MARORI69
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Hola, mi nombre es Ángel, tengo 42 años, 1,80 de estatura y unos 76 kg de peso. Lejos de estar “cachas”, estoy bastante bien, me cuido todo lo que puedo, pero menos de lo que debo, y hago todo el deporte que mi trabajo y mi familia me permite. Estoy casado en segundas nupcias con Noemí, y tenemos un peque de 6 años en común. La historia que voy a relatar sucedió con mi anterior esposa, María, en Nochevieja de 2006, y supuso el principio del fin de mi anterior matrimonio, aunque la experiencia fue plenamente satisfactoria, al menos para ella.
María y yo llevamos juntos media vida. Empezamos a salir a los 18 años y nos casamos con 29, ya casi porque era lo que todo el mundo esperaba, y por cambiar un poco nuestras vidas. Las largas sesiones de sexo juvenil, todos los días, a cualquier hora y en cualquier sitio, fueron menguando con el tiempo. La pasión se fue disipando hasta caer en el aburrimiento y la monotonía del matrimonio, llegando a pasar semanas enteras sin hacerlo. Hubo alguna aventura, por mi parte, sin importancia, solo sexo espontaneo, en alguna escapada de trabajo o alguna convención fuera de mi ciudad. Por parte de María, no se si hubo alguien a ciencia cierta, tuve mis sospechas, pero nunca pude confirmar nada. Lo cierto es, que a esas alturas, tampoco me importaba mucho, la verdad.
María mide sobre 1,70, y pesa unos 55 kg, suele llevar el pelo corto, teñido de castaño claro, y gasta una talla 95 C de sujetador, unas buenas tetas la verdad, aunque el paso del tiempo ya se hace notar. Intentamos ser padres en varias ocasiones, pero la cosa no acaba de funcionar, y tampoco le dimos mayor importancia al tema, lo cierto que ya con treinta y pico años, nos daba hasta pereza ser padres ahora. Hubo un par de ocasiones, de hay mis sospechas de que hubiera tenido algún lio, que después de semanas sin sexo, una noche, de repente, se desataba y me follaba como si la vida le fuera en ello, y se repetía varias noches, hasta que a los pocos días le venía la regla, y se acababa el sexo. Eso paso dos veces, y yo llegué a sospechar, que se había liado con alguien, sin tomar precauciones, y tenía un retraso en la regla, por lo que me follaba a mí, por si acaso estaba embarazada, tener una coartada. Nunca supe si fue así, o eran paranoias mías, pero lo cierto es que nunca lo hablamos.
Llegaron las navidades de 2006 y planeamos la Nochevieja en una casa rural con varios amigos y amigas. Era la primera vez que las pasábamos fuera de la familia, y pensamos que a la relación le vendría muy bien.
Después de la cena, varias botellas de vino, copas y chupitos, dieron las campanadas. Estábamos todos bastante “alegres” y desinhibidos. Del grupo 2 parejas y las dos chicas que venían solas, que no bebían alcohol, decidieron bajar al pueblo en busca de algún local para bailar. El resto nos quedamos en la cabaña.
Estábamos María, mi mujer, Rafa, un compañero de trabajo mío, Moises, también compañero, y que era demasiado “servicial” siempre con las parejas de los demás, y al que las tias del grupo, siempre le revoloteaban, Asun, la pareja de Rafa, y Alex, amigo de la infancia de María y posteriormente mío.
Seguimos bebiendo y decidimos jugar al poker. Para animarlo un poco, apostamos prendas. En menos de una hora, estábamos casi todos medio desnudos. María iba perdiendo, solo le quedaba el pequeño tanga rojo puesto, y las miradas de todos se perdían descaradamente en sus tetas y su hermoso culo. Por su parte, Asun, aún llevaba el sujetador y el tanga. Estaba muy buena, pero no era tan voluptuosa como María. En la siguiente mano, María volvió a perder y quedó desnuda por completo. Nadie se cortaba ya en mirarla. Rafa incluso, se llevo la mano al paquete y se tocaba sin ningún disimulo, a pesar de estar su pareja allí también.
