La justicia en los sueños

berserk37

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LA JUSTICIA EN LOS SUEÑOS

Mi nombre es Juan, me encuentro tumbado en el suelo de la sala de estar de la casa que compartía con mi novia, había venido a terminar de recoger mis cosas, cuando dos hombres encapuchados me han atacado antes de que pudiera encender la luz. Al forcejear con uno de ellos me he caído de espaldas con la mala suerte que he ido a aterrizar sobre la mesita de cristal. Después del golpe he sentido un dolor lacerante en mi espalda, al palpar me he dado cuenta de que uno de los trozos de cristal se me había clavado y parecía grande.

Los dos hombres han salido corriendo por la puerta dejando está abierta, he intentado moverme, pero la realidad es que no puedo mover las piernas. Me asusto e intento pedir ayuda, pero respirar me cuesta horrores, noto como mi corazón se acelera y un frió glacial empieza a adueñarse de mi cuerpo. Mi única esperanza es que algún vecino se dé cuenta de la puerta de la entrada, está abierta y entre a mirar que ha ocurrido. Lágrimas empiezan a recorrer mis mejillas, sabiendo que es prácticamente imposible que eso ocurra antes de perder el conocimiento y después la vida.

Intento mantenerme despierto, para eso recurro a lo único que puede ayudarme, la ira, la ira que guardo en mi interior desde que descubrí el engaño de mi novia con mi mejor amigo. Yo era dueño de una librería de libros antiguos que había pasado de padres a hijos. Durante años nos fue bien, pero los tiempos cambian, entre que la gente lee cada vez menos, la nueva tecnología y la crisis. Mi librería cada vez empezó a dar menos beneficios y las facturas se me fueron acumulando, Olga, que así se llama mi ex, trabajaba en la tienda llevando la contabilidad, pero llegamos a un punto donde no ganábamos lo suficiente para pagar las facturas y sacar dos sueldos, de hecho no sacábamos ni para completar uno.

La casa que estaba sobre la tienda era mía, era una casa pequeña que tenía cerrada, desde que me mude con Olga, la puse en venta y tuvimos suerte, pude venderla relativamente pronto y eso nos sacó durante un tiempo de esas deudas que nos estaban ahogando, pero como se suele decir, quita y no pon se acaba el montón. Desesperado llamé a mi mejor amigo Héctor, este trabajaba con su padre, le pedí que hablara con su padre a ver si podían contratar por lo menos a Olga. Este me dijo que ningún problema, Olga y Héctor no se conocían mucho o eso creía yo, porque el día que vino a traer el contrato para que Olga lo firmara. Vi una familiaridad que no deberían de tener dos personas que apenas se habían visto un par de veces.

Estaba tan metido en la mierda, por intentar salvar el negocio de mi familia que no le di más importancia. Con el sueldo que ganaba Olga, me dio margen para recuperar un poco la tienda, metiendo catorce horas al día. Tal vez no tendría que haberlo hecho, pero era lo único que me quedaba de mis padres, fallecidos años atrás por una enfermedad. Vender la casa en la que había crecido fue muy duro para mí, perder la librería era impensable.

Los meses fueron pasando y mi relación de pareja se fue diluyendo como un azucarillo en un café. No coincidíamos prácticamente en casa, ella prefería quedar con Héctor y mis antiguos amigos. Tenía gracia, perdí esos amigos por prestar más atención a Olga y ahora había perdido a Olga por prestarle demasiada atención al trabajo. Nunca fue mi intención descuidar a Olga, pero si no solventaba el problema de la deuda, los dos terminaríamos en la calle, un autónomo se hace cargo de las deudas con todos los viernes que tiene y no podía consentir que Olga perdiera la casa de sus padres. Todo salto por los aires una noche de viernes que decidí dejar de hacer cuentas, pues todas terminaban en un saldo negativo. Cerré la tienda y decidí ir a casa a comer helado junto a Olga, la llamé para decirle que volvía para casa, no me lo cogió, así que decidí mandarle un WhatsApp, este tampoco recibió respuesta. Me resigné y después de pasar por un supermercado me gasté lo poco que llevaba en el bolsillo en nuestro helado favorito, tal vez sería mi último capricho en mucho tiempo.

No tenía ni para el autobús, llovía mucho, pero por suerte nuestra casa estaba a un cuarto de hora andando. Al llegar a esta, estaba calado hasta los huesos, me fijé que el coche de Héctor se encontraba aparcado delante de la puerta del portal. Me parecía extraño. Entre en el portal y cogí el ascensor, pronto supe que algo no iba bien. La puerta de la entrada de casa estaba abierta y de dentro de la casa se escuchaban unos ruidos inconfundibles.

