Cuando me lo contaba mi mujer, me confesó que estaba muy nerviosa, pero también excitada. Con 26 años aún no había tenido relaciones sexuales y tenía ganas y sentirse usada y dominada la excitaba aún más. Así que obedeció y se metió en el bar, fue al baño y se quitó la ropa interior. Luego tuvo que atravesar todo el bar sólo con el vestido puesto y el sujetador y las bragas en la mano. Al llegar a la mesa, el tío la dijo que las dejase sobre la mesa y así estuvieron un rato, con el camarero sirviendo y todo. Él la volvió a comentar los pormenores del trato y que si estaba convencida del todo y empezar esa vida, que lo confirmara con un sí amo. Y así lo hizo ella.