Follow along with the video below to see how to install our site as a web app on your home screen.
Note: This feature may not be available in some browsers.
Gran minirelato!!Siesta excitante
Los momentos que vive un individuo en su vida, marcan su carácter. Tanto a nivel emocional, como a nivel sexual. Con el paso de la edad, estoy en la treintena aún, me he dado cuenta que me hechizan las mujeres de más edad.
He utilizado la palabra hechizar, porque es como me siento frente a una mujer madura que me produce una atracción sexual. Miro su boca, su cuello, bajo la mirada y sigo por sus curvas, sus tetas, grandes, como si pudieran amamantar a una jauría. Su sonrisa y sobretodo su seguridad cuando coge tu polla por primera vez, y siente en su mano como crece, como se endurece con el movimiento de su mano.
Todo eso vuela en mi cabeza, pero hablando de momentos en la vida. Siempre vuelvo a esa tarde que compartí con la pareja de mi padre.
Era un sábado normal, después de una comida, mi padre se retira a dormir la siesta. Ella y yo nos ponemos a ver una película. No recuerdo nada de la película porque solo recuerdo su ropa y lo que enseñaba.
Ella es bajita, algo entrada en carnes, no mucho pecho, pero un buen culo. Ese día, era antes de verano, pero hacía calor. Llevaba unos pantalones cortos rosas, bastantes grandes. Cuando se tumbó en el sofá, con las piernas algo abiertas, se veía claramente las bragas de encaje blancas.
Pasé y me senté en una butaca, justo al lado del sofá, dándome una visión de su escote, porque llevaba una camiseta de tirantes, sin sujetador. Dejándome ver sus pezones duros y morenos.
Al instante mi polla se puso erecta y gorda, pasaban los minutos y no podía dejar de mirar sus tetas y su boca. Pensando en besarla, pensando en cogerla de los pezones y apretarlos. Quería hacerla gemir, quería hacer que sus bragas se mojaran. Pero era la pareja de mi padre, sentía una tentación enorme. Así que hice lo que solo podía hacer.
Me levante y entré en el baño, que estaba justo al lado de la salita. Me pajeé dos veces sin parar, me corrí en toda la taza, sentía una excitacion tremenda, y no podía parar de cascarmela y correrme.
Pude tardar unos 20 minutos hasta que volví, acalorado, media sudando, con la polla aún dura, pero sin esa excitación.
Al volver el ambiente se enrareció, ella juntó sus piernas, y se tumbó de otro lado. Pero muchos años después aún siento excitación al pensar en ese momento.
Siesta excitante
Los momentos que vive un individuo en su vida, marcan su carácter. Tanto a nivel emocional, como a nivel sexual. Con el paso de la edad, estoy en la treintena aún, me he dado cuenta que me hechizan las mujeres de más edad.
He utilizado la palabra hechizar, porque es como me siento frente a una mujer madura que me produce una atracción sexual. Miro su boca, su cuello, bajo la mirada y sigo por sus curvas, sus tetas, grandes, como si pudieran amamantar a una jauría. Su sonrisa y sobretodo su seguridad cuando coge tu polla por primera vez, y siente en su mano como crece, como se endurece con el movimiento de su mano.
Todo eso vuela en mi cabeza, pero hablando de momentos en la vida. Siempre vuelvo a esa tarde que compartí con la pareja de mi padre.
Era un sábado normal, después de una comida, mi padre se retira a dormir la siesta. Ella y yo nos ponemos a ver una película. No recuerdo nada de la película porque solo recuerdo su ropa y lo que enseñaba.
Ella es bajita, algo entrada en carnes, no mucho pecho, pero un buen culo. Ese día, era antes de verano, pero hacía calor. Llevaba unos pantalones cortos rosas, bastantes grandes. Cuando se tumbó en el sofá, con las piernas algo abiertas, se veía claramente las bragas de encaje blancas.
Pasé y me senté en una butaca, justo al lado del sofá, dándome una visión de su escote, porque llevaba una camiseta de tirantes, sin sujetador. Dejándome ver sus pezones duros y morenos.
Al instante mi polla se puso erecta y gorda, pasaban los minutos y no podía dejar de mirar sus tetas y su boca. Pensando en besarla, pensando en cogerla de los pezones y apretarlos. Quería hacerla gemir, quería hacer que sus bragas se mojaran. Pero era la pareja de mi padre, sentía una tentación enorme. Así que hice lo que solo podía hacer.
Me levante y entré en el baño, que estaba justo al lado de la salita. Me pajeé dos veces sin parar, me corrí en toda la taza, sentía una excitacion tremenda, y no podía parar de cascarmela y correrme.
Pude tardar unos 20 minutos hasta que volví, acalorado, media sudando, con la polla aún dura, pero sin esa excitación.
Al volver el ambiente se enrareció, ella juntó sus piernas, y se tumbó de otro lado. Pero muchos años después aún siento excitación al pensar en ese momento.
Un par más hemos tenidoMas situaciones???
Sigue por favor....quiero saber como haces disfrutar a esa diabla y esa diabla a tiLa diabla
La diabla, es una especie única de mujer. La diabla, no pide. Sólo da. La diabla son curvas peligrosas. Morena de pelo largo, que lo usa para tapar patas, patas que recorren el camino hacia las montañas.
De momento solo me habla en sueños. Sueños donde mis manos recorren su piel suave. Agarrando su cuerpo desde detrás, apoyando mi labio en su oreja, le digo.
- Dame tu cuerpo, tu boca... tu coño.
Se lo digo susurrando, a la vez que mi mano baja por su pubis, mi dedo índice recorre la línea de pelo hasta llegar a su clitoris. Lo adoro, con reverencia mientras busco sus labios rojos. La beso, conteniendo la respiración, marcando con mi lengua el camino de la locura y el deseo. A la vez empiezo a meter un par de dedos en su coño. Despacio, haciendo círculos, sintiendo su humedad, su calor en mi mano.
- Quiero que te corras.
La digo con mis labios a milímetros de los suyos y mis ojos clavados en ella. Mientras aumento la profundidad de los dedos. Aprieto su cuerpo más contra el mío, para que note el bulto de mi polla. Llevo mi otra mano a su cuello, se lo acaricio, sintiendo su pulso acelerado, sus gemidos ahogados. Veo en sus ojos las ganas de correrse para mí...
De repente saco mis dedos de su coño y aprieto un poco más su cuello.
- Aún no te corras.
La suelto el cuello y la llevo hacia la cama. La tumbo boca arriba, su pelo negro llena todo el edredón, encoge sus piernas y las abre, enseñándome todo su coño, jugoso, rojo, hambriento. Invitándome con su sonrisa a una comida. Trazo con mi lengua una línea, desde su pulgar del pie derecho, subiendo por su pantorrilla, lamiendo el interior de sus muslos. Llegando a su coño.
Lo lamo, escupo y venero hasta que noto como relaja las piernas y se corre llenandome la boca de su jugo.
Con la boca llena beso, su pubis, su vientre y ambas tetas. Subo por su mandíbula hasta su boca.
- ¿Te ha gustado?
Me sonríe y antes de decirme algo, la beso. Hago que pruebe como sabe su coño en mi boca.
- ¿QUIERES MÁS?
Sigue por favor....quiero saber como haces disfrutar a esa diabla y esa diabla a ti