En la sauna

En la mesa, mientras almorzábamos, quise tener un adelanto.

- cuéntame algo, por favor, he estado desde anoche imaginando y pajeándome, pero sin acabar! ¡Te lo juro! ¡Estoy que vuelo!
- jajaja, me imagino si, con lo pajero que eres! ¿Qué quieres que te cuente?
- no se…adonde fueron? , al cuarto de quién?
- al de Beto, el hijo de puta tiene una suite espectacular!¡Y anoche estaba perfecto! Además, nadie puede verte, es en el último piso y no hay nada alto cerca.
- qué bueno! ¡Qué lástima que no me dejaste ir a mirar!
- no, de ninguna manera, mira si te enojas y me haces una escena de celos! Jajajaja! No, en serio, no quise que nos vieras, para estar tranquila yo…y además así tú juntas ganas, ¡me follas mejor y disfrutas más! ¿No dices siempre que el contenerte te excita?
- sí, eso es cierto, pero igual me hubiera gustado verte.
- tal vez puedas, Beto filmó buena parte. Pídele mañana de buena manera, jejeje. Pero no ahora. Ahora es tiempo para nosotros dos. Te voy a agotar en la siesta…vas a ver, tengo ganas de ti, mi amor, ¿me entiendes?
- no sé, follasteis toda la noche! ¿Y todavía tienes ganas?
- tengo ganas de que me hagas el amor, no de que me folles, quiero que me mimes, me cojas claro, también, pero no me folles, ámame. Eso necesito. me entiendes? y eso, sólo tú puedes dármelo. Goce mucho anoche con otros y necesito sentir tu amor y tu comprensión, que me entiendes y me quieres no importa qué haga yo. ¿Puede ser?, sí?, por favor.

Le brillaban los ojos, una sonrisa, para mí muy querida, se veía en sus labios, me rogaba que la entendiera. No estaba seguro, pero lo iba a hacer. Me di cuenta de que me estaba enamorando. ¡Eso era grave! Me importaba y quería hacer lo necesario para verla contenta.
 
Terminamos de almorzar rápido y salimos del restaurante, antes de que llegara algún conocido. Queríamos, o aún más, necesitábamos, estar solos ahora.

- y ayer te llevastes a mi amante y me dejaste solo. Hoy casi te pongo cuernos pero luego me resistí, esperándote, - le reproché en broma mientras esperábamos el ascensor.
- ah si? Otro pretendiente nuevo? Cuéntame! Me encanta! O una chica ahora?
- bueno, nuevo no, exactamente no. Es algo que no te conté porque me parecía demasiado, no se.
- pero ahora me lo vas a contar! Sin callarte nada!

Me agarró el brazo y pudo su cabeza en mi hombro, mirándome, contenta.
Apenas entramos en nuestra habitación
le conté lo que pasó en la sauna el primer día, con Santiago y con quien resultó luego ser Daniel, el socio de Beto. Le relate como me follaron los dos y el baño de lefa que me dió Daniel, después de cogerme el culo lleno con la leche de Santiago.
Mientras esperaba que saliera del baño preparé bebidas para los dos.
Salió desnuda.
Luciendo sus machucones de las apretadas y los besos guarros de los dos que la follaron anoche.
La abracé y nos besamos. Beso lento, cálido y húmedo. Me gustaba abrazarla desnuda estando yo vestido.
Le conté de mi encuentro con Daniel en la sauna un rato antes y su invitación. Invitación que pospuse por ella, señalé.
Se rio y me tocó mi polla dura bajo mi ropa.

- basta de historia, desnúdate y vamos a la cama

Se acostó, y abrió los muslos, ofreciéndose. La cubrí y entré en ella, estaba mojada y abierta. Y tan suave y caliente que casi lloro de placer.

- ahora cuéntame qué pasó anoche.
- no todavía, primero mímame, acariciame, bésame, dime que me quieres, que me quieres aunque sea una puta, o tal vez por eso mismo…jajaja.

