Nos conocimos a través de un programa de de TV de esos que de madrugada emiten anuncios de contactos se sexuales, en ese tiempo yo tenía 35 años y he de decir que las mujeres siempre me han gustado maduritas.
Ella me contacto, me dijo que tenía 50 años y estuvimos hablando varios dias hasta que decidimos quedar.
El día que quedamos la fui a recoger directamente desde el trabajo al lugar donde habíamos quedado en Alcobendas, se presentó una mujer espectacular, era una brasileña pequeñita mulatita, no daba crédito siendo yo un tipo bastante normal y tirando a feo como siempre digo.
No dimos un beso de presentación y fué rápidamente al grano, dijo que quería follar, pues sin problema la dije, fuimos a un descampado cerca de Las Tablas.
Pasamos a los asientos de atrás y rápidamente empezó a desabrocharme la camisa y a comerme mis pezones, siguió bajando hacia abajo, imaginad ya como estaba mi miembro, cuando me desabrochó el pantalón y sacó mi pene me miró y se sonrió.
-Cariño ese caramelo lo tengo que probar.
Agarró mi pene y empezó a jugar con el glande, tengo que decir que lo tengo cabezón jejeje, luego continuó mamando hasta el fondo, yo estaba como loco de placer, la tuve que decir que parara si no quería que me corriera.
-Ahora me toca a mi-le dije.
La senté sobre el asiento y empezé a quitarle su jersey, le desabroché el sujetador y encontré unos pechos maravillosos y grandes, me encantan los pechos grandes, empecé a chuparselos y a comer sus pezones, notaba como estos se endurecían y crecían en mi boca, ella iba soltando gemidos de placer.
Continúe bajando y le desabroché el pantalón, llevaba un tanga negro con transparencias a juego con el sujetador, se lo aparte y empecé a comerle su conejito depilado, mmm notaba toda su humedad y calidez en mi boca, ella tenía de placer ye dijo:
-Quiero tu polla dentro de mí, pero quiero ser yo quien te folle.
Me senté en el asiento y ella cogió mi polla y la llevo hacia su conejito, empezó a cabalgar sobre mi como una amazona, yo tenía sus maravillosas tetas a la altura de mi cara y me deleitaba comiéndoselas, mi polla entraba y salía sin dificultad de lo lubricada que estaba ella.
Se corrió sobre mí y note todos sus flujos resbalando sobre mi polla.
Cómo no me había corrido yo me dijo:
-Voy a comértela hasta que descargues en mi boca.
Dicho y hecho, se puso manos a la obra con mi pene, es la mejor mamada que he tenido hasta ahora.
Me corrí es su boca, fué tal la cantidad que le resbalaba por la comisura de los labios.
Nos besamos con avidez y me dijo que me tenía que decir algo.
-Te he engañado, no tengo 50 años, tengo 56.
Me reí y la dije que no me importaba, que me encantaban las maduritas.
Nos vimos varias veces más y fué siempre muy placentero.
Ahora tengo 51 años y me siguen encantado las maduritas, así que ya sabéis, estoy a vuestro servicio.
Espero que os haya gustado lo que me sucedió.
Siempre estoy dispuesto a repetirlo.
Ella me contacto, me dijo que tenía 50 años y estuvimos hablando varios dias hasta que decidimos quedar.
El día que quedamos la fui a recoger directamente desde el trabajo al lugar donde habíamos quedado en Alcobendas, se presentó una mujer espectacular, era una brasileña pequeñita mulatita, no daba crédito siendo yo un tipo bastante normal y tirando a feo como siempre digo.
No dimos un beso de presentación y fué rápidamente al grano, dijo que quería follar, pues sin problema la dije, fuimos a un descampado cerca de Las Tablas.
Pasamos a los asientos de atrás y rápidamente empezó a desabrocharme la camisa y a comerme mis pezones, siguió bajando hacia abajo, imaginad ya como estaba mi miembro, cuando me desabrochó el pantalón y sacó mi pene me miró y se sonrió.
-Cariño ese caramelo lo tengo que probar.
Agarró mi pene y empezó a jugar con el glande, tengo que decir que lo tengo cabezón jejeje, luego continuó mamando hasta el fondo, yo estaba como loco de placer, la tuve que decir que parara si no quería que me corriera.
-Ahora me toca a mi-le dije.
La senté sobre el asiento y empezé a quitarle su jersey, le desabroché el sujetador y encontré unos pechos maravillosos y grandes, me encantan los pechos grandes, empecé a chuparselos y a comer sus pezones, notaba como estos se endurecían y crecían en mi boca, ella iba soltando gemidos de placer.
Continúe bajando y le desabroché el pantalón, llevaba un tanga negro con transparencias a juego con el sujetador, se lo aparte y empecé a comerle su conejito depilado, mmm notaba toda su humedad y calidez en mi boca, ella tenía de placer ye dijo:
-Quiero tu polla dentro de mí, pero quiero ser yo quien te folle.
Me senté en el asiento y ella cogió mi polla y la llevo hacia su conejito, empezó a cabalgar sobre mi como una amazona, yo tenía sus maravillosas tetas a la altura de mi cara y me deleitaba comiéndoselas, mi polla entraba y salía sin dificultad de lo lubricada que estaba ella.
Se corrió sobre mí y note todos sus flujos resbalando sobre mi polla.
Cómo no me había corrido yo me dijo:
-Voy a comértela hasta que descargues en mi boca.
Dicho y hecho, se puso manos a la obra con mi pene, es la mejor mamada que he tenido hasta ahora.
Me corrí es su boca, fué tal la cantidad que le resbalaba por la comisura de los labios.
Nos besamos con avidez y me dijo que me tenía que decir algo.
-Te he engañado, no tengo 50 años, tengo 56.
Me reí y la dije que no me importaba, que me encantaban las maduritas.
Nos vimos varias veces más y fué siempre muy placentero.
Ahora tengo 51 años y me siguen encantado las maduritas, así que ya sabéis, estoy a vuestro servicio.
Espero que os haya gustado lo que me sucedió.
Siempre estoy dispuesto a repetirlo.