Diferentes Formas De Amar

Capítulo 4. Lujuria.

Volvemos al reservado, Sonia seguía morreándose con Isidro, Vestía una minifalda cortísima junto con un top que le tapaba justo sus escasas tetas, cubría el conjunto un blusón transparente que más que tapar era como el papel de envolver un regalo. El chico estaba sentado en un sofá de dos plazas y ella se colocó medio recostada, abrazada a él, sus brazos rodeaban el cuello de su novio y seguía morreándolo con pasión, comiéndose mutuamente la boca. Las lenguas libraban una batalla sin cuartel.

A su espalda estaban Elías y Pablo observando la escena. La falda se le había subido dejando a la vista su potente trasero tapado con unas bragas brasileñas con motivos florales, orquídeas con un fondo rosáceo que combinaban a la perfección con el blanco de la minifalda. Isidro tiró de la minifalda hacia arriba quedando enrollada a su cintura. Las lenguas seguían su trabajo, explorando los sabores, las humedades, gozando de los preliminares, calentándose mutuamente. Isidro deslizo su mano derecha desde la cintura hacia su zona pélvica introduciéndose por debajo de la banda elástica. Los dos amigos se estaban frotando el paquete, la tenue luz del reservado era suficiente para observar las caricias de la pareja. El olor a sexo ya se percibía en el ambiente. Elías se aproximó y tiró de las bragas, era difícil moverlas por la posición en la que se encontraba la chica, pero ella colaboró levantando el culo. No parecía que le importase la situación.

Pablo salió del reservado y regresó poco después acompañado de otra chica de características físicas similares a Sonia. Nada más entrar en el reservado el chico del pepino la empujo al sofá que estaba libre y empezó a desnudarla. Le despojó del vestido de tirantes quedando en ropa interior, la sujetaba por la cintura con una mano, mientras le lamia el rostro, y con su otra mano le agarraba del culo. Delante de ellos, Elías ya se había sacado la polla y se masturbaba lentamente con la mano derecha y la izquierda la tenía entre los cachetes del culo de Sonia. Además, con el dedo medio le frotaba el anillo estrellado de su ano. Bajando de posición, pellizcando el clítoris y moviendo la mano a lo largo de los labios menores, Sonia estaba en la gloria, Isidro le había despojado del top y le comía sus duros pezones en menos de un minuto alcanzo un fuerte y ruidoso orgasmo.

Isidro se levantó y sacándose los pantalones y calzoncillos le ordeno a Sonia que se arrodillase sobre el sofá y le comiera la polla. Elías se colocó detrás de ella, que con el culo levantado ofrecía una inmejorable posición para acceder a su coño. Elías se puso en cuclillas y mientras le comía el culo con las manos le tiraba de los pezones.

Pablo por su parte no perdía el tiempo y tenia a Silvia, que así se llamaba la chica, ensartada por el culo. Los dos estaban desnudos, ella con la espalda pegada al torso de él, mostraba un pubis peludo con el vello rubio, los labios vaginales eran prominentes con un clítoris inflamado que sobresalía claramente de su capuchón. Tenía la polla de Pablo profundamente ensartada en el culo, botaba de forma rítmica sobre sus piernas a la vez que gritaba incomprensibles quejidos, de placer, dolor… vete a saber. Elías cambió de pareja y acercándose a Silvia le comió la boca mientras con la mano buscaba su abertura y tanteando le acercó su polla, dura como el acero. A continuación, intentó penetrarla vaginalmente emparedando a la chica, pero no lo conseguía.

Joder Elías, mira que eres inútil – le dijo Pablo – espera un momento que nos movemos los tres y a ver si consigues meterla.

Venga ya, no perdáis el tiempo que estoy a punto de correrme- se exclamo Silvia-

Un momento, quietos los dos. Eso es, hasta el fondo. – grito Elías-

Empezaron una carrera desbocada y sincronizada que los llevó al clímax en pocos minutos. Al otro lado del reservado, Isidro se follaba a Sonia sin disminuir el ritmo, dentro fuera, dentro fuera, ella gemía y pedía:

Dame más duro, más duro, venga que me falta poco.

Eso es gatita, ronronea y mueve el culo.

Date la vuelta y ponte mirando al trio del sofá.

Ummmm que bueno, dame, Isidro, dame, eiii vosotros venid aquí que un trio y una pareja es un fool y yo ya estoy fool del todo. Me podéis engañar y volverme loca todo a la vez, aaaaaaaaaaaaaa me corro.

Date la vuelta que voy a correrme yo también, en tus pequeñas tetas, ahhhhhh toma leche bebé.

Quedaron los cinco derrotados, eran las 2 de la mañana, Sonia se vistió y se marchó a su casa, satisfecha y a la vez preocupada por lo que diría su madre.

En el reservado los tres mosqueteros volvieron a la carga con Silvia, la cogieron en brazos entre los tres y la llevaron al pasillo de comunicación con el edificio vecino. A Silvia ya la tenían domada. El pasillo era el clásico pasillo francés y de los agujeros laterales ya asomaban varias vergas pidiendo guerra. Silvia se arrodillo y empezó a chupar la primera polla que asomaba a su derecha. En poco más adelante estaban arrodilladas dos chicas más y un chico. Los tres estaban desnudos. Las dos chicas que mamaban la misma polla y el chico con el culo contra el agujero de la pared estaba siendo penetrado por el desconocido del otro lado del pasillo. Ellos no podían ver al dueño de la polla, pero los clientes disponían de cristales tintados que permitían ver lo que pasaba en el pasillo.

Capítulo 5; sospechas.

Sonia llegó a casa sobre las 2:20 de la madrugada. Su madre la estaba esperando en el sofá con cara de circunstancias.

Hola, mamá ¿Qué haces levantada? No tienes sueño.

Tú me lo quitas, desde que conocí al sujeto ese que dices es tu novio tengo una sensación extraña, un desasosiego que no indica nada bueno.

¡Joder! Mira que eres desconfiada. Yo te puedo asegurar que no hay nada de qué preocuparse. ¿Tu piensas que van a abusar de mí? ¿cómo temes que pueda pasar algo semejante? ¿Qué tiene las manos largas? De acuerdo, y alguna cosa más también la tiene larga. Yo solo busco divertirme, no estoy enamorada.

No seas descarada. Los hombres no se miden por la largada de su polla. Se miden por su integridad, su compromiso en el cumplir con sus responsabilidades… y si encima te quieren y la tienen de buen tamaño, pues encantada de la vida. Aunque, recuerda, la polla crece con aportación sanguínea, cuanto más grande, más sangre necesita para empinarse. Los tíos con pollón les baja la sangre del celebro a la polla y piensan con la cabeza del rabo. Son los peores. Pagados de sí mismos, egocéntricos y egoístas. El tal Isidro es de estos. Te la va a pegar tarde o temprano.

Eres una exagerada mami. No voy a comentar contigo más detalles, pero te puedo asegurar que me tiene contenta.

Venga vamos a dormir, que te estas comportando como una fresca. Mañana a las 8 de la mañana agarramos la furgoneta, montamos las bicis y nos vamos a quemar energías y calenturas.

Noooo que quiero dormir, vete tu sola.

Ni hablar, si uno es bueno para la juerga también lo debe ser para las obligaciones, tú te levantas a las 7,30 te duchas y se te pasan las tonterías. No se hable más, buenas noches.

Buenooooo buenas noches, ogro.

Al día siguiente, en el horario acordado estaban montadas en la furgoneta. Solo hacia una semana que la habían adquirido de segunda mano. Era una Mercedes Vito habilitada como motor home. Estaba bastante rodada, era de una peña futbolística que se la quitó de encima por desilusión en su equipo. Para lo que la necesitaban era más que suficiente. Acercarlas al principio de la ruta, con sus bicicletas a buen resguardo. Las maquinas valían una fortuna, unos 5000.- euros la unidad.

El vehículo les proporcionaba la comodidad suficiente para desplazarse al lugar escogido como inicio de ruta, a la vez que disponían de un vestuario sobre ruedas donde cambiarse de ropa, ducharse, darse un tiempo de relax con los suministros e útiles necesarios.

El lugar escogido estaba a 15 km. de la ciudad era un espacio habilitado para aparcar autocaravanas y desde allí empezarían la ruta de unos aproximadamente 100 km.

No tenían que temer nada, pues no había motivo para sentirse amenazadas. Pero Carmen no estaba relajada, sentía una tensión interna que le advertía que algo iba mal. En el trayecto hasta la zona de acampada no ceso de mirar por los retrovisores, siguiendo con la mirada cualquier vehículo que pudiera seguirlas o simplemente que se acercara a ellas. Como decía constantemente: que yo sea una paranoica no quiere decir que no me persigan.

Sonia a su lado se reía de sus miedos. Todavía tenía el coño atormentado de la intensa sesión de folleteo del día anterior. El sillín de la bicicleta no ayudaría a calmar la penetrante picazón. Se removía en el asiento intentando encontrar una posición confortable. Carmen la miraba de reojo, a ella no se le escaba nada.

¿Qué te pasa, Tienes el mal de San Vito? Que porqué la furgo sea una vito no significa que el nombre sea contagioso.

Cállate ya graciosilla, que tengo un picor insoportable, habré dormido en mala posición.

Si, si será eso

No seas sarcástica. A veces me pasa que la ropa me irrita la zona intima

Mejor sea esto. Pero me temo que con tanto traqueteo te habrán pegado cualquier porquería.

Ya estamos, tú siempre pensando lo peor.

Piensa mal y acertarás.

Anda cállate, que a ti también te iría bien un poco de marcha.

Yo todo el roce que necesito es el del sillín de la bicicleta.

No me extraña que siempre tengas tan mala leche. Una alegría de vez en cuando te ayudaría a calmar los ánimos….

Claro claro, me acerco contigo a tus amigos y se me pasan todos los males.

Mira no es mala idea, mañana te vienes conmigo.

Antes me tiro de un puente, eres un pendón desorejado. No sé qué voy a hacer contigo.

Cuando faltaba poco para llegar al destino de acampada le pareció que un todoterreno de grandes dimensiones les estaba siguiendo, lo controlaba por el retrovisor. Llegando a la zona reservada para estacionar, el todoterreno les adelantó y se perdió de vista. Falsa alarma.

Recorrieron la ruta trazada de antemano sin ninguna novedad. Carmen estaba en tensión, toda la ruta se la pasó mirando alrededor, temiendo la aparición del todoterreno cosa que no sucedió.

Venga mami, relájate ya ves que no hay peligro.

Eso lo dices tú, pero te puedo asegurar que la liebre salta cuando menos te lo esperas.

Por cierto, hoy por la tarde tengo trabajo, después de comer te dejaré sola en casa.

No te preocupes, la casa está a salvo. No montaré ninguna fiesta salvaje.

De vuelta a casa llegaron sin novedad al aparcamiento de la Vito. Era un edificio próximo a su hogar, no más de 300 metros, así que al salir de nuevo a la calle solo les quedaba unos minutos de trayecto. Carmen no solo seguía atenta a todo lo que se movía, también observaba con atención los vehículos aparcados. De manera que en cuanto vio un todoterreno oscuro, grande y con los cristales opacos aparcado cerca del portal de su edificio se quedó congelada. Sonia seguía con su verborrea sin percatarse de nada. Era evidente que les estaban siguiendo. Las casualidades no existen.

Rápidamente entraron en su portal y sin pausa alcanzaron su piso. Una vez a salvo Carmen repasó mentalmente todo lo sucedido buscando alguna pista para iluminar todo el entramado que le preocupaba cada vez más.

Primer punto, Sonia le presenta a su novio y no le gusta nada, ni él ni su manera de comportarse.

Segundo elemento, descubre que su hija está experimentando con su sexualidad. Comportándose de forma promiscua y peligrosa.

Tercer punto, les siguen sin tener ningún motivo real, justificado para ello.

Aquí ahí gato encerrado. Sera necesaria una investigación más a fondo. Ella sola no puede solucionarlo, requerirá la ayuda de personas de su confianza cualificadas para ello.



Capítulo 6 Jaime.

El director de la academia de música donde trabajaba y trabaja Carmen era una persona cercana a ella. Jaime Rodríguez y Carmen se conocían desde que ella empezó a trabajar allí 15 años atrás. En aquel entonces él era profesor como ella, pero pronto ascendió a director. Todo ello a resultas de un braguetazo, se casó de penalti, veinte años atrás, con la hija del dueño de la academia Helena Martín y, de profesor a director solo pasaron unos pocos años. En cuanto el padre de Helena se jubiló le ofreció el puesto de mando.

Con Jaime siempre tuvo buena relación. Sin embargo, con Helena la relación era fría, distante, se caían mal desde un principio. Su sexto sentido le advertía que no era trigo limpio. Su trato con ella era lejano, pues por la academia solo aparecía muy rara vez. Helena tenía su propio negocio, un centro de fisioterapia ya que ella estaba licenciada en esta especialidad y tenía su actividad lejos de la academia.

Jaime le hablaba a menudo de ella. Su relación era muy tormentosa. Él se encargaba de todo lo relacionado con la academia, ella no metía baza allí. Por el contrario, en su casa Jaime pintaba poco, era el típico marido calzonazos que decía si a todo. Tenían una hija en común, Silvia de 19 años, fruto del embarazo que tuvo como consecuencia la alianza matrimonial. Helena tenía un carácter dominante, todas las cosas eran dirigidas y controladas por ella. Jaime era un cero a la izquierda. Muchas veces le explicaba como de frustrado se sentía, como su vida de pareja era un espejismo. Ni tan solo compartían habitación. Helena lo había echado del dormitorio conyugal alegando que roncaba y no la dejaba dormir. Muchas noches, desde su cama, la oía hablar por teléfono, reírse y comportarse como si sus intereses estuvieran lejos de los propios de un matrimonio.

Jaime tenía 50 años, de físico menudito 1,60 como Carmen. El pelo canoso, con una barba recortada, también canosa, pero sin bigote. Muy delgado, estaría sobre los 60 kilos, todo ello podría decirse que no era un hombre de características físicas especiales. Pero su carácter era afable, cercano con todos los profesores y gente con la que se relacionaba. Nunca tenía una palabra más alta que otra. Su acento gallego le daba una especial modulación a su voz, proyectando más ternura y cercanía a sus interlocutores, más si cabe. Por el contrario, Helena era más alta que él, estaba por encima del 1,70, físicamente fuerte, su profesión le comportaba ejercicio constante para el trato con sus clientes. Morena, con el pelo rizado cortado a media melena sobre los hombros. Un busto rotundo, de vientre plano con unas caderas poderosas y unas piernas larguísimas. Tenía la misma edad que Carmen, 45 años.