E hice lo que me pedía, sin ningún esfuerzo, deseando su felicidad, más que la mía. En ese momento la adoraba,
Me miró, y vi sorprendido, que de sus ojos se desprendían lágrimas silenciosas. Se deslizaban por sus mejillas. Bebí de ellas, saladas, dulces, su amor, mi amor.
Tuvo un fuerte orgasmo, gimiendo, llorando besándome y arrastrándome a mí a un orgasmo incontenible aunque quise resistirlo, para prolongar el momento. Pero sentir latir su coño mojado y caliente, que me apretaba como si me ordeñara, fue demasiado para mi largo periodo de continencia.
Llene su coño con mi leche, abundante luego de tanto tiempo juntando.
Nos abrazamos fuerte y así nos quedamos, unidos como un solo cuerpo, un solo ser.
Fue un momento inolvidable.
Después hablaríamos de su noche, follando con dos.
 
- no aguantaste nada, - me reprochó, riéndose de mi, = como si fueras un yogurin! Y ya no lo eres, jejeje
- tampoco aguantaste tu, pese a que venías bien cogida.
- si, es cierto. Pero es distinto contigo. Es otra experiencia. Ellos me follaron. Tu me hiciste el amor.
- yo sigo con ganas, mira, no se baja, aunque sea “maduro”, jeje. Es cierto, fue muy distinto a otras veces. Incomparable.
- Eso está muy bien. Ahora vamos a coger nosotros. Tráeme una copa de cava. Para aflojar la lengua. No te vas a enojar? Lo que tengo para contarte es fuerte, y ahora que acabaste no se como te lo vas a tomar…seguro, no? Y vos, me vas a contar qué pasó en el sauna con Santiago y Daniel?

Le alcancé la copa y puse la botella en hielo en la mesa, junto a la cama, Tania bebió la copa y se sirvió otra. Estaba contenta.

- apenas entramos a la habitación Beto cerró la puerta. Y los dos me atacaron a la vez!
Beto me besaba en la boca mientras Santiago se arrodilló y me sacó la tanga, besándome el coño. No le costó encontrar mi punto débil y en minutos me tenían gimiendo. Beto me había bajado el top y me chupaba y pellizcaba las tetas. Me desnudaron, ahí, parada y me manosearon toda. Yo me quería acostar pero no me dejaban.
Cuando estuve desnuda, totalmente, Beto salió a la terraza y prendió el jacuzzi. Me llevaron entre los dos y me metieron adentro.
-y ellos, no se metieron también?
- si, se desnudaron ahí mismo, al aire libre y se metieron conmigo
- tiene buena verga Beto?
- siii, muy buena, no tan grande como Santiago pero más grande que la tuya. No te pongas celoso, eh! Bueno, después me follaron los dos, en el agua y en el borde.
- los dos a la vez?
- no ahí no, uno y otro, a veces chupaba mientras me follaban. Me usaron toda.
- te acabaste ahí?
- si, con Santiago chupándome el coño, que bien lo hace! Y con la verga de Beto en mi boca
- y ellos?
- no, tienen mucho aguante,

Mientras me contaba estábamos acostados, medio sentados, Tania me acariciaba la pija , dura otra vez, y tomaba cava.
Me contó que después fueron a la cama y la follaron varias veces, en todas posiciones. Perdio la cuenta de las veces que se vino, le follaron coño los dos pero solo Beto el culo. A Santiago no lo dejo follarle el culo. Es delicada ahí. Se asombró que me hubiera follado a mi.
Me dijo que después que ellos acabaron se durmieron un rato.
Se despertó con Santiago queriendo metérsela por atrás. Lo dejo un poco pero cuando dolió lo paró, que no siguiera por ahí. La actividad despertó a Beto y empezaron de nuevo.
Después del segundo de ambos, Beto no conseguía ponerla dura y quería llamar a Daniel, el gordito, para que viniera también a cogerme, porque vio que yo todavía quería más. Pero yo no quise, y Santiago fue el que me dio su tercero, yo tuve otro orgasmo más, con esa polla enorme, que me llena tan bien.
Estuvo bueno. Después te voy contando detalles. Chúpame el coño ahora, hacerme acabar de nuevo. Estoy llena, te aviso!
- y entre ellos, no pasó nada?
- no que yo viera, no creo, no. Por qué preguntas?
- conociendo a Santiago, podía buscar algo con Beto.
- no, nada por ahí, dale chúpame, puto! No hables más bobadas y haceme gozar..
 
