mi polla dentro, queda sentada sobre mí y volvió a parar un momento, notaba que estaba muy adentro de ella y como sin moverse tensaba y soltaba los músculos de su coño apretando y soltando mi polla. Agarré con fuerza las caderas de Carmen. Durante unos segundos permanecimos así, con mi polla totalmente clavada en su interior. Carmen puso sus manos en mi pecho y empezó a moverse, dibujaba círculos pequeños sin sacársela, y cambiaba a movimientos adelante y atrás, en ese momento exclamo a muy poco volumen consciente de que no debía de gritar, un:

- Aaaahhhhhhh, Ufffffff, que ganasssssss tenia

Poco a poco empezó a acelerar los movimientos y empezó a cabalgarme cada vez más enérgicamente. Durante los siguientes minutos mi polla entraba y salía del coño de Carmen al ritmo de su cabalgada, sus tetas se balanceaban al ritmo de sus movimientos, yo seguí agarrándola por las caderas con fuerza mientras disfrutaba viendo a esa mujer totalmente desinhibida y dándose placer a su antojo, saltando hacia arriba y empujando hacia abajo sobre mi polla.

Carmen es una auténtica amazona, y cuando llega a ese grado de excitación los arranques y paradas se suceden sin parar, sus gemidos sonaban muy tenues, mi polla golpeaba en lo más profundo de ella, de repente se lo note en la cara, Una sacudida recorrió su cuerpo de la cabeza a los pies. Como si fuera una descarga eléctrica, el orgasmo la hizo gritar de placer y perder la noción del tiempo durante unos segundos.

Se dejó caer sobre mí, la abracé y estuvimos un rato así, sintiendo la respiración y los latidos el uno del otro, sin mediar ni una sola palabra.

Pasados unos minutos, empuje suavemente a Carmen hacia un lado y cayó sobre la cama a mi lado, en ese momento me incorpore un poco y dándome la vuelta me puse encima de ella, mi polla seguía erecta, ya que yo no me había corrido, en esa posición, comencé a pasarle la punta por toda su raja, de abajo a arriba dando unos golpecitos en su clítoris que estaba muy hinchado. La respiración de Carmen, comenzó a acelerarse, sus pezones volvían a endurecerse, y en ese momento solo abrió la boca para susurrarme al oído:

- Métemela…. Metemela Ya.

Levante un poco mi pelvis y me cogí la polla acercando la punta a la abierta entrada de su húmedo coño. Metí la punta, y apoye los brazos elevando mi torso, sin dejar de mírala a los ojos, en esta posición empecé a empujar lentamente, sin prisas, disfrutando del placer y en la sensación de mi polla entrando hasta el fondo haciendo topar los huevos, sintiéndola en el fondo de su cuerpo, me quede parado ahí un momento y con pequeños movimientos circulares notaba la presión de los músculos vaginales de Carmen, apretando mi polla con deseo. Jugueteábamos con nuestras lenguas, mientras iba aumentando el ritmo de las embestidas, sus tetas se movían al compás. Carmen entonces me abrazo con sus muslos sobre mis caderas y presionó con los pies en mi espalda mientras se mordía los labios y los humedecía, las miradas los suspiros ahogados para que no se oyesen, el vaivén de la cama, cada vez más rápido hacia evidente lo que iba a pasar. Yo me iba a correr y ella no iba a quedarse atrás. Note un estallido en mi interior, y descargué en su interior. Sus gemidos de placer eran cada vez más acelerados y casi al mismo tiempo su cuerpo se tensó, y convulsionó teniendo un orgasmo enorme.

Nos quedamos un rato así, sin hablar, intentando recobrar el aliento. la mire y la vi ahí tumbada con la cara iluminada, rebosante de alegría. Poco después nos dimos cuenta de que el tiempo se nos había pasado volando. Nos levantamos, nos vestimos, la ayude a ordenar la cama, y dejar la casa como si no hubiese pasado nada.

Me acompaño a la puerta e igual de sigilosamente que entre, volví a salir. No sin antes darle un beso de despedida.
 
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