Jaime sospechaba que Helena le era infiel, aunque nunca no lo había podido probar.

Por todo lo cual, Jaime era un hombre triste, amargado. La única alegría la tenía en su hija Silvia. Físicamente era parecida a él. Menuda rubia, como el antes de ser canoso. Tímida y cariñosa. Era el centro de su vida. Aunque últimamente la veía poco. Era una chica ocupada, con sus estudios de Humanidades y las salidas con sus amigos no le quedaba mucho tiempo para compartir con su padre.

No sé si es necesario decirlo, pero Carmen tenía mucho aprecio hacia Jaime. Si no fuera que era un hombre casado, y ella odiaba a los infieles, podría decirse que el aprecio que le tenía podría convertirse fácilmente en enamoramiento. Pero claro las circunstancias personales de Jaime le impedían dar el paso definitivo y mantenían una amistad cercana, pero sin pasar de amistad.

Ese martes, después de semana santa, cuando Carmen llego al despacho de la academia se encontró con un Jaime cabizbajo, lloroso, una persona derrotada.

Por dios, Jaime ¿Qué te pasa?

Estoy hundido, Carmen. He escuchado un fragmento de conversación entre Helena y Silvia y es horroroso.

Me estas asustando, Jaime.

Mas asustado estoy yo.

Cuéntame, ¿Qué es lo que oíste?

Pues Silvia se quejaba del trato que recibía de Helena, y su madre les decía que si le escocia se pusiera pomada………

No sé qué pensar………
 
Capítulo 7

Encuentros inesperados.

En contra de lo que se podía pensar ni Sonia y mucho menos Silvia sabían que sus padres trabajaban juntos. El mundo de Silvia pasaba por el estudio de Humanidades, pero no coincidían en materia ni en facultad. La materia de estudio de la hija de Carmen era mucho más terrenal. Cursaba geología, ahí lo de terrenal, en la facultad de Bellaterra.

Estaba transitando por tercero de carrera y lo que peor llevaba eran las practicas. El resto lo iba sacando adelante. Silvia estaba también en tercero de carrera, pero en la Pompeu Fabra. Por lo que, su conexión era en el apartado de “vicios diversos”.

El novio de Silvia era Pablo. Bien conocido por su afición a la verdulería. Claro que de profesión coincidían con Isidro. Embaucadores de niñas bien que creían que por delante solo tenían el futuro. Pronto sabrían que la parte oscura, turbia y tenebrosa de la ciudad les estaba esperando. Silvia ya tenía un grado de perversión mucho mayor que Sonia. Su paso por el Pub Hema ya estaba consolidado y conocía sus obligaciones para con los clientes del selecto Club Martin’s.

Pablo le pidió un grado más de implicación, contándole una teoría sobre la manera de estrechar más la relación. Según él, las chicas que participaban de relaciones abiertas y morbosas nunca perdían a su amor. Ya que esta, en su opinión, era una forma de consolidar su compromiso. Solidificar los lazos y fundirse en un nivel de aceptación mutua en la cual las opiniones y las relaciones externas eran solo eso, externas. Ellos dos por un lado y el resto de la humanidad en el otro.

Silvia consolidó muchas cosas, sus ganas de conocer el placer, la poca aversión a relacionarse con desconocidos. Su implicación en la trama ilegal era solo a tiempo parcial y sin conocer la totalidad del negocio. Ella solo actuaba a petición de Pablo y era a fondo perdido, únicamente obtenía placer en proporcionar a Pablo lo que el quería. Chupar pollas flácidas y mal olientes no podría decirse que fuese la meta a la cual aspiraba a cruzar.

De modo que, si Pablo estaba contento, ella se daba por satisfecha. Aunque no veía claro alguno de los aspectos de las orgias en las que se veía súbitamente envuelta. No hablamos de las fiestas organizadas con los amigos de Pablo y sus amistades. Sonia, por ejemplo, o las otras chicas que se encontraban en el pub y de vez en cuando montaban alguna bacanal con mucho vicio y poco compromiso. Silvia veía raro que Pablo la introdujese en fiestas de gente que no conocía de nada y donde acostumbraban a tratarla con desdén, insultándola e utilizándola como si fuese un objeto de usar y tirar. No sabía muy bien la clase de relación tenía Pablo con la gente de Club Martin’s , pero sospechaba que alguna cosa no era muy corriente.

La realidad era bastante peor de lo que sospechaba Silvia, y de lo que afloraba a la superficie. El Pub Hema y el Club Martin’s eran de la misma sociedad. La colaboración entre las dos empresas era superior a la que se espera de una buena vecindad. Los socios del club Martin’s podían disponer de las chicas que frecuentaban el Pub. Desde la parte privada del club se podía observar el interior del Pub y, en caso de que algún socio del Martin’s estuviera interesado en alguna de las chicas o chicos, los buitres captadores de carne de cañón se encargaban de facilitar las cosas.



Sonia y Silvia eran un caso aparte. Las dos eran un encargo de la jefa del Martin’s. Las quería bajo su yugo, costase lo que costase.

En la mayoría de los casos, las victimas no pasaban de padecer unos pocos polvos, consentidos o no. Pero alguna de las víctimas, que despertaban un interés adicional al de follárselos, sufrían un proceso de captación para su negocio. De manera que, el asunto consistía en dominar el chico o la chica con sus mentiras, promesas y riéndoles todas las gracias. Mostrándoles una cara amable, ideal, enamorándoles con tiernas palabras y sexo duro. Para que, una vez estaban bien enganchadas/os las/los llevaban, poco a poco, al camino de la prostitución. A unas victimas prometiéndoles cuantiosos beneficios, cuando lo que les faltaba era dinero y a otras, simplemente enganchándolas a cualquier sustancia que tuvieran a mano.

La mayoría de las victimas caían en las discotecas de moda. Barcelona está plagada de locales donde encontrar multitud de chicas. Turistas, estudiantes de erasmus o de cualquier otra materia, grupos de amigas con ganas de divertirse, etc. Siempre podían encontrar alguna incauta que drogar y usar de la manera más vil, aprovechándose de ellas.

Obvio que si veían en la victima algún potencial para explotar, la introducían en la rueda de la corrupción. Así que, por medio del chantaje, con fotos tomadas bajo la influencia de las drogas o cualquier sistema tan valido como perverso, sería utilizado para someter y conseguir llegar a alcanzar el objetivo deseado.

También utilizaban su encanto, como en el caso de Sonia. Pero sobre Sonia se cernía la amenaza del capricho de uno de los socios. Ese elemento, se había encaprichado de la chica y la quería para él. Acarrearía un esfuerzo extra y altas dosis de engaños, pero estaban dispuestos a todo para conseguirla. De momento el obstáculo principal era Carmen, su mama. La maldita canija del pelo azul les ponía más trabas de las esperadas.

Silvia era un caso aparte, era una chica tímida y dulce. Pero cayó con todo el equipo, un tiempo atrás, en una de las fiestas de su facultad se colaron Elías y Pablo y entre los dos consiguieron llevarla, entre alcohol y porros, al fondo de local y en un reservado se la follaron y sacaron fotos con las que la chantajearon de mandárselas a su papa. Desde entonces su carrera de folladora a destajo no hizo más que incrementarse. También era un encargo concreto de La jefa de la trama. En este caso concreto la quería someter ella personalmente. La quería bajo su control, bien amarrada y, con disposición para cualquier encargo.

Las dos chicas se conocieron en el Pub Hema. Las presentaron sus chulos, no obstante, ellas pensaban que eran sus novios. Se cayeron bien. Pero Silvia tenía otro secreto que ocultar a su papa y a todo el mundo que la conocía. Y este era otro aspecto oscuro de su familia de su madre más específicamente. Por lo que debía mantener la boca cerrada… bueno si no era para comerse unas pocas pollas.

Ese martes por la noche, cuando el padre de Silvia y la madre de Sonia estaban preocupados por lo que percibían como una amenaza real sobre sus retoños, ellas se encontraron con su pandilla de amigos en el Pub. Claro está que también estaban presentes los maestros de ceremonias, el trio calavera.

Sonia tenía muy claro quiénes eran Isidro y su banda de amigos. Solo tenías que fijarte un poco en el dinero que manejaban, como se hablaban siempre en susurros, escondiendo secretos. La familiaridad con el personal del Pub y el trato soez, grosero y altivo hacia todo aquel que no formaba parte de su círculo de influencia. La cara amable e hipócrita que le mostraba Isidro, en su relación, no era más que una fachada y ella lo sabía.

Sin olvidar que, como le dijo a su madre, ella solo busca diversión, morbo y nuevas experiencias. Su sexualidad estaba en expansión, no conocía sus límites y deseaba hallar los placeres más diversos, donde los hubiera. Isidro era una herramienta, un instrumento para alcanzar el sexo prohibido. No lo percibía como una amenaza, quizás un leve peligro por la promiscuidad. Como todo el mundo sabe las ETS estaban al orden del día y no era cuestión de olvidarlo, pero no veía nada más que no pudiera controlar. No distinguía, hasta ese momento, que jugaba con fuego.

En consecuencia, se dejaba llevar. En el momento de reunirse con Isidro iba con Silvia. las dos se encontraron por casualidad en la puerta del Pub. Isidro y Pablo las abordaron nada más cruzar la entrada del local, las estaban esperando.

Era aún muy temprano, sobre las siete de la tarde y no podía quedarse hasta más allá de las diez. Ellos las invitaron a unas copas, mientras Pablo pedía en la barra, el otro perla les propuso un juego que consistía en entrar al fondo del local sin ropa interior y dejarse llevar por las sensaciones. Tanto Silvia como Sonia no tuvieron ninguna objeción al juego y rápidamente se sacaron el tanga, guardándolo en el bolsito de mano que junto con el móvil y demás pertenecías depositaron en unas taquillas dispuestas para ello.

Los cuatro se dirigieron al fondo del local, ellas iban espectaculares. Vestían sendas minifaldas a cuadritos, la de Sonia verde y blanca, la de Silvia roja y blanca, parecían de Sevilla. Les llegaba justo debajo de los cachetes del culo, con solo inclinarse un poco mostraban al mundo entero el oscuro objeto del deseo de más de la mitad de la humanidad. Completaba su atuendo una camisa blanca, abotonada por delante, mejor dicho, medio abotonada, pues las tetitas estaban expuestas con solo un pequeño movimiento. Ellos las seguían y les sobaban el culo, Isidro ya tenía un dedo metido en el culo de Sonia y Pablo le pellizcaba las tetas a Silvia sin ninguna preocupación por las miradas indiscretas.

Empezaron bailando en la pequeña pista, rozándose los unos con las otras y calentando el ambiente. Estaban Sonia y Silvia junto con otra chica mulata de nombre Rosy. También estaban un par de chicos con aspecto femenino, muy amanerados. Con ropas y movimientos que no dejaban duda de su orientación sexual. La música que sonaba era la de moda en cualquier local de hoy en día, reguetón, salsa y poca cosa más. A cualquier boomer le estaría a punto de estallar la paciencia y la cabeza, pero a los jóvenes fiesteros de ropa escasa y lascivia aguda les ayudaba a rozarse y a calentarse más, si cabe.

Sentirse rodeada de gente medio desnuda, sobándola, comiéndole la boca a uno mientras por detrás otro le abre los cachetes del culo y le mete la lengua por el ojete. Esto no lo podía experimentar en una relación formal. Con una pareja clásica de cena, baile y polvete de despedida no alcanzaría jamás un nivel de morbo como el que estaba sintiendo en la pista de baile del HEMA. En esto estaba pensando Sonia recordando la conversación con su madre sobre la necesidad de experimentar y descubrir placeres ocultos.

En una esquina de la pista estaba Elías con uno de los chicos, se morreaban y metían mano. Según parece le daba igual carne que pescado. Elías, igual que Isidro y Pablo, tenía un físico portentoso, sobre el 1,85 de estatura, cuerpo trabajado de gimnasio sin un gramo de grasa ni un pelo que arrancar. El pelo largo, castaño claro y recogido en una coleta. Ojos de color miel, la cara redonda con una nariz prominente y una barbilla escasa, siempre utilizaba perfume Diesel y lucia una sonrisa falsa. La nariz le proporciono su apodo “el napia”.

El chico con el que estaba era delgado, no llegaba al 1,70 y visto desde atrás no se distinguía de las chicas en nada. Pelo largo, teñido de platino, culo escaso y respingón. Vestía unos pantalones leggins negros super ajustados y un suéter, con rombos de tonalidades crema, sin mangas con una camiseta también negra debajo, cerraba el conjunto unos botines de color rosado.

Elías le metía mano descaradamente, le sobaba el culo con la mano por dentro de los leggins y el chico le frotaba el paquete por encima de los vaqueros. Junto a ellos Rosy, que como las otras dos iba con todo el equipo al aire, estaba abrazada al otro chico de fronteras abiertas. Cuantos más géneros te gusten, más posibilidades de gozar.

Isidro le insistía a Sonia en que le acompañara a otra sala interior donde tendrían más intimidad y conocería otro ambiente, pero ella no estaba por la labor. Se lo pasaba bien en la pequeña sala de baile entre roces, risas y calentura.

Súbitamente Sonia vio por un instante a Pablo manipulando un vaso de los de cubata. Pablo estaba girado de espaldas tapando el momento en que vertía unos polvitos en la copa. Sin embargo, su imagen se reflejaba en la parte acristalada del fondo de la sala. Al momento se dirigió a la pareja y ofreciéndole a ella la copa manipulada se fue a seguir con lo suyo, es decir, magrearse con Silvia.

Esto era un claro síntoma de peligro. Sonia se tensó y se le pasó la calentura al instante. Hizo el paripé de beber, pero en realidad no tragó ni un sorbo. Con todos los sentidos alerta se fijó que las copas de las chicas eran diferentes de las que utilizaban ellos. Unas eran altas y estrechas y las de ellos eran tipo copa de coñac. Siguió con actitud normal, morreándose con su novio y sobándole la polla. No quería que sospecharan que se había percatado de la maniobra. Antes tenía que avisar a su amiga, advertirla que no bebiese.