*Me niego a ser la perdedora, dijo María. Dejarme seguir jugando, si vuelvo a perder, yo seré la prenda.
Rafa, Moisés y Alex, me miraron un poco asombrados, como pidiendo mi aprobación, yo solo me encogí de hombros.
*De acuerdo, dijeron los tres, casi al unísono
Asun me miró con extraño brillo en los ojos y me sonrió.
Seguimos jugando. Asun perdió el sujetador, dejando unas pequeñas pero duras tetas al descubierto. Unos oscuros y erizados pezones, uno de ellos atravesado por un piercing, me apuntaban de frente, provocadores y exultantes. La imagen de mi boca mordiéndolos, provocó una buena erección en mi entrepierna.
Después, Moisés perdió su mano y quedó en calzoncillos, también estaba empalmado y no quitaba ojo de María, que se la veía disfrutar poniendo cachondos a 4 tíos a la vez. La siguiente, la perdí yo. Parecía que María se iba a salvar, pero perdió la última mano, cuando pensó que yo iba de farol, y llevaba una escalera de color
*Bien, aquí tenéis vuestra prenda, y diciendo esto, se puso en pié en medio de la habitación y giro sobre si misma, mostrando su cuerpo a todos.
*Ven y chúpame la polla, dijo Alex, mientras se quitaba la poca ropa que le quedaba.
María se arrodillo frente a el y comenzó a mamarle la polla. Al momento, Rafa y Moisés se acercaron con sus miembros totalmente erectos y se unieron a la fiesta. María pasaba de una polla a otra sin cesar, mientras pajeaba las otras dos que quedaban libres. Asun de quito el tanga y se tocaba mientras miraba la escena. Me acabó de poner cachondo, me acerque a ella y me tomo la polla con la mano, acercándola a su boca, para tragarla golosamente. Mientras, el grupo, había cambiado de posición. María estaba tumbada en la mesa con la cabeza colgando. La polla de Rafa le follaba la boca hasta la garganta, y Moisés y Alex se turnaban entre sus piernas para follarla. Asun y yo nos acercamos a la mesa. Se subió encima, de rodillas, y acerco su boca a l coño de María, dejándome su conejito depilado a la altura justa para follarmelo. Lo hice sin miramientos. Acerque mi glande a él y poco a poco lo fui introduciendo hasta el fondo. Era deliciosamente estrecho y cálido. Mientras me la follaba, lamia el clítoris de María, que tuvo un sonoro orgasmo, ahogado por la polla de Rafa en su boca, que descargo una buena cantidad de semen en su garganta, aferrado fuertemente a sus tetas.
Moises se tumbo en el suelo y subió a María sobre el, ensartándola de nuevo hasta el fondo. Viendo esa postura me acerque a ellos, Alex, se puso de frente para que María le chupase la polla, y yo me dispuse a perforarle el culo, que tanta veces había intentado poseer. Intento zafarse al ver mis intenciones, pero le fue imposible. Moisés la sujetaba fuerte por la cintura, follandole muy duro, y Alex le tenía la cabeza bien sujeta, metiendo su miembro mas allá de la garganta de esta. Tras lubricar todo lo posible con saliva y dilatar con varios dedos, el esfínter se fue relajando y mi glande por fin venció la resistencia de aquel culo, que ahora se abría por primera vez para mí. Empecé muy suave, pero tras correrse Alex y dejar su boca libre, empezó a jadear y gritar como una posesa
*Me voy a correr otra vez, me vais a romper, follarme más fuerte, si, si, si, rómpeme el culo hijo de puta, gritaba, fuera de si
