Follando y al teléfono.

ikarusulu

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Le llamé por teléfono, tardó en cogerlo. Cuando lo hizo respondió con voz agitada como si estuviera haciendo ejercicio. Se le escapaba algún gemido y de fondo algún grito o jadeo suave.


- ¡Hola hermanito!


- ¡Ah! ¿si? ¡uffff!


- Te llamaba para ver si mi preciosa cuñada y tú vais a venir este finde a la casa de la playa.


Sospechaba que tipo de actividad física se estaba desarrollando al otro lado y no era ejercicio precisamente. Creía que ninguna de las personas allí presentes tenía mucha ropa encima. Y que además estarían en su dormitorio, o en el sofá del salón o sobre la encimera de la cocina.


- No teníamos pensado nada. Pero le preguntaré a Marta a ver si le apetece. ¡MMMMMM!


Eso empezó a excitarme a mí también al pensar en que lo había sorprendido en un acto tan íntimo. Pero él no cortaba la llamada y yo tampoco. Así que mientras de fondo continuaba el coro de gemidos la conversación continuaba como si nada.


- ¡Ya! Y si no venís ¿Qué vais a hacer?. ¿Pasaros todo el puente metidos en la cama?.


- Pues no sería mala idea.


- Oye, que yo no os juzgo, más bien me dais envidia.


Nunca había tenido tanta confianza con mi hermano como para meterme en conversaciones sobre temas sexuales. Ambos disimulábamos intentando no hacer referencia a lo que estaba pasando en realidad. Pero a la vez hacer picante la conversación. Y si había un buen momento para empezar sería ese.


- ¿Nosotros? Y eso ¿por qué?.


Contestó con cierta ironía. Llegue a sospechar que podía tratarse de una película porno puesta en la tele. Y que mi hermano estuviera solo masturbándose. Entre tanto yo me estaba excitando y pensando en hacer exactamente eso, pues estaba sola.


- Bueno todavía no me habéis dado un sobrino, así que podríais poneros a la faena.


- Ya pensaremos en eso. Somos jóvenes y queremos disfrutar. Estamos disfrutando.


- De eso estoy segura. Con lo buenorros que estáis.


- ¡Bah!. Tata, y tú con tu cuerpazo tendrás a los que quieras en tu cama.


Yo pensé que ya lo estaban haciendo en ese momento. Despacio la mano que no sostenía el móvil bajaba por mi cuerpo pellizcando un pezón. Acariciando la suave piel de mi plano vientre, las yemas de los dedos apenas rozando mi epidermis. Hasta llegar a la cinturilla de mis bragas.


Se pasearon por mi depilado pubis, por el monte de Venus acercándose cada vez mas a la humedad de los labios, dos dedos entre ellos, mi excitado clítoris aumentando más el calor de mi cuerpo. Todo eso mientras oía como alguien cabalgaba sobre su polla dura. Me llegaba el sonido de unas nalgas golpeando unos muslos.


- No puedo quejarme y alguna vez de dos en dos. No solo chicos claro.


- Vaya que pervertida me has salido. No sabía eso de mi hermanita.


Tenía mucha curiosidad y morbo.


- ¿Y vosotros? ¿Habéis hecho algún trio?


- Nos lo podríamos plantear. Con la persona adecuada claro.


- Uffffff.


Se me escapó un gemido que él tuvo que oír perfectamente. Y de fondo me respondió otro que parecía salir de la preciosa garganta de mi cuñadita.


Quizá fuera al revés y fuera él quien montaba sobre el pene de un amante. Sabía seguro que mi querido hermano es bisexual. Más de una vez le había visto hacía años besándose con alguno de sus amigos. Y puede que algo más que besos y caricias.


- Por cierto. Marta dice que le encantaría "estar" contigo este finde.


Me había equivocado pensando tan mal. Con quien estaba follando parecía ser su sexi mujercita.


A mí también me gustaban las chicas y hacia eso mismo con mis amigas. Pero había sido más discreta mm hasta entonces. Lo sigo haciendo a día de hoy. Y por qué no, mi cuñadita me gusta mucho, está muy buena.


- Dile que yo también quiero darle un buen abrazo y un montón de besos. Que tengo muchas "ganas" de "estar" con ella.