Así pasó la tarde, hasta la 6/7 pm.
Me hizo la paja y se la volví a meter un poco, pero se me bajaba cuando lo hacía. Lo mejor era paja mientras me contaba detalles.

O anécdotas.
Por ejemplo, me contó que la madre siempre le decía que las mujeres de bien pueden follar, pero que debe ser de un solo hombre. Y ella, en las últimas 12 hs, estuvo follando con 3, y casi con un 4to ! Pobre mamá, decía, que nunca se entere de lo que hace su hija! y se reía!
También me dijo que era una suerte para nosotros el habernos encontrado.
Que no conocía a nadie como yo, que disfrutara tanto con que ella fuera tan puta!
Y que después además pudiera hacerle el amor como se lo había hecho! Lo mejor de ambos mundos! Del sexo y el amor!

Tuvo un orgasmo más mientras la chupaba y después me echo. No pude acabar yo otra vez, pese a que tenía muchas ganas no se me paraba.

- hace lo que quieras, - me dijo,- yo voy a dormir. Despertarme a las 10, si sigo durmiendo.

Yo me vestí y me fui a la sauna.

Había gente pero menos que al mediodía. Estaba Daniel, que vino a sentarse conmigo apenas me vio.
Se sacó la toalla y pude ver que tenía la polla dura. Apuntaba para arriba, era de regular tamaño, de glande grande, rojo brillante de jugos. El glande grande le daba el aspecto de un hongo. Se la tocó y me apunto con ella.

- tócala, dale que tienes muchas ganas, lo sé! Yo tengo muchas ganas de volver a follarte!
- hay gente, no podemos acá.
- no te preocupes por ellos, - me dijo, - son de una convención de actores porno, no los viste?
Una convención de actores porno! Con razón era gente tan linda todos, y además jóvenes.
Los miré y ellos nos miraron y me hicieron el gesto universal del pulgar para arriba: “dale tranquilo, no te preocupes.”
La agarre y estaba buena, dura, caliente y suave, sedosa como es la piel de la pija. Lo pajee y le gustó. Gimió bajo, de gusto.
Me agarro la mano y se paró.

- veni, -me dijo, tirando de mi mano, - vamos a la sauna húmeda.

Lo seguí y cuando entramos entendí el porqué.
No se veía nada, era un cuarto oscuro y lleno de vapor, que formaba una densa niebla que solo te dejaba ver sombras.
Me hizo sentar y se paró frente a mi, poniendo su polla frente a mi cara. Miré a mi alrededor. Si yo no veía a nadie, nadie me podría ver a mí. Abrí la boca y la chupé. Mmmm, estaba rica y yo tenía ganas. Dejé a Tania con ganas de seguir, aunque no conseguía una erección que me permitiera follarla otra vez. Pero ahora, con una verga en la boca, en público y sumiso se me volvió a parar.
Si alguien veía las sombras, era claro lo que estábamos haciendo. Yo sentado frente a él parado, algo inclinado hacia adelante, mi cara a la altura de su verga, moviéndome hacia atrás y adelante...era evidente! Me excitó el entenderlo.
Vi que alguien se acercaba y nos miraba. No podía ver sus rasgos, pero era claro que nos estaba mirando. Nos contempló de lejos unos minutos, se acercó más y se sentó a mi lado. De ahí veía bien, era joven, menor que nosotros. Alto, tenia la toalla en la cintura, cubriéndose.
Tímidamente estiró su brazo y me agarró la polla, al ver que lo acepté sin objeciones me pajeo suavemente, con lentitud.
Lo dejé. Lo hacía muy bien.
 
Daniel también lo aceptó.
Me sacó su polla de mi boca y se la ofreció a nuestro nuevo amigo.

Este la agarró y se la llevó a sus labios. La besó y, abriendo la boca, se la metió entera, ¡hasta la base! ¡Sabía lo que hacía!
Lo mire más atentamente. Era alto, delgado, muy blanco, sin vello en el cuerpo y el pelo rubio, casi blanco, colgaba largo hasta los hombros. Estaba mojado por la humedad del ambiente. Seguía con la toalla en la cintura, cubierto. No creo que tuviera más de 25 años, tal vez menos. Le busque la polla y cerró las piernas, no dejándome explorar.