Aquella manera de comportarse, como una autentica zorra, y la estrechez de su culo, hizo que tardara poco en correrme abundantemente dentro de ella. Moisés y María se corrían al poco rato casi al unísono. Rafa, al que su mujer le había estado chupando la polla hasta dejarlo en forma de nuevo, colocó el culo de María frente a él y comenzó a metérsela por detrás. No le fue difícil, pues estaba bastante dilatada aun, y los restos de mi corrida le facilitaban la labor. Alex, plenamente recuperado, estaba en uno de los sofás follandose a Asun, mientras se la chupaba a Moises. Mi polla parecía tener vida propia, porque poco a poco volvió ponerse dura como una piedra en escasos minutos. Para ese momento Alex había dejado a Asun y con Rafa tumbado y ensartando el coño de María, empezó a follarsela por el culo también. Moises en plena forma, sea cerco a metérsela en la boca. Yo aproveche a acercarme a Asun, me senté en el sofá, y ella sobre mi, dándome la espalda, se fue metiendo mi polla dentro. Desde detrás le atrape los pezones, que estiraba y retorcía mientras mirábamos la escena de la mesa, con mi mujer tomada por todos sus agujeros y follando como una loca fuera de si. Asun me cabalgaba expertamente y nos corrimos a la vez los dos. Fue uno de los mejores polvos de mi vida. Nos besamos y nos fuimos a una habitación, dejando a los otros cuatro follando como locos. Nos duchamos y nos metimos en la cama. Por la mañana, hicimos el amor, no follamos, lentamente, con pasión y cariño, despacio, deleitándonos el uno con el otro, y tuvimos un orgasmo simultáneo de nuevo. Fue perfecto. Me beso y sin decir palabra, se fue del cuarto. En el salón, los cuerpos de Moisés, Alex y Rafa, estaban tendidos alrededor de María, que ofrecía un grotesco aspecto, con semen reseco por todo su cuerpo, mezclado con el sudor de los cuerpos. Me fui a la ducha, recogí mis cosas e hice la maleta. Deje una carta de despedida sobre la mesilla de nuestro cuarto, y me marche a casa.
15 días después me marche definitivamente de la ciudad, a una oficina que mi empresa tenía a mas de 800 km de distancia, ya con los papeles del divorcio firmados.
Nunca mas volví a ver a mis “amigos” ni a María, pero aun tengo relación por redes sociales con Asun. A Noemí jamás le conté nada de cómo fue el final de mi matrimonio anterior
FIN
María y yo llevamos juntos media vida. Empezamos a salir a los 18 años y nos casamos con 29, ya casi porque era lo que todo el mundo esperaba, y por cambiar un poco nuestras vidas. Las largas sesiones de sexo juvenil, todos los días, a cualquier hora y en cualquier sitio, fueron menguando con el tiempo. La pasión se fue disipando hasta caer en el aburrimiento y la monotonía del matrimonio, llegando a pasar semanas enteras sin hacerlo. Hubo alguna aventura, por mi parte, sin importancia, solo sexo espontaneo, en alguna escapada de trabajo o alguna convención fuera de mi ciudad. Por parte de María, no se si hubo alguien a ciencia cierta, tuve mis sospechas, pero nunca pude confirmar nada. Lo cierto es, que a esas alturas, tampoco me importaba mucho, la verdad.
María mide sobre 1,70, y pesa unos 55 kg, suele llevar el pelo corto, teñido de castaño claro, y gasta una talla 95 C de sujetador, unas buenas tetas la verdad, aunque el paso del tiempo ya se hace notar. Intentamos ser padres en varias ocasiones, pero la cosa no acaba de funcionar, y tampoco le dimos mayor importancia al tema, lo cierto que ya con treinta y pico años, nos daba hasta pereza ser padres ahora. Hubo un par de ocasiones, de hay mis sospechas de que hubiera tenido algún lio, que después de semanas sin sexo, una noche, de repente, se desataba y me follaba como si la vida le fuera en ello, y se repetía varias noches, hasta que a los pocos días le venía la regla, y se acababa el sexo. Eso paso dos veces, y yo llegué a sospechar, que se había liado con alguien, sin tomar precauciones, y tenía un retraso en la regla, por lo que me follaba a mí, por si acaso estaba embarazada, tener una coartada. Nunca supe si fue así, o eran paranoias mías, pero lo cierto es que nunca lo hablamos.