Se acercó donde estaban Pablo y Silvia y abrazándose a ella, metiéndole mano bajo la minifalda y acariciando su mojado, y desprovisto de ropa, coño. Le instó a que la acompañara al baño. La chica la miró con ojos vidriosos y la empezó a seguir como un autómata, en estas Pablo las detuvo y les ordenó que le siguieran. Al instante, Silvia se volvió hacia él y empezó a seguirle. Isidro, que estaba al lado, le dijo a Sonia vamos con ellos.

Con todas las alarmas encendidas, les siguió. No quería verse descubierta y a la vez, si ellos pensaban que estaba también drogada, enterarse de algo más. Con sus estudios de interpretación no le fue difícil actuar imitando a Silvia que caminaba como una zombi siguiendo todas las instrucciones que le daban.

Salieron de la sala de baile dejando a los dos sarasas con el napia y la mulata, se dirigieron al fondo del local hacia donde estaba el pasillo francés. Sonia no había estado nunca allí por lo que tuvo una gran sorpresa cuando vio la pared llena de agujeros con todo de pollas colgando. Disimulando se quedó parada igual que Silvia, esperando que hacer.

La orden fue clara por parte de ellos.

Venga putitas, desnudaos y empezar a chupar pollas, tenéis trabajo para un buen rato-dijo Isidro sin ningún rastro de su amabilidad-

Oye Pablo- dijo dirigiéndose a su compinche- ¿llamamos a la jefa para que nos de instrucciones sobre qué hacer con estas dos?

Buena idea, ahora la llamo.

Vosotras a lo vuestro, de rodillas. Chupar, tragar y que no salpique.

Silvia ya estaba sacándole brillo a un rabo negro de dimensiones desconocidas por estos lares por lo que, no tubo más remedio que imitarla y empezar a chupar la primera polla que encontró huérfana. El pasillo era estrecho y mientras lamia la verga que le tocó en suerte desde la pared posterior asomó una mano y le metió dos dedos en el culo, sin preámbulo, bruscamente, suerte que ya venía lubricada de la sala de baile. No pudo evitar mojarse más, una cosa era el miedo y la curiosidad y otra que si te meten mano tocándote los puntos adecuados no te licues como una fruta madura. Ya estaba a punto de correrse cuando la polla que tenía en la boca empezó a soltar leche a borbotones, según parecía allí no se usaban condones. Escupió todo, pero no dejaba de estar en peligro con solo el hecho de chupar sin protección. La mano del desconocido le pellizcaba el clítoris y el dedo gordo lo tenía metido hasta el fondo en el culo, el movimiento circular sobre el botón del placer la llevó a correrse sin poder evitarlo. Con agitación del culo, buscando más contacto de la mano y removiéndose contra la pared trasera, soltó un gemido profundo seguido de un largo chorro que baño la mano desconocida.

En estas oyó como hablaba Isidro por teléfono con alguien que por deducción era la jefa, este le advertía que las tenían bajo control en la zona del pasillo y que podía pasarse sin peligro pues no se acordarían de nada.

De acuerdo jefa ya vamos nosotros a tu despacho, ahora mismo te las traemos,

Venga vosotras dos – les ordenó Isidro- levantaros que nos vamos de visita.

Las condujeron hasta el final del pasillo, entre pollas y otras bocas que chupaban, donde una puerta comunicaba el pub Hema con el Club Martin’s , después de recorrer un largo pasillo llegaron delante de una pesada puerta con el letrero de DIRECCIÓN.

Pablo llamó con los nudillos, suavemente, y desde dentro una voz femenina contesto, adelante,

Pasaron al interior y cuando Sonia vio a la mujer que estaba sentada en el sillón casi se le cae la máscara de drogada… mira quien es, será hija de la grandísima puta.



Capítulo 8

Excusas.



La noche del martes llenó de incertidumbre la ajetreada mente de Carmen. Desde la mañana, cuando llegaron de la excursión en bicicleta que no veía a Sonia. Cuando regreso de la jornada laboral esperaba retomar con su hija la conversación dejada a medias. Es decir, sobre la ocupada vida sexual y el círculo de amistades en el que se movía Sonia. Sin embargo, el piso estaba vacío no había rastro de su hija. Paso la noche en vela, esperando el retorno de Sonia, pero no sucedió. Sobre la base de que era la primera vez que se ausentaba sin avisar. Todas las alarmas se confirmaban. Algo le había pasado.

Se vistió y se dirigió a casa de Helena y Jaime. Pensaba que algo relacionado con las dos chicas tenía que ver en el misterio. Ellas no sabían de la relación laboral de sus padres, pero Carmen sí que conocía la relación de las dos chicas entre si. Su neurastenia de sobreprotección la llevo a seguir a su hija en más de una ocasión, disfrazada para no ser reconocida, la descubrió junto a la hija de su jefe. No se lo comentó para evitar ser descubierta, pero las había visto junto al chico que acudió al desastre de cena y al inútil de la verdulería.

A las diez de la mañana llamaba a la puerta del domicilio de la familia Rodriguez-Martin. Tras una breve espera Helena le abrió la puerta.

Vaya que sorpresa, la fiel empleada de visita matutina.

Buenos días, Helena, yo también me alegro de verte.

¿a qué debemos tan inesperada visita?

Quisiera, si no es mucha molestia, hablar con vuestra hija, con Silvia.

Lo siento Carmen, pero Silvia no está aquí. Esta noche no ha dormido en casa.

No quiero ser ave de mal agüero, pero algo está pasando y me temo que no es nada bueno. ¿está Jaime?

Si claro, pasa- le dijo apartándose, facilitándole la entrada en la lujosa mansión donde vivían. Nada que ver con el pisito de ella.

Helena abría paso en dirección al patio interior, que comunicaba con el acceso a la piscina y al jardín donde tenían habilitada una zona con robustas mesas de madera alrededor de una gran barbacoa. Allí estaba Jaime, leyendo el periódico y saboreando una taza de café. Al verla se levantó y apresurándose en dirección a ellas tropezó con la silla y se cayó cuan largo era a los pies de las dos damas.

Que desastre, Jaime eres más que torpe, aunque así me gustas más, a mis pies. ¿yo creo que es la posición ideal para un hombre? ¿tú qué opinas Carmen?

Opino que deberías respetarlo, es tú marido.

Tú lo has dicho: es mi marido y lo que yo haga u opine sobre él no tiene que ser asunto tuyo.

Claro, claro que sí. Es asunto vuestro lo que hagáis o dejéis de hacer. Aunque pienses lo contrario no he venido de consejera matrimonial, vengo a preguntar por si sabéis algo de donde podría estar Silvia. Mi hija Sonia ha desaparecido y ella podría tener alguna pista por donde buscarla.

No lo sabemos, también estamos preocupados, desde ayer por la tarde que no sabemos nada de ella. ¿verdad Jaime? Yo llegué tarde sobre las dos de la mañana, Salí de cena con amigas, pero Jaime ha estado en vela toda la noche, el es mas de preocuparse y no ha llamado ni, como puedes ver, ha vuelto a casa.

Esto es malo, muy malo, ¿no sabréis por donde andarían o por donde suelen ir? Es importante actuar rápido.

Vamos a tranquilizarnos – dijo Helena- no creo sea tan terrible, dos chicas jóvenes con ganas de divertirse, les habrá salido algún plan y se les ha pasado la hora de volver a casa. ¿tú qué opinas Jaime? Di algo hombre.

Pues no sé qué puede pasar, ayer cuando tu llegaste estaba pendiente de la llegada de Silvia, lo tuyo ya no me sorprende, pero ella siempre avisa y no es muy normal que hasta este momento no tengamos noticias.

Oye una cosa, Helena – le dijo Jaime- ¿tú no tenías acciones de un pub donde solía acudir con el noviete ese tan macarra con el que sale?

Sí, el Hema. Lleva mis iniciales Helena Martin, pero yo no lo gestiono hay un equipo de profesionales que dirigen el pub y el club Martin’s. A mí me pasan un informe mensual de la gestión y santas pascuas.

A partir de este punto empezó una desagradable discusión entre las dos panteras. Que si eres una pervertidora de inocentes doncellas… ¿qué yo soy qué? Ya lo has oído, una pervertidora y una mala madre. Que tú a mí no me llamas eso… te vas a enterar.

Que haya paz, chicas. Así no vamos a solucionar nada.

Si claro, desde aquí sí lo vamos a hacer- No te das cuenta de que esta arpía oculta algo.

Te voy a machacar, renacuaja- dicho esto, Helena se lanzó contra Carmen-intentando cogerla del pelo azul sin mucho éxito.

No nos olvidemos que Carmen era una experta judoca y al primer envite tenia a Helena en el suelo inmovilizada. Solo podía utilizar la boca… el resto del cuerpo estaba bajo el mando de la renacuaja.

Quieta fiera, cállate la boca. Venga ahora es el momento de confesar. ¿qué sabes tú de todo este barullo? Porqué algo sabrás, ¿no?

Te juro que no tengo nada que ver en toda esta cuestión. Pero si te quedas tranquila puedo llamar y preguntar si las han visto.

Estupendo, ya tardas.

Jaime, haz algo útil, acércame el móvil

Helena se alejó unos pasos y llamó, suponemos, al Pub. Pasados unos minutos colgó y les informó que habían estado allí pero que se habían marchado sobre las 8 de la noche. Junto con sus novios y grupo de amigos. No sabían hacia dónde.

Pues venga, yo me voy para allá si queréis venir conmigo os llevo.

Ve con ella Jaime, yo me cambio de ropa y nos reunimos en el pub.

Como quieras, venga nos vamos.



Capítulo 9

Sorpresas.

Si una cosa podía definir a la jefa del entramado era su amor por los… Caniches. Las personas eran otra cosa, mercancía, pero sus amores eran dos caniches toy, uno rojizo y el otro blanco. La hembra blanca y el macho rojizo. Orgullosos y mal criados, ladraban a todo lo que se moviese a su alrededor.

Cuando sus empleados le trajeron a las dos chicas, desnudas y drogadas, los perros empezaron a ladrar como posesos. Ellas en su estado de semiinconsciencia ni se movieron. No eran conscientes de nada y no se acordarían de nada. Simplemente obedecían.

Hacía ya unos meses que estaban trabajando para controlar a las dos chicas. Todos los esfuerzos estaban encaminados al control de Sonia y Silvia. La primera en caer fue Silvia, ya la tenían casi dominada, solo quedaban los últimos toques. Sin embargo, con Sonia era la primera reunión. Su madre había intervenido dificultando la operación. No querían contratiempos, si seguía incordiando tomarían medidas drásticas.

La directora tenía un máximo interés en ella. Varios clientes estaban pendientes del momento de follarsela. Habían pagado una fortuna para ser los primeros. Los ilusos creían que era virgen. Y lo seria, solo es cuestión de coser… y cantar. Se acercó a Sonia, y le pareció ver un atisbo de consciencia, pero no, actuaba como siempre actúan los que sufren los efectos de la droga. Mirada perdida, carencia de emociones, pasividad y lo más útil, obediencia total.

Sonia disimulaba estaba en estado shock, y no era por la droga. La que se le acercaba y le metía mano en el coño era nada más y nada menos que su tía Mónica. Si le pinchan no sacan sangre.

Una vez comprobado el material, Mónica les ordeno que se las llevasen a recuperación pero que antes les dieran una vuelta por el club y que los clientes las cataran un poco. Pero que nada de coño, boca y magreos, para empezar a subir la cotización. Les quedaban unas horas de efecto de las drogas y había que aprovechar.

Se dirigieron hacia el interior del club, y las introdujeron en una sala donde estaban los clientes VIP. Antes de la Salida del despacho de Mónica, les ordenaron que se pusieran la minifalda y los zapatos de tacón. Sin camisa, con las tetitas al aire. La pelirroja y la rubia, avanzaron por el pasillo y al entrar en la sala tanto Isidro como Pablo se situaron a una distancia prudencial, controlando que nadie se pasara más de la cuenta.

La sala era de dimensiones reducidas, una barra con un camarero que atendía a los 6 clientes que en ese momento aguardaban a las chicas. La iluminación era tenue, un poco más intensa que la luz de la luna, pero poco más. La música sonaba suave sin estridencias, música que acompañaba al contacto. Supertramp con The Logical Song sonaba en ese instante. En una esquina unos sofás de tres plazas y en el otro una pista de baile de dimensiones reducidas. Este era todo el equipo del lugar.

Los clientes se aproximaron a la entrada nada más ver entrar a las dos parejas. Se trataba de cuatro hombres y dos mujeres. Iban engalanados con una especie de batas de seda de ir por casa, similar a un albornoz, de color azafrán, que les llegaba por encima de las rodillas. Atado con una ancha cinta alrededor de la cintura.

No hubo presentaciones, no hubo galanteo previo, no se anduvieron con pérdidas de tiempo en conversaciones sobre el tiempo o la política. Directamente les comieron la boca y se las repartieron. Tres a Tres. Dos hombres y una mujer para cada una de ellas.

Los seis eran ya personas maduras, entre los 45 a 65 años. A Sonia, en la pista de baile, le comía la boca una mujer de unos sesenta años, rellenita, que se abrió la bata dejando a la vista unas tetas colgantes de dimensiones descomunales, le llegaban casi a la cintura. El culo lo tenía pequeño, anchas espaldas y pelo corto, teñido de rubio. La sujetaba con las manos en las orejas, y la lengua le exploraba la boca. Las tetas le producían un efecto de neumático, rebotando hacia atrás. Detrás de la mujer un hombre de edad parecida, se supone el marido le comía el culo a la esposa. Era delgado, casi escuálido, iba totalmente desnudo. Llevaba alrededor del cuello un collar negro con tachuelas y una jaula le aprisionaba la polla. Por detrás de Sonia estaba situado el más joven del trio, unos 45 años, alto y fornido, atlético. Con un ariete que se le clavaba en la espalda. Recordemos que Sonia era una chica menuda y delgadita.

Ella se dejaba acariciar y meter lengua, rozarse con la polla situada a su espalda y la mano, que se la habían dirigido al chocho peludo de la abuela, la movía frenética, arriba y abajo. Con dos dedos en el coño, una lengua comiéndole el ojete y otra en la boca, la abuela se corrió. Con un espasmo y un chillido de rata vieja lleno la boca del sumiso de corrida y meada.

