Esta historia ocurrió hace 10 años en un viaje de trabajo.
En ese momento yo trabajaba en una empresa de cierto tamaño, seríamos unos 40 empleados y era la típica empresa que organiza convivencias de vez en cuando para que los trabajadores hagan migas fuera de la oficina. Siempre me parecieron un tostón y un compromiso, pero iba porque era política de empresa.
Desde que empecé a trabajar en esa empresa siempre hubo un compañero que me llamó la atención. Es de esas personas en las que te fijas sin saber porque, no tenía ninguno de los rasgos comunes en los que yo me fijo de un chico. Este chico es Andrés.
Andrés es un tipo que me saca 2 años, un eterno soltero, muy pijo y maleducado al tiempo. Una persona peculiar que combina ir en traje todos los días con eructar en medio de una comida y reírse de su hazaña.
Yo vacilaba mucho con el, todo el mundo sabía que soy gay, pero el es el típico indefinido que rechaza cualquier coqueteo masculino o femenino.
Total que la empresa planifica esta convivencia, era un domingo pasando el día en una zona campestre, nos llevaban en bus por la mañana y a la tarde nos regresaban. Fuimos unos 30, el jefe incluido.
El día trascurrió con toda normalidad hasta que en el camino de vuelta paramos en un área de servicio a tomar un café e ir al baño.
Yo estaba deseando parar, tenia muchas ganas de ir al baño y no veía el momento.
El autocar paró en el área de servicio y todos fuimos bajando, yo tenia prisa pero la típica compañera que no se calla me seguía dando cuerda hasta que le dije que necesitaba ir al baño.
Los baños estaban en la planta -1, eran los típicos de área de servicio con 20 urinarios seguidos y enfrente otras 20 cabinas con WC.
Con el tiempo que esta compañera me hizo perder yo ya iba medio corriendo y entré al baño con ganas. Resulta que en ese LARGO baño solo estaba Andrés en un urinario. Yo tuve un momento de lucidez y me puse en el de su lado y empecé a hablar con el de temas banales. Andrés es de esos que tarda 7 años en echar una meada.
El llevaba un pantalón chico y una camisa azul celeste con dos botones desabrochados y las mangas dobladas. Para mear se había desabrochado el pantalón entero en vez de sacarla por la bragueta.
Durante la conversación banal que estábamos teniendo bajé la mirada y le vi la polla. La tenia gordita y de una longitud nada desdeñable, y le dije -Vaya, la tienes gorda eh?. A lo que el me contestó, esta vez sin tanto rubor, que la tenia gorda porque también venia meándose mucho.
Ahí empezó lo bueno. Yo en plan machotes le di un empujoncito con la cadera y el me dijo... -eh, sin mariconadas eh?(entre risas) y yo le dije... -No hay nada mas masculino que lo que hacen dos hombres, entre nosotros nos entendemos mejor.
Vi que Andrés no hacia nada por salir de esa situación y que ya solo le quedaban unas gotas de pis, me llené de valor y se la cogí con la mano un momento y la solté. Pero eso fue suficiente para que me dijese... -Oye si tanto te gusta no la sueltes.
Se la volví a coger y el echó mano de la mía, nos las meneamos en plan paja unos instantes mientras estábamos flácidos y en ese momento me guiño un ojo y me señaló uno de los wc cerrados.
Yo alucinaba porque veía cumplido mi sueño de follarme a Andrés, cosa que pensé que era imposible.
Entramos y cerramos la puerta, me cogió de la cabeza y me agachó hasta su polla. Yo se la decapuyé y empecé a mamar con muchas ganas, esa polla era mía al fin.
Durante ese momento mientras el estaba apoyado en la pared y yo mamando entró alguien al baño e intentamos relajar un poco para no hacer ruido.
Mientras la persona que estaba fuera meaba le sonó el teléfono y contesto... Ahí nos dimos cuenta que el que estaba fuera era NUESTRO JEFE y a mi se me bajó la mitad de la excitación y me la saqué de la boca. Pero a Andrés no pareció importarle tanto y me cogió la cabeza y me la volvió a meter. Me "obligó" a seguid mamando mientras el jefe hablaba por teléfono a escasos 3 mestros.
Eso le puso cachondísimo y mientras nuestro jefe se lavaba las manos el se corria en mi boca como si llevase sin eyacular 2 semanas, vaya corrida.
Nos limpiamos y salimos uno detrás de otro hacia arriba, donde estaba la cafetería y el resto de compañeros.
Todo esto nos llevó un tiempo y por lo visto nuestros compañeros no eran tontos del todo. Cuando llegamos uno detrás del otro había un silencio sepulcral y todos nos estaban mirando. Sin duda sabían que algo había pasado y a mi la verdad que me dio igual.
