Las Citas de Gemma

Darko6996

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Con 45 años y después de demasiado tiempo casada, con una hija ya adolescente, llego el momento de hacer un gran cambio, ese cambio, seria separarme de mi marido.



Me quedé viviendo con mi hija, en nuestra casa del centro de Madrid, y durante un tiempo estuve tranquila, sin ningunas ganas de líos con tíos.



Mi actividad sexual con Pablo, no era muy fluida, y se limitaba al sexo convencional, si que se la chupaba de vez en cuando, pero por ejemplo muy rara vez le deje tener sexo anal, aunque el tampoco parecía muy entusiasmado con tenerlo.

Tampoco es que tuviésemos mucha imaginación en cuanto a posturas, situaciones, o morbosidades, y a mi sinceramente, me parecía que me faltaba algo, y poco a poco me fui apagando y dando por bueno lo que teníamos sin saber que había un mudo más allá de lo convencional que estaba apunto de descubrir.



Me llamo Gemma, y trabajo como estilista para una empresa de comunicación, y aunque me centre bastante en mi trabajo durante un periodo después de la mi separación, animada por los consejos de mi sobrina, que tenia mas vida sexual que yo, me cree un perfil en una AP famosa de citas.



Al principio no me arrancaba, y junto con mi sobrina veíamos los perfiles de los posibles candidatos entre risas y mientras tomábamos unas cervezas.



-Tía, tienes que desinhibirte, y dejarte llevar, haz lo que te apetezca, prueba todo aquello que siempre te dio morbo y con Pablo no te atreviste hacer, la vida es corta y tienes que disfrutar al máximo-me decía mi sobrina q mientras una tarde que me contaba que había estado follando con uno el mismo día que lo conoció, y que había quedado esa noche con otro y que pensaba follarselo también.



Decidí darle un like a uno que tenia muy buena pinta, y ayudada por ella, empezamos a chatear, al principio de forma muy normal, pero la cabrona de Mónica, me cogió el móvil, y no dudo en subir el tono de la conversación, dejaba así claro que lo que buscaba era un rollo sin más, seguimos hablando durante la semana, y empecé a cogerle el puntillo a esto de chatear y de ser atrevida, incluso intercambiamos algunas fotos un poco sugerentes, luego hablamos de gustos sexuales, a lo que yo confese que estaba un poco oxidada pero con ganas de probar “cosas” nuevas, nuestro chat continuo con mas morbo y cada vez subiendo mas de tono, sinceramente no me podía cree que estuviese haciendo algo asi, pero dentro de mi, despertaba una sensación de querer descubrir nuevas experiencias, y mas de una vez me masturbe pensando en una cita con Mario.



Mario vivía en la urbanización Fuente el Fresno, separado, cerca de 50 años, no me dijo la edad real creo, trabajaba en banca, y vivía en un chalet con uno de sus hijos.



En algo más de una semana (nos conocimos un martes) ya estaba lista para dar el paso de una primera cita con un descocido, y quedamos para el miércoles siguiente a comer.

Ya que el ese salía antes de trabajar y yo tenía disponibilidad en el trabajo.



Monica, mi sobrina me ayudo a elegir mi outfit, sobre todo en cuanto ropa interior, recomendándome un bonito liguero negro con lacitos, unas medias negras con blonda, y una brasileña de encaje que me compre para esa noche especialmente, y un sujetador a juego, semitransparente.



-Esto es una locura, me estoy vistiendo como una puta para una primera cita.



-No tía, te estas vistiendo para sentirte a gusto y para disfrutar de lo que pueda pasar, mírate-me decía mientras mi imagen con ese conjunto se reflejaba en el espejo subida en mis tacones – estas espectacular, y es lo que te tiene que importar, tu haz lo que quieras, deja que tus deseos afloren y no tengas remordimientos y taboos.



Mi cuerpo, aunque no tan escultural como el de mi sobrina, que se llevaba a los tíos de calle, tenia un aspecto más que aceptable.

Mido 1,65 de peso (me lo reservo) estoy bastante bien, un poco ancha de caderas, pero con un culo que se mantiene todavía firme.

Si tengo que destacar algo son mis piernas, finas, y muy tonificadas, es algo de lo que me siento orgullosa. Mi pecho no es demasiado generoso, pero no estoy plana, y con ese sujetador, parecía incluso mas de lo que realmente tengo.

Cubrí mi cuerpo con un vestido negro, con un largo a media con una abertura que según como me sentase, podía descubrí parte de la blonda y el liguero.