No me lo podía creer, podía entender que se sintiera sola, pero, ¿engañarme con mi mejor amigo?, eso era demasiado. Deje el helado sobre la mesa de la sala de estar y me dirigí a nuestro dormitorio. La puerta estaba abierta, Olga cabalgaba a Héctor mientras decía lo bien que se lo pasaba con él y no conmigo, que era un negado en la cama. No tenía intención de seguir escuchando, mi vida ya era una mierda, no necesitaba más. Entre en la habitación y me puse a aplaudir.

• Muy bien parejita, ¿os lo estáis pasando bien?, a mí me ha costado entrar por el rellano – lo dije lleno de rabia y rencor, mi mirada sobre Olga era muy dura, si no quería seguir conmigo podía haber cortado y punto.
• Juan, Juan, ¿creías que el favor de conseguir un trabajo a tu novia era gratis?
• ¡No me esperaba esto de ti! – dije cogiendo a Héctor del cuello.
• No te enteras de nada pringado – me lo dijo mientras me empujaba para que lo soltara.
• Los demás te aguantaban, porque lo hacía yo y yo te aguantaba, porque quería follarme a Olga – su sonrisa me estaba matando.
• ¿Y tu Olga no tienes nada que decir? – Olga se tapaba con la sabana escondiendo la cabeza como un avestruz.
• Olga te respetó mientras tuviste pasta, una vez la pasta se esfumó, decidió que quería algo mejor.

Intente golpear a Héctor, pero era más fuerte y termine incrustado contra el armario, sabía que allí ya no pintaba nada, ahora solo me quedaba una cosa salvar mi librería. Mientras salía de la casa, podía escuchar las risas de Héctor como música de fondo, descubrir que mis amigos, Héctor y mi novia habían estado conmigo por interés, fue duro, pero era mejor enterarme ahora que pasados unos años. Desde aquel día dormí en la tienda, allí tenía un baño con ducha y acomodé el almacén con una pequeña cama. No era mucho, pero por lo menos tenía una cama y un techo. Esa noche fui a casa de Olga a recoger mis cosas y devolverle las llaves.

Entre mis cosas tenía un libro muy antiguo que un coleccionista estaba dispuesto a pagarme mucho dinero, ese fue el motivo real para aparecer en esa casa esa noche, pero tuve la mala suerte de encontrarme con dos ladrones, aquí me encontraba, intentando no perder el conocimiento sin mucho éxito. Lo último que vi fue a dos personas intentando reanimarme, después mis ojos se cerraron. Cuando desperté me encontraba en la cama de un hospital, sentía tanto dolor en la zona que se me clavo el cristal que creía que me moriría allí mismo. Me dieron un fuerte calmante, al rato entro una doctora, su nombre era Nuria. Según me dijo el cristal había destrozado un nervio, lo normal sería que este se hubiera muerto, pero paso algo muy extraño, este se sobreexcitó activando todos los receptores del dolor al máximo, estaba en el umbral diez del dolor, eso era suficiente para matar a una persona.

Durante un tiempo me trataron con morfina, pero cuando esta empezó a dejar de hacer efecto no quedo otra que inducirme un coma, si no, podía morir, tal como estaba tampoco lo veía tan mal, pero la doctora Nuria me dijo que la agonía sería muy larga. También me dijo que al inducirme el coma sería como si soñara. Termine aceptando, no tarde ni un instante en cerrar los ojos y volverlos a abrir. Me encontraba mirándome en el espejo de la casa en la que me críe. Volvía a ser mía, me empezaba a gustar este sueño. Me duché, me afeite y desayune, una vez terminado todo fregué y baje a mi librería.

Esta estaba, como la recordaba antes de que todo se torciera, llena de gente mirando libros y pidiéndome ejemplares difíciles de encontrar. El tiempo se detuvo cuando entro ella por la puerta, su nombre era Alba, mi primer amor. Recuerdo la noche que nos tuvimos que separar porque a su padre le trasladaban a otra ciudad. Jamás he llorado tanto en mi vida, después seguimos en contacto por ********.

Alba estaba más guapa que en las fotografías, lástima que no fuera real, espera, esta es mi nueva realidad. Ella se acercó mientras yo seguía inmerso en mis pensamientos y me saco de ellos con un beso en toda la boca, ese beso me dejo con la boca abierta.

• ¿Se puede saber qué te pasa?, estás muy raro hoy, ¿no te ha gustado?
• Mucho, mucho – como para no gustarme.
• Espabila hombre que pareces estar en la luna – me lo dijo con una sonrisa preciosa.
• A que debo tu agradable visita.
• Pues nada, venía a ver si mi novio me invitaba a cenar.

Por un momento pensé que lo del beso era una broma y era a otra persona a la que esperaba, incluso en un sueño mi vida era una mierda, entonces Alba me miro y me dijo.