La historia con Andrés fue el principio, ya os contaré.
En ese momento yo trabajaba en una empresa de cierto tamaño, seríamos unos 40 empleados y era la típica empresa que organiza convivencias de vez en cuando para que los trabajadores hagan migas fuera de la oficina. Siempre me parecieron un tostón y un compromiso, pero iba porque era política de empresa.
Desde que empecé a trabajar en esa empresa siempre hubo un compañero que me llamó la atención. Es de esas personas en las que te fijas sin saber porque, no tenía ninguno de los rasgos comunes en los que yo me fijo de un chico. Este chico es Andrés.
Andrés es un tipo que me saca 2 años, un eterno soltero, muy pijo y maleducado al tiempo. Una persona peculiar que combina ir en traje todos los días con eructar en medio de una comida y reírse de su hazaña.
Yo vacilaba mucho con el, todo el mundo sabía que soy gay, pero el es el típico indefinido que rechaza cualquier coqueteo masculino o femenino.
Total que la empresa planifica esta convivencia, era un domingo pasando el día en una zona campestre, nos llevaban en bus por la mañana y a la tarde nos regresaban. Fuimos unos 30, el jefe incluido.
El día trascurrió con toda normalidad hasta que en el camino de vuelta paramos en un área de servicio a tomar un café e ir al baño.
Yo estaba deseando parar, tenia muchas ganas de ir al baño y no veía el momento.
El autocar paró en el área de servicio y todos fuimos bajando, yo tenia prisa pero la típica compañera que no se calla me seguía dando cuerda hasta que le dije que necesitaba ir al baño.
Los baños estaban en la planta -1, eran los típicos de área de servicio con 20 urinarios seguidos y enfrente otras 20 cabinas con WC.
Con el tiempo que esta compañera me hizo perder yo ya iba medio corriendo y entré al baño con ganas. Resulta que en ese LARGO baño solo estaba Andrés en un urinario. Yo tuve un momento de lucidez y me puse en el de su lado y empecé a hablar con el de temas banales. Andrés es de esos que tarda 7 años en echar una meada.
El llevaba un pantalón chico y una camisa azul celeste con dos botones desabrochados y las mangas dobladas. Para mear se había desabrochado el pantalón entero en vez de sacarla por la bragueta.
Durante la conversación banal que estábamos teniendo bajé la mirada y le vi la polla. La tenia gordita y de una longitud nada desdeñable, y le dije -Vaya, la tienes gorda eh?. A lo que el me contestó, esta vez sin tanto rubor, que la tenia gorda porque también venia meándose mucho.
Ahí empezó lo bueno. Yo en plan machotes le di un empujoncito con la cadera y el me dijo... -eh, sin mariconadas eh?(entre risas) y yo le dije... -No hay nada mas masculino que lo que hacen dos hombres, entre nosotros nos entendemos mejor.
Vi que Andrés no hacia nada por salir de esa situación y que ya solo le quedaban unas gotas de pis, me llené de valor y se la cogí con la mano un momento y la solté. Pero eso fue suficiente para que me dijese... -Oye si tanto te gusta no la sueltes.
Se la volví a coger y el echó mano de la mía, nos las meneamos en plan paja unos instantes mientras estábamos flácidos y en ese momento me guiño un ojo y me señaló uno de los wc cerrados.
Yo alucinaba porque veía cumplido mi sueño de follarme a Andrés, cosa que pensé que era imposible.
Entramos y cerramos la puerta, me cogió de la cabeza y me agachó hasta su polla. Yo se la decapuyé y empecé a mamar con muchas ganas, esa polla era mía al fin.
Durante ese momento mientras el estaba apoyado en la pared y yo mamando entró alguien al baño e intentamos relajar un poco para no hacer ruido.
Mientras la persona que estaba fuera meaba le sonó el teléfono y contesto... Ahí nos dimos cuenta que el que estaba fuera era NUESTRO JEFE y a mi se me bajó la mitad de la excitación y me la saqué de la boca. Pero a Andrés no pareció importarle tanto y me cogió la cabeza y me la volvió a meter. Me "obligó" a seguid mamando mientras el jefe hablaba por teléfono a escasos 3 mestros.
Eso le puso cachondísimo y mientras nuestro jefe se lavaba las manos el se corria en mi boca como si llevase sin eyacular 2 semanas, vaya corrida.
Nos limpiamos y salimos uno detrás de otro hacia arriba, donde estaba la cafetería y el resto de compañeros.
Todo esto nos llevó un tiempo y por lo visto nuestros compañeros no eran tontos del todo. Cuando llegamos uno detrás del otro había un silencio sepulcral y todos nos estaban mirando. Sin duda sabían que algo había pasado y a mi la verdad que me dio igual.
La historia con Andrés fue el principio, ya os contaré.