Desde la esquina, la pareja de vigilantes controlaba que no se metiera nada en los coños de las chicas. A Silvia la tenían en el sofá, emparedada entre los tres correspondientes pervertidos que le tocaron en suerte. Estaba tumbada sobre la barriga de un maromo de una cincuentena de años, la polla la tenía flácida o ya había follado, o se le había olvidado que sin pastillas azules su polla no tenía más utilidad que la de mear. La lengua sí que sabia moverla. Le comía el coño en un 69 de libro. La mujer, también de edad similar le ayudaba a chupar la flácida polla mientras por detrás el otro semental le tenía clavada la polla en el culo.

Sonia le comía ahora la polla al mastodonte que le tocó en suerte. Tardo poco en correrse. El otro trio también habían acabado la faena. Los chicos, desde la esquina, las llamaron y emprendieron el regreso al interior del club. Tocaba recuperarse del colocón y esperar ordenes de la jefa. Subieron unas escaleras hasta la parte superior del local, donde una estancia habilitada para estos menesteres les esperaba. Dos camas de matrimonio y un baño era todo lo que necesitaban. Serían las 5 de la mañana cuando cayeron rendidos en las respectivas camas.

Al día siguiente se despertaron pasadas las once de la mañana. Las chicas con dolor de cabeza. Básicamente Silvia, Sonia la imitaba. El dolor suyo era la información recogida y las ganas de escaparse de aquel lugar.

Al intentar moverse se dio cuenta que estaba esposada a la cama…

Capítulo 10

Chantaje.

Jaime se subió a la furgoneta de Carmen y, sin mirar atrás, arrancó el vehículo como si de una salida de fórmula uno se tratara La dirección que tomaron fue, sin lugar a duda, el Pub Hema.

Oye Jaime, ¿Qué sabes tú del pub? ¿tienes algo que ver tú también en el negocio este de los bares y discotecas?

Yoooo que dices, nada de nada. Alguna vez Helena que ha hablado de ello, pero no tengo ningún interés, ni económico ni de acudir al lugar.

¿Pero tú sabes de que va el asunto? ¿es un negocio limpio o tiene algún lado oscuro?

Pues no sabría decirte. Helena no me cuenta demasiadas cosas. Ella no dirige el conglomerado. Lo fundó su padre y lo manejó el mismo durante bastantes años. Sin embargo, cuando se jubiló se lo traspasó todo a Helena. Aunque al ser una actividad que requiere invertir muchas horas en la planificación y en la dirección se cansó de ello. Ahora tiene una persona que dirige el entramado.

¿y tú la conoces a la nueva directora?

Conocer, conocer, no. Helena me la presentó en el momento de la incorporación, y la habré visto en un par más de ocasiones. Yo es que no voy casi nunca por allí.

¿Cómo se llama esta chica? ¿la conozco yo?

No creo que la conozcas, se llama Moni García, y como tú, también vino de Madrid después de un divorcio traumático.

¿Moni de Monica?

Pues no sé, supongo que sí. ¿La conoces? Es una chica muy parecida a ti. Menudita y con una mala leche que tira para tras.

Ufffff que mal!!! Mucho me temo que si la conozco. Veremos…

Siguieron el trayecto hasta el Pub, la zona donde estaba situado era de difícil acceso en coche. Tuvieron que aparcar a 10 minutos andando por las calles estrechas y bien regadas de fluidos corporales. Antes de llegar a la puerta del HEMA los temores y sospechas de Carmen habían aumentado hasta el límite de la ansiedad. Como todo se contagia, Jaime también estaba cardiaco perdido. Su niña preciosa podía tener los mismos problemas que Sonia.

La entrada del local era por una puerta maciza de roble, con una iluminación azulada que le daba un aire de nave espacial. Claro que a las once de la mañana ni luces ni nada. El local estaba cerrado.

En vista del éxito se encaminaron al recinto del Club Martin’s. Solo tenían que buscar la parte posterior del Pub, la puerta del Club estaba en la calle justo detrás.

Por lo que llegaron en un instante. Delante de la puerta de acceso, también de roble macizo, pero con la luz rojiza, les estaba aguardando Helena.

Haciendo gala de su depurada educación les abroncó por la tardanza. Sin darle mayor relevancia, pues Jaime ya estaba acostumbrado a sus salidas de tono y Carmen no quería perder el tiempo en banalidades, se dirigieron a la puerta del local y Helena abrió la puerta con su llave.

Hola, ¿hay alguien? -gritó Helena, y como respuesta, el eco.

No había nadie en el Club, a esas horas la actividad era nula. A continuación, se dirigieron a la zona privada del recinto, el lugar donde se encontraban las oficinas y demás espacios privados del club. Revisaron los despachos y no encontraron a nadie. Helena se acordó que disponían de una zona acomodada como habitación por si se requería pasar la noche en el local y se encaminaron hacia el lugar situado en el piso superior.

Según avanzaban por los diferentes pasillos se iban apercibiendo de las dimensiones, mucho mayores de lo que desde la calle se podía apreciar, del local. Carmen iba negando con la cabeza a cada nueva estancia en la entraban para revisar si allí había alguna pista. No había que ser muy listo para darse cuenta del tipo de actividad que allí se llevaba a cabo.

Oye Helena, esto es una casa de putas¡¡¡ ¿A qué te dedicas, alcahueta, corruptora de menores? Al final vas a ser la culpable de todos nuestros pesares.

No te pases canija, esto es un negocio serio, ¿no has oído hablar de los clubs de intercambios, de parejas liberales?

Sí, claro qué sí. Pero esto parece más un lupanar.

Bueno, tiene coincidencias. Aquí también vienen a follar pero es con una aproximación diferente. Putas también las hay, pero no de las que cobran, sino porqué van más calientes que el palo de una churrería. Todo el mundo que viene aquí es socio que paga una cuota, y te puedo asegurar que no es barata, aparte de pagar por los servicios. Bar, reservados, toallas etc. También pueden entrar personas que no sean socios, pero siempre invitados y acompañados de un socio.

Ya veo-exclamo Carmen- un lugar para dar rienda suelta a los más bajos instintos de gente sin moral ni respeto por las normas de convivencia y los principios de la mínima decencia.

No seas carca, aquí todo es consensuado todo el mundo sabe a lo que viene y pueden dar rienda suelta a sus más bajos instintos, a sus perversiones, a las actividades que en otro tipo de local serian un escándalo. Aquí todo es normal y nadie juzga a nadie. La sociedad necesita válvulas de escape para gente con gustos… digamos especiales. ¿me entiendes lo qué te cuento?

Perfectamente, un cuento chino es lo que me cuentas. Esto es un nido de degenerados y tú la jefa de la banda. ¿también participas tú de la fiesta? – le pregunto mirando de reojo a Jaime para calibrar que sabia él de todo este negocio.

Ahora mismo solo participo en poner la mano para cobrar los dividendos. Una vez al mes me paso para supervisar que todo siga bajo control, cobro y me olvido del tema.

No me refería a esta participación. ¿Qué si vosotros dos también acudís como pareja liberal a follar con otra gente? A esto me refiero.

Vamos a dejarlo, no es cosa tuya lo que nosotros hagamos o dejemos de hacer.

Dicho lo cual siguieron la excursión hasta las habitaciones del piso superior. Las fueron revisando una a un. Eran cuatro. Estaban todas vacías en dos de ellas se podía observar que las habían usado recientemente, las camas estaban desechas y con signos de actividad. Incluso en una disponía de unas esposas ancladas en el cabezal.

Vamos a ver, Helena ¿no has hablado con la persona que tienes como directora de este lupanar?

Y dale con lo del lupanar, tú eres de ideas fijas, ¿verdad? Sí la he llamado, pero debe estar durmiendo. La doce de la mañana es la hora de dormir para la gente que trabaja de noche. En cuanto se despierte me devolverá la llamada.

No tendrás una foto de la chica esta que ejerce como directora.

Ahora mismo y aquí, no ¿por?

Nada cosas mías.

Visto lo visto, se fueron del local sin averiguar nada de nada.
 
Madre mía qué bicho es Mónica. Ya voy recordando la maldad que tenía.
 
Por qué este relato me parece conocido?...estaba en Paji?...en TR?

La frase inicial del relato en el puesto de verduras se me hace demasiado familiar.:unsure:

"¿Un Tomate es una fruta o una verdura? Mira que es complicado, estaba el chico embobado mirando la báscula del super tratando de escoger la tecla correcta. La causa de sus dudas era clara, era más de ciudad que los semáforos."

Creo leí alguna vez ese primer capítulo, no sé dónde.:rolleyes:
 
Por qué este relato me parece conocido?...estaba en Paji?...en TR?

La frase inicial del relato en el puesto de verduras se me hace demasiado familiar.:unsure:

"¿Un Tomate es una fruta o una verdura? Mira que es complicado, estaba el chico embobado mirando la báscula del super tratando de escoger la tecla correcta. La causa de sus dudas era clara, era más de ciudad que los semáforos."

Creo leí alguna vez ese primer capítulo, no sé dónde.:rolleyes:
Si
 
Capítulo 11

Despertares.

Sonia se despertó amarrada a la cama, sola en la habitación por lo que sus temores más profundos afloraron de golpe. El descubrir que su tía era la directora del club, que su supuesto novio era solo un conseguidor y que su madre tenía razón en desconfiar de Isidro, le produzco una honda angustia. Le faltaba el aire y el corazón le latía desbocado. Parecía que estaba a punto de sufrir un ataque, un infarto. Hiperventilaba, a la vez que intentaba soltarse, pero las esposas no cedían.

En estas que entró Isidro y le gritó desesperada.

  • ¿Qué estás haciendo desgraciado, suéltame?
  • Vale leona, esto era un juego, ayer te emborrachaste como una cuba. ¿ya te has olvidado de que te inmovilice jugando a las sombras de Grey?
  • déjate de sombras y suéltame. ¿Dónde tengo mi ropa? Me voy a casa.
  • No tan rápido, ¿Qué prisa tienes? Vamos a divertirnos un poco más.
Sonia, que seguía desnuda, no estaba por la labor y en cuanto Isidro la soltó de dos movimientos fulminantes el que estaba amarrado era él.

  • No tengo tiempo que perder con una mierda como tú. Si te crees que puedes jugar conmigo estas muy, pero que muy equivocado. Ahora mismo tengo unas ganas de cortarte los huevos que ni te lo imaginas.
  • No seas dramática y suéltame.
  • Dramática, dices. Para drama el que se aproxima, ni te muevas que ahora vuelvo, uiiii que no me acordaba, no te puedes mover. Voy a buscar unas tijeras y te podo lo que te cuelga.
  • Estas asustándome.
Y allí lo dejó. Recorrió el local buscando su ropa. Allí no quedaba nadie más. Encontró su ropa en el despacho de la jefa y recorrió el camino inverso al de la noche anterior. Entró en el Pub por el pasillo francés y dirigiéndose a la taquilla recuperó el bolso con el tanga, las llaves y el móvil. Salió a la calle y huyo del lugar sin mirar atrás.

En estas Isidro ya se había soltado, el cabecero de la cama tenía una llave maestra escondida por si se producía algún incidente. Un momento después, cuando iba en dirección a la salida, oyó que se abría la puerta principal dándole el tiempo justo para esconderse de los tres que accedían al club.

Desde su escondite oyó la conversación de Helena y la renacuaja del pelo azul. Pronto desaparecieron de su vista camino de la zona de oficinas y el aprovecho para huir de allí. Tenía que advertir a su jefa del cambio de la situación.

A tercer tono de llamada la voz somnolienta de Moni respondió, con una evidente molestia por la interrupción de su descanso.

  • Dime imbécil y mejor sea importante.
  • Lo siento jefa, pero ha habido grabes problemas.
  • De que me hablas, cuéntame
  • Sonia se ha escapado y Helena su marido y la renacuaja del pelo azul están en el club rebuscando pistas sobre sus hijas.
  • Pero seréis inútiles y, ¿Silvia dónde está?
  • Pablo la ha llevado a su casa.
Bueno de momento no se ha perdido nada. (Ellas no recordarán nada, por lo que difícilmente podrán actuar en contra nuestra. De Helena y compañía ya me encargo yo). En todo esto estaba pensando y a la vez insultaba a Isidro dejándolo de vuelta y media, lo más bonito que le dijo fue tonto del culo.

Tenía que actuar rápidamente, no podían descubrir su plan… ni Helena ni Carmen.

Capítulo 12

Pánico

Eran las 12 de la mañana pasadas cuando Carmen y Jaime emprendieron el camino de regreso al domicilio de los Rodríguez. La mansión desde donde comenzó la búsqueda de la pareja de chicas. Helena se desplazaba en su propio vehículo, sorprendentemente le dijo a Jaime que fuese con su empleada.

Carmen estaba mosqueada con la relación de Jaime y Helena. No lo veía claro.

  • Oye Jaime, lo tuyo con Helena es muy raro. No lo entiendo
  • ¿qué es lo que no entiendes? Ya te dije que no tenemos una relación demasiado convencional, de hecho, dormimos en habitaciones separadas. A parte que Helena tiene libertad de relacionarse con quien quiera. Yo no.
  • Pero vamos a ver, ¿vosotros sois una pareja abierta o no? Cuando te lo he preguntado en el club me ha parecido que no me lo contabas todo.
  • Digamos que somos una pareja abierta, por un lado. El de Helena. El mío está cerrado. Ella es muy celosa y no quiere compartirme.
  • Entonces ¿por qué dices que te es infiel?
  • Muy fácil, que ella tenga relaciones con otros hombres no quiere decir que me sea infiel, pues me lo cuenta y por lo tanto no es infidelidad. La infidelidad es cuando me oculta las cosas.
  • Bonita manera de relacionarse. No lo comprendo, ¿tú estás cómodo y de acuerdo con que Helena se folle a otras personas?... ¿Cómo lo soportas? ¿y tu no lo haces también?
  • La verdad es que muy cómodo no es. No me gusta nada, pero si quiero conservarla tengo que tragar. Ya estoy acostumbrado. Helena es muy dominante y dice que es mejor para mi seguir sus indicaciones, que ella me quiere solo a mí y que si hago lo que ella indica no me dejará nunca, que los otros hombres son solo instrumentos para relajarse… en fin que aguanto.
  • No me lo puedo creer. No pensaba que fueras tan pusilánime. Bueno ahora no tengo tiempo para pensar en lo tuyo. Me preocupa lo de las niñas.
En estas que entra una llamada al sistema de manos libres del vehículo. En la pantalla aparece el nombre de Sonia. Carmen grita, exclamando sorpresa:

  • Hija ¿estas bien, donde te has metido?
  • Hola mami, sí estoy bien, ya te contaré es muy fuerte, no te lo vas a creer.
  • ¿el qué? Venga cuenta.
  • Por teléfono, no. Oye una cosa, ¿me puedes recoger?
  • Sí claro… ¿dónde estás?... espera, ¿está contigo Silvia?
  • Estoy en la Plaza Lesseps, y no, Silvia no está conmigo.
  • Quédate dónde estás, te recogemos en un momento estamos cerca.
  • ¿te recogemos? - exclamo extrañada Sonia- No vas sola… ¿con quién vas?
  • Con el padre de Silvia, con Jaime.
Sonia estaba llegando a un estado de ánimo donde todo le parecía sospechoso. Tanto era así que no se fiaba ni de su sombra. Permanencia oculta en un portal desde donde podía observar la calle y no ser vista por los transeúntes. La experiencia de la noche anterior le abrió los ojos destapando el velo que ocultaba la verdadera personalidad de sus amigos. No tenía claro quiénes eran los implicados en la trama ni tampoco tenía claro cuáles eran los objetivos reales de toda la farsa.