Llegaron las navidades de 2006 y planeamos la Nochevieja en una casa rural con varios amigos y amigas. Era la primera vez que las pasábamos fuera de la familia, y pensamos que a la relación le vendría muy bien.
Después de la cena, varias botellas de vino, copas y chupitos, dieron las campanadas. Estábamos todos bastante “alegres” y desinhibidos. Del grupo 2 parejas y las dos chicas que venían solas, que no bebían alcohol, decidieron bajar al pueblo en busca de algún local para bailar. El resto nos quedamos en la cabaña.
Estábamos María, mi mujer, Rafa, un compañero de trabajo mío, Moises, también compañero, y que era demasiado “servicial” siempre con las parejas de los demás, y al que las tias del grupo, siempre le revoloteaban, Asun, la pareja de Rafa, y Alex, amigo de la infancia de María y posteriormente mío.
Seguimos bebiendo y decidimos jugar al poker. Para animarlo un poco, apostamos prendas. En menos de una hora, estábamos casi todos medio desnudos. María iba perdiendo, solo le quedaba el pequeño tanga rojo puesto, y las miradas de todos se perdían descaradamente en sus tetas y su hermoso culo. Por su parte, Asun, aún llevaba el sujetador y el tanga. Estaba muy buena, pero no era tan voluptuosa como María. En la siguiente mano, María volvió a perder y quedó desnuda por completo. Nadie se cortaba ya en mirarla. Rafa incluso, se llevo la mano al paquete y se tocaba sin ningún disimulo, a pesar de estar su pareja allí también.
*Me niego a ser la perdedora, dijo María. Dejarme seguir jugando, si vuelvo a perder, yo seré la prenda.
Rafa, Moisés y Alex, me miraron un poco asombrados, como pidiendo mi aprobación, yo solo me encogí de hombros.
*De acuerdo, dijeron los tres, casi al unísono
Asun me miró con extraño brillo en los ojos y me sonrió.
Seguimos jugando. Asun perdió el sujetador, dejando unas pequeñas pero duras tetas al descubierto. Unos oscuros y erizados pezones, uno de ellos atravesado por un piercing, me apuntaban de frente, provocadores y exultantes. La imagen de mi boca mordiéndolos, provocó una buena erección en mi entrepierna.
Después, Moisés perdió su mano y quedó en calzoncillos, también estaba empalmado y no quitaba ojo de María, que se la veía disfrutar poniendo cachondos a 4 tíos a la vez. La siguiente, la perdí yo. Parecía que María se iba a salvar, pero perdió la última mano, cuando pensó que yo iba de farol, y llevaba una escalera de color
*Bien, aquí tenéis vuestra prenda, y diciendo esto, se puso en pié en medio de la habitación y giro sobre si misma, mostrando su cuerpo a todos.
*Ven y chúpame la polla, dijo Alex, mientras se quitaba la poca ropa que le quedaba.
María se arrodillo frente a el y comenzó a mamarle la polla. Al momento, Rafa y Moisés se acercaron con sus miembros totalmente erectos y se unieron a la fiesta. María pasaba de una polla a otra sin cesar, mientras pajeaba las otras dos que quedaban libres. Asun de quito el tanga y se tocaba mientras miraba la escena. Me acabó de poner cachondo, me acerque a ella y me tomo la polla con la mano, acercándola a su boca, para tragarla golosamente. Mientras, el grupo, había cambiado de posición. María estaba tumbada en la mesa con la cabeza colgando. La polla de Rafa le follaba la boca hasta la garganta, y Moisés y Alex se turnaban entre sus piernas para follarla. Asun y yo nos acercamos a la mesa. Se subió encima, de rodillas, y acerco su boca a l coño de María, dejándome su conejito depilado a la altura justa para follarmelo. Lo hice sin miramientos. Acerque mi glande a él y poco a poco lo fui introduciendo hasta el fondo. Era deliciosamente estrecho y cálido. Mientras me la follaba, lamia el clítoris de María, que tuvo un sonoro orgasmo, ahogado por la polla de Rafa en su boca, que descargo una buena cantidad de semen en su garganta, aferrado fuertemente a sus tetas.
