Accidente

UlfWolf

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28 Jun 2023
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Murcia
Hacía ya bastante calor aquella mañana de agosto pero eso no impidió que saliera a dar mi paseo mañanero por el monte. Aquel día decidí bajar por la carretera en vez de por algún sendero y de repente me sorprendió ver como una humareda que traspasaba la copa de los árboles y corrí para ver si se había producido un pequeño incendio. Al llegar al sitio vi un coche que se había estrellado contra un árbol y la verdad parecía que había alguien dentro del vehículo. Aceleré el paso y abrí la puerta del conductor y me encontré con una chica inconsciente con la cabeza apoyada al volante, le incorporé la cabeza y Pum! Quizá la chavala más bonita que había visto en años. Tenía un pelo larguísimo y negro azabache, la piel morena y una boca digna de una diosa. Respiraba pues notaba la respiración en su pecho. Sus pechos eran pequeñitos pero bastante duros, le asomaba un pezón del golpe. La intenté reanimar dándole unos golpecillos en la cara y de repente brotó una sonrisa maravillosa y sus preciosos ojos verdes se abrieron.
Tras el sobresalto de ser consciente del accidente que acababa de sufrir se recompuso colocándose la teta en su sitio y con firmeza se colocó la minifalda que, aunque no me había percatado, la tenía más subida de lo normal. La ayudé a salir del coche lo más rápido que pude pues salía humo del motor. La agarré del brazo fuertemente y la abalancé hacia mi, como ella estaba aún aturdida era un cuerpo prácticamente inerte que enseguida se juntó con el mío y ahí pude comprobar que había algo en su entrepierna que en absoluto estaba inerte.

- Estás Bien, puedes mantenerte en pie?
- Creo que sí - Dijo mientras intentaba encontrar el equilibrio sobre unos altísimos tacones morados y se apoyaba en mis hombros. Con esos tacones me sacaba una cabeza de altura, "Menuda tía" Pensé.
- Si, creo que estoy bien solo ha sido el golpe. Dijo tras recuperar la verticalidad.
- Si yo te veo muy bien.... - Torpemente se me escapó
- Tengo que buscar una cosa en el coche - Musitó dirigiéndose al vehículo que ya no humeaba.

Cuando llegó al coche, metió medio cuerpo dentro de el para encontrar aquello que buscaba y no pude evitar mirarle el culo. Parecía duro, pequeñito y firme. Pero "Oh Dios" - Imploré . Entre las piernas le colgaba un pene enorme, grueso, venoso, oscuro, hinchado y curvado hacia abajo. Enseguida dio con lo que buscaba, sus braguitas, también moradas como sus tacones, las levantó hacia arriba mientras celebraba - Las encontré!! - Y reía como si le hubiera tocado la lotería. Acto seguido introdujo cada pierna en el hueco de las braguitas, las fue subiendo de manera maravillosamente sexy, se colocó el pene en dirección su trasero y hasta arriba, bajó la faldita, carita de buena y sonrisa.

- Gracias guapo, eres mi salvador...mi héroe - Dijo mientras me abrazaba, qué bien olía.
- De nada, de verdad, me alegro que estés bien sobre todo ¿Qué más puedo hacer por ti?
- ...Si te digo lo que podrías hacer por mi...
- Dispara
Entonces empezó a dar como pequeños rodeos, con la cabeza elevada como buscando inspiración divina y mirándome a los ojos dijo:

- Me da un poco de vergüenza esto que te voy a contar, pero como me has salvado la vida voy a confiar que no me traiciones. Resulta que me gusta venir al monte de vez en cuando para desfogarme si encuentro algún senderista con ganas de lo mismo, ya sabes - Guiño un ojo y soltó una bonita carcajada. - Y bueno, normalmente no tengo mucha suerte y hoy ha sido uno de esos malditos días y bueno...iba bajando con el coche mientras me hacía una paja, ufff creo que estoy aún excitada...

- Vaya...emmm....pues es una pena que...
- ¿Que siga excitada o que no me haya podido desfogar?. Anotó pasando la mano por su pelvis.
- Ambas cosas, sinceramente. Dije sonriendo.
- Pues si quieres te doy un premio por ser tan valiente, fuerte y guapo, lo que merece un Héroe.

No nos fue difícil encontrar un un lugar intimo en la frondosidad del bosque. En un momento dado me apoyó contra un árbol y con rapidez y destreza me bajó el pantalón de chándal, se agachó y comenzó a comerme la polla con ansiedad y gimiendo como quien lleva días sin comer. Me agarraba los huevos, se introducía la polla hasta el gaznate, salivaba y me miraba fijamente a los ojos. En un movimiento sutil desplazó sus braguitas a un lado y dejó salir su potente trabuco y comenzó a menearlo con movimientos suaves y contundentes. Yo estaba excitadísimo y a punto de alimentar sus amígdalas con mi Semen por lo que decidí levantarla y apoyarla en el mismo árbol en el que yo estaba. Le agarré la polla, se la masajee y bajé para comérsela. Era una polla gruesa y aunque me costó me la introduje entera en la boca mientras ella empujaba mi cabeza contra su cuerpo. - Me voy a correr cabrón!! Dame por el culo antes por dios!! - Gritó como una auténtica ninfa.

Le di la vuelta, le subí la falda e intentando apartar las braguitas las rompí del tirón que les di, deseoso de introducir mi pene en aquella maravilla de culo. Salivé mis dedos, humedecí la zona y mi polla se introdujo con algo de dificultad, tenía una gran polla pero el culillo era estrechito. Mientras yo le daba fuertemente por el culo ella gritaba de placer y se meneaba la polla con fuerza, agarraba con fuerza el árbol para amortiguar las sacudidas. Yo aumentaba el ritmo, toda mi sangre bombeaba hacia la polla, me venía pronto, así que la saqué, ella se agachó ante mi y pidiendo que la bañara entera mi semen acudió disparado hacia su nariz y boca, tragó, lo sobrante lo restregó con un dedo y lo chupó como una piruleta mientras se levantaba. Entonces le agarré la polla y la invité a que me la metiera si le apetecía - Prefiero que me la comas, lo haces muy bien, guapo - Dijo conduciendo mi cabeza a su estupendo tesoro. Yo la verdad es que prefería comerme aquel suculento manjar. Así lo hice, despacito primero, contundente después y mientras le temblaban las piernas una sacudida de semen golpeó mi garganta...Ambos caímos tendidos en el tupido suelo de hojas de pino y torpemente nos vestimos mientras reíamos de pensar que alguien pudiera habernos visto.

Bajamos al pueblo más cercano para pedir una grúa para su coche y nos despedimos:

- Bueno preciosa, un placer...por cierto ¿Cómo te llamas? - Pregunté.

- Accidente. - Dijo guiñando un ojo y disparando un beso mientras se alejaba.

Salú.
 

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