Su madre era la única persona que le merecía confianza. La circunstancia que estuviera en compañía del padre de Silvia le parecía, cuando menos, raro.

Conocía a un Jaime. Era el director de la escuela de música donde trabajaba Carmen. Pero desconocía si ese Jaime era el padre de Silvia, podía ser otra persona con igual nombre. Claro que las casualidades son poco probables, y desde su recién estrenada entrada en el mundo de los escépticos eso lo percibía mucho más como una causa que como una suerte de lotería.

  • Ven tú sola, deja a tu amigo, y yo te espero aquí.
  • Está bien hija, dejo a Jaime en su casa y paso a recogerte.
Es importante recordar que la prioridad de Carmen era Sonia. Por lo qué Jaime paso a segundo lugar y, excusándose por dejarlo de lado, lo llevó a su casa prometiendo ponerlo al día de las novedades que le pudiera revelar su hija.

El trayecto hasta la plaza era de 10 minutos, que se alargaron otros 5 por el tráfico intenso de esa hora de la mañana. Llegada al punto de reunión observó como Sonia salía de un portal próximo, mirando nerviosa de lado a lado de la calle, se subió a la furgoneta e incitó a su madre a salir rápido del lugar.

¿Qué pasa hija? ¿a qué viene tanta urgencia? ¿Dónde te habías metido? Me tenías preocupada, desde ayer tarde que no sé nada de ti.

Mientras Carmen vomitaba toda esta retahíla de preguntas. Sonia sin tiempo para responder, miraba por la ventanilla y el retrovisor escudriñando los coches que les seguían y las personas que estaban en su campo de visión. Sus movimientos eran cercanos al histerismo.

Dado que no contestaba a sus preguntas y se movía de forma poco habitual en ella, Carmen empezó a mosquearse. La observaba por el rabillo del ojo, a la vez que conducía en dirección a su piso, sorteando la circulación de locura que discurría por la Travessera de Dalt.

  • Venga ya estamos solas, cuéntame que pasa. Parece que te has asomado al infierno, has visto al mismísimo demonio. ¿te persigue alguien o temes algo?... ¡venga ya, dime que pasa, me estas poniendo nerviosa!
  • Tranquila mami, ahora te cuento. Pero no vayas a casa. No me fio de nada ni de nadie. Vamos a otro lugar y durante unos días desaparecemos. Hasta que esto no quede resuelto prefiero desaparecer.
  • Está bien, vamos a casa recogemos las bicis, ropa y nos largamos.
  • Sí, pero debe ser rápido no sea que nos descubran.
Carmen entendía perfectamente el lenguaje en el que le hablaba Sonia. Los primeros años después del divorcio habían sido una suma de sobresaltos e intrigas. Nada más expresar sus miedos, Sonia despertó la Carmen guerrera, la Carmen que luchaba por todo lo que consideraba suyo, y claro, su prioridad era la seguridad de su hija y de ella misma.

Mirar por encima del hombro y cerciorarse de que nadie les podía interceptar era una asignatura que la tenía aprobada con nota. La práctica de judo y el cuidado extremo de sus percepciones e intuiciones le llevaron a estar siempre alerta.

Mauricio, su exmarido, jamás le perdonó el que se llevase a Sonia tan lejos. Como consecuencia de ello, concurrieron unos años con la incertidumbre de si él fuera o no capaz de cumplir con las amenazas e intimidaciones, (de raptar a Sonia y mandar a unos matones a romperle las piernas a ella).

Con todas las antenas en posición de atención aparcaron la vito dos calles antes de su domicilio. Escogieron una plaza de un aparcamiento público y gratuito desde donde podían ver sin ser vistas. En cuanto estuvieron seguras de que nadie las había seguido se atrevieron a ir hasta su casa, recogieron todo lo necesario y en veinte minutos estaban de nuevo sentadas en la furgoneta cerciorándose de estar a salvo.

Antes de partir a su destino oculto tenían que ponerse al día de las novedades y escoger un lugar seguro desde donde poder observar sin ser vistas y actuar sin ponerse en peligro.

Sonia le contó todo lo sucedido sin quedarse nada para ella. Desde la sucia y lujuriosa relación con Isidro hasta el descubrimiento de la trama de drogas sexo y manipulación en el pub. También le explico que la directora del entramado era su tía Mónica, la reconoció sin lugar a duda, pues era muy parecida a su madre y la recordaba de haberla visto años atrás cuando su padre todavía tenía relación con ella. Era muy raro que estuviera cerca de ellas y más aun que quisiera tenerla bajo control.

Capítulo 13

Dominación

Nada más entrar en casa se dio cuenta de que las cosas no serían fáciles. Helena estaba esperándolo con cara de pocos amigos, sentada en el sofá y golpeando el suelo rítmicamente con el pie derecho no apartaba la mirada de su marido.

  • Bueno mil hombres ya te has dignado aparecer ¿Qué tienes con el microbio ese de Carmen?
  • Por favor, Helena no me acuses de cosas que solo pasan en tu imaginación.
  • Pero tú te crees que no tengo ojos en la cara, las miraditas cómplices, las sonrisas de bobalicones enamorados…desde cuando me la pegas con ella.
  • Te juro que entre Carmen y yo no hay nada más que una amistad.
  • Claro y yo me lo creo.
  • Me parece que deberías preocuparte por nuestra hija no por sospechas infundadas. Yo soy el que tengo dudas de tu fidelidad, tus desplantes, las llamadas desde tu habitación con vete a saber quién y el no acercarte a mí, ni contarme nada de tus líos, es más que sospechoso.
  • No te vengas arriba que aquí la que hace las preguntas soy yo. Pero para aclarar la situación, Silvia ha llamado hace poco diciendo que está bien. Se quedó a dormir en casa de su novio, era tarde y no quería conducir pues había bebido un poco. No hay nada de lo que preocuparse por ella. Pero lo tuyo sí que es preocupante.
  • Ya te he dicho que no hay nada más que una amistad y una relación de trabajo entre ella y yo.
  • Deberíais preocuparos los dos, ¿recuerdas quién es la dueña de la academia?
  • Me estas amenazando solo por sospechas de tres al cuarto. ¿Me vas a despedir del trabajo y de tu vida?
  • Lo estoy pensando. Está claro que, si solo me sirves como estorbo en casa y eres una molestia constante quejándote de mi forma de vivir y sentir, me lo pones difícil para que tenga interés en seguir contigo. Entiendo que, dices que me quieres, pero luego pones mirada de cordero degollado cuando ves a Carmen ¿para qué te quiero a mi lado si no me eres fiel? Para dirigir la academia puedo encontrar a decenas de candidatos en un abrir y cerrar de ojos.
  • Yo nunca te he traicionado, no he tenido ni tengo relaciones ni sexuales ni afectivas con nadie más que no seas tú. Helena, debes entender que eres el amor de mi vida, el centro de mí mundo, sin ti no soy nadie, sin ti mi vida no tiene sentido. ¿puedes decir tú lo mismo? Cada día que pasa tengo más sospechas que yo solo soy una costumbre, la rutina que se convierte en monotonía. Creo que me quieres de la misma manera que quieres al ficus de la entrada, porqué soy tuyo. Me quieres porqué estoy en tu lista de propiedades, pero no es amor verdadero, es cariño por el roce diario de tantos años. Obviamente la deriva de tanto roce es el desgaste o la irritación, el cariño si no se riega con la verdad y se abona con la confianza acaba muriendo.
  • Me estas poniendo de los nervios con tu discurso sobre las diferentes formas de amar. Aquí solo hay una. La que yo diga. Ven sígueme y haz lo que yo te diga.
Jaime la siguió con la cabeza gacha, sin decir una palabra más. Entraron en la habitación de matrimonio, la que compartían antes, cuando las cosas iban más o menos bien entre ellos.

  • Ahora me vas a demostrar si realmente me quieres, recuerda que para mí tú eres el único hombre de mí vida, el único refugio donde curar mis heridas. Sí que me follo a otros, pero solo son cuerpos con los que gozar, y yo te lo cuento siempre todo, no son importantes para mí. Tienes razón en que últimamente te he dejado un poco de lado, pero no es por nada de lo que sospechas es porqué me están chantajeando.
  • Vaya esto si que es nuevo, cuéntame que pasa.
  • ¡Te lo cuento, pero necesito que me calmes los nervios Desnúdate ¡
Mientras Jaime se desnudaba Helena se quitó los zapatos, la falda y las bragas dejando al descubierto sus largas piernas y su bien cuidado cuerpo. Se sentó en la cama, con las piernas abiertas mostrando su vulva nada cuidada, con la vagina poco lubricada y el clítoris escondido en su capuchón. Los labios menores asomaban descaradamente por entre los pliegues de los labios mayores. Era un coño de los que ahora no están de moda, los labios muy marcados y con mucho vello. No se depilaba. Tenía pelo en abundancia, incluso le cubría el perineo y alrededor del ano por supuesto que todo el pubis era una selva frondosa.

Ven aquí y bésame los pies mientras te explico quién y porqué me chantajean

Jaime, desnudo se puso a lamer el dedo gordo del pie derecho de Helena, mirando hacia la raja del coño de su esposa. Chupaba con ganas, entre los dedos, la planta del pie, succionando y lamiendo, saboreando el gustillo entre amargo y acre del pie sudado.

Lo estás haciendo muy bien, ahora cómeme el coño, amor, necesito que me hagas correr con tu lengua.

Al momento Jaime se puso a ello, desde hacía mucho que no tenía la polla tan dura. Mientras le estaba lamiendo la raja, ensalivando toda la zona, pasando la lengua alrededor del clítoris y volviendo a descender hasta el perineo, tanteando el ano y vuelta a subir, cada vez más rápido.

Helena empezó a gemir y pedir más rápido, más rápido, moviendo las caderas de forma descontrolada, Jaime se rozaba la polla con su pierna, estaba a punto de correrse.

Méteme un dedo y chúpame el clítoris- le ordenó-

Por supuesto que nada más introducir el dedo en su vagina y rozar el punto G, Helena se corrió. Los movimientos de pelvis eran furiosos, espasmódicos y casi violentos. Del coño emanaban jugos que Jaime succionaba con deleite, sin perder una sola gota. Finalmente, él también se corrió salpicando con su corrida la pierna de Helena que poco a poco se fue calmando.

Buen chico, y ahora mientras lames mi pierna limpiando tu corrida te diré por qué la hija de puta de Mónica me hace chantaje con unas fotos que tiene en su poder…
 
Yo no sé porque sigue con Helena, si es una relación tóxica y desequilibrada además de muy poco justa. O sea Ella se puede acostar con quién quiera pero el no. Yo no sé si esto va a terminar bien.
Además con Carmen creo que puede llegar a haber algo más que amistad.
 
Saludos a todos, no sé si hay mucha espectación e interés en la historia, que poco a poco va cogiendo cuerpo. Un universo de ambición , lujuria y malas intenciones.
Subo otro capítulo, este ya de nueva creación. Para conocer un poco mas el entorno, seguimos en el pasado.
 
Capitulo 18 aprendiendo

  • Dime tío, ¿Qué debo hacer?
  • En primer lugar, la vestimenta, es obligatorio llevar esta bata blanca que se abrocha por delante y este gorro para que no se caiga ningún pelo.
  • De acuerdo no hay problema. ¿Qué clase de ropa interior debo usar?
  • Ninguna, solo la bata y las zapatillas especiales.
  • Vaya no se si me podre acostumbrar, ¡qué vergüenza!
  • Vergüenza ninguna aquí todos trabajamos igual.
  • ¿tú también?
  • Si claro, mira:
Y el tío Berni se abre la bata blanca mostrándole que no llevaba nada debajo.

  • Ahhhh por favor, tío. ¿Que tienes ahí?
  • Que voy a tener lo que todos los hombres, no te asustes que es lo más natural del mundo.
Sin cerrarse la bata, les siguió explicando las normas.

  • Cómo puedes ver, voy totalmente depilado, no nos podemos permitir que ningún pelo contamine el producto, como ya te dije. ¿tú tienes mucho vello?
  • No puedo creer que hablemos de esto.
  • Pues créetelo, es importante. Mira pasa al vestidor, te pones el uniforme y vuelves aquí.
  • ¿solo la bata y las zapatillas?
  • Y el gorro, no te lo olvides
Cuando Mónica desapareció detrás de la puerta del vestidor,Berni se relamía en sus adentros, le iba a hincar el primer bocado a tan tierna corderita.



  • Bien tío Berni, ya estoy lista.
  • Mónica amor, ya cumpliste 18 verdad?
  • Sí tío, el mes pasado.
  • Pues pareces mucho más jovencita… serán los genes familiares.
  • Sera eso….
Mónica estaba que rompía todos los esquemas, bajita, sin casi pecho, pero con un buen culito. La cara inocente y el posado temeroso. La cara llena de pecas y las colitas de lolita provocaron una taquicardia de excitación al futuro maestro.

  • Mónica querida vamos a ver como tienes el cuerpo de vello corporal. ábrete la bata- le ordeno con voz autoritaria- y ella tímidamente empezó a desabrocharse la bata.
  • - eso es querida…. –
Berni no perdió el tiempo y acercándose le ordenó.