Sin soltar a Daniel se paró.
Alto, se agachaba para seguir chupando. Le saqué la toalla, aunque trato de impedírmelo.
Tenía puesta una tanga brasilera de encaje, roja. Entendí por qué no quería que le sacara la toalla. La corrí y su polla quedó a la vista, bien erecta hacia adelante y arriba. Era de largo normal pero fina, con un glande morado, chico y en punta. Se la agarre. ¡Me sorprendió su dureza, parecía un fierro!
Con la otra mano le acaricie el culo. La piel de sus nalgas era suave como la de una mujer. Busqué su ojete y lo encontré ocupado Tenía puesto un plug anal! Se lo moví y suspiro, con la boca también ocupada por la polla de Daniel. ¡Jejeje!
Agachado como estaba para chupar la polla de Daniel, ofrecía su culo. Me pare detrás de él, le bajé la tanga y le saqué el plug. Lo miré y estaba limpio. Tenía el culo abierto y lubricado. Me dieron muchas ganas y se la metí. Entro de un golpe. Dijo algo como -Rumpff!- con la boca llena, jajaja, y se quedó quietito, con mi polla adentro.
El culo estaba muy caliente y suave. Lo follé suave, para dejarlo seguir chupando. Daniel me miró y se rio. El chico estaba que volaba, verga por los dos lados, no aguantó más y se empezó a masturbar. Agregó entonces un leve movimiento de su culo y de pronto sentí cuando se acabó, me apretó la verga y siguió con una sucesión de aprete y afloje deliciosa, tan buena que no pude contenerme y le di toda mi leche adentro, sin preguntar. Recién ahí me di cuenta de que estaba en pelo, sin condón. ¡Por eso era tan fantástico! Por otro lado, un error inexcusable de mi parte, pero ya estaba hecho. ¡Cuánto mejor se sentía sin forro!
Sin decir nada, después que acabó, agarró su plug y su toalla y se fue. Ni gracias dijo, jejeje. Nos quedamos mirándonos con Daniel.
- te gustó? - preguntó, mientras se acariciaba su polla dura, grande, apetitosa, - yo no acabé.
- dame unos minutos, -le pedí, - y nos ocupamos de ella...
- déjame que te prepare el culito mientras te recuperas, puedo?
Me rei y me apoyé en el banco de arriba, ofreciéndome. Me acarició las nalgas, suave, con cuidado. Luego pasó un dedo por el surco del medio, también despacio, cariñoso. Encontró el agujero y lo exploró con su dedo, alrededor, un poquito adentro, sin forzar porque aún estaba tenso. Lo aflojó un poquito. Se puso detrás mío y me escupió, distribuyendo enseguida su saliva, insistiendo en el agujero. Entonces sentí su aliento y su lengua, húmeda y caliente, explorándome. Suspiré. Me metió la lengua, dura, persistente, queriendo ir adentro. Me aflojé y me dejé chupar. Lo hacía muy bien. Ansioso se ayudó con los dedos, penetrándome con ellos y abriéndome más el culo. Ya me quería follar. Sentí como me metía dos dedos y luego más, cómo acompañaba con su lengua y con la otra mano me buscó la polla, aún blanda.
Oi que se abría la puerta y que entraban al menos dos, por que hablaban entre ellos en inglés. Vi que se acercaban y cuando nos vieron pidieron disculpas y se sentaron. Se veía sus sombras. Seguro que ellos veían las nuestras y nuestras posiciones eran muy explícitas.
Más porque Daniel decidió que ya era bastante y se paró, me apoyó su verga dura en el ojete y la metió un pedacito, explorando. Gemí de gusto. Sabía que nos estaban viendo y eso aumentaba mi excitación. La verga ya estaba algo más dura. Al oír mi gemido de placer Daniel presionó y se fue enterrando todo adentro mío. Sentía su verga entrando en mí, abriéndome sin pausa, su mete saca no se hizo esperar y fue con violencia de macho caliente. Me sacudía y un par de veces se salió del todo y debió buscarme para poder volver a penetrarme. No duró mucho y se acabó fuerte, dejándola bien adentro, mientras yo sentía su polla latiendo al soltar sus lechazos en mi interior. Por primera vez dudé si él se había puesto forro, esperaba que sí. Se quedó así, quieto, un poco. Yo soportaba su peso con mis brazos. Finalmente suspiró y se paró, dejándome libre. Su polla se salió sola.
Al mirarla cuando me di vuelta vi que no tenía forro. Todavía estaba medio dura y con lefa.
Se acercó y me besó.
- Perdón por no haberme puesto forro, pero tenía muchas ganas de ti. Quería follarte así. No te preocupes que estoy sano.
Fue muy raro, lo abracé y nos besamos, desnudos nuestros cuerpos, a la vista de desconocidos en una sauna normal. Me sentí muy raro, muy perverso y caliente.
 