Ese mes de noviembre no había llegado especialmente frio, pero ese sábado se despertó especialmente frio. Decidimos conocernos en el Plaza Norte de San Sebastián de los reyes, tomar algo informal, y después…. así, tal cual lo planeamos, digamos que los dos los teníamos muy claro, y las conversaciones y fotos que habíamos intercambiado, no daban lugar a duda.

Aunque directamente no habíamos mencionado en ningún momento lo de follar, digamos que entre líneas y entre dos personas adultas, se entendía muy bien lo que queríamos.



Llegue en taxi, no tengo carnet ni coche, claro, y cuando llegue al punto acordado, la puerta de fnac, allí estaba esperando.



Vestía informal, pero con clase. Unos vaqueros de marca, zapatos, una camisa de rayas azules finas, y una chaqueta color beig que le daba un toque elegante.

Su pelo, aunque canoso, era abundante, peinado hacia atrás, y muy bien arreglado.

Su cara limpia, sin barba ni perilla, muy bien afeitado. Ojos negros como los míos, y una sonrisa que me derretía.

Cuando me acerque para darle dos besos, pude comprobar lo bien que olía, y en ese momento se me despejaron todas las dudas y inseguridades que podía albergar, era un hombre perfecto para lo que podría pasar esa tarde, había acertado.



Nos presentamos, y la conversación fue muy jovial, tomamos primero unas cervezas y luego pasamos a comer a la Tagliatella. Con un vinito lambrusco y a medida que íbamos avanzando también íbamos haciendo comentarios mas picantes, ayudados en parte por la que ya habíamos inciado en nuestros chats.

Después de pagar la cuenta (pago el) y justo cuando me ayudaba a ponerme el abrigo, me giro y me planto un beso, al que yo respondí sin oponer resistencia, su lengua se enredaba con la mía, mis manos agarraban su nuca y las suyas, por lo menos una bajo por mi cintura hasta el inicio de mi culo, para recorrerlo de forma elegante sin parecer demasiado lascivo.



Pasemos por los pasillos del centro comercial, a ser un día entre semana no había demasiada gente, y me dijo que me probarse algo de ropa.

No se muy bien si fue una sugerencia o una orden, el caso es que me gusto la idea de ponerme algo que el eligiese para mi.



Entramos en un conocida tienda, en la que apenas había 2 chicas mirando ropa, y las dependientas.



-Que te gustaría que me probase?

Eligio un vestido de fiesta, muy sugerente, en color gris, la parte arriba era de encaje, y jugaba con las trasparencias, al llevar la espalda descubierta, era evidente que había que llevarlos sin sujetador, lo que le daba un toque mas provocativo. La parte de abajo, aunque larga y con vuelo, llevaba una abertura incluso mas atrevida que el que llevaba yo en ese momento.



Entramos en los probadores, y confieso que me sentía un poco nerviosa por esa faceta exhibicionista mía, pero a la vez alagada de que quisiese verme con ese vestido.



Los probadores eran de cortinas opacas, y nos dirigimos al fondo, y los del principio había unas chicas probándose.



Muy caballerosamente me sujeto el abrigo, mientras yo entre y el se quedo sentado en el probador de enfrente dispuesto como si eso fuese un pase de modelos.



El vestido era una fantasía y me queda como un guante, los zapatos de tacones que llevaba ayudaba a realzar mas si cabe mi figura. La parte delantera, al ser de encaje, estaba pensada para cubrir de forma insinuante justo la parte mas delicada del pecho y poder lucirlo sin sujetador dejando la imaginación y algo mas para deleite de las miradas. Yo me deje el sujetador.



Abrí la cortina y Mario se levanto dejando mi abrigo en el otro probador, se acerco a mi, yo me gire para mirarme al espejo, dándole la espalda mientras se acercaba y me dijo.



-Estas impresionante, parece que está cortado especialmente para tu cuerpo-mientras sus manos se posaban en mis caderas, sus labios acariciaban suavemente mi cuello, una mano se deslizo de mi cadera hacia mi muslo y subió hacia mi entrepierna, Yo me dejaba llevar y me gire un poco para poder encontrarme con sus labios y un beso húmedo-Pero este vestido para lucirlo realmente como se debe, debe llevarse sin el sujetador-dijo de forma picara



Me di la vuelta y le sonreí también de forma picara, y con una mirada que ni yo misma me concia



-Quieres verme sin el sujetador mmmmm



No dijo nada, se retiro al otro probador, se sentó dispuesto a contemplar el espectáculo.