• Mira que estás raro hoy – me miraba con semblante preocupado.
• Como has dicho que venías a que tu novio te invitara…
• Tú, melón, tú eres mi novio, llevamos un año saliendo desde que volví, ¡se te ha olvidado o que!

Me falto poco para ponerme a saltar de alegría, Alba era la mujer que más había amado, en este sueño éramos pareja, jamás le diría que mi mente había invadido al Juan de este sueño, ese sería mi secreto. Esperamos a que la clientela se fuera marchando, ella me ayudo a cobrar a algunos clientes y después de cerrar subí raudo a mi casa y me puse mis mejores galas. Cenamos estupendamente y después fuimos a un local que solíamos frecuentar cuando salíamos hace años y había cerrado al poco de marcharse Alba. Empezaba a pensar que clavarme ese cristal era lo mejor que me podía haber pasado en mi vida. Bailando era un patoso, pero eso no impidió que mi preciosa novia riera, se divirtiera y me mirara con esa mirada enamorada que me derretía por dentro. Llego un momento de la noche que Alba se puso juguetona, puso sus labios sobre mi oreja y me dijo que estaba totalmente mojada solo por tenerme cerca y si no calmaba su calentura terminaría por incendiar todo.

Por suerte para nosotros mi piso quedaba cerca de ese local, no llegamos a él. Alba me empujo contra una de las estanterías, empezando a besarme desde el cuello hasta llegar a mi entrepierna. Cuando Alba libero mi polla y se la metió en la boca, la mirada que me echo casi hace que me corra. La mamada estaba siendo tan espectacular que tuve que agarrarme a una de las baldas, tirando todos los libros al suelo. Alba se esmeró haciendo que me corriera sin poder remediarlo.

Llego mi tuno, puse a Alba contra la misma estantería e hice que levantara una pierna, hice a un lado el húmedo tanga y me dispuse a comerme el postre que llevaba toda la noche deseando comer. Los jadeos de Alba cada vez eran más altos, en un momento dado tuvo que morderse la mano, si seguía así algún vecino terminaría llamando a la policía y ese sería el momento más embarazoso de nuestra vida, pero por suerte eso no sucedió y yo pude degustar ese coñito con el que perdí mi virginidad años atrás.

Alba tenía la respiración, agitaba, pero sus ojos seguían despidiendo llamas, de un salto rodeo mi cintura con sus piernas y paso sus brazos por mi cuello acercando su boca a mi oído.

• Mi coñito está hambriento de ti – esa voz ronca con la que me lo dijo me puso a cien.

Mi polla se volvió a poner dura como el pedernal, no me costó nada penetrarla, su coñito estaba prácticamente licuado. Empecé a penetrarla con embestidas profundas, que hacían que los libros se cayeran da las estanterías. Alba me estaba dando el mayor placer que jamás hubiera experimentado. Su entrega, sus gestos, su mirada, me indicaban que estaba total y absolutamente enamorada de mí. Era consciente que esto que estaba experimentando no lo había vuelto a sentir desde que Alba tuvo que mudarse.

Entonces fui consciente de que aunque quería a Olga, jamás deje de amar a la mujer de mi vida. También tenía que agradecer esa traición de mi exnovia y ex amigo, porque me había devuelto a sus brazos. Mire a Alba a los ojos mientras nuestros cuerpos se fundían en uno solo. Al final no pudimos evitarlo y terminamos haciendo que la balda volcara tirando las otras dos que estaban detrás. La verdad que había merecido la pena, subimos a mi casa para seguir con aquella noche mágica.

No tarde en sacar a Olga de mi corazón y entregárselo otra vez a la única persona a la que le había pertenecido, esa noche Alba se durmió con su cabecita sobre mi pecho, mientras yo sonreía como hacía tiempo que no hacía. Después de aquella noche vinieron muchas más, nuestro negocio creció. Compre el local de al lado haciendo la librería más grande.
Pasaron dos años, le pedí matrimonio a Alba, nunca había creído en eso, pero con ella quería experimentar lo que significaba estar casado. Alba me daba fuerzas para afrontar cualquier reto y ahora más que nunca necesitaríamos esa fuerza, porque pronto seriamos padres de una niña. Alba me dijo que si todo iba bien, le gustaría que tuviéramos la parejita. Yo le decía que sí, pero pensaba que primero probaríamos con uno, que si ya era difícil con uno no quería ni pensar lo que sería criar a dos.

No tarde en descartar ese pensamiento con una sonrisa, sabía perfectamente que era imposible que yo le negara algo a Alba y más cuando me miraba con esos preciosos ojos verdes. Nuestra hija era preciosa, saco la belleza de su madre y mi carácter. Pasado otro año Alba dio a luz a nuestro segundo hijo, para mí estar en el parto junto a ella fue tan especial como la primera vez, ahora nos encontramos dando un paseo por el parque mientras empujamos los dos cochecitos, mientras las hojas se caían en una preciosa estampa otoñal.