Daniel también lo aceptó.
Me sacó su polla de mi boca y se la ofreció a nuestro nuevo amigo.

Este la agarró y se la llevó a sus labios. La besó y, abriendo la boca, se la metió entera, ¡hasta la base! ¡Sabía lo que hacía!
Lo mire más atentamente. Era alto, delgado, muy blanco, sin vello en el cuerpo y el pelo rubio, casi blanco, colgaba largo hasta los hombros. Estaba mojado por la humedad del ambiente. Seguía con la toalla en la cintura, cubierto. No creo que tuviera más de 25 años, tal vez menos. Le busque la polla y cerró las piernas, no dejándome explorar.

Sin soltar a Daniel se paró.
Alto, se agachaba para seguir chupando. Le saqué la toalla, aunque trato de impedírmelo.
Tenía puesta una tanga brasilera de encaje, roja. Entendí por qué no quería que le sacara la toalla. La corrí y su polla quedó a la vista, bien erecta hacia adelante y arriba. Era de largo normal pero fina, con un glande morado, chico y en punta. Se la agarre. ¡Me sorprendió su dureza, parecía un fierro!
Con la otra mano le acaricie el culo. La piel de sus nalgas era suave como la de una mujer. Busqué su ojete y lo encontré ocupado Tenía puesto un plug anal! Se lo moví y suspiro, con la boca también ocupada por la polla de Daniel. ¡Jejeje!
Agachado como estaba para chupar la polla de Daniel, ofrecía su culo. Me pare detrás de él, le bajé la tanga y le saqué el plug. Lo miré y estaba limpio. Tenía el culo abierto y lubricado. Me dieron muchas ganas y se la metí. Entro de un golpe. Dijo algo como -Rumpff!- con la boca llena, jajaja, y se quedó quietito, con mi polla adentro.
El culo estaba muy caliente y suave. Lo follé suave, para dejarlo seguir chupando. Daniel me miró y se rio. El chico estaba que volaba, verga por los dos lados, no aguantó más y se empezó a masturbar. Agregó entonces un leve movimiento de su culo y de pronto sentí cuando se acabó, me apretó la verga y siguió con una sucesión de aprete y afloje deliciosa, tan buena que no pude contenerme y le di toda mi leche adentro, sin preguntar. Recién ahí me di cuenta de que estaba en pelo, sin condón. ¡Por eso era tan fantástico! Por otro lado, un error inexcusable de mi parte, pero ya estaba hecho. ¡Cuánto mejor se sentía sin forro!
Sin decir nada, después que acabó, agarró su plug y su toalla y se fue. Ni gracias dijo, jejeje. Nos quedamos mirándonos con Daniel.
- te gustó? - preguntó, mientras se acariciaba su polla dura, grande, apetitosa, - yo no acabé.
- dame unos minutos, -le pedí, - y nos ocupamos de ella...
- déjame que te prepare el culito mientras te recuperas, puedo?
Me rei y me apoyé en el banco de arriba, ofreciéndome. Me acarició las nalgas, suave, con cuidado. Luego pasó un dedo por el surco del medio, también despacio, cariñoso. Encontró el agujero y lo exploró con su dedo, alrededor, un poquito adentro, sin forzar porque aún estaba tenso. Lo aflojó un poquito. Se puso detrás mío y me escupió, distribuyendo enseguida su saliva, insistiendo en el agujero. Entonces sentí su aliento y su lengua, húmeda y caliente, explorándome. Suspiré. Me metió la lengua, dura, persistente, queriendo ir adentro. Me aflojé y me dejé chupar. Lo hacía muy bien. Ansioso se ayudó con los dedos, penetrándome con ellos y abriéndome más el culo. Ya me quería follar. Sentí como me metía dos dedos y luego más, cómo acompañaba con su lengua y con la otra mano me buscó la polla, aún blanda.
Oi que se abría la puerta y que entraban al menos dos, por que hablaban entre ellos en inglés. Vi que se acercaban y cuando nos vieron pidieron disculpas y se sentaron. Se veía sus sombras. Seguro que ellos veían las nuestras y nuestras posiciones eran muy explícitas.
Más porque Daniel decidió que ya era bastante y se paró, me apoyó su verga dura en el ojete y la metió un pedacito, explorando. Gemí de gusto. Sabía que nos estaban viendo y eso aumentaba mi excitación. La verga ya estaba algo más dura. Al oír mi gemido de placer Daniel presionó y se fue enterrando todo adentro mío. Sentía su verga entrando en mí, abriéndome sin pausa, su mete saca no se hizo esperar y fue con violencia de macho caliente. Me sacudía y un par de veces se salió del todo y debió buscarme para poder volver a penetrarme. No duró mucho y se acabó fuerte, dejándola bien adentro, mientras yo sentía su polla latiendo al soltar sus lechazos en mi interior. Por primera vez dudé si él se había puesto forro, esperaba que sí. Se quedó así, quieto, un poco. Yo soportaba su peso con mis brazos. Finalmente suspiró y se paró, dejándome libre. Su polla se salió sola.
Al mirarla cuando me di vuelta vi que no tenía forro. Todavía estaba medio dura y con lefa.
Se acercó y me besó.
- Perdón por no haberme puesto forro, pero tenía muchas ganas de ti. Quería follarte así. No te preocupes que estoy sano.
Fue muy raro, lo abracé y nos besamos, desnudos nuestros cuerpos, a la vista de desconocidos en una sauna normal. Me sentí muy raro, muy perverso y caliente.
Vaya pasada de relato! Me ha puesto como una moto
 
