Pajas en el aeropuerto (con compañía)

viajero911

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14 Sep 2023
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Buenas compañeros,

Quería contar una experiencia que me ha pasado este verano. Esta historia es totalmente real.

Por trabajo tengo que viajar muchísimo, y este verano en concreto tuve que estar varios meses en Tailandia, Vietnam y Camboya. Suena bien, pero al haber sido por trabajo he tenido que estar bastante centrado y no he tenido tanta diversión como se podría imaginar a priori. Mi trabajo implica gran movilidad, por lo que he cogido varios vuelos de corta duración, especialmente en Tailandia. La oferta es muy variada y los precios muy económicos, así que lo prefería por comodidad.

Uno de los grandes problemas que hay en los aeropuertos de esta región del sudeste asiático es la puntualidad: brilla por su ausencia. Por ello, he tenido que esperar varias horas en los aeropuertos. Al final, viajando sólo y teniendo novia en España tienes dos opciones: ser infiel o pajearte mucho. Yo pude evitar la tentación de follarme a auténticas preciosidades tailandesas, pero las pajas eran muy frecuentes. Obviamente, el aeropuerto también es una opción fantástica para correrte de vez en cuando.

Así pues, os contaré mi primera experiencia en los baños del aeropuerto. Entré al urinario a mear, aunque un poco morcillón debido a mi sequía sexual. El baño estaba vacío, por lo que decidí no resignarme y me empecé a masturbar poco a poco, sin prisa; al fin y al cabo no había nadie cerca a quién pudiera incomodar. Sin embargo, de repente entró un azafato de una conocida empresa de aviación low cost. Era un chico asiático, delgado, sin barba. No soy homosexual, por lo que no le encontré ningún atractivo en especial. No obstante, en ese momento de calentón me pareció que la situación era muy excitante, incluso teniendo en cuenta la falta de atracción.
El chico, nada más verme, se puso en el urinario más cercano. Obviamente supuse que quería algo más, puesto que había mucho más espacios libres. Él abrió su bragueta y sacó su polla, pequeña y delgada, de una forma muy explícita, como mostrando su intención de tener un poco de diversión. Mi polla, ya empalmada, es de unos 16-17cm. No es una locura, pero comparada con la suya me hizo sentir como aquel que tiene el poder. Por ello, y tras ver su modo de actuación, me separé un poco del urinario para enseñarle mi rabo.

El chico lo miró con mucha atención y deseo. Probablemente había hecho esto en otras ocasiones, pero yo no. Eso me excitó mucho. Entonces vi que el chico se empezaba a masturbar también. Después de mirar a los lados, cerciorándose de que no había nadie alrededor, me preguntó:

-Can I? (Puedo...) mientras me miraba la polla.
-Sure, go for it. (claro, toda tuya). Le respondí.

Después del mínimo intercambio de palabras, el chico metió su fina mano en el hueco entre mis caderas y el urinario y me empezó a pajear. Al sentir el contacto de su mano con mi polla, que en ese momento hervía, el chico soltó un gemido -mitad sorpresa, mitad excitación-, y me siguió pajeando de una forma más agresiva. Siguió así un par de minutos más, hasta que un hombre mayor entró. Ahí paró y volvió a colocar su mano en su propia polla, ya erecta, y seguimos haciendo ver que meábamos. No obstante, era muy evidente que nos había pillado en pleno juego. En principio, creo que mi reacción lógica hubiera sido irme del baño (y creo que la del chico también), pero teníamos tal estado de excitación que mantuvimos la posición original, con la esperanza de que el hombre se fuera pronto.

Cuál fue mi sorpresa cuando vi que el hombre mayor, de unos 80 años, se ponía a mi otro lado. En ese momento me encontraba en el medio, con el chico joven a mi derecha y el hombre mayor a la izquierda. El hombre me miró el rabo, no de forma furtiva, sino que explícitamente, y sonrió. En ese momento yo tenía la polla durísima, con las venas asomando fuertemente. El hombre se bajó la bragueta y dejó ver uno de los mayores rabos que he visto en mi vida, en semi erección. Después de mostrar tal pollón, de unos 22-24 cm a ojo, me susurró:

-Please continue, I would love to see that (Continuad por favor, me encantaría ver eso).

