bown
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- 22 Jul 2023
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Hola. Voy a contar algo que sucedió en mis tiempos de universidad. En aquella época tenía 20 años. Si os gusta, puedo ampliar con otros que me contaron compañeros / colegas sobre la chica porque lo mío fue una mínima parte. De hecho, me enseñaron hasta videos en su época.
Era un día templado de principios de Febrero por la tarde, de esos en los que te tienes que ir quitando capas de ropa. Los exámenes del primer cuatrimestre habian terminado y esa semana tocaban vacaciones justo antes de volver a empezar las clases. Por desgracia para nosotros, nos hicieron ir por parejas al despacho de un profesor duro para entregar un trabajo grupal. Decidimos que iríamos los dos que mejor nos llevábamos con el profe, así que quedamos cerca de la uni.
Al llegar, apareció el chaval con su novia, a la que ya conocía. Ella era una chica de 19 años, no estaba como un palo, pero tampoco rellenita, Se puede decir que del montón, sin unas tetas espectaculares ni poco pecho. Tampoco era guapísima ni fea. Pelo negro, ojos marrones y piel media española.
Entramos al despacho y solo tuvimos que entregar. Como aún quedaba un buen rato para que llegara el resto del grupo y lo celebráramos, el compañero fue al despacho de otro profesor a hablar con él, así que su novia y yo nos quedamos esperando en el pasillo.
Todo estaba vacío y la poca conversación tampoco era muy profunda. Para librarme le dije que iba al baño y ella respondió que también aprovecharía para ir.
Entré al baño desierto y me metí en un inodoro con puerta. Tengo la costumbre de dejar las puertas entreabiertas y esa vez no fue una excepción.
Me dió la sensación de tener a alguien cerca mientras estaba meando, pero terminé. Me giré un poco mientras la guardaba y ví que la chica estaba justo detrás y a un lateral, como embutida. El susto fue bastante grande y dejé inmediatamente lo que estaba haciendo.
- Yo: ¿Qué haces? Sal.
- Ella: Olía fatal en el baño de chicas. No pienso mear allí.
- Yo: Pues busca otro sitio, pero no vengas aquí. - Tratando de subirme los boxer y atándome el pantalón
Entonces, me dió un empujón hacia al lado y bajó la tapa. Se giró tan rápido que ni me dí cuenta y ya tenía los pantalones negros tipo mallas gordas como las que usan muchas en invierno y el tanga bajados.
Los ojos se me fueron a su coñito y lo tenía todo pálido y sin un solo pelo. Estaba ensimismado y me quedé mirando cómo se sentaba sin mover un solo músculo. Bueno, sí, la polla se me puso morcillona.
- Ella: Mejor te ayudo. - Mientras un sonido muy femenino de ella meando me devolvía a mi ser
No dije nada y supongo que estaría blanco. Metió sus manos en mis bóxer y me sacó la polla, que no paraba de crecer. La empezo a menear con las dos manos, se llevó una a la cara y me hizo el gesto de silencio.
Mientras seguía tocándomela suvemente, enrolló un buen trozo de papel, lo cortó y lo dejó encima del resto del rollo.
Justo después, se acercó la mano libre a la boca y echó un buen salivazo para lubricarme bien la polla. A partir de ahí, vino lo bueno.
Sus manos calientes manejaban mi polla a un ritmo rapidísimo. Pronto quitó una y empezó a tocarse mientras no paraba con la otra y mantenía los ojos clavados en su objetivo. Su cara era la de una zorra total y a veces me miraba a los ojos mientras sonreía y ponía caras de gusto.
Iba tan rápido y me estaba gustando tanto que pronto empecé a notar que me iba a estallar. Supongo que ella también lo sintió porque frenó casi en seco para ir despacio y con la otra mano acercó el papel. Aunque pensé que me iba a correr, logré contenerme y relajarme un poco.
Ella volvió a dejar el papel y a tocarse poniendo unas caras de mayor placer aún y a soplar suavemente. Movía un poco, incluso, las piernas. Cuando se calmó un poco, subió el ritmo de la paja al del principio.
Lo que me hizo sufrir para aguantar...
Un ratito después sin parar, se me volvió a poner como una roca y otra vez trajo el papel cerca de mi polla, pero ahora no paró de pajearme hasta que me corrí con bastante fuerza en el papel al tiempo que ella apartaba la cara para que no le diera.
Lo mejor de todo fue ver su cara en ese momento. Era una mezcla entre gusto y asco de ver la leche salir
Me limpió lo que quedaba en la punta, tiró el papel al inodoro, me guardó la herramienta y ató el pantalón. Hizo un gesto para que me fuera y me dí la vuelta.
La puerta aún estaba entreabierta; nunca la había llegado a cerrar. Comprobé que no había nadie en el baño, salí al pasillo y me senté en uno de los bancos que había a pensar en lo que había pasado.
No se cuánto tiempo pasó cuando me sorprendió el grito de otro de los compañeros desde el fondo del pasillo preguntando si ya estaba. Poco tiempo después, salió la chica de los baños y se unió a nosotros dos.
Acabamos juntándonos su novio y los otros dos integrantes del grupo que faltaban en pocos minutos. Salimos de la facultad y escasos metros después, sonó mi teléfono.
Tuve que marcharme para atender unos asuntos y no pude quedarme a celebrar el hito, pero no me importó.