Llegué de regreso a la habitación cuando eran más de las 9.

Tania dormía tal como la había dejado. Desnuda, destapada, boca abajo, su hermoso culo era una tentación. Bronceado, no tenía marcas de tanga, bueno, la única que tenía antes era un pequeño triángulo en la parte más alta del surco, las nalgas siempre estaban bronceadas porque usaba tangas colaless siempre. Además, también tomaba sol siempre topless, así que tampoco tenía marcas en las tetas.
Pero ahora ni eso tenía.

A mí se me volvió a mover la polla. ¡Era increíble! Nunca follé tanto y nunca estuve tan caliente todo el tiempo. Parece que luego de mi orgasmo en el culo del rubio, la follada de Daniel me había recargado las pilas. Ver la cola de Tania me hacía rápidamente efecto. Pensé en despertarla.
Pero lo descarté y me fui a duchar.

Después de una larga ducha caliente me afeité bien, para que Tania no se quejara de que la pinchaba Me puse mis cremas, incluyendo una suavizante y humectante en el culo que me ardía un poco.
Era un agradable recuerdo de una tarde muy divertida y diferente.

Hacía tiempo que no follaba el culo de un hombre. Si bien habitualmente soy pasivo con los hombres de vez en cuando me dan ganas de follar un culo bien follado. En general es con hombres bien femeninos, como el de esta tarde.
Recordándolo se me puso algo morcillona la verga, y la acaricié en una suave paja.

Desnudo y medio erecto salí del baño y desperté a Tania.
Lo hice chupándole el culo. ¡Qué ganas que le tenía! No se movió, sólo estiró el brazo y me acarició la cabeza, enredando su mano en mi cabello. Estaba muy rica, y algo abierta, no me costaba nada meter mi lengua. Siempre sentía cuando la puntita entraba. Hoy no. Tenía un gusto distinto también. ¡Seguro que esos dos se lo habían follado y enlechado!
Eso no me lo contó. Me gustó descubrirlo para bromear luego con ella.
Finalmente me sacó, se dio vuelta en la cama, desperezándose.
La cubrí, buscando follar, pero me sacó.