Quizá debería haberle pedido que dijera la verdad de lo que estaba pasando y con quién estaba pasando. Pero la verdad es que me estaba excitando mucho. Y el misterio añadía un poco más de morbo.


Estaba muy cachonda. Así que por qué no aprovechar. Mi coño chorreaba y ni él ni yo queríamos cortar la comunicación. La persona que estuviera encima o debajo de él parecía no tener ni voz ni voto. Pero seguía dándole placer. O ya había insistido en seguir la conversación.


Al menos yo no había oído nada de ella más que suaves gemidos. Ni una palabra. Pero ellos también tenían que haber oído más de uno de mis gemidos y suspiros. Parecía que estaba en manos libres.


A esas alturas ya tenía dos dedos acariciando mi clítoris por debajo del tanga. Tenía el xixi encharcado.


- Yo también la quiero mucho. No sé te olvide decírselo.


De pronto, de fondo se oyó. Y creo que tuvo que sacarse la polla de la boca para decirlo.


- Yo también te quiero, cuñi.


En ese momento pensaba en que donde yo la quería era entre mis piernas comiéndome el xoxito.


- ¡Ah!. Pero si estás ahí. Pensaba que mi tato estaba solito.


Eso no se lo creía nadie con todo lo que había oído. Pero decidí seguir con la comedia mientras continuaba haciéndome un dedo. Creo que habrían cambiado y que el que tenía la boca ocupada sería mi hermano pues la que me contestaba era ella.


- No, cielo, estoy aquí pero estaba comiendo y no podía contestar.


Comiendo polla, claro. Pero no lo dije en alto.


- Cuñi, tenemos que salir de compras juntas. he visto una nueva tienda de lencería para guarrillas. Tienen cosas muy sexis.


- Tu hermano no necesita lencería para que se le levante.


¿Donde la tendría levantada en ese momento?. Ya no hablaba como si tuviera una polla en la boca. Así que tenía que habérsela puesto en otro sitio.


- Con lo rica que estás no me extraña nada. Seguro que solo con verte ya se pone duro.


- Hago lo que puedo. Pero él también me pone cachonda a mí.


- No es por que sea mi hermano pero si que está muy bueno.


Separó la boca del coño que estaba lamiendo para contestar.


- Que sigo aquí y no soy un trozo de carne. ¿Habláis así de mí cuando no estoy?.


- Si fueras un solomillo ya te habríamos comido. Pero sigue. MMMMMM.


Me da que tuvo que empujar la cabeza de mi familiar entre sus muslos para hacerle continuar su placentera faena. Mientras yo ya tenía dos dedos dentro de mí coño. Para poder usar las dos manos también puse el manos libres y dejé el móvil a mi lado en el brazo del sofá.


- Al final no me habéis dicho si habéis encontrado a esa persona especial para hacer un trío.


- Tenemos alguien en mente. Pero no sabemos si ella querrá.


- Estoy convencida que en cuanto os conozca se derretirá y caerá en vuestros brazos. O entre vuestros muslos.


Llevé la mano que había quedado libre a mis pechos. Pellizqué suavemente un pezón. Lo que envió un calambrazo de placer directo a mi cerebro. El jadeo que solté tuvo que ser perfectamente audible para ellos.


- Uffffff.


- Tata ¿Estás bien?.


- Genial. Hermanito. En la gloria.


- Estupendo, nosotros también estamos muy bien.


Esa mano pícara bajó por mi vientre, el ombligo y el monte de Venus hasta colaborar en mi masturbación acariciando el clítoris. Sabía que estaba manchando la tapicería del sofá y me importaba un comino.


- Hermanita. ¿Tú te podrías entre nuestros muslos?.


Fue esa pregunta tan directa la que por fin desató mi orgasmo. No esperaba que me lo propusiera de esa forma. Pero la sorpresa y el morbo hizo que me corriera soltando un fuerte y muy largo gemido.


- ¡MMMMMMMM!.


Jamás había tenido un orgasmo como ese masturbándome. Me dejó completamente flácida y sin poder seguir con la conversación.


- Venid este fin de semana a la playa y lo comprobaréis.









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