Son las que más cachondo me ponen, mejor si son grandes, pero también las más pequeñas.
Acariciarlas, masajearlas, lamerlas, mamarlas, morderlas, correrse en ellas, y llegado el caso y en pleno delirio erótico,mearlas. Todo esto y más, haría yo, y sin la menor prisa, con las generosas y caídas...