A la tarde del día siguiente estuve hablando con uno del grupo y me habló de lo bien que lo pasaron todos esa noche...
Espero que os haya gustado.
Saludos.
Era un día templado de principios de Febrero por la tarde, de esos en los que te tienes que ir quitando capas de ropa. Los exámenes del primer cuatrimestre habian terminado y esa semana tocaban vacaciones justo antes de volver a empezar las clases. Por desgracia para nosotros, nos hicieron ir por parejas al despacho de un profesor duro para entregar un trabajo grupal. Decidimos que iríamos los dos que mejor nos llevábamos con el profe, así que quedamos cerca de la uni.
Al llegar, apareció el chaval con su novia, a la que ya conocía. Ella era una chica de 19 años, no estaba como un palo, pero tampoco rellenita, Se puede decir que del montón, sin unas tetas espectaculares ni poco pecho. Tampoco era guapísima ni fea. Pelo negro, ojos marrones y piel media española.
Entramos al despacho y solo tuvimos que entregar. Como aún quedaba un buen rato para que llegara el resto del grupo y lo celebráramos, el compañero fue al despacho de otro profesor a hablar con él, así que su novia y yo nos quedamos esperando en el pasillo.
Todo estaba vacío y la poca conversación tampoco era muy profunda. Para librarme le dije que iba al baño y ella respondió que también aprovecharía para ir.
Entré al baño desierto y me metí en un inodoro con puerta. Tengo la costumbre de dejar las puertas entreabiertas y esa vez no fue una excepción.
Me dió la sensación de tener a alguien cerca mientras estaba meando, pero terminé. Me giré un poco mientras la guardaba y ví que la chica estaba justo detrás y a un lateral, como embutida. El susto fue bastante grande y dejé inmediatamente lo que estaba haciendo.
- Yo: ¿Qué haces? Sal.
- Ella: Olía fatal en el baño de chicas. No pienso mear allí.
- Yo: Pues busca otro sitio, pero no vengas aquí. - Tratando de subirme los boxer y atándome el pantalón
Entonces, me dió un empujón hacia al lado y bajó la tapa. Se giró tan rápido que ni me dí cuenta y ya tenía los pantalones negros tipo mallas gordas como las que usan muchas en invierno y el tanga bajados.
Los ojos se me fueron a su coñito y lo tenía todo pálido y sin un solo pelo. Estaba ensimismado y me quedé mirando cómo se sentaba sin mover un solo músculo. Bueno, sí, la polla se me puso morcillona.
- Ella: Mejor te ayudo. - Mientras un sonido muy femenino de ella meando me devolvía a mi ser
No dije nada y supongo que estaría blanco. Metió sus manos en mis bóxer y me sacó la polla, que no paraba de crecer. La empezo a menear con las dos manos, se llevó una a la cara y me hizo el gesto de silencio.
Mientras seguía tocándomela suvemente, enrolló un buen trozo de papel, lo cortó y lo dejó encima del resto del rollo.
Justo después, se acercó la mano libre a la boca y echó un buen salivazo para lubricarme bien la polla. A partir de ahí, vino lo bueno.
Sus manos calientes manejaban mi polla a un ritmo rapidísimo. Pronto quitó una y empezó a tocarse mientras no paraba con la otra y mantenía los ojos clavados en su objetivo. Su cara era la de una zorra total y a veces me miraba a los ojos mientras sonreía y ponía caras de gusto.
Iba tan rápido y me estaba gustando tanto que pronto empecé a notar que me iba a estallar. Supongo que ella también lo sintió porque frenó casi en seco para ir despacio y con la otra mano acercó el papel. Aunque pensé que me iba a correr, logré contenerme y relajarme un poco.
Ella volvió a dejar el papel y a tocarse poniendo unas caras de mayor placer aún y a soplar suavemente. Movía un poco, incluso, las piernas. Cuando se calmó un poco, subió el ritmo de la paja al del principio.
Lo que me hizo sufrir para aguantar...
Un ratito después sin parar, se me volvió a poner como una roca y otra vez trajo el papel cerca de mi polla, pero ahora no paró de pajearme hasta que me corrí con bastante fuerza en el papel al tiempo que ella apartaba la cara para que no le diera.
Lo mejor de todo fue ver su cara en ese momento. Era una mezcla entre gusto y asco de ver la leche salir
Me limpió lo que quedaba en la punta, tiró el papel al inodoro, me guardó la herramienta y ató el pantalón. Hizo un gesto para que me fuera y me dí la vuelta.
La puerta aún estaba entreabierta; nunca la había llegado a cerrar. Comprobé que no había nadie en el baño, salí al pasillo y me senté en uno de los bancos que había a pensar en lo que había pasado.
No se cuánto tiempo pasó cuando me sorprendió el grito de otro de los compañeros desde el fondo del pasillo preguntando si ya estaba. Poco tiempo después, salió la chica de los baños y se unió a nosotros dos.
Acabamos juntándonos su novio y los otros dos integrantes del grupo que faltaban en pocos minutos. Salimos de la facultad y escasos metros después, sonó mi teléfono.
Tuve que marcharme para atender unos asuntos y no pude quedarme a celebrar el hito, pero no me importó.
A la tarde del día siguiente estuve hablando con uno del grupo y me habló de lo bien que lo pasaron todos esa noche...
Espero que os haya gustado.
Saludos.