- estás insaciable!, ¿qué te pasó? no follasteis con tus amigos? Tengo que bañarme y lavarme la cabeza, tengo el pelo horrible con el sol y el agua salada...voy a demorar, vístete y anda a tomar algo por ahí. Veni a buscarme a las 10-y media.
- me dieron ganas cuando te vi ese culito divino que tienes, pero es verdad que follé, si, muy bien. Y ahora tengo ganas de nuevo. ¿No quieres un poquito? ¿En el culo?, ya que lo tienes algo abierto...
- jajaja, te diste cuenta? bueno, pero después, ahora no podemos, quedé con Beto y sus socios para cenar a las 10 y media
- cuando vas a agregar otra mujer? para que yo me entretenga mientras tu juegas con tus amigos
- olvídate de eso, yo no quiero ser cornuda, no me gusta como a ti. Los hombres no cuentan, pero otra mujer si, no quiero. Ya sabes, así que no me entere porque te vas a arrepentir. ¿Está claro?
- está bien, mientras no te enteres no importa?
- Si no me entero, pero cuidado con que me dé cuenta, las mujeres tenemos un sexto sentido con eso. Dale amor, déjame que tengo que trabajar para estar linda...

Y me fui al bar, a ahogar mis penas en single malt.

En eso estaba cuando se sentó en la barra una pareja. Mayores que nosotros, tendrían 50 años. Estaban muy bien. La mujer delgada, casi sin tetas y obviamente sin sostén ya que se veían sus tetitas claramente por el escote de la camisa de seda roja suelta, con dos botones convenientemente abiertos. Pantalones azul oscuro de corte masculina le daban muchos estilo y clase. Calzaba zapatos de vestir, con taco no muy alto. Era rubia, de pelo corto, teñido seguramente, sus ojos gris verdoso. Poco maquillaje. Cuando se sentaron saludaron con un - Buenas noches y siguieron hablando de sus cosas.

Me gustó que ella también pidió whisky. Me gustan las mujeres que toman whisky, hahaha. Pero ten cuidado Pedro ¡tiene marido y tu mujer te lo prohibió, es celosa!
Estaba sentada a mi lado y, cuando yo pedí el segundo pidiendo por la marca, se dio vuelta y me sonrió.

- así que tú también tomas McCallan, me gusta eso, me siento acompañada, porque mi marido no toma alcohol y me hace sentir culpable. Gracías por ayudarme, soy Cecilia. Ceci.
- no a todas las mujeres les gusta el whisky y conocen a Mr. McCallan, soy Pedro.

Me paré, le di un beso en la mejilla y fui a saludar al marido. Se presentó con solo su nombre, como se usaba en ese hotel, Juan se llamaba.
Era poco más alto que ella, ni gordo ni flaco, con algo de barriga. Cara redonda, nariz chica, ojos oscuros, duros, y labios gruesos. Sonrió sin mucho entusiasmo. Calvo y rasurado totalmente.

Estuvimos charlando y tomando algo por casi una hora, hasta que tuve que ir a buscar a Tania. Ceci me preguntó x mi mujer, como era, que hacía, y me dijo que sabía quién era porque me había visto con ella y otros amigos anoche. Anoche fue el desmadre con Santiago y Beto, así que la tenía bien identificada. Eso me gustó.
Ya estábamos los tres achispados, nos hablábamos más fuerte, nos tocábamos, todo eso.
Él incluso en un momento que volvió del baño se paró entre nosotros y participaba más, acariciaba a su mujer, hasta un poco demasiado, como mostrándola, haciendo algunas demostraciones de afecto íntimas un poco fuera de lugar en un bar público.

Me parecía que ella quería algo conmigo, pero me intrigaba el marido. ¿Me la estaba ofreciendo?
Participaba menos de la conversación, pero no molestaba ni parecía enojado por la actitud de su mujer de cierto flirteo.
Me parecía como que la dejaba hacer. O que tal vez la estimulaba a acercarse más a mí.