Al decir eso, el chico joven volvió a cogerme la polla y me siguió pajeando. Hizo el amago de agacharse para chupármela, pero le dije que no. Aún siendo una situación muy excitante, en ese momento pensé que eso era demasiado. Además, tenía la impresión de que se me bajaría; al fin y al cabo no tengo atracción por los hombres. El chico me pajeó un par de minutos más y cuando estaba a punto de correrme, el hombre mayor también me cogió el rabo. En ese momento notaba las dos manos, de distintas personas, apretándome la polla y me corrí. Fue una corrida increíble, una explosión de placer como pocas he tenido en mi vida. Estuve echando leche más de 40 segundos, no paraba de brotar. Cuando al final terminé, me dispuse a lavarme las manos y a irme, no sin antes intercambiar más miradas de complicidad con ambos, quienes seguían pajeándose, esta vez mutuamente. Poco después me fui.

Esta historia, como digo al principio del texto, es real. No he dejado de pensar en ello desde que sucedió, incluso hizo replantearme mi sexualidad. Fue una experiencia muy morbosa, en la que se mezclaba el peligro de ser pillado con la curiosidad de lo desconocido. Desde ese día, he pensado en lo interesante que sería tener otra experiencia así en baños públicos.

¿Os han pasado situaciones similares?

Saludos
 
Pues si ,la verdad es que yo estaba de compras con mi mujer en Málaga, y entre a mear y con un urinario de por medio vacío,en el otro había un chico de unos veintitantos,y miradas y tal ..total que se mueve para donde yo estoy y me agarra la polla , que ya estaba morcillona por el.morbo ,y me empieza a pajear..
Yo le imite y estuvimos pajeandonos un ratito el uno al otro hasta que entro alguien,eso nos corto . Eso y que mi mujer estaba fuera esperandome hizo que me marchara. Cuando se lo conte a mi mujer,me dijo que la hubiese mandado un mensaje diciendo lo que pasaba y que ella se habría ido a mirar nas tiendas para hacer tiempo. La verdad es que a mi me pillo de sorpresa la situación y no contemple esa posibilidad.
Mr considero bi, y me gustan las pollas y algun culo masculino me he follado.
 
Entré un día en unos servicios de la T2, y por la sombra que generaba la iluminación se veía la sombra de un tío (el brazo y se adivinaba la sombra de la polla) haciéndose una paja en la cabina de al lado.
Me puse cachondo al instante, y no se me ocurrió decir otra cosa que ¿te ayudo?. Al instante se paro la paja, oí como se abría su puerta y al momento llamaba a la mía. Le abrí, no dudé ni un instante, y se me metió dentro un tío de mas o menos mi edad, unos 60 tacos.
Se saco la polla, durísima, y me la puso en la mano. Se la comencé a pajear mientras él me sobaba el paquete e intentaba morrearme . Enseguida se pegó una corrida de impresión, que salpicó toda la cabina. Me preguntó si quería correrme, y claro, uno que no es de piedra, le dije que si. Me saque la polla, y cuando esperaba que me hiciera una paja, se agacho y me la comió hasta los huevos. Con el calentón que llevaba no tardé nada en llenarle de leche toda la boca y la camisa.
Nos metimos las pollas, y lo mejor vino al salir de la cabina. Unos chavales se habían enterado de todo y al salir nos guiñaron los ojos, levantando los pulgares en signo de victoria. Una pena que fuera allí, en el aeropuerto, que si hubiera sido en un sitio mas tranquilo y con tiempo no sé como hubiera acabado la juerga.
En fin, una excitante anécdota para recordar con morbo y satisfacción
 
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