  • Ábrete de piernas, ummmm esta zona se tiene que depilar, ¿ a ver los sobacos?, sí, aquí también tenemos que aplicar la misma terapia. Y finalmente, date la vuelta y ábrete los cachetes del culo…. uffffff aquí también hay trabajo que hacer- aunque no tenía ni un pelo en el ojete, Berni pensaba en otro trabajo.
  • Está bien, date la vuelta.
La sobrina se dio la vuelta y se abrocho la bata, más colorada que un tomate maduro. (fruta por cierto)

  • ¿y ahora qué tío?
  • Pues nada, vamos a eliminar todos los pelos que tienes en el cuerpo.
  • Qué vergüenza, ¿y quién me lo va a hacer? Yo no conozco a nadie que se dedique a depilar
  • ¿cómo qué no? Lo tienes delante, yo te depilaré.
  • ¿seguro que no te importa, tío?
  • ¿Como me va a importar? Entre familia nos ayudamos.
Pasaron a la zona de vestidores donde había instalada una camilla y el sátiro ya tenía preparado todo el material para rasurar los pocos pelos que tenía su sobrina.

No tengas temor, estamos solos tú y yo. Desnúdate y Túmbate en esta camilla.

La chica empezó a desnudarse, primero el gorro, luego las zapatillas y finalmente la bata. Mientras Berni no le quitaba un ojo de encima, la bata del esteticien voluntario tenía una protuberancia evidente en la zona delantera. En cuanto la chica estuvo estirada en la camilla le preguntó.

  • Si te sientes más cómoda te puedo vendar los ojos, así no me ves y no te da tanto corte.
  • Por favor, tío, lo prefiero.
  • Bien, pues procedamos.
Berni le vendo los ojos y procedió a la depilación. Indicando en cada momento lo que se disponía a hacer.

Vamos a empezar por los sobacos, te voy a poner una crema depilatoria y en dos minutos estará lista para retirar. Sentirás un poco de frio, pero no es muy intenso. Vamos allá. Levanta los brazos.

Mónica estaba boca arriba sobre la camilla, con los brazos levantados sobre la cabeza dejando a la vista sus axilas, pero también sus pechos incipientes, pequeños, con unos pezones puntiagudos de un rosado tenue. Berni aplicó la crema con cuidado de no asustar a la presa a la primera de cambio. Pasados los dos minutos y con la espátula le retiró todo el vello

Bueno querida, ya tenemos el primer paso, ahora te aplicaré una crema hidratante para evitar que escueza y aliviar el picor- aunque era él quien tenía un picor intenso en su entrepierna desde el principio de toda la operación estética tenía la polla más dura que su cara-

Tío Bernardo aplicó la crema lentamente, por toda la zona afectada y un poquito mas allá. Le rozaba los pechitos suavemente, hasta alcanzar los pezones que se pusieron duros al momento. A la chica se le escapo un leve suspiro, Berni aprovecho para preguntar.

  • ¿Todo bien Mónica?
  • Sí, ¿pero es necesario que me apliques crema por los pechos?
  • Totalmente, tenemos que evitar que se irrite por contacto de proximidad. ¿no notas más alivio?
  • Sí, pero es una sensación extraña
  • Cuéntame que es lo que sientes
  • Pues es como un calor intenso, que me sube desde……… no sé cómo describirlo.
  • Tranquila es normal, efecto de la crema. A mí también me pasa, mira esta mañana me he depilado y todavía tengo toda la zona super caliente.
  • ¿de verdad? Pues si que tarda en marcharse el calor. Cuesta de creer.
  • Mira te lo muestro, dame la mano.
Agarrándole de la mano se la puso sobre su verga, y dejándola ahí le preguntó.

  • ¿No sientes el calor?
  • Si se siente muy caliente.
  • Mueve la mano y notaras más el calor.
  • Siiii es verdad, que caliente. ¿y no te duele?
  • Un poco, pero si me la acaricio se me pasa.
  • ¿Quieres que te la acaricie yo?
  • Nada me gustaría más pero ahora vamos a seguir con la depilación.
Mónica se reía por dentro, el estúpido de su tío pensaba que era una tierna e inocente víctima, pero lo que no sabia es que ya tenia experiencia en masturbar y chupar pollas. Desde hacia ya más de medio año experimentaba con chicos de su edad, seguía siendo virgen del coño, pero la boca y el culo ya los tenía bien entrenados.

A pesar de su juventud Mónica era de todo menos inocente. Cuando su tío le pidió a su padre, Rosendo, que le dejase a su hija pequeña para introducirla en el negocio, ella ya tenia noticia de lo que pasaba en el entreno para conocer el negocio de los quesos y todo el entorno relacionado. No en vano su hermana mayor ya había transitado por la misma situación. Aunque el tío que le toco en suerte era Eligio, y al tío Eli no le emocionaban las chicas, prefería los chicos.

Carmen la puso al corriente de las sesiones de depilado y los manoseos, aparentemente inocentes. Pero para completar el adiestramiento de la hermana mayor, el tío Berni le echo una mano, las dos mas bien, a tío Eligio al cual solo le interesaba el estriado del ojo moreno. Pues ahí no hay diferencias, un culo es un culo. Por consiguiente, Carmen ya tenia experiencia en las perversiones experimentadas durante las sesiones de depilación. Y otras experiencias mucho mas duras en las granjas. Dos semanas en alta montaña rodeada de tres cabreros faltos de cariño le dejaron algún que otro recuerdo. La boca y el culo se lo dejaron como un bebedero de patos. Aunque eso sí, la virginidad vaginal era sagrada.

El siguiente paso era depilar toda la zona del pubis, vulva y ano. Tío Berni le indicó que recogiera las piernas, levantando las rodillas y apoyando los pies en la camilla. Igualmente, y con voz suave de encantador de serpientes le indicó:

  • Venga cariño, abre las piernas, que te aplico la crema.
  • ¿Así está bien? -le pregunto recogiendo las piernas hacia el pecho y abriéndolas todo lo que pudo, aguantándose las rodillas con las manos la camilla y mostrando toda la zona a depilar.
  • Si perfecto, ahora voy a aplicar la crema, pero antes exploraré que no tengas ninguna herida o cualquier defecto que pudiese entorpecer la operación.
A continuación, le manoseó los labios mayores, menores e incluso le hizo un tacto en la zona del perineo y el ano. Le acarició el clítoris y cuando la chica empezó a gemir dejó la exploración y paso a aplicar la crema depilatoria. Tenia la polla a punto de explotar, pero no quería asustar a tan tierna corderita por precipitarse. Después de todo, el tiempo de introducir y enseñar los secretos del negocio, y de la vida, a Mónica serian mucho más jugosos y placenteros si se dilataban en el tiempo. Berni no tenia prisa, en todo caso lo único que le preocupaba era la coordinación con sus aliados.

Una vez aplicado el producto en toda la zona y esperando a que hiciera su efecto, hizo un gesto en dirección a la puerta, y sigilosamente, entro en el vestuario tío Eli y el Doctor Rupérez, maestros de ceremonias junto con Berni, quedándose en una esquina observando la operación de amaestramiento de la hija menor de Rosendo y sobrina de los dos pervertidos. El doctor era otro que le gustaba participar de tan placenteras prácticas.

  • Bien cariño, ahora voy a retirar toda la crema y los vellos con la espátula. De nuevo te aplicaré crema hidratante para evitar el escozor.
  • De acuerdo tío, hazlo con cuidado que tengo mucho calor en el coño.
  • No te preocupes esto lo puedo solucionar sin problema.
Berni le hizo un gesto al doctor para que se aproximase y le dijo al oído:

Venga Rupérez, dale gusto, dedéala y haz que se corra.

El doctor empezó a trabajar la zona de la vulva , aplicando la crema y a la vez acariciando el clítoris y todo el perímetro vaginal.

  • ¿Como te sientes Mónica? - le pregunto al oído-
  • ¡¡¡Ohhhhh!!! es muy raro nunca había experimentado estas sensaciones -mintió la chica.
  • Bien, bien, esto es normal, ahora vamos a experimentar una nueva sensación. Gira la cabeza y saca la lengua, te daré un palo para lamer que te calmará los temblores.
Todo seguido (y mientras el doctor aceleraba los movimientos con evidentes muestras de estar la chica al borde del orgasmo) le acercó el glande y le guio la lengua.

Ahora lame el palo y cuando notes un liquido medicinal abre la boca.

A la vez llegaron los dos al orgasmo, Mónica con convulsiones y Berni llenando la boca de la chica, el doctor a su vez también se corrió en el suelo del vestuario. Parece mentira que se pudiesen pensar que Mónica tragaría todo el embuste, pero ella disimuló con verdadero arte de actriz consumada.

Al contrario de lo que se esperaban los tres cerdos perversos la chica no se quejó, ni puso cara de asco. Ni tan siquiera pregunto que era aquello. Por lo cual, a tío Berni le cruzo una sombra de duda, y reflexiono un momento. No daba signos de asustarse ni de sorprenderse, ¿estaría ya rodada en estas lides y se hacia la tonta? Aunque la excitación del momento le hizo apartar las dudas y volvió al proceso de estética avanzada. Más tarde seria el momento de calibrar los acontecimientos con Eli y el doctor, los cuales sigilosamente se habían retirado del lugar.

En estas Mónica, que seguía con los ojos vendados, pregunto:

  • Tío, ya está todo acabado, ¿verdad?
  • Uiii no querida, ahora tenemos que asegurarnos que no vas a contaminar nada con tus fluidos, ni con ninguno de los elementos que rellenan tu cuerpo.
  • No entiendo nada.
  • No te preocupes, yo te lo explico. Debemos limpiarte por dentro, y analizar todos tus desperdicios, - orina, excrementos, mocos, saliva- todo lo que tu cuerpo pueda producir. Debemos estar seguros de que estas sana como una manzana. Tomaremos muestras de todo y lo mandaremos al laboratorio para que lo analicen y evalúen si eres apta para manipular un producto tan valioso.
  • Hoy me moriré de vergüenza, ¿vas tú a tomar las muestras?
  • Yo y el doctor Rupérez que se encargará de recoger la materia para las pruebas.
  • ¿quieres seguir con los ojos vendados o te quito la venda?
  • Noooo prefiero seguir a ciegas.
  • Está bien…. Doctor entre – llamó el sátiro a su cómplice-
Buenos días, saludo el Doctor Toni Rupérez,

  • ¿un análisis completo Sr. García?
  • Sí Toni, proceda con la recogida de muestras. Como puede ver, Mónica está en sus manos, vaya indicándole.
  • Hola Mónica, me ha dicho el Sr. García que eres su sobrina. No te preocupes es una rutina sin dolor, solo un poco engorrosa. Te explicaré todo lo que vamos a hacerte, paso a paso. Además de las muestras voy a examinarte para ver si estas en condiciones físicas optimas. ¿quieres levantarte, por favor? Y quítate la venda no temas soy medico y estoy más que acostumbrado al cuerpo humano.
  • Como quiera doctor, ¿me causará dolor, es muy larga la exploración?
  • No temas, Levanta los brazos- el doctor que vestía la misma bata blanca que todo el mundo en la empresa procedió a palpar el abdomen de Mónica, subiendo por el costado de su cuerpo y pasando a palpar las tetas, recreándose en busca de……. Alguna anomalía. Puso el estetoscopio en su pecho, espalda y abdomen para escuchar los sonidos del cuerpo. Todo correcto, ahora abre las piernas que examinaré tu parte intima.
  • Ayyyy ¿es necesario? – exclamo Mónica con evidentes síntomas de timidez. Fingida, por supuesto.
  • Totalmente, mi niña, venga sube a la camilla y abre las piernas. – una vez estirada y abierta de piernas- el doctor la examinó des de la cintura hasta los pies. Alrededor de media hora mas tarde y con un banquete de coño, culo, muslos y pies, el galeno termino el examen y empezó el proceso de recogida de muestras.
  • Bien Mónica, empezamos por la saliva y los mocos, voy a tomar unas pequeñas muestras con este hisopo y luego escupirás en este recipiente. Bebe un poco de agua y enjuágate la boca. – eso es muy bien - esto ya lo tenemos. La orina y las heces mejor por la mañana en ayunas, pero no importa podemos realizarlo ahora mismo.
  • ¡¡¡ cómo!!! ¿Pretende que orine y defeque delante de ustedes?
  • Por supuesto que no. Aquí tienes estos recipientes, te vas al vestuario y tú misma, tómate el tiempo necesario.
Cuando quedaron solos el doctor y el tío Berni, trazaron el plan de actuación para los siguientes días…les quedaba mucho que enseñar y más que gozar.

Las batas blancas eran poco menos que incapaces de ocultar la erección, que como consecuencia del episodio lucían en su entrepierna. Pero en este momento no querían abusar del primer contacto ya tendrían tiempo para ello.

Poco después salió la chica del vestuario con los recipientes en la mano, los entrego al doctor y se despidió de los dos.

  • Bueno tío Berni y doctor Rupérez, me voy a casa, tengo que asimilar todo este proceso. Espero sean benevolentes y sepan perdonar mis inseguridades. ¿puedo hacer algo más por ustedes? – pregunto Mónica mirando con disimulo hacia la protuberancia que lucían los dos bajo sus batas.
  • Gracias amor, de momento nada más, mañana seguiremos con la introducción…. en el negocio.
 
Saludos a todos, no sé si hay mucha espectación e interés en la historia, que poco a poco va cogiendo cuerpo. Un universo de ambición , lujuria y malas intenciones.
Subo otro capítulo, este ya de nueva creación. Para conocer un poco mas el entorno, seguimos en el pasado.
A mí, desde luego, me está encantando. La conocí aquí ya empezada. La busqué en otra web de relatos y me puse al día de un tirón.
 
CAPÍTULO 19 Contactos

El mundo en el que se movía Carmen era un poco más complejo de lo que aparentemente parecía. La vida tranquila y rutinaria de la profesora de música era solo la cara de visible de una figura con varios rostros ocultos.

Unos aspectos ocultos por precaución y otros por su personalidad reservada y de carácter desconfiado. Hemos visto la mala Baba que aflora en sus disputas, pues bien, era una máscara donde esconder su tierna timidez, su amable proceder y su empatía con el débil, todo ello la hacía vulnerable de una fragilidad que lo mejor era esconder. Desde jovencita aprendió que mostrar debilidad, rodeada de lobos, era un billete para acabar siendo devorada.