Finalmente llegó la hora de irme, le fui a dar un beso y x alguna razón nuestros labios se encontraron. Fue muy cortito, pero cálido y húmedo. Perdón, dijimos los dos, algo sorprendidos, cortados, el marido se rio y me extendió la mano, firme, mientras me palmeaba el hombro,

- qué cosas suceden! verdad? ¿O será el inconsciente de ambos? mmmmm, vamos a deber tener una charla con Ceci, hahahah

Ceci pareció quedar algo cortada, pero me hizo una guiñada!
Me fui contento, algo había pasado. Pero no le iba a decir nada a mi mujer. Ella quiere que la engañe, hahahah
 
Cuando llegué al restaurant ya estaban en la mesa Beto y sus socios, Daniel y Quique, como supe luego que se llamaba.
Me senté y estuvimos hablando de negocios. Me explicaron que era lo que hacían. Buscaban empresas que por su giro o lo que fuera eran viables y estaban en problemas, deudas o mala gestión en general eran los problemas. Las compraban o se hacían con el control, las reflotaban y las vendían. El último habia sido con una barraca de construcción en una zona en desarrollo. La compraron, la gestionaron y la vendieron dando ganancias en 15 meses. Cada uno ya sabía que hacer cuando entraban.
Cuando ya estábamos sin saber de qué hablar, llegó Tania. Venía con una mujer, mayor que ella, de unos 40 o 45 años, bien vestida y elegante. Buena figura, tetas medianas, destacadas en un vestido muy escotado. Se veían firmes y redonditas, seguramente operadas. El vestido estaba abierto en el centro, desde el cuello hasta el ombligo. Los breteles eran anchos y se continuaban cubriendo las parte central y lateral de las tetas, que se veían en el centro. Claramente sin sostén. Todo bronceado.
La falda era suelta, corta a medio muslo. Buenas piernas, musculosas, sin medias, firmes. Calzaba zapatos con taco alto que formaban bien sus pantorrillas.
De pelo corto, oscuro, como sus ojos, tenía una cara rara, atractiva pero no bonita. Un rostro alargado, fino, de nariz prominente, mentón huidizo y labios finos. No era linda. Pero exudaba sexo.
La presentó como una amiga, Zuly. La hizo sentarse al lado de Beto y ella se ubicó a mi lado, entre Daniel y yo.
Se me acercó y me dijo en el oído:

- así que éste es el gordito follador, me lo voy a apretar a ver que hace, hahaha
- vas perdida, no tendrás respuesta.
- veremos,
- cuando fui por tí la primera vez pensé que eras gay, tan pulidito que estabas, y no me equivoqué tanto, no?

Es curioso el efecto que los gay tienen en las mujeres a veces. A Tania le provocaban ganas de follárselos, de ver si ella era capaz de hacerlo ser hetero. Eran un desafío a su femineidad.
Tania estaba vestida muy sexy, como acostumbraba. Mini, muy mini y apretada, que cuando se sentaba se subía aún más. Arriba se había puesto una remera de seda cerrada, sin escote, pero era evidente que no tenía sostén. Sus tetas se movían escandalosamente porque la tela se pegaba a sus formas, destacando el movimiento y el relieve de los pezones, endurecidos por el roce contra la fría tela. Era peor de que fuera topless. Me pregunté si tendría tanga. Si la tenía seguro que era blanca y transparente, las que usaba cuando quería que se las vieran. Y con esa mini era inevitable que se la vieran. Estaba vestida para la guerra.
La cena transcurrió normalmente. Beto fue por Zuly y mi mujer por Daniel. No parecía que a ninguno de los dos les fuera muy bien en su intento.

Después de cenar Beto nos invitó a todos a su suite para cerrar la noche.
Había pedido un mozo y bebidas. Nada de comer, solo bebidas.

Quique, el financista de la sociedad se excusó y se fue a dormir. Beto nos explicó que era una especie de monje, cuya religión era la economía y el dinero. Vivía solo en un apartamento de lujo, con cocinero y mucama. No se le conocía ninguna relación amorosa. Tenía familia, un hermano y sobrinos, a quienes veía mucho.

Así que éramos 3 hombres, uno gay activo, otro hetero y otro bi; y dos chicas, Tania bien puta, Zuly no se le notaba nada. Sería gay y por eso la traía Tania? O era normal y venía a enfiestarse con nosotros?
 

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