Dicen que los sueños no son reales, pero a mí me devolvieron la esperanza de volver a ser feliz.

EPILOGO

Nuria

El otro día, mientras me encontraba en mi descanso, escuche a dos enfermeras hablar sobre Olga y Héctor, la exnovia y ex amigo. Según parecía, él estaba metido en algunos chanchullos y debía dinero a gente peligrosa. Según la hipótesis que manejaba la policía era que aquella noche en la que Juan acabo gravemente herido, los ladrones que atacaron a Juan habían sido contratados por el amigo de este, para poder cobrar su seguro de vida. De esa forma podría saldar las deudas que lo ahogaban y habían llevado la empresa de su padre a la bancarrota, también se rumoreaba que había obligado a la exnovia de Juan a prostituirse, pero eso solo eran habladurías, nadie tenía pruebas de eso.

Al final fueron arrestados como sospechosos del intento de asesinato de mi paciente, los dos hombres que entraron en la casa fueron arrestados y cantaron como un ruiseñor. Con todas esas pruebas en su contra empezó el juicio, no solo querían cobrar el seguro de vida de Juan, sino encontrar y vender un antiguo libro de la propiedad de mi paciente, decían que en el mundo del coleccionismo se pagarían millones por ese libro. Según pasaban los días en el juicio salió a la luz que Héctor y Olga pretendían quedarse tanto con el dinero del seguro de vida, como con el del libro y fugarse.

Los ciudadanos podíamos asistir al juicio y decidí asistir el día que se dictaba la sentencia, cuando entre en el juzgado y tome asiento, pude ver como en las primeras filas estaban sentados los hombres a los que debían el dinero y habían intentado estafar. Todos ellos sonreían, no me hubiera gustado estar en el pellejo de esos dos, pareciera que la verdadera sentencia la dictarían ellos.

Esa mañana pase por el hospital para ver la evolución de Juan, los daños eran demasiado severos, seguramente jamás despertaría de ese coma, pero mirándole a la cara parecía que era lo mejor que le podía haber pasado en la vida, su sonrisa era de total y absoluta felicidad, ahora esa cara contrastaba con las caras de Héctor y Olga que tenían la expresión del mismísimo terror, sabedores que pagarían caros sus actos, Mientras Juan vivía en un bonito sueño, sus verdugos vivirían en una perpetua pesadilla, por lo que a mí respecta se había hecho justicia y alargaría todo lo que pudiera ese sueño que tan feliz hacía a Juan.

FIN.
 
Jolin. Con lo bien que iba y resulta que todo estaba en la imaginación de Juan. Que era un sueño y estaba en coma.
Que me ha gustado, evidentemente, pero no termina todo lo bien que me hubiera gustado.
Vuelves a tu estilo. Perfecto.
 
Jolin. Con lo bien que iba y resulta que todo estaba en la imaginación de Juan. Que era un sueño y estaba en coma.
Que me ha gustado, evidentemente, pero no termina todo lo bien que me hubiera gustado.
Vuelves a tu estilo. Perfecto.

Crees que no termina bien, Juan en ese sueño es mas feliz, cuantos darían por sentir eso en vida.
 
A mí me hubiera gustado que estuviera realmente con Alba. Incluso Alba debería haber sido puesta en conocimiento para ir a verlo . Aunque claro esa Historia solo la conoce Juan.

Alba se mudo, al final solo tenían contacto en los cumpleaños, podía estar incluso casada, Juan sueña con ella ,porque fue con la única mujer que fue feliz.
 
Black Mirror, es lo que me ha parecido esta historia, un capítulo de Black mirror, de Netflix. Os lo aconsejo.

La historia muy buena ¿eh? A veces los sueños son más placenteros que la realidad. ¿Quien no se ha despertado de un sueño, lamentando precisamente eso, que solo era un sueño?
 
Última edición:
Black Mirror, es lo que me ha parecido esta historia, un capítulo de Black mirror, de Netflix. Os lo aconsejo.

La historia muy buena ¿eh? A veces los sueños son más placenteros que la realidad. ¿Quien no se ha despertado de un sueño, lamentando precisamente eso, que solo era un sueño?

Eso me pasó a mi unas navidades, soñé con que me tocaba la lotería, para despertar y ver que seguia siendo tan pringado como cuando me acosté.
 
Última edición:
Me hiciste recordar una historia que leí hace algún tiempo donde el tipo recorría una vida donde se casó y tuvo hijos y luego despertó y casi se muere, algo así como la historia de Wanda Vision
 
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