El tiempo transcurrido desde la ruptura matrimonial hasta la actualidad ha estado repleto de ataques puntuales por parte de sus parientes. Por tanto, la defensa de su hábitat y de su hija, la han llevado a construir el personaje ficticio de la profesora de música sensible y entregada a la docencia. A la vez que se ejercitaba en el judo y edificaba una red de informantes y colaboradores para saber dónde poner los pies con seguridad. Paso a paso, sin tropezar ni equivocarse.

Carmen tenía muy claro que su hermana era un ser lleno de reproches hacia ella. Por descontado que encabezaba la lista de personas que le complicarían la existencia.

Si tuviéramos que clasificar los reproches o mejor dicho los motores que alimentaban el rencor tendríamos:

En primer lugar, la envidia:

Puesta de manifiesto por el matrimonio de Carmen con Marcelo, (este evento fue el punto de inflexión para el comienzo de la declaración de hostilidades), que no concluyo hasta el día que consiguió romper el vínculo del matrimonio y quedarse a Marcelo para ella.

Marcelo buscaba en Carmen el aliado perfecto para la fusión de los grupos empresariales, pero ella no quería entrar en el juego de acumular riqueza, y claro, esta se convirtió en un obstáculo. El siguiente paso fue mirar hacia la otra hermana donde encontró mejor sintonía.

En segundo lugar, la avaricia:

Mónica y Marcelo compartían la visión y la ambición para realizar un sueño, querían juntar Quesos García Carrasco con los Aceites y Vinos Ramírez. En otras palabras, juntar sus deseos de grandeza uniendo fuerzas y eliminando obstáculos.

Carmen y su 26 por ciento de las acciones era un gran obstáculo. ¿podía Mónica juntar sus acciones con sus tíos? Difícilmente. Estos se la tenían jurada desde hacía mucho tiempo atrás.

Por último, La lujuria:

Carmen la superaba, tenía un halo de misterio, una capacidad para atraer a quien ella quisiera, que no tenía Mónica. Su voz sensual y profunda, con matices aterciopelados, atraía a quien estuviera cerca hechizando a su interlocutor.

Su olor, mezcla del perfume y aroma natural atraía al más reacio e insensible de los olfatos. La hermana mayor tenia a los tíos Berni y Eli comiendo de su mano. Por lo que los manejaba a su antojo, las lecciones de control de la empresa, manejo de los empleados y clientes fueron pan comido para Carmen. Era fría, ponía distancia y no caía en los errores de Mónica, no podían manipularla, en conjunto era la mejor y esto no se lo perdonaba, otro agravio a cobrarse.

Mónica siempre fue una chica atractiva con verdadero éxito entre sus congéneres, chicos o chicas. Aunque era buena en las lides de calentar y manejar a los hombres, su lujuria la traicionaba. Cuando la calentaban, la podían dominar.

Sin embargo, el agravio de la lujuria se lo cobró por todo lo alto. El día que montó el espectáculo de la sesión de sexo con Marcelo, ese día, rompió el matrimonio entre su hermana y su cuñado. Quedándose a Marcelo como pareja y como socio para el proyecto de la fusión.





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Carmen estaba en su casa pensando cómo podía manejarse en el embrollo por el cual discurrían los últimos días. Y el primer paso fue llamar a su hija.

  • Oye Sonia, vamos a dejarnos de chorradas que no sirven para nada. El cuento de llamarte Sofia lo vamos a descartar, No se lo traga nadie, y no me acostumbro a llamarte por un nombre falso.
  • Como tú quieras, a mí me da exactamente lo mismo, Sonia que Sofia.
  • Pues esto ya lo tenemos claro, ahora vamos a trazar un plan para salir a flote del marrón en que navegamos.
  • Tu dirás, yo estoy como pez fuera del agua, no sé ni por dónde empezar.
  • Mira cariño, de mi conoces solo una pequeña parte. Los retazos de la Carmen de antes de salir del pueblo, cuando aprendía el oficio de la familia no los conoces, es una etapa sórdida y malévola, cuando para manejar el negocio y las personas fui sometida a un exhaustivo proceso de emputecimiento.
  • ¡¡¡ qué dices mami!!! ¿Te forzaron a trabajar de puta?
  • No es exactamente esto, pero sí que perdí cualquier recelo o inhibición con las prácticas sexuales.
  • Pues la verdad nunca lo habría adivinado, pensaba que en el pueblo te proporcionaron una educación de colegio de monjas…. Y resulta que recibiste clases de libertinaje avanzado.
  • En esto si acertaste, en aquella época aprendí todo lo que se tiene de saber sobre el sexo, enfocado a dominar y manipular a las personas, de un sexo y del otro. Tanto yo como tu tía fuimos utilizadas como moneda de cambio y como herramientas para doblegar voluntades y chantajear competidores incautos. Actuábamos como equipo hasta que las cosas se torcieron, básicamente por los celos y los delirios de grandeza de Moni.
  • O sea, todo lo que estamos pasando en este momento viene del pasado. Es decir, de tu fracasada relación con tía Moni y de su alianza con mi padre.
  • Resumiéndolo a grandes rasgos por ahí está el argumento de la historia. De toda manera, ahora que estamos inmersas en este desagradable trance y estás al tanto de cómo puede actuar mi hermana debes abrir bien los ojos y los oídos. En otras palabras, aprenderte cómo funcionan las cosas en este pueblo.
  • Pues venga, cógeme de la mano y llévame a ver como se actúa por estos lares.
  • Perfecto, pero te advierto que descubrirás una persona muy diferente de la profesora y madre que conoces. Desde este momento nos olvidamos de las buenas costumbres y pasamos a la fase tan manida de “en el amor y en la guerra todo vale”.
  • ¡me voy a divertir!... sigue llamándome Sofia y no digas que soy tu hija. Así podrás actuar libremente dejando salir la chica guerrera que llevas dentro. Vamos a putear a los cabreros, en los dos sentidos de la palabra.
Carmen tenía contactos y personajes turbios que la ayudaban. El equipo de aliados no era tan amplio como podía ser el de Moni o el de sus tíos. Al contrario de lo que se podría suponer, Berni y Eli no tenían una relación demasiado buena con Carmen, le sobraban escrúpulos y le faltaba ambición, según ellos.

Solo se toleraban para manejar la empresa.

En definitiva, todo era cuestión de matemáticas. Berni 24, Eli 24, Carmen 26 y Mónica 26. La única alianza clara era la de los dos tíos. Aunque necesitaban a una de las sobrinas para controlar todo el accionariado.

Carmen y Mónica podrían sumar, pero su relación era nefasta. Por otro lado, Mónica y los tíos, tanto con Bernardo como con Eligio, colisionaban por el desmesurado deseo de poder, por la codicia que inundaba sus corazones. Eran lobos dispuestos a comerse entre ellos. Era poco probable que se aliasen. Aunque nada podía descartarse.



Hasta ese momento, con Carmen lejos y las manos libres para hacer y deshacer, los hermanos García lo tenían todo fácil, nadie les censuraba ni les pedía explicaciones. Claro que ahora el escenario había cambiado y las preferencias podían mudar, los afectos y amores estaban ligados al dinero, las personas solo eran instrumentos, la familia era importante, pero ante todo estaba la prerrogativa de mandar y controlar la comarca como si fuese un pequeño feudo. Por descontado que no dejarían escapar este privilegio con facilidad.

Mónica ya se había movido y como sabemos no perdía el tiempo, quería controlar la dirección del negocio por un lado o por otro. Carmen estaba investigando, calibrando intenciones y emociones. No olvidemos que 26 y 24 suman 50. Cualquier coalición podría emerger de las tinieblas de la ambición.

Capítulo 20. Cuartel general

Era jueves 25 de noviembre. Carmen y Sonia se pusieron en marcha a primera hora de la mañana. Salieron de la casa con la bruma matinal, el alba todavía no había despuntado cuando salieron en rumbo a su refugio, en principio, seguro. Cargaron las bicicletas y la ropa mínima para pasar las próximas semanas recluidas lejos de todo el barullo del pueblo.

Despuntaba el día cuando salían de Villa Santa del Morral, evidentemente algún que otro ojo observaba desde detrás de alguna ventana. Poco le preocupaba, es más, a Carmen le interesaba que sus enemigos supieran que habían abandonado el pueblo. Por qué, este plan sería una forma efectiva para desviar la curiosidad de sus perseguidores lejos de sus fieles parientes, la pareja de ancianos cuidadores de su morada, ellos eran el centro de atención, el camino para llegar a ellas y lógicamente estaban en peligro. Su escapada les aliviaría de la presión.

Encararon la carretera con determinación, Carmen condujo la vito 20 kilómetros lejos del pueblo hasta un pequeño refugio de pastores. Una vez allí, aparcaron la furgoneta dentro del corral para esconderla de miradas inoportunas y la cubrieron con una lona y paja. Tarde o temprano la encontrarían, pero ellas ya estarían lejos de allí. Bajaron las bicicletas, cargaron las mochilas con sus pertenencias y salieron disparadas a su destino sin que nadie viera ni supiera cual era el refugio. Su cuartel general desde donde trazaría y ejecutaría su plan de supervivencia.

Desde el corral, donde abandonaron la furgoneta, Carmen hizo una llamada telefónica. No utilizó el celular habitual, tenia uno de uso para situaciones de emergencia, sin posibilidad de que se pudiera relacionar con ella. Llamó a la academia donde trabajaba y pidió hablar con el director. Identificándose como la mama de un alumno. Tras una breve espera, la voz de Jaime….

  • Sí dígame….
  • Hola, señor director, le llamo para pedirle un favor…
  • Usted dirá señora, - evidentemente Jaime ya la había reconocido, pero le siguió la corriente-
  • Le paso este número de móvil y la ubicación desde donde estamos, mi hijo y yo. Si es tan amable, el próximo sábado a las 10 de la mañana estaré aquí, ¿podría acercarme el trombón de mi hijo y me cuenta como va su plan de estudios?
  • Vamos a ver, hoy es jueves, me organizo y estoy allí el sábado. En caso de que surja algún problema le aviso con tiempo.
  • Perfecto…nos vemos pues.
  • Hasta luego……señora.
Con sus mochilas a la espalda y las bicicletas a pleno rendimiento tomaron el camino de la granja que gestionaba Manolo Ruiz “el piernas” junto con los hermanos Fidel y Ángel Sagrario. Los tres formaban un equipo de trabajo excelente. Su granja era de las más productivas de la familia. Con Carmen, desde el tiempo lejano de las practicas de introducción al negocio, establecieron un grupo de conexión casi espiritual.

La granja tenia el numero de registro en el entramado de “G-29” pero en la zona era conocida como “La casona”. Estaba fuera del perímetro municipal, a unos 10 kilómetros del pueblo por caminos rurales, apartada de otros vecinos. La casa estaba situada en un promontorio con vistas a todos los caminos. Así mismo, alrededor de la casa estaban los corrales donde guardaban los rebaños, también los almacenes de alimentos para los animales. Justo en la parte trasera, orientado hacia el norte, se encontraban el almacén central de manipulación de la leche y el depósito de los quesos recién elaborados.

Desandar el camino recorrido, en dirección contraria, y situarse en “la casona” les significó un tiempo aproximado de una hora.

Nada más llegar y después de los saludos de rigor, Sonia ya advirtió la devoción con que los tres granjeros trataban a su madre. Carmen presento a Sonia como Sofia y les indicó que era su ayudante y mano derecha.

  • Pues bienvenidas las dos. Estáis en vuestra casa. ¿pensáis quedaros mucho tiempo?
  • gracias, Manolo, siento no poder indicarte el tiempo. Estamos inmersas en una guerra de intereses entre la familia. Necesitamos un lugar seguro donde pasar unos días.
  • Pues venga, el tiempo que necesitéis- mientras Manolo hablaba, los hermanos Sagrario seguían atentos sin abrir la boca- tanto yo como Ángel y Fidel os serviremos en lo que preciséis.
  • Fantástico, no perdamos el tiempo. Necesitamos varias cosas, primero que me cuentes de primera mano como esta el sector de la producción…….
  • No hay problema, aquí nos conocemos todos y estamos más que informados de toda la guerra entre ustedes. Pero ya que estamos en ello… ¿no necesitáis alguna cosa más… digamos intima? ¿alguna necesidad física? Ya sabes que aquí estamos para servirte…ama.
Ante esta pregunta los ojos de Sonia se abrieron como platos. Estaba en lo cierto su querida mami que vería aspectos desconocidos hasta ese momento. ¿que sería lo siguiente? Aunque lo de ama ya dejaba entrever una predisposición a servirlas en lo que fuera menester. Por ejemplo, Sonia necesitaba que le calmaran el picor que la atormentaba desde hacía unos días. Carmen miró a su hija con una mirada cómplice, y le dijo:

  • Está bien Manolo, aquí mi ayudante tiene una angustia vital que le podéis solucionar. Tú Manolo sigue contándome, vosotros dos…
  • Si ama, ordénanos y obedecemos.
  • Bien así me gusta, una previa, Sofia es igual que yo, vuestra ama y lo que ella diga es ley, ¿está claro?
  • Muy claro ama.
  • Pues la primera orden os la voy a dar yo. Los dos en pelotas, tú Ángel arrodíllate frente a Sofia sigue sus instrucciones. Fidel acércate y cómeme los pies que los tengo doloridos.
Mientras Manolo le contaba a Carmen los intríngulis de la zona, Fidel le estaba dejando los pies la mar de relajados. A los cinco minutos se canso de la comida de pies y sacándose las bragas le ordenó que le comiese el coño. Mientras seguía escuchando a Manolo, el cual ya tenia una tienda de campaña en sus pantalones.

Sonia por su parte estaba abierta de piernas y tenia a Ángel follándosela sin tregua. Su picor requería de un tratamiento mucho más urgente.

Espera un momento Carmen, déjame a Manolo mientras te va contando…. acércate y sácate la polla- en cuanto tubo la polla a su alcance la chupo con la desesperación del sediento, Manolo calzaba una buena herramienta- Joder Carmen aquí voy a sentirme como en casa…

Continuará……
 
Joer con la Madre y la hija. A ver qué tienen ideado para acabar con Mónica.
Por otra parte hasta hace poco, pensaba que lo de Jaime y Helena no iba bien y parecía que eso no acabaría bien, pero tras el capítulo anterior no lo tengo tan claro.
 
Capítulo 21 los lobos se acercan.