Moises se tumbo en el suelo y subió a María sobre el, ensartándola de nuevo hasta el fondo. Viendo esa postura me acerque a ellos, Alex, se puso de frente para que María le chupase la polla, y yo me dispuse a perforarle el culo, que tanta veces había intentado poseer. Intento zafarse al ver mis intenciones, pero le fue imposible. Moisés la sujetaba fuerte por la cintura, follandole muy duro, y Alex le tenía la cabeza bien sujeta, metiendo su miembro mas allá de la garganta de esta. Tras lubricar todo lo posible con saliva y dilatar con varios dedos, el esfínter se fue relajando y mi glande por fin venció la resistencia de aquel culo, que ahora se abría por primera vez para mí. Empecé muy suave, pero tras correrse Alex y dejar su boca libre, empezó a jadear y gritar como una posesa
*Me voy a correr otra vez, me vais a romper, follarme más fuerte, si, si, si, rómpeme el culo hijo de puta, gritaba, fuera de si
Aquella manera de comportarse, como una autentica zorra, y la estrechez de su culo, hizo que tardara poco en correrme abundantemente dentro de ella. Moisés y María se corrían al poco rato casi al unísono. Rafa, al que su mujer le había estado chupando la polla hasta dejarlo en forma de nuevo, colocó el culo de María frente a él y comenzó a metérsela por detrás. No le fue difícil, pues estaba bastante dilatada aun, y los restos de mi corrida le facilitaban la labor. Alex, plenamente recuperado, estaba en uno de los sofás follandose a Asun, mientras se la chupaba a Moises. Mi polla parecía tener vida propia, porque poco a poco volvió ponerse dura como una piedra en escasos minutos. Para ese momento Alex había dejado a Asun y con Rafa tumbado y ensartando el coño de María, empezó a follarsela por el culo también. Moises en plena forma, sea cerco a metérsela en la boca. Yo aproveche a acercarme a Asun, me senté en el sofá, y ella sobre mi, dándome la espalda, se fue metiendo mi polla dentro. Desde detrás le atrape los pezones, que estiraba y retorcía mientras mirábamos la escena de la mesa, con mi mujer tomada por todos sus agujeros y follando como una loca fuera de si. Asun me cabalgaba expertamente y nos corrimos a la vez los dos. Fue uno de los mejores polvos de mi vida. Nos besamos y nos fuimos a una habitación, dejando a los otros cuatro follando como locos. Nos duchamos y nos metimos en la cama. Por la mañana, hicimos el amor, no follamos, lentamente, con pasión y cariño, despacio, deleitándonos el uno con el otro, y tuvimos un orgasmo simultáneo de nuevo. Fue perfecto. Me beso y sin decir palabra, se fue del cuarto. En el salón, los cuerpos de Moisés, Alex y Rafa, estaban tendidos alrededor de María, que ofrecía un grotesco aspecto, con semen reseco por todo su cuerpo, mezclado con el sudor de los cuerpos. Me fui a la ducha, recogí mis cosas e hice la maleta. Deje una carta de despedida sobre la mesilla de nuestro cuarto, y me marche a casa.
15 días después me marche definitivamente de la ciudad, a una oficina que mi empresa tenía a mas de 800 km de distancia, ya con los papeles del divorcio firmados.
Nunca mas volví a ver a mis “amigos” ni a María, pero aun tengo relación por redes sociales con Asun. A Noemí jamás le conté nada de cómo fue el final de mi matrimonio anterior
FIN