Yo alce la mano para cerrar la cortina, con mi mirada lasciva clavada en sus ojos, y me hizo un simple gesto como desautorizándome ha realizar dicha acción.



Entendí perfectamente lo que quería, y aunque simplemente podía haber bajado la cremallera y dejar caer la parte delantera, decidí sacarme completamente el vestido, dejándole contemplar mi conjunto interior.



En los probadores de la entrada se escuchaba a las adolescentes hablando sobre como les queda esto o lo otro, pero tanto Mario como yo, aunque sin cortina que nos tapase, estábamos recluidos en el interior de los mismos.

Yo estaba de espaldas a Mario, pero le veía parcialmente por el espejo, al igual que el a mi, me veía por detrás, y la parte frontal en el espejo, desabroche el sujetador, y lo deje caer al suelo, para acto seguido enfundarme el vestido.



Cuando me gire para que me contemplase, puede comprobar como Mario se había sacado la polla y estaba meneándola mientras me miraba, no se había bajado los pantalones, simplemente se la saco por la bragueta.



Se levanto, su poya apuntaba hacia mi probador, y dio unos pasos hacia mi, yo tuve miedo de que las chicas que había en los otros probadores pudieran verlo salir asi, con la polla tiesa cruzando de un probador a otro. Pero a el no pareció preocuparle eso.

Rápidamente se puso a mi lado, y me beso, mientras yo dirigí una de mis manos a su polla que se pegaba contra mi vientre.



-Siéntate-ordeno ayudándome con sus manos sobre mis hombros



Así lo hice, una mezcla de excitación y placer me inundo, sentirme manejada por él, que me diese ordenes, me resulto mas placentero que yo había realizado hasta ahora.



¿¿¿Tendría alma de sumisa??? Nunca lo había pensado pero toda esa situación me estaba poniendo a cien.



No necesito decirme nada más, alce la mirada, como pidiendo su aprobación y comencé a chupar esa polla, lo saboree, recorri con mi lengua cada rincón del tronco de su polla, su glande, su sabor era una delicia, pensé en que cualquiera que quisiese probarse ropa y decidiese ir a los probadores del final nos vería en esa situación, pero eso me excitaba aun mas.



Mi boca chupaba de forma suave al principio, de vez en cuando levantaba la mirada hacia la suya, que miraba fijamente mis ojos, y cada vez fui acelerando mas el ritmo, sabiendo que eso era lo que quería, intente acariciar con una mano la polla a la vez que la chupaba, pero me la aparto dando a entender que solo debia utilizar mi boca.



No recuerdo cuando fue la última vez que mi marido se corrió en mi boca, ahora incluso juraría que no lo hizo nunca, por lo menos de la manera que se corrió Mario, note como su polla se hinchaba, como empezó a bombear, a mover ligeramente las caderas empujando contra mi garganta, síntoma de lo que estaba por llegar.



Me estaba volviendo loca, nunca pensé que hacerle una mamada a casi un desconocido pudiese excitarme tanto, ¿que me estaba pasando?



No tarde en recibir el premio a mi dedicación, si el premio, así lo califico, recibir su liquido caliente en mi boca, me pareció eso, y no dude en seguir chupando y lamiendo para no dejar ni una gota, mientras lo hacía, recordaba los consejos de Monica, sobre que me desinhibiera y hiciese lo que me apeteciera, y eso estaba haciendo.



-Bueno, creo que habar que comprar ese vestido, esta claro que tiene un algo especial, y me encanta como te queda.



Yo le mire, mientras recogía con mis dedos algo de esperma que me caía por la barbilla y lo introducía en mi boca.



-Crees que me lo merezco?



-Bueno, de momento creo que si que te lo mereces, y además, es ideal para una cena con unos amigos que tengo en unos días, y seguro que vas despertar pasiones.



Después pago el vestido, y nos fuimos en su coche a su casa, que estaba cerca.



¿¿Que me aguardaría allí?? Estaba deseando ver que más era capaz de hacer, yo. ¿¿Hasta dónde estaba dispuesta a llegar, era realmente una sumisa todo este tiempo y nunca lo había sabido??
 
No se como se borra un hilo publicado, ni se si se puede.
pero este relato esta mas orientado al tema BDSM por lo que creo que no es el sitio correcto, y lo he publicado de nuevo en el sitio correspondiente.
Perdon
 

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