El año 21 estaba siendo de lo más movido, la pandemia seguía moviéndose entre nosotros -ya eran los últimos coletazos- pero todavía era necesario moverse con mascarilla. Sin embargo, para algunos era una bendición. Pasar desapercibidos suponía una ventaja, esconder la cara detrás de la mascarilla nos igualaba un poquito más los unos con los otros.

Las temperaturas eran más frías de lo habitual y la sequía seguía avanzando, no llovía lo suficiente y en el campo era una preocupación mayor que en la ciudad. Claro que esto en la ciudad no era un tema de conversación al contrario que en las zonas rurales donde era un argumento recurrente. El ganado tenía el vicio de comer cada día. En caso de no poder pastar se les alimentaba con pienso y el coste de la producción aumentaba considerablemente.

Sin embargo, en la ciudad no tenían este tipo de problemas, el dinero no dependía de las nubes ni de los cambios climáticos. Por lo cual entender la mentalidad de las personas ligadas a la tierra era complicado si llegabas de la vida urbana. Mónica y Marcelo lo tenían claro, pero todos los acompañantes que giraban a su alrededor no entendían nada de los tiempos ni de las formas de comunicación de las gentes de campo.

Todo el grupo que acompañaba a Mónica estaba como pez fuera del agua. Llegar al lugar y preguntar directamente, lo que sea, no es la manera de conseguir información en el pueblo. Antes de entrar en el tema se habla de otras vicisitudes, la familia, el tiempo, como te van las cosas, etc. Y a los 20 minutos o más tarde se discute la verdadera razón de la reunión. Esta manera de actuar de los pueblerinos traía a los sicarios de Mónica por el camino de la amargura y no conseguían nada. No sabían donde ubicar a sus víctimas, no sabían de quien fiarse.

Tampoco sabían cómo pasar el tiempo sin aburrirse soberanamente. Les molestaba el olor del campo, el horario de las actividades ligado al horario solar, el mirar el cielo esperando lluvia, viento, etc. ¿cines, teatro, pubs, discotecas? Nada de nada.

Por otro lado, pisar una mierda de perro en la ciudad era una posibilidad, y claro, era un engorro. Andar por el campo con mocasines no es como andar por la acera de la ciudad. En el campo si no es un charco lleno de barro, es una mierda de vaca que si la pisas y es fresca te puede llegar la porquería hasta los tobillos, o un prado con hiervas mojadas que te calan los pantalones hasta las rodillas. Por descontado que esto no tan solo era un engorro, era un fastidio, un asco, una molestia…

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Cambiando de ubicación, volvemos a la ciudad donde se produciría una reunión para trazar nuevas líneas de actuación. Mónica buscaba alguna brecha por donde llegar a su hermana. En algunas ocasiones desandar el camino y volver al origen es la manera de afrontar el camino al éxito.

Alrededor de las dos de la tarde del viernes 26, Helena Martín acudió a una cita con Mónica García. El lugar era el ya conocido por todos, el popular Club Martin’s. Acudía a la cita con recelo, pues Mónica estaba molesta por los últimos acontecimientos. Llego a los oídos de su ama que Jaime Rodríguez, su marido, estuvo colaborando en la liberación de Sonia. La pérdida de tan valiosa presa dio como resultado el perder el factor sorpresa y la pieza clave para chantajear a Carmen. Helena asumía que la reunión no sería agradable.

Uno de los matones habituales del club la acompañó hasta el despacho de Mónica. Nada más entrar ya tuvo la primera sorpresa, la reunión seria a tres bandas. Helena esperaba poder limar las asperezas con su ama en una sesión de sumisión y admisión de errores, pero la presencia de Marcelo alteraba los planes iniciales.

La conversación versaría sobre temas más amplios que los únicamente sexuales. Antes de decir buenas tardes ya vio que las aguas estaban revueltas, la mirada de Mónica era de una intensidad y fijación atemorizadoras. Ni tan siquiera la saludó. Con un gesto despectivo le indico la silla junto a la que ya estaba sentado Marcelo.

Las caras de los dos indicaban un grado de preocupación y solemnidad mucho más intensas de lo que era acostumbrado. Moni se movía nerviosa detrás de la mesa de trabajo, sin duda la tensión se palpaba en el ambiente.

Como era manifiesto no soportaba ningún error que pudiese perjudicar sus planes, por otro lado, largamente elaborados. Mónica tenía muy presente la amistad de su hermana con el marido de Helena, Jaime Rodríguez, y por ahí esperaba encontrar la manera de llegar a su objetivo.

A Helena la tenía controlada y sujeta a sus caprichos. Por una parte, su sumisión. La dominación física y psíquica era la mejor arma para doblegar alguna reticencia. Aunque no era solo esta característica la que podía moldear la voluntad de Helena, estaba también el control sobre su hija, Silvia, que podía usar como chantaje. Por si no se había notado, a Mónica le encantaba usar el chantaje para avanzar en su interés, en su avaricia. Lo que también perfilaba su carácter era la ira, y descargaba su colera contra quien osara avivar su mal humor.

En ese momento Helena tenia las de perder. Mónica miró a Helena directamente y se dispuso a saciar su hambre de venganza. La humillación era el primer paso.

  • ¿Estarás contenta? Tú y tu familia me habéis jodido todo el guion. ¿lo tienes claro?
  • Sí, ama.
  • Pues veo que te falla la memoria, ¿no recuerdas las normas básicas de comportamiento?
  • Si, ama.
  • Ya que las recuerdas, ¡cúmplelas!
Al momento Helena se puso en pie y empezó a desnudarse. Dándose prisa para no enojar más a su ama. En un suspiro estaba en cueros. Sus largas piernas mostraban el grado de tonificación conseguida en horas de gimnasio, el vientre plano y las tetas voluminosas, ligeramente caídas, con unos pezones pequeños y de aureolas rosadas, formaban un conjunto de virtudes físicas difíciles de encontrar en una mujer de cuarenta y cinco años. El culo respingón, rotundo. El coño rasurado, con unos labios vaginales ligeramente prominentes y un clítoris imponente. Era alta, más de 1,70, morena y de pelo rizado. Por su profesión, fisioterapeuta, tenía también unos brazos musculados y unas manos poderosas.

Recordando las normas y sin dudar se puso de rodillas, con las manos sobre los muslos, la mirada en dirección al suelo, la espalda recta, las piernas separadas dejando libre acceso a sus interioridades.

  • Bien gatita, sabes que te voy a castigar, ¿verdad?
  • Si ama, lo que tú mandes.
  • ¿pero sabes qué? Me tienes cansada no voy a gastar energía en ti. Marcelo, si eres tan amable.
  • Tu dirás cariño ¿qué quieres que haga?
  • De momento póntela sobre los muslos y empieza a darle caña. 10 azotes en cada nalga.
Marcelo se sentó en un rincón del despacho, Helena se estiro sobre sus piernas, los pies en el suelo, la barriga sobre la falda del hombre, las tetas colgando y las manos en el suelo. El le separó un poco las piernas y subió las manos por el interior de los muslos. Cuando llegó al sexo le pellizco el clítoris y deslizo un dedo entre los labios que ya estaban húmedos. La muy zorra solo de pensar en el castigo ya tenia el chocho como un lago. Siguió subiendo por el perineo y le metió un dedo en el culo.

¡Marcelo! Deja de meterle mano y empieza a darle caña.

Siguió el festival de palmeo y sobeteo, Helena aguantaba el castigo estoicamente. Hasta que Mónica se cabreó y apartó a Helena de la falda de Marcelo. Se sentó ella en otra silla y colocándola sobre sus piernas en la misma posición le empezó a golpear con furia, sin contemplaciones.

Esto es un castigo, no unos azotes para que chorrees como una fuente. Te vas a enterar zorra.

A la media hora y con el culo rojo, Helena se estaba vistiendo de nuevo y Mónica, ya mucho más relajada empezó a instruirla sobre las acciones a seguir para llegar a Carmen de manera disimulada, pero efectiva.

Contaba con utilizar a Jaime como cebo, sin que él lo supiera, claro. La idea era monitorizar su celular y seguir sus pasos hasta atar cabos. Un plan infalible, según Mónica.



Capítulo 22 siguiendo el rastro.

Jaime, junto con Silvia, se fueron a un inocente paseo matinal del sábado. Era finales de noviembre y el tiempo era realmente frio. Se dirigieron fuera de Barcelona, dirección sur, él ni tan siquiera le comentó a Silvia el destino de su excursión. Tras dos horas de viaje, y viendo por donde circulaban, Silvia empezó a mosquearse.

  • Oye papa, ¿Qué hacemos por Alcañiz, a donde vamos? Le has dicho a mami que salíamos a dar una vuelta y estábamos de vuelta a la hora de comer. Aquí está nevando y no creo lleguemos a tiempo de comer, deberías dar la vuelta y regresar. Ten en cuenta que como lleguemos tarde te ganaras una bronca de tres pares de narices.
  • No te preocupes, la idea es regresar, pero no a la hora de comer. Te espera una sorpresa y estoy seguro te gustará. Todavía nos falta una hora de camino y con este tiempo no podemos correr, la calzada está muy resbaladiza y no llevamos cadenas para las ruedas.
  • Podrías ser un poco más explícito, ¿no? ¿Qué vamos a pasar el finde semana fuera? Porqué yo no llevo ropa adecuada para este frio y el lunes debo llegar a tiempo para ir a la uni. Sin olvidarnos de que yo tenía planes para esta noche, salida con mi novio, cena, baile, etc. Dime cuando regresamos y llamo a Pablo para quedar con él. (en estas, revolviendo en su bolso, se dio cuenta que su móvil había desaparecido. Estaba convencida que lo llevaba pues después de salir de casa había mandado un mensaje a Pablo diciéndole que salía a dar un paseo con su padre). ¿oye papi has visto mi móvil?
Jaime le había ocultado a su hija el destino, pero también le había confiscado su móvil, aprovechando una parada para ir al baño se lo había sustraído del bolso, apagándolo y envolviéndolo en papel de aluminio lo guardó en un compartimiento del maletero, fuera de la vista. De este modo evitaba que llamase a Pablo, y a la vez, dejaba el terminal fuera del rastro de cualquiera que quisiera seguirlos.

No tenia ninguna duda que todo el complot que les perseguía tenía alguna vinculación con el novio de Silvia, a la vez que con su esposa Helena. Todo giraba en torno al Club de intercambios y al Pub Hema. Desde la confesión de Helena, donde ponía de manifiesto que Mónica la chantajeaba, el estomago de Jaime estaba medio revuelto. No podía quitarse de la cabeza a su linda esposa siendo follada por multitud de degenerados, y lo más grave, por perros. Zoofilia, ¿podéis imaginar a alguien aguantar tal humillación? Era consciente que su esposa follaba con otros, lo podía soportar, no le gustaba, pero era un tributo por pagar para seguir a su lado. Siempre con su permiso y sin engaños.

Después de saber que le engañaba, con Mónica. Además, que follaba a destajo a su espalda y que pasaba por las más asquerosas prácticas: lluvia dorada, escatología, zoofilia, y otras que desconocía. Era el punto final a su matrimonio. No se lo había comunicado a nadie, solo Carmen, su compañera del alma sabia alguna cosa, pero no todos los detalles.

La llamada de ella informándole que debían reunirse en un punto indeterminado el sábado por la mañana fue el inicio de la huida. Implicar a su hija en ello era básicamente para protegerla. Toda esa bandada de buitres solo podía traer malos augurios. Aunque no sabia que los buitres y los lobos pueden trabajar de la mano, unos matan y otros se comen la carroña, los restos del festín. Dejaba atrás algún buitre para entrar en territorio de lobos.

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Carmen quería el apoyo y el consejo de Jaime, desde el primer momento que coincidieron en la academia se sintió atraída por la bondad el director. Con el tiempo la buena sintonía se transformó en una más de buena amistad. Se enamoró. ¿qué desgracia verdad? Una mujer que huye de la dependencia de un matrimonio fallido se enamora de un hombre casado….. pero no tenia ninguna oportunidad. Jaime estaba profundamente enamorado de Helena, su esposa. Dueña y señora de todos sus deseos, anhelos, necesidades y básicamente de su voluntad. Estaba atrapado y ella no podía ni quería inmiscuirse. A pesar de las circunstancias adversas a sus deseos las cosas cambiaron de la noche al día.

Cuando buscaban a las hijas desaparecidas y Jaime le contó sus miserias vio una brecha por donde penetrar. Jaime estaba profundamente decepcionado con su esposa y Carmen le propuso una huida a territorio desconocido. Ella sabia del peligro de descubrir su paradero, pero tomo las debidas precauciones.

En primer lugar, el coche lo dejarían aparcado en un parquin publico a 50 kilómetros de distancia. Los pasarían a recoger los hermanos Ángel y Fidel Sagrario, dejarían los móviles en el coche y borrarían todo rastro hasta el escondite donde estarían a resguardo. A pesar del riesgo de ser descubiertos, tener en el equipo gente de confianza y con una inteligencia por encima de la media era una baza que jugar que podía reportar pingües beneficios.

Toda la operación se realizó sin ninguna traba, llegaron al destino indicado, les recogieron y abandonaron los móviles en el vehículo, con lo que el rastro se perdía allí. Esto les daba un margen de tiempo antes de que les ubicasen, el suficiente para saldar la operación con éxito.

Cuando Julia y Jaime llegaron a la “casona” y se reunieron con sus anfitrionas eran ya las 2 de la tarde tiempo de instalarse y comer.

Tanto Carmen y Jaime, como Sonia y Silvia se fundieron en un abrazo y corrieron lágrimas de alegría por sus mejillas. Tenían muchas horas por delante para ponerse al día de los eventos de la ciudad y de los planes para los próximos días. Así como la manera de funcionar en el refugio. Para integrar a dos nuevos miembros en el selecto grupo de 5 personas con roles, digamos que particulares.

Carmen y Sonia tenían las riendas del caballo y los otros deberían cabalgar al toque de espuelas que ellas determinaran. ¿serian capaces Jaime y Silvia de asumir el rol que les adjudicasen? Y otra incógnita, ¿Cuál sería este rol?.



Continuará
 
Puede que al final sea una narración más larga que " El Conde De Montecristo" . Con tanta cabra y tanto cabrón tenemos ya un rebaño de ganado tan grande como para nutrir de queso a media España.
 
Me alegro de que Carmen y Jaime puedan acabar juntos. Se lo merecen.
Helena tiene un buen Marido y lo va a perder por culpa de la víbora